Bind Your Love

Flaky pudo definirse a sí misma como una chica enamoradiza, demasiado para su gusto a veces; Flippy diría que fue adorable, ella vio en eso un peque?o defecto.

Pero no la malentiendan, eso no significa que Flaky vaya por la vida enamorándose de cuanto hombre se cruza en su camino, ni que las historias rosas de las que suele gustar leer se reproduzcan de inmediato en su mente en cuanto conoce a un chico, para empezar, porque es demasiado tímida incluso para eso, y en segundo lugar, y tal vez lo más importante, Flaky tiene novio desde hace cuatro a?os.

Una sonrisa tiro de sus labios.

Flippy no es un tipo que sea de especial agrado para sus amigas, bueno, sí lo fue, cuando se mudó a Happy Tree Town y las chicas, Giggles para ser específicos, vieron en él lo que ningún otro chico tenia, lindos ojos menta, un cuerpo bien esculpido y la que podría ser la actitud más caballerosa que habían visto nunca, el agrado fue casi inmediato.

– ?Es mío! –anunció Giggles, como si esa fuese una competencia por ver quien reclamaba primero al nuevo soltero del pueblo.

–Eso será difícil incluso para ti –se?aló Petunia, viendo al hombre pedir algo en la barra de la cafetería.

–Habla por ti –ninguna otra palabra fue pronunciada antes de que la pelirrosa caminará decidida hasta donde se encontraba el nuevo habitante.

Ellos hablaron por poco tiempo, muy poco tiempo de hecho, antes de que Giggles regresará con la sonrisa más grande que le había visto nunca.

– ?Saldré con él esta noche! –argullo, abrazando a Petunia alegre.

Sus ojos rubí viajaron de inmediato al hombre que bebía café en la barra, detallando cada aspecto de él, desde su cabello verde, los pantalones militares y las botas pesadas, hasta la barbilla cuadrada con un ligero rastro de barba ahí, y esos ojos menta que le miraron de regreso.

Sus mejillas pálidas rápidamente se ti?eron de rojo mientras lo veía sonreír en su dirección.

– ?Tienes que prepararte para tu cita con él!

Aun podía sentir esas esmeraldas sobre ella mientras sus amigas chillaban emocionadas por que alguna de ella tuviera una oportunidad con él chico más guapo que alguna vez pudieron conocer.

Flippy acompa?ó a Giggles a esa misma cafetería dos semanas después, se presentó y pagó la cuenta, escuchando como la pelirrosa les contaba sobre cuán compatibles resultaron ser.

– ?Estuviste en el ejército? –la sorpresa fue palpable en el tono de Petunia, ante las palabras del peliverde.

–Si –él se notó un poco incómodo por el tema, sin embargo eso no evitaba que la curiosidad pícara en Flaky. –Pero fui dado de baja.

– ?Por qué?

La pregunta escapó sin que ella pudiera hacer mucho para detenerla y ahí se instaló la tensión en el ambiente. Giggles no volvió a salir con Flippy, pero eso no significó que Flaky dejará de encontrarse con él peliverde, principalmente porque Happy Tree Town no es un pueblo muy grande.

Flaky tendió a tener miedo sobre muchas cosas, había visto tantas cosas en televisión como para temer a muchas cosas, tal vez no al grado de Petunia con los gérmenes, pero ella lidio con sus propias locuras.

Pese a ello, comenzar a tener una amistad con el ex militar no fue un problema.

Tal vez en un inicio lo fue, se sentía un poco –mucho– miedo cada vez que se encontraban en el supermercado, pero esto no tardó mucho en cambiar.

– ?Necesitas ayuda? –su cuerpo se congeló al escuchar esa voz a sus espaldas.

Su corazón comenzó a latir tan rápido, sus piernas temblaron más de lo que lo harían considerando que se encontraba de puntillas intentando alcanzar la kétchup en los estantes superiores, su mano apenas si rozaba la madera, aunque no pudo concentrarse mucho en ello cuando noto la mano masculina tomar el envase.

Tomó una respiración profunda antes de girarse sobre sus talones y al fin encarar al hombre que ahora le extendía el producto.

–G-Gracias –murmuró, apretando la salsa de tomate contra su pecho.

Y eso pareció ser suficiente para que la sonrisa amable del hombre se desvaneciera.

–Si necesitas algo, no dudes en pedírmelo –y sin más se fue en la misma dirección en la que había llegado.

Flaky se sintió terrible al recordar esa mirada llena de aprensión. Y aun cuando sabía que se odiaría por eso más tarde tomó las pocas cosas que le faltaban, camino rápido hasta la caja y después de pagar por sus compras espero frente a la camioneta del ex militar.

–Hola –saludo, tan pronto apareció en su campo de visión.

–Hola –correspondió, algo confundido.

El ambiente se sintió tenso en los largos minutos en los que ninguno de los dos pronunció nada.

–Tengo que ir a casa, compre algunas cosas que se descongelaran si no llego rápido –se excusó, pasando de largo su menuda figura.

Se arrepentiría después, y lo sabía, pero eso no evitó que preguntara mientras acomodaba sus compras en los asientos traseros de su camioneta.

– ?Tienes algo que hacer esta noche?

Está de más decir que él estaba confundido, hace apenas veinte minutos ella parecía horrorizada con la idea de permanecer en el mismo espacio, y ahora lo invita gustosa a su casa solo porque se siente culpable. ?l pareció captar eso, ya que pronto una sonrisa cautelosa se deslizo en su rostro.

–No tienes que hacer esto ?sabes? Has sido muy amable, pero entiendo si no quieres que nos crucemos mucho.

Algo en todo ese discurso y en la expresión abatida del más alto logra que el corazón de Flaky se sienta tan cálido, que no tardo en negar.

–Mi oferta es sincera –explico –podremos ver una película, o salir a algún lugar, de verdad me gustaría que fuéramos amigos.

?l medito unos segundos antes de asentir.

–Bien, podemos ver una película en tu casa, sí eso te hace sentir más cómoda –la sonrisa amable en su rostro pudo calmar un poco sus nervios, aunque sus manos se sintieron sudorosas. – ?Quieres que te lleve a casa?

–No quiero ser una molestia… –sus dedos juguetearon con las asas de las bolsas.

–No es ninguna molestia, pero si no quieres lo entiendo –el revolvió un poco su mata color bosque, antes de subir a su Jeep.

– ?Quiero ir!

Esa tarde, Flaky fue más audaz de lo que nunca lo había sido, no estuvo segura de cuán seguro era ignorar las alarmas constantes en su cabeza, pero bueno, no hubo mucho tiempo para pensar en ello. Flippy resultó ser un hombre fascinante, amable como ninguno, que la saludaba cada ma?ana al salir de casa y era aún mejor de lo que Giggles alguna vez describió.

– ?No puedes salir con él! –chilló Giggles, molesta con la noticias de la nueva amistad de la pelirroja

–No estamos saliendo –explicó Flaky, tirando de la manga de su suéter. -Solo…

–Giggles, deja que Flaky salga con Flippy –reprendió Lammy, gui?ándole un ojo ante la actitud de Giggles –Que lo tuyo con él no funciono, no quita al bombón de la lista.

– ?No me refiero a eso, Lammy! –Refutó, las miradas curiosas de ambas chicas le hicieron bufar –El tipo es raro, demasiado raro –ante la mirada burlona de la albina, la pelirrosa continuo – ?sabes? no me importaría que Flaky saliera con alguno de mis exnovios, Cuddles está disponibles.

–Flippy no es raro –comenzó, teniendo todas las miradas de inmediato en ella. Se removió incómoda, sin embargo, pudo continuar con la poca determinación que le quedaba. –Es muy amable y amigable, además tiene un gusto musical bueno y…

–Y está jodido –interrumpió Giggles.

–Estuvo en la guerra, Giggles, que tenga TEPT es muy comprensible, no está jodido –defendió, con la confianza inundándola.

–Te gusta ?cierto? –pregunto Giggles, con una sonrisa astuta.

La rapidez con la que el rojo inundó el rostro de Flaky pareció divertir a todas sus amigas, todas menos Giggles quien continuaba mirando desconfiada todo eso.

–Yo solo pienso que deberías alejarte de Flippy, está loco y es peligroso.

Flaky se mantuvo pensativa el resto de la comida, sopesando la idea de que a ella, la chica más miedosa en todo Happy Tree Town, le gustara un hombre que apenas sí conocía, y con un diagnóstico claro de TEPT, además de tener TID, información que claramente no había mencionado a sus amigas. Flippy era la persona más amable que había conocido, era un ex militar, y obviamente tenía una complexión ejercitada que imponía respeto y miedo con su sola presencia, pero en el fondo él era solo un hombre que necesitaba un poco de compresión y amor.

Amor…

Flaky había tenido que empujar esa palabra tan pronto comenzó a aparecer en sus pensamientos junto a la imagen del ojiverde, en las últimas semanas había tenido que hacerlo con mayor frecuencia, mientras ella le ense?aba a preparar galletas, o cuando miraban películas y ella terminaba pegando su cuerpo al de él en busca de calor. Eran amigos, muy buenos amigos, y ella no quería terminar con eso, no importaba lo que los demás dijeran, aun si esas palabras venían de personas como Giggles y Petunia. Además, Flippy estaba yendo al psicólogo, ella lo había acompa?ado un par de veces, y el Dr. Lumpy había asegurado que con las sesiones continuas, su situación mejoraría.

Ella estaría ahí para él, con los brazos abiertos

-Oye… Flaky -llamó Flippy, dudoso y nervioso, algo no tan común de ver.

Se encontraban viendo una película, con las luces apagadas y un tazón de palomitas entre ambos, Flaky había querido mantener su atención a la trama, pero honestamente no había podido con todas las ideas de días anteriores llenando su mente, y pareció que Flippy se había encontrado igual, pues ninguna reacción había habido en él desde que comenzaron la película. Ahora el la miro de reojo, mordiéndose el labio y haciéndola sentir diminuta ante esos ojos menta.

– ?Sucede algo? –preguntó, con sus rubíes siguiendo cada cambio en su rostro iluminado por las luces de la pantalla.

Lo vio trabar grueso, mover las manos hasta el control y pausar la película. Sus manos se sintieron sudorosas y su corazón pálpito mientras esos ojos se clavaron ella, con más intensidad sí fue posible.

– ?Recuerdas que te había hablado de mi alter, Fiqpy? –comenzó.

Aquella pregunta no pudo augurar nada bueno, lo supo por la forma en que él estuvo actuando cauteloso, la forma en que intento ser sutil en su cercanía y él como el ambiente se volvió pesado. Trago grueso, asintiendo suavemente ante la pregunta.

–Bueno, yo… –sus manos se pasaron por la mata menta, como lo hizo cuando se sintió nervioso. –He progresado mucho desde que llegue aquí, y me atrevería a decir que mucho de ese progreso fue gracias a tu apoyo, aunque suena muy cliché –sus esmeraldas buscaron lo fuego de ella. –De verdad no creí llegar al punto de no temerle a Fliqpy y poder llegar a un acuerdo con él –rio, secamente.

Flaky no entendió el rumbo que estaba tomando toda esa conversación, se sintió bien escuchar cuan importante había sido ella para su recuperación, aunque su cerebro estaba tardando en conectar los puntos.

–Y bueno, he estado hablando con Fliqpy sobre ti.

Si toda la información pasada había sido una sorpresa, esa nueva declaración lo fue aún más. Una combinación de sensaciones se agolpo en su pecho: por un lado ese aceleramiento propio de saberse especial por el hombre, por otro lado… se sintió un poco temerosa. Por las cosas que había escuchado de Flippy, Fliqpy era alguien de cuidado, después de todo había sido una creación ante la necesidad de sobrevivencia en la guerra, él era sanguinario, frio y cínico, y aun a pesar de esos pensamientos, Flaky asintió.

Flippy sonrió, pudo notar que de alguna forma el peso sobre sus hombros pareció más ligero, y aunque no sabía que esperar, Flaky sintió un empuje de valentía ante esa confianza.

Fliqpy no resulto ser tan malo como ella espero, ?que sí es un idiota total que le gusta sacarla de su zona de confort? Claro, eso no lo negaría, pero Flaky ha aprendido a lidiar con eso. Flaky se había informado sobre TID desde que supo que Flippy tenía el diagnostico, la información fue muy escasa y poco precisa, pero no se rindió, menos cuando esas orbes menta parecían complacidas por la información que ella compartió, y habían un par de cosas que tuvo que admitir, la información nunca le hizo justicia a la realidad que vivió con ellos.

Era normal que las personalidades fuesen diferentes entre sí, pero Flaky nunca imagino escuchar de la boca del amable Flippy maldiciones cada cinco palabras, y bueno, tuvo que admitir que fue una imagen muy divertida.

– ?Mierda! –Gru?o de nuevo el peliverde, ante un nuevo ataque del animal en sus brazos – ?Deja de moverte, maldita bola de pelos!

–Si nos hubieras dejado manejarlo a Flippy y a mí, pudiste ahorrarte todo esto –se?alo, con los brazos cruzados, sonriendo ante la escena protagonizada por un Fliqpy molesto con el gato que evidentemente no quería ba?arse.

–Ustedes son unos jodidos inútiles, y no iba a dejar que un maldito gato pulgoso se metiera a mi cama sin haberse ba?ado –bufo, empujando al minino fuera de sus manos.

–Prepararé el resto de las cosas, espero Flippy y tú puedan resolver el problema con él gato –susurro, acercándose al peliverde y depositando un beso en su mejilla.

El bufido que escucho tras ella solo la hizo reír, Fliqpy podía ser un idiota, pero no dejaba de ser un blando en el fondo. Esa fue su quinta cita, después de presentarle a Fliqpy oficialmente, las salidas ya no se limitaron a ella y Flippy, Fliqpy algunas veces salió, para cortas conversaciones con ella, y hasta ahora había aprendido cosas como el tipo de conversaciones que puede tener con cada uno, y la actitud que debería tomar en cada situación.

Flaky siempre fue una mujer temerosa de todo, y quien, a pesar de leer novelas románticas, nunca se le ocurrió la idea de que terminaría en una relación, no al menos en un futuro cercano, menos aun con un hombre cuya vida era más complicada que la de ella; pero ahí estaba, sirviendo una lata de comida para gato en un tazón, en un departamento lleno de armas de guerra junto al alter de un hombre con TID. Pensándolo detenidamente, su futuro con aquel hombre podría parecer incierto, algo que en el fondo Flaky temía, pero existía esa parte de ella, que la hacía sentir valiente y que le susurraba todas las noches que no importaba lo que viniera, ellos encontrarían el camino, lo sabía, sus vidas habían cambiado desde que se encontraron, y no había forma de regresar a cómo eran antes.

Flaky, como pocas veces, se sintió optimista ante el pensamiento, le gusto la forma en que su corazón palpito al ver al hombre sonreír al lograr tener al gato dentro de la ba?era, le gusto la forma en que esos ojos verdes la miraron de vuelta, y la ligera sonrisa de Flippy le fue dirigida, ella continuaría ahí cuando él la necesitara, y sabía que podía contar con que el también permaneciera para ella, y sí se sentían perdidos, ambos encontrarían siempre la forma.

Notas de la autora:

1.- Una idea que surgió tras escuchar la canción homónima de Cher Lloyd, espero les guste.

2.- Agradezco a quienes leen y un poco más a quienes dejan reviews.

3.- Personajes de Mondo Mini Shows, historia mía, sin más me despido, cuídense y sayonara.