Disclaimer: Los personajes de Martin Mystery no me pertenecen, son propiedad de Marathon Media que a su vez los tomó de un cómic italiano.

Advertencia: Este fic tiene cierta cuota de Martin x M.O.M., si te molesta mucho el ship definitivamente no recomiendo que leas esto.


Misión fallida

Una pesada sensación era todo lo que dominaba el cuerpo de Martin en aquel incómodo despertar, sus músculos ardían como si hubiese pasado todo un día levantando pesas y al abrir los ojos se encontró con que su visión era tan borrosa que le resultaba imposible reconocer algo más allá de manchas violeta a su alrededor ?Acaso sus maratones de películas y videojuegos estaban finalmente pasándole la cuenta? Parpadeó con fuerza en un intento por ajustar su vista que rápidamente dio frutos, permitiéndole reconocer que, para su sorpresa, el lugar en que se encontraba estaba lejos de parecerse a su habitación.

Se trataba de un dormitorio, de eso no había duda considerando la cama en que se encontraba, sin embargo no recordaba haber estado ahí antes y de ninguna forma aquel cuarto podía ser parte de la Academia Torrington. A pesar de ello no podía negar que la estética se le hacía familiar, especialmente considerando el color violeta que dominaba cada superficie sumado al lujoso estilo de los muebles que la decoraban, permitiéndole suponer de inmediato a quién pertenecía ese espacio.

- Veo que al fin despiertas.- Martin sintió un leve escalofrío recorrerlo al oír una imponente voz femenina resonar desde la puerta de entrada al dormitorio, ahora definitivamente estaba seguro de a quién pertenecía todo eso.

- ?M.O.M.? ?Dónde estoy?- Preguntó Martin con dificultad, todavía sentía como si le zumbara la cabeza y la incomodidad física que lo invadía había conseguido volver casi imperceptible el susto que le había provocado encontrarse a la directora frente a él.

Sin parecer sorprendida respecto a la pregunta de su agente, M.O.M. respondió:

- En el Centro, sufriste un accidente durante tu última misión y quedaste en coma por unos días.

- ?Un accidente?- Volvió a preguntar Martin confundido mientras bajaba sutilmente la mirada hacia sí mismo, tomando consciencia de que su tenida usual había sido reemplazada por una de las batas pertenecientes a la enfermería del Centro. La visión de sí mismo en ropa de hospital lo preocupó, despertar en un dormitorio perteneciente a M.O.M. vestido de ese modo no podía significar nada bueno.- Eso explica esta horrible sensación, aunque no recuerdo haber sufrido ningún accidente.

El agente levantó la mirada, exigiendo con los ojos llenos de confusión una explicación a la directora, quien se deslizó a través del cuarto con su elegancia usual para tomar asiento sobre un lujoso sitial ubicado a un costado de la cama donde Martin se encontraba.

- Eso es porque el da?o afectó tu memoria.- Se?aló la directora sin parecer alarmada ante lo que para Martin no sonaba para nada insignificante.- pero no te preocupes, es temporal, te repondrás dentro de unos días.

La noticia se sintió para Martin como un balde de agua fría, nunca había fallado en una misión, mucho menos salido lastimado al punto de terminar hospitalizado en el Centro. Sólo esperaba que aquello no afectase la imagen que M.O.M. tenía de él, siendo un agente nuevo sabía que un error como ese podría costarle el puesto y si había algo que quería evitar a toda costa era ser despedido.

- ??Dices que yo sufrí un accidente!? ?Eso no puede ser, soy un agente extraordinario, yo no sufro accidentes!- Exclamó Martin indignado antes de mascullar con amargura.- no al menos de los que requieren hospitalización…

M.O.M. le dedicó al chico una notoria mirada de desagrado frente a su comentario la cual pasó desapercibida para el agente, estaba demasiado preocupado por las posibles consecuencias que aquel accidente podría representar para su floreciente carrera en el Centro como para prestarle atención a la reacción de la directora, cuya molestia resultaba cada vez más evidente.

- Pues acostúmbrate a la idea, porque trabajando como agente de campo te aseguro que no será la última vez que suceda.- Exclamó molesta la directora, dejándole en claro al chico con su gélida voz que no estaba a gusto teniéndolo en frente.

Martin la observó desde su lugar sobre la cama con la mirada de una presa asustada, incluso siendo alguien que no se dejaba intimidar por las figuras de autoridad no podía negar que el enojo de la directora era una de las pocas cosas que lo atemorizaban, era consciente del evidente desprecio que ella demostraba cada vez que trataba con él. En otras circunstancias aquello lo hubiese enorgullecido, sin embargo con M.O.M. las cosas eran diferentes, sacar de quicio a gente como los profesores de Torrington o al mismísimo director Pebbleton era una cosa, pero hacer enojar a la persona en cuyas manos se encontraba su futuro laboral como agente del Centro representaba un peligro real y si había algo que lo asustaba era perder aquella oportunidad de trabajo que de irse jamás volvería a tener.

Desde su escondite entre las sábanas, Martin levantó la cabeza para contestar a las palabras de la directora con un infantil tono nervioso:

- Está bien, no tienes por qué enojarte… Por cierto ?Dónde están Diana y Java?

- De vuelta en Torrington, ambos sanos y salvos, fuiste el único que salió herido.- Respondió M.O.M. mirándolo de brazos cruzados.

Martin observó a la directora perplejo ante aquel vergonzoso detalle ?Cómo era posible que él fuese el único en salir lastimado? Después de todo era un agente extraordinario, experto en temas paranormales y defensa personal, si había alguien en su equipo con potencial de terminar en una cama de hospital era Diana, no él.

- ?Tienes que estar bromeando!- Exclamó Martin con renovadas energías, la impresión ante la noticia parecía haber hecho desaparecer de golpe sus molestias.- Si yo salí lastimado Diana tendría que estar convertida en comida de monstruo, entiendo que Java pueda sobrevivir a algo que deje a un agente como yo en el hospital ?Pero porque él es un cavernícola, no mi enclenque hermanastra!

La indignación en el tono de Martin dejaba en claro que aquella noticia había herido su amor propio, jamás esperó ser el primero de su equipo en terminar hospitalizado.

- En eso tienes razón.- Respondió M.O.M. con actitud severa.- a decir verdad si no fuera por ti definitivamente Diana hubiese terminado tal y como lo mencionas.

Las palabras de la directora sorprendieron al agente, no esperaba oír algo como eso.

- ?Qué dices?- Preguntó Martin entre perplejos parpadeos.

- Saliste herido luego de rescatar a Diana, había sido capturada por la criatura que debían atrapar y pusiste tu propia seguridad en riesgo para salvarla.

- ?De verdad?- Volvió a preguntar Martin, su expresión de molestia siendo reemplazada instantáneamente por una sonrisa. Saber que había salido herido a causa de un acto heroico mejoraba las cosas, de seguro aquello ayudaría a que M.O.M. lo considerase un buen agente, o por lo menos uno merecedor de ser conservado.- ?Genial!

- ?Nada de genial!- Exclamó irritada la directora.- ?Fue muy arriesgado ponerte en una situación tan peligrosa, debieron pedir refuerzos!

Una vez más el tono de M.O.M. había perdido su compostura, sin embargo la evidente preocupación en sus palabras la hacía parecer menos intimidante de lo normal, Martin no pudo evitar pensar que verla actuar de ese modo resultaba extra?amente enternecedor.

- ?Pero no fueron necesarios verdad?

- De hecho sí que lo fueron.- Respondió M.O.M. con renovada tranquilidad.- tuvimos que acudir a rescatarlos, o de lo contrario no habrían sido capaces de vencer a la criatura.

Toda la confianza que Martin había ganado tras enterarse de su heroico acto desapareció tan pronto como escuchó ese detalle. Era la primera vez que requerían refuerzos en una misión para algo que no fuese retirar a la criatura ya capturada y aquello le hizo sentir una profunda vergüenza. A pesar de ello agradecía descubrir que Diana había salido ilesa, de resultar herida no podía ni imaginarse qué clase de excusa tendría que inventarle a sus padres para ocultar que el da?o había sido causado por una criatura paranormal, especialmente considerando que debía mantener la existencia del Centro en secreto y difícilmente podía imaginar una actividad en Torrington que pudiera generar un da?o similar al sufrido durante una misión. Sin embargo revelar la existencia del Centro no representaba más que una peque?a parte del problema que una situación como esa podría detonar, sólo imaginar la furia de su padre si se enterara de que Diana había terminado herida por su culpa le aseguraba un castigo mucho peor que ser devorado por un monstruo.

- Bueno, al menos Diana está a salvo, eso es todo lo que importa.- Dijo Martin mientras se dejaba caer sobre la cama.

- Es muy considerado de tu parte preocuparte por su bienestar a pesar de haber sido tú quien salió herido, supongo que por cosas como esa es que resulta difícil no encari?arse contigo…

- ?Qué dijiste?- Preguntó Martin levantándose confundido, estaba seguro de haber oído algo inesperadamente afectuoso por parte de la directora.

- No es nada… en fin, debes tener hambre, te traeré algo de comer.

Martin observó a la directora abandonar a paso rápido la habitación mientras reflexionaba sobre lo que acababa de escuchar, era la primera vez que la oía decir algo amable y tan sorprendente resultaba que ni siquiera estaba seguro de que hubiese comprendido bien sus palabras.

- ?Dijo… encari?arse conmigo?

No era posible, de seguro la había malinterpretado y lo que en realidad quería era dejarle en claro que lo despreciaba, tal vez incluso pretendía envenenarlo con la comida o al menos hacerlo sufrir de alguna forma con ella, debía tener cuidado para evitar terminar recibiendo alguna posible venganza inesperada cuando la directora regresara.

Luego de reflexionar sobre las extra?amente afectuosas palabras de M.O.M., Martin acomodó su posición sin dejar de pensar en las circunstancias que se encontraba. El molesto zumbido en su cabeza había desaparecido, sin embargo el aún ser incapaz de recordar los detalles de su accidente lo llenaba de curiosidad al punto de llevarlo a concentrar toda su atención en ello, como deseaba recuperarse para comprender cómo había llegado hasta ese lugar. Sabía que se debía a una misión gracias al testimonio de la directora y aunque ya no sentía su cuerpo adolorido le molestaba saber que su mente había sido afectada por muy temporal que fuese. Sólo le quedaba esperar que M.O.M. tuviera razón y pudiera recuperar sus recuerdos pronto, aunque la incertidumbre que rodeaba aquel ambiguo "pronto" le preocupaba, la prontitud era algo relativo y desconocía cuánto tiempo representaría en la práctica.

Mientras pensaba en ello Martin recorrió la habitación con la mirada, haber perdido la memoria era desagradable, sin embargo no podía negar que pasar su recuperación descansando en aquel lujoso dormitorio resultaba placentero. Parecía sacado directamente de un hotel cinco estrellas y aunque no era la primera vez que estaba en un lugar como ese, debía reconocer que el cuarto superaba enormemente todos los hoteles que conocía: desde el mullido colchón, cuya suavidad y rigidez se encontraban perfectamente balanceados al punto que podía sentir como si su cuerpo fuese acogido por él, hasta las exquisitas sábanas de seda que parecían acariciarlo. No había duda de que a la directora le gustaba el lujo y considerando que podía costearlo era fácil imaginar que su sueldo debía ser muy bueno, o que tal vez el Centro contaba con tecnología que le permitía hacer aparecer muebles lujosos de la nada.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta automática abriéndose, dejando ver a M.O.M. cargando una bandeja del almuerzo. Martin la observó desde la cama sin saber cómo interpretar aquel gesto de preocupación, agradecía que le trajera algo de comer, pero la severa expresión de su rostro lo preocupaba, no sabía si interpretar su intimidante mirada como parte de su gesto usual o si estaba enojada por tener que atenderlo, aunque de ser ese último el caso resultaba extra?o para el chico que no dejase a una enfermera hacerse cargo de alimentarlo, una que en lo posible fuese atractiva.

- Te traje algo de comer.- Dijo M.O.M. con absoluta seriedad.

- Gra… gracias, no tenías que hacerlo ?Sabes?- Respondió Martin incómodo mientras observaba a M.O.M. acercarse a él cargando la bandeja de mala gana.- Pudiste dejar que alguien más se hiciera cargo de cuidarme.

- No es necesario, preferí hacerlo yo misma, quiero asegurarme de que te repongas pronto.

- Ya veo…- Comentó Martin intrigado.- Oye, por cierto ?Qué es este lugar? Parece muy lujoso… ?Es tu dormitorio privado o algo así?

- Así es, supones bien, pensé que estarías más cómodo aquí que en la enfermería, por eso decidí traerte.

La directora tomó asiento sobre la cama junto a Martin para luego depositar cuidadosamente la bandeja con el almuerzo frente a él, provocándole al agente la necesidad de observar con curiosidad el contenido sin confiar del todo en cuán seguro sería comerlo. Mientras se cuestionaba al respecto, los ojos del chico se deslizaron sobre M.O.M., quien con delicados movimientos hundía la cuchara dentro del platillo principal para tomar una peque?a porción. Martin no tardó en comprender que el gesto de traerle el almuerzo contemplaba no sólo el transporte, sino también el ayudarlo a comer.

- ?Está bien, puedo hacerlo sólo!- Exclamó Martin nervioso, temiendo que deber alimentarlo resultase lo suficientemente denigrante como para hacerla odiarlo con mayor intensidad, si había alguien por quien no deseaba ser odiado era por M.O.M. y si las cosas seguían de ese modo su despido sería inevitable.

- No estás en condiciones de comer por tu cuenta, necesitas que alguien te ayude.

- ?Pero estoy bien, en serio! ?Me siento fuerte, muy fuerte, sólo mira como me muevo!- Dijo Martin agitando los brazos en el aire con tanta energía que su nerviosismo resultaba evidente.

- Por supuesto que no lo estás ?Ahora quédate quieto y empieza a comer!

La orden de la directora fue acompa?ada por una rápida cucharada de estofado, la que entró en la boca del chico antes de que pudiese volver a oponer resistencia. La sabrosa comida caliente le hizo sentir un cosquilleo recorrerlo, hacía mucho que no comía un platillo como ese, sin duda se trataba de algo casero, un sabor muy distinto al que estaba acostumbrado a probar en la cafetería de Torrington.

- Sabe muy bien, mis felicitaciones al chef.- Dijo Martin antes de que M.O.M. aprovechase la ocasión para meterle a la boca una nueva cucharada de estofado.

- Gracias, yo lo hice.

- ?Tú?- Preguntó el chico extra?ado, logrando con ello que la directora le dirigiese una mirada de desprecio.

- ?Tienes algún problema con ello?

- ?No, para nada!- Exclamó nervioso Martin agitando la cabeza de un lado a otro en se?al de negación.- Sólo que tenía la sensación de que no eras buena cocinera.

- No lo soy.- Respondió molesta la directora sin despegar la mirada del plato mientras volvía a llenar la cuchara.- Pero quería asegurarme de que comieras algo perfectamente balanceado para apoyar tu recuperación.

- Vaya, eso es muy lindo de tu parte, para no saber cocinar lo hiciste muy bien.

Tan pronto como escuchó las palabras de Martin, la directora giró el rostro para dedicarle al chico una mirada furiosa que le hizo sentir un escalofrío recorrerlo. Era evidente que aquel comentario se había sentido más como un insulto que como un halago, de seguro si no lo despedía en ese mismo instante era gracias a su delicado estado de salud, pues basado en la expresión de M.O.M. era imposible poner en duda que lo despreciaba profundamente.

- Agradece que tienes algo para comer en vez de estar quejándote.- Respondió M.O.M. con un tono cada vez más amargo mientras empujaba agresivamente una nueva cucharada de estofado dentro de la boca del agente.

- ?Pero lo dije como un cumplido!- Exclamó Martin nervioso y con la boca llena mientras intentaba fallidamente arreglar la situación.- Sabe muy bien, como lo que mamá haría para una ocasión especial, es un lindo gesto M.O.M., en serio.

La dura expresión de la directora permaneció inalterable pese al comentario positivo del agente.

- Me alegra oír eso.

Con aquella corta respuesta, M.O.M. cerró el tema sin dejar de cargar las cucharadas de estofado a la boca de Martin, quien recibió cada una de ellas sin oponer resistencia, esforzándose por tragar tan rápido como le fuese posible para seguir el ritmo de quien lo alimentaba. La directora parecía ser incapaz de hacer algo con lentitud y sus acelerados movimientos demostraban que estaba decidida a acabar con la tarea de alimentarlo tan pronto como le fuese posible. Resultaba evidente para el agente que su superiora no estaba precisamente feliz teniendo que llevar a cabo algo como eso, sin embargo considerando lo decidida que estaba a hacerlo no le quedaba más alternativa que rogar porque su falta de resistencia lo ayudase un poco a disminuir el odio que M.O.M. debía sentir por él en ese instante.

- Por cierto M.O.M.- Dijo Martin luego de tragar el contenido de la última cucharada de estofado en un intento por cambiar de tema a algo que resultase menos odioso para la directora que sus habilidades en la cocina.- ?Con qué clase de criatura estábamos lidiando? Aún no consigo recordarlo bien…

- Me temo que no puedo decírtelo.

La respuesta de la directora estaba lejos de ser lo que Martin esperaba oír.

- ?Qué dices? ?Cómo es eso de que no puedes decírmelo?- Preguntó Martin confundido.

- Hemos decidido que todos los detalles del caso serán utilizados para poner a prueba tu memoria cuando tu mente se estabilice, de ese modo podremos examinarte con más facilidad y asegurarnos de que estás en condiciones aceptables para darte el alta una vez te hayas recuperado.

Martin no podía creer lo que oía ?Cómo se suponía que llegase a recordar algo con el detalle suficiente como para responder un examen médico si ni siquiera podía visualizar en su mente al monstruo que lo había atacado? Para colmo de seguro sería un examen dise?ado por M.O.M., y considerando lo exigente que la directora podía llegar a ser jamás recibiría el alta si no era capaz de recordar cosas tan específicas como cuántos pasos dio la criatura durante su captura.

- ?Dices que me interrogarán respecto al caso? ?No es justo! ?Qué pasa si no acierto? ?Acaso tendré que vivir encerrado en este cuarto para siempre?- Preguntó Martin preocupado, no es que le importase pasar el resto de su vida encerrado en una suite de lujo siendo atendido, pero considerando que M.O.M. era su enfermera aquello tomaba ribetes de pesadilla.

- No te asustes Martin, sólo serán preguntas generales, nada que alguien con un grado mínimo de memoria no pueda responder.

Pese al intento de M.O.M. por tranquilizarlo, su estricto tono sumado a la para nada amigable actitud que seguía mostrando hacia él parecían indicarle a Martin que tenía razón en tener miedo.

- ?Sabes? Si me dieras algunas pistas podría recordar todo con más facilidad, ya sabes, un ayuda memoria...- Dijo Martin con una incómoda sonrisa ante la directora, quien parecía completamente concentrada en empalar tantas hojas de lechuga como fuese posible con el tenedor.

- Olvídalo Martin, el único ayuda memoria que necesitas está en tu cabeza.- Respondió M.O.M. con evidente indiferencia y sin apartar la mirada de la bandeja.- Ahora come tu ensalada.

- ?Ensalada? Pero no me gusta la ensala...- Las palabras de Martin fueron interrumpidas en seco por un enorme pu?ado de hojas verdes, las que M.O.M. introdujo velozmente en la boca de su agente con un rápido movimiento de brazo, haciendo ver al tenedor que sostenía entre sus delicados dedos más como un arma que como un instrumento para comer.

- Buen chico.- Dijo la directora con una sonrisa maliciosa tan pronto como lo vio luchando por masticar el montón de hojas acumuladas en sus mejillas como si se tratara de un hámster.

Luego de su desagradable lucha contra la ensalada, Martin finalmente terminó por tragar no sin cierta dificultad el montón de hojas que aún se encontraban en su boca, permitiéndole hablar una vez más, sin embargo su intento por comunicarse fue interrumpido de golpe por la sorpresiva sensación que le provocó la fría mano de la directora al presionarse contra su frente. La suavidad de sus largos dedos atrapó la atención del chico, distrayéndolo por completo de sus pensamientos. No esperaba que alguien tan severa como ella pudiera resultar suave en algún aspecto, sabía que era una idea absurda, pero considerando la dureza con que solía tratarlo resultaba difícil para él imaginar que pudiese hacerlo sentir algo que no fuese terror.

- Bien, no pareces tener fiebre, es una buena se?al.- Comentó M.O.M. mientras tocaba su propia frente con la otra mano.

Martin fue incapaz de responder por un instante, seguía pensando en cuan suaves eran las manos de la directora y sentirlas alejarse de su frente le había hecho experimentar cierta desilusión, no estaba acostumbrado a recibir muestras de afecto femeninas, por lo que incluso un roce tan casual como ese había acabado por emocionarlo al punto de acelerar sus latidos. Hubiese querido tomar su mano y volver a presionarla contra él, pero sabía que un gesto como ese sería una ruta segura a ganarse una suspensión, después de todo M.O.M. no era la clase de persona que se tomaría a la ligera algo como eso y sabía por experiencia que hasta el más mínimo acto interpretable como un intento de coqueteo podría meterlo en graves problemas.

- No lo sé, me siento un poco acalorado y sentir tus manos frías fue muy agradable… ?Quiero decir! ?Tal vez sentir algo frío no me vendría mal!- Exclamó Martin intentando ocultar su nerviosismo, una vez más había hablado demasiado, de seguro M.O.M. lo suspendería por decir algo como eso, o peor aún, tal vez incluso lo expulsaría del Centro.

La directora le dedicó una mirada severa, haciéndolo con ello sentir miserable, bastaba con verla a los ojos para darse cuenta de que aquel comentario no había sido de su agrado, como si eso no fuese suficiente, el denso silencio generado tras la respuesta del chico sólo empeoraba las cosas. De seguro la directora debía estar ideando toda clase de castigos en ese instante, sin embargo su respuesta resultó mucho más amigable de lo que Martin esperaba:

- ?Quieres algo de helado?

- ?Helado?- Preguntó Martin confundido, cambiando por completo su expresión tan pronto como escuchó la inesperadas palabras de la directora, que aunque severas no estaban ni cerca de ser lo que el chico esperaba oír.- Bueno… supongo que no me vendría mal.

- ?Quieres helado o no?

La agresividad con la que M.O.M. lanzó la pregunta hizo a Martin querer esconderse entre las sábanas durante el resto del día, sin embargo sabía que aquello sólo empeoraría el mal humor de la directora, por lo que rápidamente respondió:

- ?Si quiero, claro que quiero!

- Bien.

M.O.M. tomó la bandeja del almuerzo y abandonó la habitación, resultando evidente para Martin que si no lo había reprendido tras oír su comentario de seguro era gracias a su delicado estado de salud. La directora odiaba que sus subordinados intentasen sobrepasar el límite de su relación laboral con ella, en especial cuando se sentían lo suficientemente confiados como para coquetearle, aquello resultaba sumamente irritante para ella y si había alguien que lo sabía era Martin.

Jamás olvidaría cuando, durante su última misión del semestre a comienzos de las vacaciones de verano, llegó a la oficina de M.O.M. junto a Diana y Java para recibir instrucciones referentes a un caso, encontrándose con la sorpresa de que la directora se encontraba bronceándose en bikini, lo cual no hubiese significado gran cosa de no ser porque una vez más él y su enorme bocota cometieron el terrible error de hacer un comentario sin pensar al respecto. Aun siendo hecho fuera de la oficina y lejos de su vista, Martin no consideró que aún se encontraban demasiado cerca como para expresar a viva voz su opinión respecto a la apariencia de la directora. Tan cerca estaba que las palabras llegaron a sus oídos y lo que no debía pasar de ser una simple misión para investigar unos misteriosos avistamientos en un campamento de verano terminó por amarrarlos en una horrible labor de guías de exploradores durante toda una semana de sus vacaciones como castigo aun cuando el caso ya había sido resuelto. Como si eso no hubiese sido suficiente tuvo que además soportar una muy incómoda charla con M.O.M. a causa de ello, todo por no saber cerrar su boca ni siquiera en el momento menos oportuno.

- Te traje tu helado…- La voz de M.O.M. sacó a Martin de sus pensamientos, aún parecía molesta, por lo que procurando no decir más de lo necesario para evitar empeorar su enojo, tomó asiento sobre la cama y aceptó la copa de helado.

- Gracias…- Respondió el chico abriendo la boca tan rápido como vio a M.O.M acercarle una cucharada.- Está muy bueno… ?Dónde lo compraste?

Las palabras de Martin no habían sido simplemente de buena crianza, legítimamente aquel debía ser uno de los mejores helados que recordaba haber comido en su vida. Tenía la cremosidad perfecta, además su sabor se sentía sumamente natural, sin duda se trataba de un helado costoso, lo que no le resultó para nada sorprendente, viendo como M.O.M. amaba rodearse de las cosas más sofisticadas era ridículo pretender que llegase con un helado mediocre.

- Yo lo hice.- La respuesta de la directora tomó a Martin por sorpresa.

- ?De verdad? Pensé que no sabías cocinar.

- Cocinar no es exactamente lo mismo que hacer helados…- Comentó M.O.M. mientras le daba al chico una nueva cucharada de postre.

- Vaya… de verdad que no esperaba una respuesta como esa.- Dijo Martin antes de recibir otra cucharada de helado para luego contestar con la boca llena.- ?Dónde aprendiste a hacer tan buenos helados?

- Antes de convertirme en agente del Centro estaba dedicada al negocio de los helados, mi familia tenía una fábrica y aprendí de ellos…

- ??Trabajabas vendiendo helados!?- Exclamó el agente sin poder evitar expresar su asombro.- Eso sí que no me lo esperaba…

La respuesta de la directora dejó a Martin sorprendido, jamás hubiese imaginado que alguien tan sofisticada como M.O.M. habría trabajado en algo así. La imagen mental de la directora teniendo que lidiar con un mar de ni?os ansiosos de azúcar le pareció tan ridícula que debió esforzarse por contener las ganas de reír para evitar ofenderla.

- ?Tienes algún problema con ello?- Contestó M.O.M. irritada.

Martin se maldijo a sí mismo por reír internamente ante la revelación de la directora, no había sido capaz de disimularlo pese a todo su esfuerzo. No entendía cómo era posible que le fuese tan fácil molestar a M.O.M., parecía como si sólo empeorase las cosas con cada uno de sus intentos por evitar arruinarlo todo.

- ?Claro que no! De hecho creo que es un gran negocio ?No has considerado la posibilidad de incluir a un nuevo miembro en tu proyecto? Siempre he pensado que tengo potencial para ser un magnate de los helados, soy un experto a la hora de idear nuevos sabores.- Comentó Martin con una sonrisa pedante que sólo consiguió empeorar las cosas con la directora.

- Martin…- Dijo M.O.M. con una severidad que asustó al chico.- ?Podrías hacerme un favor y sólo callarte por un segundo?

El agente cerró la boca avergonzado tras oír las palabras de la directora. Una vez más lo había arruinado todo ?Y así pretendía conservar su empleo como agente del Centro? A ese paso de seguro sería afortunado si M.O.M. no decidía expulsarlo una vez le dieran el alta.

Evitando emitir hasta el más mínimo sonido, Martin recibió cada cucharada de helado sintiendo la gélida mirada de M.O.M. posarse sobre él repleta de odio. Sabía que si no quería meterse en problemas debía permanecer callado, por lo que mientras tragaba el postre comenzó a enumerar mentalmente todas las actitudes con las que había conseguido sacar a la directora de quicio desde que entró al dormitorio a modo de autocrítica.

Sin embargo sus pensamientos terminaron por llevarlo a una conclusión diferente, pese al frágil estado de su memoria, todas las cosas que recordaba haber dicho durante su conversación parecían inofensivas, no la había ofendido, ni tampoco destruido algo en la habitación, de todas las interacciones que conseguía recordar aquella era sin duda la más tranquila que habían tenido y aun así estaba siendo tratado peor de lo usual ?A qué se debía tanto enojo si ninguno de sus comentarios parecía insultante o agresivo? ?Acaso había hecho algo durante la misión o tal vez en su oficina antes de perder la memoria que la tenía tan molesta? Necesitaba saberlo, tenía que encararla al respecto, no podía aceptar seguir soportando un trato tan agresivo de su parte sin una explicación que lo justificase.

- Sabes…- Comentó Martin juntando valor para fruncir el ce?o luego de tragar la última cucharada de helado.- si tanto te desagrada hacerte cargo de mí deberías dejar que alguien más lo haga, en serio…

- ?Desagradarme?- Por primera vez la severa expresión de la directora fue reemplazada por un gesto de sorpresa.

- ?Claro que sí!- Exclamó Martin enfadado, sintiéndose amparado por la inesperada reacción pacífica de M.O.M.- ?Qué acaso no es obvio? ?Me has estado tratando pésimo desde que desperté! No es mi culpa que hayas decidido jugar a la enfermera conmigo ?Esa fue tú decisión y lamento que cuidarme no sea tan genial como ir por ahí dando órdenes y gritándole a la gente, pero tú elegiste esto, no yo, jamás te pedí que me cuidaras!

Una vez más lo había arruinado todo, de seguro aquel comentario haría que M.O.M. lo despidiera, pero ya no soportaba ser tratado con tanto desprecio sin motivo, aún si aquello implicaba ser despedido necesitaba defenderse, ya encontraría el modo de asumir las consecuencias por duro que resultase, pero no podía callarse ante una situación como esa en la que era tan maltratado sin razón alguna salvo haber salido herido de una misión.

- Supongo que tienes razón…- Contestó la directora desviando la mirada.

- ?La tengo?- Martin no podía creer lo que oía, jamás imaginó que escucharía a M.O.M. decir algo como eso.- Pensé que estabas molesta conmigo.

- ?Por qué habría de estarlo?- Preguntó M.O.M. sin abandonar su tono severo.

Martin reflexionó por un instante, la directora tenía razón, no había realmente un motivo de peso para que estuviese molesta con él, no al menos uno que él pudiese recordar. Pero su enojo resultaba evidente y aquello le hizo pensar que debía ser su culpa. La idea de que la causa no estuviese relacionada con él mismo jamás se le pasó por la cabeza.

- No lo sé.- Respondió Martin confundido.- Considerando que aún no puedo recordar todo lo que ha sucedido durante los últimos días es fácil imaginar que debí hacer algo que te hizo enojar en ese tiempo.

- Quiero que sepas que por muy sorprendente que parezca no estoy molesta contigo, no al menos por ahora.

- ?Entonces no hice nada malo durante la misión?- Preguntó Martin confundido.

- No exactamente, poner tu vida y la de tus compa?eros en riesgo no fue precisamente algo deseable, pero a pesar de ello no estoy molesta contigo.

- ?Vaya, que alivio!- Exclamó Martin dejando escapar un suspiro.- ?Pero entonces por qué me has tratado tan mal desde que desperté?

M.O.M. desvió la mirada y guardó silencio por un instante, resultaba evidente que algo la incomodaba y Martin seguía sin ser capaz de descubrir qué ?Tal vez había pasado un mal rato a causa de algún agente incompetente? ?O tal vez una de sus negociaciones intergalácticas había salido mal y la Tierra estaba bajo un ataque alienígena por su culpa? Era difícil suponer una respuesta sólo mirándola.

- Debe ser la costumbre…- Respondió M.O.M. sin romper su seriedad usual, en lo que Martin supuso debía ser uno de sus extra?os intentos de bromas.

- ?Qué? ?Hablas en serio?

Algo como eso resultaba difícil de creer para Martin, pese al comentario, la severa expresión de la directora dejaba en claro que debía haber una explicación mucho menos alegre tras su evidente molestia y el agente estaba decidido a descubrirla, aun sabiendo que M.O.M. no era precisamente una persona risue?a su gesto no era el de siempre, había algo preocupándola y notarlo en su extra?a respuesta no hizo más que despertar la curiosidad del chico, quien ahora deseaba con ansias descubrir lo que ocultaba.

- Claro que hablo en serio.- Dijo M.O.M. mientras se levantaba de su asiento cargando con la copa de helado vacía.- ahora iré a dejar esto, vuelvo enseguida.

La directora abandonó el dormitorio dejando a Martin solo una vez más, instante que el chico aprovechó para reflexionar acerca de la situación: era evidente que la directora estaba molesta y aún si él no era la causa necesitaba averiguar qué estaba sucediendo.

- ?Ya sé, Billy! Apuesto a que él sabe qué está pasando.- Pensó Martin en voz alta mientras dirigía rápidamente su mirada hacia su mu?eca, llevándose la sorpresa de que no tenía consigo el reloj-u. Observó rápidamente cada superficie a su alrededor sin mayor suerte, no había rastro del reloj-u ni tampoco de su ropa en ninguna parte del dormitorio, todo lo que llevaba consigo era la bata de la enfermería del Centro, por lo que su comunicación estaba limitada momentáneamente.

Luego de fracasar en su intento de comunicarse con Billy, Martin se dejó caer una vez más sobre la cama sin dejar de darle vueltas al tema. La posibilidad de que fuese un problema laboral eran altas, sin embargo era difícil imaginarlo como algo complejo que requiriese mucha atención, después de todo si la directora contaba con suficiente tiempo libre como para hacerse cargo de él sólo podía significar que las cosas debían ir tranquilas para ella en el Centro ?Pero qué era entonces lo que la tenía tan molesta?

- ?Te encuentras bien, Martin? ?Acaso quieres dormir una siesta?- Preguntó M.O.M. tan pronto como regresó al dormitorio y lo vio recostado con la mirada perdida en el techo.

- Estoy bien, no tengo sue?o… por cierto, me preguntaba qué pasó con mi reloj-u, no pude encontrarlo por ningún lado.- Comentó Martin sin dejar de observar cada paso de la directora en un intento por captar sutilezas en su lenguaje corporal, sin embargo nada en su felino caminar rumbo al sitial parecía indicar nada revelador.

- Eso es porque se encuentra almacenado con el resto de tus cosas, no te preocupes por él.

Las palabras de M.O.M. lo aliviaron, saber que su reloj-u seguía intacto era una buena noticia.

- ?Genial! En ese caso ?Puedo tenerlo de vuelta? Ya perdí la costumbre de estar sin él.

- Me temo que no puedo entregártelo, tu estado aún es delicado y por el momento lo mejor será que descanses lejos de artefactos que puedan provocarte estímulos fuertes.

- ?Estímulos fuertes? ?Vamos M.O.M.! Hablamos de mi reloj-u, no de un videojuego ?Qué clase de emoción fuerte podría causarme?- Preguntó Martin dudoso frente a aquella sospechosa respuesta.

- Podrías tratar de comunicarte con tus compa?eros o incluso intentar una locura como escaparte del dormitorio para ir al Bloque C a intentar reconocer al monstruo, te conozco lo suficiente como para saber de lo que eres capaz.

Martin escuchó a la directora sorprendido ante la imagen que tenía de él, ni siquiera se le había pasado por la mente intentar abandonar el dormitorio, mucho menos para ir al Bloque C a ver al monstruo, sin embargo aquello no fue lo que más atrajo su atención de lo que M.O.M. acababa de decir.

- ?Por qué sería problemático que me comunicase con los demás?- Preguntó Martin con una expresión de sospecha.

- Porque tus compa?eros recuerdan los detalles de lo sucedido durante su última misión y si hablas con ellos no podremos usar los datos relacionados al caso como prueba para asegurarnos de que tu memoria se ha recuperado.

Con un gesto de incredulidad, Martin pregunto:

- ?Hablas en serio? ?No sería más simple que sólo les dijeran que no pueden hablarme respecto al caso?

- No podemos correr el riesgo, es muy fácil que filtren algún detalle por error, en especial Billy, ya sabes que no es precisamente el mejor conteniéndose a la hora de hablar.

Martin agachó la mirada ante la respuesta de la directora y dijo:

- Bueno, supongo que tienes razón… ?Pero qué hay de Diana? Después de todo ella es mi hermana y ya sabes que se le da muy bien seguir reglas ?Qué tal si hablo con ella?

- Lo siento Martin, no podemos arriesgarnos a que diga algo por error, pero no te preocupes, hemos hablado con ella y sabe que te encuentras bien, tú sólo relájate y descansa.

La respuesta de M.O.M. lejos de tranquilizarlo despertó en el agente una nueva preocupación:

- Dices que Diana sabe que me encuentro bien…- Dijo el chico con la mirada baja.- Pero soy yo quien no sabe cómo está ella ?Cómo puedo estar seguro de que realmente se encuentra a salvo?

- Me temo que no puedo darte ninguna prueba de ello.- Respondió M.O.M. con su frialdad usual, sin parecer preocupada ante la pregunta del agente.- Sólo te queda confiar en mí.

Martin la observó con creciente sospecha, dejándole en claro que algo en todo ese asunto le incomodaba. No podía creer que no lo hubiese pensado antes, por supuesto que debía haber una relación entre la aparente molestia sin razón de la directora y su determinación en impedirle interactuar con Diana y los demás. Algo había sucedido, algo muy malo y M.O.M. se lo estaba ocultando.

- ?Cómo puedo confiar en ti cuando dices que no debes dejar que experimente emociones fuertes?- Preguntó Martin agresivamente.- ?Considerando eso es obvio que si algo malo hubiese sucedido me lo ocultarías! ?Cómo quieres que piense algo diferente?

M.O.M. observó irritada a Martin desde su sitial con los brazos cruzados. No parecía alterada pese al evidente aumento en la desconfianza del agente hacia ella.

- ?Tienes alguna prueba de que Diana está herida?- Preguntó M.O.M.

- ?Claro que la tengo! ?Qué acaso tu extra?a actitud no te parece prueba suficiente?- Exclamó Martin cada vez más exaltado.

- Diana está bien y no tiene nada que ver en esto, si quieres creer que estoy intentando ocultarte algo al respecto hazlo, no tengo cómo detenerte, pero quiero que sepas que mientras más te exaltes más tardará tu recuperación y por ende más tiempo tomará que puedas ver a Diana nuevamente.

- ?Mi recuperación dices? ?Pero si ni siquiera me siento enfermo! - Exclamó Martin en irritada exaltación.- ?Si no fuese por esta tonta pérdida de memoria me sentiría igual que siempre!

Ahora que lo pensaba aquello era algo que no había considerado, más allá de su desagradable despertar nada en él parecía fuera de lo común, no sentía dolor y podía moverse sin problemas, resultaba evidente que todo se reducía a su pérdida de memoria ?Qué clase de ataque había recibido como para que el da?o sólo hubiese afectado sus recuerdos y por qué a pesar de no parecer grave M.O.M. se preocupaba tanto?

- Ya te dije que estás fuera de peligro y que sólo es cuestión de tiempo que te repongas, deja de darle tantas vueltas al asunto.- Respondió la directora levantando el tono de su voz, aun cuando se había esforzado por mantener la calma parecía cada vez más molesta frente a la desconfianza de Martin.

- Dime M.O.M. ?Qué clase de ataque utilizó ese monstruo para vencerme?- Preguntó el agente juzgándola negativamente con la mirada.

- No puedo decírtelo Martin, sabes que te enterarás tan pronto como recuperes tu memoria.

- Mi reloj-u… si lo tuviera conmigo podría revisar el legendex y averiguar más al respecto ?Por eso me lo quitaste! ?No es así?

M.O.M. lo observaba cada vez más irritada:

- Claro que no puedo dejar que busques información sobre el caso en el legendex, mucho menos que hables con los demás agentes, creo haberte explicado muy bien mis razones para no permitírtelo.

Mientras M.O.M. daba su respuesta, Martin repasaba una y otra vez cada detalle que había oído respecto a la situación en que se encontraba en un intento por encontrar más pistas referentes a qué era lo que la directora ocultaba, todo lo que sabía era que durante su última misión había sido herido por un monstruo luego de rescatar a Diana y que a causa de ello el Centro había tenido que llegar con refuerzos para ayudarlos.

- Dijiste que tuvieron que apoyar a Diana y a Java con refuerzos luego de que el monstruo me lastimase…- Comentó Martin en actitud reflexiva, la respuesta al misterio parecía aclararse cuanto más pensaba en el asunto.- si sólo yo salí lastimado significa que tanto Diana como Java aún estaban en condiciones de vencerlo…

- ?Qué clase de paranoia conspirativa estás proponiendo ahora, Martin?- Preguntó M.O.M. de mala gana.

- ?Acaso no es obvio?- Se?aló Martin esbozando una sonrisa decidida.- Sé que Diana no sería capaz de ganarle a un monstruo que pudo vencerme, pero teniendo a Java de su lado y considerando que salió ileso de la misión es obvio que debió dar la pelea y ganar, Diana no habría pedido refuerzos a menos que Java hubiese sido vencido, y es obvio que ese no fue el caso.

- ?Y por qué crees que yo necesitaría inventar algo como eso?- Preguntó la directora con gesto amenazante y sin dar se?al de que las palabras de su agente la intimidasen.

- ?De verdad debo contestar a esa pregunta?- Preguntó Martin de vuelta con un infantil tono amenazante acompa?ado por una sonrisa triunfal.- ?Es obvio que esto es una trampa y que tú no eres M.O.M! ?Apuesto a que eres el monstruo y estoy atrapado dentro de una ilusión creada por ti para detenerme! ?Pero quiero que sepas que he visto por entre tus enga?os y no pienso dejarte ganar!

La directora observó al chico con una evidente expresión de fastidio sin moverse del sitial en donde se encontraba y, con su severo pero tranquilo tono de siempre, respondió:

- Martin, no soy un monstruo y esto no es lo que crees.

- ?Dices que no es lo que creo?- Preguntó Martin amenazante.- ?Pero qué es entonces? ?Acepta que he visto por entre tus enga?os, monstruo!

Frente a las poses de kung fu del agente y el evidente escándalo que estaba decidido a armar, M.O.M. dejó escapar un suspiro y luego de permanecer en silencio por un instante dijo:

- Martin, detén esta tontería por un segundo y pon atención a lo que digo: voy a hacerte una pregunta y quiero que me respondas con lo primero que se te venga a la mente ?Entendido?

El chico bajó levemente la guardia sin dejar su pose de combate por completo mientras esperaba la pregunta de M.O.M. como si se tratase de un ataque.

- ?Qué es lo último que recuerdas antes de despertar en esta habitación?

- Veamos…- Dijo Martin esforzándose en hacer memoria.- Recuerdo haber estado jugando un videojuego, Diana se quejó de que si seguía todo el día pegado al televisor se me freiría el cerebro…

- ?Dónde fue eso?

- ?En Torrington?...- Dijo Martin sin parecer convencido de su respuesta.- No, no fue ahí, fue en casa, Diana estaba molesta y decía que mi ruido le impedía concentrarse en escribir su novela, ahora que lo pienso parecía muy irritada…

- ?Qué clase de novela escribía?

- Una muy tonta llena de esas cosas cursis que le gusta escribir.- Contestó Martin con tono burlón.- ya sabes, historias de amor con un montón de palabras complicadas para hacerlas parecer más profundas de lo que realmente son, apuesto a que debe ser horrenda, Diana es la persona menos creativa del universo.

- ?Qué más recuerdas?

Martin se tomó la barbilla en un gesto reflexivo y continuó con su relato.

- Creo que estaba molesta porque había perdido mucho tiempo por culpa de… ?una misión?- Aquello llamó la atención de Martin, no tenía la sensación de que esos recuerdos fuesen recientes, sin embargo eran lo primero que se le venía a la cabeza al intentar recordar eventos cercanos.

- ?Recuerdas en qué consistía esa misión?

- Claro.- Respondió Martin.- Fue esa que nos diste justo durante el primer día de nuestras vacaciones de verano, cuando tuvimos que hacernos pasar por guías de campamento para acabar con un lagarto extraterrestre come-ni?os ?Cómo olvidarlo? Por poco arruinaste nuestras vacaciones, en especial luego de que nos dejases a cargo de ese montón de mocosos irritantes. Me gustan los ni?os ??Pero tener que dirigir a tantos?! Puedo sobrevivir a un ataque de monstruos ?Pero a un trabajo como guía de campamento? Por poco pensé que no lo lograría.

- No exageres, sólo fue una semana como guía y además Diana y Java estaban contigo.

- ?Dices que exagero? ?Claro, como tú no tuviste que hacerte cargo de todo esos enanos hasta que estuviesen de vuelta los guías no tienes idea de lo horrible que fue soportarlos!- Refunfu?ó Martin indignado, dejando ver todo su dramatismo en cada palabra. El recuerdo había borrado por completo su actitud defensiva para reemplazarla con el vívido sufrimiento que aquella horrible semana estando a cargo del campamento de verano le había provocado.

- Tal vez si no hubieses hecho comentarios fuera de lugar sobre mi apariencia no habrías terminado perdiendo toda una semana de vacaciones lidiando con esos ni?os.

Martin sintió una sensación fría recorrerlo al oír las palabras de la directora, no esperaba que siguiera recordándolo, o al menos no tan vívidamente, pensaba que con todo lo que M.O.M. tendría que hacer a diario en el Centro lo olvidaría pronto, pero resultaba evidente que ese no había sido el caso.

- ?Sigues molesta por lo que dije aquella vez?- Preguntó Martin avergonzado.

- No realmente… pero ni creas que he olvidado tu comentario sobre mi edad.

El enfado en las frías palabras de M.O.M. resultaba evidente, dejándole claro a Martin que aún no había superado su molestia al respecto. Despertar en ella el recuerdo de seguro le traería problemas, si ya estaba enojada antes no quería ni imaginar qué clase de actitud tomaría ahora que había recordado un momento tan incómodo como ese.

- Pero M.O.M., ya te dije que sólo fue un mal entendido, no tiene sentido recordar situaciones como esa.- Respondió Martin con una sonrisa nerviosa.

- Claro que lo tiene, de ninguna manera pienses que sólo porque hablamos al respecto iba a olvidarlo tan fácilmente.

La gélida mirada de la directora se mantenía fija en Martin con un gesto que de seguro hubiese hecho explotar al joven agente de haber tenido la posibilidad, haciendo al chico tragar incómodo saliva mientras pensaba en alguna forma de distraerla para devolver el tema a su curso inicial.

- ?Vamos!- Exclamó Martin sonriendo incómodo.- ?Qué tiene esto que ver con lo que estamos viviendo ahora? Ya sabes lo que dicen, pasado pisado, especialmente cuando tenemos cosas mucho más importantes en las que pensar.

- No lo creo, dejando tu paranoia de lado no hay nada más importante que analizar el estado de tu memoria y me parece que este es un muy buen ejercicio para hacerlo.

Martin le dedicó un gesto nervioso, dejando en evidencia la incomodidad que sentía en ese instante frente al tema, jamás pensó que debería recordar esa conversación una vez más, por lo que maldijo su mala suerte, no podía creer que de todos los temas posibles para poner a prueba su memoria hubiese terminado justo en uno de los más complicados.

- ?Y qué tal si analizamos otros recuerdos en vez de ese?- Dijo Martin mientras se esforzaba por esbozar una sonrisa en un intento por hacer que la directora se apiadara de él.

- ?Por qué no podría ser ese? Considero que es un muy buen recuerdo para poner a prueba tu memoria, después de todo está lleno de detalles y ambos fuimos partícipes, será fácil comprobar si lo que dices es correcto ?Qué es lo que te molesta tanto de él?

No podía creer que la directora estuviese haciendo algo como eso, de seguro era su venganza por dudar de ella, sabía que ese recuerdo la haría enojar y nada bueno podría salir de ello.

- Bueno… ya sabes, es un recuerdo incómodo…

- ?Incómodo? No parecías incómodo cuando le comentaste a Billy tu opinión sobre mi apariencia, de hecho sonabas muy confiado en ese entonces.

Las palabras de la directora detonaron de inmediato el recuerdo en Martin, quien volvió a experimentar el mismo temor de aquel día en que sentado frente al escritorio de M.O.M. veía como la directora lo observaba con desprecio desde su sitial bajo absoluto silencio. Desde el primer momento en que escuchó la se?al del Centro y Billy le aclaró con evidente incomodidad que M.O.M. quería verlo a solas supo que nada bueno podría salir de eso, especialmente considerando que la directora le había advertido que una vez terminada la misión en el campamento de verano tendrían una seria charla respecto a su comportamiento. Como lamentaba que sus esperanzas de que M.O.M. olvidase el asunto no se hicieran realidad, considerando los días que habían pasado de verdad creía que lograría salvarse de la reprimenda.

- Imagino que sabe la razón por la que lo he llamado a mi oficina, agente Mystery.

- Puedo imaginarlo…- Dijo Martin sin poder evitar mirarla incómodo.- Aunque perdona que lo pregunte, pero… el traje de ba?o ?Era realmente necesario?

Aquel detalle había tomado a Martin por sorpresa tan pronto como entró a la oficina. Sabía que la llamada sería para reprenderlo por su comentario, pero no esperaba que la reprimenda incluyese a M.O.M. vistiendo el bikini de la discordia ?Acaso era su forma de dejarle en claro cuál era el tema de la reunión?

- Pensé que considerando cuan convenientemente selectiva puede llegar a ser tu memoria de seguro olvidarías la razón por la que te llamé a mi oficina, así que preferí volver a usar mi traje de ba?o en caso de que necesitases refrescar tu memoria.- Respondió M.O.M. con tono severo ante la mirada nerviosa de Martin, quien se esforzaba en evitar observarla del cuello para abajo temiendo que hacerlo empeorase su castigo.

No había duda, M.O.M. estaba molesta y su traje de ba?o era la prueba de que estaba decidida a hacérselo notar. Debía darse prisa en encontrar las palabras correctas para calmarla si quería salvarse de un castigo adicional.

- Antes de que me digas cualquier cosa.- Dijo Martin bajo una avergonzada actitud de sometimiento.- quiero dejar en claro que estoy profundamente arrepentido y he aprendido mi lección, juro que nunca más volveré a hacer un comentario como ese, estuvo muy mal y no ocurrirá otra vez.

Martin observó a M.O.M. de reojo mientras intentaba conmoverla con gestos melodramáticos que le daban el aspecto de un ni?o recitando poesía, descubriendo que su disculpa no parecía haber surtido efecto en la directora, quien seguía dedicándole una mirada fulminante desde lo alto.

- Imaginé que dirías algo como eso y déjame decirte que no me agradan las disculpas dichas sólo para salvarse de una situación desagradable.

Martin tragó saliva mientras observaba con ojos de víctima a la directora, quien parada frente a su escritorio y vistiendo el traje de ba?o que había detonado el problema lo miraba con un gesto frío. Ahora con su plan arruinado, su cabeza luchaba por encontrar otra frase que pudiese salvarlo de la horrible reprimenda que se acercaba a pasos agigantados ?Qué clase de castigo recibiría por ello? ?Suspensión, limpiar pasillos, expulsión tal vez? Mientras no diera con una mejor excusa no le quedaba más alternativa que seguir intentando conmoverla.

- De verdad lo siento M.O.M., pero en mi defensa debo decir que también dije que ese traje de ba?o te quedaba muy bien ?Qué acaso eso no disminuye la falta al menos un poco?- Dijo Martin sonriendo nervioso, sin lograr con su comentario que M.O.M. se apiadase de él.

- Verás Martin.- Comentó M.O.M. mientras abandonaba su escritorio para acercarse al sitial en el que Martin se encontraba sentado, cada paso que daba hacía sentir al joven agente que estaba a punto de enfrentarse a una amenaza mucho peor que todas las vistas por él hasta ese momento.- Esto no se trata de qué opines sobre mi traje de ba?o, ni mucho menos de mi edad, sino de que soy quien dirige este lugar y también tu jefa, tu destino como empleado depende por completo de mí y aunque entiendo que seas joven y que tu energía pueda resultar problemática a veces hay algo que jamás perdono, y eso es que un empleado sienta que tiene derecho a pasar por encima de mi autoridad sólo porque sus hormonas se lo dictan.

Hundido en su sitial, Martin percibía aterrado como la directora lo observaba desde lo alto con la mirada más dura que le había visto en todo su tiempo como agente del Centro, al punto que ni siquiera verla vistiendo un bikini parecía mejorar las cosas. Era la primera vez que la notaba tan molesta, sin duda el comentario se había sentido como una ofensa para ella y resultaba evidente que no estaba dispuesta a aceptar una disculpa.

- ?Lo siento M.O.M.!- Exclamó Martin cada vez más asustado.- Jamás pensé ofenderte con ello, supongo que fui muy impulsivo al decirle a Billy que te veías bien en traje de ba?o…

- Y tratarme de vieja…- Dijo M.O.M. con amargura en su voz.

- ?Pero también dije que si fueses más joven serías casi mi tipo de chica! ?Que eso no lo compensa?

Tras oír su respuesta, la directora volvió a dedicarle una mirada fulminante y con tono amenazante dijo:

- Ni siquiera un poco…

Martin agachó la cabeza y apenado contestó:

- Bueno… al menos lo intenté.

Recordar aquella conversación se sintió como un trago amargo para el chico que ni siquiera haber visto nuevamente a M.O.M. en bikini compensaba, era imposible guardar un buen recuerdo de ello cuando cada imagen mental era acompa?ada por la aniquiladora mirada de la directora que parecía estar decidida a despedazarlo. Pensaba que con su castigo de cuidar ni?os durante una semana y una reprimenda bastaría para sellar aquella incómoda anécdota, pero ahora que habían vuelto a tocar el tema sabía que una vez más M.O.M. se encargaría de recordarle su falta.

Sin embargo el comentario de la directora no llegó y todo lo que Martin recibió en su lugar fue indiferencia. No hubo críticas ni miradas amenazantes, en su lugar M.O.M. permanecía en su sitial junto a la cama en una inexplicable actitud reflexiva.

- ?Pasa algo?- Preguntó Martin preocupado de que estuviese una vez más enfurecida ante el recuerdo.

- No, todo está bien, sólo me dejé llevar por mis pensamientos.

- Quiero que sepas que estoy muy arrepentido de todo lo que dije, en realidad creo que eres alguien genial y te respeto mucho.- Dijo Martin con exagerada humildad.

- Eso no cambia el hecho de que sigues pensando todo lo que dijiste de mí.

Martin sintió una sensación helada recorrerlo al sentir la mirada de la directora posarse sobre él con toda su fría dureza, M.O.M. estaba lejos de ser una persona ingenua y por mucho que intentase convencerla de que ya no pensaba nada de eso sabía que sería imposible lograrlo, por lo que avergonzado y con la mirada baja respondió:

- Sería estúpido de mi parte pretender negártelo, jamás me creerías…

Ambos permanecieron bajo un incómodo silencio por unos segundos, en los que el chico observó a la directora sin dejar de preguntarse qué clase de castigo estaría planeando, su intimidante expresión dejaba en claro que diría algo contra él y pese a su intento por actuar sumiso no pudo evitar sentirse molesto. Sabía que hablar sobre M.O.M. y su traje de ba?o estuvo mal, pero ya había recibido castigo de sobra por ello y que la directora pretendiera seguir reprochándoselo pese al tiempo transcurrido desde entonces no dejaba de parecerle injusto.

- ?Qué quisiste decir exactamente al mencionar que si fuese más joven sería casi tu tipo de chica?- Preguntó M.O.M. mirándolo de reojo sin abandonar su seriedad.

Aquella pregunta tomó a Martin por sorpresa, no esperaba oír algo como eso y aunque honestamente ni siquiera recordaba con exactitud lo que había dicho no dudaba del testimonio de la directora, calzaba con lo que él pensaba y no le parecía extra?o que hubiese sido parte de lo que le había dicho a Billy, M.O.M. le parecía atractiva pese a su edad y sin duda verla en traje de ba?o no había hecho más que confirmar lo que pensaba.

- ?Qué dices? Pues… supongo que lo dije porque…- Martin titubeó ante su respuesta, sabía que si volvía a decir algo sobre la apariencia de M.O.M. se metería en problemas y quería evitar a toda costa repetir el incidente del traje de ba?o, pero no podía mentir, si lo hacía sería fácil notarlo para la directora y de seguro se ganaría un castigo peor por hacerlo.- Bueno… porque aunque eres mi jefa y la mejor agente del Centro a la que absolutamente respeto… en fin… no puedo negar que eres atractiva y como nunca antes te había visto en traje de ba?o… ?Pero juro que algo como eso no significa que no te respete! Te respeto, te respeto mucho, jamás te vería de otro modo que no…

- Martin.- La directora interrumpió en seco el balbuceo del chico.- Quiero decirte que por alguna razón no he podido dejar de pensar en ese tonto comentario que le hiciste a Billy, y aunque odie reconocerlo creo que en el fondo sé muy bien a qué se debe, así que voy a decirlo sólo una vez y más te vale ponerme atención…

El chico sintió que el mundo se le venía abajo, un comentario como ese sólo podía significar que su mayor temor finalmente se haría realidad: M.O.M. lo despediría del Centro y todo por culpa de un estúpido comentario sobre su edad y su traje de ba?o ?Cómo pudo ser tan tonto al punto de dejar que sus hormonas le arrebatasen el trabajo de sus sue?os? Todo era su culpa y no había forma de negarlo, aquel sería el fin de su carrera como agente del Centro, adiós a perseguir monstruos viscosos, adiós a su reloj-u y por sobre todo adiós a su vida so?ada.

- ?No puedes hacerme esto M.O.M.!- Gritó Martin desesperado.- ?He trabajado duro para permanecer en mi puesto! ?Dame cualquier castigo! Hazme limpiar todo el Centro por un a?o, lo que tú quieras, pero por favor no me despidas, te lo ruego, juro que te respetaré, te respetaré más de lo que…

- ?Ya cálmate Martin!- Exclamó irritada la directora al notar que el chico estaba al borde del llanto, logrando silenciarlo de forma instantánea.- No voy a despedirte…

- ?De verdad?- Preguntó el chico sonriendo con las mejillas aún rojas luego de su escena.

M.O.M. dejó escapar un tenso suspiro y agachó la cabeza en una actitud que llamó la atención del agente. Cualquiera que la hubiese visto imaginaría que tal vez estaba frustrada por algo, pero Martin no podía creerlo, si había una persona cuya actitud resultaba imperturbable era la directora del Centro, alguien como ella jamás mostraría debilidad, mucho menos nerviosismo, especialmente en una circunstancia como esa.

- Martin…- La directora desvió incómoda la mirada en un gesto de notoria vergüenza.- escucha, sé que esto te sonará ridículo y si de algo estoy segura es que voy a arrepentirme de lo que voy a decir, pero lo he pensado mucho y creo que me gustas.

- … ?Qué?

Pese a no ser precisamente una persona introvertida, Martin fue incapaz de decir algo más luego de oír las palabras de la directora, las que volvían a resonar una y otra vez en su cabeza intentando darles sentido.

- Lo que acabo de decirte…- Contestó la directora desviando incómoda la mirada.- Me gustas…

Martin seguía sin comprender, aquello no tenía sentido, de seguro había una explicación racional y todo cobraría sentido tan pronto como M.O.M. explicase mejor su respuesta.

- No entiendo… ?Quieres decir que te gusto como agente?- Preguntó Martin confundido.

- No…- Respondió la directora sin ser capaz de levantar la cabeza para mirarlo.

Ambos permanecieron en silencio sin saber qué decir para romper ese incómodo momento, aquello no tenía sentido y Martin lo sabía, ella era la directora del Centro, a quien no hacía más que sacar de quicio todo el tiempo, además tenía la edad para ser su madre, no era que eso le importase, pero siempre había pensado que lo odiaba, jamás parecía feliz de tenerlo cerca ?Cómo era posible entonces que dijese algo como eso?

- Disculpa… sigo sin entender.- Comentó Martin.- ?Te gusto como a una chica le gusta un chico? Digo… ?Como a un no… no… novio?

- No me hagas tener que decirlo otra vez…- Dijo la directora con exagerada severidad.

Ambos volvieron a guardar silencio, incapaces de saber cómo reaccionar a la extra?a situación en que se encontraban, siendo una vez más Martin quien tomó la palabra:

- Vaya, es la primera vez que una chica se me declara ?Sabes?... sé que debe sonar vergonzoso, pero… pensé que quizás te sentirías menos incómoda si te lo decía…

- Ya lo suponía, era fácil imaginarlo.

- ?Oye!- Exclamó Martin avergonzado.- ?Qué quieres decir con eso? Si no me enojo por un comentario como ese mucho menos derecho tienes tú de ofenderte por mis observaciones sobre tu traje de ba?o, al menos yo dije que te veías bien.

- Y me trataste de vieja.- A?adió M.O.M. irritada.- ni creas que lo he olvidado, así que tómalo como un empate, ahora estamos a mano.

Volvieron a guardar silencio, hablar se había vuelto difícil luego de una declaración como esa incluso para alguien tan parlanchín como Martin. A pesar de ello el silencio se le hacía más incómodo que decir algo, por lo que volvió a hablar:

- ?Y ahora qué?- Preguntó Martin sin estar del todo seguro de sus palabras.

- ?Qué quieres decir?

- Pues… ?Qué sucederá ahora? ?Seremos novios o algo?

- No lo sé…- Respondió M.O.M. sin atreverse a mirarlo más que de reojo.

- Bueno… tú también me gustas ?Sabes?- Dijo Martin avergonzado.

- Si, como te gusta cada chica que se cruza en tu camino.

- ?Oye!... Bueno, no lo puedo negar.

- ?Tienes siquiera un filtro para elegir qué chica te gusta o acaso con que sea mujer te basta?

- No es eso, es sólo que todas las chicas me agradan, por supuesto que unas me agradan más que otras, pero todas tienen algo que me gusta ?Sabes?

- ?Incluso yo?

- Sí, por supuesto que incluso tú…

- ?Qué te gusta de mí?- Preguntó la directora cada vez más incómoda, las palabras parecían salir a la fuerza de su boca.

- Pues…- Martin pensó en su respuesta por un instante y sin dar muestra alguna de incomodidad contestó enérgicamente.- no sólo eres hermosa, también eres una agente increíble y aunque me avergüence reconocerlo te admiro, a decir verdad… me enorgullece ser tu empleado…

M.O.M. dejó ver una peque?a sonrisa ante el comentario de su agente, tras lo cual dejó su lugar en el sitial para sentarse sobre la cama y envolver con sus brazos al chico en un inesperado abrazo.

Martin no podía creer lo que estaba sucediendo, jamás pensó recibir una muestra de afecto por parte de la directora, mucho menos una tan afectuosa. La calidez de su cuerpo se colaba por entre su ropa y el elegante aroma de su perfume lo envolvió por completo, nunca había estado tan cerca de ella como para notarlo. Procuraría recordar esos detalles en caso de que aquello no volviera a repetirse.

- Perdón por tratarte de vieja, mentí al decir que no eras mi tipo, en realidad eres justo la clase de mujer que siempre quise conocer.- Dijo Martin sonriendo dulcemente mientras disfrutaba de aquel cálido abrazo.

- Yo también lo siento…

- ?Qué quieres decir con que lo sientes?- Preguntó Martin confundido.

Tan pronto como el chico terminó de pronunciar su última frase, una dolorosa punzada invadió de golpe su nuca, haciéndole perder el conocimiento justo antes de que su cabeza explotase en una lluvia de baba verde, ensuciando cada rincón de la impecable habitación. Ninguno de los muebles barrocos pudo salvarse de la viscosa explosión, ni siquiera el enorme espejo del tocador que se encontraba lo suficientemente lejos de la cama como para hacer creer a cualquiera que estaría a salvo de la repulsiva sustancia verde.

M.O.M. se levantó de su lugar empapada en mucosidad y observó con gesto imperturbable la escena: el cuerpo de Martin, ahora reducido a una masa gelatinosa de baba verde brillante, se acumulaba sobre la cama en un gran charco, impregnando las sábanas de seda que había ocupado durante su corta estadía en aquella habitación. No podía negar que en el fondo le apenaba haber acabado con aquella criatura, pero era algo inevitable, lo supo desde el primer momento en que decidió llevar a cabo su plan y a pesar de que una vez lo tuvo en frente dudó respecto a su decisión, no le quedó más alternativa que asumir la responsabilidad de sus actos.

La directora sabía que se arrepentiría de ello tan pronto como entró al dormitorio, aun sabiendo que no era Martin le resultaba difícil no percibirlo como si fuese él. Sin embargo estaba segura de que había tomado la decisión correcta: gracias a su experimento había conseguido finalmente calmar ese incómodo impulso que le impedía sacarse al chico de la cabeza luego de que le hiciera ese comentario a Billy sobre su apariencia durante su última misión, oírlo definirla como casi su tipo de chica había acabado por hacer eco en su mente a tal grado que le resultaba imposible dejar de pensar en ello. Martin era sólo un ni?o y uno muy desesperante ?Por qué entonces sus palabras habían quedado tan grabadas en ella? Era fácil imaginar la respuesta por más incómoda que resultase: el chico le agradaba no sólo como un agente. Sin embargo se rehusaba a aceptar una idea como esa, no sin ponerse a sí misma a prueba primero.

Fue en ese afán científico que haciendo uso de los recursos del Centro y su altísimo grado dentro de la organización, tomó la decisión de clonar a Martin en secreto usando una muestra de ADN conseguida fácilmente gracias a su posición como directora. Necesitaba comprender lo que sentía por el chico y sin duda no había mejor forma de hacerlo que simulando una confesión usando a un clon, sabía que podría parecer exagerado, pero necesitaba estar segura de qué era lo que sentía por él y lo había conseguido.

?Qué pudo haber despertado en ella sentimientos de ese tipo por alguien como Martin? Los hombres jóvenes jamás le habían parecido atractivos, mucho menos si se comportaban de forma tan infantil como su agente ?Sería acaso una crisis de la mediana edad? Tal vez, no lo descartaba. Sin importar cuál fuese el motivo una cosa era segura: sus sentimientos por el chico no pasaban de ser un capricho, una extra?a treta de su subconsciente intentando jugarle en contra y como todo impulso irracional debía ser controlado. Aquello que sentía no era amor y aunque su simpatía hacia Martin resultaba innegable, confundirla por algo más la había preocupado al punto de llevarla a realizar un experimento tan extra?o como ilegal para calmar sus dudas. Descubrir que sólo se trataba de un impulso la tranquilizó, si sólo no hubiese tenido que pasar por una situación tan desagradable para comprobarlo todo habría sido más fácil.

Salió de la habitación y regresó a su oficina cerrando la puerta tras de sí, pronto enviaría a alguien a hacerse cargo del desastre, sabía que si tardaba demasiado en limpiar las sábanas esas manchas de baba verde serían difíciles de quitar, considerando lo que sucedería no debió dejar que Billy pusiera un conjunto tan costoso esa semana.

- ?M.O.M.? Vaya sorpresa, no sabía que aún seguías en la oficina.- La directora se volteó para ver a Billy, quien la observaba sonriente desde su peque?o platillo volador.

- Hoy tuve que hacer horas extras.- Se?aló M.O.M. con severa tranquilidad.- Quedaba mucho trabajo pendiente. Por cierto, necesito que llames al equipo de limpieza para que se encarguen de mi cuarto de descanso, hubo un peque?o accidente con el experimento que estaba realizando dentro y el lugar está hecho un desastre.

- ?Un accidente?- Preguntó Billy sorprendido.- Vaya, y eso que Martin ni siquiera estaba aquí para provocarlo.

- Sólo espero que no esté contagiándome su torpeza.- Contestó disgustada la directora.

- Lo dudo mucho… en fin, realizaré la solicitud para que limpien tu cuarto a primera hora, quedará como nuevo ?Ya verás!- Dijo el extraterrestre con una alegre sonrisa.

- Eso espero, si vuelvo a ver una sola gota de baba verde creo que me volveré loca.

- Puedo imaginarlo.- Contestó Billy.- En fin, buenas noches M.O.M.

- Si, buenas noches.

La directora abandonó su oficina y se encaminó rumbo a la salida, ahora que la limpieza estaba programada podría definitivamente considerar el problema como resuelto.

- Fin -


Nota del autor:

?Pensaban que tras Los guardianes del tiempo final no me quedarían más ideas? La verdad es que aún tengo varias en proceso y esta era una de ellas: un no muy peque?o oneshot Martin x M.O.M. con un concepto sencillo basado en la versión novelizada del episodio Summer Camp Nightmare (para quienes no sepan a qué me refiero: en Francia lanzaron versiones novelizadas de dieciséis capítulos, tienen algunas peque?as diferencias muy curiosas y si eres fan de la serie definitivamente vale la pena leerlas), en ella Martin hace un comentario desubicado acerca de M.O.M. y su traje de ba?o, lo que la hace enojar y por supuesto sacárselo en cara al final del episodio. Esta escena fue gran parte de lo que inspiró este fic que una vez más no va hacia lo romántico, definitivamente no veo a esos dos llevando una relación muy sana, pero a pesar de ello me encanta su mecánica, se me hace una de las más interesantes dentro de la serie.

?Nos vemos en el siguiente fic!