Fuera de tiempo IX:


"Me encanta que los planes salgan bien"

Hannibal Smith. A-team

"Todo el mundo tiene un plan hasta que recibe el primer pu?etazo en la cara"

Mike Tyson. Boxeador


Bran Maelchom se agachó y observó disgustado las trampas vacías una vez más. Desde que habían regresado hacía una semana parecía que la mala suerte se había cebado con ellos; no había caza, el río se había secado misteriosamente, los caballos se habían escapado, la cerveza se había aguado y así un sinfín de cosas que estaban poniendo a su pueblo muy nervioso. Ya empezaban a correr rumores de que una maldición había caído sobre la aldea, y todos sin excepción culpaban a una sola persona... a su bruja.

Maelchom la observó en silencio, desde el suelo, a pocos pasos de él subida en su semental negro, recta, digna, con el mentón levantado en un gesto de desafío lo retaba con la mirada a culparla directamente del fracaso de sus trampas. Una sonrisa mordaz le iluminaba la cara haciéndola ver aun más hermosa de lo que ya era, si no hubiera sido por la cadena que llevaba al cuello nadie hubiera dicho que ella era una esclava.

La mujer le intrigaba profundamente, cuanto más adversas eran las circunstancias más parecía ella crecerse. Era como que no le importaba lo más mínimo el ser rechazada, aun caminaba más recta, aun llevaba la cabeza más alta...y sin embargo no podía evitar sentir que en el fondo era una de las personas más vulnerables que había conocido, detrás de tanta fachada y bravuconería su bruja era como un potrillo asustado. La fuerza no domaría a esta mujer. Tanta contradicción en un cuerpo tan peque?o...Bran Maelchom no sabía que hacer con ella

Se sacudió las manos con fuerza para deshacerse de la tierra y se levantó. Ordenó montar a sus guerreros y en unos pocos y poderosos pasos se acercó al animal. Agarró las riendas del semental y de un salto se montó detrás de ella. Se acomodó en la manta que les servía de silla de montar acercando su pelvis al trasero de Marguerite. Ella inmediatamente se tensó y sin demasiado disimulo trató de separarse de él. Pero Maelchom se lo impidió, pasando uno de sus musculosos brazos por la cintura desnuda de ella y la atrajo ligeramente hacia atrás, encerrándola en el círculo de sus brazos y obligándola a recostarse contra él. Ella se separó una vez más, el gigante sonrió por la tozudez de la mujer pero la dejó ir y con la fuerza de sus piernas azuzó al semental negro al trote aun más arriba de la monta?a.

...

El aire, del cada vez más escarpado camino, se enfriaba por momentos y Marguerite no pudo reprimir que un escalofrío le recorriera el cuerpo. Ojeando con asombro el paisaje pensó en cuan distinto era esto de la selva donde había estado viviendo hasta ahora. Del verde brillante y húmedo de las plantas tropicales no quedaba ni rastro, todo era de un profundo color casta?o grisáceo provocado por la tierra húmeda y las enormes piedras que salpicaban todo el terreno, no había un sólo árbol y los pocos matorrales que quedaban apenas levantaban dos palmos del suelo.

El viento era gélido y soplaba sin tregua haciendo que la sensación de frío fuera aun más acusada. Notaba el agradable calor que emanaba del ancho pecho del hombre detrás de ella y solamente un enorme esfuerzo por mantener su dignidad y no dar su brazo a torcer pudo evitar que pegara su espalda a él y calentarse. Pero el frío era cada vez más intenso y cuando sus dientes empezaron a casta?etear supo que acabaría cediendo, su instinto de supervivencia era aun más fuerte que su terquedad.

El desplegó la manta que llevaba en la grupa del caballo y la paso por delante de Marguerite cubriéndole las piernas desnudas y el pecho, al mismo tiempo que la acercaba sin demasiada suavidad hacia él de nuevo y esta vez la fijó a él con la mano en la cintura sin permitir que se separara. Ella lo miró girando un poco la cabeza provocando que el viento le tirara varios mechones rizados y oscuros a la cara del gigante. Maelchom los retiró con cuidado y los metió debajo de la capa improvisada

-"no me servirás de nada si te mueres de frío mujer"

-"...también me podrías haber dado un poco más de ropa para cubrirme"

-"podría...pero es que a mi me gustas así...acércate más a mi si tienes frío, podríamos compartir..."

-"calor corporal, lo sé, lo sé..."-le interrumpió con fastidio

Ella se rindió al final y hundió la espalda en el pecho caliente todo lo que pudo, hallando un alivio culpable casi al instante, el sonrió victorioso

-"calentarme es lo mínimo que podrías hacer, teniendo en cuenta que estoy aquí por tu culpa principalmente"-aclaró aun tiritando

-"estoy empezando a plantearme si fue una sabia decisión, por si te sirve de algo..."

-"de veras?... he hecho algo que te haya hecho sentir así, mi se?or?"-dijo ella con un tono falsamente azucarado

-"no bruja, la dulzura de tu carácter y tu animada disposición hacia mi me tienen completamente hechizado"-contestó igualando el tono

Ella hizo un mohín con los labios

-"ya sabes que haría cualquier cosa por agradarte, mi se?or"-

-"incluso maldecir mi aldea?"-preguntó con voz dura después de un corto intervalo

-"Es eso lo que piensas?... que he maldecido tu pueblo?"-incluso a ella misma le sorprendió lo dolida que sonó

-"que más debería pensar? Desde que llegamos no nos han pasado más que desgracias..."

-"y es culpa mía?"-

-"dímelo tu..."

-"no pensé que fueras del tipo que hace caso de los rumores..."

-"así que los has escuchado..."

-"Es difícil no hacerlo cuando cada vez que paso por algún lado la gente escupe al suelo y me insultan a la cara.."

-"mi pueblo busca una explicación para la mala suerte y tu eres la opción más obvia...no se por cuanto tiempo más podré contener la hostilidad hacia ti"

-"ahora me estás protegiendo? si tanto te preocupa por que no me liberas entonces?"

?l reforzó su agarre en la cintura de Marguerite, posesivo

-"porqué no creo que seas tú la culpable..."

Marguerite se giró levemente para observar la expresión concentrada del hombre, el viento volvió a enredarle el pelo enviándolo salvaje por todas direcciones

-"pero antes has dicho..."

-"No, no lo he dicho-"-interrumpió-"... y si creyera por un instante que todo esto es culpa tuya, ya te habría cortado el cuello"

La heredera levantó una ceja, reconocía una amenaza velada cuando la recibía, había tenido muchas a lo largo de su vida.

-"...siempre me han dicho que soy una chica con suerte"

-"sin duda lo eres, pero también eres demasiado testaruda para darte cuenta"

-"Dónde vamos?"

-"a averiguar si mis sospechas son ciertas, si lo son no tienes nada que temer, si no lo son...bueno...digamos que no tendrás que preocuparte más por pasar frío"

-"encantador"-protestó ella, pero se arrebujó aun más en la manta y en el pecho del hombre que vibraba por la risa.

Una hora después llegaron a su destino, allí entre las rocas se hallaba el nacimiento del río que pasaba cerca de la aldea. El gigante junto a sus hombres desmontaron y se aproximaron al brote de agua, alguien había desviado el cauce colocando rocas estratégicamente reconduciéndolo hacia otro lado. No había sido la magia ni una maldición lo que había secado el río, esto era mano del hombre... y Marguerite empezaba a tener una idea de quien podría estar detrás.

Mientras los hombres de Bran Maelchom desmontaban el dique y esperaban que el agua volviera a su cauce normal, el Jefe miraba a su alrededor escrutando con interés su entorno, buscando, sintiendo nervioso la presencia que hacia semanas llevaba notando, inquieto tomó una decisión...avisando a sus hombres para que no intervinieran oyeran lo que oyeran avanzó hasta Marguerite con determinación. Ella abrió los ojos con espanto en cuanto pudo ver la expresión que el gigante llevaba en su cara.

...

Roxton observó a su dama desde la distancia, protegido por unas rocas situadas por encima del nacimiento del río. Toda la estampa era como una visión de un tiempo antiguo, los guerreros azules vestidos con pieles y enormes espadas, el silencio roto por el viento silbando entre las rocas, la niebla bajando siniestra de la cresta de la monta?a, y Marguerite en medio de todo... subida en el magnífico semental negro, con el pelo suelto y despeinado por el viento, recta, digna, con la mirada desafiante...el cazador estaba sobrecogido

-"Tiene el porte de una reina"-comentó en voz baja Malone a su lado evidentemente impresionado

-"y sin duda se comporta como tal..."-respondió Roxton con emociones encontradas entre el placer de volver a verla y los celos que le causaba el obvio acercamiento entre Marguerite y su captor

Malone no pudo evitar un indicio de sonrisa al escuchar el desagrado en la voz del cazador

-"Bueno, mira el lado positivo...no tendrá ningún problema en mezclarse con la alta sociedad londinense cuando la lleves a casa"

-"Nunca tuve ninguna duda respecto a eso Malone, al contrario, temo que se adapte tan bien que no seré capaz de alejarla de los bailes y las fiestas..."-Pero interiormente Roxton no pudo evitar pensar en el futuro orgullo que sentiría al llevarla de su brazo oficialmente... cuantas cabezas girarían y cuantas bocas callarían los dos juntos en esos actos, en los que tan mal lo había pasado de joven y de los que huyó en cuanto pudo.

-"que está haciendo ese canalla?"

La voz airada del periodista lo sacó de su ensue?o , apenas pudo ver como Malone cogía su rifle y apuntaba hacia abajo cuando su visión se nubló por la ira que estaba sintiendo.

...

Bran Maelchom había literalmente desmontado a Marguerite del semental negro de un estirón y la estaba llevando a empujones hacia la parte de atrás del nacimiento del río. Marguerite apretó los dientes con fuerza para evitar emitir el alarido de dolor que estaba sintiendo cuando el gigante la arrastraba sin miramientos entre las piedras afiladas. Sus pobres pies, apenas cubiertos con unos primitivos zapatos de piel de animal se estaban llevando la peor parte de los empujones, tropezando torpemente con cada una de las piedras que había en el suelo y causándole heridas en ellos.

Una vez que llegaron a la parte de atrás, a cubierto de las miradas de los guerreros, Maelchom la dejó caer al suelo con un manotazo. ?l la miró de forma tan amenazante que ella consideró más seguro permanecer donde había caído.

-"quién es él?"-gru?ó en voz baja y ronca

-"quién es quién?...no sé a que te refieres"

-"no juegues conmigo bruja, no estoy de humor"

-"no se de que estás hablando Maelchom"

?l la miró enfadado

-"quién te está siguiendo?"-dijo despacio poniendo mucho énfasis en la cadencia de las palabras

Marguerite guardó silencio

-"te has quedado sin palabras bruja?...yo te diré unas cuantas...ese río ha sido desviado a propósito, las trampas habían sido manipuladas para dejar escapar a las presas, había sangre en ellas, y me juego lo que quieras que la cerveza aguada, la plaga de cuervos y las demás desgracias también han sido provocadas adrede, la mala suerte no ha tenido nada que ver...alguien lo ha hecho deliberadamente y eres el motivo...así que te repito la pregunta...quién es él?"

La mujer cerró los labios con fuerza y alzó el mentón orgullosa, nadie ni nada le haría traicionar a Roxton. La monta?a humana la miró con peligro, la atracción que sentía por esa mujer no podía compararse con la responsabilidad que le debía a su pueblo, él era el Jefe, confiaban en él, tampoco traicionaría su lealtad. Las dos fuerzas encontradas se retaban cara a cara, Maelchom la miraba enfurecido, Marguerite le devolvía la mirada con la misma intensidad.

-"no me vas a responder?...bien, espero que él sea digno de semejante devoción...pero tengo otras maneras de averiguar la verdad...veamos si él siente la misma pasión por ti"

Sin esperar ninguna respuesta a cambio, agarró a Marguerite por una mu?eca y estiró de ella bruscamente hasta ponerla de pie. De un sólo manotazo le arrebató la manta que le servía de capa y la dejó caer al suelo. Ella lo miró con estupor sin poder creer lo que sabía que iba a hacer. La sujetó con fuerza por los brazos y la aplastó contra sus labios, ella intentó desasirse pero no pudo, el era demasiado fuerte. Cuando tuvo bastante se separó de ella y bajó sus ojos hasta su escote, miró con intensidad su pecho cubierto por un corpi?o de piel y de un tirón la liberó de él, dejando sus pechos al descubierto.

Marguerite se cubrió con ambos brazos con un gemido ahogado y retrocedió un paso asustada al principio, pero entonces se percató de que la mirada del gigante no estaba en ella, sino que con la vista desenfocada vigilaba a través de ella su entorno, atento a cualquier movimiento. Supo al instante que Bran no trataba de violarla, quería hacer salir a Roxton de su escondite.

Decidida a avisarle de que era una trampa abrió la boca para gritar cuando el gigante se tiró encima de ella inmovilizándola contra el suelo y cerrándole la boca con un beso forzado. Sus manos tocándola por todas partes. Un disparo tronó y unas piedras muy próximas a ellos volaron en el aire hechas pedazos. Una voz muy conocida y muy furiosa resonó muy alto mezclándose con el aullar del viento.

-"QU?TALE LAS MANOS DE ENCIMA HIJO DE PUTA?"

Maelchom levantó la vista y mirando hacia enfrente divisó a Roxton que lo apuntaba, fuera de sí, con su rifle, el musculoso Jefe aún aplastando a Marguerite debajo de él, bajó su cabeza hacia ella y le sonrió audazmente

-"...ya te dije que había un "él"..."

-"Eres un bruto Bran Maelchom?"

Marguerite enfurecida por la treta del gigante le golpeó el pecho y con todas sus fuerzas le empujó para que rodara de encima de ella, una vez conseguido alargó la mano y recogió con prisa la banda de piel para cubrirse los pechos desnudos con ella. Giró muy avergonzada aún en el suelo para mirar a Roxton cuando abrió los ojos desmesuradamente y gritó asustada

-"ROXTON? detrás de ti!"

Mientras el cazador giraba velozmente la cabeza para mirar, un poderoso pu?etazo en la mandíbula lo lanzó monta?a abajo rodando hasta dejarlo tendido en el suelo a varios metros inconsciente al golpearse con una roca. Al instante Malone disparó a bocajarro al agresivo guerrero que ya iba hacia él y se lanzó ladera abajo para socorrer a su amigo.

Desde abajo Bran Maelchom se ponía de pie de un vigoroso salto y mientras levantaba a Marguerite para ponerla detrás de él gritaba a la vez dando la alerta a sus guerreros de que estaban siendo atacados. Al momento el sonido acerado de las espadas saliendo de sus vainas se mezcló con los gritos jubilosos de unos hombres dispuestos a entrar en acción y los alaridos de otros igual de dispuestos a dejarse la vida luchando. Marguerite se vio empujada de espaldas contra las rocas por el Jefe que se interpuso entre ella y los agresores

-"quédate en todo momento contra las rocas detrás de mi pero no te interpongas en el camino de mi espada de acuerdo?..."-dijo, luego buscando dentro del interior de su bota le ofreció un enorme cuchillo -"...si te atacan...defiéndete hasta la muerte, entendido?"

Ella asintió en silencio pero sujetó el cuchillo con fuerza, desde luego que se defendería, Marguerite Krux no era una doncella indefensa y no era la primera vez que tenia que matar para demostrarlo.

La lucha fue encarnizada, sin duda tanto los agresores como los guerreros de Maelchom eran brutales, cuando cualquiera de ellos caía al suelo el contrincante lo remataba sin piedad ninguna, pronto ríos de sangre te?ían el suelo de color casta?o oscuro volviéndolo de un intenso color borgo?a. Marguerite miraba alternativamente a su captor que se estaba debatiendo con dos hombres a la vez y a Roxton que seguía inconsciente en el suelo, mientras Malone disparaba a cualquiera que se atreviera a acercarse a ellos.

Fue el instinto de a?os viviendo al filo de la navaja lo que afortunadamente hizo que Marguerite se diera la vuelta a tiempo cuando uno de aquellos salvajes saltó de encima de la rocas hacia ella. Y fue el instinto también lo que la hizo levantar el cuchillo delante de ella y clavarlo hasta la empu?adura a la altura del pecho mientras caía hacia atrás con él encima.

Maelchom se giró un instante cuando la oyó gritar desatendiendo su flanco izquierdo, momento que aprovechó uno de los agresores para herirlo profundamente en el brazo. El gigante se volvió de forma automática para parar otro golpe pero el da?o era profundo y su defensa perdió tanto fuerza como velocidad, cuando el salvaje levantó la espada en alto para asestarle un golpe lo suficientemente fuerte para partirlo en dos, trastabilló hacia atrás sorprendido por el cuchillo que se le había clavado en la garganta, cayó de rodillas y Maelchom lo remató sin miramientos. Luego se giró para ver a Marguerite de nuevo de pie, con la mirada llena de fiereza desafiándolo a decir algo. Pero el sólo sonrió, se agachó para sacar el cuchillo de la garganta del enemigo y se lo devolvió de nuevo a su salvadora.

-"No?"- gritó Marguerite cuando vio a dos hombres dirigiéndose hacia Malone que estaba ocupado volviendo a carga el rifle y no los había visto

Maelchom dirigió la mirada alternativamente del hombre rubio a su bruja, y mientras se ocupaba de nuevo de otro enemigo le hizo un gesto con la cabeza

-"vamos, defiende a tu hombre bruja, pero ten cuidado, sigues siendo mía y te quiero de una pieza, yo te seguiré"

Marguerite salió corriendo en dirección a Malone y a Roxton llegando a tiempo para apu?alar a uno por la espalda mientras el periodista intentaba sin mucho éxito rechazar el ataque del otro. Maelchom llegó detrás de ella y se deshizo del salvaje con relativa facilidad. Pero cuando se giró hacia el claro que quedaba más abajo la altura le dio una perspectiva más clara del alcance del ataque. Había perdido la mayoría de hombres, y si bien los que quedaban luchaban bravamente no sería suficiente para repeler el ataque, estaban perdidos... El gemido de Marguerite detrás de él le confirmó que ella pensaba exactamente lo mismo.

...

No había escapatoria y Marguerite se había dado cuenta. Agachándose sobre Roxton comprobó que estaba vivo y el alivio la inundó. Inmediatamente miró a Malone que apuntaba con rabia al musculoso Jefe que parecía absorto sopesando la lucha. Cuando Maelchom se giró y la miró, supo que estaban acabados. Marguerite le arrebató el rifle a Malone y cogiéndole del brazo le obligó a mirarla.

-"Vete Ned, aún hay tiempo, vuelve con Verónica..."

El periodista estaba desconcertado

-"Nooooo, no te abandonaré aquí con estos salvajes"-miró a Roxton inconsciente a sus pies-"ni a Roxton tampoco, no puedo hacer eso Marguerite, no soy ningún cobarde..."

-"sé que no eres un cobarde Ned... pero si morimos todos aquí...tú aun tienes a Verónica, debes volver con ella...además puede que seas nuestra última oportunidad...si nos capturan nadie lo sabrá, tienes que irte y avisar a Challenger y al pueblo de Maelchom..."

-"Entonces ven conmigo, Roxton no me perdonará que te deje aquí"

-"No pienso abandonarlo..."-dijo mirando al inconsciente cazador-"...no lo dejaré aquí solo y herido..."-de repente su mirada se dirigió hacia su valiente captor que estaba de pie delante de ellos blandiendo una espada defendiéndolos-"...y maldita sea pero tampoco puedo abandonarle a él"

Malone la miró como si estuviera loca, alargó una mano y la sujetó fuertemente por el codo estirando hacia él.

-"Eliges los momentos más inoportunos para decidir ser leal Marguerite...ven conmigo... Roxton me matará si dejo que te quedes aquí"

Bran Maelchom no entendía una sola palabra de inglés pero conocía suficiente lenguaje corporal para ver que el hombre rubio quería alejar a su bruja del peligro

-"Vete con él bruja... ? no puedes quedarte aquí, esos salvajes no son como nosotros, si te hacen prisionera...largo de aquí?, vete ya?, ...yo protegeré a tu hombre?"-le gritó

Ella levantó la barbilla desafiante pero no se movió, él la miró lleno de orgullo y aceptó su decisión, tiró de un cordón que llevaba al cuello y se lo dio.

-"Dile a tu joven amigo que se lo entregue a mi gente, ellos sabrán que hacer"

Ella se agachó con el colgante en la mano, sacó los revólveres de las fundas de Roxton y recogió el viejo sombrero del suelo, los acercó hasta Malone y se los dio

-"Llévate los revólveres, son demasiado pesados para que yo pueda usarlos y ellos no pueden tenerlos, me quedo con el rifle... y no pierdas el sombrero...preguntará por él cuando volvamos... vete ya de una vez Ned estás perdiendo un tiempo precioso, busca a Challenger y a Verónica, luego id a la aldea y entregad esto, dice Maelchom que ellos sabrán que hacer...vamos...vete ya "

Malone la miró con pesar, alargó una mano y rozó la mejilla de Marguerite acariciándola. No hacían falta más palabras, con una gesto de sus cabezas se despidieron y Malone salió corriendo. Marguerite con lágrimas en los ojos se colocó con fiereza por delante del cuerpo de Roxton y al lado del gigante, se aseguró de que el rifle estuviera cargado y lo levantó apuntando hacia delante. La suerte estaba echada.


Cuando Lord John Roxton despertó, lo primero que notó fue un dolor de cabeza tan grande que era como si miles de peque?as agujas se le estuvieran clavando detrás de los ojos. Lo segundo fue su dolorida mandíbula, con la punta de la lengua empujó dentro de su boca cada una de las piezas dentales de su parte izquierda para asegurarse de que no había perdido ninguna, todas seguían en su sitio, pero una de las muelas se le había aflojado. De lo tercero, se dio cuenta cuando al intentar llevarse una de las manos a la dolorida cabeza y vio que no podía. Alguien lo había atado con las manos hacia delante, sus pies también estaban sujetos por cuerdas.

Despacio, intentó abrir los ojos pero los volvió a cerrar cuando notó el mareo que ello le producía, respiró hondo para intentar calmar el estómago que se le había revuelto.

-"Vaya...mira quien ha decidido unirse a nuestra peque?a reunión...ya era hora de que despertara de su siesta Lord Roxton"

La voz conocida era música para su oídos, hizo una mueca de sonrisa pero no abrió los ojos aun mareado

-"...Marguerite..."

-"tómatelo con calma John, recibiste un buen golpe"

-"preocupada?"

-"siempre"

La corta respuesta dicha con sinceridad y sin el humor característico de su dama llamó la atención del cazador que abrió los ojos finalmente tragándose la bilis que le subía del estómago.

-"Estas herida?"-le preguntó mientras giraba la cabeza con cuidado hacia ella, también estaba atada, pero a ella la habían sujetado con las manos hacia atrás a uno de los postes que sujetaba la estructura de la tienda

-"no, algún golpe, pero he tenido cosas peores, apenas duelen..."

-"algún día Marguerite, tendrás que explicarme todas esas cosas peores que siempre nombras... solo para que me haga una idea de a que atenerme...donde estamos? ...y Malone?"

-"tuvimos una peque?a fiesta en la monta?a, me temo que Malone no estaba invitado..."

Roxton intentó sentarse, pero el mareo se intensificó así que se acostó de nuevo.

-"mareado?"

-"como en mi primer viaje en barco"

-"será mejor que te quedes tumbado, seguramente tienes una conmoción, intenta no dormirte"

Pero Roxton ya se había dormido.

...

Cuando Lord John Roxton se despertó por segunda vez, todo estaba un poco más claro. Aunque le seguía doliendo la cabeza horrorosamente ya no tenía el estómago tan mareado y podía pensar con algo más de claridad. Abrió los ojos despacio y respiró hondo

-"Bienvenido de nuevo Lord Roxton, sabe que es considerado de muy mala educación dejar a una dama con la palabra en la boca?"

-"lo siento mucho querida, prometo que intentaré enmendar mi error...cuanto he estado fuera?"-su voz de barítono sonaba un poco débil

-"casi toda la noche, perdiste el conocimiento ayer por la tarde, y ahora está casi amaneciendo"

Roxton suspiró y giró la cabeza para ver a la mujer que lucía muy cansada

-"has dormido algo?"

-"quien piensa en dormir cuando puedo pasar mi tiempo de forma tan grata observando a un bello durmiente?"

Roxton la miró con cari?o

-"me has estado cuidando toda la noche?"

-"ha sido un poco tedioso...pero no había mucho más que hacer...de todas formas será mejor que no te acostumbres...puede que no tengas tanta suerte la próxima vez"

Roxton no pudo evitar que una sonrisa se le escapara de los labios

-"Dios santo Marguerite...no sabes como he echado de menos tu molesto sentido del humor..."

-"aun debes estar un poco fuera de ti, si eres capaz de admitir eso sin devolverme la pulla"- dijo ella en voz suave, extendió sus piernas hacia delante y le hizo una se?al-"...vamos, ven,... a ver si puedes acercarte y apoyar esa dura cabeza en mis piernas, creo que podrías dormir un poco más..."

El cazador se arrastró hasta Marguerite evitando tanto como pudo la mueca de dolor que el movimiento le producía. Cuando pudo llegar a ella, volvía a tener el estómago revuelto y un leve sudor frío le perlaba la frente. Se tumbó de lado apoyando la cabeza en las piernas desnudas de la mujer, con las manos atadas acarició la sedosa piel

-"tan suave...es la almohada perfecta... aunque cuando vuelva a despertar creo que tendremos que hablar de tus últimas elecciones de vestuario...a pesar de que estas arrebatadora dejas demasiada piel a la vista querida..."-la voz de Roxton se iba apagando por momentos

-"pensé que te gustaría..."

-" y me gusta"-su voz sonando ya muy lejana

-"Verónica va igual y nunca dijiste nada..."

-"Verónica no es mía"-logró apenas susurrar

Y Roxton se durmió de nuevo... pero la sonrisa que adornaba la cara de Marguerite rivalizaba en brillo con el amanecer.


PD: Mil gracias a todos los que habéis logrado llegar hasta aquí, y mil gracias más a los que habéis tenido el detalle de dejar una rese?a. Queda poco, posiblemente uno o dos capítulos más y habremos acabado. Gracias a todos