Anhelaba tanto escribir este capítulo, ya verán porqué ;)


Casualidad o destino.


El silencio que cayó sobre el elevador fue un tanto abrumador como incómodo. Meiling miró con ojos entrecerrados a su primo mientras que Sakura se quedó con la boca abierta haciendo una perfecta "o".

Por supuesto que la chica Li tuvo ganas de golpear a su primo por lo que acababa de hacer, no podía creer que quisiera usar a Sakura para afectar a Akiho, pero, después de todo, su amiga casta?a hizo exactamente lo mismo.

Hablando de, la de ojos verdes se pintó de color rojo y casi soltó con agresividad la mano de la rubia, pues la chica la estaba empezando a mirar de mala manera. Hacía dos días rechazó una propuesta de matrimonio y ahora su ex tenía novia, sabía perfectamente bien como se veía la situación.

—Oh, espera, esto es reciente —dijo, ?de segundos? pensó—. Como de ayer a hoy —titubeó mirando de reojo al casta?o que al parecer se quedó helado ante su absurda confesión.

Akiho la vio incrédula, así que Meiling intervino tomando a su amiga del brazo antes de ver con enojo a su primo.

—Te esperamos en tu oficina, baka —escupió al jalar a Sakura fuera del elevador para que el idiota arreglara la situación.

Una vez que se quedaron solos, Syaoran cayó en cuenta de lo que hizo y cómo se veía todo. Su ex se cruzó de brazos y desvió la mirada hacia un lado a la par que las puertas se cerraban.

—No es lo que piensas, no te era infiel...

—?En serio, Syaoran? Porque hasta hace poco menos de cuarenta y ocho horas éramos pareja —refutó ella controlando el temblor en su voz.

El aludido pasó una mano por su cabello con cierta desesperación. Tenía razón, ahora debía de solucionar eso sin dejar mal parada a Sakura, o Meiling, y probablemente Lien, lo despellejarían vivo.

Al pensar en los susodichos, abrió vagamente los ojos al tener una gran idea.

—Es una amiga de la infancia; fuimos pareja antes de ti, mucho antes de ti, y cortamos, nos volvimos a encontrar y quise darnos una oportunidad porque en su tiempo fuimos muy felices...

Su ex lo miró con el mismo enojo, aunque su gesto denotó que estaba haciendo cuentas y sacando conclusiones de si mentía o no.

—Nunca me hablaste de ella... Ni Tomoyo la llegó a mencionar... —musitó pensativa.

El chico se quiso golpear la frente con la mano, tendría que meter a medio mundo en su mentira si no acababa con eso de una vez. Pero ya había embarrado a Sakura, quien no negó la relación. Se vería peor admitiendo que todo era un enga?o provocado por ardor e impulsos ridículos.

—Yo se lo pedí, no hablamos de eso porque dolió mucho en su momento, casi como lo que hicis... —Se detuvo de golpe al notar como su ex bajó la mirada y dejó caer los hombros.

Fue un golpe bajo, pero necesario para su mentira... Y ego.

Afortunadamente las puertas se abrieron para que ella pudiera escapar.

—Bien, entiendo... Me da gusto que estés mejor y deseo que te vaya bien con ella —dijo al salir del elevador sin darle otra mirada.

Syaoran la vio alejarse con un gesto de absoluta tristeza. Cuando las puertas se cerraron, se apoyó en el espejo a su espalda y llevó la mirada hacia arriba.

El amor dolía un carajo. Pero lo que Meiling le iba a hacer por seguir con la mentira, dolería más.


Eriol encontró las llaves del que sería su hogar justo donde las dejó. Se suponía que en unas semanas saldría a su luna de miel y en ese tiempo él y Sakura se dedicarían a terminar la mudanza.

No se irían luego luego, él tenía algunas operaciones agendadas así que todo lo planearon alrededor de su vida.

Sakura se ajustó a su ajetreada agenda... O planeó pasar tiempo con el casta?o quita esposas incluso estando casada.

Bufó a la par que se dejaba caer en su silla, miró hacia arriba e hizo una fina línea con la boca. No se tragaba el juego de amantes, pero sabía que la escena que presenció no fue sacada de la manga... Lo increíble era que todos estuvieran enterados, menos él.

Infidelidad, qué fácil es tachar a alguien de infiel cuando no se sabe todo el contexto. Sí, él se enamoró estando en una relación y fue un cobarde por no terminar dicha relación. Sí, la regó en besar a Tomoyo; estaba susceptible, decaído y ella se presentó como el apoyo que anhelaba tener. No, no estuvo bien y vivió con eso cada segundo de su vida hasta el día de la boda.

Debió decirle a Sakura, pero no pudo, cada que la veía ilusionada planeando algo, la garganta se le cerraba y todo se iba al carajo.

?Y ella?

?Cuánto tiempo llevaba con el chico? ?Ya habían estado juntos? ?Acaso se ensimismó tanto en controlar lo que sentía por Tomoyo que jamás notó que su prometida tenía otro?

Frunció el ce?o ante este pensamiento. No, Sakura no tenía otro... Ella no era así, pero le estaba dando la salida fácil con algo de dignidad al no alegar.

Suspiró con fuerza antes de sacar su celular.

?l era el malo en la película y las personas a su alrededor no se detenían a ver todo el panorama.

Sakura y él, jamás debieron ser... Pero la chica era energía y alegría y eso lo llenó por mucho tiempo. De hecho, se conocieron en la sala de emergencias, ella llegó con un esguince por jugar fútbol con unos peque?os.

?l iba pasando, no tenía nada que hacer en la sala aquél día, pero la risa y ligereza de la casta?a llamó tanto su atención que terminó por revisarla aunque no era su área.

Lo demás era historia... En todos los sentidos.

Bien dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.

Tocaron a su puerta y él se levantó de su asiento. No hablaría con nadie, quería sacar sus cosas de la casa y regresar a su departamento a planear lo que seguía.

Insistieron en el toque, así que con un gesto de enfado, guardó sus llaves y fue a abrir. Grande fue su sorpresa al encontrarse con ojos amatistas.

—Daidouji, que...

Ella levantó la mano pidiéndole que se detuviera de lo que sea que fuera a decir, le entregó un folder color beige y con la mirada lo instó a abrirlo.

Eriol la vio un tanto confundido antes de hacer lo que le pidió.

Comenzó a leer y entró en modo doctor, ese dónde su vida personal no importaba y debía entregarse en cuerpo y alma a su vocación.

—Sarcoma cardíaco primario... ?estás segura?

La doctora asintió con un gesto neutral, pero cuando Eriol observó sus ojos, notó que estaba conteniendo lágrimas. No entendió la razón hasta que vio la edad del paciente:

Trece a?os.

—Sus familiares escucharon sobre el transplante, quieren informarse sobre todo lo que tenga que ver antes de que sea inoperable.

Eriol negó varias veces sintiendo su estómago revolverse a la par que revisaba los estudios en el archivo.

—Habría que hacerle más estudios, que no presenten una extensión tumoral extra cardíaca...

—Lo sé, ya les expliqué todo eso, ellos quieren saber el tiempo de vida después del transplante.

El de lentes pasó una mano por su cabello. Los tumores malignos en el corazón eran escasos, no solo eso, era una de las afectaciones más mortales por la velocidad con la que el cuerpo cedía.

Y un transplante, aunque se veía esperanzador, no alargaba mucho el tiempo de vida.

—Te recomiendo que insistas en quimioterapia, no les des falsas esperanzas...

—?Cuánto? —interrumpió ella sin titubear.

Entonces Eriol entendió que no solo era la familia la que buscaba una falsa esperanza, la doctora que le robaba el sue?o también anhelaba un milagro.

El doctor suspiró de manera audible y regresó a leer los estudios, eran recientes. Comenzó a calcular, a rememorar los casos parecidos.

—Treinta y seis meses a lo mucho... Pero eso es dependiendo...

Tomoyo asintió cortando lo que ya sabía que le diría. Sabía que bien podía ser un mes, una semana o incluso un día. Pero treinta y seis meses eran esperanzadores.

—Bien, con eso es suficiente... —musitó frunciendo el ce?o al pensar en lo que debía hacer. Estaba por ponerse la soga al cuello, pero Rei lo valía.

—?Quieres involucrarte? Sé que tienes pacientes y...

Eriol dejó de escuchar lo que vino después de la pregunta, su corazón brincó ante la mera posibilidad de poder trabajar con la hermosa doctora.

Sin embargo, estaría jugando con fuego.

Miró su escritorio y puso un gesto neutral. Tenía que pensarlo bien, no solo por ella, sino por él y su inestable vida.

—Necesito verificar mi agenda, ahorita lo que necesitas son los estudios y de ahí partimos, ya sea conmigo o con un colega.

La doctora asintió un tanto aliviada, lo sintió como una negativa y se alegró por un instante.

—Bien —dijo antes de retirarse para dejarlo con sus pensamientos.

Eriol la vio alejarse con el mismo gesto de neutralidad, pero su corazón estaba latiendo a mil por hora y su cerebro comenzó a enumerar las razones por las que no debía, o tenía, para trabajar con ella.

Al parecer los días libres no los pasaría pensando en cómo arruinó la vida de Sakura.


Syaoran tomó aire, mucho aire, fue tanto que comenzó a toser y terminó apoyando la mano en la puerta mientras que con la otra se golpeó el pecho.

?Quién se ahogaba con aire? ?Con agua? Solo él que tenía un poco de genes de pingüino y muy mala suerte.

Casi cayó cuando la puerta fue abierta de manera un tanto agresiva.

—?Baka! —exclamó Meiling al se?alarlo—. No pudiste quedarte callado, ahora dime cómo vas a salir...

—?Mei! Yo hice lo mismo. —Se escuchó desde adentro.

La aludida volteó y se?aló a la casta?a antes de exclamar—: ?Eriol se merece eso y más! —Regresó la mirada a Syaoran—. Pero tú no tienes excusa.

Claro que Meiling estaba tan enojada que no notó que su primo se estaba ahogando con su propia tos, la que sí lo vio incluso desde lejos fue la chica con muletas.

—?Ey, se está poniendo azul!

Meiling la miró un segundo antes de regresar la atención a su primo que tosía y a la vez intentaba jalar aire. Levantó ambas cejas con sorpresa antes de tomar al casta?o de las manos para levantarlas sobre su cabeza.

—?Mira hacia arriba, respira! ?Demonios contigo, Xiao Lang, sigues siendo torpe para respirar!

Syaoran quiso refutar algo, pero su prima tenía razón. No conocía a más personas que se ahogaran al inhalar aire, pero ahí estaba él, tratando de retomar el aliento y no morir con el segundo intento.

Sintió manos en su pecho, Meiling se había pasado a su espalda, pero con ojos llorosos —por toser y tratar de respirar— notó cabello casta?o y percibió golpes en el pecho.

—Inhala y exhala, ?no bajes las mano, baka! —exclamó Meiling a su espalda.

Syaoran finalmente logró calmar el ataque de tos y respirar sin sentir que se ahogaba. Inhaló suficiente aire para inflar tres globos y exhaló con lentitud.

—Dios, se?orita Li, ?llamo a una ambulancia? —dijo una tercera voz.

Meiling rio con un poco de sarcasmo, la inútil secretaria de su primo observó todo sin hacer nada. Le dió golpes en la espalda al chico mientras contestaba—: No es necesario, Nakuru, ya está controlado.

Mientras tanto, Sakura movió una mano arriba y abajo en un vago intento por crear una brisa, pero con su otra mano se sostuvo del costado del casta?o. En su intento por ayudar dejó caer las muletas.

—?Estás bien? —preguntó en voz baja.

Syaoran tosió un poco, ya casi no sentía asfixia, puso una mano en su cuello y lo frotó varias veces mientras asentía. Sabía que si hablaba su voz saldría rasposa; parpadeó varias veces para que sus ojos dejaran de lagrimear y exhaló con fastidio.

Vaya show que estaba dando.

De reojo notó a su prima recoger las muletas de Sakura y dárselas a la aludida, la pelinegra lo miró de arriba a abajo asegurándose de que estaba bien antes de entornar los ojos y encaminarse al sillón de su oficina.

El chico giró y miro a su secretaria, la chica lo veía con pena pues sabía que debió actuar con velocidad pero se quedó pasmada ante la emergencia.

—No pasa nada, Nakuru, solo cancela mis actividades del día, por favor —le dijo forzando la voz, pues sentía picor en la garganta por lo que pasó.

Su secretaria asintió antes de ir a su lugar para hacer justo lo que pidió.

Mientras tanto, Syaoran entró a su oficina y cerró para quedarse apoyado en la puerta. Orbes verdes lo veían con preocupación mientras que carmesí lo miraban con enojo y empatía.

—Perdón —dijo simplemente.

—?Por el ahogo o la idiotez del elevador? —cuestionó Meiling al cruzar los brazos a la par que Sakura cojeaba al escritorio del chico.

Syaoran suspiró de manera audible.

—Ambas.

Sakura se sentó en la esquina del escritorio, era el único lugar en el que lo podía hacer sin ayuda así que esperó no rayarlo.

—No pasa nada, hice lo mismo y te lo debo así que...

—Oh, no, esto es mucho más grave, Akiho no se lo merece ni tú debes quedar como la otra —alegó Meiling incorporándose.

Syaoran negó.

—No es así, le expliqué que tenía una relación con Sakura desde antes... Desde chicos... —Ambas mujeres lo miraron con la boca abierta—. Lo creyó, pero podemos decir que terminamos por mi desliz y asunto arreglado.

Meiling asintió varias veces.

—Me parece bien, esto no debería ser más grande...

—Yo no tengo problema con seguir —interrumpió Sakura de manera dudosa y recibió miradas incrédulas—. Con la farsa, con esto, yo... —Se sonrojó—. Sé lo que se siente y...

La pelinegra le dió la espalda y negó varias veces en dirección a Syaoran, estaban por cometer un error, uno enorme. Su primo tenía que entrar en razón.

Era despecho, lo que los casta?os estaban por hacer estaba basado en el despecho y terminaría mal.

Pero Syaoran no la miró, solo observó a la casta?a decaída que tenía la mirada clavada en su férula. Entonces, lo que escucharon en las noticias se reprodujo en su mente: Un clavo saca a otro clavo.

—?Meiling, nos dejarías hablar a solas? —preguntó él sin desviar la mirada de la chica.

La mencionada empu?ó las manos, quiso negarse, decirles a ambos que estaban locos por lo que estaban por hacer. Les quería explicar las mil razones por las que no debían jugar con fuego.

Pero una mirada a su decaída amiga la hizo desistir.

—Bien —gru?ó y se encaminó a la salida, al pasar junto a su primo susurró—: Rómpele el corazón y te pegaré dónde no te da el sol.

Syaoran entornó los ojos pero asintió vagamente. Una vez que se quedó solo con la chica, se aclaró la garganta y se acercó para sentarse a su lado, sobre el escritorio.

Se quedaron en silencio por varios minutos, ambos pensando en lo que estaban por hacer y las posibles consecuencias.

?Desquite? ?Que los exs les rueguen para volver? Había muchas posibilidades.

—Me ahogo al tomar agua o aire —dijo de pronto Syaoran—. Lien dice que tengo genes de pingüino, Meiling que soy la Ley de Murphy andante.

Sakura sonrió aunque fue por unos segundos.

—Hablo antes de pensar —se?aló ella—. Soy eterna distraída y puede que te deje plantado si no me recuerdas cinco minutos antes que tenemos una cita.

Otro incómodo silencio se instauró entre ellos. Sakura mordió el interior de su mejilla antes de suspirar con fuerza.

—Debemos tener reglas, un plan de salida... No sé qué estamos haciendo y por eso...

Syaoran asintió varias veces.

—?Un clavo saca a otro clavo? —masculló con el ce?o fruncido.

La chica movió la cabeza de lado a lado.

—No lo sé... Pero eres el único en esta tierra que entiende cómo se siente y porqué —explicó con la voz ligeramente quebrada—. Sé que mi familia y amigos me apoyan, pero si lloro por... Por él... Me ven con lástima... Odio eso

—Te preguntan si estás bien aunque saben que se te cayó el mundo, dicen lo siento cuando sabes que realmente no entenderían lo que estás sintiendo.

Sakura asintió varias veces y le dió una sonrisa aunque lágrimas comenzaban a recorrer sus mejillas.

—No quiero ser tu novia, solo tu amiga —declaró y él asintió—. Pero si necesitas que venga a acompa?arte a una reunión donde ella estará para portarme melosa e incomodarla, no te diré que no.

Syaoran cruzó sus brazos antes de reír ligeramente y asentir.

—Lo mismo te digo, no quiero ser tu novio, pero si necesitas que te cargue en una pared para que nos vea... —La miró de manera significativa—. Sabes que lo haré.

Entonces la sonrisa de Sakura se ensanchó y ella levantó su dedo me?ique.

—?Novios de chocolate?

?l miró por varios segundo el dedo ofrecido, su corazón dió un brinco pero finalmente suspiró y asintió.

—Novios de chocolate.


Dos semanas después.

1) No llegar de improviso al trabajo, avisar mínimo una hora antes. Recordarle a Sakura que prometió ir media hora antes de la hora que dijo que llegaría.

Decir que la chica era despistada fue poco. Realmente ella andaba en las nubes, en todo y nada, se podía quedar mirando a la nada y en realidad estaba pensando en mil cosas que se entrelazaban.

Pusieron esa regla a falta de comunicación, pues dos veces se cruzaron sus encuentros.

?l la iría a recoger a su trabajo y ella decidió caerle de sorpresa en el suyo. Al estarse marcando, al mismo tiempo, las llamadas eran llevadas a buzón. En uno de esos días cayó una lluvia torrencial, Sakura apenas empezaba a andar sin muletas y Touya casi lo mató cuando llevó a la casta?a mojada a su departamento.

Estaba de más decir que le dió catarro.

La siguiente vez él decidió darle la sorpresa, la esperó afuera de la fábrica donde trabajaba y la chica se había con Meiling al cine. Syaoran estuvo tres horas esperando, incluso terminó en una incómoda video llamada con Tomoyo, quien le reclamó de mil maneras el meterla en ese lío de mentiras.

Sakura no era impuntual, era distraída... lo que le seguía a distraída.

En su afán por completar tareas se le iba el tiempo y si él no le marcaba para recordarle un encuentro, lo podía dejar plantado y darse cuenta horas después.

Ella se lo advirtió, pero no creyó que fuera cierto hasta que lo vivió. Quedaron de ir a la presentación de una campa?a y la chica se quedó ayudando al mecánico de la fábrica, se le fue el tiempo engrasando una de las máquinas y para cuando volvió a tomar su celular, con diez llamadas perdidas, ya era muy tarde y ella estaba sucia sin un cambio de ropa.

Cualquiera diría que eso era suficiente para terminar con la farsa, pues Akiho estuvo con Yuna en dicha presentación. Pero al día siguiente Sakura lo sorprendió con un desayuno sorpresa que dejó muy mal a su ex.

Por eso seguían metidos en ese lío.

Syaoran estaba sentado en las escaleras del complejo dónde ella vivía con Touya. Se negó a subir porque el chico lo asesinaba con la mirada cada que iba. Aunque no era mucho, no quería morir mil veces en un solo día.

Vio de nuevo su celular, la chica tenía cinco minutos de retraso, hacia un frío que calaba y él seguía esperando.

?Se habría despertado? Yukito le aseguró que la ayudaría a no faltar.

Juntó sus manos y sopló en ellas, frunció el ce?o al ver su respiración convertirse en vapor. Vaya que hacía frío.

Volvió a mirar la hora. Seis con diez. ?En serio lo dejaría plantado?

—?Hoeeeeee! —Finalmente escuchó así que volteó.

La chica se iba haciendo una coleta mientras avanzaba de manera rápida en su dirección. Vestía una sudadera tres veces su talla color gris junto a un pants verde.

—Perdón, perdón, se me hizo tarde.

Syaoran se encogió de hombros antes de incorporarse. El vestía un jogger negro junto a una playera de manga larga del mismo color.

—?En serio vamos a ir con este frío? —preguntó Sakura una vez que estuvo a su lado, ambos miraron la calle con cierta aprehensión.

Yukito les recomendó hacer ejercicio para no pensar en su dolor; el doctor de Sakura, amigo de Tomoyo, le recomendó trotar para que su pie terminara de sanar.

Así que ahí estaban, a la seis de la ma?ana vestidos con ropa deportiva listos para empezar una nueva rutina.

—?Qué tan difícil puede ser? Seguro entramos en calor a medio camino —se?aló él bajando los escalones.

Sakura experimentó frío así que se abrazó con fuerza, luego, tras suspirar, siguió al casta?o.

—Cierto, ?qué tan difícil puede ser?


Ambos jadeaban, se sostenían con fuerza el uno del otro, sus corazones estaban que saltaban fuera de sus pechos y él comenzó a toser al tratar de recuperar el aliento.

Cinco minutos trotaron... En cinco minutos se cansaron, y ahora su novio de chocolate se estaba ahogando...

Rayos.


Les juro que reí a carcajadas al imaginarme el final. Esto es trasfondo para muchas cosas, así que no crean que solo es escena para hacer reír ;)

En todos los fics leo a una Sakura despistada con un Syaoran con genes de ninja, quise darle un giro a eso y pasarle mis desgracias al casta?o jajajaja (sí, me ahogo al respirar y tomar agua je) se me hizo súper tierno que él fuera la Ley de Murphy y Sakura la que solo es distraída sin pelos en la lengua. Vamos a ver cómo funciona :)

Quise darle un vistazo más amplio a Eriol, me lo están odiando mucho y aunque tienen razón, en sí no fue infiel... No del todo jajajaja. Lo que lo va a unir a Tomoyo es un poco más dramático.

Veremos a Lien y Mei en acción en el otro capítulo, Lien es un dramático de lo peor ^^'