Un peque?o cachorro marrón estaba acostado en el frio piso de una cueva esperando a que su manada llegara con la comida, todavía lloriqueando un poco por el dolor que había dejado la mano de su hermano mayor latente en su colita, que ahora lucía un poco más roja de lo normal, veamos que paso.

-Toboe quiero que te quedes aquí mientras vamos a buscar algo que comer.

Al peque?o lobito no le agrado nada el sonido de eso. Desde que la peque?a manada salió de la ciudad lo habían tratado como a un lobezno y el ya no lo era, antes de encontrarlo él podía cazar su propio alimento, bueno casi lo lograba una vez pero eso debe contar en algo.

-?NO!, No pienso quedarme escondido mientras ustedes se divierten.

-Ni?o imbécil crees que nos divertimos allá afuera, si no fuera por Tsume hubieras sido mi cena de ayer.

-Kiba ya basta- a pesar de su apariencia ruda y fría hacia Toboe para Tsume lo único que lo impulsaba a seguir en el viaje sin fin hacia el paraíso era Toboe con su entusiasmo infantil y su esperanza saliendo de todos sus poros definitivamente ese cachorro lo había devuelto a la vida, y por eso mismo lo protegía como al tesoro más grande del mundo –no hace falta dar explicaciones ya dije que no va y por su bien será mejor que no salga de esta cueva hasta que regresemos.

-?Pues no quiero y no puedes obligarme!

Y así fue como el cachorro probo lo que es tener un sobre protector hermano mayor.