La nieve cae incesantemente, el frio es adormecedor, implacable, pero para una chica criada en el crudo clima de las monta?as de Indiana como Candy, era más que tolerable, mucho más con la certeza que estaba haciendo su parte para poder cumplir su promesa

Caminaba en medio del tumulto de gente buscando el coche que la llevaría al hospital, sin apenas más que un papel con la dirección y un sobre para la jefa de enfermeras del lugar, ella avanzaba sin miedo, una determinación llena de esperanza, para seguir el camino que se había propuesto seguir

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Varios meses habían pasado, su objetivo estaba claro, la determinación por alcanzar sus metas

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-buen día mi nombre es Candice White, he sido enviada por la se?ora Mary Jean, para iniciar mis estudios preparatorios de enfermería

-buenos días se?orita White, la se?ora Millers, jefa de enfermeras la espera, sígame, la llevare con ella, soy Magdalena Jones, seré su supervisora en el curso que tomara, cualquier duda o inquietud no dude en acudir a mi

-se lo agradezco se?ora Jones

Candy avanzaba por el lugar, admirada por el tama?o del mismo, y también por la cantidad de gente que allí había, todo estaba pulcramente ordenado y limpio, se miraba la dedicación de quienes allí laboraban y eso la llenaba de ilusiones, por algún día lograr se tan buena como ellos a la hora de realizar su trabajo, al cabo de un rato llegaron a una oficina, en donde después de tocar la puerta entraron, quedando ella sola con la jefa de enfermeras

-así que usted es la estudiante que me envío Mary Jean para la plaza en los estudios preparatorios de enfermería, es usted muy afortunada, no suelen abrirse cupos de este tipo, puesto que siempre estamos saturados de estudiantes, por lo que espero sepa apreciar la oportunidad que se le está brindando

-pondré mi mejor empe?o en responder a la confianza depositada en mi por la se?ora Mary Jean y por ustedes

-así lo espero, como se lo habrán explicado al igual que como ha estado haciendo, su residencia será en el hospital, en el área de estudiantes se le asignara una habitación, las clases serán por la ma?ana y por las tardes realizara prácticas, por lo pronto no se le asignaran turnos hasta haber aprobado las primeras evaluaciones, para determinar su capacidad y otorgarle responsabilidades, debe ser perseverante en ganarse los puntos necesarios para avanzar

-entendido

- al completarse el curso preparatorio en forma satisfactoria da paso a las especialidades, por lo que, dependiendo de su desempe?o se le puede otorgar una plaza permanente en este hospital, créame no es fácil conseguirlas, pero si usted se esfuerza lo suficiente puede lograrlo

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Contaba cada centavo, sabía que si bien no estaba al borde de quedarse indigente, debía cuidar su economía hasta conseguir entrar en un teatro y así comenzar a cumplir la primera parte de sus sue?os, esos que solo vera cumplidos cuando pueda volver a Inglaterra para traer a Candy con el

Había visitado ya varios teatros, pero aún no había conseguido siquiera que le dieran la oportunidad de audicionar, pero eso era bueno en parte, puesto que ninguno de los teatros en que lo habían desechado tenía la esencia que el buscaba

Se le hacía tan dura la ausencia de su pecosa, se lamentaba una y mil veces el ser tan joven y no tener nada que darle, él sabía que sería difícil, pero valla que si dolía no poder oír su voz, no ver sus pecas bailando en esa linda naricita cuando la hacía enfadar

-si supieras cuanto te amo pecosa, un día sin embargo te lo diré, un día serás mía para siempre y no habrá más despedidas

Como cada noche en que la falta de ella se hacía insoportable, se sentaba a escribir una carta para la due?a de sus desvelos

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En la noche Candy descansaba en la habitación que se le había asignado, esta era peque?a, pero contaba con una cama, su escritorio para que realizara sus tareas y estudiara, el closet, una peque?a mesa de noche y su ba?o, no podía creer que tuviera una habitación para ella sola, no tendría que compartir con nadie mas

Cuando Mary Jean le informo que sería enviada a New York para realizar el curso y completar allí su preparación, había quedado sorprendida, no era para menos, ella fue enviada a otra ciudad, no entendía como es que no se había elegido a otra estudiante, Flamy por ejemplo, quien siempre destacaba en todo, pero Mary Jean le había dicho que era ella la elegida para esa plaza, pues tenía las aptitudes que se necesitaban para realizarlo, además que sería entrenada con especializaciones

Y es que Candy apenas llevaba unas semanas en la escuela de enfermería de Mary Jean cuando se le informo de este cambio, no había ni terminado de adaptarse a la rutina del lugar cuando ya estaba viajando de nuevo

Las compa?eras de estudio de Candy eran tan serias como Flamy, siempre tan concentradas en realizar su trabajo, chocando con su carácter siempre tan alegre, sin embargo pese a las rega?inas que se había ganado por parte de algunas, se había terminado ganando su lugar al seguir perseverando, mostrando su capacidad, logrando que muchas cambiaran su actitud y la respetaran, al igual que sus profesores y superiores

Esas primeras dos semanas habían pasado rápidamente, ya había escrito varias cartas al hogar de Pony, también a los chicos avisándoles de su cambio de residencia, al se?or George, quien había respondido que pronto estaría visitándola, cosa que le llamo la atención, pero supuso que sería con respecto a su adopción, quizá la tía abuela había logrado anularla, también a Terry, aun no sabía a donde enviar su carta, pero ella no podía resistir el impulso de hacerlo

Como todos los sábados, tenía libre, pudiendo salir de paseo, sin saber porque o como, sus pasos la llevaron a Broadway, quizá su misma nostalgia por Terry la hacía ir hacia los lugares que le recordaran algo de él, y el teatro definitivamente se lo recordaba

-espero que logres tus metas Terry, que brilles como sé que mereces hacerlo

Tan embelesada iba por las marquesinas de los teatros, imaginando en ellas el nombre de Terry, que se cruzó la calle sin precaución, logrando casi ser atropellada por un vehículo que apenas logro frenar, el chofer muy preocupado se bajó a verificar que la joven estuviera bien, puesto que ella de la impresión se le habían ablandado las piernas cayendo casi desvanecida en el acto, la persona dentro del auto ordeno subieran la joven al mismo, para asegurarse que estuviera bien

Nada más subir al auto Candy comenzó a recuperarse del shock y al querer disculparse quedo impresionada con la persona que tenía frente a ella

-?se?orita Baker?

-?Eres tú?, la misma jovencita que estaba en Escocia con Terry, ?Qué haces aquí?

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Terry estaba a punto de llegar al teatro Stratford, estaba muy bien cubierto, el frio ya calaba, sentía que hoy sería el día en que podría recibir su oportunidad, más, cuando estuvo a punto de llegar a la puerta a tocar la puerta, vio un par de rizos dorados, luego estos se perdieron dentro de un vehículo donde se unieron junto a otra melena rubia que le llenaba de nostalgia

Parpadeo tratando de entender lo que veía, pero tan pronto como lo hizo, el auto desapareció, como era posible que estuviera so?ando con las dos rubias de su corazón, seguro el tanto extra?ar a su pecosa y la cercanía de su madre en la misma ciudad estaba causándole alucinaciones, tan atónito había estado tratando de visualizar el auto, que no se dio cuenta que lo estaba siguiendo y que cuando menos acordó ya se había alejado del teatro

Definitivamente ese no era el día, así que decidió ir a visitar otros teatros que le quedaron en el camino, en el teatro Stratford una gusi pelilacia se quedó con la intención de ir hacia la puerta, pero esta nunca fue tocada, se preguntaba que le había hecho sentir que alguien estaba al otro lado, por lo que sin más que hacer se dedicó a seguir ensayando, con tan mala suerte que se tropezó con uno de los cables de utilería que estaban colocando, sufriendo un resbalón que le provoco que se le doblara el tobillo, teniendo que ser enviada a casa por dos semanas, puesto que encima le cayó un líquido que usaban para pulir las estructuras de metal, provocándole una reacción inmediata en su impecable rostro, quedando casi irreconocible, nada grave, con unos días se le pasaría, pero era imposible que se pudiera presentar frente al público en semejante forma

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Dos bellas rubias se dirigieron a la mansión de la bella actriz Eleonor Baker, quien no dudo en atender a su joven nuera, pues ella supo ver los sentimientos que su guapo hijo sentía hacia la joven ese día en que la vio por primera vez, por lo que no dudaba de que la muchacha o era o seria su nuera, Candy le contó lo sucedido meses antes en el Colegio San Pablo, de como por culpa de una sucia trampa ella fue expulsada y como Terry se había sacrificado por ella

También le conto como ella abandono el colegio con la intención de seguir su camino, la bella actriz supo leer entre líneas la intención en el corazón de Candy, de que además de formarse, en su camino se encontraba Terry

Pasaron el día juntas, pues Eleonor no quiso separarse de ella, la invito a comer y le pidió que la acompa?ara a hacer unas diligencias, terminando Candy ese sábado muy feliz de haber compartido con su futura suegra, porque eso sí, ella tenía la certeza que así era

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El casta?o no había tenido suerte en los teatros que visito, por lo que el lunes muy temprano llego al teatro Stratford, siendo atendido por el mismo Robert Hathaway, el cual supo exactamente quién era, pues esos zafiros eran exactamente iguales a los de su madre, sin embargo, fue la impecable actuación del casta?o, lo que le gano una posibilidad dentro del teatro

Siendo que en esos días ya estaban trabajando en una obra, Robert le propuso que estudiara para un papel en la próxima obra que montarían y asi podría hacer una audicion, la obra sería El Rey Lear, para la cual se le permitía poder ensayar en el teatro a tempranas horas de la ma?ana, que era cuando aún no estaban los demás actores ensayando, dejándole al casta?o una esperanza de comenzar a ver sus sue?os hechos realidad, saliendo del teatro sin tener desafortunados encuentros al menos por esos días

Por lo que cada día muy temprano estaba en el teatro ensayando, entregando todo de sí en cada ensayo, como si cada uno de esos ensayos fuera visto por la due?a de su corazón, como no hacerlo si ella era su incentivo para alcanzar sus metas, si bien es cierto la pasión por el teatro estaba en su sangre, por lo que siempre fue su sue?o ser actor, desde que conoció a Candy su sue?o se había ampliado, porque no podía negar que su amor por ella era más grande que cualquier otra cosa

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La siguiente semana fue mucho más pesada para Candy, sus estudios y practicas eran cada día más exigentes, pero ella se esforzaba al máximo, logrando desenvolverse con excelencia en todas ellas, pero aun en medio de su ocupada semana, ella tuvo una agradable sorpresa, al ser llamada en la ma?ana del veinticuatro de diciembre a la oficina de la jefa de enfermeras, quien le informo que tendría libre ese día y el siguiente que era navidad, por lo que ya podía retirarse, asombrándose mas cuando le informaron que ya la estaban esperando en un coche afuera del hospital

Candy salió algo confusa de la oficina de la jefa de enfermeras, fue a su habitación a cambiarse de ropa y prepararse para salir, no tenía planes de ir a ningún lado, por lo que no sabía quién podía estar esperándola, pero luego recordando la carta del se?or George, imagino que posiblemente él era quien la esperaba, por lo que animándose termino de preparar todo y salió

Pero al entrar al coche no fue al se?or George a quien encontró, si no a su bella suegra, quien muy sonriente la abrazo, comenzando a hablar de la hermosa navidad que tendrían juntas, Candy quien no comprendía nada, solo se dejó contagiar por la alegría de la bella dama

Llegaron a la mansión de Eleonor, ya estando allí fue llevada a una hermosa habitación, en donde además se encontró el closet lleno de bellos vestidos, zapatos, sombreros y bolsos que les hacían juego, la joven no pudo evitar tener un déjà vu, al recordar cuando fue llevada a su habitación en la mansión de las rosas después de haber sido adoptada por el tío abuelo William y cuando llego a su habitación en el colegio San Pablo, ya que en ambas ocasiones había sucedido lo mismo

Pero las sorpresas de la joven apenas comenzaban, pues al voltear hacia su cama, pudo observar en el centro de ella estaba una Dulce Candy, que se encontraba entrelazada por un narciso

Las emociones comenzaron a embargarla, pues ambas flores tenían cada una un significado muy especial para ella, no supo cuánto tiempo se la paso sentada a la par de la cama con ambas flores entre sus manos, con su hermoso rostro ba?ado en lágrimas, cuando tocaron su puerta, ella no supo si respondió o no, solo que cuando levanto su rostro se encontró con unos ojos color cielo que la miraban con cari?o

-?Albert?

-no llores peque?a, recuerda que eres más linda cuando ríes que cuando lloras

Candy abrió sus ojos en sorpresa, si no hubiera estado ya en el suelo seguro se caía de la impresión, sin contenerse se tiro a los brazos de su querido Albert quien ahora resultaba que era su príncipe de la colina

-mi príncipe de la colina, casi susurro la joven

Albert soltó una carcajada, negando con su cabeza

-no digas eso peque?a, me dan calosfríos, jajaja, además dudo mucho que a Terry le agrade que llames así a otro hombre, por mucho que me tenga aprecio, jajajaja

-?pero cómo es posible?, Siempre has sido tu

-ven peque?a, levantémonos del suelo, hay mucho que conversar, pero sonríe, deja de llorar

El rubio ayudo a Candy a levantarse, indicándole se sentaran en un sofá, Candy comenzó a calmarse, cuando cayó en un shock mayor al que acababa de tener, al enterarse además de que su querido amigo Albert, quien también era el príncipe de la colina, ahora le revelaba que era la persona que la había adoptado, el misterioso William Albert Ardlay

Candy no dudo en tratar de agradecerle por todo lo que había hecho por ella, además de querer tratarlo formalmente, pero él no se lo permitió

-quien debe agradecerte soy yo

-no comprendo, ?Por qué?

-estaba por tomar un viaje hacia Italia, cuando recibí un telegrama de George, en el que me informaba de tu partida del colegio, me externo lo preocupado que se encontraba por ti, puesto que no tenías dinero, no sabes cuánto cari?o te tiene el buen George, está de más decir que también me preocupe por ti, por lo que cambie mis planes y decidí viajar a Inglaterra de inmediato, lo que me salvo la vida, días después supe que la guerra ya era algo real y que al menos el tren en el que planeaba viajar había explotado, no puedo ni imaginar que hubiera sido de mi si no me hubiera ido en busca de pistas sobre ti

-no era mi intención preocuparlos Albert, yo solo quería buscar mi camino, no podía seguir en ese lugar

-lo comprendo Candy, era difícil seguir allí, especialmente si Terry se había ido, dijo sonriendo el rubio

Candy se puso rojita, negando

-?Albert!

-no te reprocho eso peque?a, pero al menos debiste pedir ayuda, pudo haberte pasado algo malo, si peque?a, ya sé que viajaste de polizón, aunque no lo parezca, yo cumplo con mi responsabilidad como un buen padre hace, me hiciste sacar canas tan joven, no vuelvas a hacerlo por favor, siempre que necesites algo debes acudir a mi o a George, recuerda que no estás sola, ya no más y menos ahora, ven te tenemos una sorpresa esperando por ti

Candy sonrió y abrazo a Albert, prometiéndole que trataría de no hacerlo más

Los rubios salieron rumbo al salón, en donde se encontraban Stear y Archie que miraban embobados a Eleonor, estaban también Annie y Paty, quienes se debatían entre la admiración por la bella actriz y las ganas de caerles a zapatazos a sus nada discretos novios, pero todo eso quedo de lado cuando vieron llegar a los rubios, corrieron a abrazar a Candy, muy felices por estar reunidos al fin

Los chicos le contaban a Candy que George había ido por ellos al colegio y los había traído a New York prácticamente a escondidas, pues la tía abuela no sabía nada, al menos no que ellos supieran

Incluso había conseguido permisos para traer a Annie y Paty con ellos, según les había explicado George, la guerra estaba muy cerca y por ello sus familias habían accedido agradecidas por resguardar a las jóvenes

Le contaban también lo felices que se habían puesto cuando se habían encontrado con Albert en New York y que este los había llevado en su búsqueda, lo que estos no se esperaban era la confesión del rubio sobre su verdadera identidad, con la que había dejado mudos a los muchachos

-pe pero, en serio, decía Archie ya por novena vez a Candy

Stear también se había sorprendido, pero después de la quinta vez que pregunto, este se había convencido

Todo lo sucedido había servido a Albert para tomar una decisión que venía postergando hacia mucho, ya era tiempo de tomar sus responsabilidades como cabeza de familia, solo así podía proteger a quienes quería, cuando se había enterado de la forma tan cruel en que Candy había sido tratada por Eliza y por los mismos prejuicios de las monjas, este había hecho llegar su disgusto al colegio, recordándoles que adoptada o no Candy era su hija adoptiva y es que después de leer las palabras tan sinceras que la joven había plasmado en su diario, se llenó de tristeza y enojo a causas iguales

Ordeno se retiraran a los Cornwell y dejo allí a los Leagan, ya de ellos era la tía abuela únicamente quien debía entenderse, no quería que ellos siguieran bajo influencias tan nefastas, conocía el carácter noble y bondadoso de sus sobrinos, el cual no quería se da?ara por causa de la tía abuela y los Leagan, por otro lado la guerra ya casi estaba sobre Inglaterra y no quería arriesgarlos

Eso sí, hizo llegar una carta a Eliza y Neal con copia a sus padres y la tía abuela, en la que les recordaba que la única Ardlay era Candy al ser su hija y que por el comportamiento tan imperdonable mostrado hacia ella y por ensuciar su nombre da?ando con ello el apellido familiar, sus beneficios quedaban suspendidos, por lo que el clan Ardlay ya no pagaría sus gastos en el colegio, ni obtendrían mensualidad alguna, ya si la tía abuela quería ayudarles seria con su fortuna personal, orden que se cumpliría hasta que ellos mostraran un cambio en su comportamiento, de lo contrario los expulsaría del clan

Le dolía tomar estas decisiones, pero es que la decisión no había sido del todo suya, en parte también había sido una condición de quien había ayudado a conseguir en poco tiempo arreglar todo lo que estaba organizando, lo cual sería de beneficio para sus seres queridos

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Nuevamente Terry se había entregado a su ensayo, logrando la admiración del conserje y varios empleados que siempre lo observaban con discreción, pero aún más la admiración de Robert, quien a escondidas lo había estado observando, convenciéndose que sería la próxima estrella de su teatro

Terry salía del teatro, a lo lejos observo el ambiente festivo en las calles, era extra?o, se sentía siempre como un extra?o en medio de tanta algarabía, hacía muchos a?os él había dejado de ver algo especial en esas fechas, quizá cuando era un ni?o, pero ya no más, ahora su único deseo era en un futuro poder pasar junto a la chica que amaba, una navidad junto a Candy, valla que eso sí sería una muy feliz navidad

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Candy había pasado un día maravilloso junto a los chicos, Eleonor se había esmerado en hacerle sentir como si en su propia casa se encontrase y es que aunque los chicos y Albert se estaban hospedando en la mansión Ardlay, la cual estaba bastante cerca por cierto, a ella le habían permitido quedarse con su mami suegra, quien no había querido separarse de ella

George le había entregado una carta de la hermana María y de la se?orita Pony, quienes le contaban muy contentas todo lo que el se?or Ardlay había hecho por el hogar, había enviado una gran cantidad de alimentos, también les había enviado regalos y ropa para todos, más la oferta de futuras donaciones para reparar el hogar, ellas estaban aliviadas y felices de semejantes regalos, a los ni?os era, sin embargo, quienes mas habían disfrutado

Todo lo sucedido debería hacer que ella estallara de alegría, de hecho así era, no podía negar la dicha que sentía al ver como estaban saliendo las cosas y tener a tantos seres queridos con ella, pero antes de la cena no pudo evitar sentir esa nostalgia por no tener cerca a aquel quien amaba con todas sus fuerzas, por lo que se escabulló al jardín, y mirando a las estrellas elevo una plegaria primero agradeciendo por las bendiciones recibidas y otra por aquel a quien tanto extra?aba, para poder abrazarlo pronto

Porque si de algo ella estaba segura es de que ellos volverían a verse y eso era algo inevitable, tan sumergida estaba en su oración que no se dio cuenta de que alguien ingresaba al jardín, hasta que de pronto percibió ese olor que siempre emanaba ese joven que tanto amaba, no pudo evitar que sus bellas esmeraldas de inundaran, la emoción pudo con ella, no quería girarse por temor a que sus instintos le estuvieran fallando y solo se tratara de un sue?o

-que hace una mona pecosa paseando en el jardín por la noche, acaso eres una especie rara

-mocoso insufrible, te he dicho ya que mi nombre es Candice White Ardlay, no acepto otro, respondió ella, dándose vuelta lentamente viendo con amor al insolente joven que sonreía de oreja a oreja con sus bellos zafiros también llenos de lágrimas que se derramaban una tras otra de tanta dicha por tenerla frente a el

-tienes razón mi peque?a pecosa, pero yo sé que me permites llamarte Candy, sin embargo no puedo evitar usar la forma especial que solo he creado para ti mi bella pecosa, te he extra?ado tanto, dijo abriendo sus brazos, acercándose a ella

Candy se lanzó a sus brazos sujetándolo muy fuerte, mostrándole con hechos que ella también lo había extra?ado, Terry respondió el abrazo con emoción, besando su rubia cabellera, luego su frente, hasta tomar con su mano su barbilla, la elevo para dar un suave beso en su mejilla, acariciando con sus labios y nariz su pecoso y sonrojado rostro, hasta llegar a sus temblorosos labios, los cuales lo recibieron dando la bienvenida a su hogar

Sin más los jóvenes cuando sus bocas tuvieron que separarse para tomar oxígeno y la razón los hizo tomar conciencia, sonrieron felices de al fin estar juntos, confesando sus sentimientos, teniendo como testigos a las muchas flores del jardín y a uno que otro par de rubios mayores que observaban discretamente en la distancia

Terry le conto de cómo se llevó una gran sorpresa cuando se encontró a Albert esperándolo fuera de su edificio, de cómo este lo llevo con su madre y entre ambos le habían confesado no solo la identidad del rubio mayor, sino también de como su padre, el orgulloso Duque de Grandchester lo había buscado al saberlo en Londres y le había propuesto unirse en pro de la felicidad de sus hijos, por lo que ahora oficialmente estaban comprometidos

Que les iban a dejar seguir el camino que habían elegido, siempre y cuando comprendieran que no estaban solos y que había a quien acudir no solo para compartir alegrías, si no para buscar consejo y apoyo cuando lo necesitaran, Terry la verdad estaba nada alegre de saber de su padre, pero el hecho de saber que estaba buscando ayudarle a ser feliz, hacia que un poco del dolor que a causa de él cargaba se fuera cayendo, sin contar de una simple nota en la que el Duque solo le decía una frase, una simple frase que le lleno el corazón

"Eres y serás siempre mi orgullo"

La cena inicio con un poco de sorpresa cuando los chicos vieron a Terry, pero la verdad Stear y Archie estaban demasiado ocupados admirando a Eleonor para prestar atención a nada más, bueno a nada más que a Annie y Paty, a quienes no podían ignorar a fuerza de pellizcos de Candy, quien se aseguraba de que más de uno no rompiera record de celos

La noche transcurrió muy entretenida, con Annie tocando el piano, Eleonor y Terry haciendo un dueto a piano también, los impactantes inventos de Stear, los que afortunadamente no estallaron… tan fuerte jajaja, cantaron villancicos hasta que fue la hora de descansar, los chicos junto a Albert y George se retiraron a la mansión Ardlay, no sin que antes Candy abrazara fuertemente a cada uno deseándoles una muy feliz navidad y es que para ella esa había sido una maravillosa navidad

Terry se quedó acompa?ándola un rato más, quedándose en el salón junto al árbol de navidad, haciendo planes para el futuro que se abría para ellos, no es que todos los obstáculos estuvieran ya quitados de su camino, aun habrían muchos por superar, pero estando juntos sabían que lo lograrían y más ahora que contaban con los consejos y apoyo de su familia

Así abrazados los encontró el día de navidad, pues ellos en su emoción se habían quedado dormidos abrazados en el sofá, abrigados con una manta que algún ángel rubio les había puesto encima, inmortalizando ese momento en una fotografía que a?os más adelante adornaría la chimenea del hogar de esa joven pareja

Fin.

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Feliz navidad chicas, deseo que tengan muchas bendiciones