"?A recargar!"

El grito congela mi sangre, todo parece parar y yo admiro a las bestias que nos atacan. Gordas y flacas, verdes y azules, lo único que quieren es mi carne.

Una de ellas se aprovecha de mi pausa y embiste con todas sus fuerzas, su mano derecha me toma del torso y me levanta como si la gravedad no existiera, me lleva con él por lo menos 5 metros en línea recta. Ya no puedo ver a mis compa?eros, ellos también están siendo superados por aquellas bestias, en ese momento mi sangre hierve, mis piernas y manos reaccionan y con mucha dificultad guió mi mano izquierda a mi bolsillo trasero, donde tengo escondido un cuchillo de cacería. Apunto de tomar el cuchillo, siento que mi espalda choca contra algo muy duro, el sonido de huesos quebrándose es ahogado por mis gritos de dolor.

La bestia no me suelta, y en cambio, me levanta rápidamente dos metros sobre el suelo y me estrella con crueldad en el frío asfalto.

1, 2, 3 veces, todo me da la vuelta, 4, 5, 6 mi visión se empieza a tornar negra, 7- la bestia me suelta repentinamente, mi magullado cuerpo se estampa por última vez contra el asfalto.

Abro mis ojos un poco y veo a la persona que me ayudó, uno de mis compa?eros, ya no tiene una parte de su oreja derecha y parece cojear, pero está en pie aun, al parecer la horda de bestias había sido aniquilada.

Mi compa?ero me mira con una cara seria y me dice:

"Esto es más jodido de lo que pensábamos"