Disclaimer: Slam Dunk pertenece a Takehiko Inoue y esta historia es solo por entretención, surgida de un momento de aburrimiento en cuarentena y sin grandes pretensiones.

Notas de la autora: este fue el primer capítulo que escribí para este ff, no sé cómo Sendoh se apoderó de la historia.

Se recomienda ajustar los márgenes para una lectura cómoda.

Se agradecen los comentarios, sugerencias y correcciones.


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El primer amor

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Capítulo 13: Dulceamargo

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Faltaban pocos días para volver a clases y para su cumplea?os. Tercero de preparatoria parecía tan lejano cuando Hanamichi se unió al equipo que Yohei se sorprendía a veces creyendo que aún estaban ahí, con tanto futuro por delante. Sin embargo, muchas cosas habían cambiado el a?o anterior.

Shohoku pasó al campeonato nacional, pero perdió tras dos partidos, la falta de Akagi y Mitsui, más la diferencia entre las habilidades del equipo se hizo notar, de todos modos, Anzai sensei estaba muy confiado y se veía feliz con los resultados. Ryonan también fue eliminado, pero mucho más avanzado el campeonato, quedando en tercer lugar. A Sendoh le ofrecieron una beca en una muy buena universidad de Tokio y comenzaría a estudiar inglés, que le serviría para seguir sus sue?os de jugar en el extranjero.

Yohei Mito había dejado de ser el pandillero de anta?o, cambió su peinado, ingresó al equipo de baloncesto y se enamoró. O al revés. No era un buen jugador, pero tenía un excelente control de su cuerpo y con su fuerza y estado físico logró rendir en los entrenamientos. Ver y ayudar a Hanamichi por tanto tiempo le había ense?ado las reglas del juego y posiciones o movimientos que eran fáciles de imitar.

Aunque su puntería no era muy buena, su amigo le explicó los tiros sencillos y Ryota lo probaba en distintas posiciones. Jugaba mejor cuando lo hacía junto a Hanamichi, se entendían sin hablar y el pelirrojo era más considerado con él, entregándole el balón y dándole oportunidades para jugar que a otros no. De a poco logró comprender que si en algo podía ayudar era en los pases. Por supuesto que no fue titular, pero Sakuragi y Miyagi lograron que Anzai sensei lo considerara para los partidos amistosos de entrenamiento, así que pudo ingresar a jugar unos minutos.

Dos de ellos serían contra Ryonan. Taoka sensei opinaba que los amistosos debían ser disputados siempre con distintos oponentes, pero Sendoh estaba especialmente interesado en jugar contra Shohoku y al entrenador le daba curiosidad saber cuánto más había avanzado el pelirrojo del equipo. Al capitán le interesaban los avances de otra persona.

Yohei no podía vencerlo, ni hacer pases con él marcándolo, ni defender. Pero haber estado diez minutos contra Sendoh lo llenaba de motivación para continuar mejorando, incluso sabiendo que el capitán de Ryonan ahora comenzaría la universidad y esas oportunidades se habían acabado.

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- Aquí está bien ?no? - dijo Narumi.

- Sí, supongo que sí.

Yohei miró la peque?a plaza llena de árboles florecidos que había a un lado, una vez en secundaria habían tenido una pelea ahí porque es algo oscura y con muchos árboles. Pocos ni?os la visitaban por la falta de juegos, pero era común ver adultos descansando o almorzando por las tardes, aunque en ese momento se encontraba vacía.

- See you!

- Espere... ?puedo hablar con usted un momento? - dijo mostrando la plaza. Narumi no contestó.

"Entiendo, ya caminó conmigo, debe tener cosas que hacer."

Yohei bajó la visa, trató se reír como siempre, pero no podía. Narumi sabía que era una mala idea, sabía que no tenía que ir y sabía que aceptar llevaría a una conversación que no quería tener, pero verlo tan preocupado tampoco la dejaría volver a casa tranquila.

- Está bien. Ese es mi favorito -dijo ella apuntando a un enorme gingko.

Se sentaron en la baranda bajo el árbol y permanecieron en silencio un buen rato, ninguno quería iniciar el diálogo hasta que la profesora no aguantó más la tensión.

- Se está haciendo tarde.

- Sí... -contestó su estudiante.

- La otra vez, cuando dije que unas muchachas no se acercaban al chico que les gustaba porque él las rechazaba a todas... me refería a ti. Según me contaron, te vieron en los partidos de baloncesto. ?Sigo sorprendida de que te unieras al equipo!

Yohei se sonrojó un poco.

- Quizás es vergonzoso que lo diga una maestra, pero es lo que pasa cuando eres la más joven -suspiró resignada.- No consigues tanto respeto como los otros profesores, pero los estudiantes tienen mucha confianza y te cuentan de sus amores y quieren conseguir información de los senpai a toda costa. No sabes cuántas manzanas recibo semanalmente gracias al equipo de baloncesto y al de teatro. Preferiría recibir almuerzos, la verdad.

Le dio un peque?o codazo para que riera, pero él seguía serio.

- No te preocupes, hablo muy bien de ti. Quizás deberías pensar en tener una novia, es algo que hacen los chicos de tu edad... ay, el primer amor es muy emocionante.

Narumi estaba hablando demasiado para intentar llenar el silencio, quizás para convencerlo de no sacar a la luz el tema porque claramente ella lo veía como un ni?o o no estaría diciendo todas esas cosas. Yohei la miró, el cielo era de un azul profundo y las farolas comenzaban a encenderse.

- No me gustan las chicas.

- Oh -dijo sorprendida- eso está bien, seguro que está lleno de chicos interesantes en la escuela a los que les gustarás, se?or deportista.

- Eso no es lo quería decir, o sea, no es nada malo, pero yo...

Narumi rio con ganas ante la cara confundida de Mito.

- Lo sé.

Miró sus zapatos. Sí, sabía perfectamente a qué se refería, solo quería intentar cambiar el rumbo de la conversación.

Le había costado notarlo, pero el comportamiento absurdo de su novio, su necesidad de jugar contra Shohoku cada cierto tiempo y de visitarla en el trabajo, la enemistad en los ojos de los jugadores... todo había comenzado a tener sentido desde hace un tiempo.

Una cosa era Rukawa contra Sendoh e incluso Hanamichi Sakuragi contra él... bueno, contra todos. Pero que el pelirrojo insistiera en que un principiante entrara por algunos minutos a cubrir a uno de los mejores jugadores del estado, deteniedo incluso al número once para que no interfiriera, y a pesar de aumentar la distancia entre los puntajes, hizo que todo fuera demasiado obvio para ignorar. Finalmente había tenido la conversación con su novio y confirmó sus sospechas

?Qué hacer? ?Debía dejar de alimentar a sus alumnos? ?Dejar de hablarles cuando los viera en la calle? ?Ignorar sus sobrenombres? ?Dejarlos estar tristes en la oscuridad de un templo? ?No contestar sus dudas en los pasillos? ?No agradecerles cuando la ayudaran? ?Evitar dar consejos o recomendaciones? ?Cómo se hace eso?

Trató de no pensar en ello y de negarlo, pero desde ese momento, todos los movimientos y actitudes de Yohei Mito cobraban un segundo sentido que no podía dejar de notar. Las respuestas de sus amigos en los exámenes, su seriedad, que rechazara cualquier acercamieto amable de parte de ella, que no se relajara alrededor de Sendoh e incluso que no se interesara en las chicas que cada cierto tiempo se le declaraban. Todo había encontrado una explicación. Así que decidió tomar distancia: dejó de decirle superhero, de ofrecerle comida (tampoco era difícil, siempre estaba alimentando a otras personas) y de ir al gimnasio a conversar con Anzai sensei en horario de entrenamiento. Si Sakuragi necesitaba ayuda, evitaba hacerlo en grupo. Y si Yohei Mito se cruzaba con ella, le hablaba al estudiante más cercano.

- ?Cuándo...?

- Desde hace un tiempo. Digamos que ya viví algo similar... los adolescentes son algo problemáticos.

- Sendoh.

Narumi miró el suelo. Sí, su novio.

- Sendoh.

Se quedaron en silencio largo rato. Yohei no sabía qué decir. No planeaba tener esta conversación hoy, no planeaba que le rompieran el corazón, pero la había visto la semana anterior riendo y besando al jugador de Ryonan mientras intentaba comprar un café en la máquina expendedora donde la conoció y algo dentro de él comenzó a incomodarle como una espina al costado. Tenía que sacársela. Tenía que remover de algún modo el recuerdo de Sendoh tratando de detenerla o distraerla acariciándole el cuello para que eligiera algo más sano.

No notaron su presencia y Yohei Mito siguió corriendo como había empezado a hacer desde que entró al equipo. Había perdido antes de empezar.

- Este a?o no seré tu profesora así que estarás bien, creo que alejarse un poco ayuda a aclarar las cosas.

- ?Renunciará?

- ?Claro que no abandonaré mi trabajo! Watanabe sensei se siente mejor de salud y prefiere los cursos mayores, así que él se encargará de las clases de tercero.

Mito rio, era cierto, Watanabe sensei se veía mucho más cansado tras una clase con los más jóvenes de la preparatoria y era mejor que se ocupara de quienes se preparan para ingresar a la universidad.

- Lo de las chicas es en serio, dales una oportunidad. Solo procura andar lento, no tiene tanta experiencia.

- Tampoco tengo...

- Really?

- Ninguno de nosotros, ni hemos tenido un primer beso.

- Son los pandilleros menos pandilleros que conozco. ?No asisten a un goukon?

Yohei rio. Nunca habían sido invitados a uno, no le sorprendía.

- Solo nos vemos envueltos en peleas, tampoco es que las busquemos.

- Quizás es mejor así, si saben que eres cool y dulce no te dejarán estudiar y eso es lo principal -dijo dándole otro peque?o codazo amistoso.

Volvieron a quedarse en silencio. Comenzó a helar y Yohei se estremeció, no se había abrigado pensando que ya estaría de regreso en casa a esa hora. La mujer revolvió su bolso gigante y sacó una bufanda que le ofreció.

- ?También anda con ropa ahí?

- Claro que sí, estoy preparada para todo. Puedes usarla con confianza, tengo muchas. Y si te enfermas ahora te perderás el comienzo de las clases, no puedo permitirlo.

Yohei acepto y se la enrolló al cuello, olía a cítrico como ella.

"Quizás no debí hacer eso" pensó Narumi "?Va a malinterpretarlo?" Lo miró fijamente, parecía como si estuviera aguantando las ganas de llorar. Era un adolescente después de todo.

- Lo siento.

- Gracias -dijo él entendiendo, sonrió como siempre.- ?Tiene algo de comer?

- ?Claro que sí! -contestó con más ánimo mientras volvía a buscar en su bolso.- Oh, en realidad no. Pero tengo café -dijo acerándole la lata. Sendoh se había comido los últimos dulces que le quedaban.- No te preocupes, es descafeinado, estoy tratando de dejarlo.

La verdad es que Akira estaba intentando que redujera su consumo de cafeína para que pudiera dormir mejor. ?l aceptó, era como la primera lata que le entregó cuando se conocieron y que todavía tenía en su cuarto sin abrir.

- Me iré ahora. Vuelve a casa, ya es tarde.

Yohei sonrió al asentir, y aunque apenas se notaba su cara por la sombra del árbol, la profesora notó que se encontraba muy triste y haciendo un esfuerzo por mantener la calma.

- Hagamos lo siguiente. No será muy apropiado, pero no le cuentes a nadie.

Su estudiante no entendió, pero se quedó quieto mientras ella le tapaba los ojos y giraba su cara para darle un brevísimo beso en la mejilla. Sintió que le ardía.

- ?Listo! Un primer beso. Ya no tendrás que preocuparte por eso cuando invites a una chica a salir - le dijo sonriendo.

Desde que la conoció, Yohei se había vuelto inpulsivo en peque?os aspectos y este no fue la excepción. Se levantó ágilmente y la besó. No duró más de un segundo y apenas le tocó la comisura de la boca, pero sucedió.

- Eso es un primer beso -dijo separándose.

Narumi quiso empujarlo o darle una cacheada, sin embargo sabía -o sentía- que era su culpa por hacer algo inapropiado como besarle la mejilla. No le habló, simplemente se giró y se fue sin mirarlo. "Sneaky".

Yohei se quedó un largo rato bajo el árbol, oliendo su bufanda mientras la brisa le helaba la cara. Sintiendo su primer rechazo, viendo todo nublado por lágrimas que caían sin que ningún sonido saliera de su boca... quizás habría sido mejor si sus amigos hubiesen estado ahí con una gran celebración para animarlo. Abrió la lata y bebió, el café era tan amargo como ese momento. Había hecho una estupidez y necesitaba hablarlo con alguien.

Corrió a casa de Hanamichi, su mamá lo dejó entrar avisándole que su hijo estaba roncando en la habitación.

-Hanamichi -dijo casi sin voz.- HANAMICHI -gritó. El pelirrojo se sobresaltó tanto que se dio un golpe contra la pared.

- ??QU? PAS??! ?Mamá? Eh, Yohei, ?qué le pasó a tu cara? ?de dónde vienes? ?Hay una pelea, los chicos están bien? -dijo alistándose.

- La besé.

- ?Qué?

- La besé. A Narumi sensei.

Los dos se miraron y se deplomaron en la cama mirando el blanco techo de la habitación.

- Cuéntamelo todo.

Yohei relató lo ocurrido: que estaba corriendo como hacía a diario, impaciente porque empezaría un nuevo a?o y la vería otra vez, ya sabiendo de su relación con Sendoh. Nervioso de poder encontrarse con ellos, pero sin cambiar de ruta, quizás en un sádico interés o esperando que todo fuera parte de su imaginación.

Decidió parar a comprar una botella de agua y la vió en la máquina expendedora. Estaba con un vestido negro, la boca roja, el pelo suelto. Su garganta se secó. Vivir relativamente cerca tal vez era un problema. Intentó ignorarla, pero se había quedado mirando y ella se dio cuenta.

- Yohei Mito, estás muy sudado, ?entrenando para ser titular este a?o? -?l asintió.- Buena suerte con eso. Nos vemos la próxima semana.

- ?Viene de una fiesta? -dijo para detenerla un poco más. Sus planes de pasar inadvertido fueron desechados por su boca que, nuevamente, se negaba a hacerle caso.

- No, es un poco temprano para una fiesta.

- ?De una cita? - Sí, recién había dejado a Sendoh en la estación.

- You should not ask that to a lady who happens to be your teacher.

- Voy en la misma dirección ?puedo caminar con usted? - Narumi se quedó en silencio un momento.

No tenía razones para negarse y si lo hubiera preguntado cualquier otro estudiante, ella habría aceptado de inmediato pensando en que quizás tenía un problema y necesitaban de un adulto. Pero no era cualquiera, era Yohei Mito.

-... sure.

El resto es historia conocida. Los amigos seguían sin mirarse.

- No puedo creer que dieras tu primer beso antes que yo - dijo Hanamichi para alivianar el ambiente. Yohei lo golpeó con un cojín. La amistad es así.

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Sendoh estaba desperezándose, aunque las clases empezaban la próxima semana, su novia había insistido en que comenzara a estudiar desde ya para no atrasarse y poder entrenar el mayor tiempo posible.

Como sabían que no podrían verse tan seguido con él viviendo en Tokio y ella trabajando, aprovecharon las vacaciones para visitar lugares y pasear todo lo que no habían podido hacerlo antes de que el noviazgo fuera oficial.

Ese día habían ido a un jardín botánico con una bonita cafetería que permitía realizar picnics en el mismo parque. Se suponía que le escribiría apenas llegara a casa después de separarse en la estación, sin embargo, recién en ese momento -un par de horas después- su teléfono sonaba.

- ?Olvidaste llamarme o te quedaste dormida al llegar?

- Estoy afuera de tu casa. Pasó algo y tenemos que hablar... ?puedo entrar?

Sendoh bajó corriendo y la encontró en la calle, se veía desanimada, totalmente distinta a la Lily que se había despedido de él en la estación y le había rega?ado para que llegara a estudiar.

Saludó a los padres de Sendoh y mientras conversaban, él preparó un té y peló unas naranjas para comer antes de subir a su habitación. Una vez cerrada la puerta, recordó que Narumi no había estado ahí desde hace a?os.

- Sigue igual... - dijo ella sentándose en la cama.

Notó que estaba nervioso. Tenía sentido, aunque pronto cumplirían un a?o de noviazgo, no habían estado juntos en esa habitación en todo ese tiempo. Le daba ternura verlo así. ?l se sentó a su lado y comenzó a jugar con su pelo para intentar relajarla, pero ella se negó, iría al grano.

- Alguien me besó.

Esa no era la frase que Akira esperaba escuchar de la boca de su novia.

La dejó explicar lo sucedido y aunque ella no mencionó el nombre de la persona, él sabía desde antes de quien se trataba. Sendoh no es un hombre que se enoje fácilmente, pero si Yohei Mito se hubiese cruzado en su camino en ese momento, realmente habría intentado golpearlo. Sin embargo, lo entendía, no podía negar que tenían algo en común.

La miró un momento, mantenía la cara hundida en las manos, tapándose de vergüenza. La conocía lo suficiente para saber que estaba apenada por el beso, pero principalmente por lo incorrecto que era toda esa situación como profesora. También estaba seguro de que ella se sentía triste por rechazar al amigo de Sakuragi y hacer sentir mal a uno de sus estudiantes, pero prefirió no pensar en ese último punto. Le gustaba el corazón de abuelita de su novia, aunque ese no era el momento para ello si es que no quería enojarse.

?l le corrió el cabello de la cara y le indicó que se recostara en su regazo, ella hizo caso. Sendoh le acarició la cabeza hasta que se durmió. No había razón para molestarse con ella y le dio ternura que fuera inmediatamente a contarle como si el asunto fuera de urgencia mundial.

La acomodó en la cama y se llevó una de las almohadas y una frazada al salón para dormir en el sofá. Hace un par de meses que estaba pensando en proponerle arrendar un departamento para vivir juntos, iba a decirle ese mismo día en el parque, pero algo lo detuvo para que esperara porque sabía que ella diría que era demasiado pronto. Pasó la noche arrepintiéndose por no atreverse.

"Yohei Mito... una caja de sorpresas". ?l había pasado a?os esperando una oportunidad y el nuevo integrante del equipo de Shohoku se había adelantado como si nada. Una vez es suficiente, en otro juego no volvería a dejarlo pasar tan fácilmente.