Lunática.

Prólogo

Los personajes a continuación no me pertenecen, son de la maravillosa obra de Rumiko Takahashi "Inuyasha". Los tomé prestados para con mucho cari?o relatarles las aventuras de una Rin que ha dejado de ser una ni?a y se ha convertido en una joven de 18 a?os sagaz y muy bella. Su vida y la de su se?or se ha tornado bastante interesante, pues el poder de la dinastía de los Demonios perro a trascendido al tiempo. Rin vive entre dos mundos, pero siempre para Sesshoumaru. Espero que disfruten leyendo las historias de nuestra protagonista desde su bella cabecita humana, particular y lunática.

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"Cae la nieve"

Se dio cuenta de que la nieve caía cuando miró atreves de la ventana del bar, inmediatamente se sintió hechizada. Sí, esa era la palabra correcta, y la saboreo en su mente pues había acertado, y es que le gustaban tanto las palabras, todas ellas. También le gustaba acertar. Le gustaban ambas cosas casi tanto como el color de la nieve. Se levantó de la mesa en el que se encontraba. Sus amigas René y Amber frente a ella, estaban inmersas en un análisis rápido de la interacción romántica intermitente que Amber, la heredera inglesa sostenía con Jack, quién se encontraba a escasos pasos de ellas jugando billar con el resto de su grupo de amigos de la universidad, tan solo otros tres muchachos ingleses de 18 a?os y uno que otro mayor que disfrutaban del final del primer semestre de la universidad. Cervezas, risas, bromas, coqueteos. ("Patético") se sonrió a si misma mientras podía escuchar la voz de su amo en su mente, las notas de desprecio, imaginó sus ojos dorados entre cerrados. El viento helado de la noche le golpeo el rostro con fiereza cuando abrió la puerta del bar y se puso su enorme abrigo. Caminó mientras tarareaba una canción particular de su ni?ez. (…?Dónde estará?) Su sonrisa se profundizo mientras se sentaba en una banca que se encontraba en la acera de enfrente del bar. (me pregunto si piensa usted en mí, así como yo en usted amo, hace tanto que no lo veo.) Hace tres a?os que no veía a Sesshoumaru sama, a pesar de que volvía a Japón con su familia durante las vacaciones, sobre todo en invierno. Al cumplir los 15 a?os fue enviada a estudiar en Inglaterra y fue ahí donde inició la universidad, siempre extra?ando a su país, a veces hasta su época, pero la época moderna era preciosa, ruidosa y bastante divertida, Inglaterra era muy bello y había aprendido a hablar ingles perfectamente, y también a beberse una cerveza de un solo y profundo trago. Además, ahora tenía una familia y lo mejor era que se trataba de la familia de su amo. "Destino" se dijo. Otra palabra que le gustaba. Si tan solo el no se hubiera apartado durante tanto tiempo. No lo entendía. Desde que estaba lejos, cada mes recibía una carta de él y gustosa le contestaba largas historias de sus amigos y sus clases, las aventuras que tenía, lo mucho que extra?aba a Inuyasha, a la bella Kagome, al se?or Jaken y por su puesto, a él, su se?or, sin importar en que época se encontraran, ni en donde, le compartía también sus sentimientos, siempre firmaba con bastante cari?o y recientemente perfumaba sus cartas pues ya era una mujer, a veces le mandaba flores en ellas. Sesshoumaru siempre cubría la totalidad de su mente así como la nieve empezaba a cubrir la totalidad del suelo que pisaba, sin embargo el ultimo a?o sus contestaciones eran indicaciones, sermones, algunas recomendaciones y más cuestionamientos. Antes, en sus primeros a?os en el extranjero le escribía haikus que parecían de su autoría, y trabalenguas, también le compartía sus sentimientos, a su modo; sin embargo, jamas le contaba cómo estaba ni que le pasaba. Siempre tan reservado, y aún así parecía querer sembrar en su corazón. Si bien seguía en contacto, podía sentir la frialdad con la que cualquiera que lo viese cinco minutos y tuviera cinco segundos para responder con un adjetivo calificativo simple diría. Ella jamás lo había sentido así. Todo lo contrario. Pensaba que realmente era la voluntad de su se?or el parecer frio con ella. Estaba deseando enfriarla… ?Por qué?

-qué pasa Rin chan- la voz del joven Mathew la sobresaltó, pero en cuanto el se puso junto a ella se sintió halagada, siempre le sonreía al verla directo a los ojos, lo que pasaba todas las veces que se dirigía a ella. Era muy alto y apuesto. Le recordaba un poco a su se?or.

- Si te dijera pensarías que estoy loca. He salido un momento a tomar aire. Se me empieza a subir la cerveza - mintió mientras le regalaba al muchacho una de sus amplias sonrisas llenas de luz. Mathew agradeció más de lo que Rin pensaba su gesto tan característico. A pesar de encontrarse en su último a?o de la universidad y ser un joven sumamente apuesto, la joven novata japonesa le fascinaba. Irradiaba vida y también poder. A pesar de aparentemente no tener nada de especial, la rodeaba una energía que el nombraría como eso, poder. Tenia el porte de una reina, y aunque siempre estaba tropezando por ahí, su gracia era única y sus palabras siempre eran las adecuadas. Ella no tenia ni idea de sus dones, eso era un hecho. Dio una calada al cigarro que acababa de encender y se lo tendió a Rin. -?Has fumado antes Rin?, ?quieres?-. Rin nunca había fumado, pero le encantaba sentirse con la posibilidad de comerse al mundo. Sentirse valiente y fuerte, después de todo, lo aprendió de su se?or, y la realidad es que era una chica astuta y bastante avispada a su manera. Tomó el cigarrillo mirándolo con altanería y dio una calada, ahogó una carcajada y la comezón que le dio en la garganta, y soltó el humo como si fuera una de todas las veces. "El amo se enfadaría tanto…" Notó que Mathew la miraba fijamente, maravillado, y tuvo la sensación de estar siendo deseada, su instinto se lo decía. Se puso nerviosa y estalló en carcajadas como toda una loca al pensar en lo mucho que se enojaría el amo. - ?dónde pasaras las fiestas Mathew? ?Vives aquí en Londres?- . El chico sonrió y mientras le contaba a Rin lo mucho que detestaba ir a casa de sus padres en Francia. Su madrastra era francesa y a el le parecía una mujer frívola, bla bla bla. La nieve caía y sentía que le acariciaba la cabeza. Nada más importaba.

- ?qué me dices tu Rin? ?Vuelves a japón para navidad? -.

-Si, me voy en tres semanas, pero la verdad es que me gustaría que fuese ma?ana mismo. Me encanta aquí pero la nieve me pone nostálgica y extra?o mi hogar. Además, este a?o no regresé a casa en el verano por primera vez en los cinco a?os que llevo estudiando inglés, y aunque ha sido un semestre fabuloso, me muero por contarle a la se?orita Kagome todo, comer lo que cocina Izayoi, hablarles del concierto al que fuimos todos los del grupo, ?te acuerdas? ?tu fuiste?, va a encantarles, también quiero por ver a Ah Uhn…- .

-?Ah Uhn? ?Lo nombraste en tu edad fetal Rin chan? muy gracioso ?es el nombre de tu guardaespaldas peque?a? - .

- Algo así, aunque no lo creas. Es mi mascota, digo, mis mascotas, es decir… mi perro. Es tan enérgico que parece que son dos. La casa en la que vivo se encuentra a las afueras de la ciudad y cerca de un hermoso bosque al que vamos juntos a explorar, también voy mucho ahí con Kagome y con Inuyasha y entrenamos con katanas de madera, u organizamos días de campo con comida ninja, ?Oh! También hago coronas de flores con Izayoi, en una ocasión encontramos una flor del tama?o de una lechuga -.

-vaya- la interrumpió Mathew riendo y soltando una buena cantidad de humo. – Comida ninja, ?eh?. Realmente amas a tu familia, ?verdad Rin chan?-.

-Si - contestó Rin sonriendo de nuevo como un faro. -los extra?o mucho a todos-.