Baile


Notas iniciales: Para los que me quieran insultar de proshipper, advierto que Aquí Yuki tiene la apariencia y edad de la chica mostrada en los videos de Inabakumori(稲葉曇), que es más acorde a la edad de Len, para que no digan que es ilegal o alguna tontería similar


Decir que Len estaba emocionado por lo que ocurriría en esa tarde de receso era subestimar lo que pasaba por su cabeza, es más, podría decirse que estaba más que excitado por la idea de finalmente poder confesarse frente a toda la escuela y revelarle a todos lo que había sido su más íntimo secreto durante el último a?o.

Si, así es… él, Len Kagamine, el chico guapo que era tenido por todos como un nerd que de quien podían discernir en las conversaciones se le confesaría a la chica más linda de toda la escuela. La más linda, según su propio entendimiento, pues las voces dividían las opiniones entre Hatsune Miku (favorecida por una mayoría considerable) y la hermosa, perfecta sin par, y su futura cita: Rin Kagamine, su hermana.

Si, así es, después de un a?o de haber descubierto lo atraídos que se sentían el uno por el otro, Len finalmente había acordado con su hermana gemela que revelarían su relación prohibida y tabú al mundo. ?Una locura? ?Claro que lo era, todo el plan, desde su fundación misma, era una locura! Pero de eso estaban hechas las grandes ideas del mundo, de locuras que asustan a los simplones y a los débiles y solo dejan a los que tienen un ansia de emprendimiento y de superación. ?Qué sería lo peor que podría pasar? El incesto era legal, hasta donde él sabía, si se hacía por dos menores con consentimiento o por mayores en la misma condición. Además, ?Cómo podía ser el amor algo malo? Se decía una y otra vez mientras repetía en su mente el plan de contingencia para el caso en el cual los profesores y el director quisieran intervenir. Ser valeroso quería decir poder ver el peligro y aun así lanzarse contra él, como él estaba a punto de hacer.

Pasó entre las mesas para almorzar que habían colocado en el comedor separadas una de otra y se aproximó a la mesa central, en donde estaban Miku, Rin y la inalcanzable Luka de un lado; del otro estaban Gakupo, Kaito y Yumma, conversando tranquilamente, aunque eso no quitó que recibieran a Len con cara de pocos amigos. No le importaba, esos sujetos ni siquiera eran sus amigos.

—Buenos días, Rin —dijo él como si fuera la primera vez que la veía en el día y como si no hubieran dormido juntos—. Es un lindo día, ?No crees? —dijo con seguridad.

—Lo era hasta que llegaste a interrumpir nuestra plática —dijo Yumma entrometiéndose en el diálogo del Kagamine.

Aquello causó una inesperada risa con un origen maldoso en todos los presentes, incluida, y muy para la sorpresa de Len, en Rin, la que no dejaba de mirar al muchacho de cabello rosado. Habría deseado contestar algo, rebatir lo que acababa de percibir como un insulto, pero de su mente no salía nada, así que decidió proseguir.

—Rin… —dijo como si tuviera que ordenar todo para que la conversación volviera a centrarse entre ellos dos—. Me preguntaba si tendrías ya… —comenzó a decir, pero se convenció de que aquellas no eran las mejores palabras, atorándose con su propia lengua en lo que trataba de volver a decir lo que quería—. Quiero decir, sé que no tendrás pareja para el baile… así que pensé que podrías venir conmigo… sería lo mejor…

Terminó de decir con la voz saliendo casi como un hilo, su espalda sudando ya de los nervios, y las miradas silenciosas que formaban un calor incómodo que iba desde su pecho hasta la parte central de sus piernas y se propagaba con la pureza de la pena ajena. Solo la aprobación y la comprensión de Rin podría salvarlo… pero no parecía que iba a recibir aquello.

— ?Estás hablando en serio? —dijo ella como si de pronto hubiera olvidado todo lo que habían hablado en la ma?ana—. ?Ir con mi propio hermano? ?Crees que soy una rarita o algo así? —dijo mientras que se empezaba a reír, lo que era compartido por todos sus amigos.

—Te dije que era un Otaku, y todos los otakus tienen fama de tener fantasías incestuosas —dijo Miku haciendo una mueca de asco.

—Pobre Rin, teniendo que vivir con un sujeto pervertido que seguramente fantasea con su propia hermana —dijo Luka con serenidad.

La risa se propagó, los chistes no se hicieron faltar, y antes de que Yumma pudiera decir su chiste de cómo Len seguramente olfateaba la ropa interior de su gemela, el muchacho rubio decidió darse la vuelta y salir de allí. Nunca se había arriesgado tanto en la vida como para invitar a una chica a un baile y lo que tenía con Rin… ellos dos eran tan unidos, no solo por la cercanía fraternal, sino por lo que habían hecho, besos, abrazos, actos eróticos que sus padres habrían reprobado… todas esas cosas tan emocionantes que eran un secreto escondido en lo más recóndito de su hogar…

Se recargó contra la pared de la cafetería, desde donde casi nadie lo podría ver, juraría que escuchaba a más gente riéndose. Sacó sus anteojos rojos, se los puso solo para quitárselos casi al instante por las lágrimas que empezaron a poblar sus ojos. Se sentía tan adolorido y traicionado, pero más que nada, ilusionado hasta el punto de resentir la caída que había sido verse frente a todos siendo humillado.

—Len… —le habló Rin de pronto.

Abrió los ojos y se encontró con su hermana, por unos instantes su corazón se tranquilizó, dejó de dolerle tanto… pensaba que tendría una segunda oportunidad para enmendar los errores, pero la mirada desafortunada de su hermana expresaba más bien… desagrado.

—Rin… yo… —trató de decir, pero ella le tapó la boca con la mano.

—No digas nada… de verdad que a veces pareciera que solo me quieres humillar —dijo molesta—. No te basta con ser el líder de los nerds de toda la escuela, aparte de eso tienes que demostrar tus raros fetiches frente a todos… ?Tienes idea de lo rápido que se va a correr la voz cuando Miku lo comparta con todos los que conoce? —siguió reprimiéndolo.

—Pero… —habló el muchacho lentamente—. Creía que habíamos quedado en que… íbamos a ir al baile —le recordó con resentimiento.

—Si… había dicho eso, pero habría sido algo silencioso, privado, sin que muchos lo supieran, quizá bailar un poco —dijo ella en voz baja—. Pero luego pasó que Yumma me invitó al baile —su expresión cambió por completo, ahora siendo de una intensa alegría.

—?Yumma? ?Qué ha hecho ese tarado por ti? —dijo Len comenzando a sentir nauseas por el nombramiento de ese tipo.

—No es ningún tarado, tiene una banda excelente y hace los mejores blogs de la escuela, deberías de verlo, es muy gracioso y tiene más de quinientos mil suscriptores —decía ella con las manos juntas.

—Lo único que hace es presumir las cosas que le compran sus padres y mover su cabello —dijo Len con enojo.

—Y aun así, es mejor que salga con él… —respondió Rin—. Somos la pareja menos esperada, la comunidad de la escuela ya se cansó de Miku y de Kaito, quieren algo fresco, y es nuestra posibilidad para poder volvernos reyes de del baile… sería mi sue?o hecho realidad…

— ?Entonces… lo prefieres a él? —concluyó Len.

—Si fueras un buen hermano y me quisieras como lo dices, te sentirías feliz por mi —respondió Rin rezongando mientras que se giraba.

—No digas que no te quiero… estaba dispuesto a deshacer mi reputación por ti —dijo levantando sus manos como clamando por piedad.

—Como si tu reputación valiera algo… —respondió ella, con palabras que lastimaron lo profundo del corazón de Len—. Mira… espera a que pase todo lo del baile, podremos regresar si lo mío con Yumma no va bien, ?De acuerdo?

—De acuerdo… —y con eso Len aceptó la derrota, mirándose a sí mismo con los peores adjetivos que existían para referirse a alguien cuya chica había terminado con otro.

Anduvo caminando por los pasillos de la escuela sin poder entender bien lo que acababa de pasar. De un instante al otro comenzaba a despertar del sue?o en donde su relación con Rin había sobrepasado los estereotipos en contra de esa clase de relaciones y tras lograr un verdadero cambio. Su amor podría haberse sobrepuesto a todo, podrían haberse enfrentado a cualquier obstáculo… menos ese, que Rin realmente no lo quisiera.

Llegó hasta un viejo almacén abandonado al lado de la escuela, aunque abandonado solamente desde la apariencia que daba el exterior, pues por dentro el lugar estaba amuebla e iluminado, y un par de grandes letras serigrafiadas en una manta decían: "Club de Literatura fantástica, ciencia ficción, Horror y manga". Era el club en donde Len se juntaba con sus escasos amigos, y al abrir la puerta corrediza se encontró con los otros únicos integrantes del club.

Primero que nada, estaba Kaai Yuki, la ni?a que había conocido desde peque?a pues era su vecina, y que al llegar al colegio se había unido al club que Len había formado, más que nada para llenar el cuarto espacio necesario para poder mantener la asociación escolar a flote, mientras que obtenía a cambio un espacio para leer, hacer tareas y algo de interacción Humana, pues desde que había salido de la escuela primaria se había vuelto más silenciosa. Los a?os que habían pasado la habían hecho más alta y dejó crecer su cabello hasta hacerlo en dos coletas que descendían por la parte de atrás de su espalda, así como un flequillo parejo que dejaba caer hasta sus cejas.

Después de eso, estaban Piko y Miki. Piko era el mejor amigo de Len, junto a Oliver, aunque de este último un peque?o… incidente los había separado. El chico de cabellos blancos era uno de los muchachos que destacaba en todos los aspectos académicos y en los aspectos sociales, pero que prefería gastar su tiempo en actividades que lo desafiaran mentalmente, por lo que fue quien le propuso a Len en crear ese club para poder desarrollar habilidades intelectuales en juego, literatura y demás diciplinas, pero sin la presión de estar presionados por las reglas del club de matemáticas o de poesía. En cuanto a Miki, era una de las alumnas mayores, que se había unido al club solamente porque había sido expulsado del club de ajedrez debido a su agresividad en los torneos, descubriendo que el club formado por Len y Piko

Si, ese grupo era el reducido conjunto de amigos de Len, si es que así lo consideraban, pues al entrar ninguno de los tres le saludó. Yuki porque estaba leyendo un libro mientras se recostaba en un sofá viejo, aunque le dirigió una mirada fugaz en lo que pasaba, mientras que Piko y Yuki estaban jugando tranquilamente uno de sus tantos juegos de cartas de tratos.

—Muy bien… —decía Piko mientras observaba su mano y luego el campo con varias cartas diferentes puestas—. Tomo a mis dos mantícoras… —Tomó dos de las cartas de su propio campo y las apiló—. y los utilizo como material de fusión para invocar a mi Dragon Leviatán —dijo con cierta voz de presunción mientas bajaba otra carta, esa de color negro en los bordes, y la polía sobre la pila de cartas rojas que había formado antes.

—Piko… —dijo Miki colocando su mano en su frente—. ?Estamos jugando Magic The Gathering… no puedes simplemente combinarlo con Yu—Gi—Oh! —lo rega?ó mientras le quitaba del campo a su dragón.

—Pensé que habíamos quedado en que podíamos usar monstruos XYZ y síncronos como parte de nuestras estrategias en juegos casuales —se defendió él volviendo a guardar a su monstruo.

—Es juego casual en el sentido de que podamos usar cartas limitadas y restringidas, no sacar esa clase de cosas de la manga —volvió a rega?arle Miki—. En ese caso yo podría sacar una carta de UNO y darte dos más para que vayan a tu mano.

—Eso no tendría sentido, Miki —dijo el muchacho de cabellos blancos—. La carta de "+2" no posee coste y solo me otorgaría una ventaja a mí, por lo que nadie la tendría en sus barajas.

Mientas hablaban de esas cosas, Len sentía una ligera pena por querer formar parte de esa conversación, pero a la vez no querer saber nada del asunto, pues era gracias a ese tipo de asuntos que Rin lo había alejado. Si fuera algo más sociable… menos raro…

— ?Hey, llegó nuestro rey del incesto! —dijo de pronto Piko, saliendo de la conversación con Miki, como si realmente hubiera ignorado a su amigo.

—En otra situación te pediría que no lo llamaras así, pero viendo que ahora forma parte de una verdadera pareja incestuosa… supongo que no está mal llamarlo así —comenzó a decir Miki en lo que se giraba para ver a su amigo.

— ?Cómo te fue? —preguntó Piko, viendo que su amigo no estaba muy comunicativo—. ?Se besaron frente a toda la escuela? ?Los vieron los maestros? —dijo interesado verdaderamente.

—No les pueden decir nada, si lo hacen, tienen la constitución de su lado, que legaliza las relaciones entre familiares —dijo Miki con tranquilidad.

—Me rechazó —dijo Len con claridad para que le escucharan a la primera.

Pero pese a la claridad de sus palabras, sus tres amigos siguieron sin creerle. Solamente recibió miradas extra?adas, desde Piko y Miki que cortaron su carla nuevamente hasta Yuki, quien bajó el libro, distraída por las palabras de Len.

— ?De… de verdad? —dijo Piko de pronto, como si no pudiera creerlo—. ?No se supone que… habían acordado con que irían juntos? —dijo en caso de que no hubiera entendido algo.

—Si… habíamos quedado de acuerdo… y aun así me dijo que no, frente a todos… y prefirió irse con el baboso de Yumma—dijo apenado el Kagamine.

— ?No dijiste que… tenían una clase de relación romántica en casa? —Dijo Miki, a quien le había contado los beneficios de su relación incestuosa.

—Si… no le importó, creo que terminamos —contestó Len en lo que tapaba sus ojos, parecía que volvía a llorar.

— ?Eso es terrible! —dijo Piko mientras que levantaba la mano—. ?Eso es como si solo te hubiera usado para sus fines de obtener placer mientras que no buscaba nada más serio que una revolcada! —denunció con ferocidad.

—Bueno, quizá para ella tampoco era muy sencillo —dijo Miki de pronto—. Posiblemente se sentía presionada de un lado, en tener que corresponder, mientras que, por el otro, el volverse parte de una pareja incestuosa realmente cambiaría las cosas en su vida, en la relación con sus amigos, maestros, incluso con sus padres… no creo que fuera algo que cualquier pudiera hacer —razonó ella.

— ?Entonces ahora defiendes a Rin? —preguntó Piko como si detectara la traición con el olfato.

—No la defiendo del todo… solo digo que una relación incestuosa es muy diferente a una relación común, como la nuestra… —respondió ella en lo que le tomaba la mano para indicarle que no quería conflictos con él.

—Es cierto, nosotros tenemos una relación normal —afirmó Piko, como si quisiera arrojar sal a la herida de Len.

El muchacho solo se dejó caer de nuevo sobre el sofá grande en el que estaba, deprimido a más no poder. Solo le quedaban a sus amigos tratar de consolarlo.

—Oye Len… —Dijo Piko pensando que las se?ales vitales de su amigo se debilitaban—. Sé que suena mal… pero no deberías perderte la oportunidad de ir al baile de todos modos —Trató de animarlo un poco.

— ?Ah no? —dijo el Kagamine comenzando a alegrarse un poco.

—Claro que no, te gusta ir a ese tipo de eventos por la música y por el ambiente —dijo tratando de alegrarlo—. Además de que eres muy guapo, lindo y una persona sensacional. Yo mismo tendría una cita contigo de no ser porque ya tengo a Miki —dijo con tranquilidad el muchacho.

—Piko… tienes que pensar dos veces lo que vas a decir antes de decirlo —dijo Miki con un desagrado mirando a su novio.

—No creo poder conseguir a una pareja… el baile es en dos días y… me la pasé rechazando gente hasta el último minuto antes de ir con Rin a preguntarle… —dijo apenado el Kagamine.

—Lo sabía, sabía que habías rechazado gente… —dijo Piko como si ganara una apuesta—. ?A cuántas personas rechazaste?

—Fueron ciento veinticinco… —dijo con pena bajando la voz.

— ?Re… rechazaste a más de cien chicas? —dijo Miki con la voz temblándole.

—Ciento diecisiete de ellas fueron mujeres, rechacé también a ocho hombres —admitió Len apenado.

—Interesante, creo que podemos formar una relación porcentual de la homosexualidad con esos datos —dijo Piko mientras se ponía a hacer cálculos mentales.

—Me aseguré que todas entendieran que no iría con ellas, que estaría con alguien mucho más especial para mi —se lamentó mirando al suelo y luego volviéndose a recostar—. Hasta la última de ellas… pero al parecer fue lo mejor… no quería ir con chicas interesadas solo en mi físico.

—Podrías ir con algún chico… quizá quede alguno otro —propuso Miki, queriendo variar.

—No… realmente no estoy interesado en eso… —contestó con pesadez—. De verdad, creo que prefiero ir solo esta vez…

Y de esta manera se silenció, sin que sus amigos pudieran decirle nada más. Sería una lección, pensaron Piko y Miki, que quizá era mejor que estuviera en su casa esa noche en lugar de encontrarse con Rin y con su cita… quizá habría sido mejor dejar las cosas así, pero en lo que Len no dejaba de lamentarse, Yuki se había levantado y caminado al lado del Kagamine.

—Oye Len… —dijo ella mientras que mantenía su libro en las manos—. ?Te gustaría ir al baile conmigo? —dijo para la sorpresa del muchacho, quien levantó la mirada para verla con la boca un poco abierta, mientras que Piko con la boca abierta y un ojo casi saliéndose de su cuenca por la impresión de lo que acababa de ver y Miki, con sus manos en la boca, emocionada por que la que consideraba "su hermanita menor" finalmente estaba haciendo algo que ella pensaba imposible.

—Ah… ?Lo dices en serio? —preguntó Len mientras que se levantaba, temiendo hacer sonar sus palabras como un insulto—. Digo, he dicho que estoy bien, no es necesario que sacrifiques tu cita de esa noche por ir conmigo.

—No… no tengo una cita para el baile —contestó ella a secas, manteniendo su mirada neutra.

— ?Ah no? ?Qué hay de Oliver? —preguntó mientras se erguía y se recargaba en el respalda del sillón.

— ?Por qué todos piensan que tengo que salir con Oliver? —dijo ella molesta mientras que se cruzaba de brazos.

—Bueno… él me dijo que te invitaría a ti, luego de que yo lo rechacé a él… —dijo Len rememorando aquel suceso.

—Pues él pensaba que me tendría esperando por él todo el tiempo, así que le dije que no, y ni siquiera parece haberle importado —dijo Yuki mientras trataba de ignorarlo—. Lo único que quería era no sentirme como un plato de segunda.

—Bueno… yo no sé si sería apropiado que fuéramos… luego de que me rechazó Rin, si es que es así como te sientes… —dijo Len apenado—. Aunque… si no hubiera estado pretendiendo eso con Rin y tu fueras la primera en invitarme… no diría que no —dijo tratando de reparar el asunto tan rápido como pudo.

—Es suficiente para mi… —contestó Yuki, sonriendo ampliamente.

Era una sonrisa tan sincera que hacía mucho que Len no alcanzaba a ver. Era realmente una rareza, pues Yuki solía ser tan… alegre cuando era solo una ni?a, era una de esas personas que disipaba felicidad en todas partes, pero desde su salida de la escuela había sido todo tan… gris para ella, incluso su ropa, antes un vestido rojo, era ahora solo una sudadera gris y medias negras que llegaban hasta su muslo. A Len, de alguna manera, le hizo sonrojar que una sonrisa tan linda se dirigiera hacia ella.

— ?Pero… no te molesta la diferencia de edad que tenemos? —preguntó Len mientras se apeaba un poco más.

—No sé si debería molestarme… ?A ti te molesta? —preguntó Yuki.

—No realmente… lo decía porque no quiero que te sientas mal si atraemos miradas… ya sabes, de esas personas que solo saben juzgar —aclaró el Kagamine.

—Tranquilo Len, la diferencia de edad con el tiempo deja de importar —dijo Miki tratando de apoyarlos.

—Si, así es, no como la sangre de hermanos, esa es para siempre —dijo ahora Piko, queriéndose pasar de listo.

—No te preocupes… será como una salida de amigos, podremos verlos a ellos dos allí también —dijo Yuki se?alando a sus dos amigos.

—No… no te preocupes, si quieres que sea una cita, puede serlo… —dijo Len rápidamente.

Yuki abrió los ojos, eliminando aún más su mirada neutra, incluso… ?Sonrojándose? Para Len sería difícil adivinarlo, a veces no sabía lo que podría esperar de ella. Es decir, que era una buena chica y todo lo demás, pero desde hacía algunos a?os la notaba diferente, no solo físicamente, pues se había vuelto más alta, de una figura más curva y definitivamente atractiva… no sabía cuáles eran sus sentimientos, y estar siguiendo a su hermana solo por esa peque?a pizca de amor que ya parecía haberse agotado, lo había mantenido distraído de ella. Si… realmente Yuki era una chica muy linda para él.

—Es… está bien —tartamudeó un poco la menor, mirando a un lado, encontrándose la mirada de apoyo de Miki.

—No se preocupen, iremos los cuatro juntos —confirmó Miki—. Al menos hasta el baile, luego de eso es cada pareja por su lado —confirmó en lo que sujetaba la mano de Piko.

—Me parece bien… creo que pasaré por ti a las siete y media —confirmó Len a su nueva cita.

—Si… está bien… —contestó Yuki—. Ahora… tengo que irme, se me hace tarde —se apresuró a decir en lo que tomaba su mochila y guardaba su libro.

Nadie dijo nada más y con tranquilidad, en lo que los demás lo veían, se salió del club y se perdió yéndose hacia uno de los lados de la calle.

—Felicidades Len… —le dijo Piko con un peque?o aplauso—. No pasaron ni diez minutos desde que fuiste rechazado y ya tienes una cita con una linda chica.

—Si, parece ser que tienes habilidad —dijo Miku, causando que Len girara la mirada—. Aunque me gusta pensar que fue el destino lo que los unió —dijo la chica con alegría.

—Yo digo que fue porque Len es irresistible —agregó Piko—. Solo míralo, no se te hace agua la boca de solo ver esos hermosos cabellos amarillo.

—Piko… en serio, soy tu novia y me dices esas cosas —reclamó Miki en lo que le apretaba la mano.

Pero lejos de verse en aprietos, Len solo se contentó. Tanto que incluso Rin era ahora un eco pasado. Al menos por esos instantes, porque no podía pensar en lo terrible que sería verse de nuevo con ella en persona. Se sintió consternado, abandonado nuevamente, todo por el rechazo de su hermana.

Pero tenía que ser positivo, tenía una cita con Yuki, la chica más tierna y sincera que conocía. Sonaba raro decirlo, pero desde ese momento percibía que sería una cita muy agradable.

Fin capítulo 1.