Un nuevo intento de ir practicando la escritura, esta pareja me gusta bastante con mucho y la historia es más bien breve, desarrollada en un espacio vacío que no pudimos ver en la serie; espero que pueda gustarles y les entretenga un poco… tranquilos, poner este acá no implica el abandono de mis demás historias.

Los personajes pertenecen a sus autores, yo sólo los uso para entretener, música de P!nk, el tema es "Try"

Dedicado a ti, que seguramente no lo leerás.


PRIMER ACTO

"How it's all turned to lies

Sometimes I think that it's better,

To never ask why"

Se podría decir que es como ser mordido, pero sin fauces, sin bestia, sólo un impacto ardoroso y silencio. Mientras caía contra el auto, pensó estar muerta sabiéndose viva, aún con el corazón en la boca desbocado y loco, creyó ya estar muerta pero no era así, quizá es que tenía incluso más vida que antes, de tan exacerbada y desesperada por salvarse. Sólo una vez antes el corazón se le había movido así, sólo había en su vida una razón para que realmente sintiera aquella desesperación por aferrarse a la vida…


Fría, su piel se siente fría al tacto con la suya hirviente, su piel es fresca como un respiro al salir de la piscina en un verano ardoroso, su lengua húmeda y sanadora se desliza lento por el hueco de su clavícula y casi siente con regocijo su pezón, erecto, duro, acariciar su costado, sus manos delgadas y suaves se apoyan a su alrededor sobre la cama y puede oírla respirar pesado, denso, acompasado; no ha tocado nada dentro, no ha entrado y sin embargo está empapada, el cuerpo de Cosima es prolijo en sensaciones, la boca de Cosima es dulce y provee a manos llenas… Delphine está invadida sin haber sido tomada. Se le viene un gemido que es de inmediato callado por aquellos labios, que succionan, que besan, que truenan en su oído removiendo sensaciones no palpables, sensaciones de adentro, ocultas; las manos estrechan su cara, el cuerpo ha subido y encajado en el suyo casi como piezas de rompecabezas, puede sentir esos tersos mechones suyos, cilíndricos, irreales, sobre la frente, como la caricia de otras manos, por un momento le parece que abrirá los ojos para toparse con las gafas pero no, abre los ojos y la mira, los suyos cerrados, la frente tersa concentrada, su boca no se detiene, su boca no tiene freno y es lenta, constante, y poco a poco más y más caliente.

Caliente.

Es más peque?a y puede apretarla entre sus brazos y lo hace, la comprime sobre sí misma sin saber si es así, sin entender porqué, sólo aprieta, es como si quisiera detenerla, evitar que se mueva, quizá porque se está metiendo en algo absolutamente desconocido, porque se suponía que consiguiera información rápidamente… pero no había cláusula sobre camas, sábanas y desnudez; tiene miedo, tiene pavor de lo que está pasando pero sobre todo de lo que está sintiendo, hace menos de quince minutos que llegó a decirle que no era lesbiana y ahora están ahí, más que unidas, Delphine no puede contenerse, porque está reaccionando a Cosima y eso no estaba en el plan, o el plan no había considerado la profundidad de los hechos, sus alcances, sus consecuencias; las piernas de Cosima se abren paso bajo las sábanas de figuras grises, son fuertes, se sienten firmes, suaves y decididas y aunque quiere detenerla no puede, atina a incorporarse sobre su costado y ponerla a su lado, atina a besarle más profundo, a llevar sus manos por su espalda y sin saber cómo ha tocado un punto maestro al final, ahí donde su dedo sin querer se ha filtrado hacia sus caderas, ha dado en el clavo y la boca de Cosima se abre, espasmo, sacudida profunda en ese cuerpo vibrante que ha llegado a calentarse pero sigue siendo un respiro de libertad, un rocío reconfortante.

Pero está caliente.

La mira fijamente y nota sus ojos cerrados, y la alteración en su cuello, su garganta al descubierto y se va a ella, se le antoja demasiado, es como una necesidad insana, la besa sonoramente, la besa dos, tres veces y aquello es como un aliciente, siente su mano que se filtra, que se escapa y no puede contenerla, vuelve a tenderse boca arriba y la aloja sobre sí, abre sus brazos y la deja adentrarse, porque sabe que no puede contenerla y en el fondo no quiere. Los dedos de Cosima le acarician como nadie nunca lo ha hecho antes y parece mentira que esté sintiendo tanto en tan poco, el corazón le da un vuelco y es como si subiera la temperatura de la habitación entera y lo único capaz de darle respiro es aquella boca de la que bebe como un náufrago; la forma como arquea el cuerpo para embonar con ella, la sensación de su pecho contra el suyo y sus manos rozando cada centímetro de su piel, los dedos de Cosima se deslizan por sus muslos acariciando el borde que los separa de su entrepierna y siente cómo un calor emana de sí, como un hormigueo le escala por el vientre al mismo tiempo que los labios de aquella mujer descienden por sus senos en una caricia gentil y voraz.

Lleva sus manos por aquel cuerpo en un intento por emularla, pero se da cuenta de que está congelada, azorada por las sensaciones que la abordan y apenas ha caído en ello cuando se descubre gimiendo, se descubre agitada y violenta y debe aferrársele porque está por irse, perderse, se sujeta al cuerpo, al rostro con manos decididas mientras los dedos de la chica se deslizan dentro suyo con un tiento abrumador, uno, dos, son espasmos que la abordan a oleadas de salvaje placer. Una desesperada hambre de Cosima le mana de no sabe dónde, no es más Delphine, es otra cosa, hay otra dentro de su cuerpo que exige, que devora. Quiere sentirla más y debe apoyar su mejilla contra la suya apretándola contra sí y las respiraciones se han desbordado como el agua contenida de semanas de lluvias fieras y siente ese hervir dentro de su pecho, como la burbujeante agua que se dispone a disolver el café y aún cuando debe dejar que sus pechos colisionen en un intento por callar lo que se viene, por socavar la sensación y matarla, no puede, el corazón le revienta al rojo vivo, se le quiere salir por la boca ansioso porque se muere, desesperado porque lo están fustigando como a una bestia domada.

Cosima domó.


Escuchó sus pasos apresurados al acercarse y ella sólo podía dar bocanadas de vacío, recordó esa primera vez casi tan rápido que el mareo debía estar sintiéndolo por eso, la mente es prodigiosa, Delphine, la mente va más allá del entendimiento de cualquiera; volvió a preguntarse, ?qué pasará con ella?, era una duda tan grande como el dolor que la estaba carcomiendo y retumbaba en su cabeza aún más que el sonido del disparo. Podía escuchar sus pasos acercándose, podía oírla decir "Dios mío, Dios mío", no decía otra cosa y cuando la vio pararse frente a ella, creyó que iba a desmayarse. Volvió a abrir la boca, quería decirle algo cuando logró comprender quién era, reprendiéndose por haberla confundido, si no se parecían en lo absoluto; quería pedirle que la buscara, que saliera corriendo de este lugar y fuera a decirle que estaba en peligro, pero al poner atención en su rostro sintió un escalofrío, muy similar al que dicen que se siente al ver un fantasma; en su cabeza se repetía a cada golpe de dolor, incesantemente, cosas que no tenían sentido juntas:

?Qué pasará con ella?

Echanté

Krystal… Cosima

Cosima fue por helado.

Aún cuando escuchó el vehículo llegar, aún cuando la vio dar dos pasos atrás para que pudieran acercársele y ayudarla, no alcanzaba a comprender, sólo podía ver su cara como un nubarrón brillante, un nubarrón que le erizaba la piel dándole espasmódicos sacudimientos como de corriente eléctrica; ?dónde está?, ?qué pasará con ella?, nuevo sacudimiento, ya no es dolor sólo es un espasmo que la debilita, un espasmo que la hace sentir náusea, se siente vacía, se le está tirando la vida por una peque?a herida…

?Oh Dios mío!, vuelve a decir Krystal y parece que se aleja un minuto después, Delphine puede sentir las manos que le presionan la herida como un relámpago negro de dolor que le devuelve la lucidez a la cabeza y necesita, le obliga su cuerpo a gritar, como si le hubieran suministrado adrenalina y la ayudaran a despertar, alcanza a ver cómo Krystal la mira por última vez antes de escabullirse entre los autos, entonces lo recuerda… recuerda su voz hablando como posesa, recuerda sus manos delgadas… recuerda…


Gracias por leer n.n