Hola de nuevo!

Así es, volví!

Primero que nada, gracias a todos por sus comentarios! En serio, son invaluables!

Gracias a su apoyo, este capítulo se completó antes de lo esperado!

Sin más preámbulos, aquí está! Disfrútenlo!

Capítulo 13

-Esta batalla demostrará finalmente quién manda! Los seres robóticos, como nosotros, o las débiles masas de carne floja como ustedes!

-Te ensearé quién es carne floja, montón de chatarra! –gritó Roger, ahora recuperado del golpe y listo para luchar.

-Boo, ahora! –gritó Lina, empuando sus espadas.

-A la orden!

El monstruo zombi presionó un botón en el armatoste, encendiéndolo nuevamente, y comenzando a reproducir un tema para la ocasión.

(Yo, Robot? Terminator? Quién sabe? Imagínense la pista que más les guste).

-Qué es esto, alguna clase de broma? –se burló Zarnot, sin verse afectado por la música.

-Hmm, chicos, qué ocurre? –dijo Jobeaux, comenzando a ponerse nervioso mientras sus enemigos los rodeaban.

-Solo espero que no tenga que cantar esta vez, porque no tengo ni idea! –exclamó Dave, abandonando el micrófono.

-Qué vah, tendrá que ser a la antigua! –dijo el Maestro Yo, volviendo a crujir sus nudillos.

-Ataquen! –dijeron todos a la vez.

Se armó el caos.

Lina y Coop intentaron defender a Dave, pero antes de que supieran cómo, se encontraron rodeados por montaas de juguetes asesinos, separados por varios metros del resto. Al otro lado del castillo, Jobeaux trataba de abrirse paso en medio de los camiones y autos motorizados, siendo aplastado en varias oportunidades. El Boogeyman era el que se encontraba en mejores condiciones, pero eso cambió enseguida. Una veintena de esqueletos de plástico a escala real lo rodearon, recomponiéndose cada vez que conseguía separarles las cabezas o los brazos del resto de sus anatomías.

Vinnie pateó un dinosaurio construido a base de piezas imantadas, pero otro lo reemplazó.

-Seguro que tu jefe no estaría nada contento si viera esto! –gritó Yo, casi divertido-. Quiero decir, siendo un dinosaurio, seguro que te convierte en chatarra.

Zarnot, quien se paró a su lado, agitó su brazo con indiferencia, rechazando su acusación con una sonrisa.

-Nah, no me importa. Mis amigos y yo pronto dominaremos este mundo! En qué me afecta lo que tengan que decir un montón de fósiles?

-Ah, claro! –el panda sonrió, haciendo brillar sus puos con los Nudillos Místicos Woo-Foo de la Infinita Paliza-. Pero seguramente te interesará lo que tenga que decir mi puo!

Roger cargó hacia delante, y su puo se encontró con el limpiaparabrisas de una grúa, que salió volando y se estrelló contra la pared opuesta. Su cuerno creció rodeado de energía, apuntando al resto de los vehículos vivientes.

-prueben mi furia, basura de plástico!

Uno de los enemigos, un tanque con dos caones, extendió una especie de megáfono en mitad del aire, y el ogro quedó desconcertado ante la profunda voz que oyeron sus oídos.

-Con que basura de plástico, eh? –el aparente líder de este grupo sonaba realmente ofendido-. hermanos y hermanas! Van a dejar que este nio insolente siga burlándose de nosotros? O vamos a aplastarlo y demostrarle quién manda?

-Vamos a aplastarte, nio insolente! –gritaron sus congéneres a coro.

-En sus marcas...!

-Puos del dolor!

-...Listos...!

Roger se adelantó al grupo, envistiendo un puetazo en una escavadora, la cual resistió su golpe, dejando su atacante apenas un rayón en su carrocería.

-...Arranquen!

La treintena de vehículos vivos arrolló al ogro, quien acabó impactando contra la pared de antes, con sus extremidades en carne viva por el dolor. SU cuerpo yacía atrapado bajo varios pares de ruedas. A pesar de pesar gramos, su fuerza era igual a la de vehículos reales.

-Bájense de mí!

El ogro luchó, aunque sin mucho éxito, al menos por un tiempo.

-Tienes, coo, un, coo, plan?

-Uno. Dales la paliza de sus vidas!

Un grupo de aviones de guerra les dispararon misiles miniatura que explotaban al contacto. El dao era mínimo, pero el humo era una buena distracción. Una máquina escavadora apuntó su taladro en su dirección, y estuvieron a centímetros de ser agujereados.

-Tú encárgate del aire! Voy por la tierra!

-Coo, a la orden!

Coop se disparó al techo, que se abrió al cielo sobre las nubes una vez la batalla fue llevada al siguiente nivel.

-No me gusta esto! Cómo se supone que pelee sin un árbol a mi lado?

Dave era el que peor estaba. Un pequeo ejército de guerreros armados con hachas y lanzas, demasiado realistas para su gusto, lo tenían contra la pared. Como al resto, la música no parecía hacerles ningún efecto.

-Quiero decir, no crecen árboles en el aire!

Uno de los soldados, con un hacha del doble de su tamao, estaba a punto de rebanarlo. Dave cerró los ojos, esperando su fin.

Un jadeo colectivo se escuchó al segundo siguiente, y el nio árbol volvió a abrir los ojos.

-Entonces, haz que crezcan en medio del aire, idiota!

Roger acababa de salvarle la vida, y el guerrero armado yacía ahora reducido a una masa aplanada bajo una camioneta para al menos veinte pasajeros. Sin embargo, aún lo rodeaban al menos unos quince guerreros, vestidos y armados como viquingos, que lo miraban con hostilidad absoluta.

Dave no tuvo tiempo de agradecerle al ogro el que quizás fuera el único acto de bondad dirigido hacia su persona que podía recordar, ya que el mismo Roger volvió a quedar oculto por la masa de enemigos de su lado.

-M-muy bien! Síganme!

Dave corrió lo más veloz que pudo con sus pies de raíz, hasta llegar a la parte trasera del castillo flotante, donde dos puertas de madera conducían a otro lugar. Con relativa facilidad, consiguió abrirlas, siendo perseguido por sus enemigos. Para su suerte y sorpresa, se trataba de un jardín! Un jardín colgante!

-Es mi día de suerte!

Saltó a tiempo de evitar ser partido por una espada gigante. Al darse la vuelta, fue consciente, una vez más, de la aterradora presencia de sus atacantes.

-Ahora podemos comenzar! Quién va primero?

Dos soldados se adelantaron, el grupo entero mudo como un ejército de muertos. Claro, dave no alcanzaba a imaginarse siquiera cómo era posible que esos juguetes tuvieran vida, incluso que tuvieran ahora su altura y hasta fueran capaces de pelear como soldados reales, pero poco le importaban los detalles, mientras pudiera sobrevivir.

Ambos, equipados con sendas lanzas, intentaron apualarlo al menos veinte veces, sin ningún éxito. En el instante en que se separaron un par adicional de centímetros y sus golpes se ralentizaron, Dave juntó sus palmas y aplaudió. Los canteros a sus lados, llenos de enredaderas, adquirieron su cuota justa de fuerza. En menos de un segundo, crecieron varias veces, enredando a la pareja y poniéndolos de cabeza sobre el abismo, hasta que el propio dave los liberó, pateándolos en las espinillas y arrojándolos al vacío.

-Tiempo! Es mi turno ahora!

Los demás, al parecer nada contentos por este giro, pusieron cara de frustración, como si intentaran articular "no es justo" con los ojos.

Tres rosales a las espaldas del grupo se agitaron, y tres guerreros acabaron compartiendo la suerte de sus camaradas caídos. Al voltearse, el resto retrocedió, alarmado por el suelo minado de espinas frente a ellos. Dos más quisieron avanzar hacia el nio árbol, cayéndose en el proceso al tropezar con las espinas. Dave aprovechó la distracción y arrojó un puado que, contra el sentido común, era mortal. La tierra roja y las semillas en su interior experimentaron un crecimiento a velocidades astronómicas.

-Esto se llama crecimiento foo!

De repente, varias especies de plantas surgieron bajo los pies de los guerreros atónitos. Los dos que acababan de tropezar fueron devorados por una enorme planta carnívora.

-Lo siento, amiga, pero serías mi arma un momento? Gracias!

El desconcierto de los guerreros restantes fue respondido un instante después, con un Dave empuando una enredadera de varios metros de largo a la manera de un látigo. Enredó a tres, antes de arrojarlos al vacío. El siguiente en quedar atrapado en las vides, se giró contra su voluntad y chocó su cabeza contra el que iba a acometer con su espada, dejándolos fuera de combate.

-Sí! finalmente algo en lo que soy bueno!

En el interior, Lina luchaba con todo lo que tenía. Uno de sus ladridos supersónicos catapultó a un auto de carreras contra dos motocicletas, produciendo un efecto en cadena. Más de una decena de automóviles y motocicletas fueron cayendo una encima de la otra, a manera de fichas de dominó.

-Quieren más?

Al grupo anterior lo sustituyó otro, conformado ahora por camiones de carga. Arrojaron su armamento a la perrita, que esquivó la mayoría, pero fue sepultada bajo más de cien quilos de arena. Al salir de la trampa, fue atropellada por otro camión, impactando contra una grúa, que utilizó su brazo mecánico para engancharla y usarla como su bola de demolición, golpeándola repetidamente contra una pared. Aturdida pero resuelta, Lina devolvió el ataque: con sus puos varias veces su tamao normal, levantó al vehículo por su brazo y fue su turno como bola de demolición. Al menos una decena de camiones quedaron hechos trizas a su paso. Un fórmula 1 intentó aplastarla, pero saltó en el último momento, y el mismo acabó atravesando la pared a sus espaldas, perdiéndose en medio del cielo. Con una idea brillando en su mente, Lina sonrió y arrojó dos de sus espadas de bambú al siguiente grupo de automóviles, enterrándose en sus caos de escape y haciéndolos explotar espectacularmente.

-Miren esto, juguetes de segunda!

Lina se apoderó de una motocicleta algo miedosa, y se propulsó a toda velocidad. Con su fuerza propia, arrancó ambos manubrios, pero consiguió su objetivo: los camiones que quedaban funcionales se corrían a su paso vertiginoso por el castillo. Mientras lo hacía, desenvainó otras dos espadas, que brillaron en azul y violeta. Parándose por encima del motor, lanzó estocadas a diestra y siniestra, generando destrucción. Sus movimientos rebanaron a buena parte de los tanques, mientras los automóviles eran destrozados al pasarles por arriba con la motocicleta. Los que no quedaron reducidos a escombros y llamas por sus ataques directos, lo hicieron al chocar de lado con la motocicleta, que se incendió junto con ellos.

-Esto es lo que Boogeyman llama una batalla divertida!

El monstruo se animó, al ver cómo sus amigos iban ganando terreno. Por el rabillo del ojo, vio a Lina saltando del vehículo en llamas, con una gran sonrisa triunfal en toda su cara.

-Prepárense! Porque ahora conocerán lo que es el rock and roll!

Boogeyman comenzó a tocar una canción sin sentido con la guitarra anteriormente propiedad de Roger, bastante desafinada, pero que incluso consiguió opacar la canción del parlante místico. Sin dejar de tocar con ambas manos, saltó por encima de sus enemigos, cantando una canción.

-Si estás tan muerto como yo, si estás tan muerto como yo...

Sus piernas patearon al par a su derecha, y un doble rodillazo al de la izquierda lo siguió.

-Escucharás mi canción. despierten, despierten!

El Boogeyman comenzó a ser rodeado por una energía multicolor. Sin que él mismo lo supiera, sus enemigos habían comenzado a retroceder. Con los ojos cerrados y su voz a todo volumen, luchaba sin ser consciente de casi nada.

-Despierten, amigos, despierten!

Una decena de esqueletos, armados con cuchillos, intentaron atravesarlo, y lo consiguieron: pero sus armas les fueron arrebatadas, y su oponente utilizó su empuje para arrojarlos al suelo, antes de patearlos. Entre sus costillas, ahora en rojo y verde brillante, asomaban las armas, que se giraron por sí solas y decapitaron a buena parte del ejército de muertos vivientes de plástico.

-Si la sociedad te rechazó, si este mundo te expulsó...

Con una acrobacia propia, dio una patada giratoria en el aire, antes de aterrizar sobre un esqueleto desprevenido, que fue aplastado por la guitarra.

-Escucha mi canción. Despierta, amigo, despierta!

Dos esqueletos consiguieron cortarles ambas piernas y ambos brazos, pero para su asombro, estos continuaron moviéndose. Sus manos continuaron tocando, y sus piernas derribando a los enemigos.

-Despierten, que la noche ya llegó!

Al volver a unir sus extremidades, su energía aumentó, elevándolo en el aire.

-Despierten, mis muertos, por favor! Hoy el mundo es nuestro, y somos los que cantan mi canción!

Con una nota final, aterrizó un cabezazo que decapitó tanto al último esqueleto como a sí mismo. Solo en cuanto hubo comprobado que todos estaban fuera de combate, se dio cuenta y volvió a ponerse su cabeza.

Coop podía volar ahora, gracias a sus poderes, pero eso no le estaba dando una gran ventaja precisamente. Sus enemigos eran decenas de aviones, y su tamao importaba poco cuando su velocidad y puntería, sin contar que acababan de reemplazar sus misiles miniatura por proyectiles eléctricos, lo compensaba en gran medida.

-No sé, coo, cuánto, coo, pueda aguantar.

Dos proyectiles le rozaron el hombro, y chilló de dolor. Esquivó la siguiente andanada de disparos, devolviendo el fuego con sus rayos. Derribó a una decena, pero detrás habían muchos más para intentar sacarlo del cielo por su cuenta.

-No tengo otra opción! Coo, lluvia, coo, destructiva, coo, foo!

Abriendo sus alas todo lo que podía, se concentró.

Por un instante, todo pasó a cámara lenta.

La veintena de máquinas voladoras, disparando sus proyectiles.

Los proyectiles, acercándose cada vez más a su objetivo.

Su cuerpo, brillando en rojo y amarillo.

De repente, con cerca de un centenar de misiles, balas y otras cosas peligrosas a menos de un metro de su cuerpo, todas se evaporaron al instante.

-Cooooooooo!

Una onda masiva de energía acababa de derretir los disparos entrantes. Los aviones prepararon la siguiente ronda, pero no alcanzaron a disparar siquiera. Antes de que los proyectiles asomaran en las bocas de los caones, fueron recibidos por centenares de plumas llameantes, que no tardaron en incendiar las máquinas de guerra, mandándolas a explotar o chocar entre sí en el aire.

Dos minutos más tarde, Un Coop desplumado se erguía orgulloso en mitad del aire, expeliendo humo por todas partes.

-Espero que, coo, eso haya, coo, sido, coo, suficiente.

Con eso, el pollo cayó, y se habría estrellado en el suelo si Vinnie no lo hubiera atrapado en el último segundo.

Vinnie, por su parte, no la tuvo fácil. Podía golpear y patear tantos dinosaurios robots como quisiera, pero seguían rearmándose, sin contar que cada vez llegaban más, al punto de verse rodeado muy pronto. Una versión robótica de un tiranosaurio rex le mordió uno de sus puos gigantes y, aunque no eran dientes reales, la fuerza de la máquina fue suficiente para debilitarlo. Otra mole lo envistió, y su cuerpo chocó contra uno de los camiones que Lina había derribado.

En cuanto vio lo que lo había golpeado, su sangre hirvió de rabia.

-Está bien que hagan una versión robótica de un dinosaurio y de cualquier otro ser que quieran copiar. Pero un oso robot! Han cruzado la línea!

Sacando fuerzas de ninguna parte, el oso de carne y hueso se reincorporó, preparándose para contraatacar. Un águila impulsada con turbinas lo levantó del suelo, llevándolos a ambos fuera del castillo flotante. Las garras del ave, una vez de plástico y ahora de acero, comenzaron a soltar el cuerpo del oso, cuyo pánico lo paralizó.

Vio su vida pasar frente a sus ojos.

Sus buenos y malos momentos con sus amigos.

Su cumpleaos con Yin y Yang.

Sus últimos días, entrenando hasta el cansancio.

Las burlas de aquellos que despreciaron a su familia.

Las miradas de los conejos.

Un momento.

Yin y Yang.

Todos reunidos hace siglos, en algún día cuya fecha exacta le era imposible recordar, jugando a las escondidas en el bosque.

Jugando con Yin y Yang a las escondidas, a las adivinanzas.

Yang defendiéndolo de un grupo de leones con el doble de su tamao en el centro comercial.

Yin, mostrándole sus fotografías de ambos hermanos en su aventura en la tierra de los dosnicornios.

Yin y Yang.

Fuera el recuerdo que fuese, en todos aparecían los conejos.

Y fue entonces cuando lo supo.

Cuando decidió que no moriría así.

Porque tenía una misión que cumplir.

Porque se había jurado a sí mismo no caer sin haber traído a sus mejores amigos de vuelta a casa primero.

Sin ser completamente consciente de su entorno, Vinnie comenzó a resbalar del agarre de su captor. Con los ojos cerrados, intentó aferrarse a algo, a lo que fuera, con tal de evitar su caída final.

Solo que, a pesar de no encontrar de dónde agarrarse, no sintió la tensión del aire que le habían dicho que la gente siente al caer de miles y miles de metros de altura.

Al abrir los ojos, se encontró flotando en mitad del aire, ante su enemigo, que lo miraba en estado de shock, según pudo adivinar.

Al volver su mirada sobre sí mismo, se vio rodeado de energía, que lo sujetaba en medio del cielo como una burbuja milagrosa.

-oye! parece que sigo vivo!

Antes de que su enemigo supiera lo que estaba pasando, Vinnie lo pateó en el pico, arrojándolos a ambos de vuelta al castillo, donde las peleas continuaban su curso.

El oso aterrizó sobre su ex captor, frente a sus amigos impactados, que lo miraron con evidentes intenciones asesinas.

-Hmm, quién diría que también los robots pueden enojarse?

Con una sonrisa, el nio oso volvió a la lucha, con renovadas fuerzas. Recordó el motivo de su lucha. Y, con el par de conejos en sus pensamientos, dio todo lo que tenía.

Aunque el brillo tricolor ya no lo rodeaba, lo había dejado renovado. Sin ninguna técnica Woo-Foo visible, sus puetazos aplastaron a cada bestia robótica que tuvo la desgracia de encontrarse en su camino.

Una especie de cangrejo gigante intentó aplastarlo entre sus pinzas, pero éstas se rompieron al intentarlo. Vinnie lo utilizó como escudo ante una nueva arremetida de sus oponentes, así como ariete contra los últimos que aún quedaban en pie.

El último fue el mismo oso mecánico que lo había golpeado al principio, pero Vinnie descartó el ya destrozado escudo para entonces. Con un rugido de batalla de cada uno de los contrincantes, la pelea dio comienzo.

Que duró menos de lo que Vinnie esperaba.

El robot cerró un puo en torno a su brazo, arrojándolo por el aire. Acrobáticamente, el oso de carne y hueso aterrizó de pie, antes de sacar un bastón con la punta llena de miel y barrer el suelo con él.

La máquina se vio ralentizada por este movimiento, pero no cejó en sus intentos de matarlo. Simplemente cambió de estrategia. Su pecho se abrió y reveló un par de caones láser.

-oh, por el amor del foo!

El oso saltó y corrió, alejándose de sus disparos, que convirtieron la pared a su lado en un colador. Su pie se encontró con una de las fórmulas 1 destrozadas, y se la lanzó al gigante, que simplemente la vaporizó con otro rayo.

-Vaporiza esto, copia barata de mi gente! Rugido Foo!

Plantándose a cuatro patas sobre el suelo, alzó su cabeza en su dirección, gritando:

-grrrrrrrr!

Su rugido, tres veces más fuerte que el ladrido supersónico de Lina, hizo patinar a la mole en la miel en la que estaba parado, perdiendo ambos brazos y ambas piernas.

-No eres tan rudo ahora, eh?

Sin embargo, el robot lanzó un rayo de su cabeza hacia sus compaeros caídos, atrayendo algunos miembros descartados: dos piernas de tiranosaurio y dos brazos de un león, con los que se reincorporó.

-Oye! Eso no es justo!

De repente, una figura pasó a gran velocidad por su visión periférica. Corrió para salvar al pollo, ahora inconsciente.

-Amigo, justo ahora me serías de gran ayuda si estuvieras despierto!

Jobeaux acababa de escapar de otro pie gigante, pero al instante siguiente se vio cayendo por un agujero en el suelo, al parecer creado durante la batalla.

Fue capaz de flotar a tiempo, pero se sorprendió al descubrir un sótano en este lugar.

-Qué raro. No pensarías que este castillo tendría varios niveles.

Aterrizó con suavidad en el suelo, iluminando su entorno con dos esferas de energía. Frente a él, vio algo que lo desconcertó.

Habían varias cajas llenas de juguetes abandonados. La mayoría eran robots a los que les faltaban los brazos o la cabeza, pero también vio muecas, la cabeza suelta de un robot con extraos diseos femeninos, y algo que lo asombró más si fuera posible.

Lo asombró y lo alivió.

Zarnot y Yo mantenían su propia pelea a muerte.

-En cuanto acabe con ustedes, perdedores, iré tras el idiota de Yang! –el robot consiguió patear al panda en la cara, haciéndolo retroceder-. l me las pagará por intentar desecharme!

-En serio lo hizo?

Yo se puso de pie a duras penas, deteniendo un golpe con su mano izquierda.

-Oh, por supuesto que lo hizo! Lo intentó, si eso es lo que quieres decir! Pero, ja! Mírame ahora! Soy el guerrero más fuerte que existe entre las máquinas!

-Un mueco a gran escala, diría yo.

-Soy una figura de acción!

El siguiente golpe, sin embargo, consiguió arrojarlo contra una pared, a pesar de haberlo bloqueado con su brazo.

-Y eso no es todo! Ese nio desagradecido! Me arrojó a una caja! Tienes idea de lo que es pasar meses enteros metido en una caja, sin poder siquiera moverte?

-Puedo decir algo?

-Está bien. Qué?

-Según recuerdo, el Ada de la mentira te sacó de allí y te hizo gigante. Me equivoco?

-Eso es correcto.

-Y no trataste de matar a Yang una vez supiste que eras libre?

-Tu punto?

-nunca intentaste preguntarle por qué te descartó. Quizás, si hubieras hablado con él en lugar de intentar vengarte, no te habría descartado definitivamente.

-Descartarme definitivamente, dices? No! l me tiró a la basura, con caja y todo! Nunca lo perdonaré! Y una vez acabe con ustedes, patéticos tontos, me encargaré de que se entere quién es Zarnot ahora!

-Sabes qué? Yang quizás sí te desechó.

-Me das la razón? –Zarnot detuvo su siguiente golpe, ante la aparente actitud conciliadora del panda.

-No. Ahora creo que hizo bien en tirarte a la basura.

-Pagarás por eso!

Zarnot arremetió más furioso que nunca, pero el panda se lo vio venir. Se hizo a un lado, y la pared a sus espaldas fue la que recibió el golpe que lo habría descabezado.

-yo creo que no. Prueba los Nudillos de la Infinita Paliza!

El panda consiguió encajarle el primer y el segundo golpe. El tercero fue desviado y el cuarto se encontró chocando con la mano del robot, que se cerró alrededor de sus nudillos reforzados.

-Espera, qué haces?

Con una sonrisa malvada en su rostro, Zarnot apretó sus dedos alrededor de su puo, hasta que el panda sintió que el dolor lo atravesaba. Consiguió patearlo en la cara y así liberar su puo, que ahora sangraba.

Su siguiente puetazo mandó a volar la cabeza del robot, que lo dejó frente al cuerpo de Zarnot, ahora paralizado.

-Qué es esto?

Su mano sangrante mostró que el arma había dejado de brillar, deslizándose hasta tocar el suelo. Su otra mano, de la que salía humo por la fuerza del golpe, estaba directamente vacía.

-Decías?

Al volver a centrarse en su enemigo, vio que la cabeza robótica tenía un cohete en la nuca, y voló sobre su cuerpo, hasta reensamblarse en su lugar. El robot mostró sus dientes, entre los cuales el nudillo de acero se había hundido.

-Hey! Devuélveme eso!

-Nah. Tengo una idea mejor.

El robot abrió su boca, y una aspiradora interna chupó el arma, ante un Yo anonadado.

-Tragarte un arma Woo-Foo? En serio?

Zarnot sonrió.

-Oh, no es todo. Mira.

De repente, las manos del robot brillaron, antes de que sus nudillos se partieran en dos, creando nuevos, esta vez equipados con copias de las armas enemigas.

-ja! No puedes copiar un arma Woo-Foo con robótica! Es magia, tu ingeniería barata no sirve con ellas!

Pero el golpe que Zarnot le propinó en la mandíbula lo dejó con dudas.

El panda se estrelló contra un grupo destrozado de motocicletas en llamas, con la mandíbula desencajada. Se la recolocó, gritando de dolor al hacerlo, y se enfrentó a su oponente con algo de nerviosismo.

-Y Quién dijo que esté utilizando la robótica? No escuchaste? Controlo la realidad aquí! Y cualquier cosa mecánica o relacionada con robots que exista! Y todo gracias al pajarraco!

Los puos del robot, que ahora brillaban en púrpura, emitían un aura maligna.

-Debo reconocérselo a ese viejo. Tiene estilo.

Yo tragó saliva, recolocándose su Nudillo mágico restante a duras penas.

-Cuando domine el mundo, se lo agradeceré.

El siguiente puetazo del robot, apenas frenado por la mano magullada del panda, lo hizo patinar por el suelo.

-Pero primero tengo que dominar el mundo, no te parece?

Renunciando a su arma ya inútil, el panda se reincorporó, esquivando una patada voladora dirigida a su cara. El rodillazo en su estómago, sin embargo, no pudo esquivarlo.

-Y empezaré eliminándote a ti.

De pronto, Yo tuvo miedo. No recordaba cuándo fue la última vez que lo había sentido.

Sí, está bien, recordaba su batalla final con Kraggler en su juventud. También su batalla final contra Eradicus junto a sus hijos y sus amigos hacía tanto tiempo.

Incluso recordó el pánico que sintió al ver a Yin y Yang en las garras del despiadado Terodárticus.

Bueno, este miedo era diferente. Se sentía como el miedo que se experimenta al saber que se está luchando a muerte.

Contrariamente a la expectativa de Zarnot, el panda estaba sonriendo, lleno de emoción.

La sonrisa engreída del robot se agrió en ese momento.

-Qué pasa? No estás asustado?

-Tal vez. Pero sabes qué?

De repente, el panda se rodeó de energía.

-Sería un completo idiota si no tuviera miedo.

-Miedo de ser aniquilado?

-No. de disfrutar patearte el trasero!

Los ojos del panda brillaron, cambiando de azul a rojo. Su cinturón se rompió, y en su lugar un traje de artes marciales completo, con un cinturón plateado lo reemplazó, el mismo cubierto en el centro por un triángulo de tres ojos.

-Te pusiste un disfraz? Eso no te salvará!

El traje del Maestro Yo, mayormente blanco, con rojo y azul en los hombros y las mangas, expelía un brillo casi imperceptible, que evidenciaba el cambio absoluto que el panda había realizado.

Sobre su pecho, alguien había dibujado un girasol en el lado derecho y una estrella de siete puntas en el izquierdo, ambos entrelazados por una jota invertida en negro, similar a un signo de interrogación.

-Esto? No, esto no es un disfraz.

-No me importa! Quedarás hecho pedazos de todos modos!

Ambos se enfrentaron en una lucha de miradas por diez segundos, hasta que Zarnot se adelantó y dio el primer golpe en su segundo tiempo en la batalla.

Para su furia, había fallado.

El panda lo miraba, esperando su siguiente golpe.

Zarnot se impulsó con los cohetes en sus pies, impactando un fuerte rodillazo en el vientre del panda.

Solo que, esta vez, él lo había bloqueado.

Al fijarse más detenidamente, Zarnot se enfureció más si fuera posible, al encontrarse con una mirada en blanco por parte del panda, como si ni siquiera estuviese intentándolo.

-Tú! Vas a...!

El siguiente puetazo del panda fue tan veloz que ni siquiera su visión dos veces más rápida que la de cualquier luchador normal fue capaz de predecirlo. Voló contra una pared, perdiendo la boca y la nariz de su rostro, dejando los circuitos interiores al descubierto.

-Ya te lo dije. Esto no es un disfraz.

El robot se levantó, pero la patada que lo recibió lo devolvió al suelo.

-ste es mi traje de cuando era un estudiante.

El pie del panda dejó una estela de energía la siguiente vez que impactó al robot, partiéndole una pierna. Sus puetazos lo desarmaron, pieza a pieza: primero las piernas, luego los brazos, luego el torso.

Al final, solo quedó la cabeza, y Zarnot se sintió empequeecer en su interior, aunque por fuera siguiera teniendo su tamao aumentado.

Desprendió su cabeza justo cuando el panda bajó su puo sobre él, cayendo en su sitio original y siendo encastrada a la fuerza. Un cortocircuito le siguió, y el humo que salió del cuerpo de Zarnot dejó a la vista que ya no podía continuar.

De hecho, sus ojos acababan de apagarse. Donde antes había rojo, ahora un gris apagado reflejaba la furiosa aunque inexpugnable mirada del panda.

-Hmm, quizás me excedí.

Apagando su poder, su traje desapareció, siendo reemplazado por su vestimenta habitual. Su cinturón también había vuelto a ser el de siempre.

-Nios! Ya terminaron?

-Hmm, hay un pequeo problema –dijo el Boogeyman, atrayendo su atención.

-Qué es eso?

Al acercarse, vio que faltaban algunos de los nios: Vinnie, Jobeaux y Dave no estaban por ninguna parte.

-Hmm, dónde están los demás?

-Tal vez se escondieron en alguna parte. Ya saben, no eran los más fuertes –dijo un Roger lleno de moretones-. Ay! por qué hiciste eso, Lina?

-Por decir algo así! Sabes que todos somos igual de fuertes!

-Excepto quizás por esos flojos.

-No me digas. Fuiste tú quien necesitó que te salvara. Si no fuera porque arrollé a tus oponentes con mi motocicleta en llamas, seguro que te hubieras echo pipí antes de morir. les habrías ahorrado las molestias a esos robots de pacotilla! Y a mí el trabajo de salvar tu trasero!

-Está bien, está bien! –el Maestro Yo los silenció, atrayendo la atención nuevamente hacia sí mismo y de vuelta al Boogeyman-. Muy bien, amigo, cuál es el problema?

-Esta cosa se quedó sin baterías!

El panda se golpeó la cara con su palma abierta.

-hay cosas más importantes que tu música, amigo! –le gritó Roger, mientras él y Lina depositaban una figura en el suelo.

-Por el amor del Foo, eso es Coop?

-Sí. Bueno, así nos lo entregó Vinnie. –Lina parecía apesadumbrada-. Hablando de él, alguien lo ha visto?

-No. Y Dave? dónde está? –fue el turno de su amigo monstruoso para preguntar.

De repente, pudieron escuchar un ruido ensordecedor a sus espaldas.

-Comando: reconstrucción!

Una voz robótica resonó en sus cabezas, desde alguna parte en el fondo del castillo. La voz no era como la de Zarnot, sino más parecida a la de una mujer.

-No me digan. –Roger se deslizó hasta tocar el suelo.

-Díganme que es una broma –lo secundó Lina, secándose el sudor de la cara.

-No puede ser –dijo Yo, incrédulo-. Le di una paliza Terminal a esa excusa de un robot de Zarnot! El tipo incluso se apagó!

-A menos que tenga algún programa de emergencia por si las dudas –especuló Lina, claramente cansada de esta situación.

Las paredes del castillo retumbaron, antes de comenzar a repararse solas. A su alrededor, pieza a pieza, cada uno de los enemigos que habían conseguido vencer, comenzaron a reensamblarse hasta que parecieron como nuevos, como si nunca los hubieran golpeado o destrozado.

-y ahora qué? –preguntó Roger.

-Y ahora qué?

Dave había vuelto a ser superado. Los soldados restantes, cinco en total, parecían ser más que meros juguetes a baterías.

Tarde había comprobado que tenían cierta inteligencia, ya que descubrieron su estrategia y con sus armas, que probaron ser de buena calidad, cortaron a sus amigos y amigas recién crecidos en pedazos.

-Hmm, no creo que pueda hacer un contraataque con la poca fuerza que me queda.

De repente, se escuchó un fuerte estruendo desde el interior. Los contrincantes del nio árbol se detuvieron por un momento.

-Hmm, eso significa que yo gano?

De repente, la planta carnívora, que era la única aliada que le quedaba, escupió su comida: los dos guerreros estaban casi completamente intactos, aunque ya no tenían sus armas.

La planta abrió y cerró su boca en rápida sucesión.

-Lo siento! La próxima vez, te traeré comida real!

Un par de manos tantearon el borde del precipicio por donde dave había arrojado al resto de los soldados. Luego, fueron cuatro. Después, ocho.

Dave contó: quince. Habían vuelto al principio. Bueno, no exactamente al principio, porque ahora Dave se encontraba al borde del desmayo, tanto por el desgaste de energía como por el renovado pánico.

-Esto es tan divertido! –Terodárticus se lo estaba pasando en grande en su sala de estar.

-No lo sé. Por qué le darías a ese robot inútil un poder tan peligroso? –Eradicus no parecía compartir su entusiasmo.

-Oh, vamos, quién hubiese creído que ese tonto llegaría tan lejos?

-hay algo que no entiendo. Qué fue todo eso del panda y su traje colorido?

Para sorpresa del grupo, fue Bob quien habló.

-te explicarás, amigo?

Eradicus le clavó sus ojos como un buitre.

-Hmm, aunque tengo mis conjeturas, es algo que hasta yo mismo ignoro. Cuando peleamos por última vez, ese idiota utilizó un traje estilizado de la época. Ya saben, como el que usó durante su batalla con Kraggler.

-Dijo que era de su época como estudiante –apuntó Ella, cruzada de brazos.

Ella era quien mantenía funcionando el ojo místico, el cual descansaba sobre sus palmas abiertas.

-Debo admitir que no lo sabía. De hecho, no se los dije antes, pero el panda y yo no llegamos a la academia al mismo tiempo.

-Entonces es verdad! –Eradicus saltó, furioso-. Fuiste alumno de esos idiotas, Ti y Chay!

-Qué importa? Ellos necesitaban a alguien que les construyera su estúpida reja de seguridad. Al final, ni siquiera la usaron, y dejaron la academia desprotegida.

-Te refieres al libro –dijo el grifo.

-Sí. Pero, cuando yo ingresé, Yo hacía al menos una década que se encontraba por el lugar. Sin mencionar que fue entrenado en la magia mucho antes que cualquier otro caballero del que se tenga memoria. El tipo lanzaba rayos y transformaba unas cosas en otras cuando no sabía ir al bao!

Todos se rieron. La tensión se disipó una vez más.

-Quieren callarse por un segundo? Quiero ver cómo los matan –dijo Ella, cubriendo el objeto mágico con una mano.

-hey! No hagas eso! –gritaron los demás al unísono.

-O se callan o apago la maldita cosa.

A regaadientes, todos se callaron.

-Y ahora qué?

Vinnie observó horrorizado cómo el oso robótico, algo deforme ahora por sus nuevas extremidades recién adquiridas, empezaba a alcanzarlo.

Los temblores del lugar dificultaban correr, mientras tanto su oponente apenas se esforzaba; con sus ahora largas piernas prehistóricas, sus zancadas equivalían a cinco pasos del nio.

Era solo cuestión de tiempo hasta que lo alcanzara, y entonces qué?

El grupo reunido, a excepción de Coop, que permanecía inconsciente, se giró, espalda con espalda, para presenciar el regreso de sus enemigos.

-Hola de nuevo, montón de tontos!

Un Zarnot nuevamente completo, cuyos únicos rastros de la pelea anterior eran algunas abolladuras y rayones menores, se les acercó, flanqueado por un centenar de máquinas revitalizadas y listas para su venganza.

-Verán, hay algo que se me olvidó mencionarles. Estos ladrillos? Bueno, instalé un programa de reinicio compartido por si llegaban a destruirme.

-pero cómo? –el grupo estaba demasiado shockeado como para intentar moverse.

-Es simple, en realidad! Todo empieza por las paredes. De modo que, con tal de que sean daadas demasiado, debe pasar un tiempo para que la computadora central busque el programa de reinicio, Y gualá! Toda máquina, artefacto mecánico o robot es restaurado!

-Eso no puede ser bueno –se dijo el Maestro Yo para sus adentros.

-Pues bien! –Roger se tronó los nudillos, preparado-. Estoy esperando devolverles el favor!

-Ya oyeron al nio de carne! Quieren el segundo asalto! Qué dicen, cumplimos con su deseo?

El rugido de un centenar de motores y animales robóticos fue toda la seal que necesitó Zarnot. No tenían que decírselo en espaol. Su familia quería la venganza, y él estaba completamente dispuesto a dárselas.

-Ya saben lo que dicen, la venganza se sirve fría. O, en nuestro caso, con mucho aceite! A ellos!

Los tres aprendices eran los únicos aparentemente con fuerzas para seguir luchando. Yo, por otra parte...

El panda fue a dar el grito de batalla, pero se derrumbó al suelo de rodillas al segundo de intentarlo.

-Maestro Yo!

-No se preocupen por mí! He sufrido peores cosas! Solo no olviden darles la paliza de sus vidas por mí! Pueden hacer eso?

El trío asintió, dejándolo junto al pollo inconsciente. Se apoyó a su lado; Coop yacía ahora sobre el parlante, que permanecía apagado.

-Un momento. Si todas las máquinas en este lugar funcionan de nuevo, eso significa...

La batalla, esta vez, fue mucho más desigual. No duraron ni cinco minutos.

Los vehículos se turnaron para arrollar a Lina, devolviéndole el favor de haberlos despiezado.

Primero, una decena de motocicletas la rodearon, pero se estrellaron entre sí cuando la perrita saltó justo antes del impacto. Una vez sus pies volvieron a tocar el suelo, los camiones la esperaban.

-Podemos hablar sobre esto, amigos?

Un rugido colectivo fue su respuesta.

Llovieron piedras, tierra, escombros y arena. Lina esquivó lo peor, pero pronto se encontró siendo sepultada por varios centenares de kilos de elementos de construcción.

-Déjenla en paz!

Roger estaba dispuesto a ser quien les devolviera el favor.

Su cuerno creció de nuevo hasta tener varios metros, y fue empalando sucesivamente a las bestias mecánicas que intentaron enfrentarlo.

-Quieren más?

De repente, algo lo sujetó por la punta, levantándolo en el aire.

-Conoces la respuesta, chico.

Zarnot lo elevó con él en los cielos, antes de arrojarlo a través del techo abierto, y el ogro se estrelló contra las paredes, antes de impactar contra un Coop aún inconsciente, que se despertó de golpe al sentir el choque.

-Hey, coo, amigo!

Pero Roger era quien yacía inconsciente ahora.

Lina fue arrancada del montón de escombros por un tanque, que la golpeó contra la pared.

El armatoste estableció su distancia, antes de que él y sus camaradas hicieran brillar sus miras infrarrojas sobre su objetivo.

-No lo decía en serio!

Pero nadie pareció oírla.

-Auuuuuuuuu!

Su ladrido derribó a dos de los tanques, pero quedaban cinco, y éstos dispararon con precisión mortal.

Cinco balas gigantes la golpearon directamente en todas partes, haciéndola atravesar la pared y cayendo en medio de una nueva habitación.

-Espera un segundo.

Para su sorpresa, sus enemigos no la siguieron al interior para acabarla. Tal vez creyeron que ya habían ganado.

Arrastrándose como pudo, la perrita alcanzó un estante, que utilizó como palanca para levantarse.

Sus ojos se adaptaron aa la luz. Estaba rodeada por computadoras.

En el centro, la escena que se sucedía la desconcertó.

Lo que parecía ser un torso de de un robot con curvas femeninas, instalado a la fuerza con tornillos, giraba de un lado a otro, como si intentara liberarse.

-Y quedas tú. –Zarnot sonrió ante un panda que resollaba-. Después de acabar con ustedes, iré tras los conejos!

-No. Te. Atrevas. A. tocar. A. Mis. Hijos.

El cuerpo del panda brilló por segunda vez, ahora activando su aura.

-Aura Woo-Foo!

-Bien. Esto será divertido!

La espalda del robot experimentó una transformación. Dos caones aparecieron donde habrían estado sus omóplatos, de haber tenido, antes de adaptarse a sus hombros, a ambos lados de su cabeza, que el robot sujetó con ambas manos para mayor comodidad.

Zarnot presionó sus manos sobre los mangos de ambos caones, buscando los gatillos. De repente, ambas armas se estiraron.

-Adelante, panda. Dispárame con lo que quieras.

-Tú lo pediste!

Yo creó dos esferas gigantes en sus manos y se las lanzó. Para su asombro, Zarnot las enfrentó con dos rayos propios, que neutralizaron su ataque.

-Eso es todo?

Yo siguió disparándole, pero el resultado fue el mismo. Sin importar cuánto lo intentara, el robot simplemente tenía que disparar al mismo tiempo y ambos ataques eran neutralizados al chocar.

-Y apenas estoy calentando. observa!

Zarnot colocó ambas manos sobre las bocas de los caones, los giró y un ruido de recarga recibió su gesto.

-SI ya terminaste, sigo yo.

Antes de que su contrincante fuera capaz de replicar, Zarnot apretó los gatillos, y sendas ráfagas de energía impactaron el aura mágica del panda, que sintió cómo comenzaban a drenar sus fuerzas restantes.

Dos minutos después, un panda humeante y sin aura que lo rodeara, yacía de cara en el suelo, frente al pie del robot, que intentó patearlo.

-maestro, coo, Yo!

Antes de que Zarnot pudiera dar su patada final, un rayo atravesó sus caones, cortándolos a la mitad.

-Genial. Alguien quiere convertirse en pollo asado por aquí?

-No, coo, toques, coo, a mi, coo, maestro!

Arrojando sus armas inservibles lejos, el cuerpo de Zarnot comenzó a brillar.

-Coo, qué es, coo, eso?

-Mi última creación! Ahora tengo la fuerza de tu tonto maestro corriendo por mi sistema!

A pesar de que no era lo mismo que un aura, el metal brillante era lo suficientemente amenazante para asustar a cualquiera.

Coop le disparó un nuevo rayo, que el robot desvió con sus puos.

-Es todo lo que tienes, pollo?

Coop comenzó a retroceder, cada vez más asustado.

Sus rayos no parecían causarle más que algunos rasguos minúsculos en su pecho.

-Entonces voy a disfrutar pateándote a ti primero. Luego, le toca al panda.

El tiempo pareció ralentizarse.

Esta vez, sin embargo, la situación no estaba a favor del pollo.

Su espalda se pegó al parlante místico, ahora solitario.

Zarnot, triunfante, se irguió en toda su altura, con los brazos a ambos lados de su cuerpo.

En otro lugar, Lina procedió a cortar los tornillos que aprisionaban a lo que fuera la cosa que luchaba por escapar de la que supuso era la computadora central.

No tenía el aspecto de ser una computadora común y corriente. Era enorme, no tenía monitor alguno ni el CPU por ninguna parte, y en lugar de un teclado, centenares de botones cubrían su parte frontal. A sus ojos, la cosa se asemejaba más a un ascensor reconvertido que a una computadora.

El torso de robot despiezado, por otro lado, se separó de dicha computadora con un salto, y la misma pareció ofenderse. Hizo un ruido desagradable antes de que sus luces se atenuaran.

-Oye! Espérame! Adónde vas?

Lina corrió tras el cuerpo desmembrado del robot, hacia una dirección desconocida.

Zarnot se tomó su dulce tiempo. Aunque bien podrían haber sido unos diez segundos, para Coop se sintieron horas.

El robot, con una sonrisa maligna, se apoyó sobre su pierna izquierda. Lentamente, su pierna derecha comenzó a elevarse, en un ángulo mortal.

Coop cerró los ojos. A su lado, su maestro yacía inconscientes.

-Despídete!

Algo voló por el aire. O, más bien, alguien.

-Ups. Objetivo equivocado.

En lugar de Coop, Roger había interceptado la patada con su cuerpo, siendo catapultado varios metros en el aire, antes de estrellarse contra el parlante, que volvió a encenderse en ese preciso momento.

-Hmm, quizás su música no sea tan desagradable como creí. Bueno, si tuviera una cámara, supongo que no tendría mejor telón musical para inmortalizar este momento.

El robot simplemente realizó el movimiento inverso. Bajó su pie humeante, lo utilizó como único apoyo y, levantando ahora la pierna opuesta, preparó su patada final.

Solo que nunca tocó al pollo.

Un segundo temblor masivo sacudió el lugar, y Zarnot tuvo que volver a pararse en ambos pies para evitar caerse.

-Qué es esto?

De repente, los sonidos de triunfo de sus camaradas fueron reemplazados por ruidos de pánico. Cada vehículo y bestia aumentada corría por su vida –si tenía una-, escapando de algo.

-Qué les pasa? Dejen de correr!

-Hola de nuevo, amigos! –gritó una voz conocida-. Traje ayuda!

Jobeaux era flanqueado por un ejército de...

-Duendes de juguete? –dijeron todos al unísono.

-Bueno, ya sé que no son goblins, pero son amigos!

Zarnot se dio la vuelta, furioso. En cuanto vio a sus nuevos oponentes, sin embargo, su sonrisa se amplió. Y, sin previo aviso, su risa y la de sus camaradas inundó el castillo.

-Tienes que estar bromeando! Piensas vencernos con un ejército de duendecillos de plástico?

De repente, uno de los sealados saltó sobre el desprevenido Zarnot, mordiéndole el pie.

-Ay, no! Basta! Me haces cosquillas!

-A ellos! –gritó Jobeaux.

Sus nuevos amigos obedecieron.

Aunque no serían cincuenta, se abalanzaron sobre los enemigos, que no estaban preparados para este asalto. Los pequeos y furiosos seres se infiltraron en las cabinas de buena parte de los vehículos. El resto, abordó a las bestias.

-Ja, ja, ja! No puedo parar de reír!

Zarnot se dobló de risa en el suelo, golpeando con sus puos sin control, mientras su atacante era despedido por una patada involuntaria, que lo arrojó a un lado, desarmándolo.

En cuanto sus risas se hubieron calmado, observó, bastante impresionado, cómo la mitad de su ejército había sido derrotado, por segunda vez.

-Esto tiene que ser una broma. Y una de muy mal gusto –opinó el robot, ahora más compuesto y empezando a enojarse.

Sin embargo, sus fuerzas restantes dieron pelea: y, cinco minutos después, Jobeaux era rodeado por varios juguetes robóticas muy enojados. Sus aliados yacían rotos en pedazos a sus pies.

-Buen show, nio. Aunque tengo una duda. Debería reírme o llorar en este punto?

Una gota de sudor bajó por la frente del goblin, que parecía comenzar a ponerse nervioso.

-En fin. Reconstrúyanse, hermanos y hermanas!

Silencio.

-Eh? No me oyeron? Reconstrúyanse! De pie! Los que no tengan pies, enciendan sus motores de nuevo!

Al voltearse, Zarnot observó, desconcertado, que tanto sus aliados como sus enemigos yacían en silencio, mirando algo más allá de su visión.

-Qué están mirando?

Olvidándose por completo del goblin indefenso, Zarnot se abrió paso entre sus filas, hasta llegar al frente.

-Bien, alguien me dirá qué es tan interesante?

Nadie tuvo que responderle.

-Así es como recibes a tu novia, robot destornillado?

La boca de Zarnot cayó literalmente al suelo. Frente a él se encontraba una persona que Zarnot creyó desaparecida.

Una persona que creyó que jamás volvería a ver.

Y por buenas y malas razones, claro.

Zarnot tragó saliva, de pronto tan conmocionado o más aún que todo su ejército.

-Chica Robótica?

La susodicha se erguía a toda su altura, cruzada de brazos y en posición regia. Los tonos rosados de su cuerpo femenino brillaron a la luz del sol de la tarde.

Pero sus ojos no reflejaron el sol.

Reflejaron el rojo de los ojos de Zarnot.

-Quieres explicarme qué rayos es todo este alboroto?

-Bueno... verás... yo...

-Habla de una vez!

El grito de su contraparte femenina hizo temblar todo el castillo, al punto que el mismo Zarnot retrocedió, claramente nervioso. Una gota de aceite se deslizó por su rostro.

-Yang! Recuerdas al conejo apestoso? Nuestro mayor enemigo? Sus amigos han venido a molestarme!

La postura de Bótica, su apodo carioso para ella, no cambió. Su mirada era de acero.

-Si eso es cierto, dónde está él? No lo veo por ningún lado.

-Eh, pues... ahí! Ahí está su novia!

Para sorpresa de todos, Lina acababa de surgir por detrás de Bótica sin parecer asombrada, incluso tenía una mirada de desaprobación en su rostro dirigida a Zarnot.

-Espera. E-ella está contigo? Por qué?

-Te diré por qué –se adelantó Lina, con ambas manos en sus caderas-. Chica Robótica, qué es lo último que recuerdas?

-Hmm, ahora que lo dices... bueno, te recuerdo a ti y a tu estúpido novio golpeándome.

-Es todo? Nada más?

-Acaba con ella, amor! Entonces podremos ser los reyes de un nuevo mundo solo de máquinas!

Su supuesta novia, sin embargo, no pareció oírlo.

-Zarnot nunca te dijo nada de querer construir un castillo y una armada de robots?

-Hmm, no. Pero supongo que...

-No escuches a esa mentirosa!

-Qué tal algo para refrescar tu disco duro?

La perrita sacó una vieja cámara de filmar, con cuatro agujeros a sus costados, al parecer para miembros robóticos que alguien le había quitado, y la encendió al presionar un botón en su parte posterior.

Una luz cegadora obligó a casi todos a cubrirse los ojos y dar marcha en reversa, mientras Lina le enseaba algo a su aliada temporal.

En cuanto todo el mundo se hubo reenfocado, se convirtieron en la audiencia de la extraa película que la perrita estaba proyectando.

Un grito colectivo de pavor y asco cruzó las filas de Zarnot, mientras el mismo líder le sacaba chispas a sus dientes de tanto apretarlos.

Las imágenes mostraban un video vergonzoso, uno que Zarnot había grabado por accidente, y que, pese a todos sus intentos, no había logrado borrar.

-Qué estás haciendod? Zarnot!

En el video, Bótica era atada a una silla metálica y desarmada pieza por pieza por el propio Zarnot.

-Creía que me amabas!

-Te amo, linda! Por eso tengo que hacer esto! Algún día me lo agradecerás!

Los animales robóticos vomitaron aceite, mientras los vehículos salían disparados por todas partes, intentando en vano escapar de las imágenes y sonidos que estaban presenciando.

Los gritos de la chica en el video resonaron por todo el castillo, deteniendo las dos batallas restantes por varios segundos.

El oso robótico que estaba a punto de aplastar a Vinnie, se detuvo, se dio media vuelta y corrió en dirección del escándalo.

-Por favor no me maten! Soy demasiado joven para morir! Quiero decir, ya me han partido en dos antes, pero no en más pedazos!

Los guerreros que rodeaban al pobre Dave estaban a punto de convertirlo en aserrín, cuando los gritos los paralizaron, antes de que ellos también se detuvieran en su ataque y se volvieran corriendo al interior.

-Eh? Sigo vivo?

Como pudo, Dave se arrastró hasta el centro de la conmoción.

-Ahora lo entiendo todo –dijo Lina, apagando la cámara.

-No! No creas nada de lo que te diga! E-el video es una simulación!

-Eres un, coo, monstruo!

-Zarnot! –gritó Bótica, completamente indignada, girándose en su dirección. Sus ojos echaban fuego literalmente.

-P-puedo explicarlo!

-Oh, no te molestes. Yo haré eso –lo cortó Lina, entrecerrando los ojos con severidad-. Necesitabas el chip de un robot para tu programa de reinicio. Por eso desarmaste a tu propia novia, arrojaste sus piezas a una caja, y te quedaste con su chip central: que no estaba en su cabeza, sino en su cuerpo. Menos mal que yo lo liberé.

-c-cómo...?

Zarnot estaba clavado en su sitio, como si acabasen de atornillarlo al suelo.

-Me llevó al sótano, donde encontramos sus piezas faltantes. Ni siquiera tuve que darle una mano. Ella se reconstruyó solita.

-Amiga. No tienes ni idea de lo que se siente pasar de ser la novia de un robot a su secretaria!

-O de blanco de tiro a heladera! –gritó alguien. Era el oso robot, que de repente podía hablar.

-Eh, esto es un error! Un gran error! Por favor, corazoncito, tienes que escucharme!

-Claro. Te escucharé. Y bien? Qué tienes que decir en tu defensa?

Zarnot iba a hablar, cuando dos nuevos estrépitos sorprendieron a la multitud.

Quince guerreros vestidos como viquingos acababan de tirarse al suelo, arrodillándose y volviendo a golpearse la cabeza en el piso de plástico una y otra vez, como si hicieran una reverencia grupal.

El otro sonido, el más alarmante, fue el de un nuevo ejército, marchando hacia el centro del conflicto.

Una treintena de muecas de juguete, ahora de tamao real, pasaron al lado de los soldados de rodillas, como reinas a las que sus caballeros les rinden pleitesía.

-Un momento! Yo las desarmé! Quiero decir, yo les di vacaciones!

-meternos a todas en cajas polvorientas sin pedir nuestra opinión es tu definición de unas vacaciones? –dijo la que parecía ser la líder del grupo.

Era una perrita blanca, con una tetera de acero entre sus manos.

-Esperen! Vamos a charlar!

Zarnot se volvió a sus camaradas, que iban alejándose de él poco a poco, con miradas decepcionadas o faroles en intermitente, expresando ira o asco.

-ya, ya, amigas. No tienen por qué sentirse enojadas. Estoy seguro que mi novio aquí lo resolverá todo.

-En serio? Eh, claro! Yo lo haré!

Mientras tanto, Lina se escabulló entre la multitud, en dirección a su grupo. Los ocho estaban ahora reunidos, e incluso Yo se había despertado y parecía disfrutar del nuevo giro de los acontecimientos.

-Pero tengo condiciones, amor –lo cortó Bótica, alzando una mano hacia sus amigas-. Primero que nada, tendrás que ganarte nuestro perdón. Y algunas de mis amigas están ansiosas por regalarte tus propias vacaciones! Permanentes!

Sin otra seal, las mujeres –robóticas o no- avanzaron con diversas armas en mano: ya fueran sartenes, cucharas, platos o incluso una escoba, todas arremetieron contra el robot atónito.

-Y no lo olvides! le debes a Luna varias tardes de té!

La perrita robótica, encantada, se adelantó al resto y le arrojó su taza de té a Zarnot en la cara. Para su asombro, lo que sintió fluir de ella no era aceite, sino té auténtico.

Como si de hormigas se tratase, los indicios de un cortocircuito masivo descendieron de la cabeza humeante de Zarnot hasta sus pies, mientras su cuerpo se caía en pedazos, justo antes de estallar.

-Por los chips de mi abuelita. Ahora sé por qué desmembré esa maldita cámara.

Tras una potente explosión, solo la cabeza de Zarnot fue visible entre la lluvia de escombros, antes de que las mujeres lo levantaran y se la pasaran cual una pelota de jámbol.

-Oigan! Basta! No soy una pelota!

La cabeza del robot cayó en manos de Bótica, cuya sonrisa juguetona no tranquilizó para nada a Zarnot.

-AH, y te tengo noticias, amorcito. Creo que ahora eres mi ex! Adiós!

Con eso dicho, la Chica Robótica lo pateó al vacío.

-Qué fue todo eso? –decir que el Maestro Yo estaba conmocionado era quedarse corto.

-Un ajuste de cuentas con el amor –le contestó Lina, y la seriedad en su tono no daba lugar a discusiones.

El resto se miró entre sí, antes de asentir. Todos se subieron al parlante, aunque el propio Boogeyman fue sorprendido guardando los instrumentos en su interior antes de partir.

-No tienes ánimos para seguir rockeando, amigo? –le preguntó Roger, obviamente en broma.

-Shh, amigo –lo silenció el sealado, temblando de miedo-. Hay mujeres presentes. Y si a ellas no les gusta el rock and roll? Créeme, Boogeyman no está ansioso por tomar el té con esas seoritas.

Su amigo asintió, pero agregó:

-Creo que nuestra música sí que les gustaría. Quiero decir, somos Rock and Foo, recuerdas?

-Lo dices en serio? –los ojos del monstruo zombi se iluminaron, esperanzados.

-Ejem. –El adulto del grupo llamó su atención, mientras la propia Bótica caminaba hacia ellos-. Quizás necesitemos encontrar una manera de escapar pronto.

-Eso no será necesario, Maestro Yo –objetó Lina, con una pequea sonrisa en su rostro-. Hablé con ella justo antes de venir aquí. Ah, se me olvidó darte las gracias, Jobeaux! Tu ataque con los duendecillos de juguete fue la distracción perfecta para nuestra entrada!

-Eh? Oh. De nada. –El goblin miró para otro lado, sin querer que vieran su descontento.

-No te preocupes, amigo, ya tendrás tu momento –le susurró Dave, antes de recordar algo-. Oh! Casi lo olvido! Tengo que despedirme de una amiga!

De pronto, el suelo a su lado se abrió, y de allí surgió la planta carnívora que había nacido gracias a la técnica del nio árbol.

Para su sorpresa, la planta saltó a sus brazos, moviendo sus hojas en un susurro.

-Qué dices? Quieres acompaarnos? Lo siento! Es demasiado peligroso! Espera. Lo tengo! Puedo dejarte en mi casa antes de nuestra batalla!

-Dave? Puedes entender lo que dice esa cosa? –Lina estaba perpleja.

-Sí! Ella dice que se llama Carni! Y que quiere ser mi nueva hermanita!

-Solo recuérdale que no se me acerque. Soy alérgico a las plantas asesinas –dijo Roger, estremeciéndose.

-Llevarla a tu casa? –saltó Vinnie, algo inquieto.

-Es cierto! No tenemos tiempo para eso ahora! –acotó Jobeaux.

-pero...!

-Nios, nios –su maestro levantó sus manos, intentando calmarlos-. No tienen por qué preocuparse. Puedo telefooportarla a casa de Dave. Solo denme un segundo.

-En serio? Gracias, Maestro Yo!

-Todo sea por la familia –dijo él, preparando el hechizo.

Mientras tanto, el resto observó a la mujer robot acercárseles e intercambiar algunas palabras con su autoproclamada líder.

La mujer rosa asintió, antes de alejarse con una media sonrisa.

-Qué te dijo, Lina? –Jobeaux estaba intrigado.

-Ah, nada importante. Solo le dije que, si Zarnot regresa, lo arroje a una caja con un candado electrónico.

-Qué hay de mis amigos? Ellos...?

-Nah, ellos estarán bien. Al parecer, Luna se lleva de maravilla con esos amiguitos tuyos. Supongo que, en cuanto limpien este lugar, se encargarán de su... mantenimiento.

-Eso espero –dijo el goblin, no del todo convencido.

-Hmm, supongo que comenzamos con la pata equivocada. Podemos olvidar todo este lío y ser amigos?

Vinnie y un oso robótico nuevamente completo con sus miembros originales, se encontraban charlando animadamente. El robot se llamaba Rodolfo, y era más amable de lo que hubiera imaginado.

-Oigan, ustedes! –dijo el Boogeyman, saludando a los esqueletos-. La próxima vez haremos una fiesta sólo para zombis! Qué me dicen?

El grupo de esqueletos, algunos con más huesos que otros, asintieron de acuerdo con cabezas y costillas.

-me deben una revancha –dijo Roger, mirando a un grupo de vehículos con hostilidad mal disimulada.

Todos bajaron y subieron sus ventanillas, como si imitaran el encogimiento de hombros de una persona de carne y hueso. Roger sonrió, encogiéndose de hombros a su vez y uniéndose al resto.

-Oh, coo, gracias! –Coop parecía algo nervioso, mientras un par de aviones le entregaban un traje de plumas recién fabricado-. Está bien, coo, quiero decir, coo, no importa si, coo, son sintéticas. Volverán a crecer de, coo, todos modos.

La fuerza aérea de juguete se alejó, esta vez para vigilar los cielos en torno al castillo.

-Sin rencores, muchachos?

Los guerreros, que acababan de cambiar sus vestimentas de batalla por delantales y ropa de trabajo, y sustituido sus armas por escobas y otros elementos de limpieza, miraron a Dave como si fuera la primera vez que lo veían, y asintieron.

Algo chocó con su cabeza, y el nio de madera se giró para ver lo que parecía ser una espada de juguete echa de madera, justo a su medida.

-Oh, gracias?

-ya podemos irnos! –anunció Yo, reapareciendo en la cima del parlante mágico.

El grupo de aprendices lo siguió, mientras el ejército de juguetes vivientes los saludaban por última vez con un concierto silencioso de luces y agitar de alas, manos y cabezas.

-Ah! Claro!

El Boogeyman sonrió, aplaudiendo.

El parlante gigante se volvió invisible al tiempo que se disparaban al cielo por segunda vez ese día.

-Ahí va una chica fuerte. Y con el corazón en el lugar correcto –dijo Bótica, aún con su mano en el aire.

-Y un grupo disparejo de caballeros –la secundó Luna, la perrita blanca.

-Y su árbol. Espero que lo rieguen con frecuencia –dijo otra chica, una leona rosa.

-Pero la madera no se arruina si se moja? –preguntó Luna, confundida.

-créeme. se no –apuntó la misma chica, una sonrisa misteriosa adornando sus facciones.

-Quién les dijo que podían descansar? Sigan trabajando! Este castillo no se va a limpiar por sí solo!

Ante la orden de Robótica, los seres masculinos continuaron con sus labores.

-Creo que sigo prefiriendo a Zarnot. Al menos él no nos hacía limpiar su desastre –se quejó Rodolfo, pero se calló ante una mirada de advertencia de un águila que supervisaba a los animales.

N/A: originalmente, había planeado acortar la parte de la batalla con Zarnot, pero supongo que, al final, éste es el giro que acabé dándole. Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo!

N2: es posible que esté subiendo el cap 14 antes de navidad o para ao nuevo. Sin embargo, es solo una posiblidad.

Aprovechen la inspiración mientras dure! Quiero decir, mientras me mantenga cuerdo! XD

Yin y Yang (en los créditos): qué dijiste? Vas a subir un capítulo especial para las fiestas, verdad?

Brick: quién les pidió su opinión?

Yin: vamos! No seas malo!

Yang: hmm, por qué no aparecemos en este capítulo?

Brick: Oh! Miren la hora! Se nos acabó el tiempo de transmisión! Y no quedan más créditos!

Yin y Yang: Noooooooooo! Espera!

Brick: Lo siento, gente! Son un público excelente!

Yang: No es justo! Tú tienes más tiempo que nosotros!

Brick (sin prestarle atención): Hasta la próxima!

Yin: Y felices fiestas!

Brick: Ya les dije que no se adelantaran! Primero, Hay que pedirle permiso al autor!

El autor: hasta pronto!

Brick88