SPIDERGIRL PARTE 6

En la siguiente parada del recorrido, para mi desgracia, la vida me recordó que no podías ignorar a las personas por siempre.

-?Natsuki!-. Una chica rubia me vio desde lejos y se acercó con una sonrisa. -Tanto tiempo sin vernos-. Vestía una bata blanca, con las mangas arremangadas.

-Sí-. Fruncí el ce?o. -Ya no había venido-.

Entonces, ella notó que no estaba sola, le tendió la mano a Shizuru. -Alyssa Searrs-. Conociéndola, aunque le sonreía, estaba analizándola.

Y Shizuru no se quedaba atrás. -Shizuru Fujino-. Estrechó su mano con seguridad.

-?Fujino?-. La expresión de Alyssa cambió un poco. -Que interesante-.

Ahora déjenme aclarar algo, el ambiente se puso tan denso que habría podido escalarlo, no sé de que me perdí, pero esas dos, bueno, creo que no se cayeron muy bien.

-Se?orita Searrs-. Uno de sus empleados acudió a ella. -La necesitan en el laboratorio 6-. ?l tenía cara de preocupación.

-Sí, sí, por supuesto-. Le hizo una se?a. -Bueno, Natsuki espero volver a verte pronto-. Miró a Shizuru. -Fujino-. Con eso, se dio la vuelta, y joder, corrió al laboratorio .

Intenté recordar que demonios había en ese laboratorio, pero o mi memoria estaba peor que otros días, o mi madre nunca me había contado con que trabajaban ahí.

-Así que, ?amiga de la chica Searrs?-.

-Algo así, supongo-. Fruncí el ce?o. -Dudo mucho que alguien quisiera evitar a sus amigos-.

Suspiré desganada, mi primer motivo para dejar de ir a los laboratorios Searrs, fue esa maldita ara?a, el segundo motivo fue su heredera.

-Para ser franca, creo que tú eres mi única amiga Shizuru-.

Era extra?o porque, prácticamente había pasado la mayor parte de mi infancia junto con Alyssa, pero nunca sentí ninguna conexión particular con ella, dios, estaba en un montón de mis recuerdos e igual no la había echado de menos ni un poco cuando dejé de verla.

-Ara-. Puso una sonrisa juguetona. -?Es esta la llamada friendzone?-.

-Idiota-. Negué con la cabeza.

Juraría que de reojo vi algo en un ducto de ventilación, pero cuando volteé, no había nada, eso no me gustó, aun no estaba tan loca como para alucinar.

Para nuestra fortuna, solo hubo una parada más antes del final del recorrido, mientras caminábamos a la salida…

-Y… -. Me callé porque volví a ver algo en la ventilación, entrecerré los ojos, parecía algo… ?viscoso??rojo, quizá? -Shizuru-. Oh no, no, no, ?otra de las mierdas de Searrs se había fugado? -No te separes de mí-.

-?Natsuki?-. Creo que el comentario la preocupó. -?Qué sucede?-.

Una vez más, lo vi en otra rejilla, era como si esa cosa buscara algo.

-Tenemos que salir de aquí, ya-. La tomé del brazo y apresuré el paso.

-Kuga-.

-Ahora no, Reito-. Me mordí la lengua para no gritarle.

-Natsuki-. Shizuru, con justificada razón, comenzaba a tener un poco de miedo.

Sentí un mano en mi hombro.

-Estás arrastrando a Shizuru-. ?l parecía genuinamente molesto.

-?Arrastrar?-. Esa era una exageración. -Te arrastraré a ti para que veas cómo es eso-. Dije con sarna; y es que, yo no estaba lastimando a Shizuru, quería salvarla de lo que sea que se hubiese escapado de su confinamiento.

-?Me estás amenazando, Kuga?-.

-?No ves lo obvio, Reito?-. Fruncí el ce?o.

-Tranquilicémonos-. Shizuru intervino. -Natsuki no está haciéndome nada malo, Reito-.

Fue reconfortante saber que Shizuru en ningún momento me temió a mí, temía a lo que podía estarme alterando.

Mi sentido arácnido se activó.

Y entonces, las luces se apagaron.

Sentí que algo saltó hacia mí, me agaché a tiempo, pero esa cosa arremetió de nuevo.

Empujé a Shizuru lejos de mí. -?Maldición!-. Algo intentó rasgar mi pierna.

-??Natsuki!?-. Por como gritó, temí que también la estuvieran atacando.

Esa cosa, fuese lo que fuese, era rápida, chocó con mi pecho, con la fuerza suficiente para tirar al suelo a alguien normal.

Las luces volvieron.

Shizuru estaba frente a mí, sus ojos se abrieron mucho, de inmediato corrió a abrazarme. -Natsuki-. Susurró en mi oído. -Tu traje-.

Cuando me atacó, esa cosa desgarró mi ropa, tenía un corte en mi pantalón, y otro grande en mi sudadera, podía verse la ara?a en mi pecho. Tuve un escalofrío al pensar que esa cosa quería meterse en mí, y que lo único que lo había frenado, era que mi traje era como una armadura.

Reito ya no estaba, el profesor les decía a todos que nos apuráramos en salir al estacionamiento.

-?Tú estás bien?-. Le pregunté.

-Sí-. Al romper el abrazo, se quedó muy cerca, para cubrirme.

-Bien-. Suspiré. -Demonios-. Caí en cuenta de mi problema.

Ella se quitó su chaqueta. -Veamos si gano puntos para salir de la friendzone-. Sonrió.

Maldición, ?en verdad tenía que sonrojarme?

-Gracias-.

Me puse su chaqueta y la cerré hasta el cuello.

Seguimos a los demás al autobús.

Nos sentamos en los asientos del medio, Shizuru me cedió el lado de la ventana. -Una razón más para no querer volver a este lugar-. Dije entre dientes.

?Esa cosa había ido a por mí intencionalmente?

?A dónde se había ido después?

?Qué era?

Pensé en llamar a mi madre, pero joder, en esas circunstancias, era casi seguro que no me contestaría.

-?Te pasan cosas así a menudo?-.

-Bueno… -. Tuve una serie de recuerdos desagradables. -El a?o pasado luché contra un científico loco-. Fruncí el ce?o. -El hombre tenía brazos metálicos en su espalda-.

-Espera… ?no fue cuando el muelle se vino abajo?-.

Oh cierto, algo de eso había salido en las noticias.

-Sí-. Me recargué en la ventana. -Ese día me cayeron muchos tablones encima-.

-Suena a una locura-. Dejé que se recargara en mi hombro.

-Sí lo sé, pero locura o no, tengo que hacerlo-.

-No hay ninguna regla que diga que tienes que hacerlo, Natsuki-. Con su dedo índice, dibujo círculos en mi mano, que tenía apoyada sobre el asiento.

-?Si no lo hago yo, entonces quién?-. El 50% del tiempo, ser un superhéroe era un grano en el culo.

-Tienes la opción de no hacer nada-. Bajé la mirada, nos miramos a los ojos. -Por lo que he visto, casi todos te caen mal, entonces, ?por qué los ayudas?-.

Era una excelente pregunta, no me gustaba socializar, la sociedad me ignoraba olímpicamente, y de todos modos, cada día salía a la ciudad como Spidergirl; supongo que ciertamente, eso no tenía mucho sentido.

-Sí, sí, casi todos son una molestia, pero prefiero irme a la cama con la consciencia limpia-.

No importaba que nadie más lo supiera, yo sabía que yo podía hacer la diferencia.

-Ara, deberías aceptar que eres una buena persona-.

Para mi desgracia, estaba tan cómoda con Shizuru, que no vi que aquella cosa se había subido al autobús con nosotros.


?Mencioné que tenía clases de Arte? ?No? Bueno, odiaba esa clase, por un simple motivo…

-?Takeda!-. La profesora estaba rega?ando al pobre de Takeda, de nuevo. -?Tienes que dibujar otra cosa, además de Spidergirl!-.

Joder, Takeda, para todos sus trabajos, me usaba a mí de referencia, y ok sí, dibujaba muy bien, pero ya hasta a mí me daba miedo su obsesión.

-Pero dijo que era tema libre-. Intentó defenderse.

En mi cuaderno, tenía un dibujo de la ciudad, vista desde uno de los rascacielos, parecía más un bosquejo que otra cosa, pero se entendía la idea.

-?Se basa en algo que viste?-. Shizuru estaba sentada a mi derecha.

-Sí, es mi vista preferida-. Dejé el lápiz en la mesa. -?Y tú qué haces?-.

Por primera vez, vi a Shizuru sonrojarse, fue un rubor muy muy muy leve, pero estuvo ahí.

-También mi vista preferida-.

-?Y no me dejarás ver?-. Enarqué una ceja, Shizuru era tan segura que era extra?o verla… ?apenada?

Me mostró su cuaderno, ahí fui yo quien se sonrojó, era un retrato mío, estaba de frente, con mi usual cara de pocos amigos y mi chaqueta favorita, nunca le había dicho que esa era mi preferida, sin embargo, era la que usaba más a menudo, eso quería decir que, en efecto, Shizuru tenía tiempo observándome.

Por todos los cielos, ?Cómo era que no la había notado?

?Tan malditamente despistada había sido?

-Yo…-. Había visto un montón de dibujos de Spidergirl, era la primera vez que veía uno de Natsuki. -Es lindo-. El rubor me subió a las orejas.

-Me alegra que te gustara-. Su sonrisa opacó mi vergüenza.

-Estás obsesionado con ese fenómeno-. En el otro lado del salón, Nao soltó su veneno sobre Takeda.

-?Oye!-. Takeda puso una cara de enojo. -Spidergirl se juega la vida por la ciudad, ten más respeto-.

-Lanza telara?as-. Vi la malicia en su sonrisa. -Es un fenómeno-.

Negué con la cabeza; debí dejarla pegada en el techo del pasillo cuando tuve la oportunidad.

De un modo que parecía sacado de película, la pared que daba al exterior ?explotó!

Por reflejo, cubrí a Shizuru con mi cuerpo.

Los gritos no se hicieron esperar.

-Solo quiero un maldito día normal… -. Mascullé mal humorada. -?Vámonos!-. La tomé del brazo y corrimos afuera, como todos los demás, solo que nosotras no gritábamos como poseídas.

-?Eso también es común?-. Mis respetos, mantuvo una voz serena, sí que sabía controlarse.

-Eh… normalmente no en la escuela-. Justo ahí, escuché otra explosión. -?Demonios!-. Miré hacia todos lados. -Shizuru yo…

-Ve-.

Salí corriendo al armario más cercano, ahí, me cambié a mi traje, metí todo en mi mochila y la pegué entre unas cajas esperando encontrarla de regreso, sobre todo porque ahí estaba la chaqueta de Shizuru.

Atravesé una ventana que ya estaba rota para llegar al jardín principal.

-?Qué o quien está explotando mi escuela?-. Observé alrededor, además de los alumnos gritando y corriendo, no vi nada que me dijera que estaba sucediendo.

Fruncí el ce?o, no podía detener las explosiones si no sabía que las originaba.

Hubo una tercera detonación cerca de mí, en el edificio del que había salido, los pedazos de concreto que volaron cayeron desde el tercer piso e iban directo a…

-?Maldición!-.

Mi odioso profesor de Química.

Le lancé una telara?a, esta se adhirió a su cintura, lo jalé hacia atrás, evité que quedará completamente aplastado contra el piso.

-?Spidergirl!-. No esperaba esa cara de asombró viniendo de él. -?Gracias!-. Tenía ganas de decirle que, si tan agradecido estaba, dejará de reclamarle a Natsuki cada vez que llegaba tarde, por estar ya saben… ?Salvando vidas!

Ok, ok, me alteré.

-?Spidergirl!-.

Cuando levanté la vista, me encontré con un chico que colgaba del tercer piso, ?cómo era que estaba ahí, sin haber volado en pedazos?

-?Ya voy!-. Subí allá.

Lo alejé del borde y lo puse a salvo en una parte del salón que no parecía a punto de derrumbarse. Estaba por irme y…

-?Alto ahí, Spidergirl!-. Volteé por sobre mi hombro para verlo. -?Un paso más y explotó!-. Abrió su chaqueta, debajo tenía un chaleco bomba.

Fruncí el ce?o. -?Te conozco?-. Desde que lo vi colgando del edificio, algo no me había cuadrado.

-?Metiste a papá a prisión!-.

Sí bueno…

-He metido a muchos ahí, se más específico-.

No iba a recordar a todos los que había metido tras las rejas.

-?TE HAR? EXPLOTAR!-.

Les juro que casi escuché el sonido de un grillo.

-Eh… en un parpadeo yo estoy fuera y tú te haces mierda, ?estás seguro?-.

-??Qué!?-. Alzó los brazos. -??No te importan que muera!?-.

-?Por qué lo haría si tú quieres matarme?-. Me encogí de hombros.

Ahora, no era la primera vez que alguien quería matarme solo por ser Spidergirl; tres semanas atrás, mientras ayudaba a una viejita a cruzar la calle, un tráiler intentó atropellarme; un mes antes, el due?o de un puesto de tacos quiso dispararme por comprar en el puesto de al lado.

-??Qué clase de superhéroe eres!?-.

Aprovechando que aun tenia las manos arriba, le disparé mi telara?a. -?OYE!-. También até sus piernas. -?PERO…-. Y le tapé la boca, que ya me estaba irritando.

-La clase de superhéroe que se deshace de idiotas como tú-.

Para no hacerles eso más largo, lo saqué del edificio y esperé al escuadrón anti bombas para que le quitaran ese chaleco tan feo, de paso les dije que había intentado decorar las paredes con mis restos, eso no les hizo gracia a los policías.

Por supuesto, las clases no continuaron después de eso.

Solo quería tomar mi mochila y largarme. Me escabullí por la escuela hasta el armario donde estaban mis cosas, por suerte, sí las encontré, no me molesté en cambiarme, planeaba columpiarme de regresó a casa.

Pero mis planes tuvieron un giro inesperado cuando vi a Shizuru caminando hacia el estacionamiento, desde lejos pude ver que tenía una expresión de tristeza.

-?En qué estoy pensando?-. Mascullé.

Veloz, me metí a la copa de un árbol bastante tupido, ahí volví a mi ropa de civil, y salté al piso justo cuando Shizuru pasaba por ahí.

-?Puedo ir contigo?-. Su cara cambió al verme. -Odio el autobús-. Me mostró una tenue sonrisa.

-Claro-. Acercó su mano a mi cabeza, me sacudió el cabello. -Tenías unas hojas-.

En el trayecto, seguí percibiendo cierta tristeza en ella, me quebré la cabeza pensando en alguna forma de subirle el ánimo, hasta que recordé la clase de Arte.

-Oye Shizuru-. Sentí que mi sonrojó aparecería pronto. -?Le temes a las alturas?-.

Negó con la cabeza. -?Por qué la pregunta?-. Alzó una ceja.

-Sí bueno… -. Desvié la mirada. -Tú… -. Sonrojo activado. -?Te gustaría ver la ciudad desde arriba, conmigo?-. Tomé aire. -Como una cita-. Dije rápido.

-Natsuki…-. Sí, sí, seguía sorprendiéndole que yo tomara la iniciativa, ?tan extra?o era? -Me encantaría-.

Ella sonrió.

Y yo también sonreí.

-Iré por ti en la noche, deja tu ventana abierta-.


Las horas pasaban y mi mamá no regresaba a casa, supuse que era de esperar, con todo lo que había ocurrido durante la ma?ana, era muy probable que ni siquiera regresara esa noche, ya que alguien tenía que arreglar el desastre de los laboratorios Searrs.

Subí a mi habitación para alistarme. Mientras me duchaba, le eché un vistazo a la cicatriz en mi abdomen, por su apariencia, cualquiera habría dicho que era de hace un par de meses.

-Muy bien Kuga, no es para tanto-. Solo podía pensar en la cita con Shizuru. -Querías subir su ánimo, eso es todo-.

Estaba tan distraída con eso que, al tomar la botella de shampoo, se quedó pegada a mi mano.

-?Oh, por favor!-. Sacudí la mano. -Se supone que esto ya no pasaba-.

Salí de la regadera con una mano pegada a mi toalla. -?Es en serio?-. Intenté despegarla. -?Tan nerviosa estoy?-. Se despegó de la toalla y se pegó a la pared. -?Es ridículo!-.

Oh no, no, no, no, mis superpoderes no iban a descontrolarse por una chica, y menos aun cuando planeaba usarlos con esa misma chica.

-Kuga, tú puedes-. Respiré hondo. -?Sí!-. Y recuperé el control de mis manos.

Lo siguiente fue secarme el cabello, porque usar la máscara con el cabello húmedo era H-O-R-R-I-B-L-E.

Me puse mi traje, y, arriba la chaqueta de Shizuru.

Cuando anocheció, le dejé una nota a mi madre antes de salir por mi ventana.


La verdad, no sabía cual era la habitación de Shizuru, había olvidado preguntarle, podría haberle llamado, pero sentí que arruinaría el momento. Cubierta por la noche, escalé por la pared lateral de su casa, vi una ventana abierta y las luces encendidas, con mucho cuidado, me acerqué para dar un vistazo, vi a una mujer que sin duda era la madre de Shizuru.

-Oh genial-. Pensé. -Perfecta manera habría sido de presentarme a su familia-. Sacudí la cabeza. -Como una acosadora-.

Rodeé la casa hasta la pared que daba al patio trasero, ahí vi otra ventana abierta, y en el marco estaba sentada Shizuru.

-Soy Natsuki-. Dije para que no pensara que era un intruso.

-Ara, entra-. Percibí cierta emoción en su voz.

Salté a su habitación.

Las paredes eran de un violeta oscuro, la pared frente a su cama era un librero enorme, y a diferencia de mí, su escritorio estaba limpio y ordenado.

Me quité su chaqueta. -Gracias por cubrirme-. Se la entregué.

-De nada-. La puso sobre su cama. -Me gusta tu nuevo traje-.

-Gracias-. Agradecí que la máscara me tapaba la cara. -?Estás lista?-. Asintió. -Confía en mí-. Extendí los brazos. -Tú… tendrás que abrazarme-.

-Ara, ?era plan con ma?a?-. Puso una expresión coqueta.

-Claro que no-. Dije muy rápido. -Es solo que no quiero llevarte como costal de papas, no sería seguro para ti-.

Demonios, no quería terminar rompiéndole el cuello.

-Entiendo, entiendo-. Rio. -Por mí, encantada de abrazarte-. Se acercó a mí, sus brazos rodearon mi cuello, con mi brazo derecho abracé su cintura, traducción, estábamos muy cerca, demasiado cerca, y mi traje era prácticamente una malla. -Apuesto a que estás sonrojada, Natsuki-.

-Shizuru…-. Sí, claro que lo estaba.

Nos saqué por la ventana.

Por su seguridad, evité hacer esas piruetas en las que me contorsionaba, y cualquier otro movimiento que pudiese comprometerla a ella. Era el viaje más tranquilo que había hecho en un largo tiempo, pero escuché su risa y supe que era perfecto.

Tomé el camino largo para mostrarle como se veía el mundo desde mi perspectiva, y bueno, seré franca, también porque quería abrazarla por más tiempo.

Finalmente, nos llevé hasta lo más alto de mi edificio preferido, en un punto donde si quería, ella podría parase por su cuenta.

-Natsuki, es hermoso-. Sin dejar de abrazarme, contempló la ciudad, miles de luces la iluminaban.

-La ciudad es bella cuando no está en llamas-. Vi su rostro. -Confía en mí Shizuru-.

Nos sentamos al borde del edificio, con nuestros pies suspendidos en el vacío; por supuesto, no la solté en ningún momento.

Con mi mano libre, me quite mi máscara.

Shizuru sonrió.

-Acabas de hacer perfecta mi vista-. Besó la comisura de mis labios. -Gracias, Natsuki-