Yo no inventé YGO ni sus respectivos personajes


Capítulo 6

La sombra sale a la luz

La temperatura se había reducido bastante, el frío ahora la alcanzaba incluso dentro de las cuatro paredes de la sala de estar del apartamento de Daisuke—Ai.

Aoi todavía no podía creer que Ai era quien insensiblemente acabó con la vida de un hombre, que, si bien la hubiera matado de no ser por que el Ignis la salvó, el simple acto de arrebatarle la conciencia y hablar de su vida como si fuese basura no era algo que se imaginaría que Ai haría. Aoi no conocía demasiado al Ignis de oscuridad, pero lo poco que sabía de él, le decía que no mataría ni a una mosca.

No había un cambio repentino en su personalidad, excepto por esos cortos momentos en los que se centraba en un odio irracional hacia la especie a la que Lightning le declaró la guerra, Aoi no podía determinar si Ai estaba siendo manipulado o si existía alguna configuración en su código que le hiciera actuar de esta manera. ?Por qué mintió? ?Cuál era su propósito?

—Vamos, vamos, no me mires así, como si fuera el villano de la película.

Ai rompió el silencio con una tonada contenta, como si no hubiera nada del cual sentirse nervioso o asustado. Aoi estuvo mirando fijamente a Ai en todo el momento en que se paseó de la sala de estar a la cocina para servirle una taza de té caliente y un platillo con galletas.

—?Qué esperas que haga? Ai, lo que hiciste no fue…—comenzó a decir Aoi, sin encontrar las palabras precisas para expresar sus emociones. Probablemente atacar a Ai a la primera sería injusto, por lo que retuvo esa necesidad—?Qué pensaría Fujiki-kun si supiera de esto?

—Pero él no lo sabe, y no lo sabrá—contestó Ai, mordisqueando una galleta. Sonreía, pero esa sonrisa no significaba amabilidad, por algún motivo, causó que el cuerpo entero de Aoi se estremezca como si el Ignis la estuviera amenazando, como si dijera:

No vas a decirle nada, o las cosas irán muy mal para ti.

Y era posible que de eso se tratara esta charla, porque de ser lo contrario, Ai la hubiera dejado regresar a su casa.

—?Come! ?Come! Siempre quise tener una sesión de té—aplaudió—, con charlas intimas, hablando de nuestros secretos, de la persona que nos gusta. Como hacen las ni?as, ?no?

De nuevo estiró una sonrisa casi gatuna, apoyando los codos en la mesa y descansando su mentón sobre sus propios dedos entrelazados. Aoi tragó pesado.

—?Miyu y tú hacían eso cuando eran peque?as?

Aoi no podía evitar sentir que cada palabra de Ai era una amenaza y le dolía pensar en ello, por lo que no encontraba palabra para responder.

—Oh, mis modales. ?Cómo está Miyu? ?Se recuperó?

Aoi tuvo que toser un poco para acomodar su garganta, ya que su voz se le había apagado. No se atrevió a beber del té, no quería admitir que era porque temía que Ai lo hubiera envenenado o algo por el estilo, trataba de no andar de paranoica sólo por un malentendido.

—Sí—contestó Aoi con su voz ronca.

—Ah, qué alivio—dijo con alegría antes de cambiar a un tono más lúgubre—Es una pena que Aqua no esté aquí para verlo.

Se creó un silencio sepulcral mientras los dos se miraron fijamente, que le permitió a Aoi mantener la mente en frío y darse cuenta de hacia dónde quería llegar Ai con todo esto, era una bomba que podía llegar a estallar en el peor momento si no se trataba a tiempo.

—Así que eso es lo que ocurre…—comenzó a decir la chica—?Quieres venganza, Ai?

Escuchó el chasquido proveniente de una galleta que Ai partió con su pulgar de tanto juguetear con ella.

—?Por qué debería responderte? ?Para que me digas que la venganza no es la respuesta? Si quiero un sermón para eso llamo a Yusaku.

—Pues, llámalo—respondió Aoi, desafiante.

Y Ai continuaba estirando sonrisas hasta que no le quedara cara, mientras se acercaba lentamente al rostro ajeno, como si esperara a que retrocediera, pero Aoi no se movió—Si hago eso, dile adiós a tu hermano.

—Akira no tiene nada que ver con esto.

—Yusaku tampoco. Pero si vamos a meter personas que no tienen que ver con nuestros asuntos, entonces, traigamos a toda la familia para que nadie se sienta excluido—tarareó el Ignis. Su fingida expresión contenta pasó a una pensativo, desviando su mirada al techo, apoyando su mentón sobre su largo dedo índice—Ah, me estoy contradiciendo. En realidad, sí tendremos que involucrar a Yusaku—comenzó a murmurar, hablando solo.

Aoi golpeaba la taza con los dedos para tratar de mantenerse en calma ante el impredecible Ignis. No estaba comprendiendo cuales eran sus intenciones, aunque seguramente evitaría a toda costa que hablara de esto con Yusaku, por alguna razón que Ai todavía no estaba explicando.

Ai chasqueó y regresó su mirada hacia la chica—Ya sé, si tengo que involucrar a Yusaku, involucraré a tu hermano también. Eso fue lo que dije, ?verdad? ?Vamos a hacerlo realidad!

—??Por qué!? Ai, no sé qué está pasando, pero seguro debe haber otra solución. Fujiki-kun… ?Fujiki-kun te extra?a mucho!

Aquello pareció entrar a los oídos de Ai y tocar su corazón de alguna manera, Aoi esperaba que eso calmara la rabia retenida que sentía venir de él. Ai mostró calma en su voz, y, además, otra sonrisa, que esta vez era genuina y triste.

—Lo sé, y yo también lo extra?o, pero…—empezó a decir—, no puedo regresar con él.

Finalmente, Aoi escuchó una contestación de Ai que no parecía tener segundas intenciones, pero todavía la dejaba con más dudas que respuestas.

—?Por qué?

Ai se limitó a cambiar de tema—?Recuerdas a Firewall Dragon Darkfluid, Aoi-chan? La carta creada a partir de los sentimientos de mis compa?eros, de Aqua, gracias a ella pudimos derrotar a Bohman; gracias a ella, pudiste salvar a tu amiga del alma.

Aoi frunció los labios.

—Quiero esa carta de regreso, pero no puedo conseguirla como Daisuke y mucho menos como Ai, así que, necesito que tú se la quites a Yusaku por mi y me la traigas.

—?Para qué quieres esa carta? Ai, no pienso hacer nada al menos que me expliques qué está ocurriendo. ?Por qué tuviste que robarles el dinero a esas personas? ?Por qué fríamente le quitaste la conciencia a un hombre? ?Cuántas conciencias robaste? ?Por qué…? —Aoi comenzó a agitarse, aun así, logró formular lo que más quería saber y lo que más le dolía—?Por qué le haces da?o a Fujiki-kun?

Hubo un minuto o dos de silencio, sólo se podía oír el chiflido de la brisa. Ai llevó su mano a la mejilla de la chica, y la acarició dulcemente.

Ai emanaba mucha tristeza en su mirada, las dagas amenazantes que lanzaba al principio ahora tomaron forma de una disculpa. Como si dijera:

Lo siento, no puedo evitarlo.

El Ignis se alejó de la chica y suspiró cansado—Vaya, sí que haces muchas preguntas. Te estoy pidiendo esto porque no quiero hacerle da?o, pero si no vas a hacer nada, pues no tengo remedio.

Se puso de pie, y parecía que ya estaba dando por terminada la conversación, sin embargo, había algo que no quedaba muy claro y Aoi se levantó de igual manera para insistir sobre ello—?Qué pasará si no acepto hacer lo que me dices?

—Tendré que tomar la conciencia de tu hermano—dijo Ai con simpleza—No me obligues a comportarme como el malo—gimoteó.

Aoi apretó sus pu?os con tanta fuerza que palidecieron, temblaba y no era exactamente por el repentino y extra?o frío—Nada me garantiza que no le harás da?o a mi hermano si te entrego a Darkfluid, porque tampoco sé para qué quieres esa carta, pero supongo que no tengo opción—alzó la mirada, mostrándose decidida.

—Nop, no tienes opción. Ah, y si le dices algo a Yusaku, es fin del juego para ti también.

Ai cantaba cada palabra, decía que no quería jugar al villano, pero Aoi no podía dejar de sentir cierta repulsa hacia su forma de hablar, era como si disfrutara lo que hacía, como si deseara caer contra todos los humanos en la Tierra, incluso los que no le hicieron da?o.

Aoi tenía la sensación de que Ai podría jugar sucio, así que ella jugaría sucio también.

~?~

Yusaku había decidido regresar a clases y acabar con esto de una vez por todas. Daisuke ya no significaría nada para él, por lo que no iba a esconderse en su apartamento sólo para no tener que recibir sus disculpas, si es que las llegaba a recibir. Trataba de que no le importara tampoco que Daisuke recordara aquel beso, de hecho, Yusaku quería actuar como si ese beso no hubiera pasado, al menos hasta que llegara el momento de enfrentar la situación como debía ser para después pasar de página.

No había hablado con Kusanagi del tema, y no lo hablaría con nadie, aunque no tenía a más personas de confianza para tachar en su lista, así que estaba en calma.

Subía paso a paso las escaleras de la entrada escolar como cualquier otro día, y recibía la bienvenida agitada de Shima, de nuevo, como cualquier otro día.

—?Fujiki-kun! ??Dónde has estado!? ?Zaizen y yo nos hemos preocupado mucho por ti! Bueno, ?Yo me he preocupado más! ??Y ahora vienes como si nada!? ?Fujimoto tampoco vino y pensamos que te habías unido a una pandilla! ??Es eso!? ??Te metiste en una pelea de cuchillos!? ??Te apu?alaron!?

Yusaku apenas iba a tomarse el esfuerzo de contestar a la farfullada de Shima, se distrajo tomando nota mental del hecho de que Daisuke tampoco había asistido en la semana. ?Acaso le daba demasiada vergüenza dar la cara por lo que pasó?

Eso era ligeramente reconfortante.

Cuando entró al salón de clases, no se encontró con Daisuke y supuso que todavía seguía en su campa?a de inasistencias. Así que tuvo toda la tarde para acomodarse a su propia rutina de silencio y soledad, la que solía tener antes de que Daisuke llegara a su vida y después de que Ai se alejara de la misma.

Estar solo era…

…mucho más pesado de lo que recordaba.

—Fujiki-kun—escuchó una voz femenina llamarlo después de que el timbre del receso sonara, y se volteó para ver que se trataba de Aoi, quien se notaba bastante pálida—?Tienes un momento?

Yusaku asintió, siendo guiado por la chica hasta el salón del Club de Duelos que se encontraba vacío por el horario. El chico asumió que se trataba de algo que nadie más podía oír.

Cuando Aoi abrió la puerta del club, Yusaku se sorprendió al sentirla sobresaltarse porque dentro del salón estaba…

—?Buenas! ?Yusaku-chan! ?Aoi-chan! ?Parece que soy el primero en llegar al club! —saludó Daisuke, sentado en una de las sillas, jugando con el peluche del Blue-Eyes Toon Dragon. Le dedicaba una sonrisa de oreja a oreja a Aoi, y ella lo sintió.

Aoi sintió como si masticara vidrio y se forzara a tragarlo para callar sus intenciones de romper la promesa que le hizo a Ai. Todavía no había pruebas de que iba a hacerlo, pero tenía la sensación de que Ai podía leerle la mente, y por eso estaba sentado ahí.

Aoi pensó en aprovechar que Ai no había asistido a clases cuando escuchó a Shima gritarlo y comentarle todo a Yusaku lo más rápido posible, sin embargo, no tenía opción. Estaba entre la espada y la pared.

—Las actividades del club no empiezan hoy, sino ma?ana—explicó Aoi fríamente, como si no sintiera un revuelto en su estómago.

—?Ah? ?En serio? Entonces, ?qué hacen ustedes aquí?

Ai, de nuevo tomaba esas expresiones de torpeza fingida que Aoi podía leer fácilmente desde anoche.

Aoi se llevó una mano a su pecho—Quería hablar con Fujiki-kun, a solas.

Ai soltó un jadeo de sorpresa—?Oh! ?Lo siento! ??Vas a confesarle tus sentimientos!? ??Cómo en las novelas!? ?Qué romántico!

Yusaku miró la escena con confusión. Aoi parecía querer que Daisuke se largara, pero al mismo tiempo, estaba demasiado inquieta por su presencia, probablemente el tema que debían hablar era bastante urgente. Claro, volver a ver a Daisuke no fue tan fácil para él como pensaba, pero el nerviosismo de Aoi era una buena distracción.

—Tú y yo hablaremos luego, Daisuke. Shima está desesperado por verte—intervino Yusaku, como si supiera manejar a Daisuke a la perfección.

—Podría tener un colapso, tienes razón—a?adió Daisuke levantándose de la silla. Se dirigió a la puerta, pero antes de pasar de largo a Aoi, se detuvo a susurrarle mientras dejaba el peluche en sus brazos: —Te veré luego.

Yusaku notó de inmediato que algo no andaba bien entre ellos dos, supuso que ese podría ser el tema del que Aoi tanto quería hablar. Cuando se quedaron solos, vio que la chica estaba abrazando al peluche con demasiada fuerza, casi estaba ara?ando las costuras y no se atrevía a mirar al muchacho a los ojos.

—?De qué querías hablar? —Yusaku tomó la iniciativa.

Aoi no dijo nada.

—Aoi…

Yusaku se sorprendió a sí mismo diciendo el nombre de la chica con demasiada confianza y preocupación, y parece que a ella también le llamó la atención porque fue suficiente para que alzara la mirada.

Compartieron un largo silencio mirándose, Yusaku fue paciente. Le daría a Aoi el tiempo que necesitara para escupir lo que sea que la inquietara, ya sea por la persecución de la prensa o por algo que haya sucedido con Daisuke. Yusaku esperó.

Y Aoi tragó pesado, sintiendo que su corazón iba a salirse de su pecho. Hacía unos días le había pedido ayuda a Yusaku por el asunto del misterioso vaciamiento del banco, ahora ella descubrió al culpable, sabía que se trataba de los SOLtiS. ?Debía decirle que no tenía que ayudarla, que ya lo había resuelto? ?Le diría que sabía que Ai estaba… bien? ?Le mentiría? ?Traicionaría al muchacho que la salvó varias veces sin recibir nada a cambio?

Odiaba este injusto destino en donde nada podía ser suficiente, donde no podía tener un segundo de tranquilidad ni entregárselo a quienes más le importaban. Sí, Yusaku le importaba bastante, pero…

…su hermano mayor era su prioridad. Iba a protegerlo.

—Quisiera tener un duelo contigo—pidió de pronto, forzando una sonrisa amable—Ya sabes, como amigos.

Yusaku arqueó una ceja, mostrándose claramente confundido, pero, no tardó demasiado en aceptar.

Después de clases fueron hasta el apartamento de Aoi para enfrentarse con las verdaderas cartas de Playmaker y Blue Maiden, Akira estaría trabajando, así que estaban solos. ?ltimamente, Yusaku llevaba sus cartas encima, bien guardadas en un estuche para que, aunque tropezara y cayera, nadie fuera capaz de pispar su contenido. Era algo que de vez en cuando llevaba, para sentirse cerca de Ai.

Se enfrentaron sentados, con las cartas sobre la mesa, sin el viento del entorno digitalizado besando el rostro de sus avatares, y con la calma del silencio y la intimidad de sus voces junto al sonido de las agujas del reloj marcando el tiempo pasar. Aoi trató de divertirse, y lo logró, olvidándose de la razón por la cual lo había retado y tomando este enfrentamiento como si llegara a ser el último.

Después de esto, no se atrevería a volver a mirar a Yusaku a la cara.

—?Ah! Perdí—se lamentó Aoi, aunque en realidad, no estaba muy sorprendida. Después de todo, se estaba enfrentando al mismismo Playmaker, ni siquiera las Marincess eran rivales para él—Es la primera vez que podemos darnos el lujo de perder, sin tener que entregar nuestras vidas a cambio—sonrió.

Yusaku pareció estar en un modo automático mientras mezclaba su mazo, porque tardó un poco en procesar las palabras de Aoi y responder—Es verdad.

Aoi se estremeció al ver a Yusaku estirar vagamente sus labios en lo que podría llamarse una sonrisa. Y sería gratificante ver eso, si no fuera que estaba a punto de traicionar su confianza.

—Aun si no estamos en VRAINS, esas cartas siguen respondiéndole a Fujiki Yusaku.

En respuesta al comentario de la muchacha, Yusaku miró con melancolía su mazo, al Cyberse Wizard que quedó al fondo. Fue casi como si el destino hubiese querido que él se encontrara con estas cartas.

Su camino había sido iluminado para que llegara a este mazo, y probablemente nadie lo hubiera encontrado y usado mejor que él. Esa sería una manera arrogante de tomar el asunto, en realidad no creía que él fuese nadie muy especial, pero el tiempo y las circunstancias crearon un vinculo entre las cartas y él, que decir que todo fue una coincidencia sería demasiado ingenuo.

Estas eran las cartas que Ai y él usaron juntos y no podía ser de otra manera.

—Yo todavía no me siento merecedora de usar las cartas que Aqua me concedió. No he podido usarlas bien, porque no la protegí como había prometido.

—Hicimos lo que pudimos.

Aoi negó con la cabeza—Tú hiciste lo que pudiste—dijo de pronto, liberando la frustración que llevaba guardada en lo profundo de su corazón—Salvaste a Miyu; tú nos salvaste a todos. Tú eres Playmaker, nuestro héroe, y jamás podremos retribuirte lo que hiciste por nosotros. Estaremos en eterna deuda contigo.

Hablaba en plural, pero lo decía más por ella misma que por cualquier otra persona. Ya que no se sentía suficiente para regresar aunque sea una peque?a parte de la grandeza de Yusaku, siendo ahora tan débil para traicionarlo y ocultarle la verdad.

No era capaz de ayudarlo, pero sí de robarle.

Sacudió su cabeza, y se frotó los ojos para evitar que las lágrimas acumuladas comenzaran a exponerse—Lo siento, no sé qué me ocurre—se excusó mientras se levantaba, golpeándose con el borde de esta causando que el mueble se moviera bruscamente y desparramara las cartas que estaban ordenadas encima.

Sus Marincess se mezclaron con las cartas de Yusaku, incluso el extra quedo en el suelo.

—?L-Lo siento! ?Y-Yo lo levantaré!

Yusaku se vio más preocupado por la notoria angustia en la chica que por las cartas en el suelo. Sin embargo, los dos guardaron silencio mientras reunían sus respectivas cartas.

—M-Mi hermano vendrá pronto, y estará muy estresado.

—Lo mejor será que regrese, entonces—dijo Yusaku, guardando sus cartas y mirando hacia la ventana que ense?aba el atardecer—?Estarás bien?

Aoi asintió—Fue divertido…—se mordió el labio antes de decir lo siguiente—Yusaku.

—Podríamos repetirlo algún día—se atrevió a decir el chico.

—Sí, algún día.

Aunque Aoi no estaba muy segura de sí ese día llegaría…

…el día en que tendrían un duelo sin preocuparse por nada.

~?~

Aoi caminaba hacia el apartamento de Daisuke—Ai—, horas después de que se aseguró de que su hermano había llegado a salvo del trabajo. Jugaba con sus manos, a veces abrazaba su propio bolso revisando que estuviera bien cerrado. Tragó varias veces para deshacerse del sentimiento de culpa e inseguridad que le transmitía la mentira que quedaba guardada en su pecho.

Detuvo sus pasos delante de la plaza cercana a la residencia de Ai, en la misma cuadra donde descubrió su verdadera identidad. Escuchó el chillido de los columpios, y aunque la zona no estaba muy concurrida, había alguien ahí.

—Qué gusto verte, Aoi-chan.

Era como si Ai le hubiese instalado un rastreador, siempre sabía dónde encontrarla.

?Por qué? ?Por qué Ai se comportaba de esta manera? Si para ella era doloroso y confuso, no quería imaginar cómo sería para Yusaku ni bien se enterara, porque sea lo que sea que Ai tuviera planeado, probablemente Yusaku se terminaría enterando. No era estúpido.

Ai se columpiaba parado sobre el asiento, esperando a que Aoi dijera algo. La chica entró a la plaza con pasos vacilantes, y metió su mano dentro del bolso para sacar de allí una carta.

—Tengo lo que querías—ense?ó a Darkfluid en su mano. Los ojos de Ai brillaron, Aoi no supo describir el sentimiento que expresaba el Ignis en estos momentos, porque era muy difícil leerlo.

—No me importa como lo conseguiste. Estoy satisfecho.

Ai se bajó del columpio de un brinco, acercándose a la muchacha, quien rápidamente le apartó la carta.

—Pero no te la daré tan fácilmente.

—?Oh?

Ai se paró en jarra, cargando esa expresión de burla.

Aoi no se iba a dejar intimidar por lo desconocido, por lo impredecible del Ignis de oscuridad. Iba a proteger a su hermano sin perder sus valores y su verdadero ser, además, a retribuirle a Yusaku parte de lo que había hecho por ella, salvando a Ai de sea cual sea el sentimiento oscuro que lo estuviera atormentando en estos momentos.

—Lucharé contigo.

—?Me estás retando a un duelo, al aire libre?

—No hay nadie aquí—aclaró Aoi, colocándose el disco de duelos.

Ai se encogió de hombros—Sí, es verdad, pero no me gusta ensuciarme las manos, ?sabes?

Extendió su dedo a la frente de la chica, provocando que esta se congelara en su sitio. ?Le quitaría la conciencia? ?Manipularía su mente? ?Qué estaba haciendo?

Aoi cerró sus ojos con fuerza y cuando los abrió, se encontraba en la terraza del colegio, su apariencia era diferente. Estaba usando su avatar de Blue Maiden.

—?Qué…?

—Estamos dentro de la red, imité la terraza escolar. Ya sabes, porque es el lugar más amplio que conozco de la escuela—explicó Ai—La escuela, donde todos me conocen como Fujimoto Daisuke, donde Yusaku y tú pueden hablarse como si fueran amigos, donde finges ser una persona normal. ?Comenzamos?

Ambos se pusieron en posición y exclamaron: —?Duelo!

Comenzó con el turno de Blue Maiden, quien manejó sus Marincess fluidamente como aquella vez que peleó contra Bohman, no de la misma manera relajada que cuando tuvo ese duelo por diversión con Yusaku. Esta vez era Blue Maiden, estaba ahí para proteger a su hermano y detener a Ai.

Ai miró sus jugadas con interés, y no pudo evitar interrumpirla para decir: —Veo que no regresaste a las Trickstars, te sientan bien las cartas que Aqua te dio.

—Este mazo es lo único que me mantiene cerca de Aqua, porque no hay un segundo que no lamente no haber podido protegerla.

Ai borró su sonrisa burlona.

—Ai, sentimos la misma tristeza. No tenemos por qué pelear.

—Dijo la que acaba de retarme a un duelo—murmuró Ai mientras se rascaba la nuca, fingiendo despreocupación.

—Le daré pelea a cualquiera que amenace la vida de mi hermano. Gane o pierda, no desapareceré sin pelear.

—?Ya estás dando por hecho que vas a perder? Ese no es un buen espíritu de pelea—bostezó—Con esa inseguridad, no podrás proteger a nadie.

—En realidad, no quiero luchar contigo, Ai. No entiendo por qué quieres a Darkfluid, pero he perdido mi confianza hacia ti desde que te vi quitarle la conciencia a ese hombre, desde que sigues pateando mis preguntas y dejas de comportarte honestamente. No quiero que Yusaku tenga que enfrentarse a eso.

Ai se estremeció, como si Blue Maiden acabara de decir una grosería—?"Yusaku"? ?Desde cuándo lo llamas "Yusaku"? —pregunto secamente.

—?Eso importa ahora?

Ai apretó los pu?os, en su rostro sólo se podía ver una rabia irrazonable.

—Lo único que importa es que, perdiste tu oportunidad para hablar. ?Sigamos con el duelo!

Blue Maiden estaba por insistir, Ai desprendía un aura peligrosa, así que probablemente la mejor opción era seguir con su jugada, de hecho, era la única opción. Ai no tenía intenciones de explicarse.

Blue Maiden terminó su turno dejando en el campo a Marincess Marbled Rock y una carta de magia o trampa boca abajo.

Ai fulminó a su oponente con la mirada. Eso era lo único que veía, a un oponente, alguien que se puso en medio y debía quitarlo a como diera lugar, no importaba si tenía que jugar sucio, no importaba si se trataba de alguien que también lo dio todo para ayudarlos a derrotar a Bohman, o alguien que podría llegar a abrirle el corazón a Yusaku, quien estuvo solo por mucho tiempo y necesitaba reforzar sus vínculos.

Yusaku necesitaba amigos, un futuro. Yusaku necesitaba ser un muchacho normal, con sue?os, enamoramientos, y tal vez, una familia.

Era un futuro donde Yusaku miraba hacia delante y jamás hacia atrás, donde Ai se encontraba.

Ai poco a poco se iba dando cuenta de que no tenía lugar en ese futuro, al menos que se hiciera lugar, pero Blue Maiden no se lo estaba permitiendo. De todas maneras, era demasiado ingenua, no se daba cuenta de que ya era una ficha útil en su juego.

Esas fueron las palabras de Lightning, y aunque sonaron bruscas, eran correctas.

—Debo admitir que estoy orgulloso, Ai, fuiste bastante listo.

Ai estaba callado, disgustado consigo mismo porque le incomodaba manipular a las personas y más a quienes él consideraba sus amigos. A veces olvidaba por qué les guardaba rencor, por qué había tanta envidia presente en su interior, pensando en lo feliz que están con sus vidas, avanzando en un futuro donde quienes habían llamados sus compa?eros, habían muerto.

No supo qué hacer con Aoi, ella había descubierto su secreto, y realmente no quería que Yusaku se enterara ahora, no quería tener que explicarle todo porque complicaría la misión de rescatar a su familia. Sería raro decir que debía arrebatarle la conciencia para salvar a los Ignis, y aún si Darkfluid era una solución, no estaba cien por cien seguro de que lo fuera.

—La volviste una ficha útil en vez de una molestia, rápidamente te la sacaste de encima, y solucionaste el problema de Darkfluid. Cuando menos lo esperes, nos tendrás delante de tus ojos…

…nos salvarás.

—Y jamás fallaré en protegerlos. Es una promesa.

—Eres una estúpida por negarme a Darkfluid. Si no lo obtengo, no sólo tu hermano saldrá lastimado, sino Yusaku. Es por eso por lo que lo necesito, y porque yo tengo una promesa que cumplir. ?Es mi turno!

Blue Maiden no esperaba nada especifico cuando vio a Ai robar una carta, pero el campo de Ai lo conocía muy bien. Sus cartas, sus jugadas.

—Ai, estás…

No era posible. No podía ser cierto.

Ai estaba usando…