Al día siguiente, 2 de agosto.

A tempranas horas de la ma?ana, Foo y Jotaro, ambos estaban listos para salir, cada uno cargando ya sea mochila (con varias botellas de agua dentro) y beliz. Debían dirigirse a la estación del metro y tomar la línea que los llevará.

Primero toman el autobús. Este transporte estaba medianamente lleno, pero al ver la estación, Foo Fighters no pensó ver tanta gente junta en un mismo lugar. Supuso que era normal, en mitad de semana y tan temprano todos se apuran para llegar a su trabajo.

Se quedó observando el croquis de las líneas ferroviarias en diferentes colores. No entendió nada. Jotaro la llama y le dice que no se distraiga para darse prisa. Para él ya es muy común.

Se dirigen a la taquilla a adquirir dos boletos, ahora toman asiento a esperar su metro llegar. Jotaro ve su reloj. —Estamos a tiempo. -Comenta.

Foo Fighters le dice qué tan impresionada está por la estación, que no pensó ver a la gente de Morioh moverse tan rápido para agarrar su ruta a sus destinos. —Esto es cosa de todos los días. Deberías ver las estaciones de Tokio, se ponen peor, esto no es nada. -Dice él.

Finalmente ven acercarse su metro. Jotaro se pone de pie y le toma de la mano. —No te separes de mí. -Le dice. Foo no entendió por qué se lo dijo, pero al ir caminando a las puertas abiertas, siente de repente a todo el tumulto de personas que se arremolinan para ganar un asiento y entrar primero. La empujan y la hacen quedar lejos de Jotaro quien de seguro ya se adelantó a entrar. Lo perdió de vista. Aterrada por este momento de titubeo, se vuelve maleable para pasar entre los pies de la gente. Una vez dentro del transporte, se reintegra y busca al hombre con la mirada. —Hey.

Logra verlo otra vez, ya sentado y apartando un lugar a su lado. Ella va allá y se sienta. —Pudiste advertirme lo que iba a pasar. -Reclama entonces.

—Lo siento, sucede que ya estoy acostumbrado. -Foo Fighters creyó verlo sonreír ante este comentario. —Pero te dije que no alejaras.

— ?No pude evitarlo, me distraje!-Sin más, Jotaro se pone a leer un libro.

—Ponte cómoda, esto va a demorar una hora. -De haber sabido, se hubiera preparado algo para distraerse, pues sospecha que el otro no le hará caso mientras lee el diario, ni platicarán de nada. De su maletín, Jotaro saca un peque?o cuaderno y un lápiz. —Puedes resolver esto mientras tanto. -Un libro de sudoku.

Interesada, Foo lee las instrucciones y se pone a resolverlos. Los primeros eran bastante fáciles. Eran una burla para ella, pero estos juegos mentales empiezan a subir de nivel y se mete en ellos lo suficiente para mantenerse en silencio un buen rato. Al cabo de media hora se pone a espiar por encima del hombro de Jotaro para ver sobre qué lee. — ?Terminaste los sudokus? -Le pregunta.

—Terminé todo el libro. -?l no dice nada, pero con discreción le deja ver su lectura. Es "Colmillo Blanco" de Jack London. — ?No te aburre leer todo el tiempo?

—No.-Jotaro cierra su libro.

—Oye, aun no acabo de leer que pasa después.

—Dormiré un rato.-Dice, entregándole su libro. Ella busca el separador en las páginas para seguir, pero ver como el hombre duerme plácidamente a su lado le contagia el sue?o. Deja Colmillo Blanco de lado y también cierra los ojos. En algún momento su cabeza hace contacto con los hombros del mayor, y se usan de apoyo uno a otro para estar más cómodos en su sue?o.

Foo Fighters siente un par de manos posarse en sus hombros y despierta adormilada. —Foo Fighters, anda, ya llegamos.-Ella se siente avergonzada al ver que se durmió sobre él, apenas fueron unos 15 minutos de siesta. Se apuran a bajar del metro y ya están en su destino. — Busquemos un lugar para desayunar.-Jotaro no se detiene en su andar, pero Foo Fighters se distrae observando las fachadas rústicas de los edificios y demás negocios que se van topando en el camino. Se adentran en los callejones del barrio en busca de una cafetería. Encuentran una peque?a y sin mucha clientela, de cocina tradicional. Era de un ambiente tranquilo y luces tenues. Al igual que ellos, varios comensales se sentaban en silencio a llenar sus estómagos vacíos con algo delicioso. Observaron el menú, la mesera fue a atenderlos y Jotaro pidió el desayuno del día. Sopa de miso con arroz hervido y algún encurtido para acompa?ar. Foo Fighters pidió lo mismo ya que no supo interpretar bien su menú. Y té caliente para beber. Les entregaron sus órdenes presentando cada platillo en diferentes bowls sobre una tablilla. Era agradable la sensación cálida de la comida en la boca. Jotaro comía cómo todo un hombre civilizado, primero se tomó el tiempo para separar su par de palillos y empezó a revolver y degustar la sopa, luego un bocado de arroz. Foo Fighters lo imitó. Sentía que no podría cometer fallos al comer en ese lugar tan sofisticado. Todo era delicioso, y más el té. — ?Vas a querer un postre antes de irnos?-Pregunta su acompa?ante con amabilidad.

—Uh, ?quiero el helado de frijol!-Se?ala. Luego de estar una hora en la cafetería, van de regreso a las calles. — ?Cuándo empieza el festival?-Pregunta Foo.

—Un poco antes del anochecer, tenemos todo el día para ver los alrededores.-Dice Jotaro, viendo que su reloj apenas marca las 10:20 am.

—Oye, mira, esas personas van vestidas igual.-Jotaro mira hacia donde Foo le indica

—No se?ales a la gente, es una ofensa.-Ella de inmediato deja de apuntar con el dedo. En efecto otras cinco personas, hombres y mujeres pasaron junto a ellos charlando y vistiendo el mismo atuendo. De forma eventual se encontraron con otra chica vistiendo lo mismo, y luego un par de ni?os más adelante acompa?ados de su madre. —Traen puestos sus respectivos hanetos.-Dice el mayor. Foo lo mira atenta esperando más detalles. —Un haneto es la vestimenta tradicional para el festival, eso es todo. Claro que esas personas no pudieron esperar hasta más tarde para usarlo.

— ?Ah, yo también quiero un haneto! No quiero desencajar durante el festival.

—No es obligatorio usarlo.

— ?Vamos, creo que pueden venderlos más adelante!-Foo se adelanta y el mayor no tiene más opción que ir tras ella. En el local se encargarán de rentarle el atuendo y debe regresarlo al terminar el festival y antes que el negocio cierre. Foo no tiene problemas con eso. Va al peque?o vestidor más al fondo a cambiarse con algo de ayuda de un par de empleadas del lugar. Al salir, se ve en el espejo de cuerpo completo y se le ve muy feliz. — ?Que linda!-Le halagan las chicas, y ella se los agradece. — ?Qué opinas, te gusta, nos lo llevamos?-Le pregunta al otro.

—Sospecho que aunque diga que no, no me harás caso.

Foo guarda su cambio de ropa anterior en su mochila. Se dispone a pagar pero le faltan yenes para completar la cantidad y Jotaro pone lo que falta. — ?Estás seguro que tú no quieres uno?-Ríe al imaginárselo vestido así aunque sería genial que ambos fueran a juego con su vestuario.

—Paso.-Indica con un gesto negativo.

Salen del negocio, y Foo a manera de agradecimiento decide dejarlo escoger la siguiente parada. — ?A dónde quieres ir ahora?

Jotaro no se lo piensa al responder. —Al acuario.

Ella bufa divertida. —Pff, ?en serio? ?No quieres escoger otro lado?

— ?Hay algún problema?

Ella sonríe serena. —No. Esperaba que dijeras algo así. Yo también ansío ir.-Toman un taxi que los lleva. Muy cerca de esa locación podrían tomar una visita al ferri si lo quisieran. De nuevo Jotaro es quien compra las entradas.

Aunque los espacios eran reducidos, tenían muchas variedades de peces en el lugar; también focas, algunos pingüinos y delfines. Shows que por supuesto vieron y disfrutaron con gusto. Para el toque final adquirieron comida para alimentar y tener un acercamiento más íntimo con las especies. Jotaro se cerciora que Foo Fighters también la esté pesando bien. — ?Te estas divirtiendo?-Pero la ve y su semblante muestra lo contrario. ?En qué momento cambió algo?

—Sí.-Responde sin ánimos.

— ?Qué pasa?

—Nada, es solo que, imaginaba otra cosa. Aquí los chicos no tienen mucha libertad para moverse.-Refiriéndose a sus amigos acuáticos. —No tenía este mismo sentimiento con tus peces en casa, por ejemplo. Ellos sí están felices contigo. En cambio, todos los que están aquí…ven cientos de personas a diario. Muchos se burlan de ellos, los asustan. Mira a ese peque?ín.-Se?ala un cangrejo diminuto que lleva su casita a cuestas entre la arena y de pronto suelta una risa tierna. —Dice que está molesto porque lo estamos viendo. ?l se siente incómodo pero es imposible no observarlo, es muy lindo.-En efecto el cangrejito se aleja a paso raudo y elije un punto sobre el coral en el cual esconderse dentro de su concha. — Y mira esos dos cirujanos ahí.-Se?ala una pareja de peces cirujano nadando a la par, sincronizando sus movimientos uno con el otro que casi parecían reflejo del contrario, a donde sea que se movieran. —Están muy enamorados. Mientras estén juntos, nada más importa.

—Los peces no se enamoran. Solo están a punto de aparearse.

— ?Estás seguro? Realmente no sabes cómo piensan.

Jotaro no dice nada. Foo lanza su último trozo de comida al agua y una manada de peces se acumulan en ese punto para ganársela mientras poco a poco se dispersan, cada quien por su lado. Luego él agrega. — ?Nos vamos?

—Sí, bien.

—Creo que te sentías sofocada ahí.-Dice cuando al fin salen.

—No, en serio, me siento bien.-Dice confiada.

—…Así que, si los peces se enamoran, ?cómo es?-Mantiene sus ojos fijos al suelo mientras caminan. — ?Igual a nosotros?-Cuestiona.

— ?Algo así?-Responde con duda y se lo piensa unos segundos, antes de continuar. —Supongo que cuando lo sabes, lo sabes, y ya está. Sientes que ese otro ser es tu alma gemela y quieres estar con ella toda la vida. Pero bueno.-Ríe. —Yo no puedo decirte mucho al respecto. Nunca me he enamorado antes.-Un autobús pasa en la carretera y trae fachada publicitaria sobre visitar el Wa Rasse Museum. — ?Hay que ir ahí!-Apunta hacia el transporte en movimiento. — ?Viste? Es el museo donde hay exposiciones sobre el Nebuta Matsuri.

Jotaro respinga graciosamente. —Mph, si en verdad quieres aprender sobre el Nebuta Matsuri, no hay nada mejor como experimentarlo por ti misma. Si quieres ir a un museo, te llevaré al museo histórico, y después a la galería de arte.

—Supongo que tienes razón.-Secunda. Así partieron a todos los museos cercanos que pudieron visitar y el tiempo voló. Solo se cercioraron de la hora que era hasta que las instalaciones estaban vaciándose de visitantes y cuando el guardia les pidió amablemente que salieran pues era hora de cerrar. — ?Qué hora es?

—5:47-Le responden.

— ??Oh, qué?! ?Ya empezó el festival, vamos tarde!-Al salir de nuevo a las calles se las topan con la manifestación de toda la gente -la mayoría ataviados en hanetos como ella- que se apuran y van en grupos y caravanas dirigiéndose al punto central del evento.

—No desesperes, llegaremos.-Le dice Jotaro al verla con muchas ansias y nerviosismo de perderse algo importante. Foo se tranquiliza y avanzan lento entre la multitud abriéndose camino como pueden. Hacia el lado oeste del firmamento el sol comenzó a meterse ti?endo el cielo de colores violetas, rosas, y anaranjados, brindando las últimas luces del día.

Y entonces aparecen las luces de la noche; estrellas, luna llena, y lámparas de cantoya alborotadas en la ciudad. Por fin, no les es difícil ver a la distancia ya las carrozas y representaciones de uno o varios nebutas; entre otros carros alegóricos. Todos son hermosos, enormes y coloridos. La gente se hace a un lado y parecen sardinas al juntarse tanto, con tal de dar espacio a las carrozas para pasar. La seguridad policial trabaja duro para impedir cualquier eventualidad y mantener a la población a raya. La gente celebra, grita emocionada, los ni?os se alegran y corren en círculos jugando entre todos ellos: y bailan y cantan al ritmo de su himno especial para este festival.

Rassera Rassera Rassera raaaa...

Foo y Jotaro se hacen espacio para ganar buen lugar hasta en frente. Foo se maravilla y no aparta la vista de toda esa hermosura que presencia. En su peque?o momento de distracción, alguien más la toma del brazo, la saca de su sitio y la invita a bailar con el resto que danzan alrededor de las carrozas. Ella se apena y no sabe cómo proceder, pero mira a Jotaro y lo ve animándola, aplaudiendo desde su lugar a la par como hacen los demás que dejan porras y ánimos a los danzantes. ?No debe quedarse ahí quieta entonces! ?Debe bailar! Y eso es lo que hace, recibiendo la ovación y los silbidos de los espectadores, el ruido, la felicidad, la música. Todo para ella, y siguiéndole el paso a sus compa?eros de baile; imita los movimientos que ve a la par de la melodía de las flautas y el retumbar de los taikos. Foo nunca ha estado más feliz y extasiada en su vida.

?Rassera Rassera Rassera raaaaa!


Todo sobre el Nebuta Matsuri: /blog/festivales-de-tohoku-nebuta-matsuri-en-aomori

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