-?Mi amor, te lo puedo explicar!

-?Bájame y corre porque te voy a matar!

JiYong forcejeaba con su marido, y lo golpeaba en los hombros, para alejarse de él. Lo cual era algo difícil, estando suspendido, desnudo, empotrado contra la puerta y con las piernas enredadas en las caderas de SeungHyun.

-Espera, mi amor, no te muevas tanto, ?Aún estoy adentro!- El mayor intentaba no ser golpeado por su esposo, porque aunque era chaparrito y hermoso, tenía harta fuerza el canijo.

-?Pues salte! ?Ni que fueras perro para quedar pegados! ?Suéltame, me das asco SeungHyun!

-No exageres mi amor, déjame explicarte.

Cierto, JiYong tal vez estaba exagerando, pero no lo podía evitar. Sintió coraje cuando le confesó su estupidez. Es decir, él se sintió muy culpable por haberlo hecho elegir entre su familia y él. Aunque siendo justos, ?él era su familia! Su prioridad siempre debía de ser él y sus futuros hijos, pero ese no era el tema.

?Se torturó por semanas! Bueno, tal vez no semanas exactamente, pero sí que se sintió mal. O sea, había hablado con su suegra por teléfono varias veces para explicarle que este a?o no los iban a visitar -otra vez- durante día de muertos, y por consiguiente, tampoco en el cumplea?os de su esposo.

Hasta que unos días atrás, SeungRi le había preguntado sobre qué podría darle de regalo a SeungHyun. Según el menor era pago por ayudarlo a reconquistar a SeHun, pero igual era por su cumplea?os que sería el domingo.

Lo que más coraje le daba era que desde que lo supo, él estaba preparando una mega sorpresa con su regalo -ni pensarlo quería, porque con su suerte seguro se le salaba- y este pendejo despilfarrando el dinero en turbo mamadas.

Tenía unas pinches ganas de matarlo, pero ya había hecho tremendo gasto, que mínimo debería dejarlo que lo viera, además que nunca se había cogido a uno de treinta… Lo más sensato sería dejarlo vivir al domingo, y ya luego lo mataba.

Sí, eso haría.

Pero ni de pedo lo iba a perdonar.

-Te juro que te lo iba a decir, sabes que yo no te puedo ocultar nada.- Su ranchero le suplicaba, pero no, no iba a ceder a la primera.

-A mí no me des tus excusas pedorras pseudorománticas, ?Ya bájame!

Como pudo, SeungHyun se salió del cuerpo más peque?o, y por fin lo dejó sobre sus piernas. JiYong no esperó, ya que sólo habían pasado un par de minutos de haber tenido un poderoso orgasmo, que sus piernas le fallaran de tal forma que casi cayó al suelo y que de no ser por su marido que reaccionó rápido tomándolo de la cintura, se habría estampado de nalgas en la bella madera del piso de la habitación que compartían.

Eso sólo enfureció más al menor.- ?Me mega caga que seas tan bueno para coger! ?Me lleva la verga! Siempre me dejas las piernas temblando, ?parezco Bambi!

Escuchó perfectamente que SeungHyun reprimió una risa, al menos el maldito pensaba en su bienestar físico, porque si soltaba algo, hasta lo más mínimo parecido a una carcajada, le cortaría el pito.

Aunque luego el que sufriera fuera él, por haber perdido semejante máquina de placer, pero en la vida se debían de hacer ciertos sacrificios.

-Mi amor, te juro que no vuelvo a hacer algo así, fue una estupidez, no soy digno de ti, lo sé, pero perdóname mi cielo, no me mates.- El mayor se puso de rodillas, y sin soltarlo de la cintura, se abrazó a él.- Por favor, bebé, no me hagas esto, perdóname, por favor.- Enterraba su rostro en la pancita plana del otro.

JiYong no quería perdonarlo, en serio que no. Pero era muy difícil resistirse a ese pedazo de mierda que le suplicaba de rodillas.

Maldito corazón de pollo que tenía.

-No creo que estés arrepentido, no con esa cara de pendejo que tenías allá afuera vestido de viejo lesbiano.- Se cruzó de brazos, y se negaba a mirarlo a los ojos. Sabía que si lo hacía, ya tenía la batalla perdida.

-Mi amor, yo solo pongo esa cara por ti.- Dijo el regio, dejando un besito en su ombligo, que le provocó un escalofrío, pero siguió firme en su posición.

-?Ahora yo soy la causa de que parezcas pendejo?- A?adió en su mejor tono de indignación que pudo.

-No, o sea, es que cuando estoy contigo parezco pendejo, chaparrito, pero sólo porque estoy bien pinche enamorado de ti.- Dejó otro besito en el mismo lugar.- Al chile que te amo un verguero, mijo, no, ?más! Te amo un chingo y medio, chaparrito de mi corazón.

El menor sintió que sus piernas recuperaban un poco de su fuerza, y estuvo tentado a darle una patada en los huevos, porque ni creyera que iba a caer en su manipulación verbal, sus pinches palabras bonitas que nomás se las decía para que se le fuera el coraje. Ya era inmune a sus mamadas-

Entonces sintió algo.

-Ah, no, SeungHyun, no empieces.- Intentó alejarse, porque no, tenían que arreglar esto como adultos, no como los pubertos calenturientos que parecían.

-Pero chaparrito…-Suplicó con voz grave, y ahora sí que no pudo contra el escalofrío que le provocó esa mano cerca de sus nalgas.

Tenía que poner distancia cuánto antes.

-?No! Suéltame.- JiYong sintió como uno de los gruesos y largos dedos de su esposo, quería entrar en él. Se mordió el labio inferior, cuando entró de golpe. Fuck, pss a la mierda.- No podemos solucionar todos nuestros problemas cogiendo, gordo.- Suspiró, tomando la cabeza entre sus manos, para evitar que fuera más abajo.

Lo conocía perfectamente.

-Claro que sí, mi vida.- Dejó un besito sobre el tatuaje de "XX" que tenía arriba del ombligo, y luego metió obscenamente su lengua ahí. Su ranchero sabía que amaba que hiciera eso.- Literalmente, todos nuestros problemas se pueden solucionar cogiendo, mi cielo.- Susurró gravemente. Escuchó los jadeos que soltó JiYong y sonrió, moviendo un poco el dedo que seguía dentro de su amado, buscando lo que sabía que haría que el menor por fin lo perdonara.- Chaparrito, sigues bien mojadito aquí.- Lamió su pene y vio como se levantó un poco. Sonrió.- Hola, mi amor, hoy no te di tu besito de buenos días.- SeungHyun tomó el pene en su mano, y le dio un beso en la punta.

-Basta.- Gimió JiYong, y sin aviso, sintió como su marido acariciaba su próstata, provocando que sus piernas fallaran de nuevo.

Pero como siempre, SeungHyun estaba listo para sostenerlo.

El regio, haciendo alarde de su norte?a fuerza, lo tomó de las nalgas, para cargarlo y llevarlo a la cama que estaba detrás de ellos. JiYong sólo se sostuvo como pudo del cuello de su esposo.

-Ya te dije, que no te voy a perdonar, ni aunque me vuelvas a coger bien rico.- Dijo con dificultad, intentando mantener el poco enojo que le quedaba.

-Bueno, pero déjame intentarlo.- Besó al más bajito en los labios, antes de dejarlo en el firme colchón.

Maldito ranchero con pito sabroso.

JiYong recordaba muchas cosas después de coger. Por alguna razón, su mente quedaba súper despejada y le llegaban anécdotas, datos, en fin, cosas que normalmente no tenía muy presente en su día a día, pero en esos momentos de affter sex, pues sí, los veía clarísimos.

Su familia no quería mucho a SeungHyun, ni siquiera porque era el único que lo obligaba a hablarles en navidad y a mandarles una postal por whatsapp. Bueno, estaba seguro que su papá lo quería, pero aún no se recuperaba del desprecio que le había hecho al reusarse a trabajar en la empresa familiar, así que prácticamente era como si lo odiase también.

Para su regio amor, la familia era lo más importante, y claro que era fácil para él decirlo, porque su familia era genial y cocinaban bien chingón. Todos eran súper lindos, lo adoraban y siempre lo trataban como lo que era, el bebé de la casa, y desde la primera vez que lo había llevado al rancho, notó que era exactamente lo mismo con él, lo consentían tanto como a su esposo.

Bueno, había unas tías que eran medio perras con ellos, pero casi no las trataban.

Ah, y la prima zorra que nunca faltaba en las familias. Pero omitiéndolas, los Choi eran a toda madre.

Siguiendo con el divagar de sus pensamientos, aunque ahora todo estaba bonito, lleno de sexo, amor y deudas, no se habían casado tan fácilmente. Conseguir algo parecido a la aprobación de los Kwon, les había costado su buena dosis de drama a lo "Amarte duele". Bendito Dios, él estaba vivo, pero sólo porque su ex era aún mas pu?etón y cobarde que El Francisco, y le tenía pavor a su gordo... y después de la madriza que le había puesto por andar jodiendo con que "regresaran", cualquiera se hubiera acojonado, la verdad.

El punto es que lo que realmente había recordado, fueron las -ahora- sabias palabras de Dami: "Neta que ese pito te tiene bien apendejado, JiYong, culo si no". Y pues sí, la verdad es que una buena verga te podía poner bien pendejo, y afortunada -o desafortunadamente- se había casado con el poseedor de una magnífica.

No tenía idea de porqué se acordó precisamente de eso en este momento, pero cuánta razón tenía su hermana.

SeungHyun estaba recostado sobre su pecho, y aunque le estaba costando un poco respirar, no tuvo el corazón para quitarlo de ahí. Además de que estaba jugando con las orejitas chistosas de su marido, amaba hacer eso, pero tenía un efecto secundario cagado, ya que era la forma más fácil de ponerlo a dormir.

-Me estás durmiendo, mi vida.

JiYong soltó una risita, pero no se detuvo. Lo mataba de risa que ese simple acto, lo pusiera como bebecito a hacer la meme.

-Si sigues así, vas a tener que ir con el SeungRi para que los despache a todos, porque esta peda se va a acabar.- Susurró lentamente, se escuchaba como si tratara de mantener la conciencia.

Pero eso no le gustó a JiYong.- ?Qué? Ay no, gordo, si acaba de empezar. Todavía ni hemos hecho shots, ni el karaoke, recuerda que me debes un dueto.

-Ohhh, pero tú pura canción gabacha quieres, mi reina, ?Cuándo me vas a dejar cantar a mi Galito de Oro?- La voz del mayor seguía sonando somnolienta, pero claramente había un reclamo en su tono.

-Siempre cantas esa cosa fea, gordo.- Le jaló un poco su oreja izquierda, pero sin mucha fuerza.- No, vamos a cantar una de Ariana.

-Ay, no, así no, mejor ya me duermo a la verga.- Restregó su rostro sobre su pecho y lo apretó un poco más.

-Va, entonces voy a ver si SooHyuk quiere cantar una conmigo.

SeungHyun se levantó de su lugar, y lo miró con rencor directo a los ojos.- No andes chingando con eso, eh, porque ya sabes que ese cabrón te toca la sombra y le parto su carita de mierda que tiene, le hago otra rinoplastia y de a grapa.

Jiyong no quería usar la carta del ex, pero siempre era útil en estas situaciones que se ponía de pesadito, además que no lo tenía contento con sus mamadas.

-Ya tuvo demasiadas operaciones en su nariz gracias a ti.- Intentó relajarlo porque sí lo vio molesto, y tampoco quería seguir peleando.- Ay, gordo, ya sabes que a ese güey ni le hablo, siglos sin saber de él.

-Ah.- Dijo simplemente, algo avergonzado de la escenita que hizo sin sentido… Así que regresó a su posición anterior, y le sacó un poco el aire por lo brusco del movimiento.

Acarició el suave y sudado cabello.- SooHyuk o no, tenemos que ir, gordo, hay que ver que no nos chinguen la casa.

El mayor no respondió, hasta que susurró.- ?No te quieres poner un piercing en la bubi, mi amor?- Dijo, tocando el pezón izquierdo del menor.

Esa pregunta lo sacó de onda, pero le siguió el juego.- ?Claro! Pero sólo si te pones primero uno, en tu verga.

-?Amor! No chingues eso duele.- Se sentó y lo encaró, viéndolo asustado por la idea.

Reprimió la carcajada que quiso soltar por su cara de espanto.- ?Y tu crees que en el pezón no, pendejo?

-Pues, sí pero he visto que un chingo se lo ponen, ha de ser por algo, ?no?- SeungHyun se tocó el labio, pensativo.

-No, además no me gustan.- Se cruzó de brazos, como protegiendo sus pobres pezones de ser perforados.

-Te verías bien bonito.- Levantó las cejas, coqueto.- Pero pensándolo bien, mejor no. Porque luego como le vas a dar pechito a nuestros morritos.- Negó con la cabeza.- Aunque puede ser una buena fuente de hierro, ?Tú qué dices?

JiYong le dio un zape, y el otro solo se rió, sobándose el lugar agredido.- Digo que eres un tarado.- Pero se rió de lo ocurrente que es su ranchero.

-Tienes razón, porque seguro la leche les va a saber a tubo.

-?Ya cállate! ?Cuántas veces te dejó caer mi suegra cuando eras chiquito?- Se carcajeó, tomando una de las almohadas para golpearlo y que por fin se callara.

-?Ninguna! A mí sí me querían.- El regio le quitó el suave arma, y la abrazó a su cuerpo.

-?A mí también!- JiYong se rindió con él, así que decidió por fin levantarse de la cama.

-?Quién dijo lo contrario, ah?

-Shut, up!- Le gritó medio frustrado, medio riendo.

-A mí no me hables así, open inglish.

-?Cállate!- Se rió, buscando en el piso su disfraz de dinusario rosa, haciendo una mueca de disgusto.- ?Tenemos que ponernos el traje de nuevo?

-Pero claro que sí, mijo, si ya me vas a hacer salir, mínimo hazme el honor de seguir siendo mi vieja piruja.- Dijo una vez estuvo de pie a su lado, dejando un besito en su hombro desnudo, acariciando su cintura con suavidad, antes de agacharse para tomar el suyo verde.

-Amor, estamos todos cochinos.- Hizo una mueca de disgusto.

-?Y?- SeungHyun ya tenía un pie dentro de una de las patas.

-Apestamos a sexo, yo me voy a ba?ar.

-Ay, mi reina, todos ya deben de habernos escuchado coger, a quién quieres enga?ar, no mames.- Se rió, pero recibió una nalgada, que lo hizo girarse indignado a su esposo.

-No seas nasty, gordo, vamos a darnos un ba?ito.- JiYong lo rega?ó, a veces sentía que más que marido, tenía un bebé de uno ochenta.

-Te encanta mi olor a hombre, no te hagas.- Levantó coqueto sus gruesas cejas, sonriendo como el ma?oso que era.

-Yo no dije lo contrario.- Le gui?ó un ojo, y se dirigió al ba?o, sabiendo que sería seguido por su esponjadito.

Rezaba para que salieran hoy, porque conociendo a SeungHyun, le iba a intentar meter mano, otra vez.

Y tampoco es como si él se fuera a negar.

-?Se?oras y se?ores, estamos ante un auténtico milagro nivel La Rosa de Guadalupe, después de todo lo que escuchamos, Choi JiYong todavía puede caminar!- SeungRi había arrebatado el micrófono a un pobre diablo que no ubicaba, para poder ser escuchado en toda la casa.- Un aplauso, por favor.

Los imbéciles que estaban presentes, empezaron a aplaudir y a gritar; trató con todas sus fuerzas reconocerlos a todos, o mínimo grabar sus caras, porque era la última vez que los invitaría. Pero la neta no le sonaban de nada, seguro sólo se habían colado gorrones, esos que rondaban a su joven amigo día y noche.

-Siempre me lo presumes primo, pero ahora sí con tanta gritadera me antojaste bien ca?ón a tu esposo.- Sintió un brazo rodearle los hombros, y blanqueó los ojos, ojalá a él se le hubiera perdido la invitación o mejor, que se anduviera de pata de perro en alguno de sus destinos gays de confianza.

-Cállate, no empieces de zorra, Baekhyun.- JiYong le dijo harto de su vida y de la gente jodona a su alrededor.

-?Yo? ?Cómo puedes decirme zorra?- El aludido se tomó el pecho con indignación, y casi le hubiera creído, pero era difícil tomarlo en serio vestido como la "Mujer maravilla", con peluca, látigo y todo.

-?Me estás diciendo en mi cara que te quieres coger a mi marido!- La vieja piruja le reclamó cruzándose de brazos.

-Eso no lo hacen las zorras, te lo estoy pidiendo, de frente como los hombres.- Hizo una dramática se?a con la mano frente a su pecho, como reafirmando el caballero que era.

-?Quieres una cheve, mi reina?- Susurró SeungHyun en su oído, al parecer no quería interrumpirlos pero debía estarse muriendo de sed. ?l sólo asintió, sintiendo un besito en su acolchada cabeza antes de verlo alejarse a la cocina, donde estaban las Stella Artois, que era la única que le gustaba, aparte de la Indio, pero esa la tomaría después, ya más pedo.

Para este punto de su matrimonio, su ranchero estaba más que acostumbrado e inmune a las insinuaciones ma?osas de la zorra de su prima la Baekhyun.

-Es más, súper sí me dejaba pasivear con SeungHyun.- Habló casual, sacándolo de sus pensamientos.

-Sue?a chula.- JiYong reprimió una carcajada, esa mamada ni él se lo creía.- Además que todos sabemos que tienes más abierto ese donut que un salvavidas.

-?Ya te dije que yo no soy pasivo!- Gritó indignado por las palabras de su primo.- Me turbo caga ser pasivo, no lo soporto… no sé cómo puedes.- Murmuró lo último.

-Baekhyun, neta, nadie te cree, ya deja de delirar con que eres activo, en tu pinche vida has remojado ese chile.- Se burló del otro.

-?Ese eres tú, cari?o!

-?Y? Al menos yo no lo niego.- Levantó los hombros indiferente. Cómo si eso le importara, él estaba bien alimentado, no tenía nada de qué avergonzarse ni lamentar en ese departamento.

-Al menos déjame verle tantito el pito.- Cambió nuevamente al tema que por más no quería dejar ir.- Sólo para que me haga una idea de qué dildo comprar.

-Ay, mi reina, no los venden de ese tama?o.- Le gui?ó un ojo, y soltó una carcajada al ver el hambre en los ojos de su primo.

Al único al que le pasaba el sabroseo a su marido, era a BaekHyun. Sabía que con todo y todo, jamás le haría la gatada, y aunque tenía esa famita de "zorra", en realidad era un romántico súper soft que estaba esperando a su príncipe azul con el cuál tener sus "felices por siempre". Le deseaba de todo corazón que algún día lo consiguiera, con todo y sus excentricidades era un súper ni?o, sólo que su barrera era tan impenetrable que la mayoría de las personas se quedaban con esa superficialidad que tanto lo caracterizaba… Pero era mucho más que eso.

-Hermana, en serio, sólo dime cuánto le mide, dame una referencia.- Ahora su tono era de súplica, pero él jamás daría su brazo a torcer.

-Ya voy a cumplir diez a?os con él, ?Qué te hace pensar que te lo voy a decir ahora, si no te lo he dicho antes?- Se burló de la cara angustiada que tenía el otro.

-Ay, yo qué sé ?sororidad? Presúmemelo primis, anda, hasta con las puras manos, sólo dame una referencia, ?Cuánto te atascas?

-Aquí tienes, mi vida.- Saltó un poco cuando la mano, ahora sin el guante de garra, le extendió una copa con su bebida.

-Gracias, amor.- La tomó -el también se había quitado los guantes-, y le sonrió a su dinosaurio, y éste le regresó la sonrisa, mostrándole sus hoyuelos.

-?Y sabes qué odio más? Que aparte de que tu esposo tenga una vergota, tenga hoyuelos, ?Ay, no! ?Son divinos!- Estaba seguro que La Chule quería lanzarse por la ventana en frustración total.

-Consíguete los tuyos.- JiYong rodeó el brazo libre de su marido, y éste, cómo buen perrito entrenado, sólo asintió, antes de beber de su botella de Tecate.

-Tengo un primo que igual tiene.- Dijo SeungHyun después del largo trago a su cerveza.- Aunque no creo que sea tu tipo, es muy cristiano.

-?Y cómo tiene la verga, cómo tú?- Sonrió BaekHyun coqueto.

-Pues- ?Auch! Amor- Reclamó el ranchero cuando recibió un pellizco en su bíceps, por parte de su chaparrito.

-Ni se te ocurra.- Advirtió bajito.

-?Solo estamos hablando!

-No quiero más mezcla en nuestras casas.

-Ah, ?No quieres que se mezcle tu raza con mi raza?- Preguntó el regio indignado.

-?No! Pero, o sea, imagínate a éste y ya-sabes-quién.- Entrecerró los ojos, tratando de hacer entrar en razón a su marido.

-Pss igual y así se larga de aquí y va a cagarles el palo allá en San Peter.- Antes de que pudiera detenerlo, ya había soltado información vital. Grandioso.

-Así que es de San Pedro, ?Tiene money, no?- La pinche Chule sonrió malicioso.

-Ni lo pienses, BaekHyun, pobre de ti que te pongas a zorrear con mi familia política.- Amenazó a su primo, aunque algo le decía que eso sólo lo empeoraría, pero no podía evitarlo.

-Un arrimón no le hace da?o a nadie, igual y así se me quitan las ganas de un ranchero y ya puedo seguir con mi vida.- Se lamió los labios, casi podía saborear ese buen pedazo de carne norte?o que en su imaginación ya se esta a cenando.

-?Hay literalmente cinco millones de personas en Nuevo León! ?Cógetelos a todos si quieres! ?Pero a mi familia no!- Sabía que era joda, o eso esperaba JiYong, pero ese maldito desgraciado lo sacaba de sus casillas muy fácilmente.

-Primito, qué sensible me saliste-

-Ya deja a JiYong, BaekHyun.- Y como caído del cielo, su primo favorito, MinSeok, apareció. ?Iba disfrazado de gatito? Era difícil saberlo, ya que en realidad estaba vestido normal, pantalón de mezclilla, una camisa de mangas largas con rayas negras y naranjas, y seguía teniendo el cabello igual de rojo que la última vez que lo había visto. Habría pensado que era "Chucky", de no ser por la diadema de orejas de gato que tenía en la cabeza.

-Ash, ya llegaste.- La mujer maravilla hizo un puchero, si había alguien que podía ponerle un alto a sus chingaderas, era el mayor de los tres parientes.

-Llevo aquí una hora, pero tú llegas y luego luego te empinas toda la barra, ni saludas.

-?Tamalito!- Después de salir de su peque?o shock de verlo ahí, corrió a abrazar a su primo, no sin antes darle su copa llena a SeungHyun, que todo este tiempo había estado completamente callado, listo para intervenir sólo en caso de emergencia.

-Hola, cari?o, ?Está incre tu traje! ?Tú lo hiciste?-Preguntó el pelirrojo mirando de arriba a abajo, haciéndolo dar una vuelta para que apreciara su arte de todos los ángulos.

-?Vaya! ?Hasta que alguien lo aprecia!

-?yeme reina, no seas, que yo fui el primero en chuleártelo.- Dijo por fin su esposo, acercándose un poco más a ellos.

-Sí, pero ese es tu trabajo, no cuenta.- Le restó importancia con un gesto de la mano.

-Hola, hermano. El tuyo igual está poca madre.- MinSeok sólo le palmeó el bícep, y levantó sus pulgares en aprobación.

-?Gracias! Casi me quedo sin bolas por él, pero simón, está perrón.- SeungHyun asintió orgulloso.

-?Y dónde dejaste al aquel?- Preguntó extra?ado JiYong, al notar a alguien ausente a lado del pelirrojo.

Este tragó fuerte, de repente incómodo.- Ese barco ya zarpó, bebé, mejor ni hablemos de eso.

-?Cómo? ?Te terminó la Cierva?- Como siempre su regio haciendo alarde de su sutileza, casi lo gritó, genuinamente sorprendido.

?l también lo estaba, pero no iba a demostrarlo, menos frente al pobre que se le entristeció la mirada al instante.

-Bueno, ya saben, mi mother nunca lo aprobó y al parecer conoció a alguien más bonito, qué se yo. Le deseo lo mejor, sólo espero no verlo nunca más.- Trataba de sonar neutro, pero sus ojos lo delataban por completo.

-Igual sólo a ti se te pudo ocurrir tirarte a tu primo, no mames.- Intervino BaekHyun de forma burlona -y culera-.

-?No es mi primo!- Respondió indignado el pelirrojo.

-Tanto cagadero que armaron, y ya a la primera tronaron, qué mal plan.- No quería sonar tan cruel como La Chule, pero la verdad el verano pasado se la pasaron en plan "Romeo y Julieta" y al parecer la zorra mayor, se había ido con el primer pedazo de carne que le había ense?ado el pack.

No le constaba, pero conociendo al cuero de MinSeok, y a la calienta huevos de Luhan, no veía otro escenario.

Y pensar que su tamalito estaba pensando hasta en darle el anillo y todo.

-Pues ni modo qué hacerle, SeungHyun, vas a tener que presentarnos unos rancheros, al parecer son los únicos que responden.- BaekHyun intentó levantar el ánimo que se estaba poniendo raro.

-Ni se crean, la neta yo fui edición limitada, toda mi prole son unos cabrones, la neta. Al chile que los quiero, pero son bien cuzcos o closeteros.

-Yo no soy celoso, la verdad.- Dijo BaekHyun, levantando las cejas, sugerente.- Y que me tengan de su cochino secreto sería un honor.

-Ya te dije que dejes a mi gente en paz, lo digo en serio, bitch, back off!- JiYong quería ahorcarlo para que dejara de decir tanta burrada.

-?Oh, que yo no dije nada! Tu esposito fue el que me ofreció su prole, ?O no?

-?Sí! Pero ya ves que él está mensito, no lo tomes en serio.- Dijo como si fuera lo más obvio del mundo, y pues sí.

-?Ora! ?Cómo que mensito?- Intervino el más alto de los cuatro, indignado.

-?Pinche escándalo que se cargan!- SeungRi apareció, evitando una posible pelea marital. Traía el micrófono en la mano derecha y una botella de tequila en la otra.- ?Quién quiere la siguiente canción? El costo es dos shot de tequila.

-?Es mi casa, infeliz! ?Puedo cantar si quiero! A mí no me vas a venir a cobrar.- JiYong le reclamó, emputado que ni cantar a gusto pudiera.

-?No, no, no! Hoy el due?o de esta casa es el pinche alcohol así que si quieres, a la verga empínate los caballitos, porque por mis huevos que no cantas.- El menor no iba a aceptar que nadie se saltara la regla del día.

-Hijo de tu- .-Se cortó y -sin saber bien porqué- le arrebató la copa a su marido de la mano, tomándose de un chingadazo la cerveza, que ya estaba un poco caliente, pero se aguantó como los machos.- ?ndale, pues dame tus pinches shots a la verga.

-Amor.- Escuchó el susurro preocupado de su viejo lesbiano, pero no le hizo caso.

-Sostenme mi copa, le voy a dar una lección al majadero este.- Sin asegurarse de que el mayor había tomado el cristal, le hizo una se?a con las dos manos, para que se acercara.- Dispara, pocoshuevos.

SeungRi soltó una carcajada, y sirvió el primer caballito.- '?monos, chíngate tu herradura.

JiYong sabía que arrancarle la botella, y darle un trago largo, no era buena idea, más porque no era el más resistente con el tequila, pero a la chingada, nadie lo iba a humillar en su propio castillo.

Cuando todos a su alrededor lo vitorearon, supo que iba a ser una noche larga.

-?DJ, ponme "Greedy"!- Le regresó la botella a su amigo, y le arrebató el micrófono, se sopló aire con la mano que tenía libre, quitándose con el dorso el ligero sudor que tenía en la sien. La música comenzó, y sin ver la pantalla, cantó de la forma más afinada que pudo.- ?VALENTINA MI REINA ESTA VA POR TI!... Greedy! Uh! You know that I'm greedy for love!

Que comenzara la peda.

Cuando SeungHyun había visto a su chaparrito hermoso tomar la botella, supo que la noche sería loca. Intentó calcular cuantas horas tenían para que el alcohol saliera de su sistema -ya que al parecer, su esposo había olvidado que tenían un vuelo en la ma?ana- porque qué perro oso que no los dejaran subir al avión por estar pedos.

Así que decidió que chance sólo a él lo revisaran -como siempre, discriminando a los vatos- y no notarían el estado lamentablemente etílico en el que se encontraría la luz de sus ojos.

Pero cuando su bonito regresó a su lado, y sin dejar de cantar como Ariana Grande, le perreó obscenamente, supo que sería imposible, si seguía tomando así ni de pedo se le iba a bajar tanto alcohol.

-Ahorita vas conmigo, ?eh, guapo? No te vas a salvar.- Le susurró, dejando un besito debajo de su mandíbula, regresando a la tarima, para que todos lo vieran cantar mejor.

JiYong atraía, como siempre, las miradas de todos y no podía culparlos la neta, era todo un deleite verlo moverse de la forma en la que lo hacía; era lo más erótico que podrían ver de él en sus vidas, ya que todo su esplendor y derroche de sensualidad, sólo lo lograba cuando tenían sexo.

Y eso sí que nadie más que él estaba autorizado para verlo.

-Vamos a rezar un poco, no queremos que se te ponga dura aquí, bro.

-No sea payaso.- Dijo SeungHyun tomando de un jalón el resto de su cheve.

-Lo dice porque ya va a ser la hora de su oración de la noche.- Escuchó la suave voz de HyoRin, y el regio soltó una carcajada.

-Es una fiesta, San Bae, una vez que no reces diosito no te va a castigar.- Siguió jodiendo, aunque no estaba seguro qué tan en broma era eso de que iba a rezar.

-No es por "diosito", Nuestro Se?or-

-Vale, voy por otra cheve, jala a rezar pues.- No le gustaba burlarse así de su amigo, pero a veces -momentos como estos- era inevitable.

No mames, quién se ponía a rezar en una fiesta de Halloween.

Llegó a la cocina, que estaba toda llena de telara?as y oscura, dejando en la encimera la copa y botella vacía que aún sostenía. Como este era su territorio, sabía perfectamente dónde estaban las cosas sin necesidad de mucha iluminación, así que abrió sin problemas el refri y tomó otra Tecate.

-?Me das una, primo?- Dijo el primo MinSeok detrás de él.

-Simón carnal, ten, una bien muerta.- Le extendió la cerveza al más bajito.

Se quedaron mirando el uno al otro, porque no sabían qué más decirse, no solían ser muy cercanos aunque sabían mucho el uno del otro. MinSeok era el primo favorito de su chaparro así que solía contarle todo sobre él y estaba seguro que el otro sabía todo sobre él mismo, su esposo era un chismoso profesional después de todo. Pero no solían hablar directamente, la verdad, sólo el cotorreo normal de las pedas ocasionales.

-?Así que terminaste con la Cierva?- Dijo SeungHyun sin saber qué más preguntar, dándole un trago a su botella para calmar los nervios.

El pelirrojo hizo lo mismo con su cerveza, pero sabía que no podría evitar responder, al menos no por mucho tiempo.- Pues ajá.

-?Como que "ajá?- Imitó con su grave voz la más aguda de su primo político.

-Pues es que no sé qué más quieres que te diga.- Levantó los hombros y se empinó el resto de su bebida.

El ranchero suspiró y le hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera. En la terraza podrían hablar mejor, porque la descubierta cocina y el escándalo del karaoke -y su se?ora llegando a las notas imposibles de Ariana Grande- no los dejaban escucharse con claridad.

Una vez afuera, se recargaron en el barandal de cemento, la terraza estaba completamente vacía, así que podrían tener privacidad. Miró la bocina que su se?ora seguramente le había hecho sacar a SeungRi, pero que estaba apagada, algo raro ya que al menos debería estar "dando ambiente" bajito. Qué bueno que JiYong no había salido, sino se emputaría con tanto silencio.

Pasaron unos minutos en los que sólo le daban traguitos a sus cervezas sin decir ni madres, pero si habían salido era por algo, así que decidió ser el primero en hablar:

-Sé que los vatos como nosotros no hablamos de estas cosas de viejas, pero si quieres decir algo, es mejor que lo saques aquí a que vayas a chillar allá adentro frente a todos.- No, definitivamente no era la intención de SeungHyun ser tan brusco, pero era su forma amable de decir que estaba ahí para él y que podían hablar entre caballeros.

Desafortunadamente parecía que sólo con su chaparrito podía ser tierno y hablar suave.

MinSeok soltó una risita amarga, como si entendiera a qué se refería, así que sintió alivio.- La neta no sé qué decirte primo, nada más se fue… no me responde las llamadas, los mensajes, nada de nada.- Suspiró, su tono era tranquilo, pero podías ver que sus ojos estaban tristes.- Y hace unos días, un amigo vio en su Instagram que andaba con alguien más… Al parecer nos bloqueó a todos.

Eso último enfureció al ranchero.- ?No inventes que nos bloqueó! Hijo de su chingada madre, pero deja que le cuente a mis primos y jalamos para Torreón, esto no se va a quedar así. Su otro chingado primo ya nos la aplicó hace a?os, ni crea que nos la va a hacer ahora él.- En un segundo su testosterona lo puso en modo asesino, porque nadie se metía con su familia sin sufrir las consecuencias.

-Por eso no le había querido decir a JiYong. Sabía que se iba a encabronar, y que capaz que se iba hasta allá a madrearlo… Además, parece que anda en Durango, no sé si el tipo es de ahí o qué.

-Pues yo no soy mi chaparro, pero también me dieron ganas de ir a partirle su puta madre, de paso visito a mis abuelitos.- Lo dijo con tanta convicción que si no fuera porque tenía boletos ya listos para Monterrey, jalaba sin pedos para el otro lado.

El mayor sólo negó.- No es necesario, tengo la esperanza de que regrese en unos días…- MinSeok no sonaba muy convencido, pero su tono esperanzado hasta a él le dolió.

SeungHyun no quería ser culero, pero tenía que decirle lo que pensaba.- La verdad primo, si te soy bien pinche honesto, no creo que regrese.

Le dio un último trago a su botella , terminándosela antes de hablar.- Lo sé… igual y en unos días, pues el que va a buscarlo soy yo.

El regio lo miró notando su tristeza, de haber sido reales las orejas que tenía en la cabeza el más bajito, estaba seguro que se habrían echado para abajo, nunca lo había visto así de decaído. Y eso que el a?o pasado había presenciado el dramón de su vida tratando de conquistar al primo LuHan; jamás creyó que algún día la haría de alcahueta, pero su chaparrito tenía esa peculiar costumbre de exponerlos a situaciones extra?as.

Y a pesar de eso, SeungHyun no terminaba de acostumbrarse a los dramas, los vivía día a día con su esposo, pero definitivamente no porque él quisiera. Pero no le quedaba de otra, ya que se había enamorado del dramático más grande del mundo, un panchero de primera categoría, la drama Queen original.

Si por él fuera, viviría en un rancho a las afueras de algún pueblo, con sus perros, sus becerros, sus gallinas y su chaparro, con eso tenía y sobraba. Pero pues no, la vida no le había dado esa opción, así que cuando veía a alguien en alguna situación angustiosa, tenía el impulso de ayudarlos o mínimo aconsejarlos. Porque al chile que nadie se merecía estar en medio de constante desmadre -propio o ajeno-, era divertido la mayoría del tiempo, pero sólo valía la pena porque lo vivía con JiYong.

Todo valía la pena porque sabía que JiYong lo amaba con la misma locura que SeungHyun a él. Sí, era una relación intensa, pero al final del día nadie le daba tanta paz como su esposo, por muy paradójico que sonara.

Por eso mismo estaba seguro que LuHan no valía estos dramas, panchos y tonterías que montaba; simple y sencillamente porque ahí no había amor, al menos no por parte del norte?o, y aunque le doliera aceptarlo MinSeok, el amor de uno nunca iba a ser suficiente para los dos.

-Sé lo que estás pensando.-Dijo el pelirrojo al verlo que se quedaba viendo a la nada.

-Ni yo mismo sé qué estoy pensando, ya ves como dice mi chaparro que estoy todo menso.- Respondió soltando una risita.

-No estás menso, y JiYong tampoco lo piensa, sólo le gusta molestarte. Si vieras como habla de ti cuando no estás.- Bajó la mirada a su botella vacía que tenía en la mano.- Yo siempre pensé que LuHan hablaba así de mí… Al final parece que me equivoqué, como siempre.

SeungHyun se sentía terrible por el mayor, al parecer estaba más que enculado.- ?Sabes? Creo que lo más difícil del amor no es enamorarte, sino que la otra persona te corresponda de la misma forma e intensidad. Yo no sé si realmente JiYong se enamoró de mí desde el principio y se hizo al difícil, pero-

-Se estaba haciendo al difícil.- MinSeok lo interrumpió.- Recuerdo perfectamente sus ojitos ilusionados cuando nos contó de ti y su primera "cita no cita", ay no, estaba bien volado en que nos platicaba.- Por primera vez en la noche lo vio sonreír sinceramente, sin melancolía.- Todo iba bien, pero el pendejo de BaekHyun le dijo que cómo se iba a fijar en un ranchero cholo.- Se rió al recordar el dramatismo con el que le reclamó "su falta de gusto".- Después de eso, JiYong dijo que obvio era un juego y así, pero no, sé que se enamoró desde que te vio. Yo puedo dar fe y legalidad de eso, sus ojos nunca mienten.

Eso le llegó al corazón a SeungHyun, lo había conmovido la honestidad y nostalgia con la que contó su mini relato. Se sintió una mierda por todo lo culero que le había dicho, pero pues como dicen, la verdad no peca pero incomoda. Se mordió el labio, inseguro de cómo debía continuar su terapia improvisada, así que decidió mejor aplicar la vieja confiable, y cambiar de tema a algo que cagado que los hiciera reír a los dos.

-La neta primo, la clave para encontrar el amor, es no buscarlo… solito llega.- Le gui?ó un ojo, y le dio unas palmaditas en el hombro, intentando levantarle el ánimo al estilo macho.- Mira, tampoco te claves, hay muchos peces en el mar y cuando menos te des cuenta ya lo habrás olvidado, vas a estar felizmente casado con chamacos y todo, es más, yo por mucho tiempo creí que amaba a la pinche-

-?WEY! Tienes que venir en chinga.- SeungRi abrió de putazo la puerta de vidrio corrediza y casi le saca la mierda del susto, o peor, casi tiraba lo que le quedaba de chela, que prácticamente estaba llena.

-?Qué verga quieres, pinche perro! ?No ves que los hombres estamos tratando de hablar tranquilos?- SeungHyun disimuló de la forma más masculina que pudo, gritando con su voz más grave de lo normal.

-?Es tu pinche vieja! ?No suelta el karaoke!- El menor hizo un puchero, cruzándose de brazos.

-Ah puta, no mames qué emergencia wey, pues déjalo, es suyo.

-?Pero ya empezó con las canciones de la Jenni!

-?QU??- Gritó asustado, si ya estaba cantando sus hitazos rancheros, ya debía estar hasta la madre de pedo.

-?Sí! Y te anda dedicando todas, que se las va a dar a otro y no sé qué más.

-Me lleva la verga. Ya te he dicho que no le des tantos shots de tequila, chingadamadre.- Suspiró y vio a MinSeok que nuevamente tenía una sonrisa de oreja a oreja.- Pues ni modos primo, tengo que ir a ver a mi se?ora.

-A veces no me creo lo rápido que le pega el tequila, pero me consta, yo estuve en su primera peda.- El cirujano soltó una risita.

-Todavía hasta le compré sus pinches cheves caras, para que no terminara fumigado.- No quería sonar tan angustiado, pero él quería pasarla tranqui, no andar cuidando a su vieja piruja borrachita. Suspiró.- Pero ya ves, el amor es impredecible como la vida… Lo siento primo, tengo que ir a ver a este chaparrito que no aguanta nada.- Se empinó la botella y la tomó de un chingadazo, porque si iba a subirse a cantar -que es lo que estaba seguro que iba a tener que hacer- necesitaba tener bien lubricada la garganta. Puso cara de asco, ya estaba un poco caliente y él puras heladas se chingaba.- 'Ira, nomás pa' resumir, quien encontró el amor, no lo buscaba tanto.- Le gui?ó un ojo.- Y si necesitas hablar de hombre a hombre, tú invítame una chela porque soy pobre y te escucho sin pedos.

Se despidió del médico que sólo asintió riendo y entró a la sala en busca de su esposo. Podría sonar a mame, pero cuando JiYong se ponía borracha era toda una odisea andar atrás de é sí, el tequila lo ponía borracha, no borracho.

Se ponía intenso, empalagoso e impredecible, más de lo que ya era de por sí estando sobrio.

Y pues sí, su masoquista ser lo adoraba, sobre todo cuando estaba en la fase de empalagoso, pero era una chinga estarlo cuidando que no se metiera en problemas por andar malacopeando.

-?SE LAS VOY A DAAAAAR A OTRO! ?PORQUE- AH AH? EST? EL SUSODICHO! ?VEN MI AMOR CANTA CONMIGO!

Sí, JiYong podía odiar la banda, pero nomás estaba borracha, era el único género que parecía conocer. Sólo que aún se seguía sacando un poco de onda por su selección de dedicatorias, ya que sólo quería canciones de la Rivera, o sea, puras sobre lo malo e infiel que era, algo completamente falso sobre su persona, pero al menos estas sí las entendía, no como esas de la Ariana Grande.

Pero a pesar de todo, ver a su chaparrito cantar era uno de sus placeres personales, un deleite total; que estuviera insinuando indirecta/directamente que era un cabrón, era totalmente irrelevante. Además que un hermoso T-rex rosa malacopeando con banda, era una anécdota que ya le quería contar a sus futuros hijos, y muy probablemente se los podría mostrar, ya que todos estaban grabando.

-?QU? PASA CHULO? ?LE SACAS A LA CANTADA O QU??- JiYong era fresa, fresísima, tanto como sólo alguien que había vivido más de la mitad de su vida en una de las zonas más exclusivas de la capital podía hacerlo, ni siquiera porque al casarse con él había bajado de clase social le había quitado ese tono y sus palabritas pedorras.

Ah, pero el tequila, ese lograba sacar la se?ora provinciana norte?a que llevaba dentro.

Pero por su polloque no le sacaba a cantar con él, es sólo que La Gran Se?ora no era de sus predilectas, no era su tono. Personalmente prefería a la Villarreal, pero qué remedio, era la única que su chaparrito había aprobado desde que se la ense?ó a?os atrás.

Caminó lentamente entre la gente, con la pista escuchándose y la maliciosa sonrisa ebria de su amor en todo su esplendor. Le encantaba retarlo y demostrar frente a todos que eran los mejores siempre, en todo.

Sabía que no se debía ver tan intimidante con su traje de viejo lesbiano, pero estaba tratando de meterse en su papel de macho alfa ranchero, sólo esperaba que tuviera efecto en alguien más que su se?ora; estaba tratando de infundir respeto, no ser su chiste.

Aunque lo veía difícil por su atuendo, y las risitas de todos. Pero bueno, el intento se estaba haciendo.

Llegó a la peque?a tarima y subió, para quedar a la misma altura que el otro, y dejarlo muchos centímetros más abajo, hoy no había usado sus tacones, así que le llevaba la verdadera estatura que eran casi veinte centímetros. No le decía chaparrito para molestarlo, era sólo su hermosa realidad.

Sin romper el contacto visual, tomó el control para parar la canción, porque si iban a hacer un dueto, prefería una más adecuada. Tomó una de sus patitas rosas, y lo hizo girarse a la gente, para que no viera su elección, quería sorprenderlo. Buscó rápidamente la carpeta que decía "A mi chaparrito".

-No vayas a poner al Chapo.- JiYong hizo un puchero, estaba seguro aunque no lo viera.

-?Crees que es lo único que escucho?- Le susurró en su oreja que ya estaba descubierta, porque le daba mucho calor la capucha.

-No, pero son las que mejor te sabes.

-Pues hoy te tengo otra.- Le dio play a la canción, que comenzaba con la tambora y las trompetas, sabía que su chaparro la iba a reconocer al instante. Le quitó el micrófono que su esposo seguía sosteniendo.

-Ay, no.- Se tapó el rojo rostro con sus suaves manos, porque claro que sabía cuál era.

-Si quieres.- Dijo sin ver la pantalla, porque no era necesario, todos gritaron al escuchar su grave voz.- Me estoy contigo toda la vida, hasta que mueras.- Rodeó su hombro para acercarlo más a él.- Si quieres, puedo ayudarte, a que me quieras, a que me quieras, un poco más.- Besó su sien, y logró quitar las manos que lo ocultaban en su repentino ataque de pena, agachándose un poco, para cantarle y verlo a los ojos.- Yo me estaría ahí toda la vida, siempre contigo.- Le acercó un poco el micrófono, pero negó, así que continuó él.- No creas mi vida que es mentira lo que te digo, yo me estaría mi amor toda la vida siempre a tu lado, porque mi vida yo estoy de ti enamorado.- Le hizo ojitos para que cantara con él, pero el menor no podía, sólo negaba.- De que me gustas es verdad, de que te quiero es verdad, más si me quieres aceptar, no necesitas decir sí, tan sólo bésame y sabrás que como un loco estoy de ti enamorado.- Lo besó, y sus espectadores gritaron otra vez. Por la forma en que le sonrió su esposo al separarse, supo que el scok había pasado.

JiYong acercó el micrófono sin quitárselo, para comenzar a cantar.- Yo me estaría toda la vida, siempre contigo.-La aguda voz que tenía al cantar lo volvía literalmente loco.- No creas mi vida que es mentira lo que te digo.- Poco a poco se sentía más cómodo con el tono y al ritmo de la canción, que era diferente al de la original.- Yo me estaría ahí toda la vida, siempre a tu lado, porque mi vida yo estoy de ti enamorado.

Pero si había algo que a SeungHyun le gustaba más que la voz de JiYong, era la hermosa combinación de graves y agudos que lograban juntos, una armonía perfecta.

Cantaron el final de la canción sin dejar de mirarse a los ojos y sonreír, la música era algo que siempre había estado presente en sus vidas de muchas formas. Ambos habían tenido aspiraciones musicales que por una u otra razón no habían llegado a concretarse. Era un vínculo muy especial, y quién sabe, tal vez en su destino había estado ser ser músicos.

Cuando terminó, se inclinó y besó su frente algo sudada, mientras JiYong pedía que le pasaran nuevamente el tequila, en medio del vitoreo de sus amigos.

-No creo que debes tomar más shots, mi vida.- Dijo suavemente, tratando de no alterar al menor, que ahora era más impredecible que un capítulo de Black Mirror.

-Sólo uno, gordo, uno chiquito.- Sostuvo la botella de vidrio sobre su boca y se la empinó. Contó uno, dos, tres y cuatro -largos- segundos antes de que se la regresara a su compa emprendedor.

Reprimió el comentario sarcástico, que muy posiblemente sólo empeorara la situación.

-?Bien! Pues que empiece el karaoke por parejas ?no? ?Culo quien no cante!- JiYong habló innecesariamente con el micrófono, porque con su grito claramente lo pudieron escuchar hasta Dubái. Pero nuevamente no dijo nada, y sólo le quitó el aparatito suavemente de las manos, para ponerlo en el pedestal que estaba cerca.

SeHun en seguida tomó el brazo de su recién recuperado novio, y lo arrastró hacia donde estaban para elegir una canción del amplio repertorio. SeungHyun vio que ese momento era perfecto para hacer su salida del escenario, así que tomó de la cintura a su se?ora y se lo llevó entre la gente en dirección a la cocina, que estaba más despejada.

Sintió un beso debajo de su mandíbula.- Cada vez que escucho esa canción me acuerdo de ti con tu acordeón fuera de mi casa.- Su chaparrito rodeó su cintura y se pegó más a él.

SeungHyun sonrió por el recuerdo que igualmente le llegaba a la mente cuando escuchaba "Si quieres".- El acordeón es el instrumento del amor chaparro, no te podía enamorar de otra forma.

-A veces hubiera querido que siguieras con tu grupo, eres muy bueno.- Restregó su carita en su pecho, y él le regreso el abrazo.

-La neta prefiero ser tu Chapo personal, mi vida, todo tuyo para tu único deleite.

-Sí, claro, eres todo mío, hasta que vamos al rancho y todas las suripantas se te avientan como moscas.- Hizo un puchero al recordar la última kermés a la que habían ido.

El regio soltó una carcajada.- ?Ves? Si así te pones por una vez al a?o que toco, imagínate si fuera mi chamba, mijo.

-Ah, pero sería diferente, porque podría ser tu corista.- Sacó la lengua burlón.

-O podrías tocar el pandero.

-?Oye!- Se quiso separar de él, pero no lo dejó, apretando su agarre alrededor del cuerpo petit.

-?Qué? ?o prefieres la tuba?- Siguió jodiéndolo, porque su amorcito era un genio en la cantada, pero pésimo aprendiz musical.

-?Podría tocar la guitarra, dah!- Le reclamó JiYong, indignado.

-Naaambre mi vida, con los tres acordes de "Mi peque?a traviesa" no la hacemos-?Auch, oye!- Por fin lo soltó, por el tremendo trancazo que le dio en su hombro. Pero sólo porque tenía que sobarse el área afectada.

-?Grosero!

-?Es neta! A ver, ?Cuántas veces te he querido ense?ar guitarra y nomás lo dejas?- Al estar ebrio, su chaparrito controlaba menos su fuerza y este sí que le había dolido. Seguro le dejaba un moretón.

-Pues…- Se mordió el labio, bajando la mirada.

-?Y el acordeón? Que porque querías chingarte a la Venegas.

-También la trompeta, ?no?- YoungBae haciendo alarde de su súper poder de aparecer en el mejor momento, llegó de la mano de su esposa.

-Y recuerdo que igual te pidió que le ense?aras piano.- A?adió HyoRin, que casi siempre se mantenía al margen de la maldad, pero no en este momento.

-?Bueno ya! Párenle, ?no? Neta lo creí de todos, menos de ti HyoRin.- La vergüenza rápidamente se volvió enojo, y el capitalino se giró a los recién llegados, poniendo sus brazos a los lados de su cadera de forma retadora.

-Yo sólo digo la verdad.- La mujer levantó los hombros indiferente, pero riendo al ver la cara de traición que puso JiYong.

Tanto él como su compa enanito hicieron un "uh", porque eso sí que dolió.

-?Ja! ?Ahora así nos llevamos?- Se cruzó de brazos, y la miró con todo el odio que su peque?o cuerpo podía almacenar.

-?No te molestes!- HyoRin intentó suavizar la expresión del otro con una sonrisa, pero era inútil.

-Ya, chaparro.- Lo abrazó por detrás, y besó su sien.- Tanto tiempo casada con el enano le tenía que afectar.

-?Ora! ?Yo qué? No es mi culpa que JiYong sea poco constante-

-?No es cierto, mi amor!- Abrazó más fuerte a su vieja piruja, y besuqueó todo su rostro, causándole un ataque de risa a su esposo. Miró feo a YoungBae, que sonreía burlón al verse interrumpido.

Su amigo podía ser cristiano y un pan cuando quería, pero era casi un ayudante de satanás cuando se trataba de molestar a su se?ora.

-?No quieres bailar, mijo?- Preguntó el ranchero, porque una forma de bajarle lo borracha, era bailando, sacando el alcohol de su sistema.

-?Sí!- Gritó efusivamente, colgándose a su cuello.

-Vamos pues.- Lo cargó un poco, y se lo llevó de ese campo minado que podría hacerlo explotar en cualquier minuto rumbo a la terraza, donde debían haber menos personas y podrían bailar con mayor soltura.

Su sala estaba completamente invadida por los espectadores del karaoke, y ni de pedo los iban a dejar moverse sabroso como les gustaba. Una vez afuera, vio que únicamente estaban los primos de su esposo y el amigo de estos, KyungSoo, que se carcajeaban bebiendo de sus cervezas.

-?Hola, mamonas!- Dijo JiYong una vez fue dejado en libertad.

?l sólo negó, tomando su celular de la bolsita secreta que tenía su dinotraje a un costado, para poner música en la bocina. Sonaba una cosa rara que no entendía, pero se iban a joder, porque era el momento de demostrar porqué su chaparrito y él eran los reyes de la salsa.

-?No, gordo! ?No quites a mis chinos!- Gritó BaekHyun, haciendo una muy buena imitación de la voz de su esposo, se rió, pero aún así conectó el suyo, parando la música.

-?Le acabas de decir "gordo" a mi gordo, pendeja?- JiYong no permitía que nadie en este mundo le dijera "gordo" más que él, ni siquiera a DongWook, que era el que más solía decirle así cuando sí estaba gordito.

-Pues así le dices para que te haga caso, yo qué.

-Hijo de tu pu-

Buscó rápidamente la lista de reproducción "Pa' moverlo rico", una curadísima selección de los hitazos que más le mamaban a su chaparrito a la hora de la bailada, porque la neta no quería irse a la procuraduría a esta hora por intento de homicidio.

La verdad es que como ranchero que se respeta, era bueno para bailar huapangos, quebradita, banda y demás géneros regionales del norte del país; pero una vez había llegado a la capital -y caído en las garras el amor- había tenido que ampliar su repertorio, sobre todo con alguien como JiYong que le entraba duro al bailongo.

Algo que nunca había entendido de los pendejos de sus primos -y algunos amigos- es que si ya sabían que sus morras gozaban bailando, ?por qué verga no aprendían? No era difícil, sobre todo guiar. Nomás era cosa de perderle el miedo, agarrarlos con fuerza, y que ellos se dejaran, obvio.

Según JiYong, a las morras y morritos les encantaba tener un machote que los mangoneara por toda la pista como si mu?eco de trapo se trataran, lo veían rete sexy. Naturalmente no todos podían ser una dance machine como él, pero mínimo así le daban el gusto a sus se?oras y de paso cuidaban que ningún zopilote les rondara el ganado.

Igual y sólo era cosa de su chaparrito, porque siempre le decía que esa fue una de las principales razones por las que le dio el sí, eso y porque lo traía loquito; pero en resumen, no perdían nada con aprender, era cultura general.

Le dio play a "Procura" y tronó sus dedos, preparándose para mover su cuerpo al ritmo de la canción.

Se giró, sólo para ver a su chaparro que tenía una llave en el cuello de BaekHyun dispuesto a asfixiarlo, pero levantó la mirada al reconocer al instante la pieza, sonrió soltando a su primo que comenzó a toser y sobarse con exageración la nuca. Aún así ninguno de los presentes lo ayudó, sólo observaban inmutables bebiendo sus cheves.

SeungHyun empezó a mover sus brazos como el estilo lo requería, y bailando se fue acercando al centro de la terraza, JiYong hizo lo mismo, olvidándose por completo del coraje que tenía segundos atrás. Extendió su mano para tomar la más chica y acercarlo más, para sostenerlo de la cintura y comenzar a moverse juntos.

Al chile que sí le mamaba un chingo bailar, pero si era con su chaparrito hermoso, eso lo hacía infinitamente superior.

Hasta donde estaban les llegaban los berreos peores que los de Martín Urieta, porque la "competencia" de karaoke por parejas -que implícitamente ya habían ganado- seguía adentro, pero poco a poco la salsa había llamado a otros que no estaban muy interesados en ser humillados por su gordo y él en el canto, pero que sí querían recibir su arrastrada sutil bailando.

Ya había perdido la cuenta de las canciones que habían bailado, salsa, merengue, rock'n'roll, hasta se había colado una que otra norte?a, en el que obviamente no había punto de comparación con los demás, porque nadie tenía tremendo ranchero que te guiara por toda la pista improvisada y no podía sentirse más orgulloso de su marido.

Ahora estaban perreando, sudados a pesar del frío, y podía sentir lo caliente que estaba SeungHyun, otra vez.

Tampoco podía culparlo, hasta él se quería coger cuando veía sus videos twerkeando y si a eso le sumamos que estaba restregando su espalda en su fuerte cuerpo, pues con más razón.

-?A poco quieres la segunda escapada de la noche?- Preguntó sobre la oreja de su amor, cuando lo obligó a agacharse un poco tomándolo de la nuca. Sentía perfectamente su parte favorita en el cuerpo de SeungHyun endurecerse en su espalda baja.

-Pues no creo que sea prudente.- Respondió bajito, con dificultad.

-?Ahora me saliste prudente?- Se rió, mordiéndole juguetonamente su lóbulo, provocando que las manos que lo rodeaban de la cintura lo acercaran mucho más.

-Deja algo para el rancho, mi vida, que a este paso me vas a dejar seco.

-Lo dudo mucho.- Soltó una carcajada, y se giró para quedar frente a frente.

SeungHyun se le hacía infinitamente sexy a pesar de su dinotraje, porque sí, se veía muy adorable, pero para JiYong, su gordo siempre era lo más guapo y ardiente que había en el mundo, sin importar con qué trapos y ropa fea se vistiera.

Aunque si lo pensaba un poco, debía ser muy cagado verlos bailar tan obscenamente disfrazados de dinosaurios, sobre todo por las colas, que golpeaban a la gente cuando giraban y daban vueltas.

Pero ni así eran mejores que ellos, ni en sus sue?os más guajiros.

-?Me lo prestas?- BaekHyun usó el lazo de la verdad que hasta ahora no había notado, y osó atrapar a SeungHyun, para intentar obligarlo a perrear con él.

Este imbécil estaba suplicando por morir. Sin pedos podría ser su defensa ante la corte, para él tenía todo el sentido del mundo, seguramente el juez la aceptaría sin dudar.

-Primo, hasta yo tengo mis límites pa' salvarte, no le juegues al verga.- Dijo su marido, quitándose la cuerda y sonriéndole para calmarlo. Sólo esos hoyuelos todos bellos lograban que se le bajara el coraje de golpe.

O al menos la mayoría de las veces.

-Ash, ?anda! Si quieres perreamos de lejitos.- Suplicó poniendo su mejor expresión de miseria, para ver si lo convencía, pero era inútil.- Bueno, pues mínimo déjame darle una restregada rápida, es que quiero ver de qué tama?o tiene el arma tu soldadito, ?Sólo es para tener referencias! A ver si vale la pena que me lance a su rancho por ese primo que tanto me presumió.

-?'Ora! ?Si yo no te presumí al SiWon!- Respondió SeungHyun indignado.

Ah, pinche regio de mierda.

-?Uh! ?Así que se llama SiWon? Choi supongo, lo voy a stalkear.- BaekHyun se mordió el labio y sacó su iPhone, yéndose a un rincón a seguramente cumplir su amenaza.

-?Gordo!- JiYong le reclamó, molesto por su torpeza.

-?Qué? ?Me andaba levantando falsos!- Dijo su viejo lesbiano, levantando las manos en ademán de obviedad.

-?No! ?Te estaba chingando para que le dijeras el nombre de su nueva víctima!

-Pero chaparro.- Hizo un puchero, y no pudo sentirse peor.

Amaba a ese pendejo, pero a veces se pasaba de ingenuo. Al menos en estas cosas lo era.

Suspiró negando, pero se acercó al más alto, tomando su rostro entre sus manos para obligarlo a bajarse a su altura y besarlo.- Sorry, me altera ese hijo de perra.

-Los tíos son muy buenos como para que les digas así.- Se rió, besando su nariz.

-Ya sé, pero hasta ha de ser adoptado el hijo de su chingada.

SeungHyun se carcajeó, acercándolo más a su suave pecho en un abrazo de oso, esos que tanto amaba.

Tanto moverse lo había hecho destilar de su cuerpo una buena parte del alcohol que ingirió, y le había regresado un poco de lucidez. Esto sólo había provocado que le diera un hambre brutal.

-Tengo hambre, gordo- Dijo meloso, restregando su rostro en la tela suave.

-Uffash, ?Sabes qué se me antoja? Unos tacos de asada.

-?Crees que siga abierto?- Preguntó ilusionado, Don Taquero confiable cerraba temprano, y más si se le terminaba la carne.

-Ni es tan tarde.- Miró al cielo, como si supiera calcular la hora de esa forma.

JiYong se rio.- ?Ay sí, el boy scout!

-Deben ser como las dos.

-Si tienes razón, ya fue.- Hizo un puchero, fastidiado. Apenas mencionó los mentados tacos se le habían antojado igual.

-Bueno, pero al rato te invito cabrito, ?va?

-A la madre, sí, qué rico.- Se le hizo agua la boca de sólo pensar en la comida endémica del rancho de su marido.- Pero eso no me va a quitar el hambre ahorita.

-?Crees que queden de las botanas?- SeungHyun se tomó el mentón, pensativo.

-?A huevo! ?Guardé unas momias en el refri!- Se le prendió el foco de repente, su yo del pasado siempre era más precavido que el del presente.

-Ah pues vamos, antes de que alguien se las chingue.- Su ranchero lo tomó de la mano y se dirigieron a la cocina.

Atravesaron con dificultad la laguna de gente que bailaba y coreaba en su sala una canción de Conejo Malo y neta que a quién madres se le ocurría cantar una de ese tipo, pero en fin, quién era él para juzgarlos.

Chocó con la espalda de su marido, porque por ver a los ridículos que intentaban alcanzar el tono bajo del trapero, no notó que se detuvo.

-?Hijos de su puta madre!- Gritó SeungHyun, soltándolo y caminando con furia, porque sí, HyoRin y YoungBae le estaban entrando con todo a las momias que estaban ocultas.

Sintió su estómago arder.

-?Todavía quedan!- Dijo el culero del enano, con la boca llena de salchicha empanizada.

-?Pero eran nuestras!- SeungHyun le arrebató la charola, viendo que ya casi no quedaban.

-?Eran poquitas!- YoungBae le quitó una más, y si no hubiera sido porque se la extendió a su esposa, SeungHyun lo habría aporreado contra el refri y arrancado la momia de sus manos.

Pero supo que su gordo sintió compasión por la mujer, porque si ya estaba casada con semejante payaso, mínimo que tuviera una momia, diosito decía que debían dar caridad y ser generosos.

-Ten chaparro, el barril sin fondo ese nos las chingó todas.- Le extendió las pocas que quedaron, que eran exactamente tres, tomó una y su gordo otra, haciéndole el gesto de que tomara la que quedaba.

Hijos de su chingada, mendigar comida en su propia casa por culpa de estos gorrones.

-Yo igual ayudé.- HyoRin levantó la mano, llevándose a la boca la salchicha envuelta que le había dado su esposo.

JiYong llevaba la última semana observándola detenidamente, había algo raro con ella, pero no estaba seguro de qué era. ?Habría cambiado de maquillaje? ?Peinado? ?Color de pelo? La mayor lo había ayudado a conseguir la tela para su traje, además de que había cooperado en muchos de los detalles para los que el tiempo no le iba a alcanzar, pero los últimos dos días se mordía a cada rato la lengua para no preguntar, porque tenía miedo de ofenderla y que le dejara tumbado el trabajo a último momento.

Pero ahora usando ese overall, la notaba un poco más gordita. ?Sería eso?

-Vimos comida china, pero no la tocamos, a saber cuantos días tiene ahí.- Dijo el bajito cínicamente, chupándose los dedos.

-?Ja! ?Es de ayer!- SeungHyun dejó la bandeja en la isla, y corrió al refri, ahora sí mandando a volar al enanito, que al escuchar su frescura quiso acaparar esa comida también.

-?No mames YoungBae! ?Porqué andas tan inmamable y usurpador?- Gritó JiYong con la boca llena.

-?Pues tengo hambre! ?Y HyoRin igual!- Dijo indignado, sobando su espalda del porrazo que le había provocado el ranchero al empujarlo sobre la isla.

Amaba lo bestia que podía ser su marido.

-Ya ni me acordaba que habíamos pedido en Tachi Dito.- SeungHyun tomó las dos cajitas de cartón y vació todo lo que quedaba, en un plato que tenía sabritones.

-?Gordo! ?Quítale esa madre!- Lo rega?ó el chaparrito.

-?Qué? Eran poquitos.- Se metió dos de las frituras a la boca y fue al microondas para calentarlo.

Le cagaban los sabritones, siempre le lastimaban la lengua cuando los comía, pero a su ranchero le mamaban. Según el INEGI, era el único ser humano en el planeta que se los chingaba primero en el PAKETAXO. Aunque para él mejor, porque así nunca quedaban cuando estaban al final de la peda, y ni por las ansias de la ebriedad se las llegaba a comer.

Bendito dios, se complementaban hasta en esa pendejada.

Se metió el último pedazo de momia, y le supo a gloria. Tanto alcohol -y baile- le había dado demasiada hambre.

-?Y qué madres hacen todos aquí? Ya vamos a premiar al ganador de la primera ronda.- SeungRi lo rodeó de los hombros, y los llamó con la cabeza, para que fueran a donde estaban todos.

-?Primera ronda?- Preguntó JiYong, confundido.

-Sí, del karaoke.- Dijo el menor como si fuera lo más obvio del mundo, y pues sí, pero no sabía que sería todo un torneo.- Ya que ustedes se vayan, hacemos la final, porque es injusto, ustedes siempre ganan.

-No mames pinche hacendado, aquí vivimos, ?a dónde verga vamos a ir?- Dijo SeungHyun, que no estaba seguro si estaba actuando o se le había olvidado que debían irse en unas horas al aeropuerto.

-Ah, sí, no te he dado tu regalo.- Se metió la mano al saco, y extrajo un sobre amarillo.- Felices treinta adelantados, Lobo, sé que este a?o dijiste que no querías nada, pero por hacerme el paro con SeHun, tengan, empédense por mí.- Le extendió el susodicho, y ahí se le rompió la expresión de póker, pero no por eso iba a dejar descuidada la comida que tanto trabajo le había costado conseguir, así que esperó a que el microondas sonara como listo, para tomar el plato caliente, y caminar a ellos.

-?Te lo abro?- Dijo coqueto, haciéndose al que no le había contado todo a su gordo.

-'Ora, qué pasó, así no nos llevamos chula, pero si quieres te lo abro yo a ti.- SeungHyun dejó el plato frente a él en la isla, y le gui?ó un ojo, tomando el sobre.

Tardó un poquito en captar.- ?Grosero!- Le gritó, logrando una carcajada de todos, que sólo esperaban a ver cuanto tiempo iba a tardar en darse cuenta del albur, o si lo entendería.

Su gordo tenía el infame pasatiempo de alburearlo hasta en la más mínima oportunidad, y desgraciadamente caía muy seguido.

-?No mames, primo! ?Te la ba?aste!- Gritó su regio, fingiendo muy bien su sorpresa.

-Le pregunté a tu se?ora qué podrías querer, y como no quiso modelarme la lencería que le compré para ti, dije: "Pss mejor que vaya a empedarse a su rancho, que ya le hace falta su ba?o de pueblo".

-Eres un cabrón.- Lo abrazó más fuerte de lo necesario, y escuchó la espalda del panda crujir, casi opacado por el grito de dolor que soltó.- Nomás porque no nos mandaste en VivaAerobús, culero, sino sí te iba arrancando lo que viene siendo los ojos y los huevos, por quererte pasar de listo con mi se?ora.

-Siempre voy un paso adelante wey, ya sabía que me ibas a querer matar.- SeungRi se rió una vez estuvo libre, pero podía notar que sí le había dolido.

-Gracias otra vez, Pandita, y tú no le hagas caso, gordo, nunca me pidió que le modelara ni madres.- Se burló, metiendo un poco de pato a la naranja a su boca, estaba delicioso a pesar de ser recalentado.

-?No mames, eres un pendejo!- Gritó SeungHyun.- ?Sale a las siete, wey!

JiYong casi se atraganta con la comida.

-?Sí! Por eso te lo estoy dando ahorita, ?Ya tienen todo listo?- Conocía perfectamente bien al menor, y sabía que no estaba jodiendo, lo decía en serio.

- ?JiYong dijo que salía a medio día!- Gritó nuevamente, igual de espantado.

-?Wey! ?Le dijiste? Chingadamadre contigo, JiYong, ?nada te puedo contar porque luego luego vas y desembuchas todo!

Tragó con dificultad el pato, y se golpeó en el pecho.- Me dijiste que ibas a comprar boletos a Monterrey, sólo asumí la hora.

-No mames, ?los más baras son a esa hora!- Miró el reloj en su Watch.- En la madre son casi las cuatro, pero si se apuran en chinga los llevo.

Quiso reírse por el pésimo cálculo hecho por su esposo, pero no, tenían cosas más importantes qué hacer, así que lo dejó para después, ya tendría tiempo de burlarse del pésimo boy scout que era.

-No te preocupes, nosotros los llevamos.- Dijo YoungBae, tomando un poco de refresco.

Verga, ahora se le había antojado una cokita bien fría.

-Gordo, dame cokita.- A?adió un puchero a su tono meloso, y su marido como buen mandilón, lo hizo sin dudar.

-Así tu terminas la ronda del karaoke, pero regresamos para la final.- El enano se sintió orgulloso de su plan maestro.

-?Cuál final? ?No sean ojetes! Ni crean que van a quedarse en mi casa.- Su gordo los amenazó, mientras tomaba un vaso limpio para poner los hielos que había sacado del congelador y servirle su bebida, tal como le gustaba.

-Ni lo vas a saber wey, yo tengo llave.- Dijo SeungRi riéndose, buscando tomar un poco de su comida, pero no lo dejó, y le dio un manotazo para que se alejara.

-Por eso necesitamos un perrito, mi vida, así protegería nuestro hogar de estos culeros cuando salimos.- SeungHyun le extendió su elixir vital, y le dio el trago que más le supo a gloria en toda su vida.

Al parecer tenía más sed que hambre.

-Bueno, yo me voy a empacar.- SeungHyun se ponía muy nervioso cuando viajaban en avión, y al parecer sólo cuando tuvo los boletos en sus manos cayó en cuenta de que iban a estar en una de esas latas voladoras -como las llamaba su ranchero-.

-Voy contigo.- Dijo una vez se terminó su vaso de coca-cola.- Y SeungRi, nada de final, me los vas despachando a todos ahorita mismo ?okay?

El menor puso cara de querer renegar, pero al ver su expresión seria, asintió derrotado.

Tomó el plato y se encaminó a su cuarto, donde su gordo debía estar como loco buscando su ropa y suspiró, si supiera que ya tenía casi todo listo, pero conociéndolo, iba a querer ver qué le había elegido para ese fin de semana en el rancho.

Que diosito los bendijera para que esta visita al rancho fuera tranquila, sin imprevistos, pero sobre todo, sin pedos.

Aunque estaba noventa y nueve punto nueve por ciento seguro, que todo sería una puta locura, como siempre...

Después de una hora, por fin todos los invitados habían sido despachados, inclusive la loca de BaekHyun que se había emputado cuando fue el único que no había conseguido triunfo en toda la noche.

Porque increíblemente, hasta MinSeok había conseguido chacal…

Era bueno que KyungSoo ya estuviera en proceso de depuración o como mínimo, un paso más cerca de superar a SeHun, con el que ya no tenía la más mínima oportunidad de relación.

Eso sí, si de algo podía estar seguro JiYong, es que su primo mayor iba a estar muy bien alimentado bajo el cuidado del chef Do, en todos los sentidos de la palabra.

-Bueno, pues vamos metiéndole nitro mamacitas, que los culeros de Aeroméxico luego los dejan aunque sea por un minuto.- SeungRi estaba deprimido en el sillón, porque la peda tuvo que terminar antes de lo que él había planeado. Aunque SeHun sentado en sus piernas y acariciando su cabello, parecía tenerlo bajo control.

-Chicos, antes de irnos, había algo que queríamos contarles.- YoungBae estaba en la parte más corta de su sofá en "L", mientras tomaba la mano de su esposa.

-Compa, ?estás seguro que puedes cubrirme con la loca?- SeungHyun daba vueltas en la sala, revisando por enésima vez todo lo que necesitaba llevar. Que si su cargador, que si su powerbank; le había dicho que no llevara su nintendo, así que estaba sacándolo y metiéndolo de su maleta, inseguro de si debía o no hacerle caso. Cada vez estaba más nervioso, pero ya no sabía qué más hacer para calmarlo.

Ni siquiera el fajecito que habían tenido en la habitación lo había relajado.

-Simón compa, ya ves que nos llevamos con Charlyta de recursos humanos, él nos hace el paro machín, tu tranca. Además, seguro que el jefe ni va a ir hasta el lunes.- Dijo honestamente, y casi se le olvidaba lo ojete que había sido al tragarse sus momias.

Casi, pero no.

-Gordo, ven.- Llamó a su marido, que suspiró antes de caminar y sentarse a su lado en la parte más larga del sofá. Besó su hombro a penas se sentó, y se abrazó al tenso brazo.

-Pues verán, no queremos hacerla de emoción porque no tenemos tiempo pero...- Su amigo cristiano miró a su esposa que asintió.

-?Estamos embarazados!- Dijeron los dos al mismo tiempo, perfectamente sincronizados, como si lo hubieran ensayado por mucho tiempo.

Era muy probable que así fuera.

-??Qué?!- SeungRi gritó, casi tirando al menor de sus piernas por el repentino acto.

-?Estoy esperando un bebé!- Dijo HyoRin que tenía los ojos rojos, reprimiendo las lágrimas.

-?No mames qué chingón!- SeungHyun se levantó y se abalanzó para abrazarlos a ambos, que le regresaron el gesto.- ?No mames que por eso tenías hambre, HyoRin? ?Sean mamones hubieran dicho! Ay no, soy de lo peor.

-No'mbre compadre, no te preocupes, los estábamos jodiendo la verdad, aunque sí estaban bien ricas las momias.- Dijo YoungBae, que ya se le habían salido las lágrimas de la emoción.

JiYong estaba muy emocionado, pero no lo procesaba bien.

Wow. Un bebé.

Al parecer su squad ya estaba envejeciendo.

Tenía tantos pensamientos en ese momento, pero sólo uno se manifestaba con más fuerza. ?Cómo reaccionaría SeungHyun cuando él le dijera que estaba embarazado?

Sonrió como bobo de sólo imaginarlo, cargándolo y besando todo su rostro mientras su pobre ranchero lloraba de felicidad. Seguramente él también lloraría, porque era algo que habían deseado por mucho tiempo, pero nomás no pasaba…

-?No mamen! ?AAAAHHH!- JiYong gritó y se abalanzó sobre sus amigos y esposo.

A veces la mejor forma de decir lo que sientes, no es a través de palabras, eran mejor las acciones.

-?No mamen que voy a ser tío!- SeungRi salió de su shock, cargando al enorme SeHun y girando con él como si el embarazado fuera su novio.

-?Tío?

Todos giraron hacia la voz somnolienta que venía del pasillo, donde estaba "el estudio" que no era más que un cuarto donde SeungHyun y él metían todo su cagadero.

-?Pinche DaeSung! ?Qué verga haces aquí?- SeungRi preguntó, dejando sobre el suelo a su pareja.

-Pues me estaba echando una pesta?ita, pero creo que el vino me pegó de más y me jetié en el sofá.- Bostezó el aludido, estirándose.

-?Wey, ya hasta se nos había olvidado de que viniste!- YoungBae de rió de su amigo.

DaeSung había ido "disfrazado" muy pobremente de "Doraemon", aunque sólo era una chamarra azul con la cara del gatito cósmico al frente, que seguramente había comprado por Aliexpress, y sus clásicos jeans de mezclilla oscuros.

-?Compa no mames! ?Vamos a ser tíos! ?El enano pegó su chicle!- Como siempre su marido hizo alarde de su florido lenguaje lleno de dichos populares.

-?Ah numa!- Sus peque?os ojitos se abrieron un poco y sonrió ampliamente.- Pss deberíamos ir a festejar ?qué no? Aunque tengo chamba como en.- Miró su reloj.- Tres horas, pero ni pedo, vamos a echarnos un champurrado aunque sea.

-?Wey el vuelo!- SeungRi gritó, mirando su smart watch de nuevo.- Vámonos ya en chinga que no vamos a llegar.

-Pero pasemos a un Starbucks, tengo antojo de un cafecito.- Intervino JiYong, que a la mención del champurrado se le antojó su caramel macchiato.

-No mames, morra, la de los antojos es la HyoRin, además en el aeropuerto hay, vamos ahora sí en verguisa que sino no llegamos.- Apuró el emprendedor sopero a sus amigos, porque ni de pedo iba a pagar de más por un cambio, era rico, pero taca?o.

Vaya, era un pobre con dinero.

Todos se levantaron y ayudaron con las maletas -que no eran muchas, sólo tres grandes, la carry-on de su marido y su bolso- para ir al carro de YoungBae que los llevaría hasta el aeropuerto Benito Juárez. Al final, todos irían a despedirlos y aunque fueran apachurrados, no los cambiaría por nada.

Tenía a los mejores amigos en el mundo, con todo y sus jaladas.

Llegaron rayando las seis y media, porque siendo el mandón que era, JiYong los había obligado a pasar por su cafecito de ciento veinte pesos, y al final todos terminaron comprando el suyo.

Siempre influencer nunca ininfluencer, como chingados que no.

Así que corrieron, volaron y se aceleraron, sólo para llegar a la ventanilla de Aeroméxico, y descubrir que eran clase premier y que en teoría podían darse el lujo de llegar tarde y ser asignados a otro vuelo más tarde si ya habían cerrado el check in.

Cuando SeungRi descubrió porqué le habían salido tan caros los boletos casi se arranca los ojos.

Parecía más de Monterrey que su marido, y para colmo el sí tenía dinero para derrochar, no entendía su codera.

Pero en fin, habían llegado bien, con un poco menos de glamour de lo esperado, pero bien. Se despidieron prometiendo hacer una reunión para hablar largo y tendido sobre el nuevo integrante de su manada apenas regresaran, y entre comillas, todo estaba saliendo a pedir de boca.

Igual y este viaje sería extraordinariamente tranquilo. Hacía changuitos para que así fuera.

Estaban ya dentro del avión, pero su gordo sudaba más y más sus manos unidas, y aunque quería limpiárselas, prefería sostener la callosa y grande extremidad, para darle el apoyo y tranquilidad que necesitaba, pero todo parecía inútil.

-Intenta dormir, amor, no ganas nada así todo tenso.- JiYong le quitó su gorra, para abanicarlo con ella, estaba sudando a chorros.

-Estoy bien, solo que despegue y-y- .- Le temblaba la grave voz.

-Y luego cuando haya turbulencia o aterrice.- Suspiró, besando el dorso de su marido que sostenía.- Mira, pon una película, vamos a verla juntos.

-Simón, sí, ahorita elijo una.

-Checa el catálogo y la vemos, ?va?- JiYong tenía tantas ganas de quitarse el cinturón y sentarse en las piernas de su gordo para relajarlo, pero no podía, o al menos no hasta que despegaran.

SeungHyun estaba teniendo uno de los episodios más fuertes de pánico que había visto, pero la última vez que viajaron no había sido así, ?qué lo habría hecho reaccionar de esa forma?

El capitalino acercó la mano más grande para abrazarla a su pecho, besándola y mimándola tanto como podía, notando que poco a poco disminuía su tensión.

-Creo que la próxima vez voy a pedir algo para los nervios.- Habló SeungHyun, soltando un suspiro largo al final, acariciándose el puente de su nariz.

-No me gusta que tomes pastillas, amor, pero si eso te tranquiliza, hay que ir a un médico para que te las recete.- Respondió JiYong suave, en ese tono meloso que sabía que le encantaba al mayor.

-No sé porqué me siento tan ansioso.

-?Puede ser por tu trabajo?- Fue más una pregunta para sí mismo, pero como la hizo en voz alta, el ranchero respondió.

-Puede, igual y es porque voy a ver a mi hermana.

Verga, sí.

HyeYoon y SeungHyun tenían un par de meses distanciados por culpa del esposo de esta. No es que el tipo fuera el más grande patán de la historia, es sólo que a su marido le molestaba lo poco que procuraba a su cu?ada.

Y más ahora que iba a tener un bebé.

JiYong sonrió, en menos de seis meses iba a ser doblemente tío.

Sintió a su útero susurrarle un "tú sigues".

Sacudió la cabeza, porque no quería hacerse ilusiones antes de tiempo.

-?Puedes creer que el imbécil ha bajado de plataforma sólo dos veces desde que HyeYoon está en Monterrey?- Dijo su gordo irritado.

Y ahí iban de nuevo.

-Sí, hablé con tu mamá la semana pasada.

-Oh, ?y sabe que vamos para allá?- Preguntó curioso, un poco más recompuesto del rostro. Al menos el peque?o coraje lo había hecho olvidarse de su ataque de pánico.

-Noup, quería que fuera sorpresa.

SeungHyun rió.- Un infarto es lo que se va a llevar cuando nos vea.

-De lo guapos que estamos, ?no?- Le sacó la lengua burlón y su esposo le regresó el gesto.

-Aparte, y porque voy con toda la intención de arrasar con una merienda yo solito.- El regio se lamió tantito los labios, se le debía estar haciendo agua la boca.

-Eso espero, porque me súper confirmó que tus tías sí iban a bajar al rancho este a?o.

-Ay mis tías.- Suspiró ilusionado.- Ya extra?o su acento, ne.- Hizo una muy mala imitación del hablar yucateco de sus tías maternas, pero aún así se carcajeó.

-Son un desmadre, pero siempre me matan de risa.- Dijo sonriendo por el recuerdo de las se?oras, que eran tremendas.

-La única vez que me he hecho pipí de la risa, fue por esas ?oras, no mames.- El ranchero soltó una carcajada, y tomó la gorra que había dejado en la mesita que dividía los asientos y se la puso de nuevo.- Gracias, chaparro, por ayudarme a distraerme.

-No sé de qué hablas.- JiYong se hizo pendejo, y ambos se sonrieron con complicidad. Su marido se inclinó hacia él para que pudieran unir sus labios, pero el avión se comenzó a mover.

Fantástico. Pues ni pedo, cambio de estrategia.

-?Sabes que si le mientas la madre a SeungHyun, se te calman los nervios del vuelo?

-Hijo de tu madre.- Su gordo se carcajeó, soltándose del agarre que tenían y tallando con fuerza su cara con ambas manos.- Eso es lo que más me emputa, que nos llamemos igual.

-?Alguna vez has pensado…?

-Basta, JiYong, no lo he pensado. Y ya hemos tenido esa conversación, así que no chingues.

Al menos hacerlo enojar era mejor que verlo temblando de miedo.

-Yo sólo digo que es muy cagado, supongo que por eso solo lo llama "cari?o" y a ti "hermano".- El chaparrito se mordió la lengua al ver sus orejas coloradas de la pena.

-Es una enferma, ?cómo pudo meterse con un vato con el mismo nombre que su hermanito?

-Es un nombre común, además que imagínate rechazar a alguien sólo porque te recuerde a algún pariente en el cogimiento.

-?Wey! ?No! ?Chaparro!- Dijo exageradamente, tapándose los oídos cual ni?o chiquito.

-?Qué? Apoco no hubieras andado conmigo si me llamaba no sé, DongWook.

-Sí, pero ese cabrón es un hijo de puta, tú eres perfecto.

Se sonrojó un poco por lo repentino de su declaración.

-Además de que te llamaría cosita rica todo el tiempo, así que sin pedos, la verdad.- Y como siempre, tenía que romper el momento con alguna mamada.

-Te lo paso sólo porque a mí igual me daría asca llamarme DongWook.

-Y no te queda, tienes cara de JiYong y chaparrito.- Le tronó un beso, y se recostó mejor en su asiento, tomando nuevamente su peque?a mano.

-Bueno, al menos funcionó, ya estamos arriba.- Se recostó igualmente en su lugar.

-Neta que no sé qué haría sin ti, mi vida, sólo tú sabes cómo calmarme.- Sintió un besito en el dorso de su mano.

-Seguramente viajarías en camión.

SeungHyun se carcajeó.- Y seguramente seguiría virgen y sad.

-Eso sí, para que veas.

Por fin notó como el cuerpo de su gordo se relajaba, y se recargaba con más soltura en el asiento, cerrando los ojos. Algo que no le gustaba de la clase premier es que no había como levantar el reposabrazos y así poder abrazarse a su esponjadito; tendría que conformarse con sostenerle la mano, y estar pendiente de él.

Con suerte lo comodidad de las butacas y la desvelada que habían pasado, lo pondría a dormir profundamente y así estaría tranquilo todo el trayecto. Entonces se le iluminó la mente, ah qué pendejo, ?cómo se le había olvidado? Estaba tan alterado por su gordo, que se le fue el pedo. JiYong soltó sus manos unidas, esta acción tensó inmediatamente a su marido por la falta de contacto; sin darle mucha importancia, se giró tantito en su asiento para poder ejecutar su nuevo plan, que consistía en acariciar el lóbulo de SeungHyun.

Al instante se relajó.

El mayor susurró un "gracias, chaparro", que con la suavidad de su tacto y sus mimos, se fue yendo poco a poco. Siguió masajeando la oreja como ya sabía que su esposo necesitaba, a pesar de que en menos de dos minutos, su respiración ya se escuchaba regulada indicando que dormía profundamente. Estuvo así un buen rato, hasta que su mano empezó a doler, y lentamente lo fue dejando libre de sus caricias.

Sonrió orgulloso y feliz de que su idea haya funcionado tan rápido.

Listo, ahora sí podrían tener un buen viaje y en menos de dos horas estarían en la tierra que había visto nacer y crecer a su amorcito, rodeados de su familia y lo mejor, de todo, comerían cabrito.

Oh, dios, cómo le mamaba el cabrito.

JiYong amaba Monterrey, nunca iba a entender exactamente qué era, pero desde la primera vez que había ido -cuando fueron a presentarlo ante la familia de SeungHyun- se había enamorado del lugar.

Tal vez porque era como su gordo, hecho ciudad.

La comida era deliciosa, el clima agradable con aire limpio, gente hablando chistoso, y su marido se volvía más parlanchín de lo que ya era.

Habían ido del aeropuerto directamente a desayunar a El Pipiripau, donde SeungHyun adoraba comer, ya que -según él- ahí se hacía el cabrito más sabroso de todo Monterrey, además de que hacían muchas otras cosas, pero él estaba ansiando con toda su alma el cabrito desde que SeungRi le dijo que quería regalarle los boletos.

El restaurante estaba en el mercado Juarez, se veía limpio, muy iluminado y sobre todo era exquisito, era de los lugares preferidos de su gordito profesional, y siempre que iban tenían una parada obligatoria ahí. Además que le gustaba el mercadito, porque ahí podía irse a surtir de todas su cosas de bruja y pedir que le leyeran las cartas.

Ja, no se crean, él ya no le hacía a esas chingaderas, además que ni servían, o sea, sí servían, pero eso era del diablo así que ya estaba retirado.

A pesar de su retiro, estaba tentado en ponerse a zorrear a ver que nuevas chucherías podría encontrar, pero SeungHyun le dijo que estaba muy cansado, y que de todas formas podían regresar otro día, más porque se le habían antojado los mariscos, y él no puso mucha resistencia, porque igual estaba medio zombie, a pesar de la revivisión que le dio la deliciosa comida. Se sentía como si hubieran cogido o algo, porque aunque estaba hasta el cuello de lleno y muy adormilado, parecía que flotaba, pero el efecto no iba a durar mucho, estaba seguro.

Así que ahora estaban rumbo a casa de sus suegros, que no quedaba muy lejos, si no mal recordaba. Aunque era difícil para él saber qué tan cierto era eso, porque comparados con las horas que se hacían en la Ciudad de México, ahí todo se le hacía cerca.

Dios, cómo amaba Monterrey.

-Ya me dio mucho sue?o, gordo.- Dijo con su vocecita melosa, pegándose más al pecho de SeungHyun, aspirando su rico olor de hombre norte?o.

-Te dio el mal del puerco, mi vida, pero ahorita te llevo a la cueva del amor a descansar.- El más alto lo rodeaba por los hombros, y acariciaba tiernamente su cabello.

-Mmh.- Fue lo único que dijo. La adrenalina de la peda, el viaje y su ansia de cabrito asado lo había mantenido vivo, pero ahora dependía únicamente de su cuerpa que cada vez aguantaba menos estos trotes.

Pasaron unos diez minutos, en que el uber se detuvo frente a la hermosa y gran casa de los Choi. Aunque su familia política no era de excesivo poder adquisitivo -como la suya- no eran precisamente pobres. Era principalmente mame de su esposo, la verdad.

Se bajaron y el conductor junto a SeungHyun se encargaron de sacar las maletas de la cajuela, ambos se despidieron del amable se?or, justo cuando el portón se abría, y sus suegros salían en la camioneta.

-??'ORA Y USTEDES QU? HACEN AQU?!?- El papá de su gordo gritó asombrado desde el puesto de piloto, su acento era muchísimo más marcado que el de su esposo, y era una muy fiable referencia de como se vería este en unos veinte a?os. Chingaderas aparte, su futuro se veía muy prometedor.

Su suegro era muy guapo, lo que sea de cada quien.

Por otro lado, su mamá era un taponcito adorable, que siempre se alegraba de verlos, y esta vez no era diferente.

-?Muchachos! ?Porqué no avisan?- JoungWhun se bajó del auto, y vino corriendo a abrazarlo a él, que correspondió el gesto con renovadas energías.

-?Hola para ti también, mamita!- Ya era tradición de SeungHyun de ponerse celoso, porque siempre parecía que él era el hijo de la se?ora y no su ranchero.

-A ti te tuve mucho tiempo, a JiYongie con trabajo y nos lo traes una vez al a?o, no seas avaricioso.- Dijo su suegra, separándose, pero yendo a abrazar a su berrinchudo esponjadito.

-Huercos, sí'stá chulo verlos y todo, peronos estamos yendo al rancho, nomás porque me quedé dormido, sino ni nos hubiéramos topado.- HyunSoo tenía su sombrero y lentes de sol que no parecía querer quitarse, además que seguía aplastado en su lugar sin la más mínima intención de bajarse a apapacharlos como se merecían.

-'Ora, ?neta? ?No mames! ?Si vine a pasar el fin con ustedes!- Su marido se cruzó de brazos, ofendido por el poco entusiasmo de su padre por su presencia.

-Querrás decir que viniste por los pibipollos de tus tías, y te tengo una mala noticia, la tía Bertha se enfermó y no van a venir.- Dijo su suegra.

-?Me lleva la verga!- Gritó SeungHyun, viendo como todo su plan se iba por la borda.

-Esa lengua, chamaco.- Lo golpeó la mujer en el hombro.

-Puta, pues ya que, ahorita subo las cosas a la cajuela, ni pedo.

-No creo, lobo, vamos llenos.- Dijo su papá, sin ninguna pizca de broma. Al parecer era en serio eso de que los iban a abandonar ahí nada más.

-?Pues yo veo bien vacío allá'tras!

-Porque todavía vamos a ir por tus tías y los ni?os, Siete se llevó la otra camioneta con toda la banda de locos.

-Me lleva la verga, ?Y ahora qué? ?Apoco nos van a dejar?- Su gordo no creía el grado de desamparo que le estaban aplicando.

-Pss pueden agarrar camión para Durango, si quieres mando a tu primo a que los recoja.

-Nambre, no mames, vamos a estar medio día en la carretera, 'apá.

Su suegro se quedó pensando, porque no había otro adulto que pudiera manejar.- Tu camioneta aquí anda, si quieren pueden ir detrás de nosotros.

-Ay no, ahorita no estoy para manejar, dame chance que duerma un rato y vemos.- SeungHyun se cruzó nuevamente de brazos, y tenía una mueca de fastidio.

-'Ira nuestro plan era llegar para la comida, según tus tíos ya mataron al borrego, pero como ya vamos tarde al menos espero llegar antes de que anochezca.- Se acomodó mejor la gorra.- Si se animan dinos, porque hay que empezar a ver lo de tu cumplea?os, ?no?- A?adió con una sonrisa.

En todo ese tiempo, tanto JiYong como JoungWhun no habían dicho ni pío, porque mejor que se pusieran ellos de acuerdo en el plan, además que él no tenía mucha opción, una vez estando en el norte, el hombre mandaba.

Se rió por la pendejada que pensó, sí claro.

El teléfono del Choi mayor comenzó a sonar.- 'Ira, échate una pesta?ita y nos alcanzan en la noche. Ya nos tenemos que ir, porque esta gente está toda desesperada.

Su suegra sólo negó, y les extendió las llaves, que por el llaverito de la Torre Eiffel -que él le había regalado- sabía que era de la casa.- Descansen mijos y ya con calma nos avisan qué van a hacer. No dejé nada de comer, pero ahí se consiguen algo, nos vemos al rato, mis ni?os, que la virgencita me los cuide.

La mujer se acercó a cada uno de ellos y les hizo la se?al de la cruz acompa?ado de un último abrazo, antes regresar a la alta camioneta, que en ningún momento se había detenido el motor.

-Por ahí debe andar tu licencia, lobito, nos wachamos más al rato, mijos.- HyungSoo igual les hizo una bendición pero de lejitos, antes de avanzar lentamente por la calle rumbo a su primera parada antes de lanzarse a carretera federal.

Todo pasó tan rápido, que JiYong no había terminado de procesar lo que había ocurrido.

-Neta que estamos bien salados mi vida, 'ira que tener que echarnos ocho pinches horas al rancho.- Suspiró, acercándose para rodearlo de los hombros.- Lo siento, chaparro, igual y nos podemos quedar, nadie nos dice que debemos ir.

-Amor, yo quería traerte al rancho, pero el rancho es tu familia…- Dijo suavemente, bostezando.- Y si tu familia está a ocho horas, pues ni modo, qué le vamos a hacer.- Sintió un besito en su sien.

-Neta que vales mil ocho mil, hermoso.

-Yo también te amo, gordo.

Aún después de mucho tiempo, seguía sin entender qué tenía el cuarto de infancia de SeungHyun que lo relajaba tanto.

No sabía si era el papel de nubecitas a lo Toy Story, los mu?ecos que velaban su sue?o, o simplemente la esencia de su marido… Pero después de su hogar, este cuarto era su lugar preferido en todo el mundo.

Durmieron abrazados más tiempo del que creyeron, y despertaron casi a las cuatro de la tarde, pero definitivamente ya estaban como nuevos, o al menos en un ochenta por ciento de su batería.

Porque ahora tenía hambre otra vez.

-Te voy a llevar a un lugar bien elegantioso.- Susurró su esposo detrás de él.- Sólo que hay que meterle gasolina, mami, que no quiero salir de aquí a las doce de la noche.

-?No es mejor esperar hasta ma?ana?- Respondió en el mismo tono suave que el otro, aún no estaba despierto en su totalidad.

-Es un tramo seguro, mi cielo, no te preocupes…- Dejó un beso en su nuca.- Además, entre menos tardemos en llegar, más tiempo tendremos de chingar al abuelo de que por fin nos firme las tierras.

JiYong soltó una carcajada.- Eres un tarado.

-Pero estoy viendo por ti y nuestras crituras, deberías apoyarme.- SeungHyun dejó otro besito en el mismo lugar y metió su mano debajo de su holgada camisa para acariciar su plano abdomen.

-Te apoyo, pero aún así eres un tarado.

El mayor no respondió por unos buenos segundos.

-?No quieres un rapidito, mi vida?

-?Ya, gordo!- Se giró, para ver en primer plano el puchero que tenía su esponjadito, y lo besó brevemente.- Aunque si me llevas hasta el ba?o, puede que me prenda lo machote que eres y termine seducido por tu derroche de testosterona.

-No digas más.- El regio se levantó de la cama, y lo arrastró de los pies, para llevarlo al borde de la misma. JiYong no podía parar de reír, intentando que lo soltara, pero sin usar toda su fuerza para liberarse del agarre.

SeungHyun se puso sobre él para besarlo de tal forma que dejara de forcejear, y enredara sus extremidades en el cuerpo más grande; usando una vez más su poder regio, lo levantó con facilidad de la cama, encaminándose a la puerta que llevaba al ba?o de su habitación.

Pues sí, todo indicaba que tendrían tiempo para un rapidito.

El paseo Santa Lucía era hermoso, sobre todo a esta hora del día; estaba atardeciendo, no había tanta gente y si estabas caminando de la mano del amor de tu vida, simplemente no podía haber algo que arruinara semejante momento.

A pesar de las múltiples veces que había visitado la ciudad, jamás habían recorrido todo el parque, era inmenso y cada vez que lo intentaban, terminaban cansados así que mejor se sentaban en alguna banca o escalones a admirar el bonito paisaje, platicando y dándose mimos el uno al otro.

Le mamaba ese lugar, sobretodo por la comida.

Olió el aceite que freía la masa, y su boca se le hizo agua al reconocer que eran churros.

-Gordo, quiero un churro.

No tuvo ni qué repetirlo, porque su marido ya lo estaba arrastrando al puesto donde sólo había una persona ordenando. El aroma era exquisito, y fue inevitable lamerse los labios con anticipación.

-?Cuál vas a querer, chaparrito?- Lo interrogó al tiempo que lo soltaba de la mano, para rodear su cintura y pegarlo a él.

Era una difícil decisión, porque tenían muchas variedades, toppings y formas, pero como era un cursi en una cita con el futuro padre de sus hijos, eligió uno con forma de corazón ba?ado en nutella.

Su esposo era tan predecible, que sin dudarlo pidió el que estaba enrollado y relleno de helado. Si había algo en este mundo que le podía disputar el primer lugar en el corazón de SeungHyun, era el helado. Ni siquiera la cerveza lo volvía loco como ese postre lácteo alto en calorías.

Aunque con el tiempo había aprendido a dejar de ponerse celoso y mejor usarlo a su favor, sobre todo al momento de su intimidad. Pero ese era otro tema.

-Quiero subirlo a insta, amor.- Dijo sacando su iPhone, y el mayor sólo asintió resignado de que tendría que cumplirle su capricho antes de poder degustar su icecream sandwich de churro.

Su gordito pagó y ambos caminaron un poco hasta encontrar el fondo perfecto para su foto, que no era ni más ni menos que el río, que por la luz del atardecer se veía muy bonito y romántico, así que tomó varias desde distintos ángulos para después con más calma seleccionar la que iría a sus stories. Incluso hizo un boomerang de los dos postres chocando y quedó satisfecho.

-?Lo siento!- Fue lo que gritó un muchacho que se había estrellado contra él, y JiYong quiso mentarle la madre con todas sus fuerzas por casi hacerlo volar, pero vio algo que lo cortó.

El sándwich de SeungHyun estaba tirado en el piso.

Giró tan rápido su cuello para ver a su marido, que sólo estaba rígido, mirando con incredulidad su manjar -que ni había probado- desparramado por el sucio suelo.

Era una imagen desgarradora, el helado estrellado, una de las tapas más alejadas de la escena del crimen y su marido sosteniendo la triste servilleta que le habían dado para sostenerlo y no ensuciarse las manos, con su boca abierta en total incredulidad.

Eso último fue lo que desató su ataque de risa, y desafortunadamente no pudo parar.

-?JiYong! ?No te burles!- Reclamó una vez pudo salir de su estado catatónico, pero era inútil, él ya estaba sentado en el piso carcajeándose, importándole poco que tuvieran espectadores gozando con su episodio tragicómico.- ?Es en serio, chingadamadre!

-?Es que no mames! ?Ay no, mi amor, es que no viste tu carita!- El bajito estaba llorando de la risa, pero sin descuidar su churro, que lo abrazaba a su pecho, temiendo que tuviera un destino igual que el de su marido.

-?Ya'stuvo bueno, JiYong!- SeungHyun no estaba para nada contento, ni siquiera lo llamaba cari?oso como siempre, pero a él no podría importarle menos, no ahora.

Pasaban los minutos, y poco a poco su ataque disminuía, pero sus lágrimas seguían saliendo. Nunca se había reído tanto, y aunque muy en el fondo se sentía mal, había valido cada maldito centavo con tal de darse esas buenas risas.

-?Ya terminaste?- Preguntó el regio molesto de verdad, y eso le terminó de cortar el chiste.

Oh, vamos, sólo era un helado con churro caído, no era la gran cosa.

Lo bueno es que lo pensó y no lo dijo, porque SeungHyun no esperó su respuesta, y caminó sin ayudarlo a incorporarse o dirigirle más la palabra.

Oh shit, sí estaba encabronado. O sea, y es que no había sido su culpa, fue un accidente, pero debía admitir que tal vez se había pasado un poquito con las carcajadas, pero fue algo que no pudo controlar.

Vio a su esposo sentarse en uno de los escalones que estaban cerca de ahí, y sin más se puso a revisar su celular. Mierda, sus ojitos ahora estaban tristes, y se sintió una basura, porque pues sí, la vergüenza que había pasado aunado a la pérdida de su helado lo debían tener retorciéndose por dentro.

JiYong suspiró, y se levantó con dificultad, ya que aún tenía su churro intacto en su mano. Tomó al soldado caído -y desmembrado- con una de sus servilletas, y buscó un bote de basura para tirarlo.

Sin más regresó al puesto, donde el chico que los había atendido le dio una mirada de lástima y se ofreció a darle un descuento por el obvio reemplazo que iba a adquirir. ?l negó, y pidió algo diferente, era una especie de banana split, pero en lugar de plátano eran churros peque?os. A pesar de no ser lo mismo, el sujeto insistió en el descuento, y tampoco era millonario como para negarse a pagar menos.

Su churro ya estaba frío, pero no le importaba, primero estaba su esponjadito y nadie más. Caminó hasta llegar con su marido, y le extendió su nuevo postre.

-Lo siento, gordo, no debí burlarme de ti.

El regio lo ignoró, y siguió mirando su teléfono.

-Ya, gordo, lo siento, es que tu carita me dio mucha risa, pero te juro que no me reí de ti, sino por ti.- Intentó bromear, pero el otro seguía sin levantar la mirada.- Ten, te compré uno más grande, pero no creas que es soborno, sólo te estoy reponiendo el que se te cayó.

SeungHyun no dijo ni una palabra, se mantenía igual.

Suspiró.- Bueno, te lo voy a dejar aquí.- Se agachó y dejo el platito a un lado de su bonito trasero.- Ahí tu ves si te lo comes, pero rápido, porque se va a derretir el helado.

Seguía en la ley del hielo, pero no se iba a rendir obviamente, así que le dio una palmadita en su muslo para que le hiciera espacio entre sus piernas, y a pesar de seguir mudo, le abrió las extremidades para que se sentara en el escalón debajo de él. Ya era un avance, supuso.

Tenía que darle tiempo para que se le olvidara, así que sacó su iPhone para tomarle foto a su churro encorazonado, y luego activó la cámara frontal, en la que pudo ver a su esposo pasando de él. Hizo un puchero, y se sacó la selfie con él de fondo en modo ignoración, que a pesar del sonido que hizo, este no levantó la mirada. Se tomó varias más e incluso un video corto sacándole la lengua, con la esperanza de que lo descubriera infraganti y así sacarle una sonrisa, pero este seguía en su mundo.

Fastidiado de su indiferencia, comenzó a comer su churro, esperando que el mayor hiciera lo mismo con el suyo, pero no quiso. Era una fortuna que estuviera bajando la temperatura, porque el helado seguía prácticamente intacto, pero no debía abusar o se desparramaría por todo el suelo.

Pasaron los minutos en lo que masticaba tranquilo revisando su Instagram, hasta que se terminó su postre, pero seguía sin ser pelado por su gordito. Hasta le había mandado una foto con una expresión muy sexual de él comiendo el churro, pero en visto lo había dejado. Suspiró frustrado, porque pues sí que la había cagado, pero todo fue un accidente, y ya se había disculpado. No sabía qué más hacer.

Miró el platito que le había traído, y se le hizo un desperdicio, así que lo tomó con toda la intención de empacharse de ser necesario, pero no iba a tirarlo por nada del mundo. Como aún se veía bonito, le tomó una foto, y sintió a su gordo moverse detrás de él; sonrió malicioso, porque se le ocurrió algo para lidiar con el ni?o con el que esta a casado.

Juntó sus rodillas para crear una mesita improvisada y poner el plato sobre sus muslos, tomó su iPhone y comenzó a grabar.

-Esponjadito está molesto conmigo porque me reí de su tragedia, pero le compré otro churro con helado y más grande y aún así me sigue ignorando.- Hizo un puchero, sujetó el tenedor para picar uno de los minichurros rociados con nutella y pudo ver gracias a la cámara frontal como SeungHyun ahora sí lo miraba muy serio.- Así que me lo voy a tener que comer, porque él no lo quiere.- Hizo el intento de llevárselo a la boca, pero fue imposible, porque uno de los largos brazos de su marido le quitó el cubierto de plástico y el otro tomó el plato.

Sonrió satisfecho sin dejar de grabar.

Sabía que no podría resistirse por mucho tiempo al helado, y afortunadamente no se había equivocado. Vio al mayor embarrar de helado y crema batida la masa frita, para llevárselo a la boca, reprimiendo una risita por el gemido casi orgásmico que soltó al por fin degustarlo.

-Mi gordo estaba molesto conmigo porque me reí, pero ya me perdonó ?Verdad?- Seguía grabando, y se podía ver perfectamente detrás de él como SeungHyun le entraba duro a la comilona.

No le respondió.

-Tomaré eso como un sí.

-No.- Fue lo único que dijo, mirándolo a través de la cámara.- Sigo molesto contigo.

-Ay, gordo, no seas así.

-Te reíste culero de mí.

-Ya de dije que no fue mi intención, anda, perdóname.

No dijo nada porque se había metido una buena cantidad de helado a la boca, pero aún así negó com la cabeza.

-Anda esponjadito, ya no me odies.

-No te odio.- A?adió una vez tragó, poco a poco su expresión dejaba de estar emputada.

-?Entonces me perdonash? ?Shí?- Acercó su espalda al otro, pero este no quería dar todo su brazo a torcer, así que sólo apoyó sus antebrazos a cada lado de su hombro, y siguió comiendo.

Era una pose extra?a, así que le sostuvo el plato -que estaba prácticamente en su cara- para que el otro terminara y con suerte, ya dejara a un lado su enojo por completo. Cortó el video por unos segundos en lo que el otro seguía tragando, y como siempre había sido un desesperado de mierda, alejó el recipiente de cartón del alcance del otro, y volvió a grabar.

-?Ya me perdonash, gordo?- Insistió con su pregunta igual de meloso que antes, porque no iba a quitar su dedo del renglón hasta que lo perdonara.

-Ots, ya te dije que no, y déjame comer chinga'.- Sonaba irritado, pero igual tenía ese tinte burlón que tanto amaba de su esposo, así que siguió presionando, era seguro.

-Anda, sólo di que sí.

-Oh que la, sí ya qué, pero dame mi churro.

-?Wiiiii!- Gritó feliz, y le regresó lo que le quedaba. SeungHyun casi le arrancó el plato de la mano llevándose todo lo que le quedaba a la boca de un tirón, no iba a arriesgarse a ser asaltado nuevamente, y sólo pudo ver enternecido como masticaba con la boca súper llena.- ?Y no me vas a dar un besito, gordo?

El mayor solo negó, reprimiendo su sonrisa.

-Anda, no seas así, esponjadito.- JiYong a?adió un puchero a su solicitud que fue ignorada.- Un besito aunque sea.

El regio dejó el recipiente y su cubierto a un lado de él, antes de rodear con un brazo al otro, apretando sus cachetes con su mano izquierda para formar una trompita, tronándole al mismo un beso.

Eso es todo lo que le iba a dar, al parecer.

-Ay, así no, gordo, dame un besito, no seas cabrón.- Siguió reclamando, a ver si su corazón terminaba de apiadarse.

Su marido suspiró y terminó cediendo, rodeando sus hombros con su mismo brazo izquierdo, acercándose hasta que besó su cachete.

-Uy, así que chiste, anda dame otro.- Se se?aló con el dedo el lugar besado, exigiendo más.

-Me cae que tú no tienes llenadera.- Apretó un poco el abrazo/candado que tenia alrededor de su cuello, y le dio otro.

-?Y así cuantos me das?- Preguntó JiYong estirándose porque su brusco esposo lo estaba medio ahorcando.

-Pss no sé.- SeungHyun le dio tres besitos más.- Los que quieras.- Más besos.- Como cien.- Llenó de kikos todo su cachete, mandíbula, la comisura de los labios e incluso le metió la lengua en la oreja provocando que el menor gritara "Ya, gordo". Pero el ranchero no estaba feliz, si quería que lo besuqueara, eso iba a hacer, así que lo sujetó de la quijada, girándolo un poco para por fin llegar a sus labios, a los cuales no había tenido acceso por la posición a espaldas del chaparrito.

JiYong alzó su mano para tomarlo de la nuca y alargar el contacto, vaya que su plan había funcionado y mejor de lo que pensó. Se separaron cuando por fin tuvieron suficiente del otro, lo que no contaba era con su ranchero dejando una sensual mordida antes de besar su nariz y sonreírle hermosamente, dejando sus divinos hoyuelos al descubierto.

No era necesario decir más, porque su esponjadito se abrazó a él, y recargando el mentón en su hombro derecho. Sonrió satisfecho de sí mismo, además de que en todo ese tiempo, había estado grabando. Tal vez debería dedicarse a los documentales, pensó mientras veían -porque estaba seguro que SeungHyun igual lo hacía- su tierno ritual de reconciliación.

Directo a NatGeo.

Estuvieron en esa misma posición, pero ahora revisando su instagram, y no les sorprendió ver que la fiesta de Halloween una vez más había sido un éxito, porque todas las stories de sus amigos eran sobre su magno evento anual, sonrió satisfecho. Sí, todo el desmadre había valido la pena una vez más.

Checaron la cantidad de fotos en las que estaban etiquetados, dándole sus respectivos likes, contestando comentarios e incluso tomándole capturas a algunas publicaciones donde se veían bien. Su vida normal como influencer, vaya.

Tenía que pedirles a algunos que les pasaran los videos de ellos bailando, porque eran cosas que quería mostrarles a sus futuros hijos. A diferencia de esos donde estaba tragando shots a lo idiota; maldito SeungRi había subido como cien historias, y para acabarla de joder, su mamá lo seguía. Oso mil.

Siguieron un rato más revisando, cotorreando, tomándose fotos y dándose besitos, hasta que su gordo dijo que comenzaran a caminar, porque ya estaba oscureciendo y debían caminar un poco para que se les bajara la comida, porque él seguía en su plan de llevarlo al lugar bien romántico.

JiYong sólo asintió, esperando que el otro se moviera primero para que lo ayudara, si ya tenía de regreso a su ranchero ni de pedo iba a hacerlo solo. SeungHyun se paró, tomando su basura y la de él para llevarla al bote mas cercano, regresando a los segundos para tomar mano levantándolo del escalón en el que estaba.

Caminaron lentamente sin soltarse de su agarre, sonriéndose y regresaron a su plática casual, que era interrumpida por las constantes selfies que tomaba el menor, además de las fotos capturando el paisaje. Las luces de los árboles y el río ya estaban prendidas, pero no se admiraban en todo su esplendor por la escasa luz solar que aún quedaba. Anduvieron por un largo tramo, hasta que un olor llegó a la respingada nariz del capitalino.

Era un puesto de elotes, y se le hizo agua a la boca, otra vez. Después de tanto dulce, ahora necesitaba algo salado.

-No mames, ?Quieres un elote en vaso, mi vida?- Preguntó burlón el regio, que desde que habían pisado su tierra natal, su fuerte acento había regresado en su totalidad, y tenía que admitir que debía morderse la lengua a cada rato para no morirse de la risa con cada palabrita que igual se le escapaba.

Amaba a este pendejo.

-Ay, sí, porfa gordo.- JiYong puso sus ojitos más tiernos que pudo, aunque sabía que no era necesario.

-Nomás que aquí no le ponen cueritos, eh.- No era necesario que afirmara, porque sin más ya se estaban dirigiendo al lugar.

-Ya sé, gordo.- Se rio.- No es la primera vez que me compras uno aquí, no manches.

Le sacó la lengua, pero se dirigió al elotero detrás del mostrador.- Qué pedo, compa, dame dos en vaso con harto shile. Grandes.

El muchacho se puso a prepararles los esquites, y se le derritió el corazón cuando el cucharón movió los granos de elote en la enorme olla, el vaporcito que salió por esta acción llenó en el ambiente de delicioso aroma, era de las escenas más bellas que había visto.

Tal vez estaba mamando, pero amaba los esquites, igual los elotes preparados, aunque era un poco engorroso comerlos, porque no disfrutaba para nada embarrarse la boca y dedos, con queso y mayonesa.

El hombre les extendió uno, que rápidamente lo tomó SeungHyun para dárselo; mi amor, su gordo podía ser bien hambre, pero siempre lo dejaba comer primero. Nunca dejaría de darle ternura esos peque?os gestos que tenía con él.

Cuando les dieron el otro, su ranchero pagó y lo tomó de la cintura para dirigirlo a uno de las largas bancas de piedra que estaban cerca, ahí podrían disfrutar con tranquilidad de sus peque?os manjares.

No hablaron por varios minutos, estaban más concentrados en soplarle a sus vasos para que se enfriaran y poder comerlos sin chingarse la lengua. Eran de esos tiernos momentos en los que disfrutabas del silencio y la compa?ía del ser amado, simplemente no se necesitaba hablar para que fuera especial, con sólo tener sus muslos muy juntitos les daba esa sensación de intimidad que únicamente se lograba conseguir después de muchos a?os de relación.

Y de la nada todo se fue a la mierda.

Debía ser una puta broma, Diosito no podía odiarlos tanto y mucho menos después de la tragedia que habían vivido con anterioridad.

-?Hola, amigos! ?Ustedes son pareja?

Okay, aquí JiYong debía hacer un peque?o paréntesis. Hace unos días había visto un video en Facebook, sobre una mujer que iba presuntamente revisando los celulares de las parejas, para ver si eran o no fieles. YoungBae y él habían tenido una fuerte discusión sobre si esa madre era real o no, siendo él partidario de que era todo un montaje, y el cristiano, como la persona tan ingenua que podía ser, decía que era verdad.

Bueno, ahora todo se sentía muy real.

Y no porque frente a él estuviera la morra esa de Pandabum o como verga se llamara, sino porque de todas las personas que se imaginó encontrar en Monterrey, esta era la última de su lista.

La única que ni de pedo quería ver cerca de él y mucho menos de su marido.

Kiko Mizuhara.

La innombrable.

La perra maldita que le había roto el corazón a su gordo.

La ex de SeungHyun.

Pinche diosito, hoy sí que te pasaste de verga.

Gracias a la amplia experiencia de sus primos y compas, tenía una idea de cómo era eso de tener novia, terminarla y andar con otra a los dos días, dándole la medalla de primero y segundo lugar a los cabrones de Siete y JaeChun, que eran unas verdaderas ratas con sus parejas. A pesar que siempre lo tacharon de teto, perdedor y demás cosas, él sólo tenía una ex, y después fue cazado exitosamente por su chaparrito.

Desde entonces no había podido -ni querido- mirar a otro ser sobre la faz de la Tierra de forma romántica.

Aunque tuvo unos meses bastante deprimentes cuando la morra lo cortó e inclusive pensó en regresar al rancho por ella, cuando cruzó su mirada con ese fresita encabronado, su corazón había sido robado. Esos ojos color almendra lo habían enculado hasta el alma, y ahí supo que no iba a ser de nadie más.

En ese momento supo que sería la madre de sus chamacos, el due?o de sus quincenas, la luz de sus ojos, su viagra de viejito y el amor de su vida.

Le había pasado como en esas películas que cuando encontraban a su alma gemela todo se detenía, el fondo se ponía rosa y hasta el viento soplaba bonito para que su cabello se moviera muy a la Rosa de Guadalupe, así igualito había sido.

Claro que como su pinche suerte era bien ojete, había terminado siendo cagado, pero no quitaba que había habido magia de la buena.

Desde ese episodio en su vida que selló su destino, neta que nunca más volvió a saber -ni a pensar- en la Kika. Bueno, a veces sí pensaba en ella, pero sólo para burlarse de lo meco que estaba y de las pendejadas que hizo mientras duró su peque?o noviazgo. Igual lo hacía cuando su JiYong se ponía a mentarle la madre de repente, decía que a veces se acordaba de cómo le había roto el corazón y se emputaba, amenazando que si se la llegaba a encontrar la iba a cachetear por culera.

Eso siempre desencadenaba en la plática en la que le decía que si ella nunca le hubiera roto el corazón, jamás habría elegido irse al D.F. porque ya tenían el plan de estudiar juntos en Guadalajara, y cuando todo se derrumbó, no tuvo el estómago de vivir en ese lugar que le recordaba todas las cosas que habían planeado juntos. Por eso decidió mudarse a la única ciudad en la que había conseguido beca -y que iba a rechazar en nombre del hamor-, la capital del país, donde -sin saberlo- vivía el que le ense?aría lo que era el amor de verdad.

Sí, tal vez estaba divagando de más, pero era inevitable, la neta sí estaba sorprendido de ver a la mujer ahí. Se veía pss casi igual, sólo que algo envejecida, no tan juvenil como la última vez que se habían visto, hace más de una década.

Pero lo mejor de todo, es que ni un pinche malestar le había provocado verla.

La neta que el amor sí es la cura de todo, además de que el tiempo igual ayudaba.

-Esto debe ser una broma y de pésimo gusto.- Dijo JiYong con tanta mierda en su voz, que no pudo evitar reír.

-Lo siento, no puedo, es mi ex.- Kiko se giró a la producción, que la miraron como si les hubiera dicho que se habían sacado todos la lotería.

-?Perfecto!- Un muchacho alto y delgado se acercó a ellos.- Miren, somos del canal de Multimedios, y estamos haciendo un piloto donde-

-Le roban la idea a "Exponiendo infieles"- Cortó mordazmente su chaparrito, que nomás le estaba poniendo muy tiesa la riata de lo sexy que se escuchaba molesto.

-?No! Bueno, es similar, pero nosotros nos llamamos "Exponiendo a traviesos".

-Siento que he escuchado eso en algún lado.- Dijo SeungHyun, pensando en voz alta.

-?Wow! ?Qué voz tienes, amigo! Deberías ir a pedir chamba a la Ke Buena.

-Estamos bien, gracias.- Respondió desinteresado, comiendo lo que le quedaba de elote.

-Oh, vamos, ándenle, no nos vamos a tardar, sólo necesitamos que nos firmen una cosita antes y en cinco minutos terminamos.- El que debía ser el productor les suplicaba, porque al parecer su invento no debía estarles funcionado del todo.

-No.- Dijo tajante JiYong.

-Si él dice que no, pss no.- Habló con la boca llena y encogiéndose de hombros indiferente.

-?Eres infiel?- Preguntó mordazmente la conductora a su chaparrito hermoso que sólo la miró con furia.

-No todos somos como tú, mijita.

Auch. Se hubiera atragantado de no haber tragado segundo antes de la réplica, su esposo estaba lo que sigue de molesto, encabronado tal vez, ojalá no pasara de eso o correría sangre y sería regia.

Porque sí, Kiko era una perra, pero su bebé era perra y media, y si se trataba de protegerlo, JiYong se ponía más loco que de costumbre.

Hasta sintió pena por ella, no sabía en la que se estaba metiendo.

-Esto sólo es un piloto, todavía necesitamos que lo aprueben en el canal, pero si es bueno saldrá al aire.- Insistía el productor barbudo.

-Pues yo jalo, no tengo nada que ocultar.- Dijo SeungHyun empinándose lo que le quedaba de esquite.

-Nuestras nudes, pendejo.- Le susurró al oído.

-Verga sí, pero yo las tengo protegidas.- Respondió con la boca llena, levantando las cejas coqueto.

-Tenemos que ver que no haya infidelidades.- Dijo Kiko tratando de meter ciza?a.

-Morra, tú sabes que no me vas a encontrar nada.- Se encogió de hombros indiferente, recargándose en el respaldo de la banca y extendiendo sus largos brazos. Era una pose relajada, pero tenía toda la intención de demostrar que no tenía nada que esconder.

-Sí, pero a tu novio qué.- Seguía tentando su suerte con sus comentarios pedorros, pero si alguien chaparrito la atacaba, ni so?ara que él metería las manos, no por ella.

-Mira pinche suripanta, no te hagas que no ves mi anillo.- JiYong levantó su mano izquierda, restregándole la alianza de oro blanco e incrustaciones de diamantes -que seguía pagando- y él de igual forma le mostró el propio del mismo material pero mucho más modesto, era liso, pero combinaban perfectamente.

-Tampoco te me pongas al tiro, gata.- Mizuhara estaba que le ardía la cola, y no pudo mas que morderse los labios para no carcajearse.

-?Kiko, basta! Se supone que nos están ayudando, ?Quieres ascender o prefieres ser la pendeja de edición toda la vida?- El obvio superior la rega?ó, furioso de su poco profesionalismo ante esta situación inesperada.

-Pero-

-Una disculpa chavos, vengan les explicamos la dinámica, en lo que Kiko se le baja el estrés, llevamos grabando todo el día y ustedes serían los últimos.- Les suplicaba con la mirada, sintió lástima por él, sobre todo si tenía que lidiar día a día con la Kika.

-Ya dije que por mí no hay problema, sólo que hay unas cosas íntimas con contrase?a, y esas sí que no.- Iba a hacer su buena acción del día, para que la mujer viera que no había rencor.

-Same.- Dijo JiYong, poniendo su mano sobre su muslo, marcando descaradamente su territorio.

Había visto unos videos de estos junto a su chaparro, y la neta se veía que eran súper actuados, pero bueno, ahora estaban en uno real ?no? ?O iban a darles celulares preparados para que los "expusieran"? Aunque eso no tenía mucho sentido, la verdad.

?Cuánto tiempo les darían para memorizar el guión? ?l había estado en la compa?ía de teatro de la universidad, pero su chaparrito era pésimo para fingir.

Les explicaron toda la dinámica, y cómo si salía alguna infidelidad debían exagerar su reacción. La neta no sabía cómo sería eso, ya que nunca había cachado una infidelidad ni tenía muchas referencias más allá de las películas y los videos esos de "Exponiendo Infieles" y algunas se veían muy chafas la verdad. Aunque no sabía porqué se preocupaba, si estaba cien por ciento seguro de que no iba a salir nada en el iPhone de su amorcito.

Ambos tenían la huella del otro registrada, además que compartían contrase?a -su aniversario de boda-, y a pesar de no saber qué tan monitoreado lo tenía el menor, le daba igual, ya que no tenía nada qué ocultarle. Por su parte, jamás le había checado el celular a su chaparro, porque confiaba por completo en él, no tenía ni la más mínima razón para no hacerlo.

Lo más que podían encontrar en su Huawei era "El grupo Marrano" en donde estaba con sus primos -que casi no revisaba porque #chichis- y todo el desmadre que sí le escondió a JiYong de su traje de viejo lesbiano. Pero pss de ahí en fuera, todo correcto, además que ya había sido perdonado por eso último.

-Bueno, pues fírmennos aquí, y vamos a repetir la escena, se van a presentar y traten de interactuar bien con Kiko.- Les extendió una carpeta, que medio leyendo, sólo era una extensión de derechos sobre la imagen y permiso para ser transmitido y etc. Como no decía nada de casas o auto, pues lo firmó, seguido de su chaparrito.- Y tú Kiko, ve detrás del árbol y hagamos como que vienes por primera vez hasta ellos.

-?Menciono que fuimos novios?- Preguntó la conductora, una vez regresó del retoque de maquillaje al que la habían sometido.

-No lo hagas o pensarán los del canal que fue montado o algo.

La morra hizo una mueca de disgusto, pero sólo asintió dándose por bencida.

Se acomodó en su antigua posición de macho alfa, pero ahora pasó su brazo por el hombro de su amorcito acariciando ligeramente su delgado bíceps; aunque habían varias cámaras y lámparas apuntándolos, no se sentía nervioso, y JiYong a su lado menos.

-Bien, listos, tres, dos, uno, cue.- Paco -el productor- dio la indicación a los camarógrafos y el show comenzó.

-Hola, amigos ?Ustedes son pareja?- Kiko hizo su mejor intento de sonar neutral, pero era muy visible que estaba encabronada por dentro. Se sentó a lado de su esposo, a una distancia prudente.

-Sí, ?No ves? Estamos casados.- JiYong no iba a perder la oportunidad de restregarle nuevamente a su ex la rotunda victoria, presumiendo -ahora a nivel nacional- su costoso anillo.

No entendía bien esa necesidad dejarle en claro que él había ganado, no es como si hubieran peleado por él, pero su chaparro sí que le guardaba rencor a diferencia de él, así que quiso pensar que sólo era por eso.

-?En serio? Wow, qué padre, ?Y cuánto llevan juntos?- Kiko sonrió falsamente, y la que parecía pagada -que sí- era ella.

-Seis de novios, y ya casi seis de casados.- Respondió SeungHyun, sonriéndole a su chaparro que lo miraba orgulloso de la forma tan segura en que lo dijo.

-?Qué padre! Es raro encontrar vatos tan comprometidos que se sepan fechas y todo, díganme, ?se quieren ganar una feria por demostrarle a su pareja que son fieles?- Era un poco lamentable su falsa alegría, pero igual era muy cagado de ver.

-Simón, yo sí.- Dijo relajado, porque obviamente ya estaba pactado. Aunque si un día -de ser real- se topaban con los de Badabun claro que jalaba sin pedos, siempre y cuando su chaparro quisiera.

-Yo igual.- JiYong tomó la mano que seguía acariciándolo y la besó, sonriéndole hermosamente como sólo él lo hacía.

-Va, que tal si nos ponemos de pie para que se vean más guapos.

SeungHyun no había visto muchos videos, pero estaba seguro que Kiko estaba fusilándose todo al pie de la letra, hasta el tono animado que obviamente no le salía, por el hígado que debía estársele reventando.

Se levantó, ayudando a su esposo a hacer lo mismo, quitándole el elote que seguía sosteniendo y lo dejó junto al suyo vacío sobre la banca. Porque no, no iban a hacer un show montado como el que la producción les estaba insinuando que hicieran.

Iba a ser todo orgánico, civilizado y romántico, solo para que Kiko no se saliera con la suya.

-Muy bien JiYong, cien pesos por tus fotos.- Dijo la presentadora, extendiendo su mano para recibir el aparato.

-?Cómo sabes cómo me llamo?- Preguntó el aludido, burlón y un poco sorprendido.

?Cómo rayos sabía el nombre de su esposo?

-?Kiko! ?Te olvidaste de preguntar!- El productor se quería matar, y les pidió que lo repitieran.

-?Lo siento! Es que lo escuché en que firmaron el acuerdo y se me fue el pedo.- Suspiró como aliviada.

No lo sé, Rick.

Sí habían dicho sus nombres, pero fue durante su desaparición con la maquillista así que… Vaya, vaya, entonces la loca esta sí había estado stalkeándolo, al menos lo suficiente como para saber el nombre de su chaparro.

Repitió la escena.- Bien chavos ni me dijeron sus nombres, ?cómo se llaman?

-Yo soy JiYong, pero creí que ya te había dicho.- Tss, su amorcito estaba con todo el filo.

-?No sé! Es que se me va la onda, ?y tú?- Se dirigió a él.

-SeungHyun.

-?Muy bien, JiYong y SeungHyun! ?Quién va primero?

-Creí que yo.- Respondió su chulo, podía ver la malicia en su cara, él sólo negó rodeando su cintura.

-?Bien, pues tú primero JiYong! Cien pesos por tus fotos.- Extendió su mano, y su chaparro se recargó en su hombro.

-?l lo tiene, dáselo, amor.

El regio buscó en su bolsillo derecho sacando el iPhone de este, puso su huella para desbloquearlo antes de entregárselo.

-?Vaya! Tiene su huella en tu celular, eso me gusta, que haya confianza.- Estaba mal sentir satisfacción por su miseria, pero era imposible con las sonrisas falsas de su ex.

Además ?Qué chingados pensaba que iba a pasar? ?Que la iba a amar toda la vida? ?Qué se le iba a lanzar apenas la viera? ?Esperaba que le fuera mal y su pareja lo maltratara? ?Quería demostrar que no era feliz? ?Con qué pinche propósito?

Su forma de comportarse lo estaba confundiendo mucho, no hacía sentido en su cabeza.

La última vez que supo de ella, fueron a?os después de que se había ido al D.F y le había mandado una solicitud de facebook, que obviamente había rechazado porque ?Para qué verga la quería de "amistad? Nunca le importó, ni una pinche llamada de cortesía le hizo, ?Qué carajo quería ahora con él? De por sí en su face sólo tenía familia, amigos y unos cuantos godinez de la chamba. Ni al pu?etón de su jefe tenía agregado.

-?SeungHyun! ?Ya viste esta foto?- Kiko le extendió el teléfono, y vio el delicioso cuerpo semi desnudo de su chaparro, que posaba frente al espejo.

Su pajarito reaccionó al instante.

-Clarín corneta que la he visto, me la mandó estando en la chamba, para alegrarme el día.

-?Gordo!- Su esposo se rió, golpeándolo juguetonamente en el estómago. Aunque sonaba indignado, su amplia y hermosa sonrisa le indicaba que estaba lejos de molestarle lo que dijo.

-Así que aseguras que te la mandó a ti.- Preguntó no muy convencida, mientras seguía buscando cosas que no iba a encontrar.

Ni siquiera nopor iba a hallar, ya que este estaba en la lap que era de los dos. Debía admitir que sí que eran románticos, pero esta acción de almacenar su material cochino era más por su pobreza que los obligaba a compartir la macbook y porque no tenían mucho espacio en sus teléfonos por el cagadero que guardaban.

-Simón.- Asintió, besando la sien del bajito.

Podía ver la frustración en la mujer, él mismo había visto esa galería, y estaba mayormente lleno de memes de dragas, selfies de ellos juntos o separados, frases de chica emo de tumblr, fotos del pinshe gato y ropa, mucha ropa, accesorios y hasta estilos de cabello que le mandaba con un "así me lo voy a pintar, gordo".

-Bien, pues, doscientos pesos por tu messenger.

-Jalo.- JiYong no había dejado de sonreír con satisfacción, no sólo por darle una cachetada moral de que era fiel, sino porque la pobre había tenido que tragarse toda la miel que derramaban y que les encantaba plasmar con ayuda de la cámara.

Su amado era el diablo en persona.

-?Quién es YB?- Preguntó con ciza?a.

-YoungBae, uno de mis mejores amigos, ?Qué onda bro!- Hizo un gesto hacia la cámara, como si alguien fuera a ver esto, no mames, era multimedios.

-Pues sí, no hay nada raro.- Seguía tratando de encontrar algo, pero nada.- ?SeungRi?

-Compa nuestro.- Intervino SeungHyun.

-?Sabías que le manda muchas selfies?

-?SeungRi a él?- Preguntó riendo.

-Sí, y le dice que por favor, lo ame.

-?Ja! Ese man creo que sí tiene un crush con mi chaparrito, pero todo equis, ?Verdad amor?- Preguntó, acercándolo más a él, JiYong solo se tapaba el rostro de la pena.

-SeungRi siempre hace ese tipo de bromas, pero sólo por joder, ay no que asca.- Hizo cara de repulsión.

-No lo sé, Rick, a mi me huele algo raro.

-?No seas ciza?osa, morra!- Su cielo dijo exactamente lo que estaba pensando.

SeungHyun se rió, porque sí, SeungRi podía ser muchas cosas, pero pendejo no era. Ya podría darse por muerto si intentaba algo en serio con su esposo, mientras duera mame todo cool.

-?Y esta foto en calzones?

-??Qué?!- Ambos gritaron, y se miraron confundidos, antes de ver a la otra.

-Nah, no se crean, no hay nada.- Kiko sacó la lengua, haciéndose a la chistosita.

-?Porqué no mencionas las fotos que me manda con su novio, ah?- Dijo JiYong mordazmente. Gracias a lo chismoso que era su amigo, habían presenciado como se había dado la relación con SeHun desde el principio; desde que lo había conocido en la playa a cómo se había vuelto su sugar baby pocos meses después.

Y así estuvo, chat por chat, revisando las conversaciones. Que si con sus primos, que si sus amigos de la facultad, incluso aún mantenía contacto con uno de sus maestros de la carrera, que le constaba había sido un gran apoyo para él. Al menos tuvo la decencia de no exponer la tensa relación con su mamá, aunque seguramente eso sería en whatsapp. Era gracioso ver como JiYong se llevaba con sus amigos, particularmente BaekHyun, con el que constantemente peleaba en la vida real, pero que a distancia platicaba bastante amable, podría decirse que hasta bonito. Incluso la forma en que su primo político le pedía que le mandara una dickpic de él le dio ternura, hasta decía por favor con emojis de corazón y berenjenas.

-Bien, pues, ah, tienes instagram, trescientos por tu instagram.

-Adelante.

También lo revisó, y aunque había algunos vatos desconocidos respondiendo a sus historias, ninguno era grosero o caliente, parecían más respetuosos fans... Además que ni les respondía, a lo mucho le llegaba a dar like a su mensaje o mandar una manita arriba, pero hasta ahí. Tenía muchas solicitudes de mensajes, pero no las aceptaba. Tenía bastantitos seguidores, pero era porque mayormente subía frases, ropa o cositas de su interés. Casi no habían selfies suyas o de ellos, pero las que habían, eran más que suficientes para él.

Su corazón se derritió de amor al recordar una se las fotos, el día más hermoso de su vida, el día de su boda.

-Me siento estafada con tu instagram.

-No todos andamos buscando que nos levanten el ego por redes sociales, con tener a mi gordo guapo y que todas las zorras se mueran de envidia, me basta y sobra.- JiYong se abrazó a su costado, y él besó casi por reflejo su cabecita.

-Pues bien, por último, cuatroscientos por tu whatsapp.- Preguntó irritada de que las cosas no estuvieran saliendo como las quería.

-Va.

Estaba tardando menos de lo que pensó, aunque parecía que revisaba todo con lupa, tratando de encontrar hasta lo más mínimo, pero todo avanzaba rápido, porque no había nada por lo qué pelear.

Además que todo tenía una pinche explicación razonable, o incluso ya sabía de qué se trataba esto o aquello, no habían descubierto ni un chisme nuevo.

Hasta ahora.

-?ndale chiquito, ?Quién está en este grupo, Bussiness gordo?

Sintió a JiYong ponerse tenso.

-?Qué es eso, mi vida?-Preguntó SeungHyun tranquilo, ese sí no le sonaba de nada.

-Pues, un grupo.- Respondió su chaparrito untanto sospechoso.

-Ya sé que es un grupo, pero con quién.- No quería darle la satisfacción a la perra esa, pero no sabía de la existencia del mismo ni quiénes estaban en él.

-Pues-

-Dice que están un tal Yoda y La tía, ?Quiénes son?- La ciza?a en la voz de Kiko era inmamable, pero ahora sí que estaba sacado de onda, ?qué verga hablaba con sus primos ChanYeol y JunMyeon?

-Pues hablamos de cosas, ?qué ahora no puedo hablar con tus primos? ?Igual son mis primos!- Intentó explicarse, y sí, no tenía nada de malo, pero lo notaba nervioso.

-Sí, pero no me habías dicho.- No quería sonar como esos vatos celosos, pero estaba muy acostumbrado a que su esposo le contara todo.

O al menos eso creía.

-Es que no tiene mucho que lo hicimos, no le des importancia.- JiYong acarició su espalda, tratando de calmarlo.

-Seguro apenas, porque todo está vacío.- La presentadora mostró el iPhone hacia ellos y sí, no había nada.

-?Borraste la conversación?- El ranchero sintió un malestar en el estómago.

-Gordo, tranquilo, sólo son tus primos.- El tono de súplica, en lugar de tranquilizarlo lo puso peor, no quería sentirse así pero hasta le dieron ganas de vomitar.

-Pues sí, por eso, porque son mis primos, ?De qué hablaste con ellos o qué?- Poco a poco su voz iba agarrando más fuerza, sentía que quería despedazar algo.

-Pues de cosas, me contaron cosas sobre ti, anécdotas-

-No mames, ?y porqué lo borraste?- Preguntó molesto, casi gritándolo.

-Ay, pues no sé, ya no me deja cargar nada en el iCloud, por eso borro muchas pendejadas.

Algo no le cuadraba.

-Gordo, ?Confías en mí?- JiYong lo tomó del rostro, y lo hizo que se miraran, ahí lo supo. Su chaparrito jamás lo enga?aría, y mucho menos de esa forma tan ruin, lo supo cuando sus ojos color almendra le suplicaron que le creyera, que había una explicación y que no pensara en cosas que nada que ver.

Su chaparro jamás mentía, era un libro abierto para él, y si llegaba a hacerlo, era porque tenía una buena razón, que al final siempre terminaba confesándole.

Se tranquilizó.

-Al rato hablamos de esto, ?okay? Porfa no te alteres.- Susurró el menor.

-Va, lo siento, es que, esta pinche vieja.- El regio respondió en el mismo tono.

-Lo sé, pero no le des lo que quiere.- Se puso de puntillas y lo besó.

-?Ya estás listo para decirnos qué hablabas con sus primos?- Insistió la culera de Kiko.

-Es sobre un negocio que estoy queriendo hacer, era una sorpresa, pero gracias por arruinarlo.- JiYong se cruzó de brazos molesto por el malentendido que había provocado.

-Hubiera sido más fácil que dejaras la conversación, amigo, no hagas cosas buenas que parezcan malas.- La sonrisita de satisfacción en su ex le dieron repentinas ganas de cachetearla o bueno, dejar que su chaparrito la cacheteara.

-Tú solo estás tratando que nos peleemos, pero no va a pasar, esas cosas ocurren cuando la pareja no se tiene confianza.- Dijo su esposo harto de la altanería de la presentadora.

-Yo no vi que confiara mucho en ti.

-Sí lo hace, es sólo que tú lo haces sonar mil veces peor de lo que en realidad es. Somos familia, y puedo hablar con ellos sin que sea algo malo o sospechoso.

-No lo sé, Rick, yo sólo digo que aguas con esos primos, pero aquí está tu celular y tus cuatrocientos pesos.- Le regresó el teléfono, y JiYong casi se lo arrancó de las manos, mientras recibía igual el dinero.- ?Qué se siente ganar dinero porque te revisen tu cel?

-Pues equis, nomás que sí eres bien ciza?osa, pero me gusta ver como te arde darte cuenta que le soy fiel a mi gordito hermoso.

-Yo no estaría tan seguro, mijito.

-Además, que esos dos primos son comadritas, nada que ver, wakala con ellos.- Puso cara de aska.

-'Ora, ?Cómo que comadres? La tía claro que sí, pero ?Yoda?- Preguntó el regio, incrédulo de lo que su se?ora insinuaba de su orejón primo.

-Ay, mi amor, no estás listo.- Le gui?ó un ojo, entregándole el iPhone y el dinero al más alto, para que se lo guardara.

Ese comentario dejó más confundido a SeungHyun que la conversación borrada.

-Muy bien, SeungHyun, cien pesos, por tus fotos.- La mujer extendió la mano hacia él.

-Va.- Tomó lo que le estaba dando JiYong, guardándolo en el mismo bolsillo en donde estaba su Huawei, que le entregó a su culera ex.

-Espera gurl, yo te lo desbloqueo.- Puso su dedito en el detector de huella trasero, y por la expresión que puso Kiko al ver su fondo de pantalla -una foto que se habían tomado ayer disfrazados de dinos, besándose- lo hizo preguntarse si la morra aún sentía algo por él.

Por muchos a?os creyó que tal vez ni siquiera le gustó tantito, pero algo en su mirada, lo hizo sentir mal por primera vez en la noche.

Su galería era una maravillosa compilación de memes -en especial de dinomemes, clara que sí-, fotos que le tomaba a escondidas a su chaparro, comida, sus amigos en la peda, obras de arte que le gustaban, selfies, amor y animalitos, muchos animalitos. No había más.

Kiko preguntó por algunas fotos, pero nada relevante, sólo estaba tratando de buscar cagadero.

-Okay, doscientos por tu whatsapp.

-?Qué no iba el messenger?- Preguntó el ranchero confundido.

-?Porqué, tienes algo que ocultar en whatsapp?- Respondió con renovada malicia.

Se rio.- No mames, no, si tuviera algo, jamás te hubiera dado mi cel.

-Pues a ver si es cierto.- Kiko tenía una expresión presumida, como si supiera algo que él no, como si estuviera segura que iban a encontrarle algo a él para cerrarle el hocico por hablador.

Algo imposible, porque SeungHyun no le escondía nada a su chaparro, nada.

JiYon estaba tranquilo, en ningún momento había caído en su juego, porque realmente no había nada ni siquiera para sacar de contexto.

-?Grupo Marrano?

-Mi primos, unos marranos, como puedes ver tengo como mil mensajes de ellos, pero ni los abro porque es puro porno que no me interesa.- SeungHyun respondió casual, acercando a su chaparrito de la cintura, sólo porque quería sentirlo más cerca de él.

-?Porqué no te sales, entonces?-

-Porque me chingan y me vuelven a meter.- Sí, sonaba a excusa pedorra, pero era la verdad, ya había intentado salirse en múltiples ocasiones, hasta que su esposo le ense?ó a silenciarlo.

-?Puedo entrar?

-Adelante, si te quieres traumar, sólo que es bajo tu propio riesgo porque neta no se llaman así por nada.- Levantó los hombros indiferente.

Kiko abrió muy grandes los ojos e hizo mueca de asco.

-Te dije.- Se rió, besando la cabecita hermosa de su esposo, que igual se carcajeó.- Digo, no soy puritano, pero lo que rolan no es de mi gusto la neta.

-Preferimos otras cosas, ?verdad?- A?adió JiYong coqueto.

?l sólo le contestó con un beso en los labios. En alguna ocasión él también le preguntó qué tan marrano era el "grupo marrano", y de asca no lo había bajado cuando se lo ense?ó.

-'?monos, ?Quién es Juanito y porqué te manda mensajes de texto?- Kiko tenía una satisfacción en el rostro y miró hacia la cámara.- Trescientos por tus mensajes de texto.

De repente se puso como helado de vainilla.

-?No! ?Ese no!- Le arrebató el teléfono, y aunque sabía que se estaba viendo terriblemente infiel, diosito sabía que no era así.

JiYong estaba en scok.

-?Juanito? ?Es el pinche John, SeungHyun?- Se soltó de su abrazó y se paró frente a él cruzado de brazos.

Mierda, ya no era "gordo".

-Amor, espera, ahorita te explico.- Intentaba detener la avalancha de mentadas de madre que se le venía encima, pero era inútil.

Ya estaba furioso.

-?Neta que sigues hablando con John y me quisiste armar un pancho por tus pinches primos? Eres un hijo de la chingada, SeungHyun.- Se tomó el cabello con frustración.- ?Es neta? ?Después de tantos a?os sigues hablando con él? Me caga ese pinche pocho, ?Me caga! ?De dónde era? ?De McAllen no? Ay, no, pinche ridícula "Call me John, call me John" Pinche juanete de miarda.- Gritó eso último, y el regio temió por su vesícula.

-?Quién es ese tal John? ?Tu amante? ?Ya le habías puesto el cuerno con él?- Intervino más maliciosa que nunca.

-Mira pinche Kika, cállate a la verga o te rompo el hocico.- jiYong estaba emputadísimo.

-Ah, entonces sí es el amante.

-?No es mi amante! Fue mi maestro de teatro en la carrera. Chaparro, no te molestes.

-Sabes que me emputa que hables con él, es un imbécil y le gustas, ?Siempre le has gustado!- Sus brazos moviéndose a?adían dramatismo a su voz.

-?Pero él a mí no!- No quería sonar desesperado, pero lo estaba. Le cagaba discutir con su chaparro, y más en público.

-?Y entonces para qué hablas con él?- JiYong respiraba fuertes, estaba muy alterado por los gritos que estaba dando.

-?Porque fue mi mentor!- Dijo como si fuera lo más obvio del mundo, y es que sí.

-Yo creo que hubo algo más.- Intervino Kiko.

-?Tú cállate!- Gritaron los esposos al mismo tiempo en dirección a la conductora.

Sí, mantenía contacto con John Lee, fue su maestro y durante toda su licenciatura lo había ayudado bastante. Es más, si no hubiera sido por aquella primera clase que tomó con él durante el verano en los cursos de inducción, tal vez jamás se hubiera atrevido a lanzarse por JiYong, alguien turbo inalcanzable para sus estándares -según él-. Le tenía un afecto extra?o, como el que le tenías a ese tío incómodo borracho que siempre armaba los cagaderos en navidad, pero que aún así no podías sacar de tu vida. Eso sí, entendía totalmente a su esposo, porque parecía que nunca iba a superar que una vez lo intentó besar. Ni siquiera porque había presenciado en primera fila, cómo le partió la nariz de un pu?etazo por querer pasarse de listo con él.

Tal vez el que estaba mal era él, y cualquiera hubiera cortado todo contacto con alguien que claramente tenía otras intenciones contigo, pero es que sí lo hizo, sólo que al pasar los a?os, volvieron a encontrarse y le pidió perdón por lo que había ocurrido. Según John, había terminado una relación tormentosa, y pensó que el lazo que habían formado era diferente al de maestro/alumno. Pinche ?or todo meco, necesitaba más aumento en sus lentes, pero como nunca más se intentó propasar o hizo algo inapropiado, mantuvieron una muy, muy, esporádica comunicación.

Hasta la semana pasada, que lo había vuelto a contactar, tenía una oferta.

No había encontrado el momento para hablarlo con su chaparro, aunque era claro que le iba a decir.

Pero era tan equis en su mente, que lo había olvidado por completo.

Esa semana estuvo más asustado y preocupado de cómo explicaría su dinotraje, que en el pu?etas de John y sus propuestas de empleo.

-Yo leí algo de si ya te decidiste, ?A qué, eh? ?A dejar a tu esposo…?

-?Wey, neta que estás bien pendeja! ?Mi marido no me va a dejar! ?Es sólo que me caga que se hable con ese viejo lesbiano!- JiYong estaba harto de ella, y se giró para darle la cara y gritarle a gusto.

-Ay amigo, supéralo, tu esposito perfectamente se lo puede estar tirando y tú ni en cuenta.

-?Eso jamás! ??l sólo ha estado conmigo!- Su dragoncito estaba a nada de echar fuego por la boca.

-?Ah, sí? ?Eso te dijo? ?No te contó de su primera novia, con la que perdió la virginidad?

??KHA?!

-?NO MAMES MORRA! ?ESO NO ES CIERTO!- Su se?ora estaba a nada de-

-?Eso no es cierto! ?Ya no me niegues!- Kiko se giró a la cámara.- ?Sí! ??l es mi ex! ?Mi primer novio! ?Mi único amor!

-?No me chingues! Me negaste toda la pinche vida, ?y ahora resulta que fui tu único amor?- SeungHyun ahora sí estaba indignado, ja, la audacia de esta loca.- ?Nos quieres decir entonces porqué me pusiste los cuernos con todos esos vatos?

-?Pinche zorra, mentirosa!- JiYong se plantó frente a ella, dispuesto a enfrentarla y defender su regio honor.

-Mira, mijita, si te dijo que era virgen, pues te mintió, claro que cogimos.- Kiko lo dijo segura.

Ah maldita perra desquiciada.

-Claro que no pendeja, ni siquiera fajaron, él me lo dijo.- Respondió su esposo mordaz, seguro de sus palabras -que eran verdad-.

-?Le vas a creer ciegamente todo lo que te diga?- Se acercó un poco al otro, ambos estaban casi de la misma altura.

-Sí, se llama confianza estúpida, además que ni sabía besar cuando empezamos a salir, yo le ense?é.- Puso sus manos en la cadera, en posición de autosuficiencia.

Okay, no era necesario que contara que no era un hábil besador al principio de su relación.

-Eso no es cierto, él besaba muy bien.- Si Kiko no dejaba ese tono sugerente, su chaparro iba a explotar.

-Pues a ver si es cierto pendeja, ?cuánto le mide?- Preguntó retándola una vez más.

Okay, eso tampoco era necesario.

-No mames, ya tiene a?os.- La mujer soltó una risa, pero ahora se notaba tensa.

Por obvias razones.

-?Já! Eres una mentirosa.- Su cielo se carcajeó de su excusa.

-Wey, fácil fue hace diez a?os.

-Si se la hubieras visto, jamás se te olvidaría, y mucho menos lo hubieras dejado.- Sintió su cara arder por las maliciosas y provocativas palabras.- A ver, pobre estúpida, ?dime cuantos pu?os le calculas? Porque es obvio que no sabes exactamente cuánto.

-?Sí sé! ?La tiene enorme!- Era un poco perturbador ver a tu ex extiendo sus brazos tanto como podía para hacer una representación gráfica del tama?o de tu falo -que nunca había visto-.

-Pu?os mamacita, ?cuantos?- JiYong tronó los dedos, porque necesitaba que se apurara con la humillación.

-?Dos!

JiYong levantó la mano de Kiko y la comparó con la suya.- No tienes ni idea, mami… Pero va, supongamos que te creo y no te acuerdas, de esto sí te debes acordar,

prueba final, ?con o sin forrito?

Listo, ya era suficiente.

-Amor, ya basta, eso no.- Intervino el regio, pero JiYong sólo levantó la mano, indicándole que no se metiera en esto.

-Wey, se lo pudo haber quitado cuando empezó a andar contigo.- Puso sus manos en la cadera, sonriendo como si estuviera segura de su respuesta.

-?Entonces con forrito?- Su chaparro estaba neutral, porque no quería darle ninguna pista.

-Cuando estaba conmigo sí.- Asintió y su cara de satisfacción sólo provocó que su esposo la se?alara con el dedo.

-Jaaaaaa, se lo quitaron desde bebé, pendeja.- Se carcajeó falsamente cual Soraya Montenegro, feliz de -naturalmente- haber triunfado.- Eres una habladora, mentirosa, zopilota, cosa fea.

Kiko no lo aguantó los insultos bastante tontos que le lanzó el menor y se tiró sobre su chaparro, más específicamente su cuello. El acto repentino provocó que toda la producción gritara espantada, y tratara de intervenir para detenerlos.

Excepto los camarógrafos, ellos siguieron en su chamba, imperturbables.

SeungHyun sólo tuvo que dar dos pasos, y sostuvo a su esposo de la cintura, pero sin intención de alejarlos la verdad. Estaba haciendo exactamente lo que él había querido hacerle a La innombrable desde que dijo que había sido su primera vez, JiYong la tenía agarrada del pelo y la zarandeaba con fuerza, esta sólo gritaba por ayuda, sosteniéndolo de los antebrazos intentado que la soltara.

Cuando lograron zafar a Kiko de las garras de su se?ora, esta ya no tenía un pedazo de extensión, su labial estaba corrido y tenía unos rasgu?os en la cara; por su parte, su esposo estaba casi intacto del rostro, ya que sus brazos eran más largos que los de ella había logrado mantenerla lejos de ahí, sólo tenía marcas de dedos y rasgu?os en los antebrazos. Tranquilizó a JiYong, diciéndole cosas tiernas en el oído, que poco a poco lo calmaron, así que aflojó un poco el agarre… grave error, porque su chaparro usó ese momento para correr por el elote en vaso detrás de ellos, y se lo tiró directamente en la cara a su ex.

-?Te voy a demandar, a la cárcel te vas a ir por agresión!- Gritó llena de granos de maíz, crema y el harto chile que le había puesto el menor.

SeungHyun estaba aliviado de que hubiera terminado el suyo, porque estaba bien rico y qué pinche desperdicio.

-?Cuál agresión, Kiko? ?Tú empezaste! ?El capítulo estaba yendo de maravilla y la cagaste soltando el primer golpe!- El productor estaba que se lo llevaba la rechingada.

-?Pero-!- Quiso protestar, pero la calló.

-?Lanzaste el primer golpe, y ahora tenemos un pinche problema! ?Ya no puede salir este material, o nos pueden demandar!

La Kika quiso protestar, pero sus ojos se llenaron de lágrimas, posiblemente de coraje, y se alejó del lugar siendo seguida por dos muchachos.

No sabía quién era más estúpido, si Kiko por agredir a alguien en su show piloto o el productor, por revelar algo que ellos no sabían.

Ni de pedo se les hubiera ocurrido demandar a la compa?ía.

Aunque qué buena ética. Dios lo bendiga y le de más.

-Lo siento, chavos, este capítulo no va a poder salir así. Pero perdón por las molestias, nosotros les pichamos la cena aquí en el Tenerias ?sí?- Paco se oía decepcionado, y también algo asustado.

Pero a SeungHyun sólo se le iluminó el codo.

Precisamente ahí quería llevar a cenar a su chaparrito. Vaya formas tiene el se?or de dar sus bendiciones.

-Y miren, sé que no es mucho, pero tengan.- Le hizo se?as a una chica de producción, que le entregó un sobre.- Neta, una disculpa, no pensamos que esto pasaría.

-Nambre, claro que lo querían, sólo que necesitaban que mi chaparro y yo nos agarráramos o mínimo que él soltara el primer golpe.- Tenía dignidad, pero el dinero es dinero, así que el ranchero tomó el sobre, pero con mucha dignidad.

-Pues al chile sí, pero ya ni modo, igual tenemos buen material, pero el de ustedes dio un giro inesperado que nos iba a dar el mejor cierre.- Se lamentaba muchísimo de todo, pero ya no había más que pudiera hacer.

-Ni modo, compa, así es la life.- Le dio la mano para no verse tan ojete, y el productor se la estrechó, despidiéndose sólo con la mirada de JiYong.

La producción -que quedaban unas siete personas- se fue alejando, y sólo hasta ese momento cayeron en cuenta de todo lo que había pasado.

Era surrealista.

Ambos se miraron a los ojos y se empezaron a cagar de risa.

Literal.

SeungHyun no podía parar de carcajearse, y como no confiaba en sus piernas, caminó los pocos pasos que lo alejaban de la banca, para poder seguirse muriendo de la risa a gusto. Su chaparrito imitó su acción, agarrándose el estómago de lo mucho que le dolía, y se sentó en sus piernas.

?Qué mierda había sido eso?

-?Ay, no, ay, no ?Qué verga?- JiYong comenzó a toser, y él sólo lo acercó más a su cuerpo para que no se fuera a caer. No podía responderle, él igual tosió.- ?Neta acabamos de hacer…- Dijo cuando por fin paró su carcajada minutos después, limpiándose las lágrimas de sus mejillas.- …el mejor capítulo de exponiendo infieles… uno donde la gente recuperaría la fe en el amor y la fidelidad, y neta no lo van a pasar por la pendeja de Kiko?- Su voz era incrédula, porque sí, era difícil de creer lo que les había ocurrido. Para colmo no había evidencia, porque aunque tuvieron espectadores, no los habían dejado grabar. Nadie iba a creerles esta madre.

SeungHyun siguió riéndose abrazándose al cuerpo delgado encima de él, hasta que se calmó lo suficiente para decir.- Pues mira, igual y es Multimedios, nadie lo iba a ver de todos modos, chaparro.

Se miraron a los ojos, y soltaron una nueva carcajada. Sí, nadie lo iba a ver de todos modos.

Pensaron que el sobre amarillo que tenía unos, nada despreciables, tres mil setecientos pesos era con lo que pagarían la comilona que habían tenido en el Tenerias, pero no.

Apenas llegaron a pedir una mesa en el romántico lugar a un costado del río y dar sus nombres, les dijeron que tenían la carta abierta y que podían pedir cuanto quisieran, que ya estaba cubierta su cuenta, cortesía de Multimedios.

Era una auténtica tragedia que sólo pudiera tomar dos copas de ese fino vinito gratuito porque iba a manejar al rato, pero nunca había amado tanto a su chaparrito en la vida, como cuando le preguntó al mesero antes de irse, sin la más mínima pena, si podían llevarse -ya que estaba pagado- una botella de Don P, y para su sorpresa, le dijeron que sí.

Pero como eran pobres y sedientos, pidieron dos.

Así que ya tenían con qué festejar el domingo sus treinta a?os de vida.

-Entonces me vas a contar, ?qué pedo con John?

Sí, bueno, no todo podía ser perfecto.

Eran más de ocho horas de trayecto hasta el rancho, así que tendría que afrontar el temita en cualquier momento de ese largo camino que tendrían, así que era mejor hacerlo ahora.

Al mal paso darle prisa.

-Chaparro, ya te dije que no es nada.- Pero SeungHyun no iba a enfrentarlo sin dar pelea.

-Bien, pues dame lo leo.- Extendió su manita para que le diera su teléfono.

-No.- Negó sin quitar los ojos del camino.

-Entonces hay algo.- No lo veía, pero por el tono irritado de JiYong, seguramente estaba cruzado de brazos.

-Hay algo que he querido contarte, pero no quiero, siento que sólo te voy a estresar sin razón.- El regio de mordió el labio, inseguro de si debía soltarlo de una vez o intentar darle más vueltas. Tal vez debían bajarse a un Oxxo antes, para comprarle un gansito que le levantara el ánimo, porque sabía que lo iba a entristecer más que molestar.

-Ya me estás estresando si no me lo dices.

-Hace una semana me contactó, que porque va a hacer una obra, y me ofreció el protagónico.- Bien, lo dijo.

-Oh.- Y eso precisamente quería evitar, la melancolía en su voz aguda.

-Lo que pasó es que con todo lo de la fiesta, no le pude contestar que no-

-?Porqué le dirías que no?- JiYong lo interrumpió.

-Amor-

-Te gusta actuar, gordo, es una gran oportunidad que deberías considerar.- Su chaparrito volvió a interrumpirlo, él simplemente negó con la cabeza.

-Hace dos segundos no querías ni que le respondiera los mensajes, imagínate que tenga que estar quien sabe cuantas horas ensayando con él.- Alejó por un momento la mirada de la carretera, para verlo a los ojos a pesar de la ínfima iluminación.

JiYong se mordió el labio antes de continuar.- Pero es diferente, confío en ti.

-Lo sé, pero yo no quiero.- Suspiró antes de volver a ver el camino.

-?Porqué?- Preguntó bajito su esposo, a los pocos segundos.

-Porque no que quiero separar de ti, mi amor.

Hubo un silencio. Uno muy largo.

SeungHyun solo mantuvo su vista en la oscura carretera.

Era extra?o manejar y discutir, casi siempre él estaba en el asiento de copiloto, pero a su chaparro no le gustaba ni manejar su camioneta ni tampoco en carretera, así que pedirle que manejara su Ford F-150 rumbo al rancho, estaba completamente fuera de la ecuación.

Así que le tocaba a él.

-A veces siento que te retengo.- Fue lo que dijo JiYong, y sintió dolor instantáneo por su voz rota.

-No, chaparro.- Quiso ponerle una mano en su muslo, pero se alejó.

-Habrías hecho tantas cosas sin mí, habrías ido a Guadalajara, tal vez serías un actor o pintor famoso, o no, mejor aún, habrías sido el nuevo Chapo sólo que guapo.- No era difícil deducir que quería llorar, su voz le temblaba.

Se formó otro profundo silencio.

Por eso mismo no quería decirle, no por John, sino por la razón de su aparición.

Sí, John le había dicho esa mamada muchas veces, y cada vez que lo mencionaba, terminaba con él dejándole de hablar por muchos meses, esta última vez habían sido a?os, porque cuando se casó, John había insistido mucho con sus ideas pedorras de que estaba muy joven para casarse, que debía experimentar y vivir antes de atar su vida a alguien.

Si era honesto, el jamás se había sentido más vivo que en los brazos de JiYong.

Estar dentro de él le daba una éxtasis tan grande, como ninguna obra de arte había logrado jamás.

?Cómo podía hacerle entender eso a JiYong de una vez por todas?

No era cansado, pero sí lo entristecían estos momentos de duda, de escepticismo. Pero no lo podía culpar, porque él mismo a veces se preguntaba cómo alguien tan maravilloso y perfecto, había terminado con un equis como él.

-Sabes chaparro, tienes razón, quisiera que no la tuvieras, pero la tienes. Tú me retienes, y me retienes un montón.- Dijo suavemente, sin despegar la mirada del camino.- Me has retenido desde que te conocí… Me retuviste y evitaste que jalara a Monterrey a perder la poca dignidad que me quedaba, suplicándole a la pinche Kiko que regresara conmigo…- Hizo una pausa, pensando en algo más.- Siempre me retienes cuando me quiero ir de peda a darle en la madre a mi hígado y terminar por ahí todo vomitado en alguna banqueta. Igual me retuviste esa vez que iba a irme a agarrar a chingadazos con los rayados en la final del a?o pasado… Me has retenido de hacer tantas estupideces, que no sé ni cómo agradecértelo. Bueno, del traje de viejo lesbiano no pudiste salvarme, pero algo bueno salió de todo eso ?no?

Giró a ver a su chaparro, cuando lo escuchó un hipar. Puso las intermitentes, y descendió la velocidad, hasta que pudo detener la camioneta a un lado de la carretera; se quitó el cinturón de seguridad y atravesó el espacio que lo separaba de su esposo y lo abrazó a su pecho.

Este aumento su llanto.

-Quisiera que entendieras que jamás me has hecho da?o, de verdad, aunque a veces tus garritas me rasgu?en, es mínimo a comparación de todo el bien que me haces, chaparrito.- Acarició su cabeza, y besó su frente.- Te amo mucho JiYong, y nunca me has retenido de hacer cosas que quiero, al contrario, siempre me inspiras a no rendirme ni un solo día desde que te conocí.

JiYong siguió llorando por unos buenos minutos, y él sólo pudo consolarlo con suaves besos y caricias, diciéndole palabras bonitas para que se calmara.

Y como las acciones dicen más que las palabras, JiYong se despegó un poco de él antes de sorber su nariz, y tomarlo de la nuca para besarlo profundamente, lento y acariciando su cabello suave. Sentía la sal en los labios gruesos y hermosos, así que intentó limpiarlos con su lengua, provocando una risita en el menor que se separó de él, pero lo acercó una vez más, besándolo con más pasión.

SeungHyun rodeó su cintura, y se inclinó un poco más sobre él, para arrinconarlo contra la puerta.

Aún podía recordar claramente la primera vez que se habían besuqueado y manoseado en su troka. Fue cuando lo trajo a presentar ante sus padres, que le dieron la sorpresa de que su abuelo le había regalado por fin su camioneta, esa que manejaba siempre en el rancho. Era un clásico -vieja según su esposo-, que necesitaba una mano de pintura y asientos nuevos, pero él la amaba, aunque no tanto como a su chaparrito.

Lo había llevado al cine, a cenar a los tacos y cuando regresaron ya entrada la noche, se habían estacionado afuera de su casa, para darse unos besitos, que habían escalado rápidamente a un faje con chupetones incluidos.

Aún le daba harta pena la burla de su mamá por el piquetote de zancudo que tenía debajo de la mandíbula.

Esto estaba escalando de la misma forma, lo supo, cuando sintió la lengua en su oreja, y la mano de su esposo sobre su miembro.

-?Te acuerdas cuando llegamos a mi casa y mamá se dio cuenta del chupetón que me hiciste?- Preguntó bajito, como si tuviera miedo de ser escuchado por la gente imaginaria.

JiYong sólo bajó a su cuello, donde inmediatamente comenzó a succionar.

-Tienes esa pinche ma?ita de marcarme, chaparro, y me mama, pero no sé porqué lo haces, desde que me viste, me herraste luego luego.- Soltó un gemido grave, cuando lo mordió con más fuerza.- Me marcaste como tuyo y en donde todos lo pudieran ver.

Se rió soltándolo, y dejando un besito en donde lo mordió, antes de mirarlo a los ojos.

-No te herré, chismoso.- Acarició el nuevo chupetón, y sonrió satisfecho de su fechoría.

-Ah, clarín que sí, mi vida, ?o esto que es?- Se se?aló una cicatriz que tenía en la ceja izquierda, y JiYong soltó una carcajada.

-?Eso no fue mi culpa!

-?Claro que sí! Sino-

JiYong lo tomó de los cachetes, y lo besó de nuevo para callarlo.- Esa madre no fue culpa mía, pero acepto que sí te marqué como mío.

Volvieron a besarse, y ya no creía poder aguantar sin pasar más de ese toque superficial, necesitaba más piel, más zonas que amar; así que lentamente desabrochó el cortito short del menor, para poder manosear su trasero debajo de la ropa.

Entonces sintió una luz en sus ojos y unos toques en el cristal, que casi le sacaron la caca del susto.

Eran federales.

Mierda, mierda, mierda.

-Virgencita de Guadalupe, ayúdanos, no mames.- JiYong tenía pánico, porque esto era justamente lo que les faltaba en su amplia lista de tragedias.

-Tranquilo, aún tenemos ropa, tú solo no digas nada.- Susurró, bajando lentamente el vidrio con la manija.- Buenas noches oficial, ?en qué le puedo ayudar?- Nunca había amado tanto su voz gruesa como en ese momento, al menos infundía respeto.

-?Qué hacían aquí? Además de comer, digo.- Ah, mamoncita.

-Estábamos hablando, oficial.- Respondió seguro, sin titubear.

-Es peligroso que se queden en esta parte de la carretera, es mejor avanzar unos kilómetros más a la parada.

-Sólo fue unos minutos, pero ya nos vamos.- Se incorporó, y ahí se dio cuenta de su error.

-Documentos, por favor.

-?Y cómo porqué, oficial? Si se puede saber, claro.- ?l seguía en su plan de machote norte?o empoderado.

-Rutina, si ya estamos aquí, veamos que todo esté en regla.- Parecía como si estuviera diciendo la verdad, aunque conociendo a esos hijos de perra, debía estar tramando alguna forma de bajarle feria.

-Claro, mi esposo viene manejando, pero aquí tengo todos los documentos de la camioneta, pero es mía.- Dijo, para que JiYong captara, y sacara su licencia de su bolso.

Por suerte se había casado con alguien muy listo, y así lo hizo, siguiéndole el cuento.

-Si su esposo viene manejando, ?porqué está del lado del copiloto?- Preguntó burlón el policía.

MIERDA, MIERDA.

-No me gusta bajarme del lado del piloto, oficial, me dan miedo los carros que pasan muy pegados, así que me bajé de este lado al ba?o.- Gracias a Dios que lo había bendecido con un chaparrito hábil para la mentira.

-Ah, bueno, sí, sus documentos, por favor.- Pidió de nuevo, no muy convencido, pero no tenía más pruebas.

Recibió todo lo que había solicitado, y asintió al ver que todo estaba bien.

-No estaban lejos la gasolinera, debieron parar ahí.

-Sí oficial, lo tendremos en cuenta.- JiYong le sonrió con timidez, y parece que eso lo terminó de convencer.

-Bien, todo parece correcto, váyanse con cuidado.- Les regresó los documentos, pero se quedaron viendo unos segundos.- ?No se iban?

-?Ah, sí! Claro.- Ya iba a ponerse en el lado del piloto, cuando JiYong lo tomó del muslo.

-Dame chance, amor.

Qué pendejo, casi la cagaba.- Ah, sí, pásale mi vida.- Se hizo a un lado, dejando que su chaparrito se pusiera en donde iba.

-Parece que no se acomoda muy bien, joven.- Comentó malicioso, al ver como sus piernitas no parecían alcanzar los pedales.

-Para nada, llevo manejando muchos a?os este carro sin ningún problema.- Se veía tranquilo, pero sabía que se estaba cagando por dentro.

-Sí, bueno, pues que tengan una buena noche.

-Claro que sí oficial, gracias por su preocupación.- Respondió JiYong con una sonrisa.

El policía solo asintió, y se alejó lentamente.

-?Ya puedes ponerte?- Preguntó nervioso su chaparrito.

-Mi vida, vas a tener que avanzar, si nos quedamos aquí el poli no se va a largar.

-?Pero yo no sé estándar!- Renegó molesto/asustado.- Todo esto es tu culpa, te dije que no saliéramos hoy, pudiste ir ma?ana a renovarla y no estaríamos en este pedo.

-Mi vida, nunca me habían parado, esto es un pinche descuido, no debimos emocionarnos con la chuleta.- SeungHyun se rió por lo cagado que de los agarraran fajando.

-?Cual chuleta! ?Tú fuiste el que no debió manejar con la pinche licencia caduca de hace mil a?os.

-Pues es que sólo manejo en el rancho, se me olvidó que no-Verga, ya hizo las luces para que avances.

-?Pero-!

-?Es bien fácil! Sólo encárgate de pisar bien el clutch cuando te diga y yo muevo las velocidades.- Se acercó para alcanzar com facilidad la palanca.

-Pero, gordo- .- Su voz denotaba miedo, pero fue interrumpido por su esposo.

-Anda, anda, qué gordo ni que nada, tú puedes mi vida, pisa el clutch y prende el carro.- Podía ver las manos del menor temblar, mientras intentaba tomar la llave.- Tranquilo, chaparro, es fácil y sólo será tantito en lo que nos arrebasa el poli.- Vio como iba a pisar el freno.- No, amor, ese es el freno, el clutch es el primero a tu izquierda.

-?No puedo!- Aporreó su cabecita en el volante, derrotado, ya que mejor se los llevaran a la cárcel, estaba harto.

-?Claro que sí puedes, eres la verga!- Se inclinó y besó su mejilla.- Si quieres siéntate hasta la orilla, para que alcances hasta el fondo.

-?Así?- Hizo lo que le dijo, y pisó el pedal correcto.

-Así mero, ahora prende el motor.- Le sonreía para darle confianza, y el chaparrito asintió, girando la llave que estaba puesta.

-?Y ahora?- Volteó para verlo, aún con pánico en los ojos.

-Voy a quitar el freno de mano, no dejes de pisar el clutch hasta que yo te diga.- SeungHyun igual estaba en pánico, pero tenía que transmitirle la nula calma que tenía. Si la cagaban podían chocar, o peor, ir al bote. Se fijó que toda la carretera estuviera desierta -a parte de la puta patrulla- y quitó el freno.- Voy a meter primera.- Movió la palanca.- Y ahora despacito, pero muy despacito vas a ir sacando el clutch. ?Okay?

-Okay.- Se le salió un gallo de los nervios, pero hizo lo que le dijo, demasiado lento, pero eso era mejor que soltarlo de golpe.

-Ahora, con tu piecito libre vas a pisar el primer pedal de tu derecha, igual despacio.

JiYong bajó la mirada para buscar el susodicho y hacer lo que le dijo su esposo.

-?Así?- La camioneta iba aumentando su velocidad, pero no lo suficiente. La patrulla los siguió a pocos metros detrás.

-Así mero, mi vida, ahora tenemos que ir mínimo a segunda, porque vamos muy lento. Ahora vas a meter el clutch rápido hasta el fondo y cuando yo te diga lo sueltas.- Increíblemente, JiYong lo estaba logrando. Algo bueno de todo esto iba a salir.- Listo, acelera todo, ahora mete clutch.- Vio que lo hizo y movió la palanca a segunda.- Bien, saca el clutch y aceleras de nuevo todo todo y cuando te diga repites.- La troka aumentó de velocidad tanto como lo permitía el motor, y le indicó el momento de repetir el proceso para pasar a tercera.- ?Y listo! Ya con eso la libramos. Tú acelera y mantente a ochenta.

-?Seguro?- Preguntó no muy convencido, agarrado del volante como si de un salvavidas se tratara.

-Seguro. Porque si vamos igual muy rápido, nos podemos topar con más carros y eso es hasta la segunda clase.- Le puso una mano en el muslo, peligrosamente cerca de su entrepierna.

-?Gordo!- Le reclamó, pero estaba tan nervioso que no podía despegar la mirada del camino.

-?Lo estás haciendo bien!- Giró, y la patrulla seguía detrás de ellos.- Voy a sentarme mejor, a ver si nos pasa.- Se alejó un poco para que pareciera que estaba del lado del copiloto.

-Más le vale que sí, porque no quiero ir más rápido, tengo miedo.- Ya no parecía que se iba a desmayar, pero no estaba precisamente en un día de campo.

-No tengas miedo, sólo síguete en el carril de baja y nos pasará más tarde que temprano.- Se relajó en su asiento, extendiendo sus brazos en el respaldo.

Se sentía muy orgulloso de sí mismo, mira que ense?arle a manejar estándar en medio de la carretera en cinco minutos era toda una haza?a, ?sería prudente a?adirlo a su currículum? Sólo le faltaba un poco de confianza y su chaparrito estaría listo para conducir de a deveras.

Estuvieron así unos buenos minutos, hasta que la patrulla los rebasó, no sin antes hacerles una se?al con la mano.

-?Ya pásate!- Gritó JiYong, perdiendo el glamour que siempre cargaba consigo.

-Hay que asegurarse que-

-?Gordo!

-Ya, ya, a ver, no sueltes el acelerador.

-?Qué?- Preguntó pero como no quería dejar de mirar, sólo sintió como se sentaba detrás de él.

-Fíjate que si así fuera todo el trayecto, me gustaría manejar más.- Se abrazó a su espalda y besó su nuca.

-?EST?S IDIOTA O QU?, SEUNGHYUN? ?QUIERES QUE CHOQUEMOS?- Gritó alterado, quería matarlo por sus pendejadas.

-'Ora, no viene nada, y eso sí, no sueltes el volante porque esa madre es manual.

-?SeungHyun!- Lo rega?ó JiYong por andar payaseando en ese momento.

-Bueno, ya, a ver, deja tomo el volante y te quitas, sólo no saques tu pie del acelerador, ándale, así.- Y por fin la pesadilla de JiYong había terminado, se tiró a su lado, alejándose del asiendo del conductor como si se tratara de satanás encarnado.

-?Si nos vuelven a parar, te juro que dejo que te metan al bote! ?Me oíste?

-Sí, mi vida.- Hizo el cambio a cuarta y aumentó la velocidad.

-?Es que eres un pendejo, un cínico, está loco!- La respiración de su chaparrito estaba acelerada, se veía que le costaba respirar.

-Lo sé.- No sabía que más decirle, además que era verdad.

-?Pero más yo por prestarme a tus chingaderas!

-Lo hiciste bien, mi vida. En el rancho si quieres te ense?o con más calmita.

-??Cuál calmita hijo de tu puta madre!?- Le gritó molesto, en su vida quería acercarse de nuevo a una de esas chingaderas con embragues.

-Pss sí, ahí a lo mucho te llevarás un perro o una vaca, pero la neta lo hiciste incre, mi amor, mis respetos.- Seguían a velocidad constante, y por fin vio a lo lejos la luz de la susodicha gasolinera.

-Es que neta no tienes madre.- JiYong estaba desparramado en el asiento, echándose aire con su manita en el rostro.

-?Quieres algo para el susto?- La neta sabía que sí se la había jalado, pero entre menos le?a le echara, más rápido se calmaría. Estaba pálido y sudado.

-?Un bolillo!- Dijo JiYong sarcástico, pegándose al conducto de la ventilación, para que le diera directo el aire frío.

?l sólo le subió a la potencia, porque sí, igual estaba sudado del miedo.

-Tons vamos por tu bolillo, chaparro.

Fue descendiendo la velocidad para poder detenerse en el Oxxo.

Suspiró aliviado cuando el último trago de coca-cola bien helada pasó por su garganta.

-Auxilio, me desmayo, tráiganme una coca.- Dijo el imbécil de su esposo con esa voz "robótica" de mierda, porque en lo que se les pasaba por completo el susto, no habían dejado la gasolinera, y había estado revisando los videos que le habían mandado, seguramente SeungRi, que seguía alimentando el mame de los dinosaurios sin descanso.

Aunque JiYong estaba lleno por la tragadera de hace un par de horas, se estaba zampando unas donitas glaseadas y su cokita. Mera ansiedad.

-Está buena esa canción ?no?- Preguntó SeungHyun, queriéndole quitar una de las donitas, algo que no iba a permitir.

-Te advertí que agarraras lo que quisieras, porque no tenía ganas de compartirte.- Le dijo mirándolo feo, pero sabía que con el polvo blanco rodeándole los labios, no debía verse para nada intimidante.

-Qué egoísta me salistes. ?Mira!- Le se se?aló un punto detrás de él, pero como no era pendejo, no giró.- Anda mi vida, ?Velo antes de que se vaya!

Tenía una severa debilidad por el chisme, así que giró, pero protegiendo sus panecitos, porque ni crea que iba a caer en su patético enga?o.

-?Mira! ?una bruja! ?cállese vieja piruja!- Cantó en el mismo tono pu?etón que hizo su sangre hervir, y sin darse cuenta, tomó lo primero que tuvo a la mano -una donita- y se la estrelló en toda la cara.

El maldito quedó con su camisa llena de azúcar glass, pero feliz de haber logrado su cometido, aunque no como esperaba.

-Híjole mi vida, ni planeándolo me hubiera salido tan bien.- Se metió el pan a la boca, y sus malditos hoyuelos aparecieron y quiso arrancárselos con ácido.

-Te lo juro que a veces me pregunto si de verdad quiero que te reproduzcas, con uno como tú ya tiene suficiente el mundo.

Lo vio tomar su Monster dejando la lata entre sus piernas. Como iba a manejar toda la noche, el mayor necesitaba de sus pendejadas, que ni funcionaban, pero que le encantaban tomar al mayor. Era su bebida favorita sin alcohol.

-A veces me pregunto lo mismo, pero yo sí quiero que haya más como tú, chaparrito, eso sería una bendición.- Encendió la camioneta, tomó su gorra de los "Bulls" que estaba en el tablero y se la puso.

Quiso que ese comentario no le derritiera el corazón, pero era inútil.

No podía con ese ranchero de mierda cursi.

Avanzaron y fueron saliendo lentamente de la gasolinera, al poco tiempo ya estaban a una velocidad más acorde con la carretera. Tanto silencio lo estaba estresando.

-?Quieres que te cuente una historia, chaparro?

Ay, no, ese hijo de perra ya iba a empezar.

-No.

-Oh, vamos, ni sabes de qué es.- Se rió por lo tajante de su respuesta.

-Ya me sé de qué van tus historias, sólo quieres que me cague de miedo.- Se llevó otra donita a la boca.

-?Yo? Chaparro, jamás te haría eso.- Dijo fingiendo indignación de la forma más exagerada.

-?Ja! ?Maldito infeliz, si sólo vives para asustarme!- Le dio otra mordida a su donita, y le rezó a la virgencita para que ese cabrón le bajara a su desmadre.

-Claro que no, igual vivo para amarte.- Tomó otro trago de su bebida, y lo volteó a ver, levantando coquetamente las cejas.

-Ya, gordo, no chingues.- Hizo un puchero, porque si no lo convencía así, nada lo haría.

-Es una historia de amistad, compa?erismo y-

-?De miedo!- Lo interrumpió gritando, ya esta a cagado y ni había dicho nada.

-?Que no chingadamadre! ?Es una historia real!

-?Las reales son las peores! ?Son las que más me asustan!

-?Pues esta no!

-?Gordo!- Lo rega?ó nuevamente, pero sabía que era imposible convencerlo si ya se había decidido.

-'Ira, neta que no es de miedo. Es que ahorita me acordé.

-?Siempre te acuerdas de cosas feas cuando manejas!

-No, neta que esta no. Sólo me hizo pensar, anda, es rápida, y ya te dejo poner tu música, ?va?

JiYong sabía que le estaba mintiendo. Si de verdad no fuera para asustarlo, no le hubiera dicho eso de si quería escuchar una historia; eso, y por la pinche carita de satisfacción que tenía, era un diablo transparente.

El cabrón no lo iba a dejar dormir.

-Todo empieza con unos amigos, los mejores amigos de todo el mundo; eran de esos chavitos que hacen de todo juntos, que si uno se conseguía novia ahí iba el otro y también. Los dos trabajaban en el mismo rancho, todo, literalmente todo lo hacían juntos.- Narró con esa pinche voz sensual, pero por la forma en que lo decía, sabía que no faltaba mucho para que viniera lo feo.- Entonces, en una de esas, los dos consiguieron novias, unas hermanas, y estaban tan enamorados que quisieron luego luego matrimoniarse con ellas… pero a uno de ellos lo rechazó la mujer. El vato estaba tan mal y deprimido, que le dijo a su amigo, a su hermano del alma que no lo dejara solo, que tenía muchas ganas de morir y que lo acompa?ara.- Hizo una pausa dramática, y continuó.- Le suplicó que se mataran, que lo acompa?ara hasta la muerte, porque ya no le veía sentido a vivir. A saber porqué el amigo le dijo que sí, y pactaron hacerlo, quesque con sangre y todo, pactaron que se iban a ahorcar los dos.- SeungHyun lo miró un momento antes de seguir contando, bajando dos tonos a lo grave de su voz.- Entonces el vato deprimido se ahorcó…

Hijo de puta.

-Lo peor, no fue eso. Lo peor es que el amigo le había jurado que se iban a ir los dos, y no lo cumplió.- Tomó un traguito de su monster y siguió.- Pasaron los días, el funeral y todo, y el chavo siguió con su vida, iba a casarse y así… Entonces una noches se le apareció el amigo.

-Ay no mames.- Dijo JiYong cerrando los ojos y tapándose la cara, como buscando protegerse de algo.

-Sí, y no termina ahí. Dicen que se le aparecía el amigo todo el tiempo, en todos lados, que le decía "?en qué quedamos?" Que sólo le decía eso. Así que el amigo no pudo más, y se cortó las venas, dicen que no tuvo el coraje de colgarse, que le daba miedo y pss sí, ?A quién no?... Pero nada, lo encontraron y se salvó.

-Ay gordo.- Sabía que no le iba a gustar esa historia, lo sabía.

-Oh sí, pero el fantasma no paró ahí. Se le siguió apareciendo una y otra vez, diciéndole, "?En qué quedamos?". El vato lo intentó otra vez, y que se dispara… y que no se muere.

-No chingues, wey, no es real.- JiYong negaba, no era posible, nada más era un invento de su gordo para asustarlo.

-Sí, al vato lo terminaron encerrando en el manicomio después de que salió todo jodido del hospital… Se disparó en la cabeza, y aunque estaba todo vendado y en cama se quería matar… seguía diciendo que veía al amigo muerto, que ya habían quedado en algo, y hasta amarrado lo tuvieron un tiempo porque de a huevo se quería matar. El chavo se volvió loco, y com justa razón, no mames.- SeungHyun le dio una de esas miradas intensas antes de hablar.- Pero pasó el tiempo, salió del hospital y ya parecía que estaba bien, toda su familia estaba tranquila porque les dijeron que la medicación había funcionado al igual que la rehabilitación.- Una última pausa, y ya sabía que se iba a cagar con lo siguiente.- Y que a los pocos días aparece ahorcado, en el árbol del patio de si casa.

-Ayhijodetuputamadreporquévergamecuentasesochingadamadre.- Lo dijo todo muy rápido, y persignándose como la se?ora católica que era. Pinche gordo y sus historias.

-Y pues sí, hasta que no cumplió con lo que habían pactado, no lo dejó en paz, no pudo estar en paz.

-?Y me puedes decir, porqué diablos te acordaste de eso?- Se cubría el rostro una vez más con las manos.

-Pss nomás, me acordé.- Dijo SeungHyun casual.

-Eres un cabrón, dijiste que no era de miedo.

-'Ora, si no es de miedo. Es una lección de vida…- Lo miró seriamente antes de decir.- Nunca hagas promesas que no puedas cumplir.

Después de lo que su gordo dijo, se hizo un silencio sepulcral que duró largos minutos.

-Ya puedes poner tu música ?eh?- Dijo el regio intentando levantar el ánimo.

-?Qué feo no?- Pensó JiYong en voz alta.

-?Qué cosa?

-?Pues lo que me contaste, bobo!- Se indignó porque el otro estaba fresco como lechuga y él seguía pensando en el tema.

-Ah. Sí, simón, está bien gacho.- Asintió con la cabeza.

-?Crees que sea verdad?- Preguntó bajito.

-Pss, ?qué no te dije que basado en hechos riales, chaparro?

-?Ya sé! Pero, eso de que veía a su amigo… ?Será neta?- A él eso de los fantasmas y apariciones lo dejaban como helado de vainilla.

-No sé, pero es real eso que se quiso matar… hasta que lo logró.- Respondió el ranchero.

-Qué feo que le hagas eso a tu amigo.

-Pues era un espíritu, mi amor, tal vez ya estando así no piensas igual, y pss fue un pacto de sangre…

-Ay no qué feo, ya no me sigas contando.- Se abrazó a sí mismo, había sentido un escalofrío con eso último del pacto.

-?Yo ya había cambiado de tema!- Le reclamó SeungHyun riendo.

-Y lo que me encabrona más, es que tú eres el que menos historias se sabe, ya me imagino al pendejo de Siete sacando sus anécdotas de la morgue.

-Nambre las de él sí están bien heavys.- Se terminó su lata de bebida energética y tronó su cuello.- Pensar que todavía faltan como seis horas, no mames, pa' qué venimos.

-Tú fuiste el que dijo sí, yo qué.- Se encogió de hombros, pero seguía teniendo un ligero malestar por la historia.

-Ay ya sé, pero extra?o mucho a mis abuelitos.

-Yo igual.- Hizo un puchero.- ?Quieres donita?- Sí, al final no se las iba a terminar y siempre sucumbía ante ese tarado.

-Sí, mi amor, ?me las das para que no suelte el volante?- SeungHyun pidió como si fuera un ni?o chiquito y él sólo se rió. Como si no pudiera solo.

Pero de la sensación incómoda que le había dejado su relato, JiYong decidió acercarse al mayor, sólo cerca de ese imbécil se sentía seguro, así que le puso el pan frente a su boca, y este sin dejar de ver el camino la mordió, llevándose más de la mitad.

-?Vas a poner tu música de ni?a, mi amor? Sino para que ponga algo yo.

-Ja, ja. Ahorita la pongo.- Sacó su iPhone de su bolso LV, y lo conectó al estéreo por bluetooth.

Eligió la lista de éxitos de su adolescencia, seleccionó "Like a virgin" de Madonna, toda la camioneta se llenó de los maravillosos beats ochenteros.

-Ah noma, era broma lo de la música de ni?a.- Se burló -como siempre- de su gusto musical, pero comenzó a tamborear el ritmo con sus dedos en el volante.

Se recostó en las piernas de su gordo, e ignoró su comentario, y mejor se puso a revisar su instagram.

Escuchó a SeungHyun cantar bajito, como no queriendo, la canción y como peque?a venganza por asustarlo, inició una story fingiendo grabarse, pero era para capturarlo a él.

Súper sí la estaba cantando. No se la sabía, estaba seguro, pero aún así era maravilloso verlo intentarlo.

Aunque apenas se veía su bella silueta, se escuchaba claramente su voz, y con eso era más que suficiente para su alma, porque nada le daba más vida en este mundo, que su gordo dejando salir su joto interior, abrazándolo a su mamado pecho.

-Como una virgen, tocada por primera vez. Como una vi-i-i-irgen.- Quiso reprimir una risita en esa parte -la mejor- pero no pudo. El mayor lo escuchó, y giró para descubrir que estaba siendo filmado infraganti.- ?'Otsss, borra eso, chinga'!- Gritó, intentando quitarle el iPhone, pero no lo dejó.

-?Es para mí! ?Y para nuestros nietos!- Puso el IPhone debajo de su nalga, para dejarlo por completo fuera del alcance de su marido.

-Madres, borra esa mamada Choi JiYong o no respondo.- Lo rega?ó muy molesto.

-Ay, gordo.- Hizo berrinche, pero el ranchero no quería ceder.

-?No ves que eso es más peligroso que una nude? Chaparro, si por error llegan a ver esa mamada, mi carrera se acabó.- Dijo exageradamente SeungHyun.

-?Ay, cálmate! Lo voy a guardar junto con las nudes, cien por ciento seguro.

-JiYong...

-?Ya, ya! ?Ahorita lo borro!- Pero por supuesto que no lo iba a borrar, pero él no tenía porqué saber.

Ahora sí que si se encontraban a los de Badabun, les iba a dar un rotundo no, porque seguro eso sí terminaba con su matrimonio.

-?Me das un besito?- Pidió, porque sólo así lo podría hacer que se le pasara el coraje.

-Sólo si me muestras que ya lo borraste.

-Ash.- Una ventaja muy grande de tener como esposo a SeungHyun, era que no era muy bueno con la tecnología y le extendió el iPhone para que viera su carrete. Pobre, no sabía que era una story.

-Va.- Rápidamente se inclinó para besar brevemente sus labios, porque no podía despegar mucho tiempo la vista de la carretera.

Regresó a la aplicación, y guardó rápidamente el video.- ?Podemos hacer una story?- Preguntó meloso.

-Simón, belleza.

-Te pongo una canción bonita y la cantas.

-Va, pero de las tuyas no.

-Osh, okay.-Estuvo tentado en joderlo con RBD, pero sabía que se iba a negar. Eligió una que le gustaba a los dos, y la puso, estirándose un poco para alcanzar la luz, o sino no se iba a ver nada como el video anterior.

-Ufff, papá, mi príncipe de la canción.- El sonido del saxofón era demasiado familiar para él y ya estaba listo para cantar, se aclaró la garganta para comenzar.

Así que JiYong abrió nuevamente la aplicación y comenzó a grabar.

-Qué, al fin te lo han contado ?no?- Dios, nunca se iba a cansar de su voz al cantar.- Bueno, ya conoces mis defectos.- Lo grababa, haciendo zoom en algunas partes y este volteaba brevemente para darle más dramatismo a la canción, era cagado, por la forma en que el filtro lo hacía brillar y por lo tanto verse caro.

-Que un hombre, que ha sido como yo, acaba por volver a shu pashado.- Igual se incluyó, y SeungHyun lo jodió tantito, apretando sus cachetes, arruinando la última parte.

-?Gordo!- Se quitó la mano de la cara, riendo, pero este no lo dejó de chingar estrujando sus mejillas, hasta que tuvo que hacer cambio de velocidades.- Eres de lo peor, te dije que grabaras conmigo.

-Y eso hacía, hermoso.- Se carcajeó, pero siguió cantando, ignorando su indignación.

-Ash, te oreo.- En todo ese tiempo había grabado como pudo, debía haber partes incomprensibles.

-Y yo te gansito.- SeungHyun le lanzó un beso.

Eso último le gustó, y paró la story.

Se puso a ver cómo había quedado el video -dividido en cinco partes-, y quitando el momento al ataque de sus cachetes, salió perfecto. Aunque eso le daba ese toque tan de ellos, así que lo dejó. Puso el filtro que más le gustaba, y las subió.

Vio las decenas de "likes" que tenía su última foto, que no era nada más ni nada menos que ellos vestidos con sus dinotrajes, con su gordo abrazándolo por detrás besando su mejilla y él sonriendo con los ojos cerrados. Sonrió al verla de nuevo, y le dio su autolike correspondiente. La amaba.

-Pero te juro por dios, que nunca llorarás, por lo que fue mi vida.- SeungHyun seguía cantando ajeno a toda su actividad de influencer en ascenso.

Decidió seguir grabando a su gordito cantor.

Despertó de golpe por un zangoloteo que había dado la camioneta, y casi salta del susto al ver que ya estaba amaneciendo. ?Cuánto tiempo había dormido?

-Morena qué andas haciendo por ese río, por ese río.- SeungHyun se echó un grito que de lo norte?o que sonó, creyó que si alzaba la mirada para verlo, tendría bigote y sombrero.

Era una fortuna que su ADN no le haya dado esa característica física, porque sino ya se imaginaba besando por el resto de su vida a un bigotón nivel El Chapo.

Escuchó una lata abrirse, y ahí sí que lo miró, sólo para presenciar cómo se llevaba una pinche Tecate al hocico.

-?Qué haces, gordo?- Preguntó con la voz rasposa de apenas haber despertado, y asustó al mayor tanto, que escupió un poco de la cerveza.

-?Cha-chaparro! ?No mames, me ahogas!- Tosió, pero como el buen borracho profesional que era, no soltó la lata ni el volante.

-?Porqué verga estás tomando y manejando?- Preguntó, ahora sí encabronado, pero más porque no había dormido en una posición agradable y le dolía todo.

?l sólo era el da?o colateral.

-?Es la primera! ?Y traía sed!- SeungHyun se defendió del reclamo.

-?De dónde la sacaste?- Siguió interrogándolo en el mismo tono.

-Había unos trabajadores que están regresando al rancho y me ofrecieron un seis a cambio de traerlos.- Se?aló detrás de él, y en efecto, había unos siete hombres que venían platicando y cheleando en la parte de atrás de la camioneta.

Entrecerró lo ojos, pero no insistió.- ?Cuánto falta para llegar?

-Pss ya casi estamos, yo digo que quince, veinte minutos.

JiYong quería seguir durmiendo, pero ahora tenía el pendiente de su esposo manejando borracho.

-Ya vi tu cara, chula, y no, no estoy borracho, es más, agárrala si quieres.

JiYong tomó la lata, y si le gustara se la hubiera empinado sin pedos, pero no. Así que sólo la sostuvo, levantándose de su incómoda pero reconfortante almohada, recargándose en el asiento para estirarse un poco.

Contemplaba el camino pedregoso, calentando la cerveza con su mano, hasta que habló.- Neta que no te puedo descuidar ni cinco minutos, porque luego luego ya estás tomando, gordo.

-'Ora, ?qué pasó? Si me dejaste solo como cinco horas, además que ya me puedo cuidar solito.- Dijo indignado.- Se me durmió el copiloto y yo aquí como pendejo cantando tus canciones, te perdiste mi recital de éxitos del pop volumen uno.

-Entonces lánzate el volumen dos.- Se rió, bostezando.

El regio fue contagiado por su chaparrito e igualmente bostezó.- Nambre, va a tener que ser de regreso, porque ya estamos en mis terrenos, así que disfruta de la bella música regional mexicana.

SeungHyun y él tenían una regla bien clara sobre lo que podían escuchar o no durante los viajes al rancho. Mientras estuvieran fuera de El Oro, Durango, podía poner todo lo que quisieran, pero nada más ponían un pie ahí, se tenía que aguantar toda la banda y corridos del mayor.

JiYong al principio como que se mareaba de tanta tambora y gritos, pero con el tiempo se volvió inmune, no era su género favorito, pero al menos ya no le daban sus crisis existenciales por la falta de Madonna y Ariana.

-Bienvenido a General Escobedo, Durango, belleza.

Ah, el rancho.

Aunque se hiciera tonto, este lugar le encantaba, lo llenaba de paz a pesar de las balaceras que se armaban al final de las fiestas -sin muertos claro, sino nunca hubiera aceptado en regresar- y los persistentes desmadres que ocurrían con su familia política. El pueblo en general era demasiado callado, con la ocasional música de fondo de alguno de los pocos negocios que habían, y los sonidos de los animales regados por el lugar. La primera vez que había ido fue toda una experiencia religiosa, por la calma que le transmitía.

La familia paterna de su gordo era de ahí, de General Escobedo, sólo que cuando aún estaban chicos se habían mudado a Monterrey, y es ahí en donde su la mayoría de su familia residían hasta ahora. SeungHyun siempre decía que su abuelo peleaba que si la fundidora no la hubieran hecho en Nuevo León, Durango sería el mamalón económicamente y nunca hubiera tenido que dejar su rancho. Era un desmadre, porque podían llevar casi toda su vida viviendo en Monterrey, pero ellos a?oraban demasiado el rancho y por eso hacían estos largos viajes en carretera, al menos dos o tres veces al a?o.

El abuelo era todo un caso, porque apenas juntó dinero, se regresó a Escobedo. Compró ganado, más tierras y se trajo al más chico de sus hijos para que trabajara con él. En más de una ocasión lo había escuchado decir que de ahí lo iban a sacar ni muerto, porque quería que lo enterraran en su tierra natal. Ya tenía su osario preparado y todo.

Ay no que miedo le daba a JiYong la forma en que hablaba ese se?or y lo despreocupado que estaba con su muerte, aunque era chistoso de alguna retorcida forma. Sólo se habían visto un par de veces, porque aunque estaba bueno y sano, de verdad que odiaba salir de su pueblo. Así que la única forma de disfrutar de su exótica compa?ía era yendo hasta el lugar.

-Esperemos que alcancemos algo de desayunar, porque ya me habló el pinche Yoda pa' decirme que nos estaban esperando, de eso casi una hora.

-?A no chingues!- El sol apenas estaba saliendo, pero ya estaba mas o menos iluminado.

-Son casi las siete, mi amor, ahorita llegamos y nos echamos un ba?ito para ir a mimir.

-?Crees que te suelten?- Se burló JiYong, porque a sus primos no los veía desde enero, y como debían estarle organizando la peda del a?o, seguramente querrían que ensayara para el toquín.

-Pues que me disculpen, pero yo sí me ando cagando de sue?o.- Escuchó un golpecito en el cristal, y eran los trabajadores que le pedían que aquí los dejara, y así lo hizo, deteniendo la troka para dejarlos bajar. Le dijeron que se pasara a casa de Do?a Chayo, porque estaba invitado a comer cuando quisiera, al igual que su se?ora.

-Neta que tú te haces amigo de todos, esponjadito.- Sonrió a recordar como se llevaba con todos en el edificio donde vivían, y para variar, lo adoraban.

-Pss no seremos amigos hasta que vaya a comer, chaparro.- Se rió, avanzando de nuevo rumbo a casa del abuelo.- Pero no me suenan sus caras, han de ser de San Carlos, qué se yo.

-Yo hago amigos fácilmente, pero tú te pasas.- JiYong no quería dejar ir el tema, era muy cagado para él.

-'Ora, sólo estaba siendo un buen samaritano, mijo.

-Y yo sólo tengo hambre y sue?ito.- Se abrazó a él, y su gordo dejó un beso en su cabeza.

-Ya mero llegamos, hermoso.

Condujo por unos minutos más, y si no hubiera sido por las ovejas que estaban cruzando, habrían tardado menos.

Estaban varias camionetas y unas cuatrimotos estacionadas en la calle enfrente de la casa, y aunque había personas caminando -posiblemente a sus trabajos- no se veía mucho movimiento en el lugar, SeungHyun se estacionó detrás de la que parecía pertenecer a su suegro, y por fin el motor se apagó.

-Servido, chaparro.- Se estiró y escuchó los huesos de su espalda tronar.- A la verga.- Gritó por lo rico y feo que se sintió.- No seas malito mijo, ?me das un masaje?

-Okay.- Aceptó porque la neta sí se lo merecía, pobrecito, no debió de haber parado en toda la noche, debía estar fulminado por dentro.

-Pero mejor dame un besito antes, para recargarme.- SeungHyun se inclinó sobre él sin darle tiempo a responder y lo besó.

El contacto era lento y profundo, pero no tenía otra intención más que saciar su hambre de afecto. Rodeó su cuello con ambos brazos y lo acercó un poco más.

Se separaron a los pocos minutos, porque escucharon a unas vacas que pasaban, riéndose al verlas caminar tranquilas, sabiendo exactamente a donde debían ir.

-Han de ser del Yoda.

-Te creeré.- Respondió porque no tenía idea de como su gordo sabía eso.

-Bueno, pues entre más rápido le chinguemos, más rápido haremos el delicioso.- El regio levantó las cejas insinuante.

-Tu cola.- Se rió porque la neta estaba demasiado cansado como para hacer lo que sea que su perversa mente tuviera en mente.

-Oyes, ?Y esta vez sí me vas a dejar darte bien ricolino en los establos, mi vida?- Preguntó poniendo carita de inocente.

-?NO! Ya te dije en todos lados menos ahí, confórmate con el ba?o.- JiYong negó rotundamente, porque ni crea, ni en un millón de a?os iba a cumplirle ese caprichito de mierda.

-Pero chaparro.- Renegó abriendo la puerta, y usó el mismo tono que él hacía para convencerlo, pero no, en esto no iba a ceder.

-No, y ayúdame a bajar que estoy muy cansado para aventarme de este monstruo.

-No es mi culpa que seas tan chaparro, chaparro.- Se burló y apenas puso un pie en el suelo, una jauría de perros -algunos de raza y unos mestizos- se lanzaron sobre él.- ?AH PERROOOOOS! ?MIS AMORES! ?ME EXTRA?ARON? Ay yo sé que sí, yo sé que sí.- SeungHyun trataba de darle la misma cantidad de amor a todos, pero era imposible, los canes querían un mimo de él y para chingarla, al mismo tiempo.

-?Gordo!- A él igual le gustaban los perritos, pero ya le estaba doliendo la cabeza de tanto ladrido emocionado y la falta de sue?o.

-?POS QU? HAGO? Estos cabrones no me dejan.- Intentó excusarse SeungHyun, sin dejar de acariciarlos.

-?Aviéntales algo!

-?A ti?- Preguntó burlón y JiYong le aventó molesto una de las botella de cocacola que había tomado. El mayor solo la esquivó, pero el ruido en la terracería atrajo la atención de los perros, que salieron a buscarla y pelearse entre ellos para jugar con el improvisado juguete.-?Bien pensado mi amor!

-?Te quería dar a ti, pendejo!- Le reclamó, moviéndose en el largo asiento, para llegar a la puerta que seguía abierta.

-Pss pésima puntería.- Le sacó la lengua.

-?Te quitaste!

-?Porque creí que era para los perros!

-?Sólo bájame, SeungHyun!- Su pésimo humor sólo estaba aumentando a cada segundo, y tenía más ganas que nunca de ahorcarlo.

-Ya, flaca, toma tus cinco minutos Milky way.

-?Cuáles cinco-?

SeungHyun lo cortó abrazándolo de la cintura para bajarlo de la camioneta, y ya que lo tenía cerquita, aprovechó para besarlo. Ay maldita sea.

-Cuando no comes te pones peor que mi suegra.- Dijo al separarse, besando una vez más sus esponjocitos labios, antes de dejarlo sobre el suelo.

-Hijo de la chingada.- Se rió.- Ay, sorry bebé, es que sí tengo hambre.

-Ahorita te preparo algo si ya no alcanzamos ?va? Unosh webitosh con shus frijolitosh como ?io.- Dijo tomándolo de la cintura, y caminando con él.- Ahorita mando a Yoda a que baje las maletas, porque neta ya no aguanto.

JiYong giró a ver a los perros que pasaron de perseguir la botella, a un pobre gato que pasaba por ahí e hizo una mueca de horror, ojalá no lo agarraran, sino lo iban a despedazar.

-Está todo muy tranquilo, seguro ya arrasaron con la comida y se regresaron a jetiar.

-Lo dudo, ellos tienen que trabajar ?qué no?- Preguntó el bajito confundido, porque aunque no vivían ahí, el abuelo no permitía que nadie anduviera de ocioso.

-Pss sí, pero como es fiesta igual y lo dejan.- Atravesaron la peque?a puerta imaginaria que separaba la calle de la casa, aunque había una barda era mero adorno, porque estaba muy bajita.- Quiero sorprenderlos.

-Con ese pinche escándalo que se traían los perros lo du-

El estruendo de unos platillos lo hicieron gritar a él y a su gordo, como el par de ni?as que se negaban a aceptar que eran, y las ma?anitas en versión banda se dejaron escuchar, muy posiblemente en todo el pueblo.

-?HIJOS DE SU CHINGADA ME CAGU?!- SeungHyun se sujetaba el pecho, nunca lo había escuchado gritar así, pero después del shock inicial, pudo ver una sonrisita.- ?Ni es mi cumplea?os, pendejos!

Todos los primos de su esposo estaban ahí, ignorándolo y concentrándose en tocar correctamente; DongWook, ChanYeol, DongHae, MinHo y hasta San Siwon. Ni sabía que este último iba a venir. Bueno, faltaba La Tía, pero él casi no salía de San Pedro.

-?Pinches perros, van a despertar a todos!

-La abuela está cocinando con las tías, y los viejos se fueron a ver el ganado, andaban unas vacas que iban a parir.- DongWook o El Siete, era el que siempre cantaba y tocaba el bajo, y fue el que respondió al reclamo.

Ellos seguían tocando, valiéndoles madre todo.

-?Se la van a echar toda, mamomes?- Ahora sí que su gordo se estaba riendo, y vio el acordeón de su abuelo, que MinHo le había se?alado con la cabeza.

A su marido se le iluminó el rostro, y corrió para tomar el instrumento.

?l había visto tocar muchas veces a Los Primos de San Nico, y la verdad es que -no es sólo porque tuvieran a su esponjadito de integrante- eran muy buenos. Entre SeungHyun y el Siete cantaban, eran combinación de voces bastante buena, hasta era una lástima que la música grupera no tuviera de exponentes a tan guapos y chidos cantantes.

Pero la vida los llevó por otros rumbos, pero no por eso iban a dejar de disfrutar hacerle a la cantada cada que podían.

Siguieron tocando unos segundos más, y dio por terminada la canción.

-??chate una con nosotros, fresita!- DongHae a.k.a. La Aguja, fue el que le gritó. ?l tocaba la guitarra.

-?Simón, fresa, una de la Jenni, como te gustan!- MinHo le daba mucha risa por su apodo, porque al principio no lo había entendido, pero cuando su esposo le explicó a qué se debía, no había dejado de reír por un buen rato. Pinche Comal, tocaba la tuba para colmo.

-?Bonito!- Giró hacia la voz de la abuelita de su gordo, y salió corriendo a abrazarla. Esa se?ora lo quería mucho, SeungHyun decía que porque como él era el favorito, "pss obvio que a mi vieja igual".

-?Abue!- Gritó su marido, corriendo en la misma dirección con todo y acordeón.

-?Lobito, mi cielo!- La peque?a mujer le hizo espacio a su otro nieto, y los abrazó a los dos, que la besuquearon por todo el rostro.

-?Porqué a nosotros no nos recibes así, abue?- Preguntó triste San Siwon, el tecladista.

-Porque a ustedes los veo más seguido. Y ya dejen esas chingaderas que la comida ya está… Burro, ve a llamar a tu abuelo.

-Sí, abue.- ChanYeol dejó la baqueta con el que tocaba la tambora, y caminó hacia el cuarto del viejito.

-Vamos mijitos, que la comida se les va a enfriar, ándenle.- Los acarreó dentro de la casa, en donde todas las tías de su marido, y su suegra, terminaban de acomodar la mesa y lo que iban a comer.

Nada más entró al comedor y el delicioso aroma a tortillas, café y chile le hicieron cerrar los ojos de puro gozo.

-?Mira la carita del chulo! Ay, no SeungHyun, en serio que te agarraste al más bello de la capital, cada vez que lo vuelvo a ver está más divino!- La mamá de ChanYeol y Bom era la más linda con él, era una se?ora bien tierna y gordita, que adoraba apachurrarle los cachetes, así como ahora lo hacía.

-Hola, tía.- Abrazó a la mujer, que le respondió el gesto con más fuerza que él. Quedó de frente a su suegra, que le había tocado esta vez tortear, así que sólo le sonrió, siguiendo con su labor.

-Eso sí, te veo muy flaquito, espero que el Lobito no se esté agasajando con la comida y a no te deje nada, eh.- Le dijo juguetona dándole un último achuchón a sus mejillas, antes de abrazar a su sobrino alto.

-'Ots, ?qué pasó? Creo que hasta él traga más que yo, pero tiene buena figura natural.- Respondió ofendido SeungHyun de la insinuación de que no mantenía adecuadamente a su esposo.

JiYong sintió que se le caía la baba, cuando vio a su tía Hanna, la mamá de Siete, DongHae y MinHo, servirle café a ambos.- Ya déjalos HyunJin, que no ves como se muere de hambre el JiYong. Siéntate mijo, come, ?quieres huevitos estrellados con chile pasado?- Le preguntó acariciando su espalda.

-Ay sí, porfa.- Puso sus ojos más tiernos, aunque no era necesario, sabía que la tía lo iba a hacer de todos modos.

-Aquí tienes panecitos, cómetelos en lo que salen tus huevos.

-Ya ni la chingan mujeres, su sobrino soy yo, son igualitas a mi madre que me desconoce nomás llego con mi chaparro.- Reclamó su ranchero, mientras sacaba la silla para que JiYong se sentara en la mesa.

Las mujeres se rieron, pero nadie aceptó la culpa ni lo negó. La única con la que no terminaba de conectar, era con la tía Ruth, ella era gringa y la madre de San Siwon, JunMyeon alias "La tía", de HyunAh "La Chola" que le caía a toda madre aunque lástima que casi no la veía, y de aquella, que ni su nombre quería decir… Aunque era fácil de saber el porqué del rechazo de esa tía política en particular, pero no le quitaba el sue?o la verdad.

Sirvieron varios platos con huevo revuelto, chile pasado y frijoles bayos, SeungHyun se sentó a un lado de él husmeando la mesa.

-'Ora, yo igual quiero con webito estrellado.- Hizo un puchero al ver que sólo había revuelto.

-Ten.- Dijo su abuela, que le asentó un plato, se le hizo agua la boca, así que le quitó un poco del queso que tenía el chile.

No había nada más delicioso en este mundo, que el queso del rancho, y si era fresco como este, muchísimo mejor. Sintió que valía totalmente su dolor de nalgas.

-?Ots, y porqué a mí los fríos?- Pregunto el mayor pero tomando una de las tortillas cubiertas por la toallita que las protegían de enfriarse, comida era comida.

-Porque me amas y no vas a dejar que yo coma mis huevitos fríos.- JiYong lo abrazó del cuello, y se levantó tantito para besar su mejilla, haciéndole ojitos a su marido.

Su gordo sólo lo miró, y negó riendo, cortando un pedacito de la tortilla para comenzar a comer.

Sus primos no tardaron en aparecer, y la cocina/comedor no tardó en volverse un puto caos con tantas personas ahí achocadas, todos queriendo comer al mismo tiempo la misma cantidad, peleando como si no hubiera suficiente para todos -que lo había-. Sabía que las mujeres podrían cubrir la demanda, pero aún así le sorprendía la capacidad que tenían para cocinar semejantes cantidades de alimento, y lo más chido, que supiera tan mamalón.

JiYong sonrió, porque aunque en su familia igual era muchos, no tenían la misma dinámica, además de que sus tías o madre no cocinaban una chingada, siempre tenían a alguien que les preparara sus comidas exóticas y mamadoras.

Sintió nostalgia al tiempo que le servían su plato, se lamió los labios y comenzó a comer.

Definitivamente podría acostumbrarse a esta vida de rancho, pero su gordo no tenía porqué enterarse aún.

Después de semejante comilona y por haber manejado toda la noche, SeungHyun no tenía más fuerzas, así que se había entregado a los brazos del puerco y su mal legendario una vez terminaron de comer. Sus primos querían que los acompa?ara a ensayar un rato, porque el domingo ya habían planeado el bailongo en su honor, pero estaba frito; por cierto, tenían que hablar con el SeungRi para que les cambiara los boletos, ni de pedo se iba a ir a media peda para llegar al aeropuerto en Monterrey, y como eran clase premier, su chaparrito había autorizado que se quedaran hasta la madrugada, así que alguien los llevaría a Durango a tomar el avión y todos felices.

Sí, había muchas cosas qué hacer, pero en este momento, el ranchero tenía algo mejor en lo qué ocupar su tiempo.

-No sé porqué piensan que el caliente soy yo, si tú eres el que siempre empieza, chaparro.- Dijo sobre su nuca, porque la cama era algo peque?a y habían elegido dormir de cucharita. Tampoco es como si él tuviera pedos con eso.

-Ya me toca mi lechita, papi.- Susurró JiYong, restregando más su trasero en su miembro.

-No me hables así, mi amor, que luego no aguanto y te doy bien duro.- Seguía teniendo los ojos cerrados, no sabía qué tanto había dormido, pero él siempre se ponía en firmes cuando recibía el llamado de su sargento chaparrito.

-Pero papi.- Suplicó de forma ani?ada, y por fin pudo abrir sus ojos que le dolían, pero qué le iba a hacer, él tenía que cumplirle a su esposo, así que metió la mano en el ajustado calzoncito de su amado, para comenzar a masajear su chilito de amor.

-Pinche chaparro, como estás tan chiquito, no te cabe tanta calentura y por eso siempre andas bien jarioso.- Besó su nuca, al tiempo que aumentaba la fuerza de sus embestidas sobre la ropa.

Sin responder, JiYong llevó su mano al bóxer del regio para sacar su verga, no sin antes bajar su ropa interior. Sip, andaba más caliente de lo usual, tal vez ya le iba a bajar. Se rió por su pensamiento.

-?De qué chingados de ríes, papi?- Guió el pene de SeungHyun a su entrada y casi solito se lo enterró.

-De lo ansiosito que andas, mi vida.- Susurró soltando un gemido al final, siempre se sentía bien a gusto regresar a su interior.

-El rancho me pone mal.

-'Te hagas, que ya eres así pero creo que tanto olor a chivo te pone en modo animal.- Lo sujetó de la cintura, y empezó a penetrarlo de forma suave, provocándole gemidos bajos al menor que no pudo seguir hablando. Lo conocía tan bien, que podía ver en su mente cómo debía estarse jodiendo los labios con tal de no soltar los gritos que tanto quería.

SeungHyun aún tenía sue?o, así que decidió darle el rapidito que su chaparro merecía, y regresar unas horas más a los brazos del puerco del mal, así que aumentó la fuerza de sus embestidas, lo que causó que JiYong tomara el brazo que aún estaba debajo de su cabeza fungiendo de almohada, y lo llevara a su boca, para darle semejante mordida en el antebrazo que casi lo hace gritar y no de gozo.

Pinche chaparro era bien salvaje, pero a quién quería enga?ar si ya lo sabía desde que se conocieron y así lo había enculado.

Tomó el miembro de su esposo para darle unas cuantas sacudidas que rápidamente lo hicieron eyacular, provocándole espasmos internos que lo apretaron tan rico, que él también se había dejado ir, con un gemido mucho menos alto y ronco que el de su amor.

-Puta qué rico.- Dijo el ranchero aliviado, JiYong lo apretó con su interior de tal forma que no pudo evitar pensar que lo estaba orde?ando. Quiso decírselo, pero el orgasmo le estaba dando aún más sue?o que el que ya tenía de por sí, y sólo dejó unos besitos en su nuca antes de volver a cerrar sus irritados ojos.

-Descansa, esponjadito, yo me voy a ba?ar.- Sintió una caricia en su pelo seguido de un beso en sus labios, y perdió la conciencia.

Pero sí, puta qué rico.

Ya casi eran las seis de la tarde cuando SeunHyun despertó, tal vez se había pasado de verga, pero es que sí estaba muerto, manejar lo drenaba más de lo normal, además que ya estaba a nada de los treinta ya no rendía igual que antes.

Sólo en el sexo, eso sí.

En ese departamento, modestia aparte, seguía dando muy buen rendimiento. Cinco estrellas, excelente servicio, todo limpio, único due?o, operando 24/7.

Salió del cuarto sólo para encontrar a su chaparro hablando con Yoda y la Aguja, y jugando con los perros. Se estiró bostezando, y caminó tranquilamente hasta el árbol en el que estaban.

-Ufash, qué buenas piernas, hermoso, ?a qué hora sales por las tortillas?- Preguntó de espaldas a ellos, había intentado sorprenderlos, pero los pinches perros que lo adoraban le habían tirado el teatrito.

JiYong se giró sólo para decirle.- Estoy casado, majadero.

-No soy celoso.- Respondió SeungHyun coqueto.

-?Ja!- Sus dos primos no pudieron reprimir la burla, y su esposo sólo soltó una risita.

-?Y ustedes qué! Ni los conozco, a la verga sáquense.- Seguía en su actuación nivel ?scar, pero los culeros de sus primos se negaban a jugar su juego.

-Pinche, Lobo, estás pasado, ?Así mantienes viva la llama?- Dijo riendo ChanYeol.

-Keti, pinche Burro.- Le sacó la lengua.

-Ots, ya no me andes diciendo Burro, eso sólo los abuelos, y eso se los paso porque están viejitos.- Reclamó con su voz grave, era mayor pero ese cabrón no le infundía para nada respeto.

-?Porqué te dice "burro"?- Preguntó JiYong con falsa insinuación, porque rebién que se sabía el chisme de todos los apodos en su familia.

-Por las orejas, porqué más.- Respondió DongHae, porque este obvio no sabía que su chulo sabía.

-Oh, yo creí que por otra cosa.- Levantó coqueto sus cejas, y aunque sabía que era joda, ahí sí ya no le gustó al ranchero.

-'Ora, aquí el único que la tiene así soy yo, belleza.- Lo rodeó de la cintura, acercándolo.- Todo salieron infieles y pichos chicos.

-Ay mijito, quisieras.- Dijo DongHae bien perra.

-?Y a ti porqué te dicen "aguja"?- Preguntó con falsa inocencia el diablillo que tenía como esposo.

Yoda soltó la carcajada, y su otro primo se puso muy rojo.

-Pero responde, cabrón, te están hablando.- Le insistió SeungHyun, nomás por joder.

-Creo que ya es hora de cenar.- Se hizo pendejo y salió casi corriendo de ahí.

-?Y porqué?- Volvió a insistir, buscando que su primo restante respondiera.

-Seguro mi primo te lo puede decir.- Se rió, y caminó detrás del otro que ya hasta había desaparecido. Había volado el cabrón.

-Eres cruel, chaparro.- Bajó para besarlo en los labios, y arrinconarlo tantito contra el árbol.

-Se lleva y no se aguanta.- Soltó una risita, rodeando los hombros de su esposo, para que juntaran sus frentes.- ?Cómo dormiste, mi cielo?

-Bien, pero me hizo falta mi almohadita calientita.- El ranchero besó su nariz y sonrió.

-Ay, lo siento, pero tu almohadita tenía hambre y llevaba un rato despierto.

-Está bien, mi almohadita puede soltarme de vez en cuando, no hay pedo.

-?Y no tienes hambre?- Preguntó, bajando una de sus manos para tocar su trabajado abdomen sobre la ropa.

-Noup, pero sí harta sed, de Tecate más que nada.

El menor rió, tomándolo de la mano para ir rumbo a la casa de sus tíos, donde les habían dicho que iban a cenar hoy. Carne asada y discada, para variar.

Llegaron agarrados de la mano, y nomás los vio Siete, comenzó a fregarlos con lo cursis que eran, que ya llevaban mucho tiempo casados para esas cosas, que se dieran espacio, blah, blah, blah. Como su primo era el que estaba asando junto a su tío ChanWook, ya estaba tomado, encalorizado y por obvias razones, impertinente. Más de lo normal, si eran justos.

-Que te valga verga como trato a mi se?ora, cabrón seco.- Dijo SeungHyun, porque la neta se había despertado de buen humor y todo, como para que empezara a chingarlo.

-Ay, primo, no te enojes, sólo estoy bromeando.

El regio también quiso bromear con cosas que seguramente joderían su matrimonio, pero se mordió la lengua. HanByul y los ni?os estaban ahí, y no debía dejarse afectar tanto por unas palabras de borracho resentido.

Sintió un apretón en su mano, y bajó la mirada para ver a su chaparrito, que con sólo eso lo calmó bastante.

-Qué bonito cómo te aprietan el bozal, pinche Lobo.- DongWook cuando quería, neta que se pasaba de ojete, seguramente no había tenido un buen día, porque el tono que usaba neta era inmamable. Para nada chistoso.

Todos estaban en lo suyo, sólo su tío que por culero o simplemente porque creía que su bendición estaba bromeando, no intervenía para callarlo.

-?Primo! ?Vengan! El tío JoonHo y yo hicimos la discada y nos quedó uff, mejor que la pinche carne de este pendejo.- El Comal llegó en el momento justo para evitar que dijera algo de lo que se arrepentiría -más por la esposa e hijos de DongWook- y que seguramente su esposo no aprobaría.

Asintió y llevó de la mano a su esposo siguiendo a MinHo donde estaban el resto de su familia, vieron a su tío que echó un trago de chela antes de derramar un poco sobre la comida que estaba asándose en el disco, moviéndola como el profesional del asado que era.

Si querían tener una velada tranquila, era mejor alejarse del imbécil ese que ha saber porqué mierda se la quería agarrar contra ellos.

-?Qué pedo, mijo? ?Ya comieron?- Preguntó su tío gordito, que no dejaba de tomar cerveza y mover la carne, olía delicioso.

-'Nambre, si yo estoy esperando eso que anda usted haciendo.- Dijo SeungHyun abrazando por los hombros a su esposo, estaba refrescando, pero el calor de las lumbres los ayudaba a conservar el calor. Además que si el condenado andaba en short, era porque aguantaba bastante bien las heladas.

-?Ah, pus sírvanse! Esto ya está.- Le hizo se?as a su hijo, ChanYeol, para que le diera un plato y sirvió una chucharadota.- Ay'ta, cómanle y por allá están las frías.- Les extendió la comida, y siguió en su tarea.

Ay su tío, siempre tan cuero con ellos, sirviéndoles primero.- Gracias por la preferencia, tío.- JiYong agradeció con su vocecita tierna.

-De nada mijo, ustedes no siempre vienen y esos huercos luego se aborazan macizo.- Le gui?ó un ojo y se giró a su hijo que lo veía con indignación.- ?Se te perdió algo, escuincle?

Yoda sólo hizo un puchero.

-?Viejo! ?Me sirves?- Preguntó su tía -su esposa- y el gordito sólo asintió, pidiéndole otro plato a su vástago.

-Nomás a mi vieja y a mis sobrinos favoritos les sirvo, eh.- Dijo JoonHo porque vio como todos estaban aplastadotes esperando su parte.

-?Y a mí?- Gritó la abuela, que sí, la pobre estaba torteando.

-Y a mi madre, ?pero a nadie mas!- Pidió otro plato.- Faltaba más, uno aquí como pendejo cocinando, y ustedes ahí echadotes, y aparte extendiendo la mano para que uno les dé, ni madres, vengan a servirse.

Nada más dijo lo último, y todos se abalanzaron en manada para todos agandallarse, como si tuvieran una semana sin comer. Al chile que toda su familia era bien harta, pero ni modos, habían nacido con hambre y ya qué hacerle.

-Gordo, se va a enfriar.- Dijo su chaparro, que se había echado una cebollita cambray asada de un bocado. Námbre sí que odiaba la cebolla a muerte, eh.

Le dio el plato com carne, para él ir por su cerveza a la hielera que estaba a unos pasos, miró a un costado y encontró los vasos desechables para tomar un poco de hielo para su amorcito, que seguramente tomaría cokita.

Regresó con el menor para buscar un espacio vacío en la enorme mesa hecha de más mesas rojas de CocaCola, pero era elegir dónde porque todos se habían ido y tenían hasta de a chela y refresco para "apartar" su lugar. Como las sillas eran las del comedor, encontró sólo una y se sentó, con su chulo en las piernas.

-Todo un macho alfa, con vieja en pierna y todo.- ChanYeol no había agarrado discada por el rechazo de su padre, se estaba haciendo al digo yendo por carne del otro fogón, donde estaban sus otros tíos e incluso su se?or padre.

-Ya ves primo, uno que puede.- Levantó los hombros, y JiYong le puso un taco en la boca, que no dudó en morder arrasando casi con la mitad.

-?Oye! ?Mi dedito!- Hizo un puchero, y se comió lo que sobrevivió del taco.

-Ni lo toque.- Dijo con la boca llena, masticando feliz de ser alimentado por su se?ora. No era algo que ocurriera muy seguido, así que debía aprovechar. Bueno sí pasaba seguido, pero no con servicio completo de sentarse en sus muslos y que hasta le diera cerveza.

Se sentía realizado.

-Pinche envidia que me dan.- Comentó Yoda después de soltar un suspiro, le dio un trago largo a su cheve.

-Es que no mames, primo, tú igual que le haces honor al norte.- Se burló, recibiendo más taquito.

El más alto de los tres casi se ahoga con su bebida, provocando que tosiera como loco.-?'Ora, no empieces! ?Eso fue hace mucho!- Reclamó una vez pudo respirar.

SeungHyun amaba hacer eso, era su especialidad hacer reír o asustar a la raza cuando estaban tomando algo. Sonrió malicioso.

-?Qué cosa?- Eso sí que su chaparro no lo sabía, y pudo ver hambre por chisme en sus ojitos almendrados.

-Pues mira, es que a Yoda…- Comenzó inocentemente, pero vio el pánico en la mirada de su primo.

-?Ya, gordo!- Suplicó ChanYeol.

"Oh, oh, no debiste llamarme así, orejón". Pensó, al ver una mueca de disgusto en el rostro de su amado.

-?Gordo?- Preguntó indignado, girando a ver a su pobre primo que ya estaba muerto, nomás que no le habían avisado.

-?Qué pasó? ?De qué me perdí?- Su abuelo había llegado para salvarle el pellejo a Yoda, porque él ni de pedo se metía a ayudarlo.

-Pss nada, abue, aquí con mi se?ora disfrutando el amor.- Se abrazó al delgadito cuerpo, para ver si eso lo terminaba de distraer, no tenía ganas de limpiar sangre esta noche, seguía con hueva.

El viejo sólo levantó su pulgar, y buscó a su esposa con la mirada, que seguía en su infinita tarea de preparar tortillas para los desalmados tragones.

-Deja voy con tu abuela, que sino la paro ahí se va a quedar toda la noche.- Sus abuelitos siempre fueron su ideal de matrimonio, se imaginaba llegando a viejito con su chaparro y con suerte en un rancho alejados del mundo. También admiraba mucho a sus padres, pero el carácter de sus abuelos era más parecido al de su chulo y él, al igual que su forma de tratarse. Sus papás eran tiernos, pero más reservados.

Sus abuelos eran un desmadre a pesar de la edad.

Suspiró, porque ya se veía a él torteando, porque primero sucedería un apocalipsis zombie, antes que su amorcito aprendiera a cocinar algo diferente al cereal. Pero él se la rifaba sin pedos, conque JiYong y él siguieran juntos -pudiendo coshar- le entraba.

-Son bien lindos, ?verdad, esponjadito?- Su esposo suspiró, viendo a su abuelo casi cargar a la viejita -que era súper petit- para que se levantara de su lugar y fuera a comer con todos ellos.

Besó su hombro y lo abrazó más a él.- Simón y así nos vamos a ver de viejitos, chaparro.

JiYong sólo cubrió su carita con sus manos apenado, pero desde su lugar podía ver perfectamente su sonrisota.

Sí, y el ranchero no podía contener la emoción que sentía al pensar estar tantos a?os con su chaparrito hermoso, aunque aún les faltaba mucho y más cosas por vivir, antes de que eso pasara.

Pero algo tenía bien claro SeungHyun, y era que él iba a hacer todo lo humanamente posible para llegar a esa edad, pero sobre todo, junto a su JiYong.

Culo si no.

Con DongWook fulminado con tanto alcohol y carne asada, pensó que sus problemas iban a estar finiquitados, pero oh qué pinche equivocado estaba. Porque sí, sus tías eran un amor con su chaparro, pero al final del día seguían siendo tías, y las tías no se habían ganado su fama de imprudentes y jodonas nomás por chistes trillados de stand up. Era porque así eran, todas, pero en especial una. La que alborotaba el gallinero y armaba el cagadero real.

Ah la pinche tía Ruth, se supone que era gringa la cabrona, no una pinche se?ora persignada de catedral.

Todo había sido muy sutil, orgánico diría él; casi ni la había visto venir, pero cuando llegó, no supo cómo responder. Primero todo muy bonito, que como estaba la familia de JiYong, que qué bueno que su cu?ada ya por fin había atrapado a un buen marido, que cómo están sus amigos, que cómo estuvo el jalowin, que les mostraran sus fotos, en fin, todo muy formal.

Entonces preguntaron por YoungBae específicamente.

Sólo lo habían visto una vez para la boda -segunda- que habían hecho en el rancho, por toda la familia que no había bajado hasta la capital, y ahí se habían enculado con él. Pinche enano, tenía un súper pegue amistoso con las se?oras, que a donde fuera el cabronazo sacaba tía postiza nueva.

Ahora bien, algo que se le había pegado mortal -porque después de tantos a?os de amor algo se le tenía que pegar al ranchero- de su se?ora, era esa boquita floja que se cargaba. Ese hambre por chisme y luego la facilidad de escupirlo a diestra y siniestra, venía directamente de Las Lomas, y ni su chaparro podía negarlo.

Lo más curioso, es que en esta ocasión no fueron él y su adquirida maldición las que los habían metido en este pedo, sino JiYong, que una vez se había echado sus copitas de mezcal para el frío, simplemente no se pudo controlar.

Era peor que con el tequila, pero de forma más discreta.

Así que ahora estaba ahí como helado de vainilla, rodeando la cintura de su esposo aún en sus piernas, esperando que un ovni los abduciera y se los llevara a Disney, ya ahí luego veían cómo chingados se regresaban.

-Ay, muchachos, ni que fueran novios de manita sudada, ?el suyo pa' cuando?- Insistió la tía Ruth, después de que su chaparro soltara que su amigo enanito estaba de encargo con la HyoRin.

Y sí, en menos de dos meses iban a cumplir sus seis a?os de casados, y sumando los de novios, llevaba poco más de una docena de a?os enamorado de ese hombrecito, como para paniquearse con algo que naturalmente iba a pasar tarde o temprano. Pero sí era un tema un tanto sensible, más para hablarlo en una peda… Porque no lo querían decir en voz alta, pero les preocupaba que hasta la fecha no hubiera pegado su chicle.

Jamás habían usado protección.

-No pues, pregúntenle a él.- Sí, él también estaba cimbrado, y muy probablemente iba a desatar un drama de los que no necesitaba en su vida, pero qué le iba a hacer. Las malas ma?as se pegan más que las buenas.

-?Ah, sí?- Se giró un poco para verlo, y se sintió una mierda por el tinte de dolor que vio en sus ojos.- ?O sea que no tenemos hijos por mi culpa?

-No digo tú culpa, sino que si no te he dado un hijo es porque no me lo has pedido.- Tragó fuerte, había sonado mejor en su cabeza, no tan agresivo.

-?Y porqué yo tengo qué pedirlo?- No se escuchaba molesto, sino decepcionado.

-Mi amor, tú controlas todo en nuestra vida, esto no va a ser la excepción.

Verga, en sus pensamientos no había sonado tan feo.

-Ah, no bueno, mi pinche esclavo eres ?no?

-Pues trabajo como burro todo el día y ni un pinche traje me puedo comprar sin que te emputes. Hasta me sentí mal por sacarme el melate, creo que fue mi mala suerte la que me lo dio.- Intentaba bromear, en serio que sí, pero no sabía qué chingados pasaba, porque nomás no veía las carcajadas usuales en su esposo.

Algo que odiaba de sí mismo, era cuando no lograba hacer reír a JiYong, y peor aún, cuando lo que hacía era causarle dolor que no estuviera de la mano del placer. Se sintió una completa mierda cuando vio sus ojos almendrados enrojecerse, y se levantó de sus muslos para largarse de ahí.

Quiso ir tras él, era lo que su mente le decía que hiciera, pero el alcohol a veces le hace cosas raras a las personas para sacarles lo que tienen acumulado, y no precisamente de la forma que quieren ni mucho menos de la más sana.

-Oh, vamos belleza, no llores, ?Estoy jugando!- Gritó una vez estuvo algo lejos.- ?Sabes que soy tu mandilón! ?Tu lobo domesticado! ?Tu mascota fiel!

Soltó una carcajada, pero no, ni así lo hizo regresar, ni detenerse, ni mirar atrás.

JiYong se perdió en la oscuridad, y él se sintió más perdido que nunca.

Había sido una noche horrible, se sentía cansado y triste, sus ojos le escocían porque no había dejado de llorar en una buena parte de la noche; y había sido peor porque su gordo se había ido a dormir a casa de ChanYeol -éste le fue a tocar en la madrugada para avisarle en dónde estaba- y él se había quedado en la habitación que les habían dado.

Solo.

Llorar lo había tranquilizado más de lo que esperaba, pero aún así seguía sintiéndose bajoneado, pero ya no sentía la opresión en el pecho con la que se había acostado horas atrás.

JiYong no recordaba la última noche en la que habían dormido separados desde que se casaron. Podrían pelearse, pero la verdad era que el capitalino no podía dormir sin estar en los brazos de su esponjadito, así que siempre iba a buscarlo al sofá o al cuarto de invitados; incluso una vez se había metido en la madrugada al depa de SeungRi, pero esta vez no pudo.

Se sentía herido, y más por la falta de tacto del mayor. No sólo era la vergüenza, sino que lo ofendía profundamente que todos ahí lo tacharan de egoísta y mandón. Podía ser mandón, pero jamás egoísta y mucho menos con el amor de su vida.

?l ya hasta le tenía una sorpresa para navidad.

Pero ese no era el punto.

Tenía que despejar su mente y animarse, se levantó buscando entre sus cosas algo con qué vestirse, no tenía ánimos de pensar, así que eligió lo primero que vio, una cosa completamente anti él, pero así es como se sentía sin su gordo. Se acarició la cara sintiendo la barba un tanto crecida, pero no le importó, tampoco estaba SeungHyun como para hacerlo por él…

Salió de la habitación y se estiró, al parecer ni sus tías se habían levantado para hacer el desayuno, seguramente todos estaban híper crudos, pero tampoco tenía hambre la verdad.

Giró a su izquierda, y vio al abuelo caminando a lo lejos con una cubeta, cómo no tenía nada mejor qué hacer, lo siguió trotando un poco para alcanzarlo.

-Abuelito.- Llamó suavemente, y el viejito se giró, para nada sorprendido de verlo.- ?A dónde va?

-Ah, pss voy a la nopalera, a recoger las últimas tunas que salieron. ?Vienes?

JiYong asintió, y caminaron juntos por un buen rato, y vio el lugar lleno de cactus, con las bolitas verdes y algunas rosas que tenían encima.

-?Y eso que te paraste tan temprano?- Preguntó el hombre, deteniéndose en el primer nopal, dejando el cubo en el suelo.

-Ah… No sé, sólo desperté.- Dijo neutro, tratando de mostrarse indiferente al incómodo episodio de ayer.

-Por eso nunca es bueno dormirse molestos, y menos cuando amas tanto a tu esposo.- Dijo el abuelo, sin ninguna pizca de malicia, mientras cortaba las tunas y las tiraba al bote.

-Bueno, tampoco es como si él hubiera querido hablar conmigo.- JiYong no quería sonar rencoroso pero fue inevitable.

-Mi nieto es medio güey a veces, igual que yo, por eso es que nos casamos con personas tan abusadas.- Sonrió por su comentario, pero sólo un poco.- Es el único que eligió bien a su pareja, porque ustedes hacen lo que deben hacer los matrimonios, complementarse.

Si su abuelo seguía así, lo iba a hacer llorar.

-Lo único que realmente importa es que nunca olvides cuánto te ama.- El hombre se giró para verlo cuando dijo lo último.

-Eso intento, siempre.- Ya sentía sus ojos picar.

-Y pss todo en esta vida tiene solución, excepto la muerte… Lo único que necesitan es hablarlo.- MinHole sonrió una vez más, antes de regresar a su labor en otro nopal.

-Lo sé.- Suspiró, quitándose las lagrimitas que habían brotado.

-Creo que eso que dijo, fue porque no terminaron de hablar algún asunto, y cuando eso pasa, quedan heridas sin cerrar que fácilmente se van haciendo más y más grandes, se mezclan cosas que nada tienen que ver.

-Es que, él siempre me demuestra lo mucho que me ama, pero a veces siento que yo no hago lo mismo.- JiYong por fin dijo en voz alta lo que el fondo de su mente le repetía en sus malos momentos.

-Mi nieto sabe que lo amas, lo que pasa es que a veces las personas se meten en la cabeza de uno y lo hacen decir cosas que no son.- Se giró y le sonrió tranquilizándolo.- Sólo tienen que platicarlo, y créeme que todo se arreglará. Además, el amor se demuestra de muchas formas más que en las cosas que se ven a simple vista, créeme, SeungHyun sabe que lo amas de la misma forma en que tú a él.

Eso último desató su llanto, pero trato de ocultarlo tanto como pudo.

Su abuelo no lo notó o simplemente quiso darle su espacio para que se tranquilizara, y siguió cortando las tunas, sólo con el sonido del gallo de fondo, que había vuelto a su labor de querer despertar a todo el mundo.

Pasaron los minutos y sus lágrimas se detuvieron, pero por el fresco de la ma?ana, le habían puesto rojas y frías las mejillas, además que resaltaron lo hinchado de sus ojos.

-?Te gustan las tunas?- Preguntó el anciano extendiéndole una verde brillante, ignorando su estado lamentable.

El mas joven se lo agradeció por dentro.-Ahm, pues no mucho…

-Vamos a meterlas a la heladera y vas a ver que sí te van a gustar.- MinHo le sonrió, y tomó el cubo, para caminar a otro nopal.

JiYong tenía cuidado de no espinarse, porque aunque él estaba chiquito, el espacio entre las hileras del nopal eran muy angostas.

-?Y te gusta el cine?- Volvió a preguntar su abuelo, era muy obvio que quería sacarle plática para que se distrajera.

-Claro, me encanta ver películas.- Sonrió con un poco más de ánimo.

-Me regalaron una de esas chingaderas para poner películas, pero no soy muy bueno para apretarle ahí y que se vean.

JiYong soltó otra risita por lo mucho que se parecía a su esposo porque hacían gestos muy parecidos al hablar.

-Si quiere yo le ayudo a ponerlos, abuelito.

-Muchas gracias mijo, ese pendejo del Burro me lo dejó ahí desde la semana pasada, pero ni me ense?ó cómo.

-Yo le ense?o, no hay problema.- ChanYeol a veces podía ser muy distraído, era obvio que el hombre no tenía las grandes habilidades tecnológicas, al igual que su marido

-Gracias, tons quédate a ver unas conmigo, seguramente ni has visto "Pepe el Toro", aunque puede que sí, porque a Lobo le encantaba sentarse conmigo a verlas cuando venía de huerquillo.

Oh no, no cine de ese. JiYong no era malinchista, al contrario, le mamaban esas películas mexicanas de ahorita como "Qué culpa tiene el ni?o" y "Amarte Duele".

Pero el blanco y negro le sacaba ronchas.

-Ah.- Se rió nervioso, tratando de disimular su incomodidad.- No, abue, no la he visto.

-?Te va a encantar! Ya lo verás, aunque igual podemos empezar con "Nosotros los pobres" para que veas toda la historia.- Con renovadas energías, el hombre como que se apuró, para llegar más rápido a su cuarto a disfrutar de su cine de oro.

JiYong no tenía el corazón de decirle que mejor vieran "Nosotros los Nobles" y que obvio él Bárbara.

Suspiró, pues ya qué, ya estaba levantado y ni modos que le hiciera un desaire a su abuelo que había sido tan lindo con él.

Total, ver una no lo iba a matar.

Equivocarse es de humanos, y por eso no tenía nada de qué avergonzarse. JiYong se secó las lágrimas que caían sin control por sus mejillas, al ver a la pobre ni?a negrita siendo rechazada por su madre blanca.

-Hija de puta ??Cómo te atreves!? ?Es tu hija, chingadamadre!- Gritaba encabronado a la gran pantalla que tenía el abuelo en su cuarto, que contrastaba graciosamente con el sencillo lugar, mientras sostenía unas palomitas con mucha valentina en su regazo.

El abuelo sólo comía tranquilo su plato de tunas viendo la película por enésima vez, mientras JiYong, que ya se había devorado las suyas -que por cierto estaban riquísimas heladas-, se peleaba con la pantalla, como si así se pudiera cambiar el guión.

El viejito y JiYong llevaban horas viendo películas, una tras otra, y no habían salido para nada más que ir al ba?o. Incluso el desayuno les habían traído, además de las botanas que mandaban a pedir.

-Te dije que estaba muy triste.- Re rió MinHo, enternecido por su nieto.

-?Es que no se vale, culera!- JiYong trataba de controlar su llanto comiendo, pero ni así podía.

Habían comenzado el maratón con la trilogía de "Pepe el Toro" y ahora "Angelitos Negros", después verían "El inocente" para que se riera un poco y parara de sufrir. No sabía qué hora era, pero seguro ya estaban a nada de que los llamaran a comer otra vez, pero seguramente harían que Yoda les trajera el alimento aquí, así que no le dio importancia.

Alguien tocó la puerta y sin esperar respuesta entró.

Era SeungHyun.

-Abue, que si me prestas el rifle.- Preguntó con su voz grave y seria.

Su estómago se revolvió, porque no lo había visto en todo el día, y no esperaba hacerlo hasta en la noche. Estaba vestido con una chamarra y pantalón de camuflaje, le quedaba un poco ancho para ser de él, seguramente era de su papá que estaba más gordito, pero estaban casi de la misma altura.

-Ah, sí mijo, ?Para qué lo'cupas?- Se levantó de su sillón y fue a buscar el arma.

-La abuela quiere que vaya por conejos, que quiere hacerlos para cenar.- Respondió en el mismo tono, sin siquiera darle una mirada.

-A esta hora no los vas a encontrar, a menos que te vayas muy al monte.- El hombre descolgó el rifle de la pared en donde estaba.

-Por eso debo irme ya.

-?Vas sólo?- Buscó con la mirada las balas, encontrándolas encima del buró.

-Con los perros.

-Llévate sólo al Wero y al Chamoy, los otros son bien mensos para quedarse quietos.- Su abuelo le extendió el rifle y las municiones.

-Sobres. Nos vemos al rato.- En todo ese tiempo, su esposo lo había ignorado por completo; sólo tomó lo que había venido a buscar, y cuando estaba por cerrar la puerta MinHo lo llamó.

-?Porqué no llevas a tu JiYong?- Dijo, y eso lo dejó frío.

-No, no llevo moto ni nada, se las llevaron los pendejos esos a quien sabe dónde, voy a pie.- El regio negó rotundo.

-Oh, pero pobre, lo he tenido encerrado aquí sufriendo conmigo, mejor sálvalo y que le dé algo de aire.- El viejito no se iba a rendir fácilmente, insistiéndole a su nieto para que cediera.

-Estoy bien, abue...- Por fin JiYong encontró como intervenir en la incómoda conversación.

-?Ves? No quiere venir, qué va a querer quemarse en el sol y caminar.- Por primera vez lo miró, pero no supo si SeungHyun estaba siendo un culero o si él seguía sensible por la pelea y las películas, pero se sintió mierda por sus palabras.

Sabía que el mayor había visto esa miseria en su mirada, porque notó remordimiento al instante.

Suspiró.- Si quieres puedes venir, pero te tienes que cambiar esa ropa.

Sin decir nada más, se levantó del peque?o sofá en el que estaba y caminó hasta la puerta, en donde estaba los dos hablando.- Abue, muchas gracias, ?Las pelis están divinas! En la noche terminamos esta ?sí?

-Claro mijo, no te preocupes. Vayan con cuidado y apúrense, para que no se les haga tan noche.- Su abuelo les sonrió y le gui?ó un ojo a él, sin que su gordo lo viera.

Se sintió emocionado, porque SeungHyun siempre le contaba sus historias de cazador, pero nunca había tendido el placer de acompa?arlo. Sabía que era un poco difícil, pero sólo iban a cazar conejitos, debía ser pan comido teniendo a los perros con ellos ?no?

Equivocarse es de humanos, y por eso no tenía nada de qué avergonzarse. JiYong se había equivocado dos pinches veces en el mismo día. Sólo que uno lo había hecho llorar como María Magdalena en el cuarto climatizado de su abuelo, y este lo tenía rojo, sudado, agotado y al borde del desmayo.

Para acabarla no había ni una coca a la vista.

Las plantas de sus pies lo estaban matando, y ahí se dio cuenta que debió aceptar esos Sketchers súper boot que le había ofrecido su suegrita linda, pero no, el ni?o quería su pinche outfit con el que pudiera servir "ranchero realness" junto a su marido, que con sus lentes de sol, su sombrero, esas botas y los conejos colgándole de la cadera, se le estaba antojando demasiado.

Pinche vato hermoso.

Suspiró derrotado, ya iba a cumplir sus veinticuatro horas privado de amor, y súper ya le estaba pasando factura a su ninfómano ser.

Además que desde su perspectiva -caminando detrás del regio- podía ver perfectamente ese buen trasero, que se veía aún más sexy, por ese rifle que traía en la espalda. Llevaba una buena media hora caminando con una semi erección, y no le daba pena admitirlo.

Sacó su iPhone, y le tomó una foto a ese nalgón precioso que tenía como marido, luego se hizo una selfie para ver qué tan derrotado por la naturaleza iba, y se giró para tomarse otra selfie con ese potro de hombre que lo seguía ignorando.

Debía admitir que el camuflaje le quedaba bien. Esa camisa y pantalón muy probablemente era de alguno de los primos de su gordo, pero cuando eran adolescentes, porque sino no tenía idea de quién podría ser, porque ahora todos eran enormes.

La camisa de manga corta le quedaba un poco grande, al igual que el pantalón, y un chaleco que le habían dado con muchas bolsitas, para que llevara municiones supuso, pero como su esposo no le hablaba lo había usado para su celular y su toallita para secarse el sudor. Como las botas eran de él, es lo único que tenía a su medida.

Había querido ponerse maquillaje de cazador, pero su suegra le dijo que no era necesario, que mejor se pusiera bloqueador y una gorra cuando menos. Y eso había hecho, sin preguntarle a SeungHyun, había tomado su gorra negra de los Chicago Bulls, intentando que eso lo hiciera cortar su ley del hielo, pero fue en vano. Para terminar su outfit se puso sus lentes blancos ovalados, y se había encaminado a la aventura, yupi.

Qué aventura ni qué chingaderas.

Los perritos eran los únicos que lo apoyaban en este calvario, porque aparte de las ocasionales órdenes de "callado", "agáchate", "quédate ahí", etc, no había respondido a sus intentos de plática y ni siquiera lo miraba. Seguramente si lo atacaba un coyote el muy cabrón le diría "?Ves? Te dije que tuvieras cuidado".

-Shh, espera.- Le dijo levantando la mano, y tomando el rifle. Se agachó un poco, apoyándose en una piedra que estaba por ahí, disparó alborotando a los perros que en seguida siguieron la orden de ir por la presa.

Con este ya eran seis.

-?No crees que son suficientes, gordo?- Ya estaba cayendo la tarde y le daba un verguero de miedo estar tan alejados y a oscuras.

-Somos más de veinte personas, esto no nos va a dar ni para el arranque.- Por fin le respondió, pero igual de serio.

-Pero supongo que algo más hará tu abue.

-Me pidió todos los que consiguiera, y todavía tenemos una hora antes de que anochezca.- Como ya había bajado el sol, SeungHyun había guardado sus lentes en su morral, al igual que dos de él. De milagro no lo había ignorado cuando le pidió que por favor se los guardara, pero tampoco le había dado ni un besito el muy desgraciado.

-Pero y si hay coyotes o narcos.

Escuchó a su marido reprimir una risa, no quería ceder pero poco a poco lo haría, eso lo hizo sonreír.- A los coyotes los espanto con la escopeta y con los narcos no hay pedo.

-?Y yo puedo?- Preguntó ilusionado de que el mayor ya le contestara.

-?Qué cosa?- El ranchero tomó el conejo de la boca del perro colorado y lo acarició diciéndole que era un buen chico, provocando que el animal agitara su cola con fuerza.

-Cazar un conejo.- Dijo JiYong, a?adiendo una sonrisa cuando se giró a verlo confundido.

-No es tan fácil, y ahorita no hay tiempo como para que te ense?e a disparar.- Trataba de mantenerse serio ante sus encantos, así que comenzó a caminar de nuevo.

-Sólo déjame intentarlo ?sí? Sólo una vez. O bueno, sin conejo porque seguro no le doy y sólo perderemos una oportunidad. Anda.- El menor suplicaba con voz melosa, y al fin sintió la confianza como para agarrar a su marido del brazo.

-No sé…

-?Sólo un disparo! Y te juro que ahí lo dejo.- Apretó tantito su bíceps, usando esa mirada con la que siempre conseguía lo que quisiera de su gordo.

SeungHyun no se veía para nada convencido, pero no importa qué tan molesto estuviera, al parecer seguía siendo débil a sus ojitos tiernos.

Suspiró resignado.- Bien, pero sólo un disparo ?ok?

-?Yeiy! ?Gracias, esponjadito!- Dejó un besito en su hombro, y lo sintió tensarse.- ?Ahora qué sigue, mi coronel?- Dijo separándose y haciendo un saludo militar.

-Cuál coronel, me tocó bola negra.- Bromeó por primera vez en todo este tiempo, provocando que JiYong sonriera más ampliamente, y el regio se quitó el rifle del hombro para iniciar con la lección.- Ahora escúchame muy bien, nunca vayas a agarrar el rifle-

Ah, el amor. El amor te hacía hacer muchas pendejadas, o mejor dicho, te mantenía en un constante estado de pendejez.

Así es como lo ponía SeungHyun cuando explicaba en ese momento, y más porque hablaba todo macho mostrándole como debía sostener correctamente el arma de fuego.

No podía ser más sexy.

-Bien, así lo agarras, no, tienes que apoyarlo más en tu hombro.- No sabía si su gordo lo estaba haciendo a propósito, pero ponerse detrás de él para rodearlo con sus brazos y mostrarle cómo debía tomar el rifle, era el contacto más romántico que llevaba en el día con él.- Ahora, debes fijarte que no tenga el seguro.- Se separó un poco de él, para mover un pestillo en el arma, que asumió, sería el seguro.- Y cuando vayas a disparar-

JiYong siempre había sido de los ni?os estudiosos en la escuela, hasta llegó a ser abanderado de la escolta y todo. Su más grande honor, fue ser el mejor promedio de su generación en la carrera y siempre de jactaba de ser inteligente, no matadito.

Pero la verdad es que a veces sí podía ser bien pendejo.

-?CHAPARRO!- Gritó su gordo, y le habría dado una tremenda satisfacción que lo llamara así en este momento…

...Si no fuera porque le estaba doliendo el tobillo como una chingada.

-?A LA VERGA! ?CHINGADAMADRE! ?ME LLEVA LA REPUT?SIMAVERGAAAAAAAHH!- Gritó de dolor mentando toda la madre que pudiera, mientras se retorcía en la tierra; había aventado lejos el arma y poco le importó si podía o no dispararse.

-?Mi amor! ?Estás bien?- Dijo SeungHyun cagado de miedo mientras se agachaba para tomarlo de los hombros y tranquilizarlo.

-?Qué verga pasó?- Preguntó al borde del llanto, porque había caído sobre su pie derecho y lo estaba matando.

-Disparaste antes que te dijera, y esa madre te mandó a volar.- Podía notar la angustia y culpa del mayor en su voz.- Yo te iba a ayudar a sostenerte para que no te pasara esto, pero no me diste ni chance.

Poco a poco el dolor iba bajando, pero no lo suficiente como para no querer matar algo.

Los perros ladraron y corrieron en la dirección del disparo.

-No mames que le diste a algo.- SeungHyun intentó levantarle el ánimo, pero no estaba funcionando.

-Ay no mames, me duele mucho, gordo.- Dijo JiYong, ahora sí soltando unas lágrimas.

-Mi amor, lo siento, no debí dejar que dispararas.- Lo ayudó a incorporarse y él aplicó un poco de presión en su tobillo, haciéndolo gritar de dolor nuevamente.- Mierda amor, lo siento, pero parece que no está roto, es lo bueno. Verga, lo siento tanto.

-Ni es tu culpa.- JiYong habló con dificultad, pero gritó cuando sintió que le quiso sacar el zapato.- ?Duele, gordo!

-Lo sé, lo sé, y lo siento, pero tengo que ponerte algo.- Con toda la delicadeza del mundo fue quitándole la bota.- Tengo un pa?uelo en el bolsillo y me queda algo de agua.- El mayor dejó libre su piecito y le quitó el calcetín, estaba terriblemente rojo, pero parecía sólo una torcedura.

Vio a su ranchero sacar el pedazo de tela que le dijo y llenarlo de agua de su termo, para amarrarlo con firmeza alrededor de su tobillo jodido, sintió alivio al instante.

-?Mejor?- Preguntó acariciando su frente sudada y dejando un besito.

-Algo.- Lo frío del pa?uelo estaba cumpliendo bien su labor de compresa improvisada.

Los perros regresaron y Wero traía una ardilla muerta en la boca.

-Ah no mames, y hasta le diste a una ardilla.

JiYong miró al animalito y se sintió fatal.- Ay no, pobrecita.

SeungHyun la tomó del hocico del perro amarillo, sujetándola de la cola para inspeccionarla.- No parece que haya sido por la bala, creo que le diste a una piedra y un pedazo la mató. Bueno, el chiste es que cazaste tu primera ardilla.- Se la mostró, y le revolvió el estómago el ensangrentado animalito.

-Ay no, quítamela de aquí.

-Nosotros no comemos ardillas, pero es bueno para los perros.- Aventó el cadáver, y los dos canes corrieron detrás de ella, para chingársela.

-Pinche chaparro, justo cuando te iba a decir que no dispararas hasta que estuvieras bien plantado, te la rifaste solo.- Soltó una risita, negando, acariciando su cabello.- No mames ahora sí me río porque ya vi que estás bien, pero hijo de tu madre me sacaste la mierda.

-Pensé que ya te valía madres.- No era su intención sonar tan miserable, pero le dolía el comportamiento de minutos atrás. Quien sabe, si no se hubiera jodido el tobillo sabrá dios cuando le volvería a dirigir la palabra.

-?Cómo me vas a valer madres, chaparrito?- SeungHyun lo miró igual de triste que él.

-Llevabas horas sin hablarme.- Hizo un puchero, y ya casi ni sintió el dolor en su tobillo.

-Porque esperé a que me fueras a buscar y nunca fuiste, creí que tú no querías hablarme.

-Pero te estuve hable y hable y no me respondías.- Reclamó el menor, sentándose con la ayuda se su marido, porque si iban a solucionar sus problemas, tenía que verlo bien a lo ojos.

-Sí, pero yo no quería que nos sigamos haciendo güeyes, chaparro, no hemos hablado de todo lo que pasó, y tú hablando de los perritos de la pradera no era precisamente de lo que quería hablar contigo, y menos cuando ando buscando conejos.

JiYong se mordió el labio inferior. Sí tenía razón.

-Lamento lo que dije en la cena, chaparro, fue de mal gusto, fue imprudente y no debí decirlo, mucho menos de la forma en que lo hice.- Se rascó la nuca, nervioso.- Además de que no creo en nada de lo que dije. Perdóname, en serio.

Se miraron unos momentos antes de que JiYong pudiera contestar.

-Pero es verdad, soy un mandón y gru?ón.- Desvió la mirada.

-Yo también soy gru?ón.- SeungHyun intentó bromear, pero lo ignoró.

-Pero lo que me dolió más fue que dijeras que yo no quiero hijos.- El menor tuvo que soltar lo que de verdad sentía, pero no se atrevía.

-No, 'pérate.- El regio se sacó de onda.- Yo dije que si no habíamos tenido hijos, es porque tú no habías querido.

-Sí, porque soy tan mandón que hasta en eso yo soy el que decide.

-Mi vida, el chiste del mandilón nunca te había molestado, no sé porqué ahora sí.- Estaba más confundido con forme avanzaba la conversación.

-Pero me dolió la forma en que lo dijiste, no había nada de chiste en tu tono… Además, antes no sabía que John tenía razón con que yo acabé con tu carrera.

Bien, listo, lo había dicho.

-No, pss, ya salió el peine, sabía que no ibas a quitar tan fácil tu dedito del renglón.

-Es que-

-Te amo, JiYong y nunca me voy a cansar de decírtelo. Sacrifico cosas, porque te amo. Trabajo para mantenerte, porque te amo. Todo lo que he hecho desde que te conozco, es porque simplemente te amo. No hay más, no hay más show, no sé qué más decir.- Tomó ambos lados de su rostro, para que lo mirara mejor.- Soy un mandilón, porque sé que te gusta que lo sea. Soy un macho ranchero, porque sé que te mama cuando me pongo así. Sé que te gustan todas mis facetas, porque me amas tanto como yo a ti.- JiYong estaba tratando con todas sus fuerzas no llorar, pero unas lágrimas se escaparon, siendo limpiadas por los pulgares de su marido.- Me gusta bromear sobre los pinches estereotipos, porque son cagados, pero nosotros vamos más allá. Somos un cliché, sí, y me encanta serlo porque es contigo, y de verdad quisiera que ya no pensaras en el da?o que crees que me haces y te concentres sólo en la felicidad que me das, porque neta JiYong, que me haces muy feliz.- Tomó un momento antes de continuar.- Y ya que estamos hablando sobre todo, perdóname por haberme comprado el traje de viejo lesbiano.

-Gordo, es que ese es el problema, tú te mereces ese dinotraje y más. No debí haberme molestado contigo, trabajas tanto y te la rifas solo manteniéndonos, como para que ni un pinche gustito te puedas dar.

-Amor, mi gustito más grande eres tú, además que igual me pasé de ojete, porque sé que si te hubiera contado todo, me habrías dejado comprarlo, es sólo que a veces se me olvida que no eres esa pinche esposa tóxica que a veces interpretas.- Dijo su gordo con sus ojos un poco rojos.

-Es que igual a veces me paso de bueno en mi interpretación.- Sorbió su nariz, y ambos rieron.

SeungHyun sólo se inclinó un poco para besar brevemente sus labios, había extra?ado tanto ese simple contacto.

-Siento haberte ocultado lo de John, es sólo que hablo bien poquito con él y esta semana había sido muy loca.- Le sonrió en disculpa.

-Está bien. Yo lamento haber sido un tóxico mandón que te hizo sentir culpable por comprar algo que querías.- A?adió JiYong bajando la mirada.

El regio lo tomó del mentón para que se miraran directamente a los ojos.- No problem, belleza.

-Igual lamento haberme molestado y sido un egoísta que sólo pensó en lo horrible que había sido para mí haberte hecho elegir entre tu familia y mis pendejadas.- ?l sentía que tenía más cosas por las cuales pedir perdón, así que iba a aprovechar para decirlas todas.

-Tú sabes que siempre eres mi prioridad, hermoso.- Siguió acariciando el mentón con su pulgar.

-Pero eso es muy egoísta… sólo me aprovecho de ti y tu nobleza.

-Chaparro, no eres egoísta, siempre me demuestras que piensas en mí primero cuando son cosas verdaderamente importantes. Y no te estás aprovechando de mí, porque yo te estoy dejando.- Le sonrió mostrándole sus hoyuelos, sabía que los había extra?ado tanto como él sus ojos almendrados.- Pero hagamos esto, si tú pones mis necesidades en primer lugar en tu vida, y yo pongo las tuyas en primer lugar también, siempre estaremos bien cuidados, no seremos egoístas y habremos descubierto la fórmula cuántica del amor.

-Eso último no tiene sentido, gordo.- Respondió riendo de sus ocurrencias.

-Ya sé, pero no sabía como terminar mi frase mamadora.- La forma en que el ranchero le sacó la lengua burlón, le provocó su primera carcajada del día.- ?Tons ya hablamos de todos los pendientes, chaparro?

JiYong igual tenía algo de lo qué hablar, pero era doloroso de sólo pensarlo, tal vez no estaban listos para saber, tal vez sólo era su paranoia y todo estaba correcto, sí, eso debía ser…

-Conozco esa mirada, chaparro, ?en qué piensas?- Lo interrogó al ver que se perdía en sus pensamientos.

Tal vez sí debía decirlo.- Gordo, nosotros nunca nos hemos cuidado…

Por la mirada que puso su esposo, supo que él había pensado lo mismo.- Lo se…

-?Crees que nosotros no podamos…?- Dejó la pregunta al aire, y SeungHyun en seguida lo interrumpió.

-No pienses en eso, chaparrito, yo sé que hay alguna razón por la que no hemos tenido cachorritos.- Le sonrió tranquilizándolo.- Y si no podemos ampliar nuestra familia naturalmente, buscaremos la manera de hacerlo, hay muchas opciones y tratamientos, igual podríamos adoptar, aunque creo que eso es más difícil… Pero sé que de cualquier manera valdrá la pena.

JiYong se calmó, porque el mayor tenía razón, la medicina estaba ya muy avanzada, y tenían muchas alternativas para tener hijos.

-Gracias gordo, la verdad es que yo no quería decirlo.

-Ya sé, es feo pensar en esa posibilidad, pero es una posibilidad al fin de cuentas.- Le mostró sus hoyuelos.- Quiero creer que sólo es diosito ayudándonos a que salgamos de nuestras deudas antes de traer más chamacos al mundo.

Su comentario lo hizo reír muy fuerte.- Dios ?No! Capaz que nunca tengamos si es por eso, ay no, yo no quiero que me pase como a la de Posdata te amo.

-?Dónde sale Leónidas?- Preguntó su ranchero, que como buen macho, sólo conocía a Gerard Butler por esa película violenta.

-Ese mismo.

-Ah no shingues, ?me quieres matar? ?O yo sería el otro con el que se queda al final?- Preguntó asustado al recordar la película que alguna vez había visto con su JiYong.

-Tú serías los dos, tarado.- Le apretó los cachetes, y lo jaló para besar su boquita de pez que le había hecho a SeungHyun.

Se separaron después de unos segundos y el regio fue el primero en hablar.- ?Tons ya'stuvo? ?'Tamos bien? ?Algo más que quieras a?adir, mi vida?

-Sólo quisiera dejarles en claro a tu familia que no te he hecho ningún amarre, y que sí quiero hijos, muchos, tantos como podamos.

SeungHyun soltó una carcajada, negando.- Nadie ha dicho que me hicieras amarre, chaparrito, tú solito te delataste, ?Auch! -Aunque le dolió el golpe en su hombro, se rió de su esposo.- Ay, obvio no es cierto, ya han visto demasiadas veces mis chupetones, ya saben que el único amarre que tengo es porque me tienes bien alimentado, hermoso.- Le gui?ó un ojo.- Y también saben que de tanto reafirmar el amarre, en una de esas te pre?o por accidente.

-?Oye! ?No! Nada de accidentes, nuestros hijos van a ser turbo planeados.- Lo rega?ó, faltaba más, que sus criaturas fueran tratados como meros condones rotos, oh no, sobre su cadáver.

-Por supuesto que sí, chaparro.- Lo abrazó, y besó su cabecita, bajando a su frente, pasando por su nariz, y terminó en sus labios, en donde profundizó el contacto, adentrando su lengua a la boca ajena.

Por fin, lo que realmente necesitaba JiYong, y por la forma en que sostenía su cintura para acercarlo a su cuerpo, supo que su gordo también.

-Te necesito, gordito.- Susurró ya muy excitado.

-?Aquí?- No es cómo si el mayor hubiera esperado su respuesta para empezar a desvestirse, así que se separó un poco de él, para sacarse la chamarra de camuflaje y también la sudadera blanca con capucha que tenía debajo.

-Tienes los conejos colgando.- Dijo JiYong riendo, cuando su esposo se quiso abalanzar sobre él.

Este miró hacia donde se?alaba el menor e igual rió.- Lo siento, se me fue el pedo.

-Sí ya vi.- Dijo se?alando a su miembro, que se notaba mucho debajo del pantalón.

-Ayer tuve que salir al monte a caminar, porque no tenía sue?o, y me la jalé dos veces en tu honor, pero aún así te traía ganas.

-?Aunque estabas molesto?- Ayudó al mayor a desabrochar la prenda, mientras él se quitaba las presas que había cazado.

-No estaba molesto contigo, sino conmigo por no tener los huevos de ir y hablar. Por pendejo me dormí solo y tuve que estar todo el día con los asnos de mis primos.

-Yo vi muchas películas, cuando regresemos a la casa vamos a contratar Blim para verlas todas.

-Algo escuché de eso.- Una vez libre de todo, se volvieron a besar.- Igual vamos a quitarte esta cosita que tienes.- SeungHyun le pasó su pulgar por encima de su labio, acariciando el bigotito que se había formado con más claridad con el pasar de las horas.

JiYong se carcajeó.- No mames, por eso andabas chingue y chingue con mi barbilla, ?verdad? Yo pensando que era un gesto todo cuero.

-'Ora, mi vida, sí soy cuero, pero nomás lo sentí y me dio ansiedad.- Como para reafirmar lo dicho, acarició el vellito que ya lo raspaba un poco.

-Pues cuando lleguemos nos ba?amos y me rasuras, si quieres.- Sonrió burlón.

-Claro que quiero.- Volvió a besarlo.- Fíjate que hasta como que te ves más tierno.

-Ash, pero a mi no me gusta, y no quiero que luego andes con tus lloriqueos de que a ti no te sale.

-Bueno, eso sí, pero ya vas a ver, me voy a poner implante de barba.

JiYong lo miró com horror.- Ni se te ocurra, eh gordo.

-Hay, obvio es broma, mi vida, se ve regacho, luego les queda como bello púbico Además, como si pudiéramos pagarlo.- Se abalanzó para dar por terminada la minicharla y cuando iba a recostarlo, se detuvo.- Espera.- Tomó su chamarra y la extendió en el suelo para acostarlo encima.

-Ya estoy bien mugriento, gordo.- Se río por su dulce gesto.

-Si, pero ahorita te voy a encuerar, y no quiero que te empuerques todo.

-?A sí? ?Me vas a dejar servir Carmen Carrera realness?- Preguntó coqueto, dejando que el otro lo desvistiera.

-No sé de qué chingados hablas, pero diré que sí, mi amor.

Su marido lo encueró rápidamente, y sin quitarse el pantalón, sólo bajando lo necesario, SeungHyun se enterró en él de forma suave.

Ambos gimieron de alivio.

Pues sí, igual y sí tenían un amarre, pero a saber quién se los habría hecho, porque aunque nadie le creyera, él no había sido. Pero sí que sentían una incomodidad y ansiedad si no estaban juntos; al igual que era primordial tener contacto amoroso, sino, parecía que tenían síndrome de abstinencia cual vil adicto.

-Hasta so?é contigo llegando a mi cuarto para montarme bien rico, mi vida. Ya te imaginarás lo culero que fue despertar en el cuarto con todos esos apestosos roncando a mi lado.- Le susurró gravemente en el oído, embistiendo con tranquilidad en el cuerpo más peque?o.

-Yo tuve mucho frío.- Se sostenía de su cuello, besando cuánto alcanzara y sí, dejando un peque?o chupetón detrás de su lóbulo.

-Nunca volvamos a dormir molestos, mi amor, y menos si nos reconciliamos tan delicioso.- SeungHyun lo penetraba de una forma lenta, pero profunda, como si estuviera saboreando su regreso a la Tierra Prometida. No paraba de besar su rostro, sus labios y aunque quería bajar y hacerle de todo, no tenían mucho tiempo.

Cada vez se oscurecía más, y el mayor no quería encontrarse con algún coyote, o peor, un narco.

SeungHyun se acomodó en su lugar, arrodillándose para tomar de mejor manera las piernas que rodeaban su cadera, y aumentó el ritmo para hacerlos llegar a ambos, ya estaban a nada de hacerlo.

-Mier-

-Vente, chaparro, dámelo.- Lo penetró cada vez más rápido, hasta que escuchó a JiYong gritar agudamente y con tanta fuerza, que hizo eco en el silencioso prado.

El ranchero se siguió hundiendo en él, hasta que soltó un gemido profundo, pero mucho más discreto, y mierda, era justo lo que había necesitado todas estas horas, y por el gran esfuerzo que había hecho, se desplomó sobre el delgado esposo.

Pasaron unos segundos, en el que ninguno dijo nada porque literal, los sesos de ambos habían volado.

Pero pudo ver en los ojos de su esposo esa mirada de "?No que no, chiquito?" porque ni dos días después de renegar sobre cómo nunca en su vida iba a hacerlo en el monte, se había mordido la lengua.

Otra vez.

JiYong no se aguantó la pena.- Ay no me digas que cogimos en el pinche bosque, y grité como como la ninfómana que creo que soy.

SeungHyun soltó una carcajada, y por fin pudo sacar fuerzas para incorporarse un poco.- No pinches mames, te la ba?aste, hermoso, seguro te escucharon hasta en la parroquia, ah pinche chaparro.

-?Ya gordo!- Se tapó la cada com ambas manos.

-Es que tienes un vocerrón, que debiste ser soprano, mi vida.- El regio seguía jodiéndolo.

-?Ya, wey! ?Ay no, que pena! Y lo peor es que cogimos en el bosque.

-No es un bosque, mi vida, en realidad es una pradera.

-No, bueno, pues gracias por la lección, se?or flora y fauna.

-De nada.- Le sacó la lengua al momento que escucharon el ruido de unas pisadas.- La verga, ?lo que nos faltaba!- SeungHyun tomó la sudadera blanca, y cubrió a su esposo.- No te muevas, mi vida voy a ver quién es-

Su discurso de pánico fue interrumpido por un relinchido, que los hizo girar a ambos en dirección al sonido. Cuándo su esposo vio al caballo marrón, se le iluminó el rostro.

-?CHOCHE!- Gritó, y saliendo de su cuerpo con cuidado, se incorporó sin camisa, metiendo su pene al bóxer nuevamente. El animal iba solo.- ?No mames cabrón! ?Qué haces aquí?- Dijo acariciando el puente y su cabello.- Pinche wey, neta que eres un chingón, seguro te mandó el abuelo y no mames nos encontraste a la verga.- Su marido estaba tan feliz, que en otro momento se hubiera sentido celoso, pero la verdad es que Choche los iba a salvar.- Deja te ayudo, mi vida, y así ya nos vamos.

-?Y los conejos?- Preguntó haciendo un puchero.

-Pss mi reina tuvo un accidente, que se chinguen, además que yo se lo dije al abuelo, traer mujeres a la caza es de mala suerte, por eso no deben venir.- Dijo el regio burlándose de él y su tragedia.

-Ay ajá.- Lo miró indignado aunque se dejó vestir, no iban a pelear después de semejante reconciliación, así que lo dejó ser.

Una vez estuvo vestido, SeungHyun recogió sus cosas regadas por el lugar y las presas, que las colgó en la silla del caballo, Choche estaba tranquilo esperando para ser montado y llevarlos a su destino.

-?Puedes caminar, chaparro?- Preguntó el regio poniéndole su gorra que le había robado, una vez lo ayudó a incorporarse. Gritó de dolor cuando se apoyó en su pie derecho.- Okay, eso es un no, pero no hay pedo.- Lo cargó igual que cuando se habían casado, y lo llevó hasta el animal que relinchó suave, como si les dijera un "Ya culeros, apúrense".

Con un poco de dificultad, JiYong se montó en la silla y a los segundos, su gordo se subió detrás de él. No era la primera vez que se subía a un caballo, pero sí tenían un par de a?os que no; aunque lo tranquilizaba infinitamente tener a su ranchero abrazándolo por detrás, porque él sostenía las riendas y sabía montar como un campeón.

Su gordo golpeó ligeramente los costados del animal, que sin ninguna instrucción más, caminó por el trayecto que había tomado desde la casa. No iba rápido, pero tampoco lo querían explotar ya que los llevaba a los dos; los perros los seguían delante, como vigilando el camino.

-Me gusta más cabalgar, que manejar mi vida, ?sabes porqué?- Preguntó su marido susurrando en su oído y se estremeció un poco.

-?Por qué eres un ranchero?- Respondió sin joda, la verdad es que era lo más lógico para él.

-?No!- Se rió, y dejó un beso en su nuca antes de continuar.- Porque así puedo irte abrazando todo el camino, y darte besitos sin chocar.

JiYong soltó una carcajada por lo tarado que podía ser su gordo, y en el rancho lo era más, tal vez era el agua.

-?Y quieres saber qué es lo que más me gusta de ti, chaparro?- Preguntó el regio besando su orejita.

-Sí, a ver, dime.- JiYong recargó en su hombro, para poder mirarlo, aunque fuera en una posición rara e incómoda.

-Adivina.

-?Mis ojos?

-Noup.

-?Mis labios?

-Noup.

-?Mis nalgas?

-?Cuáles?- Le pellizcó su cachete por la pendejada que dijo.- Au, au, oye, trato de ser romántico por aquí.- Se sobó el área enrojecida.

-Eres un grosero.- Paró su trompita, molesto por su comentario.

-Bueno, ?matas tu pavo?

-Osh, pues sí, ya qué.- Se cruzó de brazos.

SeungHyun levantó un poco su sombrero para inclinarse y besar brevemente el puchero que tenía en los labios.- En la carretera me di cuenta que siempre puedo hablar contigo de cualquier pendejada por horas y horas y jamás me aburro...- Se acomodó la tejana negra, y lo miró fijamente a los ojos antes de seguir.- Al chile que sí eres mi mejor amigo, chaparro.- Vio los ojos de su hermoso esposo aguarse un poco.- Ay mi cielo no llores.- Lo besó en la mejilla, abrazándolo más.

-Eres un tarado.- Dijo sorbiendo su nariz.

-'Ora ?y porqué?- Preguntó riéndose el regio.

-Porque te encanta hacerme llorar.-JiYong se quitó las lágrimas que brotaron de sus ojos.

-Es que es bien fácil, chulo.- Besó repetidas veces su cachete, y selló todo con un besito en los labios.

-Tú también eres mi mejor amigo, gordo.

SeungHyun se abrazó más a él y siguió besándolo sin descanso en su cachetito, pero por alguna razón detuvo el caballo repentinamente. Eso dejó un poco extra?ado a JiYong, que lo vio desmontar y caminar un poco inclinándose sobre un arbusto y sin decir nada más regresó con algo detrás de él.

Una vez regresó a su lugar anterior, sintió su brazo rodearlo y dejar frente a él un racimo de florecitas blancas, giró su cabeza al arbusto y no vio más que hojas verdes y partes secas por el frío que ya rondaba el ambiente.

-?Qué?- Preguntó JiYong confundido, sin saber qué más decir.

-Pss nomás, las vi y te las quise dar.- Besó su oreja izquierda, quitándole la gorra para poner con mayor facilidad una de las florecillas ahí.- Te ves bien chulo cuando te pones flores en el cabello.

El chaparrito se puso turbo rojo cuando le cayó el veinte, además que el tono sincero en su marido indicaba que no tenía ningún tipo de segunda intención, sólo fue un gesto espontáneo como los que siempre le daban. No supo que más decir, sólo tomó el ramito improvisado que le seguía extendiendo, y agradeció bajito.

-Ay, hermoso, no te chivees.- El regio no trataba de joderlo, estaba más enternecido por su sonrojo. Lo había hecho en automático al ver las bonitas flores, no recordaba bien cómo se llamaban, pero le preguntaría a su abuelo apenas llegaran.

Continuaron en silencio pero abrazaditos durante todo el viaje de regreso a la poca civilización que había en el rancho, avanzaron a paso lento pero constante, mientras la luz se desvanecía de su alrededor, no necesitaban hablar, ya no.

Solo necesitaban estar en los brazos del otro, con eso era más que suficiente.

Cuando regresaron a la casa, ya estaba muy oscuro y vieron a sus primos que según iban a armar una enorme fogata con toda la madera seca que ha saber de dónde la habían conseguido. Conociendo al culero de la Aguja y el Comal, se la debían haber robado a do?a Martha, que siempre mandaba a sus nietos a cortar madera, pobres chamaquitos, los explotaban.

Se bajó de Choche, para ayudar a bajar a su chaparrito, que aún debía dolerle el tobillo.- ?Puedes apoyarte, mi vida? ?O te cargo?-Preguntó sujetándolo de la cintura, y el menor dio unos pasitos, pero trataba de no recargar nada de su peso en el pie derecho.

-Creo que sí puedo, pero ayúdame a caminar.- Dijo haciendo un puchero, que el ranchero no dudó en besar.

-Vamos con la abuela, para que te ponga algo.- Prácticamente lo cargó de la cintura, y JiYong se rió por la acción del otro.

-Ya mejor cárgame, ?no?

-Intento dejar que seas un chavo fuerte e independiente, pero si insistes.- Se agachó y lo cargó estilo nupcial, provocando que su esposo lo rodeara del cuello con un brazo, porque con la otra mano seguía sosteniendo sus flores que se negaba a abandonar.

-?Cuál insistir? Tú que te encanta ser un macho ranchero, rescatando damiselas.

-Yo no rescato damiselas, mi vida, sólo a mi reina, a mi gran se?ora.- Lo besó en la mejilla.

-Tu cola.- JiYong le acomodó el sombrero porque cada vez que lo besaba, se le movía.

-Que te encanta.- Levantó las cejas coqueto.

-La neta sí, esos a?os en beisbol son lo mejor que me ha pasado.

-Cuando quieras nos metemos a ese equipo que juega cerca de la casa, además que juegan en parejas, muy cueros todos.- SeungHyun había sido invitado la semana pasada por unos amigos del edificio que igual iban.

-?Ay, no! A mí me vas a tener que pagar mis nalgas si quieres ver resultados, porque ya vi que la vida me bendijo en todo menos en esto.- El chaparrito renegó, porque ya había intentado de todas las formas, pero nomás no le crecía ni un centímetro de glúteos.

-Pero mi vida, esa nalguita tan sabrosa que tienes me encanta, es chiquita pero gourmet.

-?Ya gordo!- Escondió su carita hermosa en su hombro, y él sólo siguió avanzando a su destino.

Podía ver en la cara de todos los que se habían topado, que trataban de reprimir sus burlas y comentarios chingando sobre como ya estaban reconciliaditos, porque era difícil disimular la felicidad que sentían al estar bien de nuevo, con sus carcajadas y sonrisotas de oreja a oreja mientras se usaban ese tono cari?oso con el que sabía que siempre hablaban el uno con el otro.

Pero en fin, tampoco es cómo si le importara lo que ellos pensaran, lo importante era que ya estaba bien con su chaparro, a unas pocas horas de que comenzara su cumplea?os, y ya no deberían tener ningún altercado más, todo estaba hablado.

Aunque con su chaparrito nunca se sabía.

Ya era tarde y solo los "chavos" seguían pistiando alrededor de la fogata, ya tenían un par de horas que los demás se habían ido a acostar, porque ma?ana había mucho que hacer en honor a su cumple, pero ellos jalaron a quedarse a contar historias de terror, ovnis, y todas esas chingaderas, pero ya estaban llegando a la parte que más horror le daba a todos ellos, los hijos.

-?Se los juro! Sigan mi consejo, no tengan más de un chamaco. Cuando nació JiWon era la cosita más linda y tierna del mundo, pero sus hermanas sólo lo vinieron a alborotar, y ahora no sabemos qué chingados hacer con los tres, a cada rato se anda metiendo en pendejadas tras pendejadas, ?verdad, amor?- DongWook era el único -aparte de él- que estaba casado de todos los primos, pero el único de todos -hasta ahora- que tenía bendiciones.

Bom estaba arrejuntada desde hace muchos a?os, pero como no tenían papel, no era legal decir que estaba casada, y también por lo inestable de su relación. Tampoco querían hijos, y prácticamente se la vivían en peda eterna, así que -siendo él muy tradicional- para SeungHyun sólo estaba de novia viviendo con su morrita.

Pero todos los demás eran solteros, algunos con muchos ligues, a excepción de Yoda y La Tía.

Cada vez que veía a su primo con su esposa tan cari?osos, se le revolvía el estómago. No, no de celos de hermanos, sino porque Siete era un cabrón, hijo de puta infiel y mujeriego de lo peor. En el bajo mundo, todos sabían porqué era "siete", y es porque siempre traía mínimo siete viejas a la vez. El muy cabrón decía que era su número de la suerte.

Todos sus primos y él fueron muy cercanos de ni?os, pero SeungHyun siempre se sintió un poco excluido de ellos en ciertos aspectos, tal vez por ser el más chico y consentido por la familia, o simplemente porque no podía -ni quería- seguirles el cuento de sus locuras de faldas cuando se hicieron mayores, y eso aumentó la brecha natural que tenía su relación.

Los apodos que usaban ahora, poco tenían que ver con las formas en los que sus padres y abuelos los llamaban cuando eran peque?os, excepto él, que no había cambiado, sólo digievolucionó. Siempre le habían dicho Lobo o Lobito, pero cuando se juntó con su se?ora, en joda, lo comenzaron a llamar Lobo Domesticado, que la verdad no le molestaba en lo más mínimo, ya que era totalmente cierto, era "un loco enamorado" de JiYong.

Sintió una mano en su quijada, y un besito en su sien, que lo hizo sonreír como pendejo.- ?Y nosotros cuántos vamos a tener?- Susurró su chaparro en su oído, lamiendo un poquito su oreja.

Uno de los peque?os placeres que podía darse en la vida, era tener a su chulo sentado en sus piernas, le daba siempre una sensación tan bonita, sobre todo porque tenía su cuerpecito al alcance de sus manos, le mamaba sentirlo tan cerca.

-Oh, pss no sé, ?Cuántos crees que aguantes?- Le dio un pellizquito en su nula lonjita, y besó sus jugosos labios.

-Yo quiero tres.- JiYong le sonrió hermosamente, quitándole su sombrero para ponérselo.

-Ah numa, pensé que sólo uno.- El regio lo miró sorprendido con el número nada modesto.

-Cuando era un ni?o meco, sí quería uno, pero luego crecen muy solitos y ya luego pensé "ay, pues dos", pero obvio les puede tocar una hermana culera como la mía y dije "debe ser más fácil que si son tres, aunque sea uno de ellos se lleve bien con los dos".- Explicó todo tierno su amorcito la lógica -bastante lógica por cierto- detrás de su de su respuesta.

-?A poco crees que sí aguantes los tres?- Preguntó el ranchero ilusionado, él también quería tres bebés.

-Yo digo que sí, soy un chingón.- Puso expresión presumida, estaba seguro que podría con el paquete.

-Claro que sí, eres la verga, mi vida.

-No, tú eres la verga.- Le dio un beso de esquimal, y otro en la frente. Dios, se veía tan hermoso con su tejana.

-?Dios! ?Bájenle a su miel! Me voy a vomitar.- ChanYeol les lanzó una lata vacía de cerveza.

-No es nuestra culpa que seas una solterona, Yoda.- SeungHyun lo molestó, y como que se le hizo raro que él se quejara. Con todo y su mala suerte en el amor, era el más alivianado de todos, y para nada amargado, sólo era medio bruto.

Vio al más alto de sus primos levantarse de su silla -habían sacado todas las que pertenecían al comedor para irse a sentar en la fogata- y caminar hacia el pasillo que daba a la calle principal. Eso lo extra?ó muchísimo.

-Voy al ba?o, amor.- Dejó un beso en sus labios, y se incorporó de sus piernas, le sonrió antes de dirigirse a donde le había dicho.

Se quedó viendo a su esposo irse por la oscuridad, y bendito dios ya estaba mejorando su tobillo, porque el cojeo ya era mínimo. Aunque se le hizo muy raro que no le hubiera pedido acompa?arlo, porque el ba?o estaba en la casa de a lado, que era donde sus tíos y Yoda vivían.

Tuvo un mal presentimiento… Y recordó algo que había estado ignorando desde hace dos días.

No, no habían hablado de todos sus dramas, su chaparro aún no le había dicho porqué mierda tenía un grupo con ChanYeol y La Tía, pero lo más importante, porqué había borrado la conversación, incluso la que tenía directamente con su primo más alto… Sabía que estaba mal haberle revisado su iPhone, pero era simple curiosidad.

No, no, y no.

No debía pensar en cosas que nada qué ver, ellos se veían máximo una vez al a?o si es que se veían, además que su esposo siempre estaba pegado a su lado cuando iban al rancho, no había forma, ni la más mínima de que ellos-

Una trompeta seguido de unas guitarras se dejó escuchar en medio de su colapso nervioso, y guió su mirada en la dirección en dónde sonaba el mariachi.

Quedó frío.

JiYong caminaba hacia la fogata, con los mariachis -y ChanYeol que grababa con su teléfono- detrás de él, le dedicó una sonrisa y sólo ahí pudo notar que sostenía un ramo de girasoles.

-Eres mi bien, lo que me tiene extasiado.- JiYong comenzó a cantar y su primera lágrima cayó.- Por qué negar que estoy de ti enamorado, de tu dulce alma que es toda sentimiento.- No podía dejar de ver a los ojos a su chaparrito, que le gui?ó un ojo.- De esos ojazos negros de un raro fulgor, que me dominan e incitan al amor, eres un encanto eres mi ilusión.- Ya no pudo sostenerle la mirada, y la bajó.-

Dios dice que la gloria, está en el cielo, que es de los mortales el consuelo al morir.- Pudo ver en el piso los zapatos de su amado, y sintió algo en su cabeza, le había regresado su sombrero, pero no quiso enfrentarlo, porque sabía que iba a romper a llorar más fuerte.- Bendito Dios, porque al tenerte yo en vida, no necesito ir al cielo tisú.- Se agachó un poco y lo hizo mirarlo, antes de terminar la estrofa.- Si alma mía, la gloria eres tú.- JiYong se abrazó a su pecho y ya no pudo, se puso a chillar como el bebé que era.

SeungHyun estaba muy conmovido, nunca creyó que su chaparro haría algo así para él. Amaba que cantara, en especial si era para él, pero también sabía del pánico escénico que podría darle si no estaba lo suficientemente alcoholizado o si no era alguna canción que tono de broma. Por eso significaba aún más el hecho de que haya tomado el valor de dedicarle esta hermosa canción, y más frente a todos sus primos, sin micrófono y sin una gota de alcohol.

La canción siguió, supuso que debían tener más de un vocalista entre de los mariachis.

Se agachó un poco para abrazarlo mejor, y lo sintió temblando.

-Te amo, hoy sí que me la hiciste.- Ahora entendía porqué siempre hacía llorar a su esposo cuando le daba serenatas.

-?Te gustó? ?Lo hice bien?- Había mucha inseguridad en su voz, y no pudo enamorarse más de ese tontito.

-Me encantó, ya sabes que amo como cantas.- SeungHyun besó su cuello, para tranquilizarlo.

-?No crees que fueron mucho las flores?- Preguntó separándose de su escondite, y mostrándole el ramo, apenado.

-Claro que no, son muy bonitas, muchas gracias chaparro.- Le acarició la suave mejilla.

-No te gustaron.- Dijo JiYong entrando en pánico.

-?No!- Gritó riendo al ver su cara, la sostuvo entre sus grandes manos.- Es sólo que nunca me habían regalado flores.- Besó brevemente sus labios, y volvió a abrazarlo.

Siguieron en esa posición, hasta que terminó la canción, y "Las ma?anitas" comenzaron.

Todos sus primos le cantaron, y él trató de secarse las lagrimas con su ropa. Hijos de su chingada le habían sacado la mierda llorando, y por la expresión que tenían, estaban más que enterados del plan de su chaparrito.

Sintió cómo JiYong rodeaba su cuello, aún con el ramo en su manita.- Feliz cumplea?os gordito, gracias por vivir tanto, pero más porque lo haces a mi lado.- Se puso se puntitas y lo besó, ahora sí con más ganas. ?l sólo le respondió y lo acercó de la cintura tanto como pudo.

La verdad es que no escuchaba nada lo que pasaba a su alrededor, porque estaba demasiado concentrado en esas carnitas ricas como para importarle la dedicatoria de su familia, pero tuvieron que separarse por el líquido frío que los ba?ó a ambos.

DongHae y MinHo habían destapado dos latas de Tecate, y los habían empapado.

-?No mamen, pendejos! ?Está fría!- Gritó SeungHyun medio riendo medio con ganas de matarlo.

-?Felicidades primo, ya estás bien ruco cabrón!- La Aguja ignoró por completo su reclamo, y le dio un amistoso apretón en el hombro.

-?Sí wey, pero con mi se?ora no te metas!- Le dio un zape al mayor.

-Sorry, fresita, fuiste da?o colateral.- DongHae juntó sus manos como suplicando, pero no se veía muy arrepentido.

JiYong sólo negó, limpiándose con el dorso de su mano izquierda.- Está bien. Sólo ppr hoy les doy chance y se los presto tantito.- Dijo riendo y haciéndose a un lado, pero SeungHyun no quería alejarse mucho de él, así que lo tomó de su mano libre, y con la izquierda abrazó a todos sus primos que uno a uno lo fueron felicitando, incluyendo a HanByul, que recibía reclamos de su primo Siete, que porqué nunca le había dado serenata, que ya basta de machismo y que a ver cuándo le traía una.

Se ahorró el feo comentario que quiso dar, por el bien de su cumplea?os y del matrimonio de éste.

Sintió un apretón, y sonrió, lo bueno es que su chaparrito siempre estaba cerca para darle paz.

-Mira lo que te conseguí, primo, sé que te gustan, así que te la mandé a traer.- San SiWon era el más chido de todos, porque al igual que La Tía, lo trataba com mucho cari?o y lo consentían, sacó algo detrás de él y le mostró una botella de Dom Perignon, eso le recordó las dos botellas que habían escondido de su familia para que no se las pidieran abrir.

Las iban a tomar en algún momento su próximo aniversario, el veinticuatro de diciembre.

-?No mames pinche Santito! Siempre le regalas cosas perronas al Lobo, y a mí una triste camisa.- DongWook renegó, rodeando el cuello del san pretino, y arrebatándole la champange -carísima por cierto-.- Lo bueno es que Lobito no es egoísta y nos la va a convidar, ?verdad?

SeungHyun podía ser codo, pero no egoísta, así que asintió incómodo, más porque el gorrón de su primo lo comprometiera frente a todos, que por tener que compartirles.

El mayor de todos mandó a ChanYeol por las copas para brindar, y a todos ya se les estaba haciendo agua por el costoso alcohol.

SiWon le sonrió mostrándole los hoyuelos que compartían, y se acercó para darle su abrazo, que correspondió con el mismo cari?o.- Te dejé una extra junto a las que tienes en la bodega del abuelo.- Susurró el mayor en su oído.- Sabía que esto pasaría, pero así es mejor, para que no digan que tengo favorito.- Le dio una palmadita en su cachete y le gui?ó un ojo a JiYong que no debió escucharlo.

SeungHyun sonrió más ampliamente, porque sí, era el favorito de la familia, y al chile que le encantaba serlo.

Al parecer no dejaría de ser un bebé aunque tuviera treinta.

Sus manos le dolían al igual que su espalda, porque ya no estaba acostumbrado a esas largas sesiones de ensayos. El peso del acordeón lo estaba matando, y más que treinta, estaba seguro que había cumplido sesenta como mínimo, porque no encontraba otra causa para semejante cansancio. Lo bueno es que las cheves no habían parado, y como era su cumplea?os todos le pichaban de todo, hasta le cumplieron su antojo de duraznos -que pelaron por él- aunque ya no era temporada.

-Te ves muy guapo, mi vida.- JiYong lo abrazó por detrás, y sintió besitos sobre la gruesa tela.

-Pero no más que tu, hermoso.- Se giró para besarlo en los labios, porque ya tenía demasiadas horas sin su respectiva ración de amor.

Llevaban casi todo el día separados, su esposo en su enésimo intento por ser una ama de casa modelo, y él ensayando como burro además de ayudar con los arreglos finales de la mega peda de su cumple.

Todos podían estarle disparando hasta los chicles, pero en el rancho todos trabajaban, vaya mierda injusta.

Así que decidió relajarse un ratito en los brazos de su precioso antes de salir a tocar, porque en todo el día no pudieron tener sus cinco minutos Milkyway, solo unos cuantos besitos en la hora de la comida. Que por cierto, muy buena la barbacoa que había hecho su se?or padre, presuntamente su chaparrito había colaborado, pero no estaba seguro si picar la cebolla contaba como "colaboración".

-No tienes idea de cuántas cosas quiero hacerte vestido así, gordo.- Susurró su chaparrito, restregándose en su pecho.

-?Ah, sí?- Respondió con voz ronca, porque aunque no sabía qué tanto, se hacía una idea.

-Sí.- Le apretó con fuerza una nalga y lo hizo respingar, esa no la vio venir.

-Nambre, mi vida, tienes razón, no tengo ni pinche idea de qué quieres hacerme.- No quería mostrarse nervioso, pero le tembló la voz.

-?Quieres que te muestre?- JiYong comenzó a acariciar su pene sobre el pantalón, y este respondió inmediatamente al toque de su verdadero due?o.

Se relajó ante el toque.- Me muero de ganas, chaparro, pero creo que ya debemos irnos.- Sí, con todo el dolor de su alma le tenía que decir "'pérate, al rato le seguimos" porque si llegaba tarde, no sólo no se la iba a acabar, sino que sus primos eran muy capaces de aumentar el repertorio, y le habían prometido que sólo sería media hora.

-Anda, dos minutos.- JiYong lo sostuvo de la nuca, para acercarlo y tener acceso a su cuello, en donde sí, iba a dejarle su marcota, para que a la pobre diabla -o diablo- que quisiera insinuársele, le llegara la se?al fuerte y clara.

Tampoco es como si tuviera la oportunidad de que alguien se le lanzara, porque apenas ponía un pie en la plaza del pueblo, JiYong no se le despegaba ni para miar, y lo agradecía la verdad, porque odiaba decirle a la raza que no cuando le pedían fotos -tampoco era famoso- y era más fácil decir "Lo siento, mi esposo dice que no". Hasta parecía su manager, y pues casi casi, porque él se encargaba de guiar su vida; la gente se medio chiveaban, pero era mejor para su salud mental. No le gustaba que desconocidos se le acercara tanto; platicar de lejitos, todo lo que quisieran, pero eso del contacto físico "ídolo/fan" era otra historia diferente.

-?Lobo, ya vamos!- SiWon tuvo la amabilidad de tocar sin entrar, y sacó a ambos de sus pensamientos, y terminaron por reírse.

-Esa fue mi llamada, belleza.- Besó sus labios y lo tomó de la mano para salir del improvisado camerino, que parecía más un cuarto de limpieza, pero al menos había servido para su cometido de cambiarse solo.

-Y yo que estaba a nada de darte tu regalo.- JiYong hizo un puchero, y caminó junto al mayor.

-Creí que mi regalo era la serenata y esto.- El regio se?aló su cuello, en donde el chupetón se dejaba ver en todo su esplendor.

-Sí, pero quería darte otro regalo.- Gui?ó su ojo y sonrió coqueto.

Puso dramáticamente su mano sobre su pecho, como si le hubiera atravesado el corazón con una flecha.-Uff mi vida, no sé si merezca tanto, me estás matando con tanto amor.

-Claro que sí, gordo, te mereces esto y mucho más.- Su chaparrito se rió de lo payaso que era, y se abrazaron, JiYong restregó su carita contra su fuerte pecho, jugando un poco con los hilitos que colgaban en la espalda del traje que usaba.- Ahora sube con esos cabrones, y demuéstrales quién es el más chingón del grupo.- Lo tomó de los cachetes, para darle su besito de la buena suerte.

-Obvio el más chingón eres tú, mi vida, sobre todo si mueves esas caderas peligrosas que me ponen bien tieso.- Susurró, y acomodó su sombrero, para caminar a donde sus primos lo esperaban para comenzar el show.

-?'Tons qué?- Dijo después de darles a todo un saludo muy varonil con la cabeza, buscando su acordeón para sacarlo de su estuche y colocárselo en los hombros.

-?'Tons qué, de qué?- Dijo Siete que tocaba el bajo y era la voz principal.

-?Con cual abrimos?- SeungHyun no era pendejo, pero esos weyes siempre cambiaban las canciones a última hora, con tal de complacer al público ojete. Y no es que fuera un ingrato, ya que la gente del rancho siempre los apoyaban, pero igual les pedían cada canción, que si no fuera porque eran unas vergas, no sacarían ni la más pinche.

La neta es que los ensayos eran más para agarrar la práctica y recuperar condición, porque casi casi de rockola los traían.

-Es tu cumple, compa, yo digo que puras del Gallito de Oro y el Chapo, en tu puritito honor.- Dijo SiWon que le puso una mano en el hombro y le dio un apretoncito amistoso.

-??En serio!?- No quería sonar tan emocionado como estaba, pero no lo pudo evitar.

-Simón.- Confirmó Siete.

-?Hasta que ensayamos como personas normales!- Porque sí, creyó que por ser su cumplea?os le habían dejado las rolas del ensayo, pero todo indicaba que no.

-?Sorpresa! ?Una más de las que te tenemos, primito!- DongHae se veía inusualmente alegre, y ahí tuvo un mal presentimiento, pero decidió ignorarlo, al menos por ahora.

-?'Tons abrimos con "Lobo domesticado"?- Sugirió MinHo, estirándose, listo para colocarse su pesado instrumento.

-?Sí! Porfa, primo, deja que yo se la cante a mi chaparro, tengo que reivindicarla.

Los muchachos entendieron al instante, y Siete sólo levantó su pulgar en aprobación.

Con renovadas energías, se subieron a la tarima a tocar.

Todo iba hermoso, excelente diría él.

JiYong bailaba con sus tías en primera fila, lanzándole besos que él obviamente regresaba con el mismo cari?o y sin pena alguna. Tocaba el acordeón como el profesional que era, y amaba la forma en que su chaparrito movía sus caderas peligrosas al ritmo de las canciones que tocaban, coqueteándole para nada discreto desde su privilegiado lugar en la plaza del pueblo, donde era protegido por sus demás familiares montoneros, de ser aplastado junto a las demás mujeres que danzaban con el mismo entusiasmo pero más recatadas.

Nada podría joder este mágico momento, o eso quería creer.

Su repertorio no se había alargado mucho, según sus cálculos llevaban la media hora que les habían dicho, y esta que estaba por terminar -Para que regreses, de su poderosísimo Chapo de Sinaloa- sería la última. Como ellos no tenían trompetista y la suya debía estar en casa de sus padres, él hacía esa melodía con el acordeón, y era maravilloso. Le mamaba tocar esa canción con su instrumento favorito.

Ya para este momento de su vida, debía aceptar que diosito sí existía, y que se la traía especialmente contra él, y por defecto, con su chaparrito.

Terminó la canción y mientras la gente les aplaudía pidiendo una más, el pilón, pudo ver a lo lejos una camionetota negra llegar, y a los pocos segundos de detenerse, bajó la emisaria de satanás.

Quedó petrificado.

-Aquí está tu regalito, pinche Lobo.- DongWook le susurró en el oído, antes de darle una nalgadita de primos, y levantó su pulgar en dirección a su esposo que le regresó el inocente gesto, ajeno al pinche tsunami de caca que se les acercaba.

Giró para ver a sus demás primos, que a excepción de San SiWon y Yoda, le sonreían burlones, esos hijos de puta lo habían planeado, y la pregunta era ?Qué habían confabulado exactamente?

-?Mi amor!- Gritó su prima Dara la loca o para los compas, la Whiskas y sí, era un apodo horrible, pero la culera se lo había ganado a pulso con los a?os.

Aunque era su prima hermana, la cabrona le echaba los perros desde chiquillo, y eso había provocado que creciera con un rechazo natural hacia ella, nunca quiso contarle a JiYong sobre esa obsesión incestuosa que tenía la mayor por él, porque sabía que lo predispondría a guardarle rencor a la mujer, pero fue imposible, su chaparrito heredó su repudio al instante de conocerla.

Bueno, igual tenía mucho que ver que Dara nunca dejó de insinuársele, y que no era para nada sutil con sus intenciones. No tenía ni tantita madre la culera, o sea, no todos en Monterrey eran así.

?l por ejemplo.

-?Mi amor!- Hasta aquí pudo oler la gran cantidad de alcohol que debía tener en su sistema, si venía gritando "mi amor" desde cincuenta metros atrás mientras intentaba atravesar el mar de gente, que se giraron para ver quién era la desquiciada que berreaba desde tan lejos.

?Porqué me odias, diosito?

Cruzó mirada con su chaparrito, y sí, ya estaba en modo ataque.

Algo que debía admitir el regio, es que no entendía cómo Sandara había sobrevivido tanto tiempo viva, si le encantaba jugarle al verga frente a su amorcito. SeungHyun admiraba totalmente el autocontrol de JiYong, porque la neta sí que le había pasado bastantes a la san petrina.

Pero había una enorme probabilidad de que hoy por fin rebasara su límite.

Dara caminaba con torpeza en dirección a la tarima en donde estaban, porque además de tambalearse por su estado etílico, llevaba unos enormes tacones que a?adieron otro grado de dificultad al tener que caminar por terracería, para llegar hasta la plaza del pueblo, que estaba abarrotada de personas, que no parecían querer darle el paso.

Deseó con todas sus fuerzas que ese mar de racita chida, se la tragara escupiéndola en China como mínimo, pero sabía que no pasaría. No cuando se acercaba más y más a ellos, y el terror fue aumentando, porque no tenía ni la más mínima idea de qué estaban tramando.

Estaba petrificado en su lugar aunque algo en el fondo de su mente le decía que lo mejor era irse de ahí cuanto antes, total, si ellos querían echarse una más no lo necesitarían. Pero no pudo, solo vio a la mujer acercarse mas y más, hasta que llegó a la tarima, donde Siete bajó para ayudarla a subir.

?Qué mierda?

-?Bueno muchachos! Sé que ya fue nuestra última rola, pero queríamos ver si nos daban chance del pilón.- La gente empezó a gritar con aprobación, saliendo del mutismo en el que se había sumado la plaza popular.- A decir verdad no es exactamente una nuestra, porque necesitamos de la ayuda de nuestros mariachis adorados, así que les pido un fuerte aplauso para ellos.- Los ocho hombres que pertenecían al grupo oficial del pueblo subieron a la tarima, los reconoció al instante, eran los mismos que en la madrugada le habían llevado la serenata.- Es una canción muy especial, porque aquí mi primita linda.- Puso un brazo en el hombro de la mujer a su lado.- Le tiene una dedicatoria al Lobo que está cumpliendo sus pinches treinta a?os. ??chele primo!

Las trompeta comenzaron a sonar junto a las guitarras y abrió muy grandes los ojos al reconocer la maldita canción al instante, todo el público igual lo hizo, gritando emocionados por semejante rolón.

SeungHyun giró a ver a su chaparrito, que decir que estaba echando fuego por la boca era poco, por primera vez en su vida parecía un dragón de verdad, y para acabarla de joder uno muy emputado, no creía que necesitara escuchar drakaris para quemarlo todo a su alrededor.

Sintió un cosquilleó en la verga, porque nunca dejaría de ser un caliente, pero se sacudió ante las primeras líneas que cantó Sandara.- Tenemos que hablar de mujer a mujer.

La gente comenzó a chiflar y a lanzar sus gritos rancheros.

No diosito, todo menos esto.

?Qué verga estaba pensando esa idiota? ?Neta le estaba dedicando "La Gran Se?ora" frente a todo el puto municipio? Porque si su mala suerte no era suficiente, gente de otras rancherías había bajado por el bailongo express que se había organizado en su honor.

?Eran primos, carajo!

Vio a DongHae y Siete cagados de risa, pero trataban de disimularlo tanto como podían, o sea nada. ?l por el contrario estaba sólo estaba de pie inmóvil, pero no fue sino hasta que conectó su mirada nuevamente con JiYong que supo qué hacer. Le hizo una peque?a reverencia al público, fue a donde estaba su estuche y guardó su acordeón, dejándolo ahí, que lo recogieran esos hijos de puta después, él no iba a prestarse para su jueguito.

-Yo voy a pelear y defender mi honor, yo soy su se?ora y mucho me ha costado.- Dara no cantaba mal, pero le revolvía el estómago cada nueva frase, nunca había disfrutado particularmente de esas canciones, pero a su bonito le encantaban. Odió un poquito a la mayor por arruinarle algo que compartía con su esposo, pero no le daría el gusto de salirse con la suya.

Se bajó de la tarima, y caminó hacia su chaparrito.

Pero todo indicaba que no iban a cortar el tema por lo sano.

-No sé cómo entraste, no sé cuando fue.- Dara cantaba sin inmutarse de su claro desaire.- No sé qué le diste para atarantarlo.

SeungHyun tenía que sacar a su esposo de ahí, antes de que ocurriera una tragedia -o tragicomedia mejor dicho- que los hiciera ir a la comisaría, llegó con él y lo tomó de la mano, pero él se negó a moverse.

-Lo que sí te digo es que aquí somos tres, y este triangulito no me está gustando.- Su chaparrito le apretó la mano, y casi sintió crujir sus dedos.- Vas a comprender y respetar quien soy, si no es por las buenas pues será a madrazos.

No quería ver semejante espectáculo, porque más que coraje sentía perro oso, pero con la última palabra tuvo que girarse, porque JiYong tuvo toda la intensión de correr a matar a su prima. Afortunadamente lo tenía bien agarrado, pero pudo ver la malicia en toda la cara de Dara, no, esto no había terminado.

-Se necesita más que una cara bonita, se necesita más que un cuerpo sin estrías, se necesita más que una mente perdida, para ser esa intrusa que de mí se ría.- Dara los miraba sólo a ellos, o mejor dicho, a su esposo.- Y aunque estés viviendo en la plena juventud, yo tengo la experiencia y la familia es mía.- Cómo si no fuera suficiente el ridículo que hacía, se?aló a toda su familia, que estaba detrás de ellos.

-Vámonos, chaparro.- Susurró el ranchero con súplica.

-No me vas a robar lo que yo me gané.- Con tambaleos, fue bajando del escenario, sin dejar de cantar.

-Me está dejando en ridículo.- Había tanto coraje en su voz, que ahí supo que su prima no iba a salir con sus extensiones completas.

-El ridículo lo está haciendo ella, vámonos, por favor.

-Aunque seas esa intrusa que se le acomoda, él no me dejará, pues sabe quién es quien, soy la que con sus hijos tiene la corona.- Caminaba peligrosamente en su dirección.- Vas a resbalarte pero a otro rincón, porque este es mi hombre, y yo su gran se?ora.- Llegó frente a ellos y sin previo aviso, le puso una mano en su nalga derecha, pero SeungHyun no pudo dejar de ver a JiYong a pesar de eso.- Pinche vieja pioja.

Eso fue lo último que escuchó, antes de sentir que su prima se le abalanzaba, tal vez ingenuamente creyendo que lo besaría o no estaba seguro de qué maquinó en su mente, pero su inconsciente había soltado la mano de su chaparrito, apenas escuchó ese "pinche" de la mujer.

Pobre Dara, ya estaba muerta, nomás no le iban a avisar hasta que estuviera en el ataúd.

-?YO SOY SU GRAN SE?ORA, EST?PIDA!- JiYong la había tomado del pelo y la arrastró hasta dejarla tirada el suelo.- ?Y LA FAMILIA ES M?A!- Se puso sobre la borracha, y la comenzó a cachetear.

-?Ayuda!- Gritó aterrada Sandara, pero sin soltar el micrófono.- ?Es un vato, me va a matar!

-?No que nos íbamos a arreglar a madrazos, pendeja?- Le jaló más el pelo, pero la otra sostuvo sus brazos, para intentar detenerlos.

-?MEJOR A PUTAZOS!- No sabía de dónde le había salido ese brote de valentía, pero sólo le duró un segundo.

Con esa palabra, había firmado su sentencia de muerte.

Todo estaba pasando tan rápido que nadie sabía qué debían hacer.

Es decir, sí, JiYong era hombre, pero no era tan fuerte como uno "promedio", prácticamente pesaban y medían lo mismo, además que su gatito sólo la estaba rasgu?ando y jaloneando tantito. No es como si la estuviera pateando o golpeando a pu?etazo limpio, había visto más violencia brotar de él cuando fueron a kick boxing como dos semanas.

Su prima estaría bien.

-?Lobo, detén a tu mujer!- Su papá lo empujó, y bueno, una vez más le comprobaban que todos veían a su esposo como una dama.

Una dama muy perra, al parecer.

-Chaparro.- Sólo dijo, pero éste sólo se giró y lo vio amenazante.

-No, ya le pasé un chingo-

-??l es mío! ?Yo me lo comí primero!- Gritó la idiota borracha.

Todo el público contuvo el aliento ante su declaración.

-?Dara!- Gritó molesto, oh no, ahora todo el pueblo -y más allá- iba a pensar que era un incestuoso de mierda, al igual que ella.- ?Eso no es cierto!

Aunque la mayoría ya sabían que estaba bien pinche loca, rezó para que ellos corrieran la voz entre los que no.

-?Claro que sí, fui tu primer beso!- Ante esa declaración, JiYong le tomó la cara con sus garritas y la rasgu?ó, provocando que gritara de dolor y dejara de decir mamadas.

Sandara intentaba alejarlo, pero SeungHyun conocía el agarre de esas manitas, no la iba a soltar hasta que se retractara o le sacara los ojos, lo que ocurriera primero.

-?Ya cállate, chorera de mierda!- Volvió a jalonearla, pero cuando vio que JiYong tomó una botella de caguama que a saber dónde carajo había salido, decidió que ya era suficiente.

-No, chaparrito, no puedes ir a la cárcel.- Le arrebató la botella de vidrio y la tiró suavemente a un lado.- Nos vamos.- Lo tomó como costal de papas y se lo puso en el hombro, saliendo del lugar.

Su prima gritó de dolor como nunca, y se giró sólo para notar que la había medio arrastrado unos pasos, porque su esposo no la había soltado del pelo, o bueno, de sus extensiones, y ahora tenía un mechón de cabello negro falso en la mano.

Ah qué pinche sexy era su chulo cuando se emputaba.

-?Le robé su primer beso, eso nunca lo vas a cambiar!- Aún toda jodida, seguía picando a su dragoncito.

Su chaparro seguía intentando zafarse.- Ten tu pinche peluca de mierda.- Le lanzó la pela, que obviamente no llegó lejos.- ?Si te vuelvo a ver te mato!

-?No si yo te mato primero!- Dara estaba rogando porque la acabara.

Cómo quería joderla por sentirse muy chingona, hizo el ademán de poner a su esposo de nuevo en el suelo, y todo el pueblo contuvo el aliento una vez más.- ?Ah, se crean!- Gritó, acomodándose mejor el cuerpo chaparrito, y caminando hacia la casa de sus abuelos.

-?Yo soy la Gran Se?ora! ?Yo soy Choi JiYong! ?La madre de sus hijos! ?Su único amor! ?Pelada igualada! ?Gata de mierda!

JiYong no dejaba de mentarle la madre, pero repetía más que nada que "?l era la Gran Se?ora" y que nadie le estaba quitando a su marido, que estaba inventando todo, insinuando mamadas ficticias, etc.

Ah, su Gran Se?ora, al menos nadie le podía decir que no tenía una tremenda potra que lo defendiera a él y su honor. Ahora nunca más podría escuchar esa canción sin cagarse de risa, pinche chaparro explosivo, últimamente había peleado más que de costumbre.

Sonrió, y le soltó una nalgadita para que se callara, le dijo que estaban muy retirados y sólo estaba gastando su vocecita hermosa.

No funcionó, pero al menos le tocó su nalguita sabrosa.

Si alguien le hubiera dicho diez a?os atrás que su prima y el amor de su vida iban a agarrarse a madrazos por ver quién era La Gran Se?ora, jamás lo hubiera creído.

Principalmente por JiYong.

Sonrió, porque sí, se había casado con Su Gran Se?ora, la única en su vida.

JiYong no esperaba para nada esa pelea con la pinche resbalosa de Dara, pero eso de que le había robado su primer beso era el colmo. Le había pasado muchas, incluso agarradas de nalga en su cara, por eso al verla toda desgre?ada en el suelo, era una maldita satisfacción que nunca creyó necesitar hasta ahora.

SeungHyun lo llevaba cargado en su hombro, y él no dejaba de patalear, porque tenía tantas ganas de matarla de una vez por todas.

-Pinche chaparro, hoy sí le diste en la madre a la Whiskas.

A JiYong le valía madre el obvio escándalo que había protagonizado, sólo esperaba que ya con eso le quedara bien claro a la zorra esa -y a todo el mundo- que con su gordo nadie se metía.

-Sí sabes que ahora no van a parar de decirte "La Gran Se?ora", ?verdad?- Preguntó el regio riendo.

-?Me vale madres! ?Ya gordo, bájame!- Lo golpeaba en la espalda, pero no muy fuerte, porque aún era su cumplea?os, pero que se esperara unas horas y lo iba a madrear por andarlo cargando como vil saco de cemento.

-Bien, pero sólo si te calmas.

-?Es que la quiero matar! ?Creí que dijiste que tu primer beso fue morrito!- Renegó cubriendo su cara con las manos.

-?Y lo fue!- Lo dejó en el suelo.- Ella tenía como doce y yo cinco.

JiYong abrió muy grande los ojos.- ?Eras un bebé!

-?Fue un quico nomás!- Se defendió el ranchero.

-?NO ME MENCIONES A ESA OTRA SURIPANTA!

-?Me refiero a que fue un piquito!- SeungHyun se quería carcajear, y no lo culpaba, sabía en el fondo que estaba siendo un poquitín irracional.- ?Ni me gusta contarlo como real!

-?La odio! ?Se aprovechó de ti! ?De tu inocencia!- Gritaba frustrado.

-?Pero sólo fue eso!

-?Eres su primo hermano!

-?Ya sé chaparro, pero ni me acuerdo! ?Sólo lo sé porque siempre me lo dicen! Obviamente la cagotearon porque siempre andaba diciendo que nos íbamos a casar, y digo, no era precisamente una ni?a…

JiYong no podía calmarse, caminaba como león enjaulado y quería matar a alguien, a quien sea.

Escucharon unos pasos, y giraron a ver de quién se trataba.

-Hoy sí que ustedes dos no han parado de dar show.- ChanYeol traía su teléfono en la mano con la luz prendida y sonreía.- Pero aún falta algo.

-Ni empieces Yoda, ya tengo suficiente por lo que queda del a?o.- SeungHyun le hizo la mano para que les quitara el flash de la jeta, porque estaba muy fuerte.

Su primo político le dio una mirada y le hizo se?as, pero JiYong no comprendió.

-Gran Se?ora, ?No se te está olvidando algo?- La voz grave intentaba que recordara, pero era inútil. El altote se rindió después de hacer muchas se?as poco sutiles y terminó acercándose a él para susurrarle algo al oído.

?Mierda! ?Lo había olvidado por completo!

-No le andes susurrando cosas a mi esposo o te parto tu mauser pinche Burro.- Dijo el regio irritado.

-'Otss, ?qué pasó? Si yo sólo quiero ayudar, primo.- Le extendió su tejana.- ?Qué? Ni cuenta te diste de que se te cayó, ?verdad?

El menor de pos primos negó.

-?Gordo! Encontramos algo hace rato, y queríamos mostrártelo!- Aún había una última sorpresa para su amor.

Su verdadero regalo.

-No me van a hacer una broma, ?verdad? Porque ya estoy muy viejito para esas cosas.- Su marido se sostuvo el pecho con exageración, aunque sabía que tenía mucho de verdad.

-?Nambre primo, no!- La pinche voz de Yoda la iba a cagar, ahora parecía que era algo terriblemente malo.

-Ni madres, yo no voy.- Se puso firme, para que no lo siguiera arrastrando a su objetivo.

-Anda, gordo, no pienses mal.- Lo abrazó del brazo y lo jaló junto con él, sabía que jamás se podría resistir, aunque tuviera un mal presentimiento.

Aunque en este caso no tenía nada qué temer.

-Ven, lo dejamos en el establo.- Dijo el chaparrito emocionado, hasta se le había pasado el coraje, al menos por ahora.

Los ojos de su gordo se iluminaron al escuchar "lo".

-No mames que es un perrito.- JiYong intentó reprimir su sonrisa, pero fue en vano.-?NO MAMES QUE ES UN PERRITO! ?CHAPARRO, GRACIAS, A LA VERGA NO TE PUEDO AMAR M?S!- Su marido se soltó y salió corriendo al lugar. ChanYeol lo siguió rápidamente, para evitar que viera su sorpresa antes de tiempo.

JiYong sólo pudo trotar detrás de ellos, sabría que Yoda lo detendría.

-?Ya pinche orejón! ?Déjame ver a mi perrito! ?Chalino! ?Chalino soy yo, tu papi!- Gritaba como loco afuera del establo, siendo retenido por si primo.

-Gordo, espérate, no seas desesperado.- Pobre, la decepción que se iba a llevar. Pero era para mejor, estaba seguro.

-?'Ta weno! Pero apúrense, que ya lo quiero abrazar y dar de besitos y dormir con él.

-Gracias por reemplazarme, gordo.- Hizo un puchero fingido, para darle realismo. Pero discretamente sacó su iPhone, porque quería grabar su reacción.

-Obvio a ti te voy a amar más, chaparrito, tú eres mi number one foreva.- El regio no podía con la emoción, pero dejó que el Burro fuera por su regalo dentro del lugar de madera. Lanzó una sonrisa en dirección a la cámara que lo filmaba, ignorando el flash del iPhone que lo cegaba.

Todas las vacas y caballos estaban dormidos, sólo esperaba que su sorpresa saliera bien. Llevaba meses planeando esto, porque era el cumplea?os número treinta de SeungHyun, y se merecía algo especial, algo que siempre había deseado desde que era un ni?o. Claro que iba a juntarlo con el regalo de navidad/aniversario, porque se supone que no iban a poder entregárselos antes-

Y entonces escucharon las patitas golpear en la tierra y una sombra salió por la puerta y comenzó a correr a su alrededor.

SeungHyun abrió tan grande su boca, que creyó que se le caería al suelo, nunca lo había visto en semejante estado de scok.

-Feliz cumplea?os, esponjadito.- Se rió y trató de llamar la atención de su esposo, pero era en vano.

Estaba petrificado. Y él sonreía enternecido, documentando todo, aunque sintió sus ojos aguarse por la reacción del mayor.

Cuando el animalito soltó un relinchido suave, su esposo jadeó, cayendo arrodillado en la fría tierra.

-?Gordo! ?Estás bien, amor?- Preguntó más por el estado de sus rodillas, porque hasta a él le había dolido su repentina acción.

El mayor no podía hablar. Sólo se llevó una mano a la boca, mientras la otra intentaba tocar al pony.

Lo vio romper en llanto por segunda vez en el día, cuando el animalito le acercó su hocico y por fin pudo acariciarlo.

-Aw, no llores, gordito.- Dijo agachándose a su lado y abrazándolo de los hombros. ?l también estaba llorando.- Tardamos mucho en conseguirlo, y te lo iba a dar en navidad porque iba a estar muy chiquito.

-Sí, pero el comprador de este chamacón se echó pa'tras y nos dijeron que si lo queríamos, la neta este está más chulo.- Yoda sonaba muy orgulloso de sí, y la verdad era que sin su conocimiento y experiencia en caballos, jamás hubieran conseguido al potrillo.

-Y por eso me molesté más contigo, gordo, porque yo moviéndome y todo para que SeungRi nos regalara los boletos y tú te gastaste el dinero en el traje.- Por fin sintió el peso de sus hombros irse, porque ya no había ningún secreto entre ellos, ya no.

-Nomás supo que jalaban pa'cá me llamó y logré que lo trajeran desde el rancho de la Tía, ahí andaba.

-?Cómo?- SeungHyun no parecía entender, era demasiada información para su estado de confusión.

-La Tía tiene muchos amigos criadores y uno de ellos es especialista en ponys, JiYong te lo iba a dar en Monterrey, pero como de todas formas me imaginé que querrías que viviera aquí, les dijimos que lo trajeran mejor.

-?Cuándo llegó?- SeungHyun no podía dejar de ver al caballito que trotaba de un lugar a otro, feliz de ser libre.

-En la tarde, pero estaba bien cansadito, hasta pensé que no se iba a levantar, pero nomás le abrí la puerta y ya viste como salió disparado. Se supone que iba a llegar hoy en la noche, pero creo que igual iban a otro pueblo a buscar otros animales, así que por eso ni tardaron.

Los hoyuelos de su esposo estaban a su máxima potencia, ya debería dolerle el rostro de tanto sonreír, además de que las lágrimas no habían disminuido.

-?Es mío?- Preguntó su gordo con inocencia después de unos segundos de silencio, y tanto ChanYeol como él se soltaron la carcajada, pero no era con burla, sino ternura.

-?Claro que sí, mi amor!- Respondió y lo abrazó una vez más, besando su mejilla.- ?Es tuyo! Sólo que obvio no podemos llevárnoslo, pero te prometo que vamos a estar viniendo más seguido. Es más, en diciembre vamos a regresar y por más tiempo, para que juegues con él, lo entrenes y eso.

No quería ilusionarlo desde ahora, pero igual planeaba a futuro cumplirle el sue?o de tener un rancho, lo más cerca que pudieran de la capital, para que su pony fuera a vivir con ellos.

Estaba más que decidido a ponerse a trabajar ya, y mejorar su situación económica, necesitaba hacerlo por sus hijos y por SeungHyun… igual si no jalaba, podrían llevarlo al rancho de su papá en Toluca. Pero sólo si en tres a?os no lograban levantar un negocio o mínimo que el igual consiguiera un trabajo aceptable.

-No lo puedo creer, chaparro.- Tomó el hocico del caballito en sus manos y lo acarició, acercándolo a él para abrazarlo. Era muy dócil y cari?oso, según el criador, y tenía razón, porque se dejó abrazar por un buen rato antes de que fuera liberado del agarre y siguió trotando feliz.

Aunque seguía llorando -ambos- JiYong logró capturar el momento, para que no solo se quedara por siempre en su memoria, sino igual en su teléfono. Estaba por demás conmovido, esperaba esta reacción de su marido, pero era completamente diferente verla en vivo y a todo color.

Sin esperarlo, SeungHyun se abrazó a él, y no pudo más que corresponder el gesto con la misma fuerza. El mayor no dejaba de repetir "gracias" y "te amo", y supo que tanto desmadre, coraje y dinero habían valido la pena.

Con su gordo todo valía mil veces más la pena.

-Ah, pinches jotos, ya me hicieron llorar.- Yoda rompió el momento, pero ni así se separaron.- Los voy a dejar solos pa' que hablen, porque neta qué deprimente ver tanto amor y uno aquí sólo como perro.- Caminó un poco antes de preguntar.- Oigan, ?Lo meto o ustedes lo checan?

-Nosotros lo checamos, creo que quiere seguir jugando un ratito más.- Dijo SeungHyun, separándose un poquito.

-Bueno, sólo no vayan a dejar el establo abierto, ?eh?- El semigigante se alejó poco a poco, y quedaron solos, con el sonido de los cascos del hiperactivo pony trotando de un lado a otro.

-Te amo, JiYong, en serio que te amo un chingo y medio.- Tomó sus cachetes en sus callosas manos, y lo besó, lento y suave, él no pudo hacer más que suspirar como el tonto enamorado que era.- Y al chile que no puedo creer que me hayas comprado un pony.- Volvió a besarlo, pero ahora con más ganas.

Se estaba calentando todo a su alrededor, porque sí, eran unos malditos calientes de mierda.

-Siempre me dijiste que era tu sue?o.- Susurró cerca de los labios más delgados.- Llevo pensando esto desde hace muchos a?os, buscando el momento perfecto para cumplírtelo.

-No quiero ni pensar qué trato hiciste con El Diablo para poder conseguir el dinero.- Como buen macho regio proveedor, no podía dejar de pensar en el sucio dinero.

-No pienses en eso, gordo.- Ahora él fue el que se abalanzó sobre el mayor para besarlo.

JiYong estaba seguro que su marido pensaba que le había pedido dinero a su papá, pero no, el cabrón no había querido prestarle el dinero, porque si algo era Kwon YoungHwan, era rencoroso. Y pues como dicen que en el amor hay que hacer sacrificios, el capitalino tuvo que vender algunas cosas para poder financiar el chistecito.

Pero todo sea en nombre del amor.

Al final del día, todas de esas bolsas y zapatos no le habían dado ni la mitad de satisfacción y felicidad que tuvo al ver a su gordito llorando conmovido por su caballo miniatura.

Sintió una de las grandes manos apretar su trasero, y supo que su recompensa por semejante acto romántico estaba apunto de ser pagada. Soltó un gemido cuando la misma mano entró a su pantalón, tocando directamente su entrada, y sin esperarlo, un dedo se coló dentro de él.

-Gordo.- Susurró bajito, seguido de otro gemido; se mordió el labio para controlarse y no gritar por el placer repentino.- Verga, gordo, estamos afuera del establo.

-Entonces vamos adentro.- Le respondió gravemente.

Sin dejarlo responder, su ranchero se levantó del suelo y se inclinó para tomarlo de la cintura y llevarlo cargando adentro del lugar, que apestaba a animal y mierda, pero que en este momento ignoraba totalmente, sobretodo porque los labios de su marido eran su mejor distractor.

No tenía idea de qué planeaba SeungHyun, hasta que sintió el rasposo heno en su espalda cubierta.

Oh no, en serio iban a coger en el establo.

Quiso protestar y decir que tampoco estaban tan lejos de su dormitorio, y que deberían ir ahí para concluir el delicioso, pero cuando vio a su gordo aventar la gruesa chamarra con flequillos y abrirse la camisa negra que tenía debajo, simplemente se le secó la boca y ya no pudo hablar.

El poder del maligno, diría su hermana.

Sabía que no iba a desnudarse, esa pinche ma?ita que tenía su marido de coshar con ropa, era una de las miles de razones que tenía para amarlo, porque en serio lo prendía verlo vestido o semidesnudo sobre de él.

?l por el contrario, disfrutaba tanto de su desnudez, que siempre buscaba hasta la más mínima excusa para quitarse la ropa… Y si era frente a SeungHyun, mejor.

Se lamió los labios cuando lo vio desabrochar la enorme hebilla plateada con forma de lobo, quitándose el cinturón de la forma más masculina que había visto en toda su vida, y se preguntó cómo diablos era posible que no pudieran resistirse a hacer el amor. Ya estaban grandes, ya llevaban muchos a?os casados- entonces su gordo sacó su hermoso pene -que estaba súper erecto- y ahí se dio cuenta del porqué, era esa maldita verga bella que lo tenía idiotizado, tal vez incluso más que el hombre que la portaba.

Nunca se iba a cansar de repetirlo, ese pedazo de carne le había hecho un amarre o algo, porque no era posible que lo pusiera tan idiota y caliente a la más mínima provocación. Sí, SeungHyun era lindo y gracioso, pero ese miembro era el diablo encarnado, y la razón de todas sus penas y glorias.

-?Te gusta lo que vez, chaparrito?- Su marido se masturbaba lentamente, sin dejar de verlo a los ojos. O al menos eso creía que hacía, porque la escasa luz no los dejaba ver a detalle.

-Ya sabes que me encanta lo que tienes ahí.- Se acercó al más alto, y tomó entre sus manos el pene, acariciándolo.- ?Tenemos tiempo para tus cochinadas, gordo?

-Es mi cumplea?os, tenemos mucho tiempo para jugar.- Puso una mano en su cabello, y lo hizo bajar, hasta que estuvo frente a su verga.- ?Me vas a dar mi regalito o te lo doy yo a ti?

-?Qué más regalo quieres? Pinche esponjadito atascado.- Hizo un puchero falso, antes de meterse todo el miembro a la boca, provocando un gemido grave, que se escuchó por todo el silencioso lugar.

Sonrió aún con el pene en sus labios, sobre todo cuando escuchó el fuerte gemido del otro, que logró despertar a unos de los animales del lugar que comenzaron a mugir y relinchar.

-'Pérate, chaparro, me la estás mamando muy fuerte.- Lo tomó con fuerza del cabello y lo alejó.- Vas a hacer que me venga ya.

-Creí que tenías más fuerza de voluntad, esponjadito.

-La tengo, pero no mames, esa pinche boca que tienes mama como becerro recién nacido.- El regio lo dijo sin ningún dejo de burla.

-?Gordo!- Lo rega?ó JiYong.

-Ya, ya, véngase pa'cá mi reina.- Lo tomó de la cintura y lo acercó para besarlo, estaban los dos arrodillados cuando SeungHyun lo comenzó a desvestir, y él no opuso la más mínima resistencia, feliz de poder sentir más directamente el tacto contra su piel.

A diferencia de afuera, el establo estaba mucho más caliente, además de que el olor a animal estaba casi insoportable.

No podía creer que en serio lo iban a hacer en el establo, este maldito cabrón había logrado su cometido después de muchos intentos. Porque hasta creen que esta era la primera vez que lo seducía con las negras intenciones de llevárselo a este lugarsucho apestoso.

Pero se lo iba a pasar, solo porque era su cumplea?os y así le cumplía otra cosa de su larga lista. Con este, ya eran tres malditos sue?os que le cumplía al mayor, todo en un lapso de dos días, a este paso debería cambiarse el nombre de JiYong a "Make-A-Wish".

Salió bruscamente de sus pensamientos, cuando su ranchero lo giró y lo puso de perrito, en el pinche suelo todo cochino lleno de tierra y heno -deseaba con todo su corazón que eso café fuera lodo- no tuvo ni tiempo para protestar, cuando sintió toda la verga de SeungHyun enterrarse en él.

Soltó un grito tan fuerte, que como mínimo lo debieron de haber escuchado en San Carlos, consecuencia de la profunda embestida.

-Shh, chaparrito, no grites.- Susurró el mayor, pero sin aviso comenzó a penetrarlo un tanto brusco.- Aunque no te culpo, hoy estás más apretadito de lo normal.

-Cá-llate.- Dijo con dificultad, porque trataba de en serio no gritar, sus labios iban a sangrar de tanto morderlos, estaba seguro.

-Ok, sólo porque me lo pediste bonito.- Le puso una mano en la cadera y la otra dejó una sonora nalgada, que inevitablemente lo hizo gritar de nuevo.- Te doy un premio si te quedas calladito.

-Hijo de tu- .-Se dejó caer en piso, porque no podía seguir en esa posición sin chillar, así que prefirió ahora morder uno de sus antebrazos, justo cuando recibió otra nalgada y las embestidas aumentaron de velocidad.

-Todo el día te he traído unas ganas, más con esos pinches shortcitos que te cargas.

JiYong ya no podía reclamarle, si dejaba linre su boca iba a armar tremendo escándalo, que terminaría de despertar a todos los animales del lugar.

Tenía rato que no lo hacían de perrito y se había olvidado de lo vergonzoso que era tener las nalgas al aire, además que estaban en un maldito establo apestoso.

-Me encantas, estás tan rico.- Sintió un besito en su columna, sobre su tatuaje.- Y eres sólo mío.- Le dio otra nalgada.- De nadie más.

JiYong quiso responderle que sí, que era sólo suyo, y que su pene igual necesitaba atención pero si lo hacía él mismo, iba a estrellar su cara en la mierda y no se?or, podía estar al borde del orgasmo pero no loco.

-?Me quieres montar, chaparrito?- Verga.- ?Quieres ser mi rancherito y montar a tu potro?

Nunca iba a entender de dónde sacaba tanta mamada SeungHyun hasta a la hora de coger, y tampoco entendía cómo no soltaba una carcajada, aunque quería hacerlo.

Igual y era porque el placer era tanto, que le bloqueaba totalmente esa función de su cerebro.

Sintió un beso húmedo en su nuca, seguido de un susurro grave y erótico.- ?Entonces, jalas o no?- Preguntó de nuevo, porque su potro podría ser muchas cosas, pero jamás lo obligaba a nada.

No le respondió, pero no fue necesario, porque por fin dejó de masacrar su antebrazo y se giró para besarlo obscenamente, metiéndole toda su lengua hasta la garganta. JiYong estaba algo cansado por estar bailando tantas horas, pero si su gordo quería que él estuviera arriba, pues se lo iba a cumplir.

SeungHyun dejó un último beso, saliendo de él y recostándose sobre la cama de heno que estaba detrás, y aunque quiso reclamarle por no haberlo cogido en ese lugar más limpio, decidió armarla de pedo después. Tenía algo mucho más rico e importante que hacer antes.

Ver a su marido con las manos detrás de su cabeza, con las piernas ligeramente abiertas dejando ver su verga en todo su esplendor esperando por él, lo hizo estremecerse. Deseó con todas sus fuerzas que el lugar estuviera mejor iluminado, porque deseaba ver la expresión que debía ser altanera, burlona, porque sabía que por nadie más en este mundo haría semejante esfuerzo físico.

Se arrastró en la porquería y posicionó sus piernas en cada lado de su cadera y se sentó, pero como quería joderlo un poquito, no lo hizo en su pene.

-'Ora, ?No le atinaste?- Preguntó SeungHyun riendo, tomando cada uno de sus muslos entre sus manos, acariciándolo.- ?No ves mi vergota en la oscuridad, mi vida? ?Quieres que yo te la meta?

-No, quiero que te calles.- Se inclinó sobre él y lo besó, tomando con fuerza la gruesa camisa ranchera para tener mejor estabilidad.- Eres un idiota, ni cuando cogemos dejas de decir tus chingaderas.

-Hazte, mi reina, que te encanta.- SeungHyun levantó tantito la cabeza para volver a besarlo, pero el menor se alejó.

-Sí, pero no me tienes muy contento, ya me acordé de lo que pasó hace rato.

-?Qué-? Verga.- Suspiró cuando sintió la mano más peque?a tomar su miembro.

-?Quién es La Gran Se?ora?- Preguntó a su marido, dándole un apretón al pene erecto.

-?Cómo que quién? Tú, mi vida.- Subió sus manos a las deliciosas caderas, porque lo estaba matando no estar dentro de él.

-?Y cómo me llamo?- Preguntó JiYong en el mismo tono seco y autoritario.

-Choi JiYong, mi Gran Se?ora.- Soltó un gemido cuando sintió la punta tocar la entrada de su cielo.- Mi único amor, mi chaparrito.

-No soy tu chaparrito, soy tu due?o.- Si su gordo quería jugar al dominante, iba a tener que recordarle quien de verdad llevaba los pantalones en su matrimonio.

-Sí, mi vida.

-No.- Se alejó de su miembro y SeungHyun soltó un lloriqueo desesperado.- ?Quién soy, SeungHyun?

-Mi Gran Se?ora.- Dijo al borde de las lágrimas, porque su pene y testículos debían doler por la falta de atención.

-La Gran Se?ora.- Hizo énfasis en su nuevo apodo ganado a pulso, y se sentó de golpe en su verga, sacándole un grito al regio, que no dudó en callar con sus labios.- Tú eres mi hombre.- Susurró al separarse un poco.

-Y tú mi Gran Se?ora.- Dijo su marido, gimiendo bajito.

JiYong sabía que no tenía porqué dejarle en claro a su esposo quién era quién, porque tampoco tenían un triangulito que obviamente no le gustaría, pero desde que había escuchado esa canción, le agarró un afecto peculiar, a pesar de no ser ni su género ni tenía nada que ver con su vida.

Así que escuchar a la suripanta prima de su marido lo había vuelto literalmente loco, porque qué se creía la idiota esa de insinuar frente a todo el pueblo que había un triángulo amoroso con ella y su matrimonio de protagonistas, no mames, kiaska, eran primos hermanos.

Se incorporó y puso una de sus manos en el muslo ajeno a su espalda, y comenzó a cabalgarlo como sabía que SeungHyun necesitaba, ahora sí estaba calladito el desgraciado, a diferencia de minutos atrás que él tenía el control de todo. Primero fue lento, ondeando sus caderas de la forma sensual que sólo él podía y que volvía loco a su gordo, que sin importarle la escasa iluminación, estaba seguro que no dejaba de verlo.

Tomó su pene necesitado, y lo acarició lentamente, pero no mucho, porque quería que su ranchero fuera el primero en venirse.

-Déjame grabarte.- Susurró su marido muy bajito.

-?Qué?- Preguntó JiYong deteniéndose.

-Déjame grabarte.- Pidió por segunda vez, sacando su teléfono de su pantalón.

-Gordo…

-Por favor, te ves tan hermoso encima de mí, por favor chaparrito.- La gruesa voz suplicaba, y no tuvo el corazón de decirle que no, no es como si fuera la primera vez, también sabía que no sería la última.

-Okay…-Respondió, observando como SeungHyun metía su mano al bolsillo derecho, movió tantito su muslo para que lo sacara. Aún en la oscuridad notó que le temblaron las manos, y rápidamente sintió el flash apuntándole, ahora sí veía sus ojos nublados por el deseo y el ligero sudor que ba?aba la frente del más alto.

Sin pena alguna, regresó a su tarea de cabalgar sensualmente sobre la verga de su gordito, que con razón quería filmarlo; el pobre apenas podía mantener sus ojos abiertos mientras se enterraba en su húmedo interior, eso lo prendió de tal forma que aumentó la fuerza de las ondulaciones de su cadera, provocando que sus roncos gemidos se escucharan más y más alto.

-Chap-parrito, ya-no aguanto.- Dijo con dificultad, aferrándose con su mano libre al jugoso muslo donde estrujaba con fuerza su tatuaje de "INHALE", y con la derecha seguía capturando el momento como podía.

-Entonces vente.- Volvió a apoyarse en el fuerte pecho y aumento la velocidad y la fuerza con la que se enterraba la verga.- Vente para mí, gordo.

-Ya.- Susurró acariciando su cintura, porque necesitaba más de él, necesitaba sentirlo y eso no hizo más que aumentar el ego de JiYong.

Sabiendo que era el final para su ranchero, le metió todas las ganas que pudo y rebotó sin parar sobre él, hasta que lo sintió tensarse seguido de un grito profundo que hizo a todos los caballos y vacas alborotarse. ?l sólo pudo ponerle una mano en la boca, para que se callara, pero ya era tarde, los animales estaban despiertos y asustados.

-Pinche esponjadito, hoy sí te pasaste.- Le susurró riendo saliendo de su personaje de dominatrix, al tiempo que se abrazaba al pecho sudado.- Qué oso, seguro despertaste a Choche.

-Tú fuiste el que se la ba?ó, chaparrito, a la verga qué rico estuvo.- Respiraba con dificultad, el orgasmo había sido tan potente que se sentía florar.

-Apaga esa cosa porque-

-?Y ahora a ustedes qué les pasa!- Escucharon el grito de Yoda a lo lejos, y entraron en pánico, como pudo bloqueó el teléfono y el flash se apagó.- ?Vieron a un oso o qué madres? ?Vuelvan a dormir!

-Verga, casi me muero.- Dijo SeungHyun bajito, porque pensaron que habían sido descubiertos en pleno acto de amor.

-Creo que a mí se me bajó.- JiYong sintió su pene flácido entre ambos cuerpos.

-?Y tú que haces aquí, chiquitín?- Ahora la voz de ChanYeol se escuchaba mucho más cerca.- Estos cabrones, les dije que te encerraran y seguro se fueron a coger por ahí, con razón ya tardaron.

-Chaparrito.- Susurró su gordo con renovado terror y los arrastró tratando de no hacer ruido, ah, pero sin salirse de él, seguramente estaba pensando en una segunda ronda, que ni so?ando le iba a dar.

No había mucho lugar dónde esconderse, así que el ranchero tomó heno e intentó cubrirlos lo mejor que pudieran.

Sólo esperaban que su primo político no viera su ropa que estaba regada por todo el lugar.

-Y eso que son tus due?os y ni al pendiente están de ti. Ahí voy a ver al pinche lobo llorando porque perdió a su pony.- Escucharon la puerta de madera abrirse y los pasitos acelerados del animalito que entró a su corral, no veían nada por estar en su refugio, y rogaron porque el caballo no fuera hacia ellos y los descubrieran.- Nos vemos chiquitín, tengo que regresar a la pachanga y parece que estos tarados sólo se asustaron por tus ruidos o bueno no sé, ya es noviembre igual y fue algún alma en pena.

Dios bendiga las leyendas populares, porque el alto muchacho no parecía darle mayor importancia al repentino escándalo de los animales, y no iba a ahondar más en el tema. Oyeron sus pasos y las puertas de madera cerrarse, seguido de una cadena.

-Verga, nos encerró.- Dijo su marido, sentándose lentamente y sacándolos de su escondite.- ?Y ahora cómo verga vamos a salir?

-?No mames gordo!- Susurró gritando, porque lo último que les faltaba era quedarse aquí y que al rato todos los estuvieran buscando y muy seguramente descubrieran que estuvieron haciendo el amor en el establo.

Algo que se llevaría a la tumba, de ser posible claro.

SeungHyun se rió, y lo besó en su pucherito.- 'Toy jugando, mi vida, ?No ves la ventana? Esas tablas se mueven y podemos salirnos por allá.

-?Eres un imbécil! ?Me asustaste!- Lo golpeó repetidas veces en el pecho, pero el mayor sólo lo abrazó.

-Te iba a dejar encerrado aquí conmigo hasta que me saciara de ti, pero luego recordé que nunca tengo suficiente de ti y tus carnitas, chaparrito.- Lo besó lentamente y poco a poco fue sucumbiendo a la muestra de afecto.- Y tenemos que regresar, ya deben andar hablando y aún no hemos arrasado esa pista que es nuestra.

JiYong sintió algo endurecerse en su interior y miró al mayor que puso una cara de inocente que nadie le hubiera creído.- ?Es enserio? Yo ni he terminado y ya estás duro otra vez.

-Es que aprietas demasiado rico cuando estás molesto, mi amor.- Se defendió el regio, recibiendo un zape como respuesta.

Aún así no pudo evitar ponerse duro de nuevo ante sus palabras.- Me vas a ayudar con esto, y vas a dejar que esa cosa se te baje.- Tomó la mano grande y la llevó a su pene, para que lo masturbara. No tuvo que decir nada más, porque SeungHyun hizo lo que le pidió sin poner resistencia.

Por la posición en la que estaba, tenía acceso directo al cuello del mayor, así que comenzó a besarlo debajo de su mandíbula, para dejarle un chupetón más a su colección.

-No hagas eso, mi vida.- Susurró sin dejar de mover su mano sobre su miembro.

-?Porqué?- Preguntó bajito con tono meloso al separase, y dirigirse a su nuez, para hacer otro.- ?No quieres que te marque?

-Me encanta que me marques.- El ranchero habló con dificultad.- Pero me estoy poniendo más duro y tú ni me dejas salir ni te mueves, chaparrito, me estás matando.

-Bien. Pero tú muéveme.- Cedió y bajó a otro punto de su cuello, para ahora dejar un chupetón más grande.

No tuvo que decirlo dos veces, y sintió su brazo libre rodearlo suavemente de la cintura levantándolo un poco antes de dejarlo caer. La cadera debajo de él se movió con más fuerza y no tardó mucho antes de que ambos llegaran al orgasmo.

JiYong reprimió su gemido mordiendo el hombro de su gordo, dejándole una tremenda marca de dientes, que por un momento creyó le sacaría sangre. El mayor lo abrazó más a su cuerpo vestido, y acarició su espalda con ternura. Le encantaba acurrucarse a SeungHyun después de que hacían el amor, besó repetidas veces el área irritada y se dejó mimar por las caricias del otro.

Hasta que lo sintió tensarse, y no de forma sexual.

-Chale, nos olvidamos que teníamos un roomie.

-?Cuál roomie?- Se incorporó para ver al otro a los ojos, que veía fijamente un punto detrás de él.

Oh, cierto, el pony.

-?Así se sentirá que tus hijos te vean coger? Ay no qué horrible.- Su gordo se abrazó más a él con vergüenza.- Qué horror, somos unos puercos.

-Dirás que tú eres el puerco, yo sólo te pedí que me ayudaras.- Miró a su alrededor, buscando su ropa.- Ayúdame a vestirme.

-No creo que pueda mirarlo a la cara nunca más.- El dramático payaso que tenía como esposo no iba a dejar ir el tema así de fácil.

-Gordo, Iye nos ha visto cientos de veces coger, y está bien.

-?Pero Fabio es diferente! ?Es un bebé!- Exclamó asustado.

-?Fabio?

-?Sí, Fabio!

-?El pony se llama Fabio?- Preguntó JiYong confundido, aún después de tantos a?os, su marido seguía sorprendiéndolo con sus mamadas, y parecía siempre poder superarse.- ?Le pusiste al puto caballo Fabio, SeungHyun?

-?Oye! ?Es un gran nombre!- Se defendió el regio, ofendido por su incredulidad.

-Es nombre de galán de novelas Arlequín, gordo.- Era tan ridículo, que no podía estar molesto con él.

-No sé de qué hablas.

-?Fabio, en serio, gordo? ?Hasta pudiste ponerle Valentín!- El capitalino soltó una risa al final.

-?No! ?Valentín va a ser nuestro primer hijo!- Respondió como si fuera lo más lógico del mundo.

-?Ja! ?Sue?as si crees que le voy a poner Valentín a nuestra criatura!- Exclamó rotundamente, porque eso ni estaba en discusión.

Y así siguió otra discusión sobre el nombre del pony, aunque JiYong sabía que no tenía vela en ese entierro, era el regalo de su gordo y si le quería poner ese nombre cagado, pues era su problema.

SeungHyun no había intervenido cuando nombró a Iye, que precisamente también fue un regalo de cumplea?os, así que era lo justo. Aún así podía molestarlo y poco antes de aceptarlo.

Fabio. Ah, que pinche nombre más culerón para un caballo miniatura. Pero así era su gordo, y qué hacerle.

Después de vestirse y arreglarse un poco, SeungHyun le pidió que por favor se quedaran un poco más, porque quería pasar todo el tiempo posible con Fabio, y no tuvo el corazón para decirle que no, así que se la pasó grabándolo y sonriendo como idiota al ver la felicidad genuina de su esposo causada por el animalito.

Fabio "Mr. Ferrari" Choi, ese era el nombre completo que le había puesto a su pony y tuvo que morderse la lengua para no comenzar otra discusión, porque al final del día esto era su culpa, él se lo había dado. Pero eso no disminuía para nada el pinche perro oso ajeno que sentía por cómo lo había bautizado.

Cuando JiYong vio que estaban por dar las once de la noche y que debieron haberse perdido unas buenas dos horas, decidieron que ya era momento de regresar. SeungHyun le dio un último abrazo y besito a su mascota, y por fin salieron del corral, aunque Fabio relinchó protestando.

-Lo siento amiguito, pero JiYong dice que debemos irnos, pero antes de que nos vayamos prometo pasar a despedirme de ti ?sí?

?l sólo estaba esperando el momento que al mayor se le saliera un "chaparrito" o "mi amor" al caballo, para darle su respectivo zapatazo en la nuca, aunque sorpresivamente no ocurrió en ninguna de las veces que hablaba con Fabio.

Más le valía.

-Vamos, chaparro, antes de que me arrepienta.- Lo tomó de la cintura y lo guió a la que sería su salida, una ventana tapada con tres tablas.- Deja busco el martillo, ha de andar por aquí.- Se separó de él y se puso a buscar el dichoso objeto.

-?A poco no la puedes abrir de un pu?etazo, gordo? ?Qué no estás mamadísimo?- Dijo burlón, prendiendo la luz de su iPhone para ayudarlo.

-Claro que puedo, pero hay que volverlo a tapar, dah.

-Dah.- Imitó su grave voz y le sacó la lengua al tiempo que se agachaba para recoger la herramienta.

-Ahora sí, hazte pa'tras en lo que los hombres trabajamos.

-Ja, ja, chistoso.- Reclamó JiYong, pero no dejó de echarle luz para que los sacara de ahí de una vez por todas.

No fue difícil, incluso los clavos estaban mal puestos, así que sólo tuvo que usar la parte trasera y los sacó con facilidad.

-?Sabes qué me molesta?- Preguntó SeungHyun una vez que quitó una de las tablas.

-?Qué cosa?- Respondió, intrigado con la nueva ocurrencia de su marido.

-Que digan esa mamada de que un clavo saca otro clavo.- Dijo serio, concentrado en su tarea.

Soltó una risita.- ?Qué?

-Sí, es una mamada, y no falso, para acabarla.- Terminó de quitar la segunda, y la aventó por la ventana al igual que la primera.- La única forma de sacar un clavo, es con un martillo, o bueno, con pinzas y eso, pero clavando otro no, es imposible.

-?Y eso qué tiene que ver?- Preguntó intrigado por a qué venía el caso.

-Pss que la raza se la pasa pensando que si ponen otro clavo sobre el clavo, lo van a sacar, y no es cierto.- Arrancó la última y se giró a verlo.- Si haces eso, sólo vas a tener dos clavos atorados en el mismo hueco, o vas a doblar el de arriba que intenta entrar. Por eso hay tantos pedos en el mundo, por esa mamada que les dicen.

A veces JiYong se sorprendía lo fácil que podía ser perderse en su guapo rostro y la personalidad juguetona de SeungHyun, que olvidaba por completo que no se había casado con un imbécil o un ni?o bonito. Era un hombre, tal vez era de rancho pero era culto, divertido pero profundo; a veces parecía olvidar que era increíblemente inteligente, y lo mucho que había aprendido con él sobre la vida.

-Tienes razón, amor.- No supo qué más decirle, se sintió un poco intimidado por su capacidad para reflexionar.

-?Claro que tengo razón! Y ahorita me acordé de Tamalito, y como se fue con ese vato de la fiesta.- El martillo tuvo el mismo destino que la madera, dejándolo caer por la ventana.

-?KyungSoo?

-?ndale, ese mero. ?Sabes el desastre que van a armar? Ambos están enamorados ?no? De personas inalcanzables, y seguramente alguien les dijo que debían salir con alguien más, seguro alguien les dijo esa real jalada de que "un clavo saca otro clavo".- Se acercó a él y lo tomó de la cintura.- Y esa misma jalada me dijeron con la Kiko, "búscate a alguien más"- Hizo su voz como imitando a alguien, el cual era desconocido para él. Lo llevó más cerca de la ventana, y lo impulsó para que se sentara en el borde.

-?Y qué tú no hiciste eso?- Preguntó apagando la luz, girándose para saltar al suelo, pero lo vio un poco alto y no quería chingarse el tobillo de nuevo, aún le dolía un poquito si abusaba de él.

-Claro que no, mi vida, no me busqué a alguien, tú llegaste solito.- Se subió a la ventana sin esfuerzo, y saltó cayendo en el exterior del establo.- Además que tú no eras un clavo, tu eras un martillón y me sacaste la tachuelita que era Kiko.

Eso último le aceleró el corazón.

-?A sí?- Preguntó inesperadamente nervioso.

-Sí.- Se puso en medio de sus piernas y se abrazó a su plano abdomen, que era hasta donde llegaba y él correspondió el gesto, rodeándole el cuello.- Eres mi martillito, y te amo por eso. Aunque no la tenías tan difícil, sólo hasta que te conocí me di cuenta de lo que neta era estar enamorado, clavadísimo que le llaman.- Lo miró a los ojos, así que pudo ver mejor su sonrisa y sus hoyuelos. Lo tomó nuevamente de la cintura y lo ayudó a bajar con suavidad al piso.

-?Entonces admites que una persona te puede ayudar a olvidarte de otra?- Preguntó, abrazándose al cuello del más alto.

-No lo niego. Sólo digo que la única forma de hacerlo sanamente es cuando estás listo, cuando ya olvidaste a la otra persona.

-?Entonces cómo se supone que olvidamos a alguien, según tú Sherlock?- JiYong lo interrogó, porque el mayor usaba un tono que sólo le faltaba decir "Elemental, mi querido Watson".

-Pues...- Hizo un puchero como pensando, y continuó.- Pues consiguiendo a alguien con un martillo.

-O pinzas.- A?adió el chaparrito lo que había dicho anteriormente.

-O pinzas.- Asintió rotundo.

Ambos rieron, y se besaron tranquilamente, saboreándose el uno al otro.

-Te amo, martillito.- Dijo SeungHyun una vez se separaron, y besó su frente.

-Yo también te amo, tablita.- No supo exactamente si eso era correcto, pero por la carcajada del otro, supo que estaba bien.

Se abrazaron un rato, antes de por fin seguir con lo que tenían que hacer.

Atesoraba estos peque?os momentos con su gordo, porque eran tan únicos que reafirmaban su amor por él. Nunca se cansaría de enamorarse más y más SeungHyun, en serio que se sentía bendecido por tenerlo a su lado; aunque pasaran días, meses o a?os, sabía que siempre podía contar con él para lo que fuera, y que nunca se iría de su lado, a pesar de que se pusieran difíciles las cosas.

Sabía que se amaban el uno al otro y que esa era la razón por la que que llevaban juntos tantos a?os, únicamente su amor era lo que los mantendría unidos, a pesar de todo y todos, hasta el final.

Una vez que su esposo selló el establo por fuera, tomaron rumbo a la plaza del pueblo, donde el baile debía estar llegando a su clímax. SeungHyun rodeó su hombro con su brazo izquierdo y él se abrazó a su costado, rodeando su cintura mientras caminaban lentamente hacia su destino.

-?Sigues mal de tu piecito, chaparro?- Preguntó preocupado el más alto.- No creas que no vi que de repente cojeas tantito.

-Pues a veces me incomoda, pero nada de cuidado.- Intentó restarle importancia, porque tampoco quería que se angustiara por una tontería, y lo conocía cómo se ponía cuando algo lo aquejaba.

-Ma?ana te voy a llevar al doctor, pa' que te revise.

-No, gordo, estoy bien. ?No viste cómo estuve bailando?- El chaparrito le sonrió para que se tranquilizara, pero no parecía querer ceder.

-Sí, pero igual te vi cojear.

-Gordo, déjalo, si me sigue doliendo yo voy a ser el que corra al doctor, ?okay?- Se inclinó y besó su pecho cubierto.- Como si no supieras lo dramático que soy hasta cuando se me rompe la u?a, ya, no te preocupes.

-Si ma?ana te veo cojear, aunque sea tantito, te llevo aunque sea cargado.- Le dijo el regio seriamente.

-Okay, trato.

Cada vez se escuchaba más fuerte la música, y el escándalo de la gente que debía estar ya hasta la madre de peda. Como había estado ensayando todo el día, la cantidad enorme de cheve que seguramente su esposo había consumido, la debía haber sudado a la velocidad de la luz, además de que él podía tragar caguama tras caguama y parecía que estaba tomando agua el desgraciado, porque no le hacía mucho efecto la verdad. A JiYong sólo no le gustaba que tomara al manejar, porque además de ser una irresponsabilidad, sí que tenía aliento alcohólico que los podría mandar directo al torito, eso no lo podía controlar.

Por su parte él no tenía ganas de mamarse, igual le había aceptado una que otra chelita por educación a su suegro, aunque no le gustaba tomar Barrilito, que era lo que le ofrecieron mientras ayudaba en la cocina a preparar la comida que tuvieron en la tarde en honor a su esponjadito.

-?'Iren nomás ve qué trajo la virgen María! ?Pero si es el Lobo Domesticado y La Gran Se?ora!- Gritó Siete que a diferencia de ellos, ya estaba ahogado en alcohol -?'Ontaban, pinches calenturientos?- Se acercó a ellos, y rodeó el cuello de su marido por el lado que estaba libre.

-Nomás andábamos por ahí.- Dijo SeungHyun, quitándose al pesado de su primo, que casi se fue de hocico al suelo.

-?Seguro! ?Con tremendo chupetón ni yo me la creo!- El impertinente borracho estaba armando tal escándalo, que rápidamente atrajo la atención de los demás primos que se acercaron a joder.- ?Ustedes les creen, que se perdieron por ahí nomás?

-?Hasta aquí apestas a recién cogido, primo!- Dijo DongHae burlón, poniendo cara de asco y tapándose la nariz.

-Ustedes al chile que siempre usan bien su tiempo.- DongWook seguía gritando aunque la música se había detenido, parecía que estaba sordo por lo fuerte de las bocinas.- Pero mira, ese no es nuestro bisne, y pss coger es sano ?qué no?

Deseó con todas sus fuerzas que SeungHyun le diera un pu?etazo por hocicón, pero no fue necesario ya que comenzaron a tocar una que los hizo dar gritos turbo rancheros y la multitud corrió de nuevo a pista que ya estaba un tanto vacía.

-'?monos chaparro.- Su esposo tomó de la mano, y lo arrastró hacia un espacio libre en la plaza.

Era difícil para él saber cuál canción era, porque para él todas eran iguales, pero su gordo amaba esa música, así que no había más que hacer que dejarse llevar.

Literalmente.

SeungHyun tomó su mano izquierda poniéndola en su cuello y con la izquierda rodeó firmemente su cintura, pegándolo completamente al fuerte cuerpo de su marido. Estaban frente a frente, y se comenzaron a mover al ritmo de la música, que no era ni muy rápido ni muy lento, quería pensar que era banda, pero era difícil para él saberlo. Su gordo tenía su pierna derecha en medio de las suyas, y lo guiaba con facilidad por el peque?o espacio que había entre las demás parejas.

-Morena que andas haciendo por ese río, por ese río.- SeungHyun cantó, sin perder el ritmo de la música y se le hizo familiar esa canción.

Sintió la mano que estaba en su cintura bajar casi a su trasero, y él no pudo más que dejarlo ser, porque ya conocía lo ma?oso que era el hombre con el que se había casado, y sabía que jamás perdería la oportunidad de ma?osearlo, y menos bailando norte?as.

Algo que debía admitir de bailar estos géneros, era lo fácil que era bailarlas, sobre todo si te tocaba la parte de la mujer. A diferencia del perreo, este dependía en un 98% de SeungHyun, él apenas tenía que llevar el ritmo con sus pies, en saltitos sencillos, ya hasta lo hacía en automático.

Eso sí, debía estar flojito y cooperando, sino su gordo no podría guiarlo adecuadamente.

El único que tenía dificultad era la quebradita, pero sólo si la querías bailar como un pro, fue el único baile que le tomó más de una semana en clases aprender, además de muchas horas de práctica junto a su ranchero.

Ah, porque obviamente habían ido a clases de baile juntos, y sus respetos para su esponjadito -que en ese tiempo sí estaba esponjadito- porque había ido a cada una de las clases a las que se habían inscrito, y dominado cada uno de los géneros, que no fueron pocos, la verdad.

Por eso regresó el gesto, aprendiendo las que quería su amor.

Pasito adelante, pasito atrás, pasito adelante, pasito atrás, vuelta y así sucesivamente, al ritmo que marcara al tambora. ?l sólo dejaba que SeungHyun lo guiara de un lado para otro, girando en su eje, porque en su posición estaba a completa merced del otro, el regio podía hacer literalmente lo que quisiera con él.

Jiyong sólo se aferraba al cuello del más alto y escuchaba como cantaba a todo pulmón la canción que tocaba la banda.

Miró de soslayo, y todos estaban en lo suyo, bailando con sus respectivas parejas; incluso vio a sus suegros, que si ellos tenían una importante diferencia de estatura, ellos eran de los más disparejos de todo el lugar. Su suegro era un par de centímetros más bajo que su marido, y su suegra apenas y le llegaba a la barbilla a él -que ya era "chaparrito" de por sí, así que era chistoso verlos coordinarse, pero supuso que por tantos a?os de experiencia ya tenían más que dominada la técnica.

Alcanzó a ver a la impertinente de Dara, que parecía mejor que hace unas horas, aunque era difícil saberlo, rió porque desde ahí podía ver algunos rasgu?os que traía en el cuello y cara -cortesía de sus u?itas- pero ya tenía arreglada la pela, además que traía otra ropa. La culera era sostenida por el tío JoonHo, que bailaba feliz con su sobrina, lo compadeció, porque él era bien lindo y le habían achacado cuidar de la borracha de la fiesta, aunque como el gordito era un sol, no parecía darse cuenta.

Sintió un pellizco en su nalga, que lo sacó de sus pensamientos, y lo hizo levantar la mirada a su gordo, que sólo sonrió malicioso.- ?Qué?- Preguntó el mayor haciéndose pendejo.

?l sólo pudo entrecerrar los ojos.- Sabes qué.

-No tengo idea de qué hablas, mijo.- Se alejó de él, y le dio dos vueltas, antes de regresarlo a sus brazos.- ?No te congelas con esos chortsitos?

-No.- Y era verdad, tanto mover la zapatilla lo mantenía activo e inmune a la temperatura que bajaba cada vez más, además que de por sí aguantaba bien el frío.

-Sale, me avisas para que te dé mi chaqueta si quieres.

Reprimió una risa por la palabra. Ah, su gordito provinciano.- Va, al rato me das una chaqueta.- Lo albureó, pero el más alto ni se dio por enterado.

Eran contadas las veces que podía chingarlo a él, y el otro era tan distraído que ni lo peló, o tal vez se estaba haciendo pendejo. Al menos él sabía que había ganado una, aunque no tuviera evidencia ni testigos.

Las canciones siguieron una tras otra, unas más rápidas y otras más lentas, como la que bailaban ahora, que según sus cálculos era para tomar fuerza para una cabrona que vendría después; así que eso hacían, sólo se balanceaban lento de un lado a otro, abrazados de frente muy juntitos, relajándose y disfrutando el momento. Ellos no habían parado en ninguna, a diferencia de los demás, que entraban y salían de la pista según el ritmo que tocaran.

-Se supone que este momento es para que nos digamos cositas bonitas al oído.- Le susurró SeungHyun, y se estremeció.- Pero conociéndote, me vas a decir puras cochinadas.

-?Ja!- Gritó indignado, separándose del hombro del regio y vio la pinche cara burlona que tenía.- Te iba a decir algo bonito, pero jódete.

-?Ay, no mi vida!- Le soltó como cien besitos en su cachete, antes de hacerlo reír.- Anda, dime lindura.

-?Tarado!- Dijo riendo.

-?No! ?Lindura!- Se quejó haciendo un puchero.

-?Mandril!

-?Chaparro!- Lo rega?ó, y se pegó más a él, para bailar lo más juntitos que pudieran.- Anda dime algo bonito.

-Algo bonito.

-?Ya, ahora sí me encabronaste!- SeungHyun lo tomó de la nuca para que no se moviera, y le mordió la mejilla.

-?Au, au, gordo suéltame!- Intentó separarse, pero el otro lo tenía bien agarrado.

Además de morderlo, lo llenó de baba que rápidamente la sintió enfriarse, wakala, pensó.

Estaban haciendo el desmadre usual y llamando la atención de todos a su alrededor, cuando la canción cambió de la nada, provocó que la plaza entera gritara emocionada, porque este ritmo era diferente, nuevo, y comenzó a hacer que muchos regresaran al bailongo.

Tuvo un mal presentimiento cuando su marido lo vio con malicia, le sonaba la melodía pero-

-?Ahora sí me la vas a pagar!- Dijo su gordo, aferrándose a su cintura y apretándolo a él, tomó su mano izquierda con su derecha, y comenzó a moverse saltando al rápido ritmo de la canción, JiYong no pudo hacer más que dejarse mangonear, el mayor usaba sus rodillas para hacer que sus piernas se movieran en la dirección que él quería, y cuando su instinto reconoció el género, sus talones se levantaron, saltando igual que el otro, pero en dirección contraria.

Nada del pasito, pasito, vueltita, no, ni madres…

Era quebradita.

-?Lo vas a matar, lobo!- Escuchó claramente la voz de DongWook, y sí, en una de esas su esponjadito lo iba a descalabrar por la forma en que los movía, eventualmente inclinándolo hacia atrás, para seguir con los pasos básicos.

Supo que iba en serio, cuando tomó su sombrero, y se lo lanzó a su primo que lo agarró, feliz y ansioso por lo que se avecinaba.

Bailar quebradita era otro pinche pedo, y si no hubiera sido por lo culero y vengativo que podía ser SeungHyun no se preocuparía. Pero o sea, sólo no le había dicho lindura, ni era la gran cosa.

-Gordo.- Dijo bajito, pero el mayor lo ignoró, estaba concentrado guiándolos.- Lindura.

-Ah, ahora sí ?no? 'Nambre, si no quisiste por las buenas, ahora te shingas.- Respondió malicioso, supo que no estaba molesto, pero sí que lo iba a zangolotear.

Daban saltitos para adelante, para atrás, a un lado, de regreso, lo giraba sobre sí, y lo volvía a pegar a él para repetirlo todo de nuevo, siguiendo el rápido ritmo de los tambores.

Hasta les habían dejado un círculo, porque se estaban adue?ando de toda la pista, y si no fuera por lo repentino que había sido todo, lo estaría gozando al cien. Pero nunca bailaban quebradita así nomás, siempre se preparaban por que los pasos requerían de un esfuerzo además de que les gustaba tener coreografía y todo preparado.

Pero a su gordo parecía que le daba igual en estos momentos.

Cuando lo cargó sobre su cabeza se puso automáticamente rígido con sus brazos extendidos, porque supo que ya había valido pito todo.

-?Olovorgo!- Escuchó a ChanYeol gritar emocionado, ajeno a su miseria.

Lo tenía bien agarrado de la cintura cuando comenzó a hacerlos girar, los gritos de la gente alentándolos sólo lo puso peor, ya intuía lo que venía, así que se puso en posición, dejándose hacer. Cuando lo estaba bajando, en lugar de dejarlo en el suelo, lo llevó al lado derecho de su cadera, y luego al otro, y rezó para que su gordito no hiciera lo que sabía que seguía, pero fue inútil, lo vio en sus ojos cabrones cuando se vieron por un segundo antes de pasarlo detrás de su espalda dejándolo caer a su izquierda, pero no contento con eso, lo hizo dar como tres vueltas rápidas en su eje, antes de volverlo a sujetar de la cintura, regresando a lo tranquilo.

Los aplausos y vitoreos le darían satisfacción después cuando viera el video que seguramente aparecería en su Facebook ma?ana, pero en este momento sólo sintió alivio de haber sobrevivido.

SeungHyun le dio más vueltas sobre sí, antes de volverlo a abrazar y moverse con él prácticamente saltando por todo el espacio que les habían dado para su muestra de talento.

-?'Tas bien?- Preguntó el idiota de su esposo, y quiso matarlo.- ?Te avientas un salto mortal?

-Vete a la verga.

-'Otss, esa boquita.- Siguió jodiendo, haciéndolo girar sobre sí, era como su forma de castigarlo, porque aunque sabía que se estaba mareando con tanto giro, SeungHyun no parecía haber terminado aún con él.

-?Ves cómo nos echan porra? ?ndale, un saltito, normal.- Suplicó su esposo.

-No.- No debía ceder.

-?ndale, chulo, sólo uno.- La canción era relativamente corta, así que tenía que tomar una decisión ya. Aunque sentía que estaba durando horas, como era una versión libre, era muy probable que fuera así.

Con todo y su peque?a discusión, no había disminuido la intensidad del baile, ni los aplausos que los animaban, ya estaba viendo mejor, pero no sabía por cuánto tiempo.

En ese momento escuchó claramente la voz de La Güera diciendo "Chinguesumadre si te gusta el frijol, pss vas caon", porque sí, esto era consecuencia directa de estar casado con un ranchero. Sí, se cogía delicioso, pero a la hora de la quebradita no tenías opción.

Le gustaba decirse -mentirse- que muchos de los pasos tenían similitud -muy vaga- con el rock'n'roll, y así no sentía el oso, porque no se había preparado psicológicamente como para disfrutar la atención que recibía con justa razón.

Entonces vio a Sandara entre la gente, la culera lo veía con envidia, como si su sue?o más grande fuera estar entre los brazos de su regio y ser él, bailar con él de esa forma. Y no la culpaba, pero ni en sus pesadillas permitiría que ocupara este lugar ni un pinche segundo, jamás.

Así que asintió y tuvo que aguantarse las ganas de blanquear los ojos ante la carita de satisfacción del más alto, sobre todo cuando lo sintió mejorar sus pasos y seguirle con más ganas el baile.

Ojalá alguien grabara la cara de gastritis que debía tener la prima de su gordo, porque ahora se debía concentrar en lo que iban a hacer. Si no tenía cuidado en una de esas se rompía la columna a lo Hilary Swank, y quedaba parapléjico. Obvio era un dramático y exagerado de mierda, pero era el único género lo suficiente peligroso como para infundirle respeto, porque le tenía pavor a darse un chingadazo irreparable.

-?Listo?- Preguntó su marido, y él asintió, rezándole a la Virgencita de Guadalupe que lo protegiera de todo mal.

Su gordo lo cargó y volvió a ponerlo a cada lado de su cadera, sólo con la diferencia de que cuando lo pasó por su espalda, usó su brazo derecho para sostener sus piernas por detrás de sus rodillas juntas, sujetándolo a la altura de sus axilas con su antebrazo izquierdo, dejándolo de pie frente a SeungHyun, pero no contento con eso, le susurró "salta" y así lo hizo el chaparrito, que giró sobre el brazo izquierdo de su compa?ero de baile, dando un volantín hacia adelante y de regreso hacia atrás.

En medio de los aplausos, el regio lo cargó de la cintura para dejarlo de horcajadas en su cadera dándole la espalda, y dieron dos vueltas, antes de bajarlo, regresando a los pasitos que tenían turbo dominados.

-?Ya? ?O jalas otro pa'l final?

-Una cargada nada más.- Dijo nervioso, no se sentía seguro como para un salto o girar en el aire, así que lo mejor sería algo mas discreto.

Cuando SeungHyun le hizo la se?al se soltaron, siendo el mayor el que se alejó de él, para dale el espacio que necesitaba JiYong, que suspiró e hizo dos vueltas de carro, pero la segunda lo dejó sobre sus manos y sus pies quedaron sobre los hombros del ranchero, que se había agachado ligeramente para que sus extremidades llegaran a donde tenían qué hacerlo. Entonces vino lo complicado, porque ambos necesitaban hacer mucha fuerza, el chaparrito prácticamente tuvo que hacer una abdominal mientras el regio lo sujetó de las piernas ayudándolo a impulsarse; quedando el capitalino cara a cara sobre los hombros ajenos, dejándolo con la cabeza de su marido muy cerca de su entrepierna, pero no duró, porque lo giró para ahora estar ambos mirando al mismo lado.

Todos estaban vueltos locos cuando hicieron eso, pero no, no había terminado aún. Giraron sobre su eje tres veces, antes de que SeungHyun lo sostuviera por debajo de sus muslos, casi a la altura de sus nalgas, y lo suspendió en el aire, girando un par de veces más, antes de dejarlo nuevamente sobre sus hombros, impulsándolo para dar un volantín hacia adelante, JiYong se aferró rápidamente sus fuertes antebrazos y quedó en una posición extra?a, con sus piernas abiertas siento sujetado por las manos de su esposo en la parte interna de sus muslos, quedaron así un dos segundos antes de regresar a sus robustos hombros, al tiempo que la canción -por fin- terminaba.

-?Ese pinche lobo siempre se la rifa mamalón!- Gritó el vocalista, y toda la gente estaba vuelta loca.

En ese momento, suspendido sobre los hombros de su gordo, neta se sintió una superestrella.

La raza estaba feliz, borracha y eufórica, así que no faltaron los nacos que sacaron las pistolas comenzando a disparar al aire, otros intentaron ba?arlos en cheve, y no supo que era peor. Ay el pinche rancho, era toda una experiencia folclórica llena de cosas inesperadas.

-Te la ba?aste, chaparrito.- Escuchó el orgullo en su esposo, y sí, después de todo había estado muy chido.- Pa'la quermés de diciembre sí vamos a preparar una coreografía eh, hay que superarnos.

-Lo que tú digas, gordo.- Los hombros que lo sostenían lo hicieron saltar hacia atrás, y fue atrapado por los mamados brazos de su esposo, que lo hizo girar para tenerlo de frente y poder besarlo.

Una anécdota más para sus nietos, supuso.

Se besaron un rato, abrazados mientras los seguían jodiendo sobre el espectáculo que habían dado, pero no podría importarles menos, lo que necesitaban en ese momento era el ligero contacto afectuoso, podían sentir sus corazones acelerados, pero por la actividad física tan exigente que habían desempe?ado.

-Pinche lobo, neta que te la ba?aste, se la ba?aron los dos.- DongWook se acercó a ellos, y tuvieron que separarse, aún tenían la respiración agitada.- Quién iba a decir que algún día ese pinche gordito que se desbarataba con "Sergio el bailador" se iba a volver tremendo bailarín.- Dijo con la burla usual, pero con un tinte de nostalgia y afecto palpable. Le puso su sombrero de regreso a donde pertenecía.

-Pss ya vez, tengo al mejor maestro.- Dijo SeungHyun orgulloso estirándose para besar su mentón.

-Por tu culpa mi vieja siempre me reclama, cabrón.

-Te reclama por ojete, yo qué.- Levantó los hombros indiferente, JiYong le acomodó mejor la tejana negra, el regio sólo le sacó la lengua al mayor.

-Bueno raza, con esta nos despedimos, pero los dejamos con el DJ Monje, que todavía les va a poner música para que la pary' no pare.- El vocalista llamó la atención de la audiencia, y los cortó de su peque?a plática.

-Vamos flaco, es la última.- HanByul apareció, y se llevó a Siete arrastrándolo más cerca de la tarima que servía de escenario.

-No me voy, me llevan primo, aiuda.- Gritó el payaso de su primo político, exageradamente.

La canción comenzó.- Me cansé de rogarle.

Con esas simples palabras, toda la gente se volvió loca, y los balazos se reanudaron, además de que todos los que no estaban bailando se acercaron para la última canción.

Su marido por fin lo dejó suavemente en el suelo, y lo sostuvo como era necesario, era lenta, así que tomarían esto como su descanso, porque la fiesta estaba lejos de terminar. SeungHyun dio un grito tan ranchero que se preguntó en qué grado de la primaria le ense?aban a los norte?os a dar esos tremendos berridos.

SeungHyun lo tenía súper sujeto y pegado a su cuerpo, y se balanceaba lentamente de un lado a otro, la canción no tenía un ritmo acelerado, era más para que corearan junto al cantante y las parejas bailaran juntitos. ?l sólo se rindió, rodeando el cuello de su esposo con su brazo derecho y apoyando su cabeza en su pecho, mientras escuchaba a su gordo cantar. Algo difícil de hacer, ya que todos tenían la misma idea, además de que la banda sonaba durísimo.

-?Te acuerdas de esta canción?- Preguntó en su oído el regio.

-Algo.- Intentó hacerse al tonto, pero claro que la recordaba. Contrario a la creencia popular, su esposo no era de emborracharse hasta perderse totalmente, si no mal recordaba sólo lo había hecho tres veces en toda su vida.

Siendo JiYong el causante de dos.

-Perro oso de mi vida, pero valió la pena.- Dejó un besito en su frente y le dio su respectivo agarrón de nalga.

Pervertido y romántico, perfectamente equilibrado, como debe ser.

Siguieron bailando, con los eventuales balazos y la gente cantando de fondo; aunque él estaba cansado de tanto mover la zapatilla, la fiesta estaba lejos de terminar, porque estas madres duraban hasta más allá de la madrugada.

De repente sintió como era levantado del piso y se aferró con fuerza a los hombros ajenos, por el susto de la acción imprevista.

-?Y ahora tú?- Preguntó extra?ado viendo a los ojos al mayor ya que habían quedado casi a la misma estatura, sólo que ahora él estaba más arriba.

-No mames chaparro, se me olvidó tu tobillo.- Respondió angustiado.

?l sólo soltó una carcajada.- No mames a mí igual.- Quiso restarle importancia para que no se sintiera culpable, aunque presentía que ya era tarde para eso.

-?Y si te lastimé? No mames, al chile que sí soy un pendejo.

-No te preocupes.- Le quitó la tejana y se la puso él, tomando entre sus manos los cachetes para dejar un besito en el puchero que tenía su esposo.- De todas formas, si me rompes tú lo pagas.

-Sí, pero hay formas más ricas que romperte mi vida, no mames qué pinche desperdicio con la quebradita.

Se volvió a reír, abrazando su cabeza a su pecho.

-Chaparrito, ?neta no tienes frío?- Insistió con su pregunta, y como no quería cansarlo -aunque sabía que aguantaba bastante bien su peso- rodeó su cadera con ambas piernas.

-No, ?porqué?- JiYong acariciaba el cabello de la nuca ajena.

-Porque tus piernitas están heladas.- Y como si quisiera que lo sintiera igual, acarició uno de sus muslos.- 'Tan echas yelito.

Sólo en ese momento sintió lo fría que tenía sus extremidades, ya que la palma del otro se sentía hirviendo.- No mames, yo ni en cuenta.

-Vamos al cuarto para que te pongas algo, no quiero que te refríes.- Le dijo su gordo serio, parece que no estaba jugando.

-Okay.- Vaya, al final no iba a tener que armarla de pedo para irse a dormir, aunque no había dicho que regresarían, tampoco negó.- ?Pero tenemos que regresar? Ya tengo sue?ito.

-No, si quieres te llevo y ya pues me regreso con estos cabrones, seguro le van a seguir a la pistiada.

Oh, no, claro que no. No iba a dejarlo solo, aunque estuviera con sus primos, si la resbalosa de Dara andaba como zopilota rondando.

-Pero gordo, ?no te quieres quedar conmigo, dormir calientitos y darnos muchos besitos?- Hizo alarde de todas sus técnicas de manipulación, porque ya se le estaba acabando la pila, pero no debía ser culero, aún contaba como cumplea?os de su gordo más porque no lo había disfrutado totalmente por andar ensayando todo el día.

-Oh, chaparro, no me hagas eso, sabes que no puedo elegir nada encima de tus besitos, no es justo.

-Pues no te estoy diciendo que no, sólo te comparto mi plan para la noche.

El mayor se rió.- Eres un cabroncito manipulador.

-Ajá, ?y luego?

-Vamos a que te cambies, y me quedo un ratito hasta que te duermas y ya me sigo la peda.

-No, gordo.- Renegó, porque no quería dejarlo solo.

-Pero amor…- Suspiró el regio al ver sus ojitos suplicarle.

-Además, deberías dormirte, ma?ana tienes trabajo.

-Asu putamadre, ni me lo recuerdes.- Dio un grito harto de su vida godín.

Y ahí se sintió culpable, porque este peque?o puentecito clandestino era lo que su esponjadito chambeador se merecía, y pues no podía joderlo antes de tiempo.

-Vamos, me cambio y regresamos.- Esta a bien ceder de vez en cuando.

-?Neta?- Preguntó súper sorprendido de su cambio de planes, porque obviamente sabía que SeungHyun jamás lo desobedecería si le pedía que no fuera con sus primos, y ahí se preguntó quién le había hecho tanto da?o, y tuvo que golpearse mentalmente, porque pues sí, él era el que lo traía súper cortito con los permisos para tomar.

Aunque en este caso era meramente para alejarlo de la suripanta de Sandara.

La canción ya había terminado desde hace unos minutos, pero la gente no parecía tener intención de irse a sus hogares pronto, aún quedaba una buenas horas de música antes de que se cerrara la plaza.

SeungHyun lo dejó en el piso, e inmediatamente se quitó la chaqueta poniéndosela sobre los hombros.

Amaba que su marido lo cuidara tanto.

Se debía ver chistoso con sus shorts cortitos, sus botas que le llegaban casi a la rodilla, la chamarra con flecos de su esposo que le quedaba enorme y la tejana hurtada para rematar su outfit. Sirviendo ranchero realness.

Su gordo lo rodeó de la cintura, y comenzaron a caminar hacia la casa de los abuelos, cuando ChanYeol les gritó.- ?Ora! ?A poco ya se van?- Llegó corriendo a su lado, bloqueándoles el paso.

-No, vamos a que mi se?ora se cambie porque ya arreció el frío.

-Ah, simón, simón, no queremos que la Gran Se?ora se nos enferme.- Asintió y les hizo una se?a con la cabeza.- Es que se van a quedar un rato y luego vamos a hacer fogata como anoche.

-Perfecto, no tardamos.

-?Pero no tarden!- Les dijo y se dirigió de regreso a la fiesta.

JiYong lo vio y topó su mirada nuevamente con Dada.

Maldita vieja liosa que sólo lo encabronaba con verla tantito, le hervía la sangre del coraje.

-Gordo, creo que sí tengo frío.- Dijo haciendo un puchero.

Su ingenuo ranchero sólo lo abrazó más a él.- Ah, pinche chaparro, te dije que estabas helado. Ven.- Se agachó un poco para cargarlo y se le colgó al más alto como koala, contento mientras sus grandes manos intentaban calentarle los muslos.- A ver si así te da más calorcito, y tápate mejor con la chaqueta.- El pobre estaba preocupado, pero no se arrepentía de nada.

Estaba seguro que el último órgano que le quedaba bien a la vieja esa había reventado cuando vio al caballero hermoso con el que se había casado cargarlo y llevarlo a su destino. Quiso sacarle la lengua, porque seguían en su tercera batalla visual, y como JiYong se volvía un ni?o cuando se trataba de SeungHyun, lo hizo, no se limitó ni trató de hacerse al maduro, así que le sacó la lengua, la única que había probado -y probaría- la verga del regio, al igual que le puso cara de "muérete de envidia perra zopilota, él es mío y me súper ama tanto que me cargaría al fin del mundo si se lo pidiera".

Cuando la otra cortó el contacto, sintió una cerda satisfacción. Se lo merecía por robarle el primer beso a su gordo, sabía que no había forma de que ellos fueran el primer beso del otro, pero le gustaba pensar que en alguna realidad alternativa, ellos se pudieron haber conocido en el kinder y compartir ese hermoso momento.

Pero no era posible, así que lo único que le quedaba de ahora en adelante era alejar a su esposo de esa pendeja y hacerle la vida lo más miserable que pudiera, pero obvio sin darle tanta importancia, porque igual y se iba a creer la suripanta su cuento de que representaba alguna amenaza para su matrimonio y eso jamás.

Rápidamente llegaron a su cuarto, y tuvo que buscar entre su maleta algún pantalón que dejara satisfecho a su esponjadito, porque obvio no lo iba a dejar salir con algo ligero. Aunque el cuento del frío era obviamente falso, pero si ya lo había iniciado, tenía que seguir con la farsa hasta el final.

Después de fajar por un buen rato, porque su gordo no lo podía ver en calzones sin querer aunque sea manosearlo tantito, salieron de regreso a la peda popular a seguirle, pero ahora él usando un pans gris que a veces usaba para correr en invierno, y su SeungHyun sólo se puso una sudadera, porque él se negaba a regresarle su chaqueta. Olía deliciosamente al ranchero, con todo y el ligero aroma a vaca por la visita que hicieron al establo horas atrás.

Además que no había nada más sexy que usar la ropa de tu vato.

Como tampoco le había regresado su tejana, el pobrecito se puso una gorra, a JiYong igual le encantaba cómo se veía con gorra, en especial cuando se la ponía para atrás. Se veía como un chamaquito meco, se esos que le mamaban cuando estaba en la secundaria, y lo recordaba enormemente a cómo se vestía cuando lo conoció, mitad cholo, mitad ranchero.

A pesar de que la plaza seguía llena, ya se había ido una buena cantidad de la gente que vivía en el pueblo, además de si no mal recordaba, habían venido a la fiesta personas de varios poblados vecinos. Vio a los primos de su gordo bailar con sus parejas, con chela en mano, además que sus tíos estaban platicando sentados en unas bancas más alejados de todo el desmadre. Quiso ir con ellos como la buena se?ora que era, porque estaba agotado, pero su marido lo jaló con los más "jóvenes".

?Neta quería seguir bailando?

Y pues sí, estuvo bailando pegadito a su gordo un par de canciones antes de ser llamados por los mayores, porque ya se iban a ir a dormir, porque era tarde y en la ma?ana muchos iban a partir de regreso a Monterrey, o como el padre de ChanYeol, que sin importar el día que fuera, tenía que trabajar con el ganado y todas esas cosas que hacían los ganaderos. Ellos iban a partir en un par de horas, porque si querían llegar a tiempo para la hora de entrada de su marido, debían tomar el único vuelo que salía temprano, que era a las seis y media, sino ni de chiste iba a llegar, porque el siguiente era hasta a las once o algo así, y ya para entonces se podría considerar despedido.

Y ese era un lujo que no se podían dar, al menos no ahora.

Se despidieron de besitos, abrazos y la promesa de regresar en diciembre. Su suegra le dijo que los despertaran antes de irse para que les dieran los quesos, las tortillas de harina y el chile pasado que nunca podía faltar en su hogar, y aunque le daba pena, sabía que si no hacía lo que la mujer le pedía sería peor, así que asintió sumisamente.

Sabía que las despedidas eran necesarias, pero no por eso eran menos tristes.

-?'Tons jalan a seguir pistiando?- Dijo DongHae que definitivamente no debía seguir tomando, pero al parecer eso no le importaba.

-A huevo, pa' eso regresamos, sólo que no puedo tomar más.- Su marido puso cara de disculpa, porque necesitaba estar sobrio de aquí en cinco horas.

-Ots, así que chiste. Anda, ni vas a manejar, además que una no es ninguna.- Le dio una de las botellitas cafés que tenía en la mano y SeungHyun sólo lo volteó a ver, preguntando como el buen mandilón que era.

JiYong suspiró, asintiendo.

Una no es ninguna.

Algo que había aprendido SeungHyun con el paso de los a?os, es que cuando alguien te decía esa mamada de "una no es ninguna", es porque te iba a empedar, de una forma que ni tú te lo podías imaginar. Igual era una doble negación, porque obviamente una no era ninguna, una era una. Y una te llevaba a dos, y dos a tres y así sustantivamente hasta que terminabas pedísimo en la camioneta, abrazado a tu chaparrito que igual estaba alcoholizado, pero no como tú.

Porque sí, obviamente si estaba en este estado lamentable, era porque su esposo lo había permitido, al igual que le había entrado fuerte el también.

Pensó que después de la tocada mamalona, la batalla épica de su chaparrito contra la pinche Whiskas, el mejor regalo del mundo -su Fabio hermoso-, una de las mejores cogidas que le habían puesto en el a?o y la forma en que habían despedazado la pista bailando "La María", nada más pasaría. Estaba muy equivocado.

Sí, había sido una chingona forma de pasar su cumplea?os número treinta, pero al parecer sus primos tenían otra idea, una muy mala.

Mamarlo hasta perder la consciencia.

Para acabarla, su chaparrito lo había traicionado. ?l recibió el dinero correspondiente de su cumplea?os por parte de su abuelo, y lo había entregado a sus primos para que lo empedaran, esto obviamente pasó porque su esposo ya estaba mal. Cuando Siete lo había interrogado sobre el bono anual que todos recibían de parte del anciano, se lo había dado sin siquiera dudar.

Eran diez billetes de quinientos pesos, y si quería ganárselos, iba a tener que tomar un shot por cada uno de ellos, sino sólo recibiría los que alcanzara a tragarse, eso fue lo que le dijeron. Estuvo tentado a simplemente agarrar el papel moneda y huir, pero cuando vio a San Siwon, su único aliado, unirse al lado del maligno, supo que tendría que hacerlo.

JiYong le dijo que no era para tanto, retándolo a que si llegaba hasta el final, él le daría el último shot directo de su boca, y eso lo motivó a chingárselos todos, sabía que era una tremenda estupidez por parte de los dos, pero ni de pedo quería perder su dinerito.

Así que como el macho que era, no se rajó y se chingó los nueve caballitos de tequila, mirando a su chaparrito quedándole sólo el último, y aunque pensó por un momento que se haría al pendejo, porque no había dejado de granar todo ese momento, le entregó su iPhone al san petrino para que capturara este momento. JiYong tomó el vasito que quedaba, llevándoselo a su boca pero sin tragarlo, le hizo se?as para que el mayor se acercara a él y se besaron apasionadamente, compartiendo el fuerte trago de licor, mezclado con lo dulce de los carnosos labios contrarios.

Desde ahí todo lo recordaba muy borroso.

Sabía que habían bailado, disparado la pistola de la Aguja, bailado un poco más, hasta se habían aventado un duelo de canto a lo "Dos Tipos de Cuidado" entre Siete y él -su borrachito amor había estado feliz por ahora ser capaz de entender tantas referencias-, llegaron a asaltar lo que había quedado de la barbacoa que hizo su papá y lo que había terminado con él, fue el básquet. Era terrible jugando, a diferencia de Yoda que dirigía el otro equipo, y si encima a?adía lo súper pedos que estaban con excepción del conductor designado, había sido un desastre.

Afortunadamente San Siwon, que había bebido más moderadamente, lo había detenido antes de que rompiera su récord de sólo tres pedas brutales en la vida. Pero aún así, estaba rozando en ese límite, y no tenía ni la más mínima idea de como mierda iba a llegar a su trabajo, o siquiera a subirse al avión.

Además que iban tarde, muy tarde.

Aunque Yoda iba hecho la mierda, era imposible llegar a su vuelo. Habían salido del rancho casi a las cinco, y aunque ya estaban cerca del aeropuerto de la ciudad, normalmente se hacían cuatro horas y media desde Escobedo. Iban a llegar rayando al siguiente, apenas y lo lograrían según la página, era a las diez veinte. Como eran premier, seguro les darían preferencia. Eso es lo que se rezaba, pero era difícil siendo un hereje de primera, además que el alcohol le seguía nublando su mente, aunque estuviera cagado de miedo y hubiera recuperado buena parte de su consciencia.

-Pinche primo, te la ba?aste, te dije a qué hora salíamos y me dijiste que a medio día tenías que estar en tu trabajo.

-?Te dije que a medio día tengo una junta impodtante!- Dijo molesto, pero se le medio dormía la lengua, así que lo pronunció gracioso.

-La neta no debí de haberte hecho caso, ya estabas medio pedo, no se te entendía.- Yoda se veía estresado, como si el que fuera a perder su chamba fuera él.

-?Vete a la vedga!- Se rió de si mismo cuando se escuchó hablar así.

-Deberías despertar al JiYong, ya vamos a llegar y hay que bajar todo en chinga.

Asintió, y movió con suavidad al inconsciente de su esposo.- Hermoso, hermoso.- Llamó con suavidad, porque el alcohol de sus venas podía tenerlo mal, pero no tanto como para molestar a su chaparrito del alma.

El bello durmiente soltó unos quejidos y abrió lentamente sus ojitos preciosos.- ?Gordo?

-Sí, mi amor, ya casi llegamos, vete despejando.- SeungHyun le sonrió acariciando su cabecita.

Se talló sus ojos con uno de sus pu?itos, como si de un ni?o chiquito de tratase. Se veía tan tierno, sobre todo con ese pucherito en sus labios, quiso besarlo.

-Mi ni?o hermoso.- No se resistió y lo hizo.

-?pale, épale, aquí ando.- ChanYeol le aventó el vaso vacío de cartón, del par de cafés que habían comprado en el Oxxo, con la esperanza de que se le bajara la ebriedad.- No empiecen con sus cosas.

-'Ora, es un besito, pinche burro amargado.- Dijo separándose de su esposo.

-He escuchado historias de terror...- Dejó el comentario al aire, sin a?adir más.

-?De qué hablas, pendejo?

-Nada, nada.

Abrazó a su JiYong, que se pegó a su pecho, renuente a despertar del todo.

Pasaron unos diez minutos y pudo divisar el peque?o aeropuerto de la ciudad de Victoria Durango, tenía a?os sin ir, pero parecía que seguía igual que siempre.

-Bueno primo, vamos rápido o se van a quedar otro día.

No, SeungHyun no podía faltar, si salía corriendo del aeropuerto, con suerte podría llegar antes que el pendejo de su jefe, y con más suerte ni notaría que había llegado condenadamente tarde.

Revisó su reloj y eran las nueve cuarenta, estaban al límite para ser aceptados en el vuelo, así que se apresuró en bajar las maletas y mientras el burro hacía honor a su nombre llevando la mayoría del equipaje que traían, SeungHyun fue por su hermoso dormilón.

-Vamos precioso, ?quieres que te cargue?- Preguntó, cada vez más recuperado, aunque la cafeína tenía efecto retardado en su cuerpo, medio estaba funcionando. Sólo esperaba que no notaran su aliento alcohólico. Buscó la caja de chicles en su pantalón y se metió un bonche de cloret's, masticándolos como vaca, listo, con esto ya la debía librar.

-Chí.- Dijo el menor, estirando sus bracitos con buscando ser cargado como lo propuso.

Lo abrazó con un poco de dificultad, y Jiyong se enredó a él cual pulpo-koala y por fin pudo sacarlo de la camioneta. Cerró la puerta y tomó la maleta que quedaba con su mano libre, porque la derecha estaba demasiado ocupado sosteniendo a su chaparrito.

Todo iba bien al parecer, no había fila en el área premier así que pasaron directo, y el regio explicó que necesitaban el cambio, siendo la mujer muy comprensiva y puesto que eran preferente, hizo el cambio y comenzó todo el trámite sin preguntar mucho. Su esposo ya no era cargado, pero sí lo tenía abrazado a su pecho, aún dormitando.

Unos veinte minutos después, ya estaba todo listo, con sus maletas cargadas de productos de primera necesidad, exportaciones directas del rancho, todas libres de impuestos. Aparentemente todo iba bien, pero SeungHyun ya debía de hacerse a la idea de que si todo iba masomenitos, es porque algo terrible se avecinaba.

-?Ja! ?No mames que tienen neta una sola terminal! ?Wow, qué cagada es la provincia!- Se le heló la sangre con esa voz, y por la forma en que su esposo se separó de él para mirar en dirección del grito de cacatúa, él también lo había reconocido.

Debía ser una puta broma.

-Gordo, gordo, no, escóndenos.- JiYong sonaba paniqueado, y no era para menos.

?Qué verga hacía BaekHyun en Durango?

-?JiYong! ?Gordo!- Gritó el licenciado en nutrición, desde el otro lado de la sala.

?Cómo carajo los había visto? Si no fuera por sus parloteos de chachalaca, ellos ni cuenta se hubieran dado de su presencia. Ah, y de Tamalito, que era el que venía cargando todas las maletas, que no eran precisamente pocas.

Su chaparro estaba en scok, tanto que ni le había importado que lo llamara "gordo".

-?Qué hacen aquí? ?No que se iban a ir a la tierra del cabrito?- BaekHyun se veía fresco, como si estuviera acostumbrado a madrugar -algo que nunca hacía, porque revivía hasta a medio día-.

-Ah, pues, es que hubo cambio de planes, Chule.- SeungHyun tenía miedo, terror, porque por a?os se las habían ingeniado para nunca dejar a "La chule" cerca de su familia. JiYong no quería que bajo ninguna circunstancia los conociera, él una teoría aunque nunca lo habían hablado explícitamente, pero si su se?ora los quería separados, eso haría.- ?Y ustedes que hacen aquí? Pensé que solo ibas al norte si era pasando el Río Bravo.

-Ah, pues ya vez, la vida.- Le restó importancia con la mano.

-La loca esta quiere que vayamos a acusar a LuHan con su mamá, por dejarme.- Intervino MinSeok.- Sólo vine por la comida de mi suegra.

-Ex-suegra.- A?adió malicioso el ahora rubio platinado.- Porque ni crea el pobre que van a volver, además que deberías ya hacerle caso a KyungSoo papacito, me lo he querido tirar desde la uni y nomás no se deja.

-?Mona!- Reclamó el cardiólogo ofendido y muy rojo.

-?Que no me digas así, chingadamadre!- BaekHyun no sonaba molesto, más bien divertido.

Los primos siguieron discutiendo, y el silencio rotundo de su esposo lo preocupó, seguía como helado de vainilla.

-?Nada que ver, tamalito! Oye, sí, gordo, ?Y tu primo sabroso ese que me presumiste? No mames intenté hackear tu face y no más no pude, ya acéptame ?no? O mínimo en tu insta.

-?No!- JiYong reaccionó en el peor momento, porque a la Chule no le podías decir que no, porque más lo hacía.

-?No, qué? ?No me va a aceptar? ?No me va a presentar a su primo? Anda gordo, ha de ser bien grandote y todo un potro, como dice mi primo. ?Está aquí? Quisiera decirle una cosa o dos.

Ya se imaginaba qué podría querer hablar ese lujurioso promiscuo, era una fortuna que no había aceptado que San SiWon los llevara, porque ahí sí que se armaba.

Y así se le prendió la cabeza, y no la de abajo.

-?Ah, claro que sí! ?Aquí anda! Justo se iba a ir a Mazatlán.- SeungHyun podría tener miles de defectos, pero el no saber improvisar no era uno de ellos.- ?Primo!- Se giró para buscar a Yoda, y estaba de hecho detrás de él, en un scok peor que en el que ellos estaban.

Oh, no, no, no, él había visto esa mirada antes, en sí mismo.

Tenía la boca abierta como todo un tarado, y seguramente muchas moscas ya habían entrado y salido y él ni en cuenta. Esto era como la premisa de una película de romance post-apocalíptica, pero era esto o que el primo de su esposo bajara hasta el rancho, siendo conocidos de la familia de LuHan, no tardarían mucho en enterarse cómo llegar, y lo peor sería que cuando llegaran a General Escobedo, ya no habría nadie y la frustración lo haría volar a Monterrey. El verdadero campo minado.

Sí, si había que sacrificar a alguien, sería al pinche Burro.

-Mira este cabrón es mi primo, Choi ChanYeol, es bien cuero, rico, alto y guapo, como te gustan.- Le presentó orgulloso de su prole.

-?Rico? ?Apoco te agarraste al más jodido, prima?- Se burló BaekHyun.- No está nada mal, pero me dijiste que tenía hoyuelos como tú.

Era peor que andar vendiendo a un buey, bueno, casi era lo mismo.

Vio las negras intenciones de su chaparrito de responder algo referente a su pene -lo conocía de pi a pa- así que sutilmente le puso una mano en la boquita del pecado, y con la otra tomó del brazo a su tímido y petrificado primo.

-Sí, mi familia que dejó el rancho es la pobre, este galán así como lo ves todo humilde, en realidad es un heredero ganadero.- Lo acercó más al otro muchacho bajito.- Es un partidazo, y aparte de todo, soltero y sin compromisos.

-Ah, qué bueno, aunque si tenía compromiso yo lo liberaba de eso.- BaekHyun le puso una mano en el pecho, y la subió para cerrar la boca que seguía abierta.- Wow, sí que eres guapo.- Dijo inspeccionando su rostro más de cerca,

-Yoda, este es el primo de mi chaparrito, Byun BaekHyun.- Dijo feliz, porque ya estaba bien cerrado este trato, pero de repente el otro abrió muy grande los ojos.

-?Pri-primo?- Fue lo primero que dijo el ranchero más grande.

BaekHyun se mordió el labio, por lo profundo del timbre de su voz.- Tienes una voz muy hermosa, galán. Creo que sí me quedaré contigo.- Le gui?ó un ojo, coqueto.

Entonces el pinche Burro se alejó, y casi salió corriendo del lugar.

-?Y ahora?- Preguntó el rubio, ligeramente ofendido.

-No sé, esperen aquí.- Fue detrás del más alto, y lo tomó del brazo.- ?Y a ti qué verga te pasa?- Preguntó molesto, pero tratando de no levantar la voz.

-No mames, no mames, no mames.- Yoda estaba muy que se lo llevaba la chingada.

-?Y 'ora tú qué-?

-?Es vato?- Preguntó bajito su primo más alto.

-?Qué?- No había entendido lo que dijo.

- ?La "Chule" es vato?- Hizo las comillas con las manos, y se tomó el rostro con frustración. Trataba de controlar su asombro y ?vergüenza?

-Claro que es vato, ?O pensaste que era una morra súper plana?- Dijo el regio extra?ado.

-?Pus sí!

-Wey, entiendo que Dara está bien tabla, pero no mames.

-?No está tabla!- Defendió a la mujer de los comentarios de su primo menor.

-Claro que sí, recuerdo que cuando estábamos en la secu unas morras le decían la legendaria tabla del uno, por fácil y plana.

-?No mames, no hables así de ella! ?Es nuestra prima, wey!- El duranguense lo rega?ó.

-?Eso mismo te digo cabrón! ?Kiaska tú!

-?No mames Lobo me gustan las viejas!- Intentó excusarse Yoda.

-A no sí pues.- SeungHyun intentó disimular su asombro, porque siempre creyó que era closetero y que por eso decía eso de que le gustaba la Dara. Aunque según él era peor ser incestuoso que joto, pero como eran del norte igual y sí era más aceptado.

-?Es neta! No todos somos jotos como tú.- Le reclamó por querer juntarlo con un hombre que no conocía de nada.

-A ver, a ver, yo no soy joto, soy chaparritosexual, eh, respétame perro.- Defendió su sexualidad, porque nadie iba a levantarle falsos.

-El punto es que comes, ya sabes.- Hizo una se?a bastante gráfica sobre sexo oral masculino, usando su pu?o derecho y su lengua golpeando la parte interna de su mejilla.

-En este momento, créeme que te viste rejoto.

-?Lobo!

-Yoda, ?sólo hazme el paro!- Suplicó, cambiando de técnica.

-?No me lo voy a coger!- ChanYeol casi gritó, pero le hizo se?as para que bajara la voz.

-Nunca dije que tenías que cogértelo, sólo llévalo lejos del rancho tanto como puedas.

-?Qué te hace creer que quiere ir al rancho?- Preguntó confundido el más alto.

-?No lo sé! ?Por eso te digo!

-Pss llévatelo ya a la CDMX.- Dijo como si fuera lo más lógico.

-No mames, es peor si sabe que lo queremos lejos del rancho.- El esponjadito estaba desesperado, tal vez por eso no pensaba con claridad.- Primo, llévate mi camioneta si quieres, te voy a deber una enorme si mantienes a ese cabrón lo más lejos que puedas de Escobedo, porfa, te lo suplico.

-?Neta es tan malo?

-No lo sé, sólo sé que a mi chaparrito le va a dar un puto colapso nervioso si esa loca se llega a enterar de su nuevo apodo.

-?La Gran-?- El menor le cubrió la boca con la mano.

-Te lo ruego, Chano, neta.

Sí, era un poco vergonzoso decirle así, pero en serio tenía miedo de la información que podría caer en las garras de ese cabrón. Llevaban a?os aislando a ese jodón de su familia, porque por alguna razón, su chaparrito siempre terminaba saliendo con su espectáculo y pérdida de compostura en el rancho; sus parientes siempre lo habían adorado por eso, pero sí había tenido momentos demasiado vergonzosos, como el de ayer, arrastrando a su prima por el suelo.

ChanYeol sólo suspiró, y supo que ya lo tenía.

-No lo voy a besar.

-Claro que no, a menos que tú quieras.- Le gui?ó un ojo, y aunque internamente seguía ansioso, porque para acabarla de joder, había elegido como su "salvador" al más torpe e imprudente de su raza.

Lo tomó del brazo, y regresaron juntos con los primos hermanos, que hablaban animadamente. Levantó su pulgar a su esposo para darle a entender que ya tenían distractor, y lo notó relajarse un poco, pero no del todo, seguramente pensando lo mismo que él.

-Listo se?oras, ya tienen chambelan para su visita.- SeungHyun le dio una palmadita amistosa a su hombro tenso.

-Así que te dicen burro, me pregunto porqué.- BaekHyun se puso del otro lado y se prendió al brazo de su pobre primo, y sólo ahí sintió pena por él.

Aunque ese sonrojo en sus mejillas, lo hizo creer que no iba a ser tan malo.

O al menos eso esperaba…

Ah pinche rancho de mierda, si no fuera por su Fabio precioso, ni regresaría, puras desgracias ocurrían ahí.

Culo si no.