Este capítulo hace referencia directa al episodio final de la segunda temporada de la Ley de Milo Murphy, "Esfera y repulsión en el espacio exterior". Te recomiendo que la veas si es que estás dispuesto a leer este fanfic. Advertido y bienvenido seas.
Otro dato importante es que los corchetes [ ] representan una canción.


[ (Opening:)
... Hay un gran sol ...
... Astros también ...
... De nuevo camino y me veo bien ...
... Una galaxia para explorar ...
... Aprender astronomía para variar ...
... [Whoa...] ..
... Este es un viaje especial ...
... Y yo sigo sin estar aburrido ...
... Mi universo es divertido ...
... [Whoa... Es muy divertido] ..
... Y yo sigo sin estar aburrido ...
... Mi universo es divertido ...]


Es mi universo muy divertido.

El Regreso a Casa.

??Octalianos por doquier!? Morados, rosas, amarillos, verdes, azules; quizá habría por lo menos uno para cada color existente. Un enorme grupo de estos seres alienígenas se encontraban reunidos al rededor de una calamidad, una calamidad con nombre y apellido: Milo Murphy. Para ser justos, no era su culpa ser una imán de desastres con patas. No era su culpa ser heredero de la maldición Murphy. No era su culpa irradiar iones de probabilidad negativa a su al rededor, sin embargo, las cosas malas le seguían pasando a él y a los seres que lo rodeaban. A pesar de ello, poseía esa capacidad única e inigualable de adaptarse ante cualquier situación que lo transformó en una persona única en el universo y como tal, fue "reclutado" con tosca amabilidad por el pueblo de Octalia. Se convirtió entonces en el primer ser humano en pisar una nave Octaliana... O dos... O seis... También se convirtió en el primer ser humano en romperse diecisiete huesos a la vez y al mismo tiempo, el humano que más rápido se ha recuperado de un hueso roto. Digno para "El libro de los récords inútiles" de la tierra... Lástima que ninguno de los presentes contara con cobertura intergaláctica.

Milo, apodado por cierto chico de cabello de obsidiana como "El Grande", se despedía gentilmente del pueblo de Octalia presente, no sin antes dar un peque?o recordatorio.
Necesito que todos recuerden que a veces las cosas saldrán mal...— Pronunció con una mirada de determinación y un dedo alzado hacia al cielo. —... pero no teman, pueden enfrentarlo juntos, sin miedo.

La multitud apuntó a alzar sus brazos y otorgar un leve pero decidido aplauso con sus gelatinosos tentáculos para finalmente hacer que el cielo retumbara con un estruendoso "?SI!"

?Sin miedo?— Preguntó la chica pelirroja con tono mordaz a la vez que volteaba a ver a su amigo Zack, en ese momento lo único que pasaba por su cabeza eran todas las desconcertantes aventuras que los tres amigos habían vivido desde que el ex miembro de los Le?azacks había llegado a sus vidas. Sin embargo, sus recuerdos se vieron esfumados al percatarse de que aquél chico de piel oscura utilizaba su brazo para rodearla, quedando la mano del muchacho sobre su propio hombro.

Sin miedo.— Reafirmó aquél joven imprudente, solo para percatarse horrorizado de lo que acababa de hacer. Ambos chicos abrieron los ojos como platos al unísono y sus miradas se encontraron breve mente —??Qué rayos acabo de hacer?? — Dicha frase sonó en su cabeza mucho más rápido que un parpadeo. Avergonzado, retrocedió un poco para marcar distancia entre ellos y volteó la mirada hacia otra parte — Oh... Ah... Eh... — Definitivamente el miedo había regresado a su mente, su mano derecha comenzó a jugar con su cabello y su mirada definitivamente no quería volver a encontrarse directamente con la de la chica ojiazul. —?Por favor no me pegues? — Sin poder pronunciar una palabra, y a la expectativa del rumbo que tomaría ese momento bochornoso, quedó nuevamente anonadado al percatarse de un suave contacto... —?Es muy suave para ser un golpe... y lo siento en mi meji... oh no?

En cuánto el contacto entre ellos cesó, aquella impulsiva adolescente se dispuso a continuar su camino y abordar su medio de transporte, exhausta de la gran aventura que acababa de vivir. Zack, por otra parte, quedó igual de congelado que el pobre de Cavendish cuando lo encontraron encerrado en una de las trampas Octalianas. Su mirada se perdió en el vacío durante un poco menos de un segundo con mil preguntas que rondaban en su psique —??Será que ahora yo le gusto?... ?Creerá que le gusto?... ?O qué ella me gusta a mi?... Un momento... ?A mi me gusta ella?... ?Ese ornitorrinco con sombrero tiene cuenta bancaria?... ?Alguien más vio lo que ella acaba de...?? — Giró su cabeza rápidamente hacia atrás para verificar que nadie lo haya visto, y de forma inmediata se dispuso a regresar su cuello a su ángulo habitual, sin embargo, a medio camino, se percató de que una sonrisa inocente perteneciente a un chico de pie su lado que apuntaba hacia él directamente, con sus ojos fijos en él. Milo había presenciado ese momento directamente, y para desgracia de su amigo, notó inmediatamente el desconcierto en su rostro. En ese momento su sonrisa evolucionó en una sonrisa picara, y su portador realizó un ademán con su mano y sus labios imitando burlonamente al beso que acababa de recibir.

Zack estaba sorprendido, retrocedió un poco al notar la acción de su amigo —??Milo sabe como burlarse de alguien?... ??Milo se está burlando de mi?!?— Su entrecejo se frunció demostrando que aquella burla no le provocó ninguna gracia y con un rápido movimiento alejó a su compa?ero lo más lejos que pudo. —?A la nave, sabelotodo!

Milo realizó otro gesto burlón tan pronto como se percató de la molestia de su amigo y de la misma manera que el resto de la tripulación, ascendió sobre la rampa de abordaje. Luego ocurrió todo ese asunto de Cavenrrinco y la plebe... —?Yo no pienso que seas una abominación? — Milo se compadeció al ver como aquella cruza entre humano y ornitorrinco se deprimía ante el desprecio de la gente.

Muy bien..— Comenzó a decir el viajero en el tiempo Vinnie Dakota —...vamos a casa por un sandwich de verdad.

Los motores de su nave espacial color morado se pusieron en acción, y sus mecanismos de elevación iniciaron la actividad de marcar distancia entre el suelo y ellos. —Si, será bueno volver a nuestro planeta— respondió con notoria felicidad aquél chico Peligro —Dónde solo hay que enfrentarnos a la ley de Murphy.

Sus benditas palabras tuvieron un efecto premonitor, puesto que los impulsores principales y los de emergencia de dicha nave, salieron disparados contra el suelo cuales casquillos de un arma. —Ups, creo que necesitaremos otra nave— Al momento de terminar de decir esa oración, como si de un dibujo animado se tratase, la nave comenzó a precipitarse contra el suelo. Todos en ese instante entraron en pánico, y quedaron atrapados por la fuerza de la gravedad, que de inmediato actuó sobre ellos, aplastándolos en contra del techo de la nave, solo era cuestión de tiempo para que la nave tocara suelo y se despedazara por el impacto.

Milo recordó breve mente su primer encuentro con los Octalianos, cómo pensó que se lo querían comer, cómo fue que su nave terminó estrellándose en la tierra y cómo él salió disparado fuera de ella. Fue la primera vez en toda su vida que pensó que no lo lograría, que la ley de Murphy había triunfado y que su vida terminaría en ese preciso instante. Sin embargo, contaba con la dicha de tener amigos y aliados bastante competentes y capaces como era el caso en la situación actual.

?QTQTQTQTQTQ!— Exclamó Perry el Ornitorrinco

Dice que nos sujetemos a él o qué no entiende la paradoja de Schr?dinger, no estoy muy seguro— Respondió el científico con bata blanca.

Todos rápidamente formaron una cadena de seres humanos/ornitorrincos/ornitohumanos y con Perry a la cabeza quién rápidamente sacó su mochila cohete y su lanzador de ganchos. Su habilidad fue impresionante, ya que utilizó el lanzador de ganchos para hacer un enorme hoyo en el techo por el cuál, la cadena human... Los amigos de Milo salieron y quedaron flotando en el aire, sujetando con todas sus fuerzas al miembro del equipo que tenían arriba de si mismos.

La nave se estrelló estrepitosamente contra el suelo, no obstante, y por fortuna, no había Octalianos cerca del área del impacto. Perry sabía que lo máximo a lo que había forzado su jetpack era a un ornitorrinco, un adolescente humano y un perro, y en ese momento su concurrencia actual era de tres humanos adultos, tres adolescentes, un perro, un ornitorrinco y una abominación, sumado a la ley de Murphy. Solo era cuestión de tiempo para...

?NUEVAMENTE NOS CAEMOS!— Zack se encontraba en un estado de pánico total por lo que se aferró al chaleco color tinto de su amigo con todas sus fuerzas, cerrando los ojos debido al miedo. Milo al percatarse de esto, rodeó con su brazo a su amigo que lo mantenía prisionero para tratar de tranquilizarlo al tiempo que buscaba algo en su mochila: Un cubo color morado con un cordón negro. Milo tiró del cordón con sus dientes, puesto que su brazo estaba inmovilizado por el momento. Dejó que la gran colchoneta cayera debajo de ellos mientras se inflaba para poder aterrizar en grupo encima de ella, amortiguando la caída de todos excepto Dakota, cuya caída fue amortiguada directamente por Doof que fue el primero en tocar tierra.

Quítate de encima, Redfoo— Ordenó inmediatamente el farmacéutico, cuya voz se escuchaba distorsionada por el hecho de encontrarse preso sobre la colchoneta.

?Están bien todos?— Milo volteó a ver directamente a su mejor amigo Zack, quién aún se encontraba con los ojos cerrados y temblando por la caída, verlo en esa posición tan vulnerable le provocó un sentimiento de extra?eza por lo que trató de apartarlo de sí —Ya estamos en tierra Zack, ya puedes abrir los ojos y soltarme— le dijo con su amabilidad habitual.

El chico con el pre-infarto abrió los ojos rápidamente, dejó de temblar y se percató de que nuevamente su cuerpo había actuado por sí solo. Aún se encontraba aferrado al pecho de Milo y todos a su alrededor lo miraban fijamente. Dicha escena no le favorecía para nada a su nueva actitud despreocupada, por lo que optó por retomar la compostura lentamente , sintiendo como las miradas de todos lo seguían. — Je je je... ?Buscamos... otra nave?

El silencio fue absoluto durante poco más de cinco segundos.

Bah, que incomodidad tan absurda— Cavenrrinco terminó de manera irónica con el momento incómodo.

Todos se pusieron de pie y comenzaron a caminar de regreso, puesto que habían 'aterrizado' un poco más lejos de las afueras de la ciudad. Cavendish lideraba al grupo caminando hasta adelante mientras miraba con una mezcla de interés y repulsión a su mitad clon mitad ornitorrinco y escuchaba las tonterías que su compa?ero de equipo y mejor amigo decía. En seguida de ellos, Doof le contaba a Milo, quién cargaba a su maravilloso perro Diogee en brazos, sobre cómo una maceta con sombrero había frustrado su plan de lanzar un hueso gigante por toda la ciudad o algo así... con Perry el Ornitorrinco siguiéndolos de cerca y hasta atrás de la caravana se encontraba un apenado Zack y una poco sorprendida Melissa, quién estaba preparada para mofarse de su amigo.

Con que... "Sin miedo"... ?Verdad?— preguntó en un tono sarcástico, ante sus ojos, volvía a ser el Zack miedoso que conocía, cuya actitud le provocaba risas.

Detesto las alturas— Zack debía defender su honor, si bien, sus sentimientos hacia Melissa se habían puesto en duda a lo largo de esta misión de rescate, a tal grado que incluso un mamífero que pone huevos dio su se?al de aprobación, esa clase de comentarios le hacía recordar por qué aquella chica funcionaba mejor para él como su amiga. Un momento, pero fue ella en primer lugar quién le dio un beso en la mejilla, eso significaba qué ella si sentía algo por él ?Verdad?. Una de sus posibilidades era recordarle ese peque?o detalle para poder desviar la conversación, sin embargo, es una chica, sus se?ales no son muy claras como las del resto de su especie. Podría quedar peor parado de lo que ya estaba. —También detesto caer de las alturas y salir herido.

?El nene le tiene miedo a las alturas?— Definitivamente no soportaba la actitud de su amiga cuándo se ponía en ese plan.—?Sabías que Milo también cayó de una gran altura hoy y se rompió varios huesos? Aún así no se puso en modo gallina cuándo caímos de la nave

Con molestia visible en el rostro se dispuso a adelantarse para reunirse con Milo y Doof, por lo menos su plática sonaba interesante, a sus espaldas, aún podía escuchar una leve risa a sus espaldas. —Hola Milo ?De qué están hablan...?

Shhhh... Aquí viene la parte interesante

Entonces...— Doof se disponía a terminar su historia —Ahí estoy yo, cayendo desde una monta?a de basura, pasando por un contenedor lleno de pegamento y termino sujetándome una tornamesa, los discos se quedaron pegados a mis manos, y todos los adolescentes me estaban mirando, furiosos porque la música paró. Fue muy vergonzoso, pero al final, gracias a Perry el Ornitorrinco, terminé dando un espectáculo decente, y Vanessa me dijo por primera vez que cree que soy cool. — Dirigió su mirada con una sonrisa a su amigo animal —Gracias Perry el Ornitorrinco

Perry le respondió con una sonrisa y un pulgar arriba.

Que gran historia, Doctor D.— Milo agradecía poder distraerse de la situación actual y a decir verdad, Doofenshmirtz era una de las personas con más historias retrospectivas interesantes que había conocido.

Aunque no me pude enterar de la historia completa, sus discos pegados me recuerdan una vez que... — Zack nuevamente fue interrumpido por la voz de Milo, esta vez, con un tono un poco frío.

Será mejor que nos cuentes después Zack, ya vamos a llegar a la ciudad

Zack lo miró con un dejo de tristeza en su rostro —Est...Está bien— Definitivamente hoy no era su día

Doof y Perry, por su lado, intercambiaron miradas, una confusión muy obvia los atacaba, jamás habían escuchado ese tono de voz de parte del chico más amable del mundo.


?Esto no es posible! ?Ya llevamos aquí más de una semana! ??Cuándo podremos regresar a la tierra?! — Definitivamente Cavendish había perdido toda la paciencia que le quedaba.

Relájate hermano, por lo menos aquí tienen comida decente. Mira, gónadas de Blerburb asadas con Mortilla y jugo de Abelix

Eso es sumamente asqueroso, Dakota

?De qué hablas? Es una delicia

?No sabes lo qué es una gónada?

A decir verdad... no...

Son...

El grito de Dakota se escuchó hasta el otro extremo del taller, donde el resto de la tripulación Murphy y asociados se encontraban trabajando en otra nave espacial... La número quince. Todos voltearon desconcertados para asegurarse que él sujeto de la ropa deportiva estuviera bien y continuaron con los trabajos de reparación.

Un total de quince naves fueron utilizadas él transcurso de esa fatídica semana para tratar de regresar a los terrícolas a su planeta, sin embargo, ninguna logró siquiera salir de la atmósfera de Octalia. Un mezcla repentina entre la ley de Murphy y la inadorosidad de Doofenshmirtz provocaron una divertida secuencia de intentos fallidos. Explosiones, naves que se encogen y son transportadas al microverso, aves en las turbinas, termitas alienigenas de metal y el uso accidental del antiaeronaúticoinador (sobre toda la flota Octaliana por cierto) los acababa de dejar prácticamente a un solo intento de volver a casa. Por lo que ahora centraron todos sus esfuerzos en reparar la nave menos da?ada (Que irónicamente solamente tenía da?ados los circuitos de encendido) y hacerla a prueba de la ley de Murphy. Decenas de generadores de emergencia, tubos de refrigeración, circuitos de emergencia, secuencias de propulsores multietapa, todo para garantizar con éxito su regreso a la tierra.

El trío de chicos y el ornitorrinco se hallaban sumamente preocupados, sus familias no sabían en donde estaban y para ellos llevaban más de una semana desaparecidos. Todos allá en casa debían estar alterados de sobre manera. Doofenshmirtz no tenía eso en su cabeza, no sería la primera vez que desaparece por una semana o dos, por lo que Vanessa ya estaba acostumbrada.

Zack fue el primero en terminar de asegurar las celdas de combustible, sección de la nave que le había tocado, por lo que se dirigió inmediatamente con Milo o Melissa para ayudarles. A pesar de ser muy unidos, la situación los mantenía tensos a los tres, por lo que casi no habían hablado entre sí esos últimos días, más allá de una simple repartición de tareas, aunque parecía ser que el del problema era Zack, pues ellos dos eran perfectamente capaces de hablarse como lo hacían cotidianamente.

Hola Milo — Zack no pudo escoger peor momento para intentar hablar con él, puesto que se encontraba soldando una piezas bastante delicadas

...

Solo quería saber si necesitabas ayuda con algo—

Gracias, pero estas piezas son un poco delicadas y no quiero que nada malo les pase... ?Por qué no le preguntas a Melissa?

Fue una respuesta bastante condescendiente para un chico que literalmente provocaba involuntariamente que cosas malas pasaran. De cualquier forma, hizo caso a su consejo.

Hola Melissa, ?Quieres ayuda con eso

Seamos sinceros, lo más probable es que si me ayudas lo dejarás peor, así que es un no

De acuerdo, ahora estaba realmente deprimido, dio media vuelta y sus ojos miraban hacia sus pies, busco un peque?o rincón donde no le estorbara a nadie, tomó asiento y abrazó sus piernas.


La nave finalmente quedó reparada esa misma tarde, por lo que todos subieron a bordo, tomaron asiento y se dispusieron a pilotearla. Un ambiente de nervios rodeaba a todos los tripulantes. Si esta nave fallaba ya no podrían regresar a la tierra hasta que los octalianos construyeran otra, lo cual podría demorar meses. Los más apropiados para pilotearla eran Perry y Melissa, por lo que el resto quedó en sus manos.

Los pasajeros sujetaron con todas sus fuerzas los cinturones de seguridad de su asiento; la nave presentó un poco de turbulencia.

Prepárense, estamos a punto de salir de la atmósfera— Ese era el momento de aquella chica, ganar o morir, no había de otra.

La turbulencia se agravó durante unos instantes y de un momento a otro cesó. Lo habían logrado, ahora todo a su al rededor era oscuridad infinita y estrellas hermosas. Una imagen que a Zack le trajo un fatídico recuerdo. Hace tan solo unos días había presenciado una figura horrible. Su mejor amigo, en el frío vacío del espacio, conteniendo la respiración. Recordó como un frío le recorrió la espina, y un susto de muerte lo agobió durante un par de minutos hasta que descubrió que realmente no era su amigo, si no un Octaliano y realmente no estaba muerto. La sola idea de que esta vez el verdadero Milo pasará por ese destino tan horrible le provocaba un nudo en la garganta. Sus pensamientos empezaron a disiparse al ver la cantidad de distancia que la nave estaba marcando desde Octalia, al punto que ya no era visible desde su ubicación.

Activaré la gravedad artificial... Bien amigos, según las indicaciones de los Octalianos, estamos a dos saltos de la tierra, ahora solamente Perry tiene que introducir las coordenadas de navegación y estaremos en la Tierra lo más pronto como...—

Un sonido estruendoso proveniente de afuera de la nave la interrumpió ferozmente, un destello de luces purpura y azul alcanzaban a colarse por las ventanas de la nave.

?Hey! ?Un momento!— Doof se levantó de su asiento con mucha prisa y se asomó por la ventana — Estamos en el espacio exterior, aquí el sonido no se propaga.

Su vista era impresionante, se percató que a lo lejos, lo que parecía ser una enorme nebulosa brillante se expandía a lo ancho del espacio con una velocidad increíble y unos relámpagos cósmicos impactaban en el espacio cercano a ellos.

Uhhh... chicos... — El miedo de Dakota al momento de pronunciar esas palabras era inconfundible —?Es mi imaginación o esa nube de colores nos está viendo feo?

Era verdad, aquella cosa con forma de nebulosa que debía encontrarse a millones de kilómetros desde donde ellos estaban parecía estar enfocada en esa peque?ísima nave espacial. Sus ojos eran formados por dos remolinos de color negro, que giraban sin detenimiento y sin duda los seguía a lo largo de su trayecto, los relámpagos cósmicos parecían estar enfocados en golpear su nave.

Esto es bastante raro hasta para la ley de Murphy

La capacidad de Milo para permanecer en calma era incomparable. Situaciones menos peligrosas habían valido para hacer que perdiera la compostura, pero esta vez, después de enfrentarse a una esfera gigante formada de iones de probabilidad negativa y un ejercito de pistachos mutantes le hizo aumentar su tolerancia a los fenómenos extra?os. Sin embargo, aquellos relámpagos ya se estaban acercando demasiado a la parte posterior de la nave.

?Perry...?La presión ya de por sí era demasiada como para que una adolescente presionara al pobre ornitorrinco, quién seguía oprimiendo botones en su consola

—?QTQTQTQTQ!

Al recibir la se?al, Melissa activó una palanca y la nave dio un salto entre el espacio, lo que nadie se percató fue que uno de esos relámpagos logró entrar con ellos.

Doof estaba pegado a la pared de la nave, puesto que olvidó retomar su asiento al momento de realizar el salto, por lo que la inercia lo atrapó. La nave alcanzó una velocidad constante dentro del interespacio, así que el doctor pudo recobrar su compostura, retirar el polvo de su bata de laboratorio y volver al asiento.

Al menos pudiste avisar, ornitorrinco ingrato.

QTQTQTQTQ.

No metas a Charlene en esto.

La nave siguió su trayecto durante unos quince minutos más, para todos era sensacional el poder presenciar un espectáculo de luces tan impresionante como el que se formaba afuera de la ventana. Un desfile de movimientos con colores psicodélicos incomparable, como si el universo hiciera un ballet cosmológico entre dos puntos del espacio.

Dicho Ballet se disipó en cuanto arribaron al destino y la nave disminuyó drásticamente la velocidad con la que se trasladaba, quedando nuevamente el espacio infinito rodeado de miles de estrellas.

Bien, ahora solo debemos...— Una vez más el universo se empe?aba en no dejarla terminar sus frases, pues el último relámpago que logró colarse a través del interespacio salió exactamente en el mismo punto que ellos y los impactó directamente, provocando así un enorme destrozo en la zona de los impulsores de la nave.

Las alarmas comenzaron a sonar y el pánico a cundir, todas las pantallas se tornaron de un color rojo intenso y el miedo nuevamente invadió a todos los tripulantes de la nave, quienes se pusieron de pie tan pronto como el movimiento de la nave se estabilizó.

?Qué sucedió?

No estoy segura, algo nos impactó por detrás, no hay control del sistema de impulsores, las guías de emergencia están desactivadas y parece que hay da?os en las celdas de combustible

Zack recordó entonces su labor ahí

Espera Melissa, yo reparé esa zona, quizá pueda volver a repararla

El muchacho de camisa amarilla salió corriendo tan rápido como pudo hacia la puerta de acceso y se dispuso a presionar el botón de la puerta automática

?Zack! ?Espera! ?Noooo...!

Abrir esa puerta fue un error garrafal, dicha zona era un acceso hacia una larga habitación que servía para reparar el funcionamiento de los impulsores desde dentro, sin embargo, al fondo existía un enorme agujero provocado por el impacto succionaba todo lo que se encontrara dentro de esa cabina, y ahora, gracias a Zack, todo lo que estuviera también en la cabina de mando.

Todos los tripulantes se sujetaron de lo que pudieron, tubos de gas, asientos, consolas, todo con tal de evitar ser succionados por el vacío del espacio, pero el moreno del grupo solo pudo sujetarse de la entrada de esa zona, y sus manos comenzaron a ceder

?Ayúdenme por favor!

Perry fue ágil y a pesar de estar cargando con Diogee que lo mordía de una pierna y Cavenrrinco que lo sujetaba de la otra, tomó su pistola lanzagarra y sujetó al chico con ella, un segundo antes de que se soltara, sin embargo aún pasaba del umbral de la puerta y la muerte segura del frío vacío aún estaba a poco más de unos metros de distancia. La resistencia del mamífero era admirable, pero al final de cuentas, era solo un monotrema y el poder de succión pudo con él por lo que soltó su pistola. Milo se percató de esto y logro atraparla en su camino y tuvo una brillante idea. Rodeó el tubo del que se sujetaba con la cuerda de la garra y se soltó de él, haciendo un efecto de polea que logró hacer que su amigo y él quedaran a la misma distancia sin atravesar el umbral. Milo intentaba alcanzar el botón de cerrado con su pie, sin embargo aún le faltaban unos cuántos centímetros para ello. Al percatarse de esto, Diogee soltó la pierna de Perry y poco antes de llegar a la puerta mordió la pierna de Milo, quién usó al perro para presionar ese botón permitiendo así que la dichosa puerta fuera cerrada.

Todos cayeron al piso en cuánto la puerta se cerró y trataron de recobrar la compostura poco a poco. Dakota pudo sentir algo húmedo en sus pantalones y Cavendish tenía hasta el bigote despeinado. El doctor D. no pudo más y cayó rendido e inconsciente.

Zack se dirigió directamente hacia Milo

Gracias Milo, me salvaste la...

—??En qué rayos estabas pensando?! — Era bastante raro ver a Milo con el entrecejo fruncido... o alzando la voz... o enojado...

?Eh...?

?Pusiste a todos en peligro aquí! ??Sabes que hubiera pasado si alguno de nosotros se hubiera soltado?!

—??Me estás culpando de esto?!

Fuiste tú quién abrió la puerta ?O no?

Yo solamente quería ayudar ?Qué estabas haciendo tu?

Esperando a ver la situación en la que nos encontrábamos, antes de hacer algo tan impulsivo e imprudente

Oye, ?Cuál es tu problema? Desde que intentamos regresar a la tierra eres frío y cruel conmigo, eso es normal en Melissa, pero tu...

No sé de qué hablas. Lo que si sé, es que ahora estoy molesto porque a que no sabes qué... ?CASI NOS MORIMOS!

?Sabes qué? ?Viajamos por toda la galaxia para rescatarte a ti de unos aliens que te habían abducido! ?Todo por ti y por tu cochina ley de Murphy! Maldito fenómeno de Pandora

Todos los presentes contuvieron su respiración un instante al escuchar como el chico de cabello negro decía esas palabras, se miraron unos a otros tratando de averiguar que hacer con la tensión en el ambiente. Zack siempre había notado como los ojos de Milo solían brillar incluso en los momentos más difíciles de su vida, ese brillo se había ido mitigando a lo largo de la semana, sin embargo, la última chispa se apagó completamente en ese instante, y gracias a ello logró comprender su error...

Milo yo...— colocó su mano en el hombro de su amigo, pero fue en vano. El chico de la mochila infinita removió la mano de su ?amigo?, dio media vuelta, tomo asiento y miró por la ventana, quedando en silencio absoluto.

Zack no necesitaba voltear a ver a los demás para sentir sus miradas de desaprobación, simplemente caminó hacia la esquina de la nave, y se recostó volteando a ver a la pared —?Lo siento, Milo?.

El silencio y la incomodidad inundó aquella cabina hasta que Doof se atrevió a preguntar —Un minuto, ?Cómo es que tu sombrero no salió volando? Perry el Ornitorrinco.


[(Jingle) Doofenshmirtz varado en el espacio...]

?Sabes algo, Perry el Ornitorrinco? Si me hubieran dicho hace dos semanas que moriría después de pasar una semana en un planeta extraterrestre y tres días en una nave varada a miles de kilómetros de cualquier civilización rodeado de tres adolescentes conflictivos, dos viajeros del tiempo incompetentes, un ornitorrinco, una cruza entre ornitorrinco y británico antiguo y un perro te hubiera dicho "Si ?Por qué no? Suena interesante", pero ahora veo que es más aburrido de lo que pensé— Realmente era admirable que el doctor Doofenshmirtz aún tuviera ganas de hacer un chiste en esa situación — A pesar de que descubrimos como revertir la carga iónica (cosa que vi en una película) y conseguimos mover la nave hasta el punto de salto, ahora estamos a la deriva... No tenemos comunicaciones, nos quedan dos semanas de provisiones lo cuál sería bastante útil si el oxigeno no se terminara en los próximos dos días, pero bueno, como dicen por ahí, "parte del viaje es el final"... Me pregunto si una chica con traje especial vendrá a rescatarnos"

—QTQTQTQTQT

—Si, eso mismo pensé...

Melissa se sentó junto a ellos. —Chicos, estoy preocupada por Milo y Zack, no han hablado entre ellos, ni con nadie particularmente, casi no han comido y cada uno se la pasa en su respectiva esquina y si es que esto realmente es el final, no quiero que lo pasen así.

Cavendish se unió a la conversación —Deben resolver este conflicto entre ellos por si mismos, no hay nada que podamos hacer...

—Es cierto, las amistades verdaderas pueden con cualquier pelea, como Cavendish y yo— A?adió Dakota, quién, por cierto traía un plato de comida Octaliana

Yo solo sé que ahora no quisiera estar entre ellos dos como tú, Melissa— Hasta Cavenrrinco tenía algo que decir.

QTQTQTQTQ

—Lo sé, yo...

—?Alerta! ?Alerta! ?Alerta!— Las alarmas y los sensores que quedaban funcionando dentro de la nave sonaron, al unísono, marcando a todos los ocupantes en un brillante color rojo. El sistema de inteligencia artificial de la nave aún podía hablar con los tripulantes — Objeto masivo emergiendo del interespacio.

Todos se pusieron de pie y se dirigieron de forma inmediata a la consola principal de la nave, a presionar botones para tratar de obtener información sobre tan inesperado suceso.

Aquí dice que no parece haber registros sobre el tipo de objeto que está apunto de emerger al espacio abierto— El conteo regresivo, disminuía mientras la chica del cabello anaranjado pronunciaba esas palabras —Sin embargo, esta clase de puntos en medio de la nada suelen ser usados por piratas espaciales para almacenar temporalmente sus estaciones de combate donde guardan sus tesoros.

Dakota fue el primero en hablar —Por favor, en serio quieres que crea que una estación gigante de piratas va a...

El contador llegó a cero, una enorme estación espacial emergió del interespacio demasiado cerca de ellos. Afortunadamente tenía una enorme rendija en su parte frontal que le permitió a la inmovilizada nave ingresar al hangar de la estación. Al parecer la estación contaba con rayos de tracción que le permitieron descenderlos hacia una plataforma, y la entrada principal del hangar se cerró en ese instante.

Milo se puso de pie y camino hacia el doctor Doof, que se encontraba inquieto admirando la rampa de acceso de la nave que se encontraba cerrada.

?Crees que sean piratas amigables? — Vaya que era un hombre optimista para ser Drusselstieiniano.

No obstante, la ley de Murphy comenzó a hacer de las suyas, y por aparente cercanía entre el doctor D. y Milo, uno de los conductos de ventilación cayó encima del pobre científico, dejándolo fuera de combate. El aire del lugar comenzó a infestarse de una densa niebla producto del conducto caído.

La rampa de abordaje de la nave comenzó a descender, y unas extra?as figuras cubiertas por la niebla abordaron el interior de la nave dentro de su estación espacial.

?Perry?—Pronunció una de las figuras, aún sin poder ser visualizada por la tripulación abordo. —?Perry! ?Ahí estás! ?Te hemos buscado por todas partes!

La neblina se disipó, y aquellos personajes misteriosos finalmente eran distinguibles, un chico bajito con cabeza de triángulo y cabello rojo y otro, un poco más alto que su hermano de nariz grande y cabello verde. Por su parte, el ornitorrinco yacía al fondo del pasillo con su habitual pose de cuatro patas y sus ojos mirando hacia otra parte.

?Phineas y Ferb?— Preguntó, extra?ado el chico con el chaleco tinto.

—?Milo Murphy y su ley? — Respondió el chico de la cabeza puntiaguda.

—Suena mejor la Ley de Milo Murphy— Ferb acababa de realizar su participación del día.

Zack, Melissa, Dakota, Cavendish y... ?Ornitovendish...?

—De hecho, mi nombre oficial es Canverrinco.

—...No, no... No lo entiendo. No me malinterpretes, me da mucho gusto verlos de nuevo y conocer a Cavenrrinco pero ?Por qué secuestraron a nuestro ornitorrinco indefenso y lo arrastraron en una nave espacial a millones de kilómetros de la tierra? — El tono de Phineas difería de su usual manera de hablar, demostrando ligera molestia.

?Es enserio? ?No te parece una mejor pregunta él por qué de esta abominación?

Cavenrrinco le lanzó una mirada de odio al impertinente viajero del tiempo.

No, vimos cosas más raras durante el verano.

Zack se adelantó a hablar con ellos, y tratar de explicarles su postura.

?Ornitorrinco indefenso? Si solamente se pone su sombrero y... ?OUCH!

Perry acababa de morderle el tobillo al muchacho para detenerlo de revelar a sus due?os su identidad de agente secreto.

?Perry! ?No!... Lo siento, usualmente no se comporta así... — Phineas lo cargó en sus brazos y lo alejó del chico. Perry por su parte le lanzó una mirada a Zack que significaba que debía tener discresión. — ...?Qué decías?

Que muerde muy fuerte su ornitorrinco.

—Nosotros...—Milo ni siquiera sabía por donde empezar a contar la historia. —...Nosotros no secuestramos a su ornitorrinco, lo encontramos en medio del bosque, donde una nave espacial estaba oculta, unos aliens me secuestraron para que los ayudara a salvar su planeta, los chicos tomaron la nave del bosque y fueron a rescatarme, pero su ornitorrinco se coló en el viaje, lo lamento mucho, hemos tratado de encontrar la manera de volver a casa, pero la Ley de Murphy nos saboteaba cada vez, e incluso ahora estábamos varados sin esperanzas hasta que llegaron ustedes. Pero no se preocupen, todos lo hemos cuidado bien.

Bueno, si lo pones así, entonces creo que todo esto es un gran malentendido.

Zack escuchó esa palabra, y trató de aprovecharlo para arreglar las cosas, por lo que rápidamente se puso junto a su peque?o amigo y lo rodeó con uno de sus brazos.

Así es, todo fue un gran malentendido pero que bueno que ya se resolvió. Todos aquí somos buenos amigos...

Su cara era digna para tomarle una fotografía, su sonrisa nerviosa incomodaba a cualquiera que lo viera. Milo por su parte, puso un gesto de incomodidad y tomó un poco de distancia del chico de piel morena...

Claro... "Amigos"... ?Cómo fue que nos encontraron en medio de la nada?

—Bueno, no fue sencillo. Cuándo notamos que Perry no volvió el primer día nos preocupamos mucho, comenzamos a reunir información a lo largo de la ciudad, al no obtenerla, decidimos probar suerte y revisar a cada ornitorrinco existente de la tierra...

—?Revisaron a cada ornitorrinco en la tierra?

—Todos y cada uno de los 243,739 ornitorrincos... 740 con Perry. Luego de eso, decidimos construir un rastreador de adn de ornitorrinco y usamos uno de sus pelos provenientes de su cepillo... Lo que nos llevó a Candace... Resulta que por error había usado el cepillo de Perry y como ella y Perry intercambiaron cuerpos una vez, el rastreador se confundió...

Ninguno de los presentes daba crédito a las cosas que escuchaban por parte del chico con la camisa de rayas.

... Como sea, logramos reunir el cabello de Perry y el rastreador no marcó coincidencias en el planeta, por lo que pensamos "?Qué tal si está fuera de este mundo? Quizá visitó nuestra granja de vacas en la luna".

—...

—Mejoramos la se?al de rastreo pero aún así no detectó a nadie cerca de la tierra así que decidimos modificar la antena de nuestra estación espacial de operaciones, a?adirle la función de Rastrea a Perry y así fue como dimos con ustedes. Pero bueno, lo mejor será que volvamos a la tierra lo más pronto posible, todos sus familiares deben estar preocupados por ustedes. La estatua de honor a Milo ya había sido aprobada por el alcalde Doofenshmirtz...

—?Doofenshmirtz?— Preguntó Milo... —Oh no, el Doctor D sigue debajo de ese conducto de ventilación, ayúdenme a sacarlo.

?Conducto de ventilación?

—La ley de Murphy

—Oh ya veo— Entre todos los presentes movieron aquel tubo de metal de encima del Doctor D.—Oh vaya, es el papá de Vanessa, Ferb.

—Y por una desgraciada coincidencia, mi creador. — A?adió Cavenrrinco.

Oye Phineas, me temo que el solo hecho de estar yo presente en su estación espacial nos impedirá llegar sanos y salvos a la tierra ?No tendrás de casualidad alguna nave externa que puedas prestarme y así ustedes puedan regresar con bien?

—Oh, no te preocupes por eso, Ferb y yo trabajamos con un detector de anomalías cósmicas que casualmente utiliza materiales que pueden canalizar la Ley de Murphy y el efecto Phineas y Ferb como nuestro viejo traje de batalla, pondremos la estación en piloto automático y usaremos el detector para expulsar al espacio exterior todos los iones de probabilidad negativa que emanan de ti.

—?Y es seguro?

—Si, claro, de todas maneras, ese viejo aparato nunca ha detectado ninguna anomalía...


A un salto interespacial de distancia, una enorme masa gaseosa con ojos negros y profundos se extendía a lo largo de la bóveda celeste, plantando su raíz hacia lo más cercano que encontró: El planeta Octalia, a la vez que siete peque?os cristales eran disparados en diferentes direcciones del universo.


—Solo tengo una pregunta para ustedes... — Agregó Phineas

—Adelante, soy un libro abierto

—Su nave se da?ó irreparablemente y quedaron varados en medio del espacio exterior... ?Por qué no simplemente usaron esa cápsula de escape que se encuentra justo ahí...

—?Cápsula... de escape...? — Exclamaron todos al unísono, cayendo estrepitosamente al suelo, agotados por el hecho de no haberla visto antes...

[(Outro:) Mi Universo Es Divertido]...


[(Ending:)
?La amistad es un tesoro sin igual!
Vamos juntos siempre hasta el final
Un milagro fue el que nos unió
No podrán vencernos
?Alcanzando nuestro máximo poder!
Lanzaremos flechas de fulgor
Que acaben con las sombras y todo el mal
Para el futuro cambiar
~Vamos juntos hasta el cielo~
~Vamos juntos hasta el cielo~]


Aquí termina este capítulo. ?Que aventuras les deparará a Milo y sus amigos ahora que sus caminos probablemente se crucen con un desastre de proporciones cósmicas?