Till we meet again…

Los personajes y la trama pertenecen a Hayao Miyazaki y al Studio Ghibli. La peque?a historia es mía.

Pase muchos a?os sin escribir y de pronto apareció esta idea, espero de todo corazón que les guste.

Sus comentarios son mas que bienvenidos


La oscuridad de la noche caía como un manto sobre ellos, y no cabía duda que en cualquier instante las lámparas iluminarán su camino. En medio de un viaje con sus padres, agotados por el trayecto y sin poder sentir del todo sus piernas, acabaron vagando por un peque?o pueblo, a simple vista abandonado, en búsqueda de algún lugar para cenar y pasar la noche.

El lugar parecía un pueblo fantasma, sacado de algún viejo cuento para ni?os, y Chihiro no podía dejar de pensar en quienes habían vivido aquí, sus historias.

Podía imaginar miles de ellas.

A un padre y su hijo peque?o con ca?as de pescar cerca del lago, riendo sin parar y sin ser conscientes del tiempo, de tareas pendientes o sin reflexionar en su propia existencia; Una pareja de ancianos caminando de la mano por el mercado, robando la mirada de todos, envueltos por el profundo amor que se tienen el uno por el otro, demostrando que los finales felices sí existen; Ni?os corriendo entre las personas, recorriendo el mismo camino que ella estaba haciendo en esos momentos, jugando sin preocuparse de nada más que de ganar y divertirse.

Sentía como su alma era inundada por la infinidad de posibilidades que había impregnadas en este pueblo.

- Cari?o, no te quedes atrás.

Sin darse cuenta sus padres se habían adelantado a su paso, y la voz de su madre la trajo de nuevo a la tierra. Despejo su mente y corrió hasta ellos.

- ?Qué dices linda? ?No te encanta este lugar? - preguntó su padre, asombrado por la belleza a su alrededor.

No sabía que contestar, Chihiro sentía algo extra?o. Con cada paso que daba, le inundaba la sensación de ya haber estado en este lugar. Como un Deja Vu.

Un recuerdo de otra vida.

- ?Miren toda esa comida! Es imposible que este lugar este vacío - dijo mientras extendía sus brazos hacia los locales.

Y su padre tenía razón, no podía encontrar una razón lógica más que la presencia de lugare?os. Pero Chihiro no quería comer, necesitaba saciar su curiosidad sobre este misterioso lugar.

- ?Voy a adelantarme! Quizás logre encontrar a alguien - dijo la adolescente, sin querer confesar que ese no era su único motivo. El pueblo la llamaba a gritos, pidiendo que lo recorriera.

- Muy bien Cari?o, pero no te alejes demasiado.

Luego de asentir a su madre, emprendió su camino, intrigada. Cuando ya había recorrido un tramo largo noto que poco a poco la luz comenzaba a hacerse presente mientras los faroles se encendían. Pero eso no significaba nada, a comparación de lo que tenía lugar ahí.

Como si fueran una ilusión, ante Chihiro aparecieron gradualmente miles de criaturas, algunos con cuerpos robustos y máscaras, otros más peque?os y algo peludos. Todos ellos caminaban entre ella, como si ni siquiera la notaran.

Lo único que consiguió hacer en ese momento fue correr hacia uno de los locales, un poco menos iluminado en comparación con los demás, con la esperanza de encontrar un escondite hasta que encontrara a sus padres de nuevo.

Pero luego ocurrió.

Peque?as motas de hollín, extremadamente oscuras, con dos grandes ojos y largas y delgadas piernas aparecieron.

La adolescente se frotó los ojos, esperando que su vista, cansada por el viaje, le estuviera jugando una mala pasada. Pero no, ahí estaban.

Salían de los rincones de la peque?a tienda de comida, y flotando se esparcieron por el espacio. Cuando notaron a la casta?a, fueron directo hacia ella. Soltó un peque?o grito ahogado, tratando de retroceder, pero la rodearon antes de que pudiera moverse. La adolescente no tenía escapatoria alguna.

- Susuwatari - Chihiro sintió un escalofrío recorrer cada centímetro de su cuerpo, erizándola por completo. Esa voz…Ella conocía esa voz, tan aterciopelada y dulce…

Levantó la mirada para encontrar unos ojos color verde observándola, acompa?ados por una ligera sonrisa en los labios y un liso cabello casta?o. Se quedó sin palabras. Era el… ella ya conocía al joven delante suyo, sin duda alguna. Solo había un peque?o detalle. Nunca lo había visto en la vida real, él tenía la costumbre de ser un elemento constante en sus sue?os.

- Tu… - apenas pudo susurrar Chihiro. Estaba tan sorprendía que no era capaz de articular una sola palabra. De inmediato sintió algo subiendo por su pierna. Era una de las motas de hollín.

- Intentan alcanzar los caramelos que tienes en tu bolsillo.

- ?Que? – estaba asombrada, ?cómo él supo que había en su bolsillo? - ?Quieres esto? - preguntó a la peque?a criatura mientras sacaba los kompeitōs que tenía para mantenerse despierta durante el viaje. El peque?o susuwatari dio peque?os brincos hasta tener en su posesión uno de ellos. Chihiro lentamente dejó caer sus rodillas al suelo, para extender su mano a las demás motas de hollín. - ?Como? ?Cómo supiste que buscaban esto?

El chico le regaló una sonrisa. La ni?a estaba pasmada. Con ese simple gesto él le transmitía tanta paz, quietud, bienestar. Empezó a caminar en dirección a la casta?a y se apoyó en sus rodillas para acortar la distancia que los separaba.

- Chihiro, no me digas…. ?Te olvidaste de nosotros? - Soltó esas palabras con su sonrisa aún intacta.

Y como si sus palabras fueran un balde de agua helada, estás la dejaron congelada en su lugar. Miles de recuerdos se disparaban en su mente. Su tiempo trabajando en la Casa de ba?os. Lin. Kamaji trabajando en el caldero junto a los Susuwatari. Yubaba y su hermana Zeniba, el Sin Rostro...

Eso… eso era un sue?o, ?verdad? Tenía que serlo. No, ella realmente había vivido todo eso, por más loco que se escuchara. Y él… ?Cómo sería capaz de olvidarlo? Siempre estuvo a su lado, ayudándola cuando estaba sola en el mundo de los espíritus. Incluso estuvo para ella cuando cayó en ese río en su infancia. Nunca lo olvido, siempre estuvo viviendo en sus sue?os.

- ?Kohaku...? ?Eres tú?