Lo siento mi querida Lydia. Lamento mucho haber matado a tu hermosa madre.

Perdóname por ocupar su lugar.

Pero ella... esa mujer iba a arrastrarte al olvido con su debilidad.

Por favor, quiero que borres de tu mente a ésa mujer que te decía "Buenas noches" y te daba un beso en la frente.

La persona que te daba de desayunar todos los días y te preguntaba cómo te fue en la escuela cada tarde.

Lydia...

Con todo el dolor de mi corazón me niego a acudir a tu socorro cada vez que veo cómo todos esos hombres ponen sus manos encima tuyo.

Pero tú no sabes que no duermo ya que esas imágenes tan grotescas y, los sonidos de éxtasis de esos malditos junto con tu gemir se hacen nítidos.

Repito todos los días la misma tragedia.

Pero es por tu bien.

Para que te hagas fuerte y no seas débil como tu madre... ni como yo.

Vi que te creció el cabello. Es largo, sedoso y rubio.

?Recuerdas que así lo tenía ésa mujer?

Por eso al encontrar a un caminante con sus cabellos amarillentos, sucios y el evidente aroma de la vida después de la muerte me recordó a un vestigio del pasado.

No fue fácil obligar a tu madre a que se cortara el cabello hasta quedar calva y, que todo rastro de su feminidad muriera como ella.

Lloro en silencio.

Me duele aceptar que tú ya no eres esa jovencita tan peque?a, tan pura y virgen que cargué una vez en brazos después de darte a luz.

Ahora sólo eres escoria.

Eres un objeto de deseo, un juguete fácilmente despreciable.

Eres mi saco de boxeo.

Pero es por mostrar autoridad en un mundo que nos obligó a ser animales.

?Recuerdas que leía mucho libros sobre la naturaleza?

Incluso hay algunas especies que matan a sus hijos para sobrevivir.

?Créeme que no pude hacerlo!

Aquellas veces que te llevaba al bosque.

Las ocasiones en las que caías en un sue?o profundo.

No pude dispararte en la cabeza.

Ni siquiera ponerte una almohada en la cara para que evitaras vivir una realidad que no era apta para tí.

?Sabes por qué?

Porque soy débil.

Pero más que nada...

Porque eres mi hija.

No importa las veces que niegue nuestro lazo.

Que te trate cual basura.

Eres mi hija.

Por favor.

Olvida esa parte de mí que siempre te amó.

Yo ya no soy tu madre.

Yo la maté.

Ahora soy Alfa.