Esta es la historia de cómo destruí el corazón de la persona que más me amó en la vida.

Hace muchos aos sé que Makoto está enamorado de mí. Lo sé desde que somos nios, incluso desde antes que Makoto se diera cuenta. Siempre pude sentir sus ojos sobre mí, su mirada solitaria cuando me veía con Rin, su sonrisa triste cuando sabía que de alguna forma no podía alcanzarme y por sobre todo, podía sentir el calor de su tonta sonrisa cuando disimuladamente tomaba mi mano. Al principio quise fingir que no lo notaba, intenté mantener nuestra relación como una bella amistad, pero… a lo mejor me dejé consentir más de lo permitido.

Incluso ahora puedo recordar, cuando éramos nios, solía no llevar paraguas cuando íbamos a la escuela, me gustaba sentir el agua caer sobre mi cabeza. Makoto siempre secaba mi cabello los días de lluvia, su cabello es más rígido que el mío, más claro y en ese entonces más largo, sin embargo, para él mi cabello era el más hermoso que habia tocado. A veces, mientras el cálido aire del secador hacia su trabajo me quedaba dormido profundamente en su regazo, al despertar, podía sentir el corazón de Makoto latir como loco, abrumadoramente, si bien me incomodaba un poco, fingía no notarlo.

Recuerdo que muchas veces me quedé a dormir en su casa, mis padres viajan mucho por trabajo y una vez que mi abuela murió, los Tachibana me acogieron en su hogar, me alimentaban y a veces veíamos películas y jugábamos con los pequeos bebes Ran y Ren, al igual que él, su familia es muy cálida y amable. Makoto siempre le ha temido a la oscuridad, asi que mientras dormíamos se aferraba a mi cuerpo inconscientemente, jalaba mi ropa y se acurrucaba en mi espalda. l siempre ha tenido un sueo muy profundo, contrario a mí que me despierto al menor ruido, habla en sueos, algunas noches lo escuchaba susurrar mi nombre.

Podría contar las veces que fingí no notar los sentimientos de Makoto, cuando tomaba mi mano los días de nieve, cuando compartía conmigo la mitad de su helado, cuando engaaba a sus compaeros sobre que tenía un compromiso familiar para no jugar con ellos y regresar conmigo a casa, cuando llevaba más ropa de la necesaria solo para al final del día poder prestarme una bufanda, sus guantes o su chaqueta. Todos esos detalles que las chicas de la clase amaban, me hacían notar que mi mejor amigo tenía otro tipo de sentimiento floreciendo dentro de él. Mientras él no se diera cuenta, yo fingía no notarlo.

A veces, podía notar como me observaba nadar, se quedaba tan quieto y silencioso, que solo se escuchaba el viento meciendo su pelo, el sonido de las hojas cayendo al lado del cerezo del jardín, y el balanceo del agua a mi alrededor, verlo en ese estado me molesta. Nunca me ha gustado ese Makoto silencioso, lo detesto, no puedo saber qué es lo que piensa con claridad, solo sé que algo le preocupa y me enoja. Me molesta que no se dé cuenta de lo transparente que son sus ojos y como reflejan cada uno de sus sentimientos, por otro lado, me da miedo lo sombrío que puede ser cuando está en ese estado.

Tambien puedo ver claramente como sufre cada vez que Rin está cerca, hace poco entendí el motivo, sin embargo, él nunca me ha dicho claramente que es lo que siente respecto a esto, solo puedo observar cómo su tierna mirada infantil se oscurece y su sonrisa se fuerza más de lo que me parece aguantable. La sonrisa de Makoto lo define, es dulce, cálida, amable y tierna, tal como lo es él, nadie puede resistirse a ella, pero la falsa sonrisa de Makoto es triste, dolorosa, silenciosa.

Siempre he creído que la sonrisa de Makoto es tonta, no de una manera ofensiva, solo… tonta. Muchas veces ver su sonrisa me tranquiliza y me reconforta, me hace recordar el pasado, cuando éramos nios y jugábamos en el parque que está cerca de nuestras casas. Tambien me recuerda que no estoy solo y que él estará siempre ahí para mí, me hace sentir protegido, de una u otra forma me da seguridad. La sonrisa de Makoto es simple, es feliz con cosas muy pequeas, como cuando cocino para él o cuando observa un gatito jugar en la calle. No sé qué más decir, Makoto es Makoto, siempre ha estado ahí, es raro que ya no esté en mi lado… se siente solitario.

Hace más de seis meses que no sé nada, desde que llegué a entrenar a América no he hablado con él ni una sola vez, antes hubiera sido impensado no hablar con Makoto por más de una semana, pero ahora es distinto, cambió su número de contacto y no me atrevo a pedirle a los demás que me lo den. Tampoco he sabido nada de lo que está haciendo, los chicos rara vez me hablan de él y cuando lo hacen, siempre es por casualidad, cambian de tema rápidamente y yo intento no dame cuenta. No me atrevo a preguntar nada, deseo saber si está bien, si está comiendo bien, si aún me ama… si me odia, pero no soy capaz de preguntar.

Preguntará Makoto por mí?

Se que soy un miserable, sé que no vale la pena preguntar porque no me dirán nada, en realidad no tengo derecho a hacerlo, fui yo quien decidió sacarlo de mi vida. Desde ese día sólo hablo eventualmente con Ikuya y Rin, tampoco es como que hablara mucho con el resto, aunque Asahi y Nagisa querían hablar conmigo al principio, Kisumi y Rei se molestaron mucho con ellos y desde ese día preferí no hablarles y no causarles problemas. Han pasado 6 meses y aun están molesto, aunque entiendo el motivo.

Ese día en el aeropuerto hubo un gran escándalo, recuerdo a Kisumi sosteniendo a Asahi, quién estaba muy enojado, gritando como jamás lo habia visto, recuerdo el calor en mi mejilla y la sangre en mi boca por culpa del golpe que me propinó el idiota de Yamasaki, recuerdo a Rin entre él y yo, posteriormente Yamasaki tomó a Makoto del brazo y se lo llevó. Pero recuerdo particularmente un momento, cada detalle, cada sonido, cada color, recuerdo la cara aterrada de Makoto, su perfecto rostro estaba pálido, sus ojos estaban fijos mirando a la nada, sus labios semiabiertos temblaban, creo que estaba completamente destruido, como si hubiera recibido la peor noticia del mundo, sin embargo, no derramó ninguna lágrima, estuvo inmóvil durante unos segundos que me parecieron eternos.

Hasta hoy recuerdo sus últimas palabras, mientras Yamazaki lo arrastraba lejos de mí, Makoto susurro una frase que hasta hoy me duele, deseo olvidarla, pero hay noches en que lo escucho en mi cabeza, una y otra vez… "lo siento", por qué lo siente?, fui yo quien lo hirió, fui yo el que le dijo todas esas cosas, fui yo quién soltó su mano, fui yo, todo el tiempo fui yo. Idiota, ese lindo e inocente idiota me molesta, por qué debe ser así?

Esta maana me quedé en la baera mucho tiempo, creo que estuve hasta que fue lo suficientemente tarde como para llegar justo al inicio del entrenamiento. En maanas como estas, recuerdo a Makoto tomando mi mano para ir a entrenar, al colegio, a jugar, de compras y me doy cuenta que él está en todos mis recuerdos, en todos los lugares, en todos mis momentos, en todos mis pensamientos.

Lo extrao.