Capítulo 70: Acercamiento

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?De verdad eres su amigo? ?l no quiere ese hijo, ?él no lo querrá!

Apretó una vez más los pu?os, y en cuanto entró a su departamento, se desquitó con la puerta, cerrándolo con violencia. Se quitó el saco y lo tiró en el suelo, desabotonando seguidamente su camisa.

?Crees que alguien con tanta fama querrá formar una familia, siendo joven y con tanto camino por recorrer?

Aquellas palabras seguían repitiéndose en su mente, incansable e inevitablemente, volvían por más que intentase que no lo hiciese, ni le afectase. Esa mujer sabía muy bien cómo afectarlo a tal punto de que la incertidumbre y la infalibilidad de la que tanto argüía, fueran a pesar de manera igualitaria.

Yu, él no es como tú

Sus manos se habían detenido en el penúltimo botón de su camisa. Su mirada, que en algún momento, quedó perdida en algún punto del vacío, de pronto percató la presencia de una mancha roja en su camisa. Era la sangre que brotaba de un corte hecho en la mano izquierda. Se lo había hecho al empu?ar sus lentes. Siquiera sabía dónde había tirado éstos.

Se sentó en el sofá, y dejó caer la cabeza sobre su mano derecha.

Las cortinas abiertas permitieron una tenue iluminación proveniente de las luces nocturnas de la ciudad. Pensó que con aquella oscuridad y el silencio descansaría, pero por más que se dijese que aquel asunto no conllevaba ninguna relación con él, se sintió afligido.

Ella lo hizo adrede. Aunque no lo pareciese, cada palabra cargada de una brusquedad ofensiva, lo hizo con el fin de tenerlo así como estaba. Sabía muy bien lo mucho que le afectaría cualquier tema relacionado a los hijos. ?l so?aba con casarse y formar una familia. Si estuviese en el lugar de Ren, y se enterase de que tendría un hijo, él no dudaría en acogerlo. Aunque fuese hijo de una mujer que no amaba, sabía que al ver al bebé, sería inevitablemente feliz... Pero si fuera Ren, ?cómo él lo tomaría? ?acaso él pensó siquiera en tener hijos alguna vez?

Creyó ser su amigo, pero siquiera después de tantos a?os sabía su verdadero nombre.

Revolvió su cabello y suspiró.

Cuando Kyoko apareció, le gustó ver en él emociones y sentimientos que lo hacían más humano; ya no era solamente Tsuruga Ren, un hombre que pese a su edad aparentaba la madurez de un adulto, la perfección y la caballerosidad digna y admirada de muchas mujeres y hombres. Con Kyoko, por primera vez vio en Ren algo más que un personaje del hombre perfecto. Era un joven con defectos, que encubría secretos que al parecer dolían muy en su interior.

Pese a lo que su amigo sentía, él ni Kyoko supieron acortar la distancia que los separaban. Pero ?qué pasaría si fuese lo contrario, y en vez de él fuese Ren quien hubiese terminado siendo su novio? Si Kyoko estuviese esperando un hijo suyo, ?Ren estaría feliz de tenerlo?

Se le revolvió el estómago de solo pensarlo e inmediatamente negó con la cabeza.

Sabía que ese planteamiento no podía compararse en nada a lo que sucedía, e imaginarse aquello solo hacía que su corazón se oprimiera de dolor.

Kyoko…

Cerró los parpados con fuerza. La sola imagen de ella en su mente, hizo que su corazón se agitase. Ella era tan hermosa… Quería sentirla nuevamente, a?oraba estrecharla a su cuerpo, abrazarla con fuerza, besar sus suaves labios y olvidarse del tiempo y del mundo entero. Pero ella ahora estaba tan distante…

?Qué sentiría Kyoko si supiese que Ren tendría un hijo con otra mujer?

Frunció el ce?o, y reposó la cabeza atrás, cayendo rendido ante el barullo interno que era entonces su mente.

Se recostó en el sofá, y se mantuvo con los ojos cerrados, esperando que el cansancio hiciese lo suyo y le produzca alguna somnolencia para así escapar en el mundo de los sue?os.

Y si so?ase con algo, quería que fuesen solamente él y Kyoko.

Sonrió con satisfacción, y comenzó a contar ovejitas.

Después de contar centenas, su cuerpo comenzó a relajarse. Una peque?a sonrisa se formó en sus labios, y cuando creyó vencer al enredo de sus pensamientos, alguien tocó el timbre.

Lo ignoró a la primera, pero luego de tanta insistencia, sus ojos se abrieron de golpe, enojado.

Esa bruja de Kaori —pensó entornando los ojos, y levantándose para abrir la puerta.

Debía ser ella queriendo persistir; yendo para escupir todas las razones por las que tenía que callar.

?Cómo si Ren fuese un ser inmundo que daría la espalda a su propio hijo! No, no, él no lo haría; que dejase de lado a la mujer que gustaba por tantas a?os, solo para expandir su carrera en el extranjero y que terminase acostándose con otra mujer, para que luego reclamase a Kyoko, a pesar de que fuese ahora la novia de su amigo.

Se detuvo a medio camino, y frunció más el ce?o.

Bueno… Ren no era muy puro que se dijese. ?Pero él no abandonaría a su hijo! O eso creía…

Entre la duda y el enojo, resopló más enojado al oír la insistencia con la que lo apuraban a la puerta.

Lo abrió, decidido a no darle tregua a esa mujer, pero quedó paralizado al ver que no se trataba de quien pensaba.

—Kyo…?Kyoko?

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Cuando abrió la puerta, su cabeza gacha se había levantado de inmediato ante la sorpresa. Kyoko tenía los ojos amplios, mirando directo a los de él, quien parecía enojado y luego sorprendido de su presencia.

—Kyo…?Kyoko?

Sintió que se le secaba la garganta. No tenía los lentes, estaba despeinado, tenía una herida en su mejilla, ?cómo se lo había hecho? Aunque esa pregunta fuese la primera en llegar a su mente, otro pensamiento la hizo olvidar de aquello por el momento. En los días de distancia había procurado evitar mirarlo, pero ahora estaban ahí, frente a frente. Jamás supo cómo pudo haber sobrevivido sin tocarlo, sin abrazarlo, y besar sus labios. Debió haber estado loca para que permitiese pasar tanto tiempo. ?Cómo podía después de tanto soportar no lanzarse en sus brazos? ?l estaba increíblemente guapo con ese aspecto desordenado y casi somnoliento. ?Es que lo había despertado? ?por qué aun no se había cambiado de ropa?

Se pasó la lengua por los labios, y al darse cuenta, que él percató su escrutinio, bajó la cabeza avergonzada. No podía ocultar cómo se babeaba por él.

?Eh?

Agrandó los ojos al ver que tenía la camisa desabotonada y se exponía gran parte de sus pectorales. Oh Dios. Abrió y cerró la boca, azorada de ese aspecto tan peligroso para su corazón, hasta que de repente percibió una mancha de sangre en su camisa.

—??Qué te pasó?! —exclamó mirando primero su rostro, y luego buscando la herida que sangraba en su abdomen.

Tanteó con la mano su piel, sintiendo que de repente él se ponía tenso.

—?Estas herido? —preguntó preocupada, pero al ver que no tenía ninguna herida ahí ni en ninguna parte de su pecho, recién percató que lo estaba tocando demasiado. Podía sentir su corazón acelerado bajo la palma de su mano, sin embargo, ella la dejó ahí no queriendo apartarse de la calidez de su piel.

—Kyoko…—le susurró con la voz ronca, y cogiendo sus mu?ecas le distanció de su cuerpo.

Ella dejó de respirar, tensa y temerosa de que él la rechace. Alzó el rostro despacio, y se quedó hipnotizado por lo que reflejaban sus ojos marrones. Podía oír las palpitaciones aceleradas de su corazón resonando en sus oídos, el aleteo de su corazón cantaba de felicidad e ilusión. ?l quería besarla, lo sabía. Conocía demasiado bien esa mirada.

—Lo…Lo siento…—mencionó sin embargo Kyoko, fingiendo inocencia por haberlo tocado tanto.

—?De verdad lo sientes? —preguntó con seriedad.

Sus ojos tan intensos clavados en ella, hizo que sus piernas flaqueasen.

Sus mejillas se arrebolaron, y sacudió su cabeza en negativa.

De sus mu?ecas él deslizó las manos hasta tomar las suyas. Una gran sonrisa floreció en sus labios.

—Entremos, no dejemos que gente chismosa nos vea —mencionó atrayéndola hacia sí para cerrar la puerta.

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N/A: Hola a todos! :D Por fin he terminado mis exámenes, y ahora tendré más tiempo para volver a escribir y leer! jeje

Fue cortito, pero me ha encantado escribir este reecuentro que ya hacía falta. Espero que les haya gustado, y siempre gracias! ;)