Los interrogatorios comenzaron prácticamente desde que abrió los ojos y, para ser francos, tal pareciese que ser el único en haber sido recuperado sin lesiones visibles importantes debía considerarse una grave falta, pues apenas puesto uno de sus pies al exterior de la enfermería, el presidente y la junta directiva del Consejo de Cazadores solicitaron su presencia en la sala de audiencias principal.

Tal cual había sido educado para hacerlo – y desde una edad muy temprana, cabe aclarar – Shizuka saludó a los miembros del Consejo con una reverencia y esperó detrás de su padre a que fuesen ellos los que le dirigieran la palabra.

-Así que Doumeki Shizuka – leyó el secretario sin detenerse para mirarlo – miembro más joven del clan Doumeki, sacerdote en entrenamiento especializado en el tiro con arco y heredero de la tradición del templo del espíritu de ciervo blanco ?estoy en lo correcto?

-Sí, mi se?or – respondió Shizuka humilde.

-Bien, de acuerdo a los hechos recopilados has pasado las últimas semanas sufriendo de pesadez y somnolencia inusuales que llevaron a tu padre a solicitar una evaluación en la que se concluyó que eras víctima de mal de ojo. Se emitieron las recomendaciones pertinentes pero tu estado no mostró mejoras visibles y finalmente ayer desapareciste de tu casa en algún punto entre las 7:08 y las 7:32 a.m., después de eso se presumió tu secuestro ya que lo mismo había sucedido a otros hermanos y hermanas cazadores así como a algunos miembros de sus familias; gracias a la oportuna intervención de esta junta directiva todos los desaparecidos fueron hallados en el transcurso del día en una casa abandonada cerca del parque sur pero – los ojos vidriosos y obscuros del hombre finalmente se fijaron en el adolescente con intensidad – aquí lo curioso es, que de todos los encontrados, tú preces ser el único afortunado que de acuerdo a nuestra inspección no perdió la movilidad de alguna de las extremidades de su cuerpo.

?Eran sólo figuraciones de Shizuka o el secretario hablaba de las afectaciones sufridas por los otros casi con indiferencia?

-Una fortuna por la cual levantaremos una ofrenda en el templo en cuanto volvamos a él – intervino el padre de Shizuka sin atreverse a levantar la mirada (y aparentemente sin percatarse del desinterés por las buenas noticias).

-Sin demeritar lo felices que todos nos sentimos por el bienestar de su hijo, Doumeki-san, las circunstancias extra?as hacen que el Consejo deseé escuchar los detalles que su hijo recuerde; después de todo, puede que en esos detalles logremos encontrar la clave para devolver la salud de nuestros hermanos y hermanas menos afortunados.

-Comprendo eso perfectamente – su atención se volvió hacia su hijo – ?Hay algo que puedas recordar, Shizuka?

-Yo… no recuerdo exactamente cómo es que salí del templo – comenzó a hablar el interpelado – estaba con mi madre en mi habitación cuando el cansancio me hizo cerrar los ojos y al abrirlos nuevamente ya estaba en otro sitio… un sitio obscuro aunque la luz era suficiente para apreciar que el lugar estaba lleno de telara?as.

-?Telara?as? – se escuchó preguntar a algunos miembros del Consejo.

-Sí. Muchas de ellas y algunas realmente enormes… de hecho creo que yo estaba atrapado en una porque estaba recostado en un ángulo extra?o y no puedo pensar en haber sentido una cama o el suelo duro debajo de mí.

-Vamos por buen camino ?qué más puedes recordar?

-Me sentí extra?amente enfocado y más lúcido de lo que había estado en varios días pero apenas y podía moverme; entonces una mujer rubia se presentó ante mí y se nombró a sí misma como una Jorougumo.

-?Jorougumo? – Cuestionó una mujer de la junta directiva – ?estás completamente seguro de lo que dices?

-Sí.

-Doumeki Shizuka-kun continúa por favor.

-Ella me preguntó si no iba a cuestionarla sobre por qué es que me había llevado a ese sitio y cuando así lo hice me dijo que los cazadores habían destruido los nidos de las ara?as en un intento de debilitar el poder de un can de sanadoras, pero eso las ara?as no podían dejarlo impune.

-Así que fue eso – dijo el presidente hablando más para sí que para otros – bien, dime ?puedes recordar si esa ara?a prostituta dijo algo más?

-Ella dijo que era una lástima porque en el pasado los sacerdotes se tomaban el tiempo de escuchar a la naturaleza y buscar el equilibrio

-?Equilibrio?

-Tampoco yo lo entendí así que le pregunté y – titubeó un momento buscando en su memoria las palabras exactas que la Jorougumo había usado. Cuando logró encontrarlas cerró los ojos y se concentró para tratar de repetirlas una a una – ella dijo "el mundo debe estar en balance: si tomas algo debes entregar algo del mismo valor a cambio y por cada cosa que pierdes has de encontrar que algo igual de valioso llega a tu vida, sin embargo, su llamado Consejo de Cazadores ha olvidado el equilibrio y se empe?a día a día en tomar todo lo que ve sin pararse a considerar que un pago equivalente debe ser dado a cambio". Después de eso le pregunté si como castigo al Consejo pensaba matarme y ella respondió "la muerte a manos de los depredadores es sólo parte de la vida pero la destrucción sin propósito es algo imperdonable y los cazadores no tendrían por qué haber destruido los nidos y los huevos de nuestras hermanas, así, las supervivientes ahora guardan un gran rencor y otra cosa que tu consejo ha olvidado es que no es buena idea provocar el rencor de las ara?as."

-Pero ?quién demonios se ha creído ese espíritu insignificante? – se exaltó la misma mujer de antes.

-Es increíble la soberbia de esos espíritus inferiores – apoyó otro miembro de la junta mientras algunos otros soltaban comentarios indignados.

-Hermanos, por favor, comparto su indignación pero dejemos que el joven termine la historia o de lo contrario no podremos resolver nada. Doumeki-kun continúa por favor.

-La Jorougumo dijo – continuó Shizuka notando que en realidad nadie en el Consejo (ni siquiera su padre) parecía tener el más mínimo interés en analizar las palabras de la Jorougumo – que ya que mi padre había lastimado a varias crías de ara?a ahora debía sufrir al verme perder algo a mí pero…

-Pero – los cazadores se inclinaron hacia adelante, conscientes de que el joven pronunciaría con sus siguientes palabras la información que buscaban.

-Ella comenzó a hablar sobre lo mucho que le gustaría tomar mis ojos, pero algo pareció distraerla y después dijo que debía ir a atender lo que probablemente sería un negocio conveniente. Sentí como me mordió en la mejilla y perdí el conocimiento así que de lo que pasó después sólo sé lo que ustedes acaban de decirme.

La declaración fue seguida por miradas interrogantes y balbuceos

-?Un negocio conveniente? – Preguntó la mujer de antes algo repuesta – pero ?qué rayos significa eso?

-Algo realmente importante si atender ese "negocio" fue prioridad sobre tomar los ojos de Shizuka-kun – propuso otro de los miembros de la junta.

-Sí, seguramente ese espíritu pretensioso pensó que podría atender su "negocio" y regresar por Doumeki-kun pero cuando localizamos su nido se vio obligada a huir para salvar la vida.

-Ese comportamiento fue extra?o, pero ahora debemos enfocarnos: quien quiera que estuviese involucrado en ese "negocio" debe estar también involucrado en la brujería, es decir, los espíritus-ara?a no tejen sus nidos a simple vista así que no son fáciles de localizar y a nosotros mismos nos tomó una gran cantidad de energía y recursos para encontrar el nido en que estaban nuestros hermanos.

-Salvo otra opinión más estructurada tal vez deberíamos interrogar a los demás y ver si hay alguna conexión entre lo que Shizuka-kun nos cuenta y sus propios recuerdos…

Ocupados como estaban en lanzar y refutar teorías y especulaciones, los mayores no se dieron cuenta de cómo Shizuka se había quedado sumido en su propia mente, reviviendo una y otra vez las últimas palabras de la ara?a porque ?quién era esa persona de a que había hablado? Y ?a qué se refería al decir "su esencia misma corre en tu sangre y la presencia de su magia me da la seguridad de que él sabe que soy yo quien te toca en este momento"? porque justo en ese pedazo de información que no podía compartir con el Consejo estaba seguro de poder encontrar la clave que le había salvado de perder sus ojos.

Finalmente y sólo después de un largo rato el Consejo autorizó a Shizuka a retirarse y el arquero fue testigo de cómo uno a uno los afectados por el rencor de las ara?as fueron llamados para ser interrogados.

Después de un largo y tedioso día, Shizuka se quedó dormido y al entrar en sue?o profundo una escena extra?a vino a su mente.

Abrió los ojos porque sonidos extra?os llegaron a sus oídos pero la visión que le esperaba era brumosa e inestable, además de que una somnolencia poco habitual adormecía su mente haciéndolo incapaz de procesar con claridad lo que estaba sucediendo.

Para cuando logró enfocarse lo suficiente se dio cuenta de que un ser de cabello rubio se encontraba casi directamente frente a su rostro.

-Así que estás despierto – escuchó una voz de manera distante –. Admito que realmente eres resistente; aunque ahora mismo eso no te sirve de mucho ?verdad? Y sin embargo tienes suerte – algo peludo rozó su mentón – así como hoy la he tenido yo. Mira, realmente lamentaré perder tus bellos ojos pero – logró apreciar que el ser rubio sostenía algo azul – la vista de él es algo más valioso…

El sue?o se desvaneció a partir de ahí y Shizuka abrió los ojos en confusión total, poco acostumbrado a so?ar cualquier cosa.

-Buenos días, Doumeki-kun – saludó ella corriendo a su encuentro desde el sitio en que había estado esperando a un lado del portón de la escuela.

-Buenos días Kunogi.

Devolvió el saludo con algo más de la calidez acostumbrada pero no se le podía culpar por eso, después de todo un fin de semana sometido a los constantes interrogatorios del Consejo de Cazadores y las protestas y gemidos de aquellos que habían perdido la movilidad de alguna parte de su cuerpo habían logrado que a?orara desesperadamente la escuela.

-Es bueno verte más recuperado. Yo… estuve preocupada el fin de semana y hasta pensé en irte a visitar al templo pero supuse que mi presencia realmente no podría ser útil así que te dejé descansar.

"Pensé que podría ponerte aún en más peligro" fueron las palabras que la ni?a no se atrevió a decir y sin embargo Doumeki comprendió el mensaje sin esfuerzo, por lo que llevó una mano tranquilizadora al hombro de ella.

-Ya estoy mejor – sentenció omitiendo mencionar bueno…. todo lo que le había pasado en los últimos días.

-Sí, pero en realidad te pusiste mal de salud ?verdad?

-Mmm…

-Con la forma en que te desmayaste el otro día nos diste un buen susto y además es común que faltes a la escuela así que no trates de evadirme. Dime ?estás seguro que debiste venir hoy? Es decir, realmente los extra?é pero debes cuidar más tu salud.

-?Los extra?é? – Repitió Doumeki – ?qué quieres decir con eso? ?Acaso el ruidoso…?

-Watanuki-kun llamó para reportarse enfermo el viernes – explicó la chica con una sonrisa ligeramente parpadeante – y cuando lo llamé por la tarde se escuchaba cansado, aunque el domingo se comunicó por teléfono otra vez y dijo que se sentía mejor…. También preguntó si nos gustaría sopa de miso para el almuerzo de hoy y aunque le dije que también él debía tomarse un descanso insistió, por lo que le dije que la sopa de miso era una de tus favoritas.

-De seguro armó un gran revuelo por eso.

-Sí pero es casi seguro que hoy traiga una ración especialmente para ti.

-Kunogi…

-Hablando de Watanuki-kun, el lunes que viene será su cumplea?os. Yo… sé que tal vez sea un poco precipitado pero estaba pensando que tú y yo podríamos organizar algo para no pasar la fecha desapercibida.

-No creo tener tiempo después de clase – la expresión en el rostro de Doumeki fue lo más parecido que se le había visto alguna vez a una mueca.

-?l también trabaja siempre después de las clases así que había pensado en comprar un pastel y partirlo durante el almuerzo… sinceramente te preguntaría si puedes conseguir algo del sake de tu templo pero creo que sería demasiado riesgo beber en la escuela y además no recuerdo que Watanuki-kun haya mencionado alguna vez si le gusta beber o no.

-Puedo traer té helado.

-Eso sería genial. Hablando de eso tengo que irme ya a mi salón pero – hizo una breve pausa y se mordió el labio con nerviosismo – ahora que lo pienso es extra?o que él aún no esté aquí ?no crees?, es decir, por lo general Watanuki-kun llega a la escuela tan temprano como yo o incluso antes.

-Tal vez deba ir a buscarlo – respondió Doumeki pensando en que con la mala suerte del chico seguramente se encontraría siendo perseguido por cualquier clase se espíritu raro que se cruzara en su camino.

-Imbécil ?no necesito un guardaespaldas insoportable para llegar a clases! ?Y quién te has creído para decidir salir a buscarme así como así? Eres tan…

Para cuando giró para así poder encarar a Watanuki, Shizuka dejó de prestar atención a las palabras del chico y en cambio centró completamente su atención en el parche médico que cubría por completo el ojo derecho del de lentes.

-?Qué te pasó en el ojo? – preguntó con una brusquedad que lo desconcertó a él mismo y de paso también a Watanuki y a Kunogi… aunque ella en realidad se veía que había estado por hacer la misma pregunta.

-Yo… hubo un… bueno ?no es tu asunto! Además ?por qué rayos sigues aquí? La campana sonará en cualquier momento y lo último que nos hace falta después de las inasistencias de la semana pasada es otro retardo.

-No has respondido a mi pregunta – puntualizó el arquero.

-Yo… mejor vámonos a clases ya.

El chico esquivó a Doumeki con un movimiento tan fluido que habría sido la envidia de cualquier espía, pero el arquero decidió que una actitud tan sospechosa no podía dejarse pasar así como así, y si Watanuki pensaba que con eso lo haría desistir de su pregunta estaba muy equivocado.

…..

-?Entonces no le dijiste nada?

-Para todo lo terco y empalagoso que Doumeki puede ser logré evitar toparme con él el resto del día pero…

-Sabes que no puedes evadirlo por siempre – exclamó Yuuko soltando el aire de la pipa con aire sentencioso.

-Sí, sé que no – suspiró el adolescente –. Yuuko-san, lo último que deseo es mentirle en algo como esto pero, tampoco quiero revelarle la verdad aún.

-?Aún? – cuestionó la mujer.

-?Qué? ?Dije "aún"? – El propio Watanuki parecía sorprendido por eso.

-Sí, lo dijiste y tengo que admitir que después de todo este tiempo es gracioso verte caer en un desliz.

-Yuuko-san – chilló el hico apretando los dientes al tiempo – no entiendes. Es que yo…

-No tiene caso que trates de enmendarlo – cortó ella – además a estas alturas negarte a ti mismo ya no va.

-No, supongo que no – respondió el chico cubriendo con una mano su ojo derecho – y sin embargo…

-No vas a asimilarlo tan fácilmente ?verdad?

En lugar de responder miró hacia los pétalos de sakura que caían sobre ellos con la suave brisa. Después de un muy largo rato se puso en pie y tomó la pipa de las manos de la bruja llevándola a sus propios labios.

-Suponiendo que acepto lo que creo que significa esto ?entonces qué sigue?

-Sabes que aún si pudiera no respondería esa pregunta, Watanuki.

-Bueno, valía la pena intentarlo – un suspiro – aunque no sé, la verdad es que ahora mismo me da algo de miedo enfrentar a Sakura o a Syaoran.

-No es para menos – concedió ella.

-Sí, y tampoco creo que Fye o kurogane lo vayan a tomar con calma – se hizo un breve silencio –. Independientemente de todo eso también tengo el presentimiento de que esta será una semana complicada en la escuela y eso además no va a excusarme de atender a los clientes que por cierto en estas fechas serán realmente frecuentes y complicados.

-Como debe de ser.

-Bien, dado que no vas a darme consejo hasta pronto Yuuko-san.

-Nos veremos pronto, Watanuki.

Con las últimas palabras sonando en sus oídos Watanuki abrió los ojos para encontrarse en su cama rodeado por Mugetsu y atendido por Maru y Moro, quienes le comunicaron que el cliente ya lo estaba esperando.

El palo de la escoba le cortó el paso con una precisión que de haber fallado un solo centímetro habría podido causar un da?o serio en su cara y, aunque él respondió a esta acción con un chillido digno de reventar tímpanos, esta vez Doumeki no se dignó a responder ni a cubrirse los oídos.

-Sigues siendo ruidoso.

-?Yo? ?Te has vuelto loco? ?Si tú IMB?CIL eres el que intentó MATARME!

Una vez más Doumeki fingió no escuchar las quejas del de lentes y –tal vez aprovechando que eran los únicos en el pasillo – disparó la pregunta que Watanuki de algún modo había logrado evadir por casi tres días.

-?Qué es lo que te sucedió en el ojo?

-Por última vez ?por qué te importa tanto?

No respondió a eso y no por falta de interés en hacerlo – aunque tal vez la falta de interés si tuvo algo que ver con sus motivos – sino porque no encontraba una razón coherente para que un parche médico sobre un ojo que Watanuki fuera tan importante; no cuando días atrás él mismo había estado a punto de perder ambos ojos y ciertamente no cuando el mismo Watanuki no parecía especialmente interesado en dicho ojo. Aún así… tal vez fuese por el paralelismo de las historias, y tal vez por algo más pero por alguna razón algo en su conciencia picaba y se movía y exigía que no dejase en paz al chico al respecto, porque por alguna razón ese ojo cubierto de Watanuki era realmente importante así el de lentes se negara a reconocer dicha importancia.

Por eso…

-Déjame ver…

Y sin dar tiempo a que el chico siquiera pensara en responder arrancó con un movimiento realmente veloz el parche médico dejando así al descubierto lo que Watanuki todos esos días se había esforzado tanto en ocultar.

Por supuesto lo que sea que hubiese estado esperando no era, bajo ninguna circunstancia, encontrar un globo ocular en blanco y sin vida, que ya sin la capacidad de devolverle la mirada se fijaba en él totalmente vacío.

-Tú… ?Cómo te atreves? Nadie te ha dado el derecho de…

-?Qué demonios fue lo que te ocurrió? – cuestionó Doumeki perdiendo su temperamento por primera vez en realmente mucho tiempo.

-Yo… - como para demostrar la bipolaridad del carácter de Watanuki este pareció perder toda su energía – repito ?por qué es que te importa tanto?

-Dime lo que te ocurrió.

-Serás necio en verdad.

-Watanuki…

-Sabes que podría mentirte ?no? Podría decirte cualquier cosa y tendrías que creerme, porque no tendrías pruebas de que lo que diga no sea cierto.

-Habla…

-Pero ya que realmente deseas saber lo que ocurre, supongo que no podría de acuerdo a lo pagado decirte una mentira de forma convincente, así que preguntaré por última vez: ?realmente es tu deseo que responda esa pregunta?

-?Ahora!

-Bien. Ya que tanto insistes – con un solo movimiento arrebató el parche de la mano de Doumeki – entonces debo confesar que mi ojo fue lo que salvó tu visión de la furia de la Jorougumo.

Con esa revelación el shock se apoderó de Shizuka Doumeki haciéndolo retroceder casi imperceptiblemente… visiblemente, al tomar en cuenta que el arquero jamás retrocedía.

-?Qué? ?Pero cómo…?

-Pude ver las telara?as que te rodeaban desde el día después al ataque al nido de ara?as – explicó Watanuki manteniendo con su único ojo la intensidad de la mirada del otro chico – y por eso cuando dejaste de asistir a la escuela supe a través de los rumores que las ara?as estaban cobrando su venganza.

-?Qué quieres decir con eso?

-Esas voces que hace mucho los sacerdotes han dejado de escuchar aún llegan a mí a través de los susurros asustados o iracundos de los espíritus y desde ese momento busqué las forma de ayudar. No obstante, los deseos que pedimos irremediablemente acarrean consigo un precio.

-?Un precio? – susurró Doumeki recordando haber escuchado ese mismo mensaje con otras palabras.

-El precio por salvarte de la ira de Jorougumo fue la visión de mi ojo derecho – explicó el de lentes de forma apagada – y a decir verdad ha sido un precio justo.

-Tú… - de entre todo lo que podía decir o hacer Doumeki por una vez no tenía ni la más mínima idea de cómo reaccionar a continuación… o al menos su cerebro no sabía cómo hacerlo, porque para cuando él mismo se dio cuenta su pu?o había impactado sólidamente en el rostro de Watanuki.

-Qué… - el muchachos (que había caído al suelo con la fuerza del impacto) estaba ahora rojo de rabia – tú… ?cómo te atreves…?

-No vuelvas a hacer jamás algo como esto – exigió Shizuka al tiempo que daba la vuelta y abandonaba al otro chico al exterior del armario de limpieza.

…..

-?Cuáles son los resultados entonces?

-Sobre los afectados por la maldición de las ara?as no ha habido un progreso evidente y tampoco hemos podido localizar algún hechizo en específico que cause los síntomas que presentan.

-Y sobre el más joven de los Doumeki…

-Según los informes de su padre se encuentra perfectamente bien.

-Lo cual en sí mismo es algo bastante raro ?no?

-Justo eso pensaba yo también porque ?por qué es que él salió ileso? Y sobre todo, las cosas que dijo después de ser rescatado… no fue el único que relata que las ara?as le dieron un discurso extra?o pero la forma en que recordó las palabras de esa Jorougumo…

-Su forma de relatar el discurso de la ara?a te recordó a su abuelo ?verdad? Te recordó a las cosas que Haruka Doumeki comenzó a decir justo antes de…

-Eso ya no importa ahora. Después de todo, ni el hijo de Haruka y mucho menos su nieto tienen la más mínima idea del verdadero destino que sufrió él así que no debería de habar nada ahí para preocuparnos.

-Sí, como siempre es usted quien tiene la razón, mi se?or.

-Qué bueno que lo veas así – sentenció – ahora ?eso es todo lo que querías decir, Yusuno?

-No mi se?or. Los miembros del consejo has estado trabajando a su pedido para preparar la estrategia de ataque a los nidos de ara?as que teníamos ubicados. Sólo esperan que mi se?or confirme si debemos o no atacar tal cual estaba previsto.

-Y exactamente ?por qué debería dudar para lanzar un nuevo ataque después de lo que esas malditas ara?as nos hicieron?

-Tal vez es por las consecuencias de la última incursión que algunos de los nuestros dudan en continuar el ataque.

-La victoria sólo puede construirse a través del sacrificio. Di eso al resto del consejo y llamen durante la reunión semanal para que se organicen los frentes de ataque.

-Sí, mi se?or. Tal cual lo mande usted.