No en un Sue?o

Un fic NagiHono.

Por: Escarlata

Pretty Cure pertenece a Toei, el plot es mío.

o~o~o~o~o~o~o

Tener pijamadas no era raro a esas alturas, mucho menos cuando Nagisa ponía de pretexto que iban a estudiar y sólo tenían los libros abiertos un par de horas antes de que la misma Nagisa rogara por hacer otra cosa. Hacían la tarea y sí estudiaban, pero no tanto como la deportista se lo hacía saber a su madre cuando volvía a casa los domingos.

Honoka siempre encontraba divertida esa situación, y le bastaba que Nagisa al menos estudiara a consciencia en el corto rato que realmente se dedicaban a estudiar. No le molestaba que el resto del tiempo la pasaran jugando con la consola que sus padres le habían regalado en su último cumplea?os. Quisieron lucirse ese a?o con algo que no fuera ropa y accesorios de los lugares a donde viajaban, ésta vez compraron una consola con una docena de juegos de los más populares para que Honoka se distrajera y no se saturara tanto estudiando.

A sabiendas que estaba ya en preparatoria, y que su hija en serio se perdía por horas enteras, inmóvil, leyendo sus libros de escuela, querían reducir su carga de estrés. Ellos sabían de lo que hablaban, como que eran adictos al trabajo y un médico literalmente les recomendó relajarse al menos un rato. Lo hacían desde entonces con paseos por la ciudad en turno y yendo a tomar un café o a comer a algún sitio lindo sin contestar llamadas de trabajo.

Con Honoka siguiendo el mismo camino de arduo trabajo de sus padres, buscaron alguna solución práctica que le ayudase a despejar su cabeza por un rato.

Y afortunadamente para Honoka, Nagisa estaba a su lado cuando abrió la caja y descubrió la consola y los juegos, y gracias a la misma Nagisa, Honoka comenzó a jugar a ratos.

Y justo eso hacían luego de hacer la tarea y estudiar a consciencia alrededor de hora y media.

Honoka no era muy adepta a la televisión, pero junto con el juego vino uno pantalla planta de tama?o adecuado que no estorbara mucho en su dormitorio. El par de estudiantes de preparatoria jugaba un shooter online porque a Nagisa le daban miedo los juegos de terror y esos Honoka los encontraba entretenidos, de noche, antes de dormir y resolviendo los acertijos y misterios.

─?Me mataron! ─exclamó Nagisa con horror mientras el cuerpo sin vida de su personaje era sobajado por un montón de ni?os de primaria seguramente, esto ultimo era fácil de adivinar por los nombres de usuario. No tenían activada la opción de escuchar micrófonos, así que sólo podían imaginarse lo que esos ni?os decían.

─Enseguida te levanto, espera ─Honoka se apresuró y vengó la humillación de Nagisa con un double-kill que su compa?era festejó de buena manera. Jugaban en equipo con otros dos jugadores, pero entre ellas se adaptaban para jugar prácticamente en perfecta sincronía. Eran ellas la que mantenían al equipo contrario ocupado mientras sus compa?eros hacían puntos. De momento estaban dominando la partida.

─Quedan cuarenta segundos de ronda ─informó la deportista con una sonrisa amplia.

─Entonces acabemos como es debido ─respondió Honoka con gesto concentrado. El aprovechar el terreno, tener el timing adecuado en los disparos y mantener los reflejos avispados era una buena manera de despejar su mente, debía admitir que se relajaba bastante jugando esos juegos ruidosos con Nagisa.

Entre ambas, y apoyadas por sus compa?eros, ganaron la ronda con una aplastante victoria. Soltaron sus controles y celebraron chocando sus palmas. Nagisa enredó sus dedos con los de Honoka mientras bajaban las manos.

─?Somos el mejor equipo! ─exclamó la deportista con emoción y pegó su frente a la de Honoka.

Tenerla tan cerca hizo saltar el corazón de la científica. Resistió el súbito nerviosismo como campeona y decidió regocijarse en su victoria por igual. ─Siempre lo hemos sido ─dijo con una sonrisa, pero el rubor no había manera de ocultarlo y antes de que sus mejillas terminaran de encenderse, se alejó de Nagisa por mucho que le doliera romper el contacto─. Ya jugamos más de una hora ─y el tiempo se les fue como agua entre las manos─. ?Vamos a pasear a Chuutaro antes de cenar? ─propuso con una sonrisa.

─Vamos, caminar un rato suena bien ─Nagisa se puso de pie y se estiró todo lo que pudo─. Así tendré más apetito para la hora de cenar ─agregó con una sonrisa enorme. Siempre se ponía contenta por pasar una o dos noches en casa de Honoka, y siempre se lo hacía saber a su compa?era.

El par alistó al perro con su correa, llevaron lo que necesitaban para limpiar lo que debieran limpiar durante el paseo y avisaron a Sanae que saldrían a la ribera con Chuutaro. La abuela les pidió que volvieran a tiempo para cenar y finalmente las chicas pudieron salir.

Los paseos eran agradables, a Honoka le gustaba mucho pasar esos ratos de calidad con Nagisa. El tiempo se iba volando cuando uno se divertía y no podía ser más cierto. Antes de darse cuenta ya tenían a un par de semanas de distancia las vacaciones de Verano de su primer a?o de preparatoria. Estaban aprendiendo más cosas, conociendo a más gente y ambas estaban listas para conseguir algún trabajo de medio tiempo. Y estaban particularmente tentadas en trabajar en el Tako Café para Akane, después de todo ya sabían cómo funcionaba el sitio y así Hikari tendría un poco más de tiempo para pasarlo con las amigas que seguía haciendo en secundaria.

Honoka no podía contener los suspiros y las sonrisas cuando veía a Nagisa jugar con Chuutaro, cuando Nagisa se sentaba a su lado y le mostraba fotos graciosas que encontraba en las redes sociales, cuando Nagisa le hablaba de todo y de nada, cuando simplemente estaban en silencio lado a lado o cuando ella le sonreía por cualquiera fuera la razón. Básicamente Nagisa le gustaba y no de manera amistosa, Honoka quería un poco más pero no se atrevía a nada por un pu?ado de sensatas razones:

En primera, quería tanto a Nagisa que lo último que deseaba era alejarla en caso de que rechazara sus sentimientos.

Segundo, Nagisa seguía suspirando por Fujimura, sobretodo ahora que podían coincidir con él al menos dos veces por semana en su camino a la escuela y podía verlo entrenar de nuevo.

Tercero, no estaba segura de lo que Nagisa sentía por ella en un ámbito más... ?ntimo, por decirlo de alguna manera. Incluso si a Nagisa no le gustara Shougo, eso no le aseguraba que sintiera algo por ella y ese sería el más triste de los casos: que Nagisa no se alejara del todo pero sí pusiera algo más de distancia luego de saber lo que su mejor amiga sentía por ella.

Honoka era valiente pero no tanto, era arriesgada pero no pensaba apostar lo que tenía con Nagisa. No quería perderla de ninguna manera, y si eso significaba amarrarse la lengua y no decir nada por mucho que le doliera el corazón, entonces lo haría.

Eventualmente, pensó, esos sentimientos irían disminuyendo con el tiempo, cuando su cabeza y su corazón se hicieran a la idea que tener a Nagisa como mejor amiga era lo mejor, que así, pasara lo que pasara, siempre estarían juntas. Era lo mejor, era lo que podía e iba a hacer con tal de seguir viendo esa sonrisa brillante como sol de mediodía.

El paseo con Chuutaro fue divertido, aunque Nagisa terminó con los zapatos y las calcetas mojadas por perseguir al perro y olvidar que estaba cerca de la orilla del agua. Ahora el par reía por el sonido acuoso que hacía Nagisa al caminar.

─Hay que apresurarnos o te vas a resfriar ─comentó Honoka, ella llevaba a Chuutaro por la correa.

─Qué bueno que traje ropa extra ─suspiró hondo y miró a su amiga con una sonrisa amplia─. Luego de cenar quieres que veamos una película. Podemos comprar algunos bocadillos.

─Umm... Depende ─sonrió─. ?Qué película quieres ver?

─Acompa?é a Shiho a comprar películas en una rebaja y encontré "Awatenbu Shogun! La Venganza del Guerrero Solitario", ?puedes creer que estaba en la caja de saldos? ?Un DVD edición especial con todo el material extra!

─?Qué? ─y Honoka, contagiada con el gusto por esas películas gracias a Nagisa, se encontró graciosamente ofendida por la noticia─. En internet no hemos podido conseguir esa edición, sólo las versiones normales con edición reciente ─enseguida sonrió─. Me alegra mucho que pudieras encontrarla, definitivamente debemos verla ─ahora sonaba entusiasmada al igual que Nagisa.

─?Genial! Entonces pasemos a la tienda a comprar algunas golosinas para ver la película, ?será divertido!

Y con una sonrisa y su noche ya planeada, el par se apresuró a la casa de los Yukishiro para cenar y seguir con el resto de la noche como la tenían planeada.

Llegaron a tiempo para la cena y cenaron, ayudaron a limpiar el comedor y lavaron los platos, se ducharon y para las nueve de la noche ya estaban sentadas contra la cama de Honoka viendo la película que Nagisa consiguió. Los bocadillos que llevaron consigo fueron devorados casi en su totalidad por Nagisa, Honoka estaba bien con su té frío y un par de galletas de arroz.

Un rato después y con los créditos de la película corriendo, ambas quedaron muy emocionadas, emotivas casi hasta las lágrimas por un final que consideraron brillante. Y con las escenas frescas en su memoria...

─?Fue fantástico! ?Nada qué ver con la edición nueva! ─Nagisa soltaba algunos golpes al aire con emoción, imitando los ataques del protagonista.

─Pude percibir todo el sentimiento de responsabilidad de Jin ─el protagonista─, y cómo al final decidió hacer lo correcto a pesar de perder lo que había logrado luego de derrotar al Magistrado ─se refería al final de la película anterior.

─Ma?ana hay que verla de nuevo, había muchos detalles y varios se me escaparon.

─De acuerdo, le veremos luego de estudiar otro rato, ?de acuerdo?

Y aunque puso mala cara ante lo último, asintió. ─De acuerdo, de acuerdo, tú mandas ─no tardó en regalarle una sonrisa que Honoka correspondió de igual manera. Miró el reloj, ya pasaban de las doce de la noche. Normal considerando que la película duró cerca de tres horas─. Vamos a dormir, Honoka.

─De acuerdo ─fue la dulce respuesta de la chica. Apagaron las luces y pronto el par se quedó en la cama, una al lado de la otra, ambas mirando el techo─. Espero que Mepple y Mipple se estén divirtiendo en el Jardín de la Luz.

─Seguro que sí, dijeron que querían visitar a todos allá ─y volverían dentro de un par de días─. No le digas a Mepple, pero lo echo de menos cuando no está ─dijo con una risa peque?a.

─Yo creo que él ya lo sabe, Nagisa ─personalmente siempre extra?aba a Mipple, pero saber que la estaba pasando bien y que regresaría pronto la tenía calmada al respecto.

─Mientras no lo digamos todo está bien. No me gusta cuando el tonto comienza a presumir.

Aunque sonaba a queja, Honoka sabía lo mucho que Nagisa quería a Mepple. ─Los veremos el lunes y podrás pelear con él todo lo que quieras, Nagisa. Ahora a vamos a dormir, ?sí? ─bostezó y se acomodó de costado, mirando hacia Nagisa. Su compa?era hizo lo mismo─. Buenas noches, Nagisa.

─Buenas noches, Honoka ─respondió la deportista con una sonrisa amplia. Y de paso tomó la mano de su mejor amiga por debajo de la delgada manta─. Descansa.

Honoka se sonrojó por culpa del gesto. No que tomar su mano fuera nuevo, el asunto era que le afectaba y le provocaba todos esos sentimientos que no tenían lugar en su amistad. Sentía su fuerza y calor de manera bastante directa y era incapaz de no corresponder el gesto y disfrutar de todas esas sensaciones. A veces sentía que peleaba una batalla perdida cuando tomaba la mano de Nagisa.

El par pronto fue abrazado por Morfeo, ambas dormían sin soltarse la mano, quietas después de que Nagisa pateara las mantas y quedara con sólo medio cuerpo cubierto, y Honoka mejor acomodada con la manta hasta los hombros.

Honoka no solía recordar de todo sus sue?os, salvo aquellos que era más vívidos y que solían incluir a Nagisa. Su cabeza le jugaba bromas, sí, y ponía a Nagisa en sus sue?os en situaciones cotidianas que a veces se tornaban raras, precisamente por estar hechas de trozos de sus memorias colectadas durante el día. Esa noche fue una de esas noches.

La científica sabía perfectamente bien cuando estaba dentro de un sue?o, actuaba acorde a éste, al menos su Yo del sue?o, pero su consciencia estaba despierta y al tanto de que ese era un sue?o. Y éste sue?o la colocó en un bote en el lago favorito de su abuela, ya una vez había remado ahí con Nagisa, cuando llevaron a Hikari de paseo con ellas y con la abuela.

?sta vez estaba sola en el bote, no había nadie más alrededor, el bote tampoco tenía remos pero eso no impedía que éste se moviera por sí mismo hacia la orilla de la laguna. Sue?os de ese tipo eran de los más relajados, tenían pocos detalles. O al menos eso pensó al principio, al llegar a la orilla del lago notó que Mipple, vistiendo un lindo vestido de princesa, le recibió.

─Llegas a tiempo para la cena romántica-mipo ─exclamó la princesa hada con emoción. Y hasta ese momento Honoka se percató que estaba vistiendo un elegante vestido color blanco y azul. Siguió a su peque?a amiga y de alguna manera llegaron a un espacio que le recordaba un restaurante, pero sólo tenía esa sensación porque no veía más mesas y sillas salvo la que estaba al centro, llena de comida y bebidas.

─?Dijiste cena romántica? ─preguntó la científica una vez más, sólo veía la mesa llena de comida, incluso notó takoyaki.

─Mepple y Nagisa no deben tardar en llegar ─dijo la princesa con alegría. Llegaron a la mesa y Honoka tomó asiento, Mipple se quedó en su regazo─. ?Es la cena de nuestra cita romántica-mipo!

─Ustedes dos siempre parecen tener una cita romántica, Mipple ─comentó Honoka con una dulce sonrisa.

─?Y tú tendrás una con Nagisa-mipo!

─?Uh?

─?Sí, tú la invitaste-mipo!

Honoka sabía que eso era un sue?o y no era raro que tuviera citas de índole romántica con Nagisa, al menos en sus sue?os, salvo que en esos sue?os ella no se sorprendía de tener un encuentro con Nagisa. ─Entonces hay que esperar por ellos antes de que se enfríe la comida. Sería de mala educación comenzar sin nuestras citas.

Mipple asintió y no tuvieron que esperar mucho. Aparecieron en escena Nagisa, vistiendo un hermoso vestido por igual, pero en tonos rosas, y Mepple, enfundado en un lindo traje de gala con capa incluida. Honoka sonrió en automático al ver a Nagisa, Mipple saltó del regazo de su compa?era para abrazar a su novio y dar vueltas mientras repetían el nombre del otro entre cantos y saltos.

Pero quien se veía un poco perdida era Nagisa.

─?Honoka?

─Llegaste a tiempo a la cena ─dijo Honoka, dejándose llevar por la alegría que le provocaba ese sue?o y se?alando la comida en la mesa. Estaba completamente segura que su subconsciente llenó la mesa de comida a sabiendas que Nagisa era una glotona.

─A decir verdad no entiendo lo que pasa ─respondió Nagisa, confundida y confundiendo a Honoka de paso.

─?De qué hablas?

─De pronto apareció Mepple diciéndome que íbamos tarde a nuestra cita, no sé de dónde saqué el vestido ─explicaba con apuro─, y me gusta, lo admito... Pero en serio no sé qué pasa... Debe ser un sue?o, creo.

Honoka abrió la boca un momento sin saber qué decir. Le llegó a la mente esa vez de su primera pijamada, cuando uno de los tres guerreros oscuros las atacó en sus sue?os y Porun las salvó mandando a Mepple y a Mipple para que pudieran pelear. ?Podría ser el caso? Dudó por un momento, desde aquella vez, aunque tenían pijamadas más seguido y recientemente habían invitado a Hikari a varias, no se había repetido la experiencia de compartir un sue?o con ambas conscientes dentro de éste.

─Estoy casi segura que mis sue?os sólo son se?al de mi estado mental y emocional ─y sentimental, pero eso no lo agregó, miró a Nagisa y sonrió. Estaba segura de que eso era un sue?o, así que lo mejor seguir y tratar de darle un lindo final. A veces lo lograba, a veces no y todo terminaba de manera rara y abrupta. Esperaba tener un lindo sue?o ésta vez.

Si no podía estar con Nagisa fuera del sue?o, al menos la disfrutaría dentro de éste.

─Ya que estamos aquí al menos comamos, ?qué dices? ─se?aló con un gesto a Mepple y a Mipple, que se estaban dando un banquete con todo lo servido─. Ellos están comenzando sin nosotras.

─Con que un sue?o ─murmuró Nagisa y finalmente sonrió─. ?De acuerdo, cenemos, ya está todo servido y no hay que desaprovechar! ─exclamó la deportista y de inmediato se sentó frente a Honoka. Dio las gracias por la comida y lo primero que atacó fue el takoyaki─. ?Oye, esto está delicioso, Honoka! ?Prueba! ─una animada Nagisa le ofreció un bocado.

Honoka lo aceptó de buena gana y sonrió al sentir claramente el sabor de la comida. Era el sue?o más vívido que había tenido hasta entonces, porque incluso sintió el calor del bocadillo. ─Está delicioso, es cierto.

─Y como es un sue?o, apuesto a que puedes comer más de lo que comes normalmente ─comentó la deportista mientras se iba sobre un plato de pollo frito.

─?Tú crees? Nunca lo he intentado, pero... Sí, trataré ─y con más modales que su compa?era, comió una pieza de pollo por igual. Le supo bastante bien. Mientras comía, se le hacía curioso que la Nagisa de sus sue?os le estuviera retando. En otros sue?os, estos iban de manera más... Clásica. Considerando que estaba enamorada en secreto de su mejor amiga, en sus sue?os andaban de la mano, o Nagisa le confesaba primero que estaba enamorada de ella, o era Honoka quien se le confesaba a Nagisa y ésta aceptaba y correspondía sus sentimientos.

Sólo una vez tuvo un mal sue?o donde Nagisa la rechazaba y se iba al lado de Fujimura, pero fue en San Valentin cuando Nagisa de alguna manera logró darle chocolates a su crush. Y aunque lo hizo junto con otras fans del chico, eso no le quitó la sonrisa de la boca a Nagisa el resto del mes. Honoka no quiso pero se sintió triste por ese entonces y, los chocolates que hizo para Nagisa, se los dio con la excusa de que quería regalar chocolates. Y como Nagisa era su mejor amiga, qué mejor que ella para recibirlos. Nagisa los aceptó felizmente esa vez.

Esa fue la última y quizá única ocasión que so?ó algo triste, pero ahora comía una monta?a de comida con Nagisa en una especie de cena romántica. En algún momento Mepple y Mipple ya no estaban. Ambas lo percataron.

─Creo que en sue?os tampoco puedo comer tanto ─dijo Honoka luego de tratar de comer un plato de arroz con curry, pero no pudo dar un bocado más.

Nagisa se echó a reír. ─?Puedo comerme lo que queda? ─preguntó con genuina emoción.

─Adelante, la comida es toda tuya. Pero no sé si puedas con tanta...

La mesa quedó vacía casi de manera inmediata.

─... Comida...

─Subestimas mi estómago, Honoka ─dijo Nagisa con orgullo mientras se sobaba la barriga, satisfecha. Y al notar la mirada aún sorprendida de su compa?era, se echó a reír.

Honoka se unió a la risa. Les tomó varios segundos calmarse. ─Supongo que incluso en mis sue?os puedes hacer éstas cosas increíbles ─comentó con dulzura mientras terminaba de calmar su risa. Notó un leve sonrojo en Nagisa que no supo interpretar─. ?Nagisa?

─No es nada, no te preocupes... Ah ─la deportista se llevó una mano a la nuca─. Ya comimos, ?y ahora qué?

─Bueno, se supone que esto es una cita romántica ─al menos por lo que su compa?era mágica comentó antes de desaparecer─. Podemos pasear un rato en ─miró a varios lados como buscando algo y de pronto los muros del comedor ya no estaban, la pareja se encontraba en medio de un campo de flores, las flores eran Cosmos, las favoritas de Honoka─... Aquí.

─De acuerdo, paseemos ─dijo Nagisa con una sonrisa amplia y ambas comenzaron a caminar entre las flores, teniendo cuidado de no pisar ninguna.

Honoka, consciente de que eso era un lindo sue?o y sin tomar importancia a lo vívido y real que se sentía, miró a Nagisa de reojo y le ofreció su mano. Su compa?era le miró con sorpresa por un par de segundos. Sonrió con dulzura, con visible ternura al notar que ese gesto de Nagisa denotaba confusión total. Incluso en sus sue?os ella era como siempre, igual de maravillosa y tiernamente torpe. ─Si es nuestra cita romántica, podemos ir de la mano, ?o no?

─Ah ─Nagisa se sonrojó aún más e incluso se alborotó el cabello, pero no tardó en asentir y tomar la mano de Honoka.

La joven científica sintió el calor en su palma, ese tacto en serio se sentía real, tan real que el corazón se le aceleró y las mejillas se le comenzaron a incendiar. Notó de reojo que Nagisa estaba igual de roja, en eso sí difería un poco de sus otros sue?os, porque Nagisa no se mostraba tan nerviosa, roja sí, pero dudosa no. El sue?o se sentía raro en serio.

─?Estás bien? ─le preguntó Honoka a su compa?era. Podía ver su sonrojo aunque ésta mirara ligeramente a un costado.

─Estoy bien, sólo... Es... ?Raro? No... Esa no es la palabra, espera ─una nerviosa Nagisa se sujetó la frente con su mano libre─. No es raro, es... Bueno... Ah ─le miró de reojo─. Somos amigas, Honoka.

─Así es, las mejores ─respondió con un gesto atento. Estaba ruborizada, pese a los nervios ponía atención a las reacciones de Nagisa.

─Entonces... No deberíamos tener una cita romántica si somos amigas...

Y esas palabras hicieron que el pecho de Honoka comenzara a doler. ?Sería otro sue?o como ese donde Nagisa se iba con alguien más?

─A menos que yo ─el balbuceo de Nagisa continuó mientras se rascaba la nuca furiosamente, sin mirar a su compa?era─... Yo te...

─A menos que tú me gustes ─completó Honoka con una sonrisa peque?a y con un tono quebrado pero bravo a la vez─. Es cierto... Las amigas no deben tener citas románticas. Lo he so?ado todo éste tiempo porque me... Tú me gustas, Nagisa... Te quiero y no sólo como a una amiga ─no era la primera vez que declaraba sus sentimientos en sue?os, pero sí la primera que dolía tanto hacerlo.

─Honoka...

─De verdad me gustas... Estoy... Estoy enamorada de ti ─tragó saliva, en serio se sintió a punto de llorar, ese nudo en su garganta dolía de verdad─. Pero somos amigas, así que esto ─soltó suavemente a Nagisa y recogió sus manos en su pecho─... Esto no es correcto, ?verdad?

─Honoka, yo...

─Las amigas no deberían tener citas románticas ─bajó el rostro mientras detenía su paso. Las flores a su alrededor desaparecieron, ahora estaban, por alguna razón, en una larga vereda del parque de la ciudad─. Una amiga no debería sentir algo así por su mejor amiga... Una amiga no sentiría que el aire le regresa al cuerpo cuando toma la mano de su mejor amiga ─débilmente tomó de nuevo la mano de Nagisa, sonrió sin levantar el rostro─. Una amiga no debería tener su corazón alborotado por su mejor amiga ─miró a Nagisa con peque?as lágrimas en sus ojos.

Para ese momento el sue?o debería estar cerca de terminar, o al menos eso esperaba Honoka porque de verdad quería dejar de sentir ese dolor en el pecho.

─Una amiga... Una amiga no querría besar a su mejor amiga...

Y ya que eso era un sue?o y una sorprendida Nagisa no le decía nada, dio ese último paso para tirarse al vacío.

La besó.

La besó de dulce y suave manera, la besó aunque ella no le correspondiera el beso. Eso era un sue?o después de todo, al despertar quizá no recordaría los detalles, o no recordaría nada y podría seguir con su día a día con su mejor amiga. Los labios de Nagisa se sentía cálidos, se sentían suaves. Quiso tomarla por las mejillas pero no pudo, sintió que Nagisa estrechaba su mano con más fuerza y...

─?Hmm?

Y comenzó a corresponderle el beso. Sus labios se movían a la par, suaves, saboreando los labios ajenos, sintiendo la suavidad ajena. Honoka jadeó sin querer al sentir ese beso. Su corazón se aceleró, su pecho dejó de doler. Y se sintió casi estallar cuando Nagisa la abrazó con fuerza... ?En serio la estaba abrazando fuerte! ?Podía sentirla temblar!

Algo así no estaba bien, pero tenía la cabeza inutilizada por culpa de esos suaves labios. Sólo atinó a corresponder el abrazo con la misma fuerza, aferrándose a su vestido... Su vestido...

Notó de reojo que ya no llevaban los vestidos puestos, si no sus uniformes de preparatoria. Sólo tuvo tiempo de fijarse en eso antes de que sus bocas se separaran para tomar aire. No notó que Nagisa le estaba robando el aliento hasta literalmente tener que jalar oxígeno a su cuerpo con una gran bocanada.

Levantó el rostro para ver a Nagisa. Su amiga se tapaba la boca con ambas manos y ese gesto de "no puedo creerlo" estampado en su cara era fácil de adivinar. Honoka se tocó los labios, todavía le temblaban por culpa del beso.

─Nagisa...

─Si... Si te gusto, entonces dímelo...

─Pe-pero acabo de decírtelo, que estoy enamorada de ti, me gustas...

─?No aquí! ─le miró con enojo─. ?Aquí no cuenta! ?No en un sue?o, dímelo afuera! ?Despierta!

Y ante ese último grito, Honoka despertó de golpe y se sentó en la cama, desorientada. Y para sorpresa de la chica, Nagisa también despertó con un salto, pero ella se cayó de la cama por culpa del brusco movimiento. ─?Nagisa! ─Honoka se apresuró a prender la luz de la lámpara para ver mejor. Le ayudó a subir de nuevo a la cama─. ?Estás bien? ?No te golpeaste?

─?Ow, ow, ow! ─se quejó un poco antes de negar con la cabeza. Y al ver que Honoka la tenía sujeta de las manos, se soltó, pero no brusca, más bien nerviosa─. ?Demonios, Honoka!

─?Eh? ─una confundida Honoka no tardó en fruncir el ce?o─. ?Porqué me gritas?

─?Porque tienes sue?os raros!

Honoka se sonrojó furiosamente al igual que Nagisa, se miraban con el ce?o fruncido. Justo en ese momento, todo el sue?o, o al menos lo que podía recordar, pasó por la cabeza de Honoka, acentuando su rubor. ─Nagisa... Tú... ?Estuviste en mi sue?o?

─?Sí! Me di cuenta que fue como aquella vez donde esos sujetos nos atacaron, cuando me quedé por primera vez aquí porque tu abuela salió ─su gesto enojado poco a poco se transformó en uno nervioso─. En el sue?o Mepple me dijo que lo siguiera porque teníamos una cita. Lo acompa?é y te vi y... Y ─se cubrió el rostro con dos manos─. No puedo creerlo...

─Ah...

Honoka sintió que el estómago le daba un vuelco... Eso... Eso no estaba bien, ?o sí? Abrió la boca, lo último que le dijo Nagisa en el sue?o se repitió en su cabeza.

─Dijiste que... Que te lo dijera fuera del sue?o ─murmuró Honoka, apretó la manta de la cama sin atreverse a alzar la mirada.

─Sí... Creo que dije eso... Digo... Ah ─la deportista volvió a alborotarse el cabello─... Sí, lo dije ─Nagisa tomó aire e hizo que su compa?era levantara el rostro. Notó que Honoka estaba a nada de llorar y sólo atinó a sonreírle─. Quiero escucharlo...

La científica tragó saliva. Nagisa en ese momento le estaba regalando un gesto que nunca había visto. Era un gesto dulce, suave, estaba roja, se veía nerviosa, su sonrisa era grande, temblaba un poco y podía notarla ansiosa... Nagisa estaba expectante. Nagisa la estaba esperando.

─Me... Me gustas, Nagisa. Estoy enamorada de ti ─dijo con un hilo de voz.

─Dilo de nuevo, por favor.

Honoka apretó los dientes y ésta vez su voz sonó más fuerte. ─Me gustas, Nagisa...

─Otra vez...

─?Me gustas! ─ahora se estaba enfadando.

Nagisa casi soltó una risa al verla así. ─?Otra vez?

─?Nagisa! ?Porqué tengo qué decirlo yo?

─?Porque me gusta tu voz cuando me lo dices!

─?No es justo que sólo yo esté confesando esto!

─?Quiero decirte lo mismo pero no puedo, diablos! ─la tomó por las mejillas─. ?Ya me conoces, no soy buena con las palabras!

─?Si seguimos gritando despertaremos a mi abuela!

─?Entonces deja de gritar!

Y la besó. ?sta vez Nagisa la besó mientras se tumbaba con ella en la cama.

Y ésta vez fue Honoka la que se quedó muda y quieta. No correspondió el beso los primeros segundos porque todavía no creía lo que estaba pasando... Nagisa la estaba besando, eso quería decir que...

─Dilo de nuevo, Honoka ─suplicó Nagisa con un murmuro, haciendo una breve pausa en el beso.

─Te... Te quiero, me gustas ─respondió Honoka contra los labios de Nagisa. Y ésta volvió a besarla, Honoka pudo corresponderle. Se besaron unos minutos más antes de separarse a la par y mirarse a los ojos mutuamente─. Esto... Esto no es un sue?o, ?verdad? ─preguntó Honoka luego de un hondo suspiro.

─No, no lo es ─se pellizcó a sí misma la mejilla, y se quejó, provocando una peque?a risa en Honoka─. No lo es, es de verdad y ─miró el reloj, rió al fin─... Son las cuatro de la ma?ana, Honoka.

─Es muy temprano para hacer escándalo ─Honoka siguió riendo, aún incrédula por lo que acababa de pasar─. Vamos a dormir, ?sí? ?Te parece si ma?ana discutimos bien esto?

─?Odango o takoyaki? ─preguntó Nagisa con una sonrisa. La pregunta no era para elegir uno u otro, por cierto, era para saber a qué sitio ir primero y sabía que Honoka ya lo sabía.

─Odango primero, por la tarde podemos ir por takoyaki ─respondió Honoka con una sonrisa dulce.

─?Genial! ─la deportista suspiró y miró a su compa?era largamente antes de abrir los brazos y ofrecérselos, tragó saliva─. ?Podemos?

Honoka sintió su cara arder y asintió antes apagar la luz y fundirse en un apretado abrazo con Nagisa. Como pudo alcanzó la manta de la cama para cubrirse. ─Podemos.

Suspiraron a la vez, no se miraban pero sí se estrechaban dulcemente en el abrazo.

─Te quiero, Nagisa...

─También te quiero, Honoka.

Y con esas palabras al fin pudieron dormir. Ya después discutirían con calma los detalles del nuevo estatus de su relación, y ésta vez no en un sue?o.

FIN