"Aquel que procura asegurar el bienestar ajeno, ya tiene asegurado el propio."

—Confucio.


"Esto siempre se me escapa de las manos. Me gustaría poder tomar una decisión correcta y no arrepentirme de ello..."

Levi estaba en su oficina observando a través del ventanal mientras degustaba una taza de té.

En el jardín se encontraban Eren y Armin. El joven estratega recibía entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo de parte de su mejor amigo.

—?Hasta cuándo estarás viéndolo de lejos? —inquirió Erwin desde su escritorio. El comandante se encontraba leyendo los informes de los escuadrones que estaban investigando el exterior de las murallas.

—Ma?ana será su cumplea?os-respondió en voz baja—. Honestamente no sé qué regalarle-confesó y tomó el último sorbo de su infusión.

Su mirada era melancólica. Sabía que la compa?ía de Eren tenía una fecha de caducidad, pero su mayor miedo no era porque el Jaeger sucumbiría al infierno, sino que cualquiera de los dos podrían caer en batalla y no tendrían nuevas oportunidades de compartir tiempo juntos.

—Yo sé qué le gustaría recibir de ti—Erwin apiló el papeleo y los guardó en una carpeta—. De hecho, en más de una ocasión me lo ha preguntado y créeme que ni yo sé la respuesta.

Levi volteó en dirección al comandante y frunció el ce?o.

—?Qué fue lo que te dijo? —estaba completamente intrigado.

—Fue aquella noche que todos habíamos bebido—Erwin cruzó sus brazos y continuó diciendo: —. Tú sabes que Eren no sabe beber con moderación y ese día sobrepasó sus límites—suspiró—. Estaba sentado a su lado y oí que le contaba a Armin y a Mikasa sobre ti. En ese entonces, su relación aún seguía siendo clandestina, por lo que sus amigos creyeron que era un delirio del joven Jaeger.

"Mocoso estúpido, siempre hablando de más."

—Sigue siéndolo, Erwin. Nadie más que tú sabe de lo que ambos tenemos—volteó hacia el ventanal y agregó: —.Fue algo que ni yo imaginé, simplemente sucedió.

—Eren es un muchacho muy especial. Supongo que su personalidad alegre y enérgica ha despertado algo en ti y agradezco que sea así —bromeó—. En fin, esa noche dijo que lo que más deseaba tener en este mundo era tu sonrisa.

Atónito, Levi miró a Erwin con desconcierto y resopló ante lo dicho.

—?Qué tendría de especial eso? Digo, es algo normal entre las personas...

—Pero no de ti, Levi—argumentó. Se levantó de su asiento y se acercó hasta el Ackerman, sujetando su hombro—. El amor que Eren tiene hacia ti es algo muy puro, tan así que él se conforma con tu sonrisa y, teniendo en cuenta eso, es como el halo de luz que asoma en la más densa oscuridad—carraspeó y agregó: —. Tú eres alguien muy especial para todos, pero aún más para él. Al menos, por una vez, deberías darle gusto.

Levi bajó la mirada y suspiró.

"?Una sonrisa? ?Eso es suficiente para ti?"

—Gracias por el dato, Erwin—murmuró y se retiró de la habitación.

Al día siguiente, su misión sería larga y tediosa.

[...]

A la ma?ana siguiente, Levi se había levantado más temprano de lo habitual. De hecho, ni siquiera había amanecido cuando el Ackerman estaba en los establos limpiando el pelaje de su caballo.

Ya tenía listo el equipaje que llevaría a su viaje: algunas provisiones, abrigo y un kit de primeros auxilios por si algo sucedía en el camino.

—?Desvelado, capitán?—aquel sutil tono de voz lo estremecía.

El aludido volteó y notó un inusual brillo en sus grandes orbes. Sus mejillas ardían.

—Algo así... —musitó y acarició la cabeza de su caballo. Dejó el cepillo en el suelo y quitó sus guantes—?Por qué has venido antes del horario acordado? —inquirió.

—Todos están durmiendo y no quería que me avasallaran con sus demostraciones de afecto—Eren dio unos pasos más hasta Levi y se detuvo frente a él—. Lo que más deseaba hoy era verte a ti y pasar el día a tu lado, tal como acordamos.

Levi se sintió avergonzado al oír a Eren y desvió la mirada. Por un instante, sus labios se curvaron y recordó lo que Erwin le había comentado: "Lo que más deseaba tener en este mundo es tu sonrisa."

Suspiró y regresó su mirada hacia el joven Jaeger, quien ya cumplía sus 20 a?os. Era un muchacho con un gran espíritu de lucha y fuertes convicciones.

Pero el hecho de ser portador de un poder de titán era fatal para Levi. Su relación no podría pasar más de cuatro a?os a raíz de que su vida se acortaba por ello.

—Feliz cumplea?os, mocoso—sostuvo su rostro entre sus manos y lo besó con ternura.

Sin embargo, cada encuentro a solas era considerado un momento que tanto Levi como Eren atesoraban en sus corazones. Nunca tenían oportunidad de trabajar solos, ya que Mikasa o Armin siempre estaban entre ellos. No obstante, el Ackerman le solicitó expresamente una misión a Erwin y así, de ese modo, tendrían la excusa perfecta para alejarse del bullicio de los soldados y reclutas.

Los labios de Levi eran la cura que mitigaba su condenada vida. Su amor se manifestó naturalmente, de manera genuina. Tal vez, la admiración entre ellos fue mucho más fuerte de lo que pensaron y sus corazones acabaron envueltos en un sentimiento mucho más profundo.

Las lágrimas de Eren cayeron hacia sus mejillas y fueron rápidamente barridas por Levi.

—No comiences a ponerte así, fue solo un beso—espetó en tono bromista.

—Lo siento, es que te extra?é tanto... —se ruborizó y bajó la mirada—Ya había olvidado el sabor de tus labios.

Avergonzado por las palabras de Eren, el Ackerman dio media vuelta y resopló.

—Y yo a ti, mocoso—rascó su nuca y agregó: —. Ponte tu capa y vámonos antes que todos despierten.

Los esperaba una larga jornada a solas.

[...]

Montar a caballo era algo rutinario para los miembros del Cuerpo de Exploración. Sin embargo, Eren no lo consideraba así. No era lo mismo viajar para cumplir con alguna misión, que hacerlo en compa?ía de Levi.

Era una maravillosa obra de arte. Eren desviaba su vista del camino para contemplar el rostro apasible del Ackerman, recorriendo cada centímetro de sus finos rasgos y su peculiar expresión de placer al sentir el viento rozar su piel. Su cabello se volvía revoltoso y danzaban al son de las ventiscas, trayendo una extraordinaria vista libre de cualquier hebra de su delicada cabellera.

Y esto no era sólo para Eren. Levi también disfrutaba del paisaje paradisíaco que le regalaban las orbes del Jaeger al mirar el cielo. El reflejo del mismo impactaba en su visión y generaba un estado de enso?ación que le generaba paz. Su sonrisa era amplia y radiante, capaz de amansar a la fiera más salvaje.

Eren era el tesoro que Levi no pensaba compartir en el día de su cumplea?os.

—?A dónde iremos, cap...? —ante la equivocación, comenzó a reír —Digo, Levi.

—Por un momento, pensé que tu mejor amigo o la tétrica de Mikasa estaban aquí con nosotros —resopló—. No me digas capitán cuando estamos a solas, Eren.

El galope de los caballos fue reduciéndose. La brisa era mucho más fresca de lo habitual y el sonido del lugar no le resultaba familiar al joven Jaeger.

Al inspeccionar el sitio, notó que una bandada de gaviotas los sobrevolaba. Estaba sorprendido y, a su vez, ilusionado.

—Levi, acaso tú... —el aludido galopaba unos metros más adelante.

—Este será tu regalo de cumplea?os—detuvo a su caballo y volteó hacia Eren—. Tú, yo y el mar—nuevamente, el viento despejaba el cabello de su rostro— ?Qué te parece?

El joven Jaeger estaba consternado. No sabía cómo reaccionar ante la sorpresa. Siempre comentaba que quería conocer el mar, pero nunca tuvo la oportunidad debido a las misiones de la Legión.

Sin embargo, que Levi se tomase esa atribución y lo llevase a cumplir su sue?o, era algo invaluable.

Bajaron de sus caballos y les quitaron la montura. Levi tomó el equipaje extra y esperó a Eren. Luego, sujetó su mano para acercarse hasta el mar.

La tibieza de sus dedos enlazados a los suyos era reconfortante. Podía sentir cómo imploraba no ser soltado nunca.

Cuando se encontraron frente al mar, decidieron darse un momento para contemplar aquel hermoso paisaje: el sonido del agua en constante movimiento, las aves sobrevolando y la brisa helada que provenía del mismo. Era mucho más maravilloso de lo que imaginaba.

El cumplea?ero soltó a Levi y se colocó en cuclillas, hundiendo su mano en el agua. Estaba fría y sus olas eran furiosas.

"Este fragmento de la realidad que puedo disfrutar es algo que jamás olvidaré. Tu alegría frente al sue?o que tuviste alguna vez es un sentimiento difícil de explicar."

—Esto es más bello de lo que pensé... —espetó y volteó a ver a Levi.

El Ackerman tenía sus ojos cerrados y su rostro estaba inclinado hacia el cielo. Su respiración era serena.

Eren sonreía ante semejante obra artística. Lograr que Levi se relajara era una misión casi imposible, pero pudo hacerlo en un ambiente que lo ameritaba.

—Eres muy guapo cuando tienes los ojos cerrados... —elogió y el aludido los abrió rápidamente. Al notar la alegría de Eren en su mirada, sintió sus mejillas arder y dio media vuelta para disimular su sonrojo—Incluso lo eres más cuando te avergüenzas.

—Cállate—espetó—. Iré por algo para comer.

Levi se alejó algunos metros para preparar la tela que había apartado especialmente para ese día y la estiró sobre la arena. Luego, buscó el recipiente donde había guardado unos panes rellenos que había preparado con la ayuda de Erwin.

Mientras se acomodaba, observaba de soslayo a Eren, quien se había quitado sus botas para sumergir sus pies en el mar. Reía a carcajadas al tener contacto con el agua y Levi sentía cómo su corazón latía con fuerza.

"Sería maravilloso verte sonreír para mí por siempre. Creo entender lo que deseas, aunque me cuesta trabajo demostrarlo. Tú me haces sentir en paz y muy feliz."

[...]

Luego de haber almorzado, Eren y Levi se encontraban recostados. El Jaeger estaba exhausto y algo apenado. Miró al Ackerman de reojo y notó que tenía ambas manos bajo su nuca.

El silencio era un compa?ero muy fiel entre ellos, pero el más joven necesitaba expresar lo que guardó por mucho tiempo.

Sin advertirle nada, se acostó sobre su pecho y lo abrazó. Ante la acción, Levi se sobresaltó.

—Esto es maravilloso, ?sabes? —el sonido de las olas, sumado con el tono de voz suave de Eren eran una combinación mortal para el aludido—Jamás creí que conocería el mar contigo.

Levi formaba parte de aquel sue?o de Eren. No estaban solos en ese cruel mundo, uno tenía al otro y viceversa. Eren contaba con la sabiduría, experiencia y amor de su capitán. Levi, con su carácter explosivo, la ingenuidad y la nobleza de un joven que renovaba su alma que se marchitaba con el tiempo.

—Ni yo, pero quería darte una sorpresa que no imaginaras—con cierto temor, Levi quitó una de sus manos y la apoyó sobre la cabellera de Eren.

Al recibir tal demostración, el joven levantó su cabeza y miró a Levi con ternura. Se acercó hasta él y lo besó lentamente. Llevó su mano a la mejilla del Ackerman.

Sin darse cuenta, Levi estaba cayendo a un abismo donde no encontraría una salida. Durante todo el tiempo que mantuvieron su relación clandestina -unos dos a?os, aproximadamente-, trató de no pensar más de lo debido. Sabía que los deseos podrían corromper la mente de cualquier persona, pero aún más la suya. Tanto Eren como él debían mantener un perfil bajo y no dar a conocer sus verdaderos sentimientos.

—Detente, por favor... —espetó el mayor al notar que estaba cediendo al placer—Eren, no creo que esto vaya a un buen puerto si continuamos así.

Las mejillas rosáceas del Ackerman eran realmente hermosas ante los ojos de Eren. Era difícil que el gran capitán Levi se avergonzara y que fuese él el causante de tal reacción, era satisfactorio.

—Acaso tú... —aún estaba jadeando—?Tienes miedo, Levi?

"?Por supuesto que sí! Tengo miedo a muchas cosas, incluyendo perderte."

—Bueno, es que... —tartamudeaba— Tú sabes, es difícil de explicar así.

—Ambos somos iguales—su tono de voz denotaba la seguridad de su argumento—. Tú y yo experimentamos lo mismo al vernos y al besarnos, estoy muy seguro de que te sientes igual que yo en este momento y... —llevó una mano a su entrepierna y jadeó—No puedo continuar ocultando esta sensación.

Levi bajó la mirada y notó la creciente erección del Jaeger. Asombrado ante su actitud, carraspeó y desvió la vista.

—?Qué tienes en mente, concretamente? —aunque trataba de desviar el tema, Eren entendió perfectamente que Levi era tan inexperto como él en ese asunto.

—Necesito sentir tus manos sobre mí, que me beses, no lo sé... —cerró sus ojos y trató de recordar un sue?o que había tenido recientemente— Quisiera que tuviéramos un contacto aún más íntimo, que nuestros cuerpos conecten más allá de lo imaginado.

Atónito, Levi respiró profundo y trató de hilvanar las palabras adecuadas para responderle.

—Tú... —sus labios temblaban-—quieres tener relaciones... —los ojos de Eren se posaron sobre su rostro, avergonzándolo aún más—?conmigo?

—Bueno, si así lo quieres llamar... —ambos desviaron su mirada.

Les costaba trabajo asimilar aquella confesión y más porque Levi siempre escapó de cualquier relación.

Sabía que él era un hombre codiciado en las sombras, pero nunca permitió que nadie se acercara. Sin embargo, a Eren no le importó y rompió todas las barreras que los separaba.

—Pero... —aún tenía dudas—hay algo que no sé cómo haremos—espetó el Ackerman.

Eren lo miró de soslayo e intentó responder a la pregunta implícita de Levi. Entendió lo que estaba cuestionando y sonrió al tomar la decisión.

—No te preocupes, estuve investigando y estoy listo para ti—sus palabras, en vez de calmarlo, lo habían avergonzado aún más—. Estoy preparado para que tú tomes mi cuerpo.

"Mocoso atrevido. Siempre contando con un as bajo la manga..."

Absorto, Levi no pudo retrucar su postura. De hecho, ni siquiera tuvo tiempo de asimilar todo. Cuando intentó darse cuenta, ya estaba besando nuevamente a Eren.

El más joven estaba poseído por un espíritu sediento de placer. Hastiado por la demora y por los contratiempos, el Jaeger tomó la iniciativa para animar al Ackerman; él no permitiría que el último tren se fuera sin siquiera correr.

Por varias semanas estuvo preparándose física y mentalmente para disfrutar del placer carnal junto al hombre que amaba y admiraba. Gracias a las largas charlas con Reiner, aprendió mucho sobre las relaciones entre dos hombres y, sin que su compa?ero lo notase, guardó toda la información y puso en marcha los consejos para que ese encuentro fuese mágico.

Levi, por su parte, estaba atemorizado. ?l sabía cómo proceder, pero jamás se había atrevido a tener relaciones con nadie por temor al rechazo o al fracaso. Las expectativas hacia su persona siempre fueron altas y el miedo recurrente a no estar dentro de ese rango, lo aislaba de cualquier idea. No obstante, la confianza que Eren le estaba otorgando era única. Sentía que podía caminar con él, sosteniéndose mutuamente ante una inminente caída.

Cada uno quitó lentamente la ropa de su compa?ero mientras se besaban con avidez y ferviente deseo. No fue complicado arrebatarse las prendas superiores, pero si costaba trabajo cuando tocaba las inferiores.

Quien tomó la iniciativa fue Levi, desabrochando prontamente el pantalón de Eren mientras deleitaba sus oídos con los jadeos suplicantes del más joven. Alejó su rostro de él y bajó su prenda de un solo tirón, ayudado por el susodicho al momento de quitárselo por completo.

En su panorama, el Ackerman divisaba la juventud en su máximo esplendor. La firmeza de un cuerpo dispuesto a entregarse a las garras del placer por primera vez sin miramientos.

Eren procedió a quitar del camino la ropa de Levi, sorprendiéndose ante lo que el Ackerman escondía en sus pantalones: era mucho más grande de lo que imaginó. Agradecía ser el primero en develar el misterio de la "Leviconda", el famoso rumor que corría entre los soldados y cadetes del Cuerpo de Exploración. El mismo aseguraba que Levi, pese a su baja estatura, era un hombre bien dotado.

Pese a mostrarse reacios al inicio, sus actitudes se tornaron más desinhibidas—más aún la de Levi—al encontrarse desnudos.

Sus manos no sabían por dónde comenzar a tocar: viajaban desde el cuello, acompa?ados de intensos besos húmedos que estremecía su piel. Sus dedos rasgu?aban sutilmente su espalda, provocando que el más joven sintiera cómo la piloerección era cada vez más evidente.

Levi presionó el lóbulo izquierdo de Eren con sus labios. Aquello era una magnífica sensación que experimentaba su piel. Su corazón estaba colapsando ante tantos estímulos en tan poco tiempo.

Luego, viajó tranquilamente por su abdomen, enfocándose en sus pectorales. Allí, el más joven descubrió una zona muy erógena que lo estimulaba al punto de retorcerse sobre sí mismo.

Estaba volando sin poseer alas. Su peso fue aligerado de tal modo que imaginaba alcanzar el cielo en menos tiempo de lo que imaginaba...

De ese modo, llegó al rincón más sensible de su delgado cuerpo. Manipuló su zona íntima con premura y Levi ya no ocultaba su lado lascivo.

Admitía que le resultaba curioso y muy atractivo. Eren sería una peligrosa adicción.

Ambos notaron que sus jadeos cada vez eran más intensos, mas el sonido del mar calmaba a las fieras que residían en sus interiores.

Eren no quería quedarse atrás y también sujetó el miembro del Ackerman para devolverle parte del placer que le estaba dando. Deslizaron sus manos una y otra vez, despertando un indescriptible placer que cosquilleaba en sus cuerpos.

Levi, por un lado, mordisqueaba el hombro de Eren al no controlar el volumen de sus gemidos. El Jaeger, por otra parte, ahogaba sus ganas de ser corrompido, pero cedía cada vez más al pecado.

Aunque ambos se jactaran de ser inexpertos, su instinto los llevaba a actuar sin pensar. Cada uno sabía el rol que les tocaba y no hubo ninguna queja al respecto.

"?De esto nos estábamos perdiendo?"

Besaron cada rincón de sus cuerpos, descubriendo sensaciones increíbles que los trasladaba a otros planos de sus realidades. Ninguno era ni soldado ni capitán, sólo dos almas gemelas en pleno acto de amor. Su primera vez a solas, en cuerpo y alma.

No toleraban la espera. De un momento a otro, sin dudarlo siquiera, Eren yacía bajo el encantador cuerpo de su cazador. ?l, una presa dispuesta a ser devorada, demostró que no existía ningún temor que pudiera hacerlo retroceder.

Esperó deseoso la llegada del hombre que profanaría la tumba de su virginidad, llevando consigo el mejor de sus recuerdos. Levi abrió aquel arcón con recelo y se sumergió en las profundidades de un amor correspondido.

—?Seguro que te encuentras bien?—inquirió al intentar fusionarse —Si voy mal o te hago da?o, dímelo...

—Por favor, continúa —imploró—. Sigue y no te detengas —a?adió.

"?Qué ocultas bajo ese rostro angelical?"

Con el permiso otorgado por Eren, Levi respiró profundo y volvió a intentar adentrarse al cuerpo del Jaeger. Su estrechez lo atormentaba de tal manera que su mente desgarraba su piel.

Cuando por fin logró su cometido, Eren entendió aquel extra?o sue?o que había tenido. Su cuerpo experimentaba un sinfín de sensaciones extraordinarias, cosquilleos que recorrían cada centímetro de su piel y la dicha de sentir a su amor junto a él. No podía estar más feliz.

Las lágrimas recorrieron sus mejillas y la sonrisa de Eren creaban una obra de arte única. Sus gemidos estremecían a Levi, quien trataba de moverse con cuidado. Sin embargo, la desesperación que sentía su ser rebasaba los límites de su cordura.

El Ackerman estaba completamente motivado. Decidió tomar el toro por las astas y acelerar sus estocadas poco a poco.

Sostuvo a Eren por la cintura y cerró sus ojos mientras escuchaba cómo el susodicho gemía cada vez más. Esto lo incentivaba y alimentaba a su bestia interior. Por esa razón, aumentó nuevamente su velocidad mientras soportaba la presión de no terminar antes que Eren.

Notas melifluas de una canción de amor...

Una y otra vez el Jaeger recordaba las veces que se había masturbado después de haber so?ado con tener relaciones con su capitán. Era ilógico en aquel entonces, pero se sintió aliviado al ser descubierto por Levi en pleno acto.

Aunque resultaba incómodo, su relación fue mejorando al punto de terminar en uno clandestino y pasional. Nadie—excepto Erwin—sabía lo que ambos escondían.

—Por favor, no te detengas... —suplicaba Eren entre jadeos.

"?Carajo! No me hables así o no podré contenerme por mucho tiempo más..."

—?SUPL?CAME Y LL?MAME CAPIT?N, MALDITO MOCOSO! —gritó de pronto.

Un fuerte gemido salió del más joven al oír la petición del Ackerman.

—Por favor, capitán... —su tono de voz rozaba los límites de la seducción y la inocencia —No se detenga...

" Imposible no caer si me lo dices de ese modo..."

Sin siquiera pensarlo, ambos alcanzaron el punto máximo del acto sexual. Sus cuerpos estaban completamente exhaustos y el sudor recorría sus frentes.

Juntos conocieron el otro lado de la luna. El rincón más oscuro al que nadie se atrevió a recorrer. La seguridad y astucia de Eren, sumado a la fuerza y experiencia de Levi; darían un extraordinario resultado positivo en el juego del amor.

Levi se alejó de Eren para que pudiera acomodarse, dejando caer su cuerpo.

Luego, este último se recostó en su pecho, acariciando su marcado abdomen.

—Y bien... —comenzó diciendo el Ackerman.

Aquella expresión era única. Sus ojos estaban entrecerrados pero sus orbes brillaban más que nunca. Jamás lo había visto.

—Fue maravilloso—las orbes de Eren se fijaron en el rostro de su amado y a?adió —?Qué sentiste tú?

De pronto, al notar que su mente se nubló, Levi comenzó a reír de vergüenza. Tal era la sorpresa de Eren que no pudo sentirse más afortunado de contemplar una de las grandes maravillas ocultas en el mundo.

—Es difícil de explicar, pero creo que nunca me he sentido tan libre y ligero—alzó su mirada al cielo, focalizándose en dos aves que los sobrevolaba en perfecta sintonía—. Por primera vez, siento que vuelo como ellos.

Después de tantos a?os de caminar en la oscuridad y en la desesperación, la compa?ía y amor de Eren le devolvió la esperanza de un futuro mejor. Aunque sentía un profundo vacío al pensar en ello, deseaba que el Jaeger estuviera con él hasta el fin de sus tiempos.

—Gracias por tus tres hermosos regalos, Levi—el aludido volteó a verlo y acarició sus mejillas—. Soy el hombre más feliz de la región.

—?Tres regalos? —preguntó con un deje de confusión.

—Claro. Pues, conocer el mar fue el primero; tener nuestra primera vez, el segundo...

—Y hasta ahí llegó mi demostración de afecto. Eres demasiado afortunado para conocer mi lado vulnerable, mocoso—respondió en un tono serio.

—Levi, tu sonrisa fue el tercero—al recordar lo que Erwin le había mencionado, se ruborizó—. Ese es mi mayor tesoro. Gracias.

Su rostro denotaba el agradecimiento, la felicidad y el arrojo hacia un mundo diferente, lejos de sus responsabilidades y olvidándose de los titanes. Eren merecía ser feliz en los últimos a?os que le quedaban y Levi no dudaría un instante en hacerlo.

Lo había pensado por mucho tiempo y era hora de que asumiera lo que sentía por él. Aunque su perfil militar decayera por los prejuicios, el Ackerman daría lo mejor de sí para volver a disfrutar de la sonrisa alegre de su amado.

Asimismo, rompería la barrera que aislaba al mundo de él y le mostraría al más joven todo lo que provocaba en su ser. Le brindaría más amor del que solía darle y se aferraría al presente.

—Yo... —era momento de dejar atrás la pena y afrontar sus sentimientos-—Te amo, Eren.

Al oír aquella confesión de los labios de su amado capitán, el aludido lo abrazó con fuerza y rompió en llanto. Sabía que su relación tenía fecha de caducidad, pero no permitiría que esta se adue?ara de su presente.

Estaba conforme con disfrutar de su felicidad y dejar atrás todo, incluyendo al Cuerpo de Exploración si Levi se lo propusiera.

—Y yo a ti... —las lágrimas humectaban la piel del Ackerman—Te amo, Levi.

—Quisiera tenerte así por lo que resta de mi vida—confesó y cerró sus ojos.

—?Por qué no nos olvidamos de regresar, aunque sea sólo por hoy? No quiero que este día acabe y me encantaría pasar una noche resguardado entre tus brazos...

La propuesta era muy tentadora.

—Sabes que no podemos hacer eso. El permiso fue hasta cierto horario, ?entiendes?

—Podemos mentirles. De hecho, puedes decirles que fui secuestrado por un titán y tú debiste encargarte solo—reía —. Al fin y al cabo, es lo que siempre sucedió. Nadie sospecharía.

Eren se apartó del cuerpo de Levi para contemplar su rostro. El Ackerman volvió a sonreír y bajó la mirada.

—Eres un mocoso mentiroso, pero no es mala idea—ambos rieron.

No existía un mejor regalo para Eren que la presencia de Levi en cuerpo, alma y mente. Todo de él era suyo: su tiempo, su piel, su sonrisa y su amor.

Ciertamente, aquel 30 de marzo fue el día que Levi y Eren habían tomado la decisión de rebelarse contra los prejuicios. Si bien, las relaciones clandestinas eran moneda corriente entre los soldados, ellos no serían cómplices de eso. Estaban hartos de ocultarse, de no poder rozar sus manos ni caminar a solas.

—Lo haré por ti—respondió el Ackerman y volvió a besarlo con ternura mientras acariciaba sus mejillas.

Ese día, su mayor regalo fue registrar la sonrisa de Levi. Era sólo para él y nadie más.

En ese entonces, comprendió la razón por la cual jamás lo hacía: esperaba que sólo Eren la conociera y la disfrutara.

Levi mezquinaba su obra artística para el mejor postor...

—Fin.


Muy buenas noches a todos!

En Argentina ya son más de las 12 de la noche y, por ende, es 30 de marzo!

Escribí este Riren para celebrar el cumplea?os de nuestro bello tatakae! Como habrán visto, es semi AU.

Quiero agradecer infinitamente a la autora del bello fanart de la portada, quien me otorgó su permiso para usar uno de sus maravillosos dibujos.

Podrán ver más de sus artes en instagram: https/tortugaconejo_k/?igshid=n81i6k7a6u0n (Kejatona)

Espero que les haya gustado (morí de amor y de risa en un fragmento. Seguro sabrán a cuál me refiero).