Kyoko/ Setsu tenia la cara enterrada en las sabanas de su sempai. Su cara enrojeció por ello, pero antes de que sus brazos se flexionaran y retirara su rostro de allí. El aroma de Ren/ Cain impregna sus fosas nasales, mezclado con el olor del humo de cigarrillo. La fragancia la cautiva, pero sobretodo la envuelve en mundo de fantasía y hadas brindándole seguridad y calidez con solo una inhalación.

Entonces aspira y aspira. Y sonríe, feliz. Sus labios curvandose hacia arriba mientras sus mejillas se sonrojan del gusto que le provoca su olor.

Ella esta tan ensimismada en su propio mundo de hadas, flores, castillos y princesas que no se percata de la presencia de su "hermano" Cain hasta que este carraspea su garganta y le hace salir del fantasioso mundo que Setsu no debía estar.

Sus ojos se expanden levemente y de manera rápida toma el rol de su personaje, estira sus brazos y recostándose descaradamente en su cama, lo mira con la mejor cara de somnolencia que puede hacer.

-Nii_san -llama, fingiendo un bostezo- Ahhh estoy tan cansada -expresa llevándose la mano a su boca-?Quieres dormir juntos? -Setsu palmea la cama sugestivamente. Deseando Kyoko en su interior que Cain/ Ren, de algún modo, rechace la propuesta.

Pero, recuerda lo que antes dijo "Vamos a dormir juntos" "Te dejare usar mi brazo como almohada"

Y teme que malinterprete y piense que luego de arrepentirse, ahora ella se ofrece.

Nooo.

Para nada. Ella era una doncella pura, ella no hacia esa clase de ofrecimientos. Sin embargo, no podía hacer ojos de borrego apunto de ser degollado, en ese momento era Setsu y por lo tanto, ahí estaba, recostada, invitándolo a dormir con ella mientras palmeaba suavemente la cama. Esperando en su interior una negativa respuesta.

Nunca llegó.

La oscuridad reinaba en la habitación y un par de ojos estaban plenamente abiertos. Era madrugada y Kyoko/Setsu no había podido pegar todavía un ojo. Tampoco podía moverse, estaba envuelta en sabanas como si fuera la crisálida de una oruga y lo peor (mejor) estaba envuelta con Ren/Cain quien usaba su brazo como almohada.

Inhala y exhala. Inhala y exhala. Una y otra vez Kyoko, lo hacia; sus fosas nasales se contraían, respirando y aspirando, inevitablemente el cautivador aroma de su sempai, su corazón latía tan fuerte que temía despertarlo.

No obstante, lo que no sabia la joven es que estaba despierto, a pesar de que ella calma sus pesadillas y elimina sus demonios internos, no puede dormir. Tenerla a su lado, le hace imposible conciliar el sue?o, entonces recuerda. Recuerda lo que provoco que estuviera así con Kyoko, el sosiego que recorrió su ser al verla en su cama, sonriendo feliz. Había vuelto de comprar cigarrillos y la imagen que sus ojos observaban le provoco miles de sensaciones que el personaje que interpretaba ocultó muy bien, su boca estaba seca, carraspeó para aliviar y en eso llamó su atención.

Sabia que como su sempai debía rechazarla, encontrar una excusa, un pretexto y salir del embrollo que su pobre Kohai se metió, porque sabia que ella no haría tal cosa, pero como un hombre enamorado, aceptó.

Y ahí estaban, su brazo como almohada y sobre todo envueltos como el relleno de un rollo primavera. Juntos tan juntos que temía (un poco) que la chica escuchara su loco corazón latiendo fuertemente, pero lo dudaba. No porque ella durmiera plácidamente sino porque era lo contrario, estaba despierta y respirando fuertemente. Sentía su mirada penetrante y se preguntaba cuando se dormiría.

Porque su miembro comenzaba a palpitar, deseando y anhelando que Kyoko dejara de presionarlo de ese modo, tenerla despierta, era peor. Tenia que contenerse de no hacer movimientos bruscos, liberarlo y darle suaves masajes para calmarlo. Dormir juntos, comenzaba ser malo para su extremidad que comenzaba a hincharse.

Ah... Kyoko... Ah Kyoko...

Pero por ella, soportaría. Aun si el brazo -que él ofreció- se había entumecido.