Había una vez tres hermanos cerditos que vivían en el bosque. Como el malvado lobo siempre los estaba persiguiendo para comérselos dijo un día el mayor:
- Tenemos que hacer una casa para protegernos del lobo. Así podremos escondernos dentro de ella cada vez que el lobo aparezca por aquí.

-No – dijo el hermano mediano - escondernos no es la solución para terminar con este problema, solo piénsenlosomos tres contra uno, tenemos ventaja. Lo que deberíamos de hacer es aprovechar nuestras habilidades y conocimientos, crearemos trampas.
A los otros dos les pareció muy buena idea, pero no se ponían de acuerdo respecto a qué material utilizar. Al final, y para no discutir, decidieron que cada uno la hiciera de lo que quisiese.
El más peque?o optó por utilizar paja y una trampa de osospara no tardar mucho y poder irse a jugar después.

El mediano prefirió construirla de madera, así que tomo pedazos de troncos y corto las puntas dejándolas tan filosas como una daga, tampoco le llevaría mucho tiempo hacerla. Pero el mayor pensó que, aunque tardara más que sus hermanos, lo mejor era hacer una trampa eficiente y que se asegurara que el lobo caería en ella, entonces colgó costales llenos de ladrillo de los árboles del bosque, así cuando el lobo estuviera cerca lanzaría los costales para golpearlo y dejarlo aturdido.
Cuando los tres acabaron sus trampas se propusieron a jugar en el centro del bosque para llamar la atención del lobo. El malvado lobo se acercaba sigilosamente a dos cerditos.
- Anda cerditos sean obedientes y vengan acá, evítenme la fatiga de perseguirlos.
- ?No! ?Eso ni pensarlo! - contestaron.
- ?Pues correré y correré y de un mordisco los devoraré!
Y el lobo mostro sus afilados y grandes dientes dispuesto a ir tras ellos, pero no tenía en cuenta que el hermano mayor lo golpearía con los costales.

Lanzó el primer costal y lo golpeo en el estómago, lanzó el segundo costal golpeando su cabeza dejándolo totalmente aturdido.

El lobo con su mayor esfuerzo y con la vista borrosa dio unos pasos más, el cerdito mediano aprovecho el momento y te enterró dos dagas en su corazón.

El lobo continuaba de pie y con toda su fuerza dijo –"?Quién teme al lobo feroz?"

Continuó caminando casi moribundo y cayó en la última trampa, su pie quedo atorado por la trampa de oso que estaba oculta bajo la paja. Su cuerpo se desplomo sobre el suelo, los tres cerditos se acercaron observando que no se movía y que habían logrado matar al lobo.

El cerdito menor grito muy entusiasmado – "Nosotros ya no te tememos lobo".
Y así se dispusieron a cocinar al lobo en una fogata para que al anochecer tuvieran un gran manjar.

(Final original)
Fuera el lobo continuaba soplando en vano, cada vez más enfadado. Hasta que decidió parar para descansar y entonces reparó en que la casa tenía una chimenea.

- ?Ja! ?Pensaban que de mí iban a librarse! ?Subiré por la chimenea y me los comeré a los tres!
Pero los cerditos le oyeron, y para darle su merecido llenaron la chimenea de le?a y pusieron al fuego un gran caldero con agua.
Así cuando el lobo cayó por la chimenea el agua estaba hirviendo y se pegó tal quemazo que salió gritando de la casa y no volvió a comer cerditos en una larga temporada.