Selima y Chomp decidieron ser futuros padres casi una semana después de los grandes acontecimientos mencionados; fue el Scottish Terrier quien anunció a Mittens y a Bolt la felíz noticia.
"
Y estuvimos esas tres maravillosas horas en casa de ella. También nos acicalamos el uno al otro un largo rato, y eso tal vez nos gustó incluso más que nuestro momento pasional. Después descansamos entre quince y veinte minutos. Cerca del atardecer caminamos por Alpine Street, muy tranquilos y felices".
"?Pues vamos a festejarlo! …Mi Gatita y yo acabamos de desayunar, pero seguramente queda lugar para unas hamburguesas calientes en la plaza; conozco a un vendedor que siempre nos da algo cuando pasamos por allí".
Gino siguió con sus prácticas de Kyusho Jitsu y por supuesto, reuniéndose con su adorada Yuan Li cada cinco días, lo que duraba en su caso el entrenamiento.
"Hola otra vez, mi florcita oriental. ?Quieres que vayamos a comer algo o miramos juntos un poco de televisión?". -Tal como Mittens y Bolt, que por recomendación de Tai no hablaban una palabra del entrenamiento al regresar a su casa, Gino y la Birmana sólo se dedicaban a disfrutar las horas transcurridas allí hasta el momento en que el Perro blanco tuviera que regresar al Templo.
Snowy y el Gato Ling Tao recorrían muy juntos diariamente varios lugares de Los ?ngeles, ya sin temor a ser atacados o siquiera vistos por Inus o por Kitsunes.
"Qué bueno, tener con nosotros todavía a tus padres… Que ni siquiera Akuma, pudo contra ellos".
"Yo también estoy felíz sabiendo todo lo que lograron. Y por supuesto, estar contigo tranquilamente. Esa es otra cosa que el Kitsune no pudo destruir".
"Es cierto, mi reinita de las nieves -frotó su cabeza contra el cuello de la Perra blanca y luego lamió su mejilla. -No logró impedir que nosotros estuviéramos enamorados y deseando un día tener hijos".
"Puede ser apenas empiece a hacer menos frío, ?No, mi peque?o ángel?"
"Sí, mi reinita hermosa. Nuestros primeros Gatitos tienen que nacer en lo mejor de la Primavera".

Un poco más de dos semanas después -el 2 de Diciembre-, Mittens y Bolt se despidieron de sus hijos, amigos y conocidos del Loto Amarillo; no estaban en modo alguno tristes, sino confiados en que volverían a reunirse con todos ellos.
Llegaron al Templo -la Gata dejó por un rato en la entrada su Sai y el Abanico-Navaja; Bolt hizo lo mismo con su Nunchaku- y fueron a contarle a Shang-Po sobre la decisión que habían tomado.
"Muy bien pensado, Guerreros Serpiente y Tigre. ?Por dónde decidieron empezar?
"Nos pareció mejor Canadá, aunque al principio pensábamos dejarlo para lo ultimo".
"El caso es que salimos enseguida para el Aeropuerto más cercano, y apenas salgamos de nuestro escondite…"
"?Y quién dijo que debían viajar así en un avión? Si no les molesta esperar hasta la noche, hay alguien que sin duda estará encantado de poder llevarlos".
"?Algún Gato del Templo tambien maneja uno de esos aparatos?" -Preguntó Mittens, pero como si ni siquiera fuera a sorprenderle ver a un Birmano conduciendo un avión.
"No, Guerrera Mittens; aunque de todos modos podrán llegar rápido a cada país al que hayan planeado ir. Pónganse cómodos, y sólo a las 8:30 PM salgan al patio de entrenamiento. Eso sí, muy bien abrigados. Voy a hablar con la persona que mencioné, para avisarle y tener todo dispuesto".
Sin saber lo que iba a ocurrir pero lo más tranquilos, ella y Bolt pasaron un poco más de tres horas haciendo ejercicios; Mittens practicaba en el segundo subsuelo lo de pasar sin tocar los Llamadores y el Perro, en el patio, lanzaba golpes tirando de piedras muy pesadas, como para entrar en calor. Luego él haría varios ataques combinados con Nunchaku y Guante-Garra mientras su Gata atravesaba varias veces, voluntariamente, el Recinto de Shé, con las Serpientes venenosas, donde le había tocado entrar durante sus primeras lecciones.

Una hora antes de las 8:30, Mittens y Bolt fueron a cenar al comedor. Allí también se encontraba el Tigre Supremo, con quien hablaron un rato.
A las 8:15, todos los saludaron con nuevas muestras de respeto, sabiendo lo que ellos estaban por hacer y… El modo en que lo harían. Shang-Po les había contado, pero para Mittens y el Perro iba a ser una completa sorpresa.
Por eso, cuando salieron al patio…
"?Mira, Bolty! ?Es el Gran Dragón!"
"Por supuesto… Cuando les hablé de una persona, poco después del mediodía, en realidad me refería a él". -Siguió sonriendo Shang-Po, al ver que la Gata y Bolt no salían de su asombro.
El Gran Dragón tenia alrededor del cuerpo una cinta ancha de cuero con soportes adosados de cada lado, que sostenían una canasta donde ella y el Perro podrían ir cómodamente; no faltaban dos correas de seguridad ni un lugar atrás para las armas y otras cosas que quisieran llevar.
"Apenas supe de su idea se me ocurrió esto, fui a contárselo al Espíritu Viviente del Long Quan, y él se ofreció a ayudarlos con su viaje por el mundo".
"Apenas si puedo creerlo…" -Comentó Bolt mirando al Gran Dragón.
"Yo estoy igual… Nunca hubiera imaginado ir así. En realidad, es más bien obvio".
"El caso es que dos Guerreros como ustedes tienen como mínimo el derecho de ser llevados por el Dragón del Templo; para él, hacerlo además será un honor".
"No sé, Gran Maestro… Tal vez el honor sea solo nuestro".
"Si quiere lo hablamos otro día, Guerrera Serpiente. ?Están listos los dos para volar?"
"Perfectamente listos. ?Vamos, Mitty?"
"Tengan en cuenta que quien los lleva ahora pertenece a todos los elementos, pero es mucho más due?o de ellos que su servidor. Por lo tanto no se asusten si van un poco rápido".
"?Qué quiere decir, Maestro Shang-Po?"
"Sólo sosténganse, allá arriba -la Gata, con el Perro delante de ella y abrazada a él, se sujetó también con la cinta. -Es el momento, Espíritu Viviente: puedes salir".
El Dragón trepó por una pared del patio mientras tomaba velocidad; desde el techo se impulsó hacia un árbol un poco más alto y al saltar elevándose casi verticalmente ya parecía un avión.
"?UAAAAAAAAAAAAAAUUUUU!" -Fue lo único que pudieron decir la Gata y Bolt. Ahora entendían a qué se había referido el Birmano y… Que si iban primero a China o a Japón, el vuelo no iba a durar mucho realmente.
Sabiendo sin embargo a qué lugares querían ir ella y el Perro, el Dragón eligió empezar por Canadá.

Llegaron por lo tanto en diez minutos. Era un país muy grande si tenían que buscar al Kitsune y a sus Inus; también hacía mucho más frío que en Estados Unidos, pero estaba claro que ellos no habían ido allí de vacaciones.
Había un Kitsune en Ontario -Takara- y otro en British Columbia, llamado Yonagi. El primero mandaba sobre nueve Inus y Yonagi dirigía doce.
El Gran Dragón descendió sobre la terraza de un edificio muy alto y luego bajó por una pared no visible desde la calle para facilitarles a Mittens y a Bolt su respectivo descenso.
"Bueno, Cobrita… Es nuestro turno de entrar en acción". -Dijo el Perro cuando ambos ya estaban en tierra firme pero aún con la sensación de estar flotando.
"Enseguida, Tigrecito, en cuanto se me vaya el efecto del viaje".
Se recuperaron del leve mareo -el Gran Dragón fue a disimularse junto a una pared donde permanecería esperándolos-, y comenzaron su investigación sobre los Inus y el Kitsune de British Columbia.
Luego debieron esperar a que los Akita Inus empezaran sus búsquedas aunque no les gustara hacerlo así; en su primer intento, lograron salvar sin embargo a una Gata de tres a?os que había sido madre por primera vez. De eliminar a ese Inu se encargó Bolt ("El próximo es tuyo, Cobrita"). Sarah les agradeció, estuvo un rato con ellos y volvió donde estaban sus hijos para amamantarlos.
La Gata y el Perro, no queriendo perder mucho más tiempo, se dirigieron hacia la parte de la ciudad donde vivía Patches según les había dicho Sarah. Esta otra Gata era una de las que más merecían ser protegidas, pues había adoptado dos Ratoncitos huérfanos a quienes incluso fue a buscar fuera de su casa en una noche fría, mientras se ocupaba de sus propios Gatitos. Mittens y Bolt hicieron guardia alrededor de una hora y cuando la Guerrera vio cerca un Perro Ninja fue hacia él, consiguiendo matarlo veinte minutos después.

3/12
El día siguiente empezó para algunos con dieciocho nuevas víctimas entre las cuales hubo que contar un Border Collie (vivía junto a una Coneja negra), una Gata Siamesa Seal Point enamorada de un Welsh Corgie, y un Gato Havana Brown (había formado su hogar con una Coneja gris); pero Yonagi tuvo que ver regresar a dos menos de sus Inus, lo cual no le dejó otra opción que hacer muchas preguntas y tomar algunas nuevas decisiones.

Teniendo que esperar de nuevo hasta después del anochecer, la Gata y el Perro recorrieron la ciudad. Evitaron por lo menos una vez a los que buscaban Perros y Gatos callejeros, comieron salchichas (una cada uno) que alguien había tirado o dejado caer y jugaron a pelear entre ellos con sus respectivos estilos, para alejar un poco más el frío.
Casi a la puesta del Sol, vieron a alguien pasando cautelosamente y lo tomaron por un Akita Inu, pero era una Loba llamada Sonya. Ella había perdido su lugar de Loba Alfa y. habiendo abandonado su Manada, buscaba un nuevo lugar donde establecerse cuando se encontró con los dos viajeros. Al ver quiénes eran ellos, la Loba se unió a su causa y a la ma?ana siguiente de conocerlos salió rumbo a Los ?ngeles donde sería la nueva guerrera en el grupo de Bolt. Los esperaría allá y celebraría una Navidad en pleno Barrio Chino, recibida y admitida por Shang-Po.

Mittens y Bolt comenzaron su segunda búsqueda nocturna. Vieron a siete Inus, lograron matar a cuatro y a uno de los Perros el Abanico-Navaja de Mittens lo dejó sin manos.
Los tres Inus restantes regresaron tan pronto como pudieron a la casa de Yonagi para contarle todo lo ocurrido. El Kitsune entonces mandó llamar a los otros tres y les dio a todos nuevas órdenes.
Mientras Sonya iniciaba su viaje a Los ?ngeles -y gracias a los Guerreros Mittens y Bolt una Gata llamada Patches podía seguir amamantando a sus dos nuevos hijos-, ella y el Perro blanco se levantaban de un descanso tan largo como merecido. Hablaron abrazados un poco más, tal como habían dormido para darse calor mutuamente, y fueron en busca de un buen desayuno.
Dos Inus y un Kitsune entretanto, salieron en plena ma?ana; sin armas ni ropa o armadura encima en el caso de Yonagi, pero con un único propósito: encontrar a "esos dos entrometidos" y eliminarlos de un solo golpe usando el Kyusho Jitsu.
Cuando los dos Akitas los encontraron cerca de una tienda donde vendían abrigos, uno de ellos caminó hacia Mittens pero como si sólo estuviera siguiendo un rastro en la vereda; quería matarla a ella únicamente.
El otro Perro hacía como que se acicalaba, sin embargo había elegido como su presa a Bolt y apenas le quitaba los ojos de encima.
La Gata se quedó mirando al Akita que se le acercaba. Tres metros y medio, enseguida poco menos de dos… Cuando vio que él casi podía tocarla, aunque seguía olfateando, ella no dudó más de sus intenciones y atacó primero, usando una toma del Shé Quan que le hizo dar por la vereda cinco vueltas. Se puso enseguida fuera de su alcance subiendo a un semáforo y desde alli lo miró desafiante.
Bolt por su parte, comprendiendo también que cualquiera de los Akitas representaba un peligro inminente, fue hacia el más cercano; él lanzó dos golpes pero Bolt consiguió evitar uno e hizo su ataque inmediatamente después.
"?A dormir, Perro inservible! ?Y ojalá tengas pesadilas!" -Concluyó, mientras le daba un golpe del lado izquierdo.
El otro Inu, al ver que por lo menos allí había fallado el plan del Kitsune, contraatacó con uno de Kyusho Jitsu lanzando al Pastor Suizo un metro hacia atrás y dejándolo casi inmóvil.
Mittens entonces saltó de donde estaba para darles a los Akitas un buen castigo de Shé Quan; no iba a permitir que cualquiera de ellos volviera a tocar un pelo blanco de su amado Bolt.
"Sí, eso es… Acércate de nuevo, Gata, así puedo eliminarte como me ordenó Yonagi".
"Sólo si yo quiero, vas a matarme. ?Y tú ni siquiera te acerques otra vez a mi Perro!" -Le gritó al otro, furiosa, abriendo su Abanico-Navaja.
El Akita por supuesto ignoró las palabras de ella, pero cuando golpeó a Bolt una vez más, en dos segundos tuvo a Mittens sobre él. La Gata lo dejó enseguida con un profundo tajo en el cuello y medio brazo, le clavó el Sai bajo la oreja izquierda y lo tiró de costado con un movimiento de Shé Quan… El Akita murió pocos minutos después.
Ella saltó entonces para atacar al otro Inu con su arma cortante y, sin importarle si él también la golpeaba, hizo un corte casi vertical en el brazo del Perro Ninja. Había vuelto a ser la Mittens de Nueva York vengando a su esposo aunque él no hubiera muerto en realidad.
"Sí, soy una Gata. ?Pero también una Serpiente casada con un Perro que además es un Tigre! ?Y no dejaré que ningún Akita lo lastime!"
"Cómo sigues diciendo tonterías, Gata idiot.. ?AAAUUUUUUUUUUUUU!"
El causante de que el Akita aullara fue un Shuriken lanzado por Mittens… Entrando por la boca del Inu. Ni siquiera ella había imaginado tal puntería, pues sólo quería clavárselo entre la nariz y un ojo. Pero sin darle tiempo al Perro de reaccionar o en último caso huir, lo despachó al otro mundo usando su Sai para poder ocuparse del único ser viviente que importaba para ella.

Porque él seguía dormido, pero además estaba como si corriera en sue?os y gemía en tono lastimero.
"?Qué te ocurre, Bolty, mi cielito? ?Puedes despertar?" -Lo tocó despacio esperando no asustarlo ni empeorar su situación.
?l entonces gritó "?AKITA!", saltando hacia atrás para contraatacar; lo cual fue mejor, pues de lo contrario en ese acto instintivo le habría dado a su propia esposa un golpe muy fuerte.
"Tigrecito, ?Estás bien?" -Preguntó ella, muy preocupada.
"No mucho, princesita… Musashi decía la verdad, sobre el Kyusho Jitsu. Tendría que haberme acordado… ?Uuuuuyyyy! … De su consejo".
"Oh, no, Bolty, ?Dónde te duele, ahora? ?Tenemos que hacer algo pronto, o…!" -No se atrevió a decir la temida frase.
"Adelante, justo debajo del cuello. Deberíamos buscar algún Templo Birmano donde… ?AAAAYYYYYYYY, ahora sí me dolió muy fuerte!"
Mittens, asustada y sin saber qué hacer, de todos modos intentó que él se sintiera major abrazándolo.
"Quédate así entre mis brazos, Bolty. No hagas nada que te provoque más dolor… Ni siquiera hablar. Después, puedes seguir contándome todo".
El Perro aceptó, algo reconfortado por el cuerpo de su Gata. Estando ambos así unos minutos, sólo los sorprendió una piedra cayendo casi junto a ellos; rebotó una o dos veces medio metro y… Estaba envuelta en un papel que traía un mensaje.
"Vayan enseguida al patio de esa casa en venta. Por los honorables Tai, Tsé-Kiang y Shang-Po".
Era uno tranquilizador, entonces. Tal como había ocurrido una vez, nadie podia conocer a esos tres Birmanos si no pertenecía al Templo Shé hé Lǎohǔ.
Mittens y su Perro se sintieron aún más aliviados cuando llegaron a ese jardín y vieron quién los esperaba allí.

"?Aaaaah, el Gran Dragón! ?Cómo no pudimos imaginar que era él?"
Ahora era como si los tres estuvieran a salvo de cualquier peligro en el Templo de Los ?ngeles, pues además el Espiritu Viviente del Long Quan le dijo a Bolt sin perder tiempo "Guerrero Bolt, quédate quieto unos minutos mientras hago mi peque?o trabajo. Respira despacio, como si durmieras…"
El Dragón dejó su mano a diez centímetros por encima del Perro, donde terminaba el cuello y comenzaba la espalda. Bolt no tardó en empezar a sentirse bien.
"Fue muy bueno, tener con nosotros al Gran Dragón, ?Verdad, Bolty?"
"Sí, princesita… Absolutamente. Cuando volvamos a Los ?ngeles trataré de regalarle algo todos los días... Ah, no, se me ocurrió algo mejor. Voy a recorrer Cranbrook hasta que encuentre…"
"No, espera, cielito -lo detuvo ella tocándole el brazo. -Aún no me contaste de ese mal sue?o".
"Ah… Cierto. Pero cuando veas por qué fue tan malo… -el rostro del Perro volvió a estar como antes del tratamiento curativo efectuado por el Gran Dragón. -Yo… Me casaba con Violet y teníamos luego un hijo, que para colmo era Akuma tal como lo encontramos en Nueva York. Después él mataba a Violet, que tenia tu aspecto, y me perseguía por todo Estados Unidos. En la última parte de mi pesadilla tú te casabas con Kenzaburo para vengarte por mi traición, tenías con él otra vez a Queen, Moon y Star pero él volvía a matarlas y entonces buscabas hacer de nuevo el amor con ese Kitsune. Los dos disfrutaban así cuando por fin me despertaste, Cobrita".
"Ah… Pero ya no te preocupes, cielito mío -volvió a abrazarlo Mittens. -Y tampoco tengas miedo de que pueda pasar semejante cosa. No hay nadie más que tú para mí en todo el mundo, y sé -tal como si lo viera escrito en tus ojos-, que nunca querrás enamorarte de otra Gata".
"Por supuesto, dulce Cobrita. Aunque mis ojos me hagan pensar de pronto que cualquier otra Gata es hermosa, yo no traicionaré tu amor por mí. En eso, te doy mi palabra de Perro".
"Gracias, mi cielito canino… No necesitabas decirlo porque confío en ti ciegamente pero gracias de todas formas. Y ahora es esta Gata abrazada a ti, quien te da su palabra: siempre ignoraré el llamado del amor, provocado por mis sentidos, si viene al cruzarme con cualquier otro Perro. Ni hablar, respecto de algún Gato".
Tras esta mutua confirmación de lo que sentían, ambos estuvieron mejor dispuestos para afrontar el inevitable encuentro con Yonagi.

Y estuvo bien que lo hicieran, pues no pasaron mucho más de diez minutos sin que el Kitsune apareciera casi frente a ellos, viniendo por la calle.
Cuando él los vio, sin embargo, también pudo presenciar una situación imprevista.
"?Espérame, Cobrita, que me encargo de él!"
"?No, Bolty, déjamelo a mí!"
"?A mí, por favor, Cobrita!"
"?No, quiero matarlo yo!"
"?Y qué tal los dos juntos?"
"Ahora no, Tigrecito, este Kitsune tiene que ser para mí".
Yonagi ya no podia creerlo y apenas entendía lo que estaba ocurriendo. ?Cómo iban a discutir por querer pelear con él y matarlo, además?
"?Pero qué se creen, ustedes dos? ?Acaso que pueden acabar conmigo luchando de a uno? ?Pues ya van a ver!"
Yonagi entonces le dio a Mittens un golpe de Kyusho Jitsu que ella no pudo evitar, pero sí atenuó su efecto saltando en la misma dirección del golpe. El Perro, furioso y acordándose de lo mal que se había sentido media hora antes, clavó su Guante-Garra en el cuello del Kitsune (?Por querer hacerle eso a mi esposa!"), descubriendo además otro uso para el arma que había traído de Los ?ngeles: mantuvo allí las garras del guante mientras con la mano derecha no paraba de golpearlo. El Kitsune por supuesto empezó a devolver los que le daba Bolt, pero no se hallaba en una situación muy cómoda y las púas en el cuello le dolían cada vez más.
"?Ninguno de nosotros podia vencerte por sí solo, dijiste? …Creo que puedo darte la razón. ?No seré yo solo, o mi esposa! ?Ven, Cobrita, acabemos juntos con él!"
Ella aceptó enseguida y fue a cortar con su Abanico-Navaja una pierna de Yonagi. El Kitsune, ya mutilado y enloquecido por el dolor, no pudo hacer mucho más que darse vuelta como para atacar a Mittens… Se desplomó en el mismo lugar -si bien aún con vida- y el Perro completó el trabajo.
Por fin habían librado British Columbia del Kitsune y de sus Inus. Bolt sin embargo tuvo algo más en qué pensar.
"Ahora entiendo cómo te sentiste esa vez, Cobrita… Ese dia en que peleaste así con los cuatro Inus de Akuma. Yo acabo de sentir algo muy parecido".
"Ah, pero no te preocupes, mi amor. Eso es lo que hace un buen Guerrero, como me dijo Li-Kuei cuando le planteé el mismo asunto en el Templo del Dragón Azul".
Mittens y el Perro disfrutaron luego descansando no mucho más de treinta minutos, antes de volver al lugar donde los esperaba el Gran Dragón para llevarlos a Ontario.

Dos minutos después, en las inmediaciones del segundo destino que tenían en territorio Canadiense, el Dragón descendió sobre el techo de una catedral, disimulándose luego como estatua en un lugar apenas visible desde abajo. La Gata y Bolt sacaron las armas que iban a usar.
"?Te dijo Shang-Po si aquí había un Templo Birmano, princesita?"
"No, Tigrecito; pero si hay uno, podremos encontrarlo".
"También nos conviene saber de antemano, todo lo relacionado con el Kitsune de esta ciudad y sus Inus".
"Sí, mi cielo… Pero tal vez no lo necesitemos. Apenas ellos sepan que estamos, no tardarán en aparecer".
"Eso es cierto, Cobrita. Sólo espero que no sean tantos como los de Uragano".
"?Y por qué no? …Seguramente podemos contra unos diez Akita Inus al mismo tiempo, si lo hacemos juntos".
"Por supuesto, princesita. Lo malo es que ellos no van a atacar así, y yo ya empiezo a extra?ar a nuestros hijos".
"No te preocupes, entonces. A mí me pasa lo mismo. Mejor busquemos a uno o dos Inus ahora, para empezar".
Y así lo hicieron; después de caminar un poco por la parte oeste de Ontario, vieron a uno que estaba a punto de matar a una Gata Persa Azul. Fueron contra él y en diez minutos el Inu había pasado a la historia.
La Gata, Zephira, apenas si podia dejar de agradecerles.
"Acaban de salvar, sin saberlo, a mis cuatro hijos casi recién nacidos… Gracias, Mittens y Bolt. Porque son ustedes, ?Verdad? El otro día escuché sobre lo que hicieron en Nueva York… Y ahora vinieron a acabar con los Inus de Takara. Gracias a ustedes, en Canadá todos podemos volver a tener esperanzas".
"?Tan mal iban las cosas por aquí? -se extra?ó Bolt. -?A cuántas pobres Gatas mataron ellos en Canadá?"
"Alrededor de doscientas treinta… Pero tal vez ni eso, fue lo peor. Muchas aparecieron muertas, sí; pero con sus cuerpos rellenados con los hijos que habían tenido…"
Mittens y el Perro quedaron mucho más que impresionados.
"Cobrita, espero no tengas inconveniente, porque quiero ir yo solo a matar a esos Perros, ahora mismo. Te dejo al Kitsune, esta vez".
"No puedo oponerme demasiado, Tigrecito, ?Pero estás completemente seguro de poder hacerlo?"
"?Tu amor me acompa?a, hermosa Mittens!" -Respondió él, mientras se alejaba corriendo.

"Ah, qué buena elección hiciste, casándote con alguien como Bolt". -La elogió y felicitó Zephira.
"Sí… Eso vengo disfrutándolo hace cuatro a?os, por lo menos, todos los días. Aunque un Kitsune me dijo que desde mi casamiento con Bolt no hice mucho más que sufrir con cada hijo muerto por culpa de ellos, simplemente se equivocó. Uragano nunca supo lo bien que nos sentimos durmiendo abrazados y de cualquier modo ya no podrá saberlo: el Japanese Bobtail Masaaki Hatsumi se encargó de él".
"Ah, sí, también escuché algo relacionado con esa batalla frente al Templo. Qué bueno fue tener allí a Hatsumi".
"Por supuesto. Ahora… Cambiando de tema, Zephira, ?No andan tus hijos, por aquí cerca?"
"No, están con mi esposo en una peque?a madriguera no lejos del límite de la ciudad. Si me esperas, voy a buscarlos".
"?Madriguera…?" -Pensó Mittens mientras la Persa Azul se alejaba.
La respuesta le llegó veinticinco minutos después, con Zephira y su esposo Mapache trayendo cada uno un bebé en la boca y sobre su espalda.
"Son hermosooooos… -se enterneció Mittens. -Y a él le queda muy bien, ese antifaz natural".
"Te presento a Bruce. Nos conocimos un día cerca de aquí, cuando él había venido a buscar algo para comer. Empezamos a ir y venir juntos del bosque, y pocos meses después de estar con él en su madriguera tuve estos cuatro encantadores Mapachecitos: Timmy, George, Stephanie y Claudia".
"La verdad que sí, son encantadores. Y el plan de Shang-Po sigue andando a las mil maravillas". -Le contó lo que el Birmano había empezado a promover, de amistades, adopciones y enamoramientos entre especies distintas.
"Sí, entonces parece que mi amado Bruce y yo nos adelantamos a esa gran idea, pues estamos viviendo juntos hace casi un a?o".
"Mejor aún -sonrió Mittens. -Le contaré a Shang-Po todo sobre ustedes, cuando mi Bolt y yo estemos otra vez en Los ?ngeles".
Siguieron hablando cerca de una hora hasta que…
"Ah, aquí viene mi Perro valiente"
.

Llegaba un poco lastimado, pero se apresuró para abrazar a su Gata.
"Dos Inus, princesita, me dieron muchos problemas -contó, luego de dar y recibir mimos. -Pero logré acabar con todos… En realidad, apenas si puedo creerlo".
"No te preocupes, cielito -lo abrazó ahora ella. -Yo esta vez sí te creo ciegamente".
Le explicó a Zephira lo ocurrido en el reencuentro con Bolt de esa noche y lamió el rostro del Perro, como disculpándose otra vez por haber desconfiado cuando él había vuelto de Japón y de Nueva York.
"Oh, gracias, Cobrita… No necesitabas hacer esto pero me encanta, como siempre. Y ahora es tu gran momento, princesita, de encargarte del Kitsune. Cuando tengas ganas… Ah, por supuesto. Creo saber dónde vive: una casa de ladrillos rojos y blancos, al final de una calle cortada".
"Descuida, Bolty; lo encontraré, o lo obligaré a hacer que me busque".
"Prométeme que te cuidarás mucho, Cobrita. Quiero poder abrazarte después".
"Nos vemos, cielito… Ahora tu fuerza, me acompa?a".

Bolt habló con Zephira y Bruce cerca de dos horas, contándoles cómo había empezado todo; su relación con Mittens y el principio de los entrenamientos dos a?os después. A las 12:37 PM…
"Oh, aquí viene ella por fin, y… ?Cuántos parecen estar siguiéndola?"
Porque era cierto: la Gata llegaba por una vereda y a dos metros detrás de ella empezaba algo parecido a una procesión integrada por Perras y Perros, Gatas, Gatos, Palomas, Ardillas, Ratas, Ratones, Conejas y Conejos.
"Ya puedes abrazarme, Tigrecito. Pero si quieres, antes te presento a todos los que ayudaste a salvar en esta parte de Canadá".
"?Hay familias aquí, también? …Pero espera, princesita. Debiste decir 'Ayudamos, a salvar'".
"Respondo primero lo primero: sí, Bolty, quienes vienen conmigo también formaron muchos grupos familiares como el nuestro, o el de Zephira y su Mapache. Incluso un Gato negro a quien por desgracia mató el Kitsune, formó el suyo con esa Ratesa Norway tan grande y llamada Valkyr, que puedes ver allí junto a dos Gatitos… Deberíamos decirle pronto a Shang-Po lo bien que va, al menos, su gran plan. Con respecto al otro asunto, pues… Sí, los dos salvamos muchas familias, pero esta vez tú hiciste mucho más que yo, Tigrecito".
"?Mi dulce Cobrita…!" -Fue lo único que pudo decir él, antes de darle a Mittens un gran beso en la boca que duró quince o veinte segundos; todos los presentes celebraron la escena con gran algarabía.
"?Y cómo te fue con ese Zorrito?" -Le preguntó después el Perro a Mittens, sonriendo incluso con los ojos.
"Me costó, Tigrecito. Tuve que lanzar muchos Shuriken y él… Bueno, parece que también los tenía en cantidad. La batalla de Shuriken duró como veinte minutos. Después lo ataqué varias veces con mi Sai y por lo menos una con el Abanico-Navaja. El Kitsune entonces logró atrapar mi brazo… -Bolt se estremeció. -…No, no te preocupes; estoy bien. Atrapó mi brazo, decía, pero yo le clavé el Sai en el suyo y él me soltó. Di enseguida un salto hacia atrás defendiéndome con mi Abanico-Navaja abierto y el Sai oculto por esa arma cortante. Cuando el Kitsune se lanzó sobre mí para atacarme otra vez… Se acabó todo, para él".
"Estupendo entonces, princesita. ?Pero cómo lograste matarlo?"
"Prefiero no contarte todo, mi cielo, aunque… Ma?ana encontrarán frente a un jardín de Ontario algunos restos del Kitsune".
"También por eso, creo que te amo cada vez más… Seguro estuviste increíble".
"Gracias, mi Perrito. Lo mismo imagino de ti".
"Cuando quieras, mi Gatita -dijo después de abrazarla y besarla otra vez-, volvemos donde está el Gran Dragón así no lo hacemos esperar más, ya que es una persona tan gentil".
"Sí, enseguida vamos. Tenemos que seguir salvando juntos muchas vidas".

Mientras la multitud agradecía entusiasmada, se despidieron de la Gata y su familia, que fueron a buscar algo para comer antes de regresar a la madriguera del bosque donde vivían, y volvieron al lugar donde se alzaba la catedral. El Dragón bajó del techo al verlos.
"Hasta algún otro día, si es que el tiempo nos hace venir de Nuevo a Ontario". -Dijo Mittens, como despedida final a quienes habían ido con ellos. Dos minutos después, ella y Bolt volaban rumbo a Italia bajo las estrellas.