Encuentro 1: Ninjutsu vs Karate.

Ibuki no era precisamente de esas personas que le gustaba liarse a pu?os todo el tiempo, de hecho, si el destino hubiera sido más benevolente, y le hubiera dado una vida más normal, ni siquiera hubiera sabido la diferencia entre un Kunai y un cuchillo de cocina; pero en esta vida le había tocado ser Ninja y nada se podía hacer.

Mas de alguna vez le había renegado a su entrenamiento, lo llamaba extra?o, con ropa fea y no acorde a los gustos habituales de una adolescente.

Pero…

Esto no quería decir que odiara su contraparte ninja, es solo que… quería llevarla en conjunto con la normalidad. Pero al parecer la "normalidad" se le dispersaba como el humo que solía crear con sus técnicas.


Después de su combate contra Oro, unos cuantos meses en la universidad (y otro exhaustivo entrenamiento secreto) había algo más que hacer; es por eso que estaba aquí hoy, en un solitario predio, en la agónica hora del atardecer, bajo la mirada de sus dos amigas de confianza Sarai y Elena, frente a una rival a la que había prometido intercambiar combate por silencio.

La rival en cuestión se llamaba Makoto, heredera del estilo Rindo-kan. Makoto Aterrizo en su vida como un meteoro; intensa, combativa… ruidosa si lo prefieren, pero muy honorable y comprometida con el arte marcial que le dejo su amado padre.

El viento vespertino zarandeo los mechones de las contendientes, hubo un saludo de respeto e inmediatamente alistaron esas posturas de lucha que les fueron inculcadas desde la cuna; después pasaron al estudio, al típico caminadito en circulo que buscaba la apertura correcta; esto sorprendió un poco a la Kunoichi, ya que esperaba que la Karateka le saltara encima.

Después de varios minutos se dejó de buscar el arranque correcto y como si estuvieran sincronizadas se lanzaron al mismo tiempo. Makoto lanzo un pu?etazo recto que fue a dar al antebrazo de la Kunoichi,

?La calma que me mostro al inicio fue solo fachada? – Se pregunto Ibuki.

Makoto era agresiva e Ibuki lo sentía, cada vez que sentia los nudillos de su rival chocar contra su antebrazo, cuando una patada le pasaba rozando la cabeza o intentaba barrerle el pie, pero pronto reafirmo lo que le dijo el día que se conocieron; tenía puntos ciegos, debido al apego de los movimientos en línea recta típicos del karate tradicional; Ibuki aprovecharía estas deficiencias muy pronto. Fue así que Makoto lanzo un pu?etazo recto al abdomen de la ninja, pero Ibuki bloqueo con su antebrazo para estropear la recta trayectoria de ese golpe, antes que Makoto lanzara un segundo pu?etazo, Ibuki pudo adelantarse y estrellar la palma de su mano en la nariz de Makoto y posteriormente le dio una patada en el estómago tan fuerte que la mando despedida hacia el suelo.

El combate se pauso. Makoto quedo tendida en el suelo en medio del polvazón que había levantado, Ibuki deshizo su postura, temiendo que quizá había hecho más da?o del que pudo prever. Makoto se reincorporo, pero sin despegar la vista del suelo, luego con la manga de su Karategi se restregó la nariz; cuando finalmente levanto la mirada Ibuki frunció levemente el ce?o al verle el uniforme manchado, le había desangrado la nariz con ese golpe.

Makoto pensó no solo en ser más cuidadosa, sino que también más versátil, después de todo estaba frente a la persona que logro ara?ar al mítico Oro, cosa que ni su padre pudo. La kunoichi retomo su postura de lucha entre dudas; por un lado, no quería lastimar gravemente a Makoto, después de todo este combate no era más que el cumplimiento de una cláusula, pero por otro lado no deseaba desistir, su orgullo de lucha era más fuerte de lo que podía imaginar.

La pelea se reanudo. Una vez más las contendientes se enfrascaron en un ajedrez humano donde los peones a gastar eran las técnicas y bloqueos tan característicos de sus artes. Makoto entendió que sus ataques rectilíneos podían ser facilmente leídos, entonces decidió optar por algo que los ninjas suelen aprovechar: el enga?o. Entonces fingió volver a la impulsividad, Ibuki pensó en recurrir a la misma estrategia, bloquear su pu?etazo izquierdo y aprovechar el timing correcto; sin embargo, no sabía que esto no le iba a funcionar una segunda vez. Makoto lanzo un pu?etazo izquierdo que fácilmente fue bloqueado por Ibuki. A punto de repetir el golpe a la nariz, pero Makoto no solo bloqueo ese golpe, sino que le agarro la mu?eca, se metió totalmente en la zona de su oponente, metió su otro brazo por debajo de la axila de ibuki, para controlar todo el brazo de su rival, y con un giro rápido de cadera y un fuerte jalón, logro proyectar a Ibuki contra el suelo, pero la maniobra no termino allí, aprovechando los segundos que Ibuki resentía la caída, propino, uno, dos, tres, cuatro pu?etazos directo a su costilla, cuando iba lanzar el quinto golpe (y definitivo según Makoto) Ibuki desapareció en una peque?a cortina de humo y apareciendo al otro lado para darle un par de pu?etazos en la cabeza.

Saraí al ver a su mejor amiga recibir castigo, quiso intervenir en la pelea, pero la mano de Elena posarse en su hombro se lo impidió, la africana siempre llevaba una amigable sonrisa en su rostro, pero esta vez se mostró inusualmente seria.

– No intervengas. Por hoy es necesario que sea así, pero te prometo que yo misma las detendré si se pierde el rumbo.

Sarai no podía entender a que se refería con "rumbo", ya que apenas se estaba adentrando al mundillo de las artes marciales; y por ende le faltaba comprender esos sentires, esos" porque" de los peleadores al alzar sus pu?os. Pero deseaba entenderlo, y no ser un obstáculo para su mejor amiga.

Las dos amigas volvieron su atención a la pelea cuando escucharon un golpe seco; Ibuki había caído otra vez, una patada circular en la cabeza la había tumbado. Ibuki se quedó en el suelo, la tierra se habia mesclado con un hilo de sangre que salia de una herida en su ceja izquierda; esa última patada le había hecho un buen da?o. Ibuki agarro un pu?ado de zacate tierrozo como si agarrara un pu?ado de voluntad. Ibuki logro ponerse de pie pero con dificultades para enfocar; todo daba vueltas, y su oido captaba los sonidos un tanto distorcionados. Makoto al verla en ese estado reflexiono que quizá ya había sido suficiente. Pero Ibuki, la chica que le renegaba de su entrenamiento, que deseaba la vida normal ?quería seguir peleando? así que sacudió la cabeza para quitarse el mareo y retomo su postura.

– ?Estas segura de esto? – Pregunto la Karateka.

– No más contratiempos.

Makoto sonrió y le contesto: – Como desees.

El clímax de la batalla dio inicio, y tal como Ibuki lo dijo, no hubo más contratiempos, no más caminatas dramáticas, fue un lance "a la carga" en toda regla. En esta etapa, los bloqueos disminuyeron, aumentaron los golpes directos y otros "trucos". Ibuki llevaba la delantera en esto, empezó a recurrir a la profundidad del Ninjutsu y utilizar aún más sus técnicas de desaparición para evitar golpes directos, ademanes enmara?ados y humo confundían a Makoto que infructuosamente intentaba dar en el blanco, al mismo tiempo que intentaba evadir y resisitir los ataques.

En una de esas Ibuki desapareció de su vista, Makoto la busco rápidamente, pero no estaba en ninguna parte. De pronto una sombra la cubrió; al sentir la amenaza cernirse sobre ella, levanto la mirada y vio a Ibuki que aterrizaba peligrosamente como un águila que se avienta en picada para clavar sus garras sobre su presa. El tiempo pareció ralentizarse y en ese instante Makoto supo que aunque el ataque era inevitable, se aseguraría de gastar una última carta.

El sol estaba a un "hilito" de distancia y se llevaba consigo el furor de la pelea. La joven ninja y la heredera del Rindo-Kan se quedaron mirando, quizá esperando a ver quién caía primero o quien aceptara la derrota, pero no hubo palabras, solo el viento y los pájaros vespertinos estaban haciendo ruido. Entonces el sol se fue del todo, Makoto esbozo una sonrisa, sonrisa que Ibuki correspondió. Luego con toda humildad y satisfacción Makoto hizo una reverencia, pero este gesto casi acaba mal, estaba bastante dolida y por poco se le iba la consciencia, Ibuki al notar esto intento evitarle la caida, pero también sintió el mismo malestar, sus amigas y únicas espectadoras llegaron a socorrerlas. Elena intento convencer a Makoto de llevarla en su espalda, pero la Karateka se negó; desafortunadamente el cansancio no estaba de acuerdo con su orgullo y termino aceptandolo; Elena dio una risita de ratón y se la llevo. Ibuki fue menos orgullosa y acepto el dulce gesto de Sarai de limpiar la sangre del corte de su ceja; Ibuki se fue al poco tiempo, cojeando y apoyada en el hombro de su amiga.


Potente y varonil, un gallo se alzó al mismo tiempo que el amanecer, dispuesto a cumplir ese rol que la naturaleza le impuso; su canto logro despertar a Elena. Se sacudió los rezagos de sue?o y se levantó, dio una breve visita al ba?o y después fue a ver Makoto, Elena abrió los ojos de par en par al ver la cama vacía y perfectamente ordenada, pero su admiración fue fugaz; sabía perfectamente donde encontrarla. Así que se fue al viejo dojo que estaba en la misma propiedad y tal como era de esperarse, la encontró practicando sus Katas.

Elena se apoyó en una de las paredes del dojo y le dijo: – Deberías estar descansando.

– He perdido un día de entrenamiento – Dijo al mismo tiempo que tiro el pu?o derecho, que por cierto estaba hinchado y enmara?ado en vendas – No puedo permitir que una derrota trunque mi progreso.

Makoto intento hacer una patada circular, pero un mareo acompa?ado de un dolor de cabeza le boto el impulso y posteriormente cayó de rodillas, Elena llego, se acurruco a su lado, puso sus manos en sus hombros y le pregunto:

– ?Realmente crees que perdiste esa pelea?

Makoto volvió su mirada a su mano lastimada, recordó el instante que esa patada en picada se acercaba peligrosa e inevitablemente, y a ella solo se le ocurrio alzar un pu?etazo para evitar un da?o mayor, entonces en lugar de dar una respuesta cargada de orgullo, esbozo una sonrisa, la verdad es que el resultado la tenía sin cuidado; Ibuki había cumplido satisfactoriamente con su parte del trato, pero más que eso, su rival le ayudo a enriquecer su experiencia, tal vez en otro momento medirían fuerzas… Aunque… si tenía dos preguntas ?Ibuki Habrá despertado ya? ?Qué tanto estaría resintiendo las secuelas del combate?

La respuesta fue un "si" que Makoto no sabría hasta quien sabe cuándo. Ibuki había despertado desorientada y afligida por su itinerario universitario, hubiera salido de la cama de un brinco de no ser porque Sarai estaba cerca para impedírselo.

– Hoy es domingo, así que tienes 24 horas más para descansar.

Por un momento Ibuki intento recomponer su noción del tiempo, luego paso sus manos por su rostro, y sintió un esparadrapo en su mejía derecha y una venda alrededor de la cabeza, luego miro a su amiga de forma dubitativa; con una sonrisa Sarai se adelantó a contestarle que la había traído a casa y que gracias a las ense?anzas del maestro Sanjou pudo tratar sus heridas.

De los labios de la Kunoichi salió el gracias más sincero que pudo darle. Luego se dejó caer en la cama, y aunque estaba bastante adolorida, alcanzo a sonreír, satisfecha por haber salido de ese compromiso, compromiso con su rival, compromiso con su amiga...


A diferencia de Makoto, Ibuki no era precisamente una persona que le gustaba liarse a pu?etazos todo el tiempo, si tan solo el destino hubiera sido más benevolente, no hubiera sabido la diferencia entre un Kunai y un cuchillo de cocina; pero en esta vida le había tocado ser Ninja y nada se podía hacer.

No obstante, esto no quería decir que odiara el arte del Ninjutsu, después de todo, dado el poco convencionalismo de su vida, tenía sus cosas positivas, tenia una familia al cual pertenecer, y amigas que valían su peso en oro (pese a la rivalidad que tenía como una de ellas) Quizá, solo quizá, había tenido más suerte de la que podía imaginar, ya que la normalidad podía ser tan aburrida.


Notas de la autora:

Bueno… Primer one shot de esta peque?a serie, digo peque?a, porque creo que solo habrá cuatro o cinco en esta sección.

Los eventos de este one shot ocurren exactamente después de Ibuki legends de UDON comics, lo único que cambie fue el lugar que sale en el comic por el escenario de Ibuki Street figther 3D strike. No sé, lo sentí más dramático xDDDD

Si no han leído el comic los pondré brevemente en contexto: Cuando yo menciono "el trato", se refiere a que Makoto descubre que Ibuki es una ninja, y la reta a una pelea, pero Ibuki le dice que no puede andar por allí exponiendo su faceta ninja y que debido a eso, ha sido literalmente un milagro que pueda tener una vida "normal" de escuela, además está demasiado ocupada en otros asuntos como para darle un reto digno, por lo tanto le pide tiempo para poner orden su situación … y bueno… Makoto se compromete a guardar el secreto de su identidad como ninja, además darle el tiempo que necesite, a cambio de darle una pelea una vez termine. Después pasa lo que tiene que pasar en la historia y el comic termina con ellas a punto de iniciar la tan ansiada pelea.

Trate de no hacer la pelea demasiado pesada y extensa, aunque en el Comic Elena y Ibuki tienen una peque?a pelea de practica y hasta los Kunai le avienta xDDD menos mal que Elena los esquivo sin problemas y ni hablar que también le aventó sus cuchillas a su amiga Sarai por accidente y de nuevo… menos mal que Sarai se cubrió con la mochila sino la mata xDDD

Sé que debería estar avanzando en el significado de la lucha, pero hay tanto que quisiera decir y cuando esto me pasa, no tengo un orden correcto de mis ideas, más aún que el siguiente arco viene un poco más pesadito. Por el momento les pido paciencia y disfruten este entremés.

Bueno eso sería todo, muchas gracias por sus comentarios y visitas, nos vemos en el siguiente encuentro.

Saludos cordiales.